Saludos y bienvenida: Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida... Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos. Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos. Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más... A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado. Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia... Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos? Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista. No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente. Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo. Fraternalmente, Trovador

jueves, 17 de noviembre de 2011

Los negros también piensan…



Marcelo Colussi (Desde Guatemala. Colaboración para ARGENPRESS CULTURAL)

Ustedes pensarán que la historia que sigue no es verídica. Pues bien: ¡se equivocan! Va a suceder. O si queremos decirlo de otro modo, sucedió ya, en el futuro.

Quienes lean esto ahora podrán no creerlo. De todos modos, recuerden que el relato no es sino la transcripción casi literal de lo que nos contó un visitante del futuro en su misión hacia atrás en el tiempo. Fue cuando compartimos una bella excursión al Kilimanjaro que tuvimos ocasión de conocer la historia. Aunque suene a increíble, si nos fijamos bien en el significado histórico del hecho, no debería sorprendernos para nada. ¿Por qué? Pues… racismo ha existido siempre, ¿o acaso vamos a desconocer que hubo y sigue habiendo? Eso siguió igual por muchos años, también en el futuro inmediato del siglo actual.

Los acontecimientos que presentaremos ahora tuvieron lugar hacia la séptima década del siglo XXI. El personaje en cuestión tenía sobre sí la –sin dudas terrible– carga de haber sido nombrado el ciudadano número ocho mil millones. Decimos “terrible” porque para ese entonces la explosión demográfica aún seguía firme, y era consenso generalizado que “no era de buen gusto” seguir maltratando así al planeta con más y más nacimientos. René no tenía la culpa de ser ese número, pero eso no era cualquier cosa. Cuando nació, tuvo cierta notoriedad. Incluso su madre recibió algunos regalos y pasó sus minutos de gloria mediática; al tiempo ya nadie les recordaba.

Afrodescendiente –ya no se decía más “negro”, no era políticamente correcto–, nacido en Haití, pobre como el 90 por ciento de sus conciudadanos, la maldición de provenir del primer país de América que había osado independizarse de las potencias europeas allá por inicios del siglo XIX, seguía pesando. La decisión tácita de los poderosos de haberle hecho una cruz eterna a “esa sarta de esclavos que habían querido ser libres” se extendía ya por 250 años. El terrible terremoto del año 2010 que redujo el país prácticamente a escombros aún se sentía varias décadas después. La pobreza crónica era la factura pasada por los “desarrollados” a Haití por haberse querido sentir un igual; las consecuencias de ese terremoto eran un efecto de todo ello. Ser el ciudadano número ocho mil millones no hacía sino recordar continuamente la precariedad de su vida, de la de los haitianos, de los pobres del mundo en general.

Para el momento de la historia que vamos a contar, René vivía en Estados Unidos. Igual que durante todo el siglo XX, los afrodescendientes –o sea, la mayoría del país– seguían tan pobres y excluidos como siempre. Por tal motivo, era muy raro, casi imposible que un hijo de pescador, tal como él era, pudiera haber superado la mitad de la escuela secundaria. La universidad, por supuesto, seguía siendo un lujo inalcanzable. Pero de todos modos, como todo el mundo, tenía su teléfono móvil y su computadora. ¿Por qué esa difundida idea que teniendo esas cosas se “progresaba”? ¿Cuándo y quién inventó eso?

Era talentoso, sin dudas. Habiendo decidido irse ilegal a la alicaída ex gran potencia de Estados Unidos, que continuaba siendo aún un paraíso para muchos pobres del mundo, había aprendido el inglés en las calles de Nueva York. En menos de dos años lo manejaba casi a la perfección. Se ganaba la vida como podía. Siempre en forma legal; o, al menos, todo lo legalmente que su situación de indocumentado le permitía: sabía algo de reparación de equipos de computación, algo de cerrajería, y si las cosas venían duras, no le espantaba trabajar de ayudante de albañil, o de basurero, como había hecho el invierno pasado.

Era muy reservado. Hablaba lo indispensable. Y si podía, menos aún.

Cuando tenía 19 años –ya hacía 3 que vivía en el país del norte, siempre muerto de frío porque no podía desacostumbrarse al calor caribeño de su país natal– descubrió el ajedrez. La primera vez que lo vio jugar en una cafetería de dudosa reputación (dos viejos con aspecto demacrado, alcohólicos o drogodependientes seguramente), rió. Le parecía absurdo que dos personas pasaran tanto tiempo quietas con la vista fija en esas cositas que parecían muñequitos, calladas, sin mirarse. Pero eso mismo fue lo que lo entusiasmó: se comunicaban sin necesidad de hablar. Eso parecía interesante.

