Saludos y bienvenida: Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida... Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos. Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos. Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más... A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado. Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia... Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos? Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista. No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente. Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo. Fraternalmente, Trovador

lunes, 6 de septiembre de 2010

La banca y el narcotráfico





Cuando autoridades detectan el negocio ilícito, pagan multas mínimas sin consecuencias

Grandes bancos de EU aceptan lavar narcofondos mexicanos


Wells Fargo, Bank of America, Citigroup, American Express y Western Union no cumplieron con las leyes

"Si no se ve la correlación entre el lavado de dinero por los bancos y las 22 mil personas asesinadas en México, no se entiende el punto", advierte director antilavado

David Brooks
Corresponsal
Periódico La Jornada

Nueva York, 29 de junio. Algunos de los principales bancos y empresas financieras estadunidenses, entre ellos Wells Fargo, Bank of America, Citigroup, American Express y Western Unión, han lucrado durante años con el lavado de fondos provenientes del narcotráfico y sólo pagan multas mínimas, sin que ningún ejecutivo sea encarcelado cuando las autoridades logran detectar el negocio ilícito.

En múltiples casos fiscalizados durante los últimos años, estos bancos estadunidenses han confesado no haber cumplido con leyes y regulaciones federales para controlar el lavado de dinero al participar en las trasferencias de millones de dólares en fondos ilícitos provenientes del narcotráfico mexicano.

Ese el caso de Wachovia Corp. antes el sexto banco del país, comprado por Wells Fargo en 2008, y que ahora, fusionado con él es el banco con más sucursales en Estados Unidos. Wells Fargo admitió ante un tribunal que Wachovia no vigiló ni informó sobre actividades sospechosas de lavado de dinero por narcotraficantes, incluyendo fondos para la compra de por lo menos cuatro aviones en Estados Unidos, que transportaron un total de 22 toneladas de cocaína. El otro banco involucrado en la transferencia de fondos, con los cuales se compró uno de estos aviones –un DC-9 que subsecuentemente fue confiscado en México con toneladas de cocaína– fue Bank of America, reporta Bloomberg News.

Todo esto se reveló en un acuerdo judicial del banco con fiscales federales, en marzo de 2010. En los documentos oficiales judiciales del caso, revisados por La Jornada, Wachovia admitió que no hizo lo suficiente para detectar fondos ilícitos en su manejo de más de 378.4 mil millones de dólares en sus negocios con casas de cambio mexicanas entre mayo de 2004 y mayo de 2007.

De este total, Wachovia procesó por lo menos 373.6 mil millones en transferencias electrónicas, más 4.7 mil millones en traslados de efectivo, y otros 47 millones en depósitos de cheques internacionales. No todos estos fondos están vinculados con el narcotráfico, pero, según las investigaciones del Departamento de Justicia, miles de millones no fueron sujetos a la vigilancia ordenada por la ley, y cientos de millones de dólares de estos fondos sí han sido ligados directamente con el narcotráfico.

Wachovia, violación récord

Por el volumen total de fondos que no fueron sujetos a la vigilancia antilavado de dinero, el caso de Wachovia resulta ser la violación más grande de la Ley de Secreto Bancario en la historia. Esa ley obliga a los bancos a reportar a las autoridades toda transferencia de fondos en efectivo mayor de 10 mil dólares, así como informar sobre toda actividad sospechosa de lavado de dinero.

El fiscal federal en el caso, Jeffrey Sloman, declaró en marzo, al anunciar el acuerdo con Wells Fargo: “la flagrante desatención de nuestras leyes bancarias por Wachovia otorgó una virtual carta blanca a los cárteles internacionales de cocaína para financiar sus operaciones al lavar por lo menos 110 millones de dólares en ganancias de la droga”.

No es que nadie se haya fijado. El propio banco admitió ante el tribunal que "ya desde 2004 Wachovia reconoció el riesgo", pero "a pesar de las advertencias permaneció en el negocio", según los documentos judiciales oficiales del caso revisados por La Jornada.

Ese "negocio" era el manejo y traslado de fondos de por lo menos 22 casas de cambio en México que tenían cuentas con Wachovia. Un ejemplo citado en los documentos es el de la Casa de Cambio Puebla SA, cuyos gerentes crearon empresas ficticias para los cárteles y, según el Departamento de Justicia, lograron blanquear unos 720 millones a través de bancos estadunidenses.

