Saludos y bienvenida: Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida... Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos. Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos. Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más... A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado. Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia... Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos? Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista. No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente. Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo. Fraternalmente, Trovador

martes, 4 de diciembre de 2012

Entrevista completa en exclusiva de RT a Tanja Nijmeijer, la guerrillera Alexandra de las FARC



RT presenta la primera entrevista concedida a una cadena televisiva por Tanja Nijmeijer, la guerrillera holandesa de las FARC. Nijmeijer explica su visión del posible camino hacia la paz y los principales objetivos de las FARC en su negociación con el gobierno colombiano.

RT
: Bueno Alexandra, muchas gracias por concedernos esta entrevista.

Nijmeijer: Con mucho gusto.

RT: Con el tiempo muchos líderes revolucionarios han abandonado la idea de la lucha armada y algunos incluso consideran que es un anacronismo. ¿Esta apertura de las FARC al diálogo evidencia esta tendencia?, ¿Ustedes se han desilusionado de sus métodos de lucha?

Nijmeijer: No, yo no creo que se pueda decir de esa forma. Nosotros estamos aquí en La Habana porque nosotros siempre hemos pedido el diálogo, nosotros siempre hemos pedido la paz, pero el gobierno colombiano nunca nos ha permitido participar políticamente, entonces por ese hecho nosotros hemos tomado las armas, no por gusto, no porque a nosotros nos gusten las armas o porque nos guste la guerra. Hemos tomado las armas en una legítima defensa contra el terrorismo de Estado colombiano. A lo largo de la historia siempre se ha demostrado que nosotros queremos el diálogo, queremos la paz, por eso estamos aquí en La Habana. Si el gobierno nos pide diálogo, dialogamos, y si nos piden guerra pues también nos defendemos.

RT: Y en ese sentido ¿cómo ve la realidad latinoamericana hoy en día? ¿Existen las condiciones para otras formas de oposición sin armas?

Nijmeijer: Pues yo diría que en Latinoamérica se está dando un proceso muy interesante, en Venezuela, en Ecuador, hasta en Argentina, en casi todas partes de Latinoamérica, son procesos muy interesantes que a nosotros nos interesan. Nos interesaría hacer política de esa forma, pero lastimosamente hasta el momento en Colombia no se ha podido, vamos a ver si de pronto con este proceso logramos hacer la paz y podamos participar políticamente.

RT: Durante décadas el gobierno colombiano ha tratado de poner fin a este conflicto armado, ¿hay algo que diferencie este nuevo intento aquí en La Habana de los anteriores? ¿Hay algunas razones para el optimismo?

Nijmeije: Nosotros somos muy optimistas, la delegación de la paz de las FARC somos muy optimistas, porque pensamos que en este momento, o sea, en Colombia, siempre se da como un flujo y reflujo ¿no?, del movimiento social, de los movimientos campesinos, obreros, pero pensamos que en este momento ese movimiento se está volviendo muy grande. Se ve en Colombia que el pueblo ya no aguanta más esta guerra y que el mismo pueblo está pidiendo la paz, se ve una guerra de movilización social del pueblo colombiano, que queremos que nos acompañe en este intento de diálogo, y eso es lo que va a pasar. Esa es una diferencia que yo veo muy grande con los anteriores procesos de paz, que hay una movilización de paz grandísima, que se ve todos los días en Colombia, gente que sale a la calle a protestar. La gente como que perdió el miedo al terrorismo de Estado porque no aguanta más.

Otra cosa que yo veo en este proceso de paz es, digamos, lo que ya hablamos, la situación en Latinoamérica que ha cambiado y eso nos ayuda bastante para entendernos con el gobierno colombiano, el acompañamiento de los cubanos, de Venezuela, de todos los países de Latinoamérica. Eso también es un factor externo importante.

RT: Sin embargo, una gran mayoría de los colombianos considera que los miembros de las FARC tienen que asumir la responsabilidad y recibir castigo por los crímenes que han cometido. ¿Qué cree usted al respecto?