René era no sólo reservado: era introvertido, especialmente solitario. Él mismo no lo sabía de pequeño, pero su pasión pasaba por lo matemático. Quedarse horas resolviendo problemas numéricos lo llenaba de un gozo imposible de describir. Había llegado al extremo –para él absolutamente normal– de preferir concluir una ecuación que salir con una muchacha de su edad que buscaba cortejarlo.

En el ajedrez encontró un campo enteramente similar a lo numérico. Ahí podía pensar mucho, y pensar en silencio, hacer cálculos, dejarse llevar por la frialdad de las predicciones aritméticas. Descubrió ahí su verdadera pasión.

Sus maestros fueron esos viejos borrachos de las cantinas de mala muerte que frecuentaba. En sentido estricto, nunca recibió clases. Sólo escasas orientaciones, dadas de mala gana por gente que también había aprendido empíricamente el arte del ajedrez y que no sabían cómo transmitir lo poco que conocían o intuían. Así, a los golpes, fue adentrándose en un mundo que desde el primer momento que conoció sintió que lo atrapaba, que era para él como ninguna otra cosa en el mundo.

Su pasión por el juego-ciencia fue siempre en aumento. Con los escasos dólares que iba juntando adquirió su primer libro de ajedrez, que fue, además, el primer libro que comprara en su vida. De ahí en adelante, la pasión por saber siempre más de este juego lo llevó a devorar más y más libros. Él mismo estaba sorprendido. Las consultas a bibliotecas se le iban haciendo rutinarias, a punto que en la Biblioteca Pública de la ciudad, en la Quinta Avenida, ya era personaje conocido. Por internet, igualmente, consumía todo lo que podía.

En pocos meses ya estaba familiarizado con el nombre de las jugadas, había estudiado varias partidas célebres de grandes maestros y cada día iba descubriendo nuevos secretos. Alguien bastante entendido en el tema con quien jugó alguna vez –y a quien jaqueó con una suficiencia realmente digna de admiración– lo animó a participar en un concurso. Como ilegal que era, dudó si debía hacerlo. Volver a la pobreza crónica de su Haití natal lo espantaba. La posibilidad, muy remota sin dudas, pero posibilidad al fin, de poder ganar algún centavo con esta peculiar ocupación del ajedrez, lo animó. Su ocasional “mecenas” –un profesor universitario de arte– vio en René una potencialidad fuera de lo común. Fue él quien lo ayudó a gestionar su residencia.

Nuestro amigo haitiano en todo momento pensó que había alguna agenda oculta tras tamaña muestra de afecto; supuso que sería un homosexual que, finalmente, le aparecería con alguna propuesta difícil de sortear. Pero no fue así: la amistad genuina y la solidaridad, aunque especies en extinción para la segunda mitad del siglo XXI, aún existían. Los buenos oficios del Profesor Herkinsky se lo dejaron ver.

Con la residencia otorgada y los contactos que pudo empezar a establecer a partir de ahí, más la inestimable ayuda de Herkinsky, las cosas comenzaron a facilitársele. Participó en varios torneos de ajedrez, y en todos descollaba. Tenía un juego fuera de lo común: un conocimiento asombroso de los grandes maestros –memorizaba de un modo prodigioso jugadas que habían tenido lugar a principios del siglo XX por ejemplo, pudiendo introducirle variantes de una profundidad asombrosa– y un espíritu de ataque, una agresividad que dejaban atónito. Jamás jugaba a la defensiva; era un ofensivo neto. No eran infrecuentes, incluso con rivales ya de buen juego, fulminantes jaque-mates Pastor.

Cuando se fijó una partida con el por ese entonces campeón nacional de Estados Unidos, Edward Button, su fama ya era considerable en los círculos ajedrecísticos del país. Quiso la casualidad que el mismo día del evento –era una partida amistosa, no más que eso, no daba puntos para acercarse a disputar el cetro nacional– René se encontraba en una sala contigua a la de los organizadores, en el Madison Square Garden, ya bastante alicaído para ese entonces, utilizado más que nada para predicadores neopentecostales. Eran tres empresarios blancos. Como sólo lo conocían de referencia y no físicamente pese a haber organizado el espectáculo, cuando lo vieron pensaron que era algún muchacho de limpieza, por eso siguieron hablando con toda naturalidad. Los chistes racistas que escuchó René lo enardecieron. “Blanco con delantal blanco: médico; negro con delantal blanco: heladero”. Y cosas peores aún: “Blanco con automóvil de lujo: empresario exitoso; negro con automóvil de lujo: chofer…, o vehículo robado”.