De hecho, fue el asunto de la Casa de Cambio Puebla el que detonó esta investigación de las autoridades federales. Desde 2005 ya estaban bajo investigación ciertas transferencias electrónicas de fondos a cuentas de Wachovia, en sus sucursales en Miami, desde México por casas de cambio, y estos fondos se utilizaban para comprar aviones destinados al narcotráfico, informan los documentos judiciales del caso.

Por otro lado, durante ese periodo el director de la unidad antilavado de dinero de Wachovia en Londres, Martin Woods, sospechaba que narcotraficantes utilizaban al banco para mover fondos. Informó a sus jefes, quienes le ordenaron dejar el asunto, y por ello renunció a su puesto, reportó Bloomberg. Woods le dijo al servicio de noticias que “es el lavado de dinero de los cárteles por los bancos lo que financia la tragedia…. Si uno no ve la correlación entre el lavado de dinero por los bancos y las 22 mil personas asesinadas en México, no entiende el punto”.

Después de ser acusado de violar la ley, Wells Fargo, ahora dueño de Wachovia, se comprometió en un tribunal federal de Miami a reformar sus sistemas de vigilancia. Pagó 160 millones en multas, y si cumple con su promesa las autoridades federales desecharán los cargos contra el banco en marzo de 2011.

Esta práctica es común en estos casos y se llama "acuerdo de fiscalización diferida", por el cual un banco paga una multa, coopera con la investigación y se compromete a no violar la ley otra vez.

Ningún empleado rehusó el soborno

En su reportaje, Bloomberg enumera varios casos más donde bancos pagaron multas y cambiaron sus prácticas, pero no enfrentaron ninguna consecuencia penal importante por sus acciones. Es el caso del American Express Bank International de Miami, que pagó multas en 1994 y 2007; del Bank of America, cuyas sucursales en Oklahoma City fueron utilizadas para comprar aviones para narcotraficantes, así como también cuentas en sus sucursales de Atlanta, Chicago y Brownsville, Texas, y también hay casos documentados o bajo investigación sobre el uso de sucursales en México de bancos extranjeros como Citigroup, HSBC y Santander.

Otro caso es el de Western Union, que a principios de este año pagó 94 millones para resolver una investigación criminal y civil del procurador general de Arizona, después de que en una operación agentes clandestinos de la policía estatal, disfrazados de narcotraficantes, lograron sobornar en múltiples ocasiones a empleados de la empresa para trasladar fondos de manera ilícita. En 20 oficinas diferentes de Western Union ningún empleado rehusó jamás un soborno para permitir envíos bajo nombres ficticios.

Se calcula que casi 30 mil millones de dólares en efectivo se mueven de un lado a otro de la frontera mexicana con Estados Unidos, y una parte de estos recursos se deposita en bancos de ambos países y bancos internacionales, desde donde los fondos pueden ser trasladados por todo el sistema financiero internacional.
 
 
 

De entierros y desentierros


A principios de 1969, mi padre decidió que abandonariamos nuestro barrio natal (San Sebastián - Ciudad Delgado), pero nos mudamos a un barrio vecino (Aculhuaca), se trataba de una nueva lotificación la finca de los "Alvarenga", fuimos de los pioneros en aquella lotificación, dicha finca lindaba con la de "Los Terezones" y la de los "Vazques". Estas tierras para un cipote de mi edad (11 años), eran tierras virgenes, jamás descubiertas por el hombre, eran en cierta forma un "Macondo" salvadoreño.

Desde temprano en la mañana, junto a Carlitos mi vecino nos internabamos en aquella jungla y no apareciamos sino hasta el mediodia, ya que habia que prepararse para ir a la escuela, aparecia con la barriga cual "mapamundi" dibujado con el jugo de mango,guayaba, nances y una rica variedad de frutas.

En aquella pequeña extensión de tierra habitaban todos los personajes de la mitologia salvadoreña: el Cadejo,la Siguanaba, el Cipitio, el Justo Juez de la noche, la Carreta Chillona, La Mano Peluda, cada uno de ello/as aparecia en su momento, ya que aquella gente creian religiosamente en ellos y de esta manera le daban vida.