Nijmeijer: Pues yo pienso que es un poco, se podría decir absurdo, pedir castigo para unas personas que siempre han actuado en legítima defensa. Y lo que ya hablamos antes, o sea, nosotros no estamos haciendo la guerra porque queramos la guerra, nosotros queremos la paz, pero la paz con justicia social y eso es lo que nunca se ha dado en Colombia. Entonces uno no puede decir… si una persona a usted le pega por ejemplo y usted en legítima defensa le pega también, entonces la persona a la que le iban a pegar tiene que recibir castigo por esa defensa. Eso es un ejemplo para mostrar cómo vemos nosotros la guerra en Colombia y la parte que nosotros tenemos en ella, como una defensa.

RT: Usted es una de las negociadoras en este proceso de paz aquí en la Habana. ¿Qué ambiente se siente en la mesa de las negociaciones? y ¿Es posible que las FARC y el gobierno colombiano encuentren una lengua común?

Nijmeijer: Yo pienso que el ambiente en la mesa está muy bueno, incluso hay espacio para chistes, hay espacio para risas y hay un diálogo fluido, bueno. Nosotros apenas estamos empezando. Es muy difícil decir hasta dónde va a llegar este proceso, pero tenemos mucho optimismo y pensamos que las dos partes queremos la paz para el pueblo colombiano. Y donde hay voluntad, hay camino, dice un refrán holandés. Y yo pienso que es así, donde hay dos partes que muestran su voluntad de hacer la paz, tiene que poder haber una solución.

RT: Bueno, imaginamos, vamos a imaginar, que el proceso de paz concluye con éxito y llega la hora de la desmovilización. ¿Qué es lo que harían los miembros de las FARC entonces?

Nijmeijer: Nosotros somos la organización político-militar, pero en primer lugar somos políticos. O sea, los fusiles para nosotros son unas cosas de hierro, unos fierros, que no son necesarios. Son necesarios en los momentos en que no nos dejan hacer política de otra forma. Pero si nos dejan hacer política de otra forma, pues los botamos y seguimos haciendo la política, como movimiento político, porque es lo que somos. Somos partido comunista alzado en armas.

RT: Hace unos años usted personalmente estuvo en el centro de la atención mundial, después de la publicación de los diarios que fueron capturados por el ejército. Muchos entendieron que usted estaba criticando en estas notas al régimen que existe en la organización. ¿Podría comentar esto? Y sí es así, ¿cómo puede ser miembro de la organización si no está completamente de acuerdo con las reglas que existen en ella?

Nijmeijer: Primero de todo tengo que decir que fue una forma muy poco ética de tratar un diario, que es personal, de uno, que pienso tenía que haber entregado a mis papás. Pero bueno, eso aparte, es entre comillas. Las cosas que yo escribía fueron cosas de la vida cotidiana. O sea, por ejemplo, qué persona del mundo que trabaja en una empresa tiene sus días buenos, tiene sus días malos y tiene críticas. Y estas críticas también las expresamos dentro de la organización. Y se solucionan los problemas. Pero claro que para mí en esta época  todavía era más difícil, porque yo, a parte de una adaptación al monte, a la guerrilla, también tenía una adaptación cultural, a la cultura colombiana, todo esto. Y eso no siempre ha sido fácil. Pero yo muchas veces hago esta reflexión.

Vea, si todo el mundo dice que nosotros somos terroristas o que nosotros atacamos a la población civil, como tantas veces dicen, o que nosotros reclutamos niños forzosamente, ¿por qué eso no aparece en el diario? Esta reflexión nadie la ha hecho. En ningún medio he leído esta reflexión. Entonces, ¿por qué yo no escribo en el diario que "acabo de llegar de una terrible masacre de la población civil y ahorita voy a reclutar a unos niños"? Eso no está en el diario. En el diario está "ay, Dios mío, yo no tengo cigarrillos y el comandante sí". O sea, son cosas que, para mí, cuando yo después volvía a leerlas hasta infantiles son. Pero eran pensamientos que yo tenía y también allí se veía como es todo el proceso de la adaptación, que yo tenía aquí en la guerrilla y en el monte.