Ya estaba acostumbrado a ese tipo de expresiones agresivas; pero esta vez, sintiéndose que era ya un ajedrecista hecho y derecho y que se le debía más respeto, no lo soportó. Los insultó entre dientes (porque no se atrevía a hacerlo abiertamente). Los tres rubios, petulantes y altaneros, lo escucharon, pero no quisieron reaccionar. Sólo uno de ellos, el más voluminoso, gordo de rojos cachetes y sonrisa burlona, socarronamente le pidió que le lustre los zapatos… “si tenía tiempo, claro…”. René, para evitar más problemas, prefirió salir de la escena.

Grande fue la sorpresa de los tres cuando momentos más tarde daba inicio la ceremonia de presentación de la partida. No podían creer que “el negrito ese” fuera la promesa de la que les habían hablado y gracias al cual iban a ganar buen dinero organizando este espectáculo. El ajedrez, igual que décadas atrás para el momento en que seguramente estarás leyendo esto, estimado lector, seguía siendo un juego bastante selecto. Pero para mediados del siglo XXI conocía un momento de esplendor, y merced a un muy logrado mercadeo, había pasado a ser producto de consumo relativamente masivo. Es por eso que estos inversionistas se dedicaban a organizar torneos del juego-ciencia; no generaban enormes fortunas como en la época de oro de Hollywood, pero sí interesantes ganancias.

Si bien la figura de René podría haberles sido una buena ficha a la que apostarle, el racismo pudo más. Rápidamente los tres, contrario a una sopesada decisión económica con cabeza fría, optaron por la rápida salida visceral. “A este pedazo de carbón aquí se le termina su carrera como ajedrecista” sentenció altivo el más grande de los tres. El triunfo con sabor a paliza que le propinó al campeón nacional Button no les significó nada. Hubiera podido ser el inicio de un muy buen negocio, pero los prejuicios étnicos se impusieron.

Efectivamente René empezó a encontrar obstáculos en su carrera. Luego del categórico triunfo sobre Button, quien reconoció luego el juego perfecto de su rival, y cuando todo hubiera hecho pensar que se le abrían puertas, contrariamente comenzó a ver cerrados los caminos.

Fue la intervención del profesor Herkinsky que lo salvó una vez más. Amante del ajedrez como era este buen catedrático, y muy respetuoso de los derechos de las minorías –como judío, en su hogar también había conocido lo que en siglos pasados su pueblo había sufrido–, sus buenos oficios consiguieron que en la universidad donde enseñaba se organizaran algunos torneos. Por supuesto que René era la sensación: no tenía rivales, y llegó a hacer partidas simultáneas de más de 15 tableros. Obviamente lo más que unos aventajados estudiantes de ajedrez lograron fue llegar a un decoroso empate el día en que René, en una demostración de dominio pleno de este arte, compitió contra 32 tableros simultáneos.

Si bien era cierto que la cuota de poder que tenían estos racistas empresarios era grande, la excelencia de René era más grande y espectacular aún. Tanto, que comenzó a abrirse camino por vías impensadas. Un noticiero de la televisión china, sabiendo de su calidad, le dedicó un especial de 10 minutos. Eso le cambió la vida.

La nota se difundió por todo el mundo con velocidad vertiginosa, e inmediatamente muchísimos quisieron conocer a ese “genio sin título de campeón”. La presión mediática fue grande, y también lo fue la de varias empresas chinas que empezaron a organizar certámenes para promocionarlo. La Federación Internacional de Ajedrez rápidamente tomó cartas en el asunto. El hecho de ser el ciudadano número 8.000 millones ponía una nota de mayor interés al asunto.

Décadas atrás, cuando Washington manejaba los hilos del mundo en prácticamente todo, algo así hubiera sido imposible; pero ahora, con su alicaído poderío, no tuvo más remedio que permitir esa injerencia. Tres representantes de la Federación llegaron a New York para conocer al prodigio.