Cierto dia, habiamos cortado unos mangos tiernos y para darnos aquél festin, Carlitos, habia llevado un bolsa con sal, como era hora de alistarse para ir a la escuela, el sobrante de sal, se me ocurrió dibujar una cruz en un pedazo de tierra que limpié de hojas secas, la dibujé y me fui.

Cada tarde al regresar de la escuela, corriamos a subirnos a los árboles y a jugar desde sus ramas más altas, pero aquella tarde no encontré a Carlitos, pero me llamó la atención, cierto movimiento de los adultos que con herramientas de labranza corrian hacia el barranco donde aquella mañana nosotros habiamos estado jugando,

Al verme, Carlitos salió a mi encuentro...


-- Que pasa?, le pregunté.


Es que mi papá y otros señores encontraron una cruz de sal allá abajo y están escarbando porque dicen que se trata de una brujeria, comentandome eso y nos encaminabamos hacia donde los hombres cavaban una foza, que hasta aquél momento, quizá ya tenia como tres metros de profundidad.

A un lado de la foza iban colectando una serie de objetos que de aquél agujero salian, en realidad, aquél barranco era utilizado por ellos mismos como basurero y lógicamente, al cavar en aquél terreno se encontraria con toda clase de objetos. Desde luego que ellos estaban obsesionados y hasta empecinados en que la cruz de sal, encontrada era un simbolo de algo maléfico y no ponian atención a los objetos más que bajo una explicación también maléfica, que una muñeca vieja y desmembrada, que un alfiletero, que páginas de un viejo libro, que camisas, que zapatos, en fin cada uno de aquellos objetos representaba algo, algún mensaje habria que desifrar.

Como era yo, el causante de aquella situación, me senti apenado y al mismo tiempo incapáz de revelarles que yo habia dejado aquél endemoniado mensaje...pero al mismo tiempo me sentia obligado a decirles o de lo contrario irian a salir al otro lado del mundo, quizas a China.

Después de mi confesión, allá iban aquellos hombres sudorosos y cansados, refunfuñando y masticando improperios, pero talves, desconsolados de que en aquella ocasión su concepción filosófica no se habia concretado.

Don Raymundo Vazques, era un viejo que desde joven trabajaba en la IRCA, todos los dias, caminaba desde su casa sobre la linea ferrea, hasta las proximidades de la Terminal de Oriente que era donde estaban las instalaciones de la compañia ferroviaria.

Alejandra, su hermana era la propietaria de la finquita, una viejecita, ataviada siempre con una mantilla negra y paseandose de arriba para abajo en aquél caserenco de adobe, casa que estaba rodeada por unos vasijones de barro y herramientas de labranza de la época colonial.
Aunque nunca salia de aquella casa, a Alejandra su hermano siempre le daba dinero, quizá como pago por la hospitalidad que este recibia, dinero que nunca se sabia a donde iba a parar, inmediatamente se lo guardaba en su enagua y nunca más se volvia a saber que lo hacia.

Se murió de vieja y afloraron las rencias familiares por la pocesión del terreno, familiares lejanos aparecieron reclamando ser los herederos de aquellas tierras, reclamos que eran acompañados machete en mano.

Desde la iglesia de San Sebastián, hasta el cementerio, aquél dia hubo una batalla campal, correteos de hombres blandiendo sus machetes y vociferando improperios, mujeres que se agarraban de las greñas y arrastraban a sus primas lejanas por aquella calle empedrada.
Cuando alfin enterraron a la difunta y llegó la calma, se acordaron de que la Alejandra no se habia llevado el dinero, pero donde está?, no se durmió una noche más, poniendo la casa patas arriba en busca del dinero.

Exhaustos por el cansancio, pero determinados a encontrarlo, decidieron turnarse todas las noches, ya que convencidos estaban que ahi donde habia entierro, aparecia una luz que indicaba el lugar exacto, luz que nunca se apareció.

Durante toda una semana estubieron escarbando agujeros por cuanta esquina aquella casa tenia y nada, aquél tesoro, la Alejandra se lo habia llevado.
Hasta que lotificaron la finca, don Francisco Alas, compró dos lotes y uno de ellos, donde una ves estubo aquella vieja casa de adobe, Don Paco, también habia sido nuestro vecino en el mesón que años antes habiamos abandonado, y construyó una gran casa de ladrillo y hierro, muy moderna, el hombre llegó con suerte, aquellos lotecitos en definitiva le habian salido regalados, al emparejar el terreno para la construción se habia topado con una tinaja repleta de dinero...