RT: Pero aparte de todos estos pequeños detalles, digamos, teniendo en cuenta su experiencia en las FARC, ¿podría hacer unas críticas al funcionamiento de esta organización hoy en día?

Nijmeijer: Claro, uno puede hacer sus críticas en los espacios que son. Lo importante para mí, lo que yo he visto en todos estos años que llevo ahorita en las FARC, es que las críticas que hacemos nosotros tarde o temprano son escuchadas y son resueltas. Por ejemplo, notamos que en tal unidad hay mucho machismo por parte de los hombres y también puede haber por parte de las mujeres, entonces vamos a empezar una campaña educativa a largo plazo para que la gente se acople al pensamiento de nosotros. O en tal unidad hay un trato, por ejemplo, de un comandante que no está bien claro qué es lo que está haciendo. Entonces recogemos al comandante, mandamos a otro, le damos educación y le decimos cómo tiene que hacer las cosas. Entonces uno ve que hay problemas. En todas las organizaciones hay problemas y contradicciones. Esto se ve hasta en estados, esto se ve en todas las partes. Hasta en un club del fútbol usted ve contradicciones. La cosa está en cómo se resuelven esas contradicciones. Y yo he visto en las FARC que las contradicciones se resuelven de una forma dialéctica. Una forma que a mí me gusta: se resuelven los problemas. Entonces esto para mí es importante.

RT: Ya que hablamos del día a día de la organización, ¿no? Durante los últimos años la guerrilla ha perdido a varios de sus líderes, por lo que se ha debilitado. ¿Cómo ve usted hoy al movimiento, cuán numeroso es y cómo está organizado?

Nijmeijer: Bueno, yo pienso que hoy día, o sea, como ya está hablando del movimiento de flujos y reflujos... siempre hay flujos y reflujos. Unos reflujos para la organización es que el terrorismo del estado y el imperialismo vienen con toda. Por ejemplo, hemos visto en el Plan Colombia, en el Plan Patriotas, donde nos han metido con todo: con bombarderos, con operativos grandísimos. Entonces el movimiento pues está a la defensa, pero yo pienso que hay que ver las cosas a largo plazo, que nosotros hemos empezado con 48 hombres. Si estuviéramos hoy día con 48 hombres, no estaríamos sentados aquí en La Habana. Estamos aquí, porque militarmente un Gobierno no se va a sentar con una parte derrotada a la mesa. Eso no lo hacen. Se sienten con nosotros, porque saben que militarmente no nos han podido derrotar y eso es lo importante.

RT: Y en la organización, los miembros de las FARC viven según las normas comunistas, como se programaba al inicio, o tal vez algo del capitalismo ha penetrado a las filas?

Nijmeijer: O sea uno podría decir que nosotros tenemos un reglamento, un estatuto, tenemos una cartilla militar que son normas y reglas para los guerrilleros de las FARC en todos los escalones, desde el comandante Timoleón hasta el guerrillero que ingresó ayer. Entonces esas normas son de obligatorio cumplimiento. Claro que muchas veces se ven infracciones en esas normas, o sea, personas que, por ejemplo, en la guerrilla es muy complicado comprar un mp3, o una radio, porque nos ubican y nos bombardean.

Entonces cuando un guerrillero infringe en la disciplina se trata de educarlo. Puede ser con un castigo, puede ser con escribir unas páginas, haciendo una crítica en la reunión del partido. Nosotros hacemos la reunión del partido cada 8 días. Entonces, se crítica al compañero. O por ejemplo, si algún camarada tiene algún comportamiento que se ve como salido, como no muy bueno, puede ser de machismo o de cosas, como usted dijo, del capitalismo, de querer tener cosas, no pensar en el colectivo, entonces allí se le llama la atención y los otros camaradas lo van criticando y se hace la autocrítica correspondiente y se resuelven los problemas.