Los deslumbró. Poco tiempo después, cuando se le midió su coeficiente Elo (la medida que se continuaba utilizando para conocer la destreza de un ajedrecista), sorprendió a todos con el puntaje obtenido: 3.114. Nunca jamás en la historia se había superado la barrera de los 3.000 puntos. Sabido esto, inmediatamente la IBM –en ese entonces propiedad de un consorcio chino-alemán– organizó una partida entre René y su más moderno y desarrollado programa computacional. Probado en varias demostraciones, ese programa había vencido ya a cuatro recreaciones de grandes campeones de la historia: Boris Spassky, Tigran Petrosian, Alexánder Aliojin (Alekhine) y el cubano Capablanca. Pero no pudo con René. Para sorpresa y admiración de todo el mundo, el haitiano –a quien ya querían nacionalizar estadounidense, porque lo veían buen negocio– derrotó al programa de la super computadora. Pero no sólo venció a la máquina: lo hizo con paliza demoledora.

Formalmente no tenía el título de campeón mundial; ni siquiera el de Estados Unidos, y mucho menos el de Haití. De todos modos, se arreglaron las cosas para concertar una partida con el por ese entonces monarca, el egipcio Abdul Al Rajá. De más está decir que fue una cómoda victoria para nuestro negro ajedrecista.

Ya en la cumbre de la gloria –pero siempre manteniendo su humildad; por lo pronto nunca compró auto propio, sólo andaba en bicicleta–, campeón del mundo y reconocido como “la más deslumbrante inteligencia ajedrecística de la historia”, alguna vez quiso reencontrarse con los promotores que se habían burlado de él en el Madison Square Garden el día de aquel encuentro amistoso con Button. En particular, con el que le había pedido que le lustre los zapatos, el gordo de los rojos cachetes. Su posición actual le permitió darse ese “lujo”.

Cuando finalmente se concretó el encuentro, el empresario en cuestión llegó pidiendo perdón, tratando de explicar que “lo de aquella vez había sido un malentendido”. Enorme fue su sorpresa cuando René le preguntó con qué pie quería comenzar. Ante la mirada atónita del rubio grandote, el ajedrecista sacó una franela y una lata de pomada disponiéndose para empezar el lustre. Nos contó nuestro viajero del tiempo que, según se dijo en ese entonces y fue motivo de mofa por varios meses, el empresario rompió a llorar y no se le ocurrió otra cosa que agregar: “los negros también piensan”.

Los golpes de estado del capital financiero transnacional

 Alejandro Teitelbaum (especial para ARGENPRESS.info)
 
I. Los pueblos de los países llamados periféricos tienen una larga experiencia en materia de “políticas de ajuste” impuestas por el capital financiero transnacional representado por instituciones como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Políticas de rigor destinadas a pagar la deuda externa, la que tiene la virtud de autoreproducirse y crecer indefinidamente, mediante la aplicación de intereses usurarios y la capitalización de los intereses adeudados, entre otras cosas.

Y cuando ha sido necesario se ha recurrido a los golpes de Estado para acelerar el ritmo de los “reajustes estructurales”, es decir la profundización de la sobreexplotación de las clases populares.

Pero desde hace un tiempo estas estrategias de despojo se han mundializado y las nuevas víctimas incluyen notoriamente a los pueblos de Europa.

Ahora los golpes de Estado no son militares sino ejecutados directamente por el capital financiero que se “pone nervioso” cuando un Estado no paga puntualmente sus deudas poniendo en riesgo sus superbeneficios e impone sucesivas “políticas de rigor” y “reajustes estructurales” y el remplazo de los elencos gubernamentales.

Su nerviosismo se agudizó al extremo cuando Papandreou amagó con un referendum sobre las políticas de ajuste. El dúo Merkozy y la Unión Europea INTIMARON a Papandreou para que abandonara la idea extravagante de una consulta popular.

El capital financiero -que tiene la batuta- parece invisible y los ejecutores visibles son sus fieles servidores : el Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional a nivel regional e internacional y a nivel nacional los gobiernos europeos encabezados por el dúo Merkel-Sarkozy (Merkozy) y el de Obama en los Estados Unidos
Pero últimamente la dictadura del capital financiero transnacional ha quedado al desnudo colocando a sus propios peones al frente del Banco Central Europeo y de los gobiernos de Grecia e Italia. Los tres aparecen vinculados a GOLDMAN SACHS, que forma parte del riñón del capital financiero y del aparato del Estado yanquis.