El narcotráfico: Un arma del imperio (Libro)




 



Autor: COLUSSI, MARCELO
Editorial: ARGENPRESS
ISBN: 9789872296919

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71 páginas - 687 KB Precio: $(ar) 28.- / U$S 7.-


El narcotráfico es una herramienta del imperialismo estadounidense en su estrategia de hegemonía global con el que controla los países y sociedades que necesita. Por su intermedio, además de manejar enormes cantidades de recursos económicos que oxigenan la economía capitalista mundial, se controla: 1) política y culturalmente a determinados colectivos, los más "molestos" para la lógica de los poderes: jóvenes, sectores marginales, y 2) militarmente a grandes poblaciones, utilizándolo como coartada que permite invadir y/o tener presencia para, al menos en forma oficial, "combatir" ese flagelo.

Se muestra lo hipócrita de ese discurso, pues mientras se declara que la preocupación de fondo es un problema de salud pública (el aumento de consumidores de drogas ilícitas), lo único que hace la geoestrategia imperial es mantener esas sustancias como ilegales, aprovechando eso para intervenir por la fuerza amparándose en un fin supuestamente noble. El supuesto combate al narcotráfico no sólo no terminó con el problema sino que lo agravó. El consumo de drogas sigue aumentando. 


La única posibilidad real de, si bien no terminar con el consumo pero al menos limitarlo en forma considerable, es legalizar las drogas.

La otra opción para terminar con estas estrategias de control global es trabajar políticamente para cambiar las relaciones de poder establecidas en el mundo, o sea: construir una sociedad nueva.


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El corazón de San Miguel es un cementerio de izquierdistas


contrapunto.com.sv/
 
Las instalaciones donde funcionaron las extintas Policía Nacional y Policía de Hacienda guardan decenas de cuerpos de opositores que fueron capturados y llevados allí para ser torturados y asesinados.
Por Carlos Santos
 
SAN MIGUEL- En las viejas instalaciones que compartían las extintas Policía Nacional (PN) y Policía de Hacienda (PH), en el corazón de San Miguel, al oriente del país, funciona un parqueo de la municipalidad abarrotado de pupuserías, venta de ropa y de música pirata. Todo parece muy normal.

Pero allí se esconde un secreto terrible y doloroso: un cementerio clandestino con cadáveres de opositores políticos —o acusados de serlo—, asesinados durante los años de guerra civil, de acuerdo con varios testimonios de los propios victimarios, recabados por ContraPunto durante una investigación de ocho meses.
 
El parqueo municipal está rodeado por las calles Chaparrastique, 1ª Avenida Sur, 1ª Calle poniente y Avenida Gerardo Barrios, y en conjunto muestra la estampa típica del desorden de una ciudad salvadoreña. Pero debajo de ese espacio, aparentemente común y corriente, yacen los cuerpos de hombres y mujeres que fueron capturados y asesinados, durante la guerra, por los escuadrones de la muerte, acusados de ser izquierdistas.
 
ContraPunto supo que el alcalde de San Miguel, Will Salgado, habría girado órdenes a los comerciantes que poseen puestos de ventas allí en el parqueo, para que no los modifiquen ni mucho menos realicen excavaciones, sin contar con una inspección previa, pues en el pasado los que lo hicieron se encontraron con restos humanos.
 
Las instalaciones de las otrora PN y PH contaban con un sótano de grandes proporciones, que sirvió como centro de tortura y asesinato de cientos de izquierdistas opositores al gobierno, mayormente a finales de la época de los 70 y durante los 80.

Desde ese sitio, los temidos escuadrones de la muerte operaban con impunidad para infundir terror y muerte a todo el que consideraban opositor de izquierda.
 
Al finalizar el conflicto armado, en 1992, el sótano fue sellado y muchos documentos fueron transportados en cajas selladas, a bordo de camiones militares con destino al cuartel de la Tercera Brigada de Infantería “Teniente Coronel Domingo Monterrosa Barrios”, en la misma ciudad, dijeron las fuentes.
 