Mario Draghi, nuevo presidente del BCE, diplomado en economía en el Instituto Tecnológico de Massachussetsu (MIT), se ocupó de las privatizaciones en Italia de 1993 a 2001, fue vicepresidente de GOLDMAN SACHS para Europa entre 2002 y 2005. Como tal, estuvo encargado de empresas y Estados y se ocupó de vender swaps (productos financieros) que permitieron, entre otras cosas, disimular la envergadura de la deuda griega.
Mario Monti, el nuevo primer ministro italiano, diplomado en Yale, es miembro de la Trilateral y del Grupo Bilderberg (think tank del establishement international). Es consejero internacional de GOLDMAN SACHS desde 2005.

Lucas Papademos, el nuevo primer ministro griego, también diplomado en el MIT, fue consejero del Banco de la Reserva Federal en Boston. De 1994 a 2002 fue Gobernador del Banco de Grecia, época en la que GOLDMAN SACHS “ayudó” a falsificar las cuentas del Estado griego.

Asi se ha puesto crudamente de manifiesto la esencia de la democracia burguesa que no es –como se pretende- mediadora o árbitro entre intereses diferentes o contrapuestos- sino esencialmente la dictadura de las clases dominantes sobre las grandes masas oprimidas y explotadas, como ya lo señalaron en su tiempo Marx, Engels y Lenin.
II. La fuerza de choque del capital financiero son las agencias de notación
Las principales agencias notación son Standard and Poor’s, Moody,s y Fitch.

Son instituciones privadas que se ocupan de poner notas a empresas y Estados – que van del riesgo mínimo (AAA) al riesgo máximo (CCC)- que corren los inversores financieros que prestan a dichas empresas y Estados. Existen hace tiempo pero comenzaron poniendo notas a empresas y Bancos y después extendieron su radio de acción a los Estados.
Una nota baja (riesgo alto) tiene por consecuencia automática que la empresa o el Estado que reciba un préstamo pagará un interés más elevado.

Estas agencias no tienen nada de independientes pues pertenecen a grandes capitales privados: el 13% de Moody’s pertenece al multimillonario Warren Buffet, Fitch pertenece mayoritariamente a la sociedad financiera francesa Fimalac y el 20% de su capital al grupo Hearst y Standard and Poor’s al grupo estadounidense McGraw-Hill Companies.
Cobran por sus servicios a las empresas que quieren ser calificadas y a las que utilizan las notas.

De modo que grupos privados estrechamente vinculados al capital financiero decretan la lluvia o el buen tiempo para los Estados que necesitan recurrir a préstamos del capital financiero transnacional. Si la nota es alta (poco riesgo) el Estado pagará un interés bajo por los préstamos. Si la nota es baja (riesgo alto) el Estado pagará un interés alto, entrando así en un círculo infernal de endeudarse cada vez más y pagar intereses cada vez más altos.

Y deberá aplicar los ajustes exigidos por los acreedores que se traducen en recesión, más desocupación, congelación de salarios, privatización de los servicios públicos, recorte de los gastos sociales, etc.

Las notas no son para nada objetivas, sino que responden a la estrategia de provocar una gigantesca y permanente transferencia de recursos de las masas populares hacia el capital financiero transnacional. El caso extremo se da cuando la agencia de notación se “equivoca” y anuncia que le ha bajado la nota a un país, como acaba de ocurrir con Standard and Poor’s respecto de Francia. Después la agencia dice que fue un “error” pero el daño ya está hecho.

Hace pocos días se habló de la posibilidad de que la Unión Europea recortara los poderes de las agencias de notación. Sobre todo su insólita facultad de ponerle notas a los Estados, por encima de toda institucionalidad de derecho público nacional o internacional. Pero todo quedó en “agua de borrajas”, como se suele decir.

III. Otras malas noticias

1. Las perspectivas inmediatas son sombrías. Prácticamente no existe una izquierda que formule una crítica completa y radical del sistema y haga propuestas alternativas audaces a la altura de las circunstancias. Sólo pequeños grupos prácticamente inaudibles a nivel de masas.