Posteriormente fueron derribadas las instalaciones y el alto mando de la Fuerza Armada entregó el terreno al entonces alcalde del partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), Martín Zaldívar, quien dispuso convertir ese espacio en un estacionamiento municipal.
 
 
 
“Comencé a trabajar en el escuadrón de la muerte” 

Algunos ex policías nacionales y policías de hacienda, por entonces activos en la PH y PN de San Miguel, ahora abrazan la fe cristiana y accedieron a hablar con ContraPunto, bajo anonimato. Quisieron contar el secreto preservado durante décadas, porque el cargo de conciencia arrastrado todos estos años les carcome su alma y quieren estar en paz con Dios.
 
Dijeron que se identificarían con las letras del alfabeto griego Alfa, Beta y Omega.
 
¿Ustedes pertenecieron a la PN y PH?, pregunto al grupo de tres hombres mayores, reunidos en un cafetín migueleño, en octubre de 2009.
 
—Sí, todos éramos agentes, trabajamos en la sección de inteligencia de la PN y PH —responde temeroso y con desconfianza Alfa.
 
—No anduvimos juntos, algunos entraron después – corrige el más viejo del grupo, Omega, un anciano de 72 años, de manos temblorosas, que mantiene unos billetes de lotería y una Biblia en sus manos.
 
—Si le estamos contando esto es porque ya lo discutimos entre todos nosotros, queremos que sepan lo que pasó, que en ese parqueo hay muchos muertos, pero no queremos que se nos responsabilice, porque nosotros sólo cumplíamos órdenes —afirma Alfa.
 
—Yo entré a la policía en 1980, estaba destacado en Santa Ana, pero a los seis meses me trasladaron a San Miguel. Aquí empecé a trabajar para la S2, para el escuadrón de la muerte, en las noches salíamos a sacar a mucha gente de las casas: profesores, estudiantes, mujeres de los mercados, hombres, de todo. Todo el que estuviera en una lista que nos daban, lo íbamos a traer y a muchos los matamos adentro de la policía, allí mismo los enterramos. Si empiezan a escarbar van a encontrar a todos esos muertos — confiesa Beta.
 
¿Por qué están dispuestos a confesar hasta ahora?, les cuestiono.
 
—Porque estamos arrepentidos, le hemos pedido perdón a Dios y queremos que si alguien perdió un familiar en San Miguel, durante la guerra, que sepan que es probable que esté enterrado en ese parqueo— responde Alfa.
 
—Además como cristianos queremos sacar esta pena que llevamos— dice Beta.
 
—Los tres vamos a la misma iglesia y ante Dios, que lo que hicimos en el pasado fue porque no sabíamos lo que hacíamos, hoy estamos arrepentidos —agrega Omega con quiebre en la voz.
 
¿Estarían dispuestos a confesar en los tribunales?, indago.
 
—No, no se trata de eso, no queremos involucrar a los tribunales, lo que estamos dispuestos es a decir lo que pasó, pero no queremos que nos vayan a meter presos — contesta alterado Alfa.
 
La Ley de Amnistía, aprobada por el Congreso en 1993, dejó fuera de responsabilidades penales a los hechores de crímenes de lesa humanidad cometidos durante el conflicto. Sin embargo, a nivel internacional dicha ley no puede eximir al Estado salvadoreño de la responsabilidad de investigar y castigar esas violaciones a los derechos humanos.
 
¿Podrían señalar algunos lugares en donde enterraron a los desaparecidos?
 
Pegado al muro, en la entrada principal del parqueo, allí quedaron muchos. Me acuerdo que allí enterramos a una niña como de 15 años, era estudiante, les echábamos cal para que no apestara después confiesa Beta.
 
—Personalmente yo enterré a un muchacho que había sido torturado bien feo, una mano la tenía descuajada, los dientes quebrados, y no tenía un ojo. A matarlo íbamos al patio, cuando empezó a gritar de que no éramos hombres, que todos éramos culeros, que amarrado era fácil matar a cualquiera. Entonces el jefe, un teniente, recién venido de San Salvador, le quitó la venda y le cortó el lazo de las manos, y le dijo que lo retaba a un duelo. Le dio una pistola y se fueron al patio, allí el muchacho quizás por que estaba nervioso, disparó antes y le pegó un balazo en la cabeza al teniente. Entre los demás lo mataron a golpes, y al teniente y al muchacho los enterramos juntos en el patio —dice Alfa.
 
¿Estarían dispuestos a confesar estos asesinatos ante familiares de desaparecidos?
 
Los tres se ven entre ellos, temerosos. Alfa y Omega mueven la cabeza en señal negativa.
 
—No estamos aquí para acusar a nadie ni para hablar enfrente de otras gentes, ya lo habíamos hablado antes [el acuerdo previo para la entrevista], queremos que sepan que en ese parqueo hay gente enterrada pero no vamos a llegar a señalar enfrente de las cámaras, porque queremos hablar pero no comprometernos— responde nervioso y molesto Alfa.
 
—En secreto podemos decir, porque ya pasó mucho tiempo, pero algunas familias se podrían vengar de nosotros, algún hermano o tío o qué sé yo —interviene Omega.
 
Sorpresivamente se ponen de pie, la entrevista la dejaron a medias, las preguntas les molestaron y no lograron desahogarse, liberarse de la culpabilidad guardada durante décadas, como pretendían con esta confesión.
 
Uno de los comerciantes que en la actualidad vende en el parqueo municipal, relató que junto a su hijo empezaron a cavar para colocar bases de concreto y encontraron restos humanos.
 
—Hace ocho años hicimos unos hoyos, pues queríamos mejorar la champita, cuando metimos la barra en la esquina pegada al muro, sentimos el olor feo, un olor a muerto. Mi hijo me enseñó la punta de la barra toda blanca, llena de cal, cuando abrimos más el hoyo se veían huesos, ropa y la cal. Entonces lo cerramos. Le echamos concreto.
 
¿No tenían prohibido excavar?, pregunto al comerciante.
 
—Sí, el encargado del parqueo nos dijo que no podíamos hacerlo.
 
¿Ustedes ya sabían el porqué?
 
—La verdad es que la mayoría de gente que tenemos negocios aquí sabemos que bajo esta tierra hay gente enterrada, guerrilleros que la policía mató. Pero es una grosería, yo conozco a una señora que tienen como 80 años y anda buscando al hijo, y nadie sabe si está enterrado aquí, bajo este suelo.
 
Cuando se creó el parqueo municipal, la mayoría de los favorecidos con los locales para poner negocios, eran miembros de los ex cuerpos de seguridad o tenían familiares que pertenecieron a dichos cuerpos, de esta manera se aseguraba que no se conocería públicamente el secreto del cementerio clandestino.

Algunos sobrevivientes acusados de guerrilleros y que pasaron por la PN y PH, de San Miguel, relataron lo duro que significó sobrevivir a las torturas y ser testigo de algunas desapariciones.
 

“Me salvé de milagro” 

El siguiente relato es de alguien a quien llamaremos Jorge.
 
—Cuando me trajeron a la Policía Nacional, ya venía todo golpeado, chorreando sangre, me capturaron en la Universidad Nacional, junto a dos compañeros, en el año de 1980. Vendados y esposados nos metieron a un sótano, bajamos como unas 20 gradas, adentro tenían carros, motos y camas, no veía nada pero escuchaba cuando encendían los carros y las motos.
 
Jorge cuenta que estuvo quince días adentro del sótano, que durante todo ese tiempo fue torturado, que pocas veces recibía alimentos, y que un día llegó un agente, le quitó la venda y las esposas y lo llevó al patio de la policía, allí vio por última vez a sus dos compañeros, amarrados a un árbol, el mismo agente que lo liberó le dijo que sus compañeros eran guerrilleros y que ese mismo día los matarían.
 
—Me salvé porque tenía un tío que era teniente de la PH, pero a mis compañeros los mataron, pues cuando salí los familiares de ellos me preguntaban, pero yo no les dije nada, tenía miedo de decirles, porque los policías me advirtieron que si hablaba, ellos me matarían, después me fui a vivir al Canadá.
 

El caso de Edmundo es diferente. Después de la llamada ofensiva final, que la guerrilla lanzó en enero de 1981, fue capturado en el centro de la ciudad de San Miguel, junto a su hermana Roxana. Los dos tenían 16 y 17 años respectivamente, originarios del cantón Siramá, del departamento de la Unión y se encontraban realizando compras para una tienda propiedad de sus padres.
 