Los movimientos de “indignados” son puntualmente multitudinarios (en Grecia y en Italia; en Francia no sobrepasan algunos centenares de personas) y además carecen de dos elementos esenciales : organización y proyecto alternativo.
Los socialdemócratas están definitivamente alineados con el sistema y son intercambiables en los Gobiernos con la derecha tradicional. Cuando escribimos estas líneas el PSOE español se prepara a perder las elecciones y a dejarle el Gobierno al Partido Popular.
A Hollande, el candidato presidencial del Partido Socialista francés, le bastó un llamado telefónico de Areva, la transnacional de la energía nuclear, para suprimir un párrafo del acuerdo celebrado el día anterior con el Partido ecologista, referente al reciclaje de los desechos nucleares, altamente contaminantes.

Hollande no tiene propuestas frente a la crisis que sacude a Europa. A lo sumo el equivalente a un cuarto de aspirina para un cáncer generalizado.
De seguir así no es improbable que la mayoría del electorado –que es espontáneamente conservador y huye al cambio como gato escaldado – finalmente prefiera el original a una mala copia y reelija a Sarkozy.

2. Los países llamados periféricos no están blindados –como se quiere hacer creer- contra la crisis. Son sumamente vulnerables y ya comienzan a hacerse sentir los primeros remezones.
Son muy vulnerables porque su estructura económico-financiera es un eslabón del gran capital transnacional.
Véase, por ejemplo, respecto de Argentina, la nota de Félix Herrero “Chocolate por la noticia: ¡El modelo es capitalista!” en Argenpress del 14/11 y los datos sobre la extranjerización de la economía que aparecen en el Informe de Coyuntura Nº 8 de noviembre de 2011 del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA):

Grado de concentración y extranjerización

La transición entre la convertibilidad y la posconvertibilidad supuso un salto en materia de concentración económica. La cúpula empresaria ha logrado consolidar su importancia en la economía nacional, tal como lo refleja su peso en la producción del país y el sostenimiento de muy elevadas tasas de rentabilidad. En el período 1991-2001, en promedio, el peso de las ventas de la cúpula empresaria fue equivalente al 20,4% del Valor Bruto de Producción (VBP) de la economía nacional; en 2003-2009 alcanzó al 28,0%. En gran medida, este salto en el nivel de concentración se vincula con una dispar evolución de los precios de la economía versus los de estas grandes empresas. Se mantiene, a su vez, un elevado grado de extranjerización de esta cúpula empresaria, que fue resultado principalmente de las tendencias desplegadas a lo largo de la convertibilidad. Así, en 2009 el 55,4% de las ventas totales de las 200 empresas de mayor tamaño del país está explicado por las ventas de las empresas extranjeras.

El impacto de la extranjerización sobre las cuentas externas El agudo proceso de extranjerización desplegado en nuestro país desde comienzos de la década del noventa ha determinado un sensible aumento en la remisión de utilidades y dividendos al exterior por parte de las firmas de origen extranjero. Las elevadas tasas de crecimiento económico alcanzadas desde 2003 no hicieron más que potenciar este proceso. De esta forma, el flujo neto total de utilidades y dividendos pasó de representar US$ 633 millones en 2003 a US$ 7.159 millones en 2010. Se debe señalar que el mantenimiento de un sensible superávit en cuenta corriente desde 2003 fue uno de los pilares en los que se sustentó esta etapa de crecimiento. En este marco, es de resaltar que el déficit generado por la remisión de utilidades y dividendos ha tenido un crecimiento notable en los últimos años. El flujo de utilidades y dividendos pasó de representar el 32% del superávit comercial en 2005 a más del 50% en 2010. (Páginas 11 y 12 del Informe de CIFRA).

(VIDEO) Vea "Dossier" con Walter Martínez (16.11.11)

Los sucesos internacionales y noticias de resonancia mundial en "pleno desarrollo" analizados por el periodista y corresponsal de guerra, Walter Martínez, a través de la señal del canal de todos los venezolanos, Venezolana de televisión.

“Dossier”, único en su estilo en la televisión venezolana, es una herramienta necesaria, que brinda información de actualidad, en un lenguaje directo y de fácil comprensión.


 
Fuerza Histórica Latinoaméricana.

Fuerza Histórica Latinoamericana

Saludos y bienvenida:

Trovas del Trovador


Si se calla el cantor, calla la vida...inspirate,instruyete,organizate,lucha,rebelate.



Saludos y bienvenida:


Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida...
Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos.

Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos.

Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más...

A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado.

Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia...

Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos?

Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista.

No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente.
Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo.

Fraternalmente, Trovador


UN DÍA COMO HOY, 12 de febrero de 1973, los principales periódicos de El Salvador difundieron fotos de la muerte de los compañeros José Dima...