Sin pruebas fueron acusados de pertenecer a la guerrilla, y llevados a la PH, en donde fueron torturados, la hermana de Edmundo fue violada en su presencia.
 
A la semana fueron liberados, pero pudieron presenciar cuando mataron a una pareja, la mujer estaba embarazada, y el hombre tenía destrozada la boca.
 
—Con mi hermana estábamos en una celda que estaba en el patio, cuando nos llegaron a mostrar a la pareja, nos dijeron que si no colaborábamos nos pasaría como a ellos, los pusieron boca abajo y le dispararon al hombre, la mujer gritó y de un machetazo la mataron, le cortaron la cabeza.
 
Edmundo al igual que su hermana vive ahora en Canadá, trabaja manejando taxis, se casó y tiene tres muchachos adolescentes.
 
—Hemos tratado de olvidar lo que sucedió, muchas veces cuando me he reunido con mi hermana y pensamos en regresar a El Salvador, nos acordamos de lo que nos sucedió y ya no queremos volver. Esa noche enfrente de la celda abrieron un hoyo y enterraron a la pareja. Si escarban allí van a encontrar los huesos, la mujer andaba con un vestido amarillo, floreado y lleno de sangre.
 
El fin de una búsqueda dolorosa 

En las afueras de la ciudad de San Miguel, en un rancho construido de palma, vive doña María del Carmen, una anciana de 76 años que desde hace casi tres décadas perdió a su hijo, Miguel Ángel Orellana.
 
Relata que en 1982, su hijo fue capturado por la PN, lo acusaban de ser miembro de la guerrilla. El muchacho trabajaba en el ingenio de azúcar, ubicado en las afueras de San Miguel, y en un tiempo perteneció a un sindicato. Al principio ella y su esposo llegaron a preguntar a la Policía Nacional, los agentes no negaron que el muchacho estuviera detenido, entonces les dijeron que le llevaran comida y ropa.
 
—Mi hijo tenía una semana de estar en la PN, a diario le llevábamos comida, ropa, incluso dinero para cigarros, los policías eran amables con nosotros —dice doña María—. Un día a mi esposo le dieron permiso de verlo, habló con él, después los policías nos dijeron que pronto lo iban a liberar ya que mi hijo no era guerrillero.
 
Pasaron dos semanas y una mañana que doña María llegó a la PN, le informaron que ese mismo día habían liberado a su hijo. Pero en vano esperó en la casa por días, meses y años. En la actualidad esta anciana de pelo cano y mirada perdida lo único que añora es saber la verdad sobre el paradero de su hijo desaparecido.
 
Se estima que la guerra en El Salvador dejó un saldo de 70,000 muertos y 8,000 desaparecidos.
 
—Lo único que quiero es saber qué le sucedió, si lo mataron y a dónde lo dejaron, así me puedo morir en paz. Mi esposo se murió hace seis años y se llevó esa pena a la tumba y por eso es que yo no quiero morir todavía, solo estoy esperando que me digan qué hicieron con mi hijo —concluye con tristeza doña María.
 
Meses después de la primera entrevista con los ex miembros del escuadrón de la muerte y como convenio previo, doña María y los tres miembros del grupo acuerdan reunirse y así tratar de esclarecer el destino del hijo desaparecido de doña María.
 
El 7 de agosto del 2010, la cita se materializa. El encuentro es en un restaurante, en la entrada de San Miguel.
 
—Estamos aquí porque queremos ayudarle, tal vez alguno de nosotros se acuerda de su hijo— interviene Omega.
 
Un silencio invade el lugar, doña María los ve con recelo. Su mirada se encuentra perdida
 
— ¿En qué fecha fue capturado su hijo?, pregunta sin emoción Alfa.
 
Doña María se muerde los labios, hace un esfuerzo por recordar. De repente afirma que fue para el tiempo de las elecciones, las de 1982.
 
—Yo estaba destacado para ese tiempo —interviene Omega.
 
Otro silencio prolongado. A doña María se le humedecen los ojos.
 
—Él era un muchacho moreno, tenía 20 años, vestía un pantalón negro y una camisa blanca. Mi esposo y yo llegábamos todos los días a dejarle comida. Lo capturaron saliendo del ingenio de azúcar. Aquí tengo una fotografía —y doña María muestra una foto en blanco y negro del hijo.
 
Omega la examina minuciosamente.
 
—Me acuerdo del muchacho, lo tuvimos varias semanas preso, un trabajador le puso el dedo y dijo que era guerrillero —le afirma Omega.
 
— ¿Qué sucedió con él, lo dejaron libre? —pregunta con esperanzas la anciana.
 
—Yo quería que lo dejaran libre, pero Camilo, que era el encargado, llegó una noche y junto al Gorila lo sacaron de la celda y lo mataron a golpes, estaban bolos, lo hicieron porque ellos eran malos, no puedo decirle si lo enterramos en la policía o lo fuimos a tirar a algún puente, de eso no me acuerdo —concluye Omega.
 
Doña María calla. Su rostro está lleno de lágrimas.
 
—Si alguna vez le hice algún mal, le pido perdón —implora Omega.
 
—Yo no tengo que perdonarte, yo no puedo perdonar —le responde la anciana, visiblemente alterada.
 
La reunión duró menos de 10 minutos. Con las respuestas de Omega las esperanzas de que el hijo de doña María esté vivo se han esfumado.
 
Tiempo después, Omega confiesa que lo que le dijo a doña María no era verdad. Él no se acordaba del hijo de ella, pero que la vio tan triste y sin esperanzas que prefirió mentir, decirle que le habían asesinado al hijo, y de esa manera liberarla de la pena que la acongojaba desde hace muchos años. Que en ese caso la mentira no es pecado.
 
Locura fuera de control 

El general retirado Mauricio Ernesto Vargas, destacado en la zona oriental durante los años de 1989 a 1991, mientras fungió como comandante de la Tercera Brigada Brigada de Infantería, con sede en San Miguel, afirma que nunca supo de prácticas institucionales de asesinar y desparecer a los opositores políticos.
 
“Hay un falso concepto de que el Estado Mayor tenía control sobre la seguridad pública, ellos contaban con autonomía o semi autonomía, que dependía del ministerio de la Defensa Nacional. Personalmente nunca tuve ningún tipo de relación con [el entonces viceministerio de] Seguridad Pública”, dice Vargas a ContraPunto.
 
La posibilidad, agrega, de que haya un cementerio clandestino con cadáveres de izquierdistas, es espeluznante, pues como militares y profesionales de las armas “ostentan fuertes principios, valores y procedimientos” por los cuales se regían.  
 
“En mis 32 años de carrera militar, puedo garantizar que institucionalmente nunca hubo orden, autorización, ni aval de cometer esa clase de acciones”, agrega.
 
Pero no niega que alguien lo haya hecho individualmente.
 
“No niego que individualmente alguien pudo cometer excesos, pues estábamos en tiempo de guerra”, acota.
 
“Me espanta saber que esas cosas están allí como están, sin saber cómo se hicieron, quién lo pudo haber hecho y qué medidas hay que tomar para que no vuelvan a suceder”, señala.
 
ContraPunto intentó obtener, durante dos semanas, la versión del alcalde de San Miguel, Will Salgado, pues varias fuentes han informado, como se señala al comienzo de este reportaje, que él ha estado al tanto de la existencia de ese cementerio clandestino.
 
Pero si bien en una ocasión el edil recibió a este periódico en su despacho, en San Miguel, fue solo para decir que no daría declaraciones al respecto.
 
En tanto, los cuerpos enterrados debajo del estacionamiento migueleño claman, en su mudez eterna, por justicia, como han estado clamando sus familiares, en ese tormento interminable de no saber nunca qué fue de ellos.


Fuerza Histórica Latinoaméricana.

Fuerza Histórica Latinoamericana

Saludos y bienvenida:

Trovas del Trovador


Si se calla el cantor, calla la vida...inspirate,instruyete,organizate,lucha,rebelate.



Saludos y bienvenida:


Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida...
Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos.

Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos.

Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más...

A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado.

Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia...

Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos?

Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista.

No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente.
Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo.

Fraternalmente, Trovador


UN DÍA COMO HOY, 12 de febrero de 1973, los principales periódicos de El Salvador difundieron fotos de la muerte de los compañeros José Dima...