RT: Y el Gobierno colombiano, al igual que el gobierno de EE.UU. siempre ha insistido en que las FARC viven por el narcotráfico, lo que siempre fue negado por la guerrilla. Si no es esta fuente, ¿qué es lo que apoya la lucha revolucionaria?

Nijmeijer: Nosotros tenemos una ley, que se llama la ley 002. Entonces, según esa ley, como todo colombiano tiene que pagarle impuestos al Estado colombiano para hacerle la guerra al mismo pueblo, entonces nosotros pensamos que cada persona que se gane más de un millón de dólares, tiene que pagar un impuesto revolucionario a la guerrilla. Entonces, nosotros cobramos esos impuestos y las zonas cocaleras, donde solamente hay coca, nosotros les pedimos impuesto revolucionario a los mafiosos, a la gente que gane mucha plata con este negocio. Nosotros no le vamos a pedir un impuesto a un campesino que tiene una hectárea con coca, no. Entonces, ese es el lazo que ellos ven entre la guerrilla y la coca. En otras zonas, donde hay otros negocios, pues se levantan otros impuestos. Pero es una lógica en un país, donde todas las instituciones en todas las partes están impregnadas de narcotráfico, que nosotros cuando levantamos un impuesto, pues ahí también van a estar mafiosos, narcotraficantes que nos tienen que pagar los impuestos. Porque una guerra sin financiación no tiene motor.

RT: Este año las FARC anunciaron el abandono de la práctica de los secuestros. Sin embargo, hay algunos retenidos, ¿Cómo va a ser el futuro de estas personas? ¿Hay algún plan para liberarlos?

Nijmeijer: Hace algún tiempo había una fundación, cuyo nombre no recuerdo, me parece que fue Nuevo Arcoíris, que decía que nosotros teníamos 3.000 retenidos en nuestro poder. Nosotros hicimos un conteo en esa época, eso fue antes de febrero de este año, cuando nosotros dijimos que ya no íbamos a retenerlas por razones económicas. Entonces hicimos un conteo y contamos nueve, en todos los frentes. Entonces sería muy bueno, pienso yo, es como una reflexión mía, que el gobierno hiciera un cese al fuego, que pudiéramos mandar a todos los frentes, por ejemplo, comisiones de la cruz roja o comisiones de derechos humanos a mirar cuáles son los retenidos que tenemos en nuestro poder y van a ver que ya no hay retenidos, o sea, en una guerra de tantos años, es que hay 50.000 desaparecidos del estado. Yo me imagino que una parte de esos 50.000 están supuestamente en poder nuestro. Entonces vamos a ver la verdad, vamos a hacer que la verdad flote.

RT: En distintos medios circula la información de que a las FARC les ayudan, les apoyan los gobiernos socialistas vecinos e incluso albergan a algunos de sus miembros en su territorio. ¿Es verdad que existe este tipo de colaboración?

Nijmeijer: Yo pienso que para nosotros, o sea, de lo que ya hablamos, esos gobiernos son un ejemplo para nosotros, nos dan moral, son muy importantes y, por ejemplo, ahorita en este proceso de paz son una colaboración muy grande, sí, pero como mediadores. Yo pienso que no se puede hablar… nosotros las FARC nunca hemos recibido colaboración en ningún sentido de ningún gobierno, por ejemplo ni de la Unión Soviética cuando existía, ni de Venezuela, ni de Ecuador, nosotros somos un movimiento con un pensamiento propio, pero también con unas ideas propias. Entonces nosotros no tenemos… ellos son estados, nosotros somos un estado pero en formación y ahí no hay relaciones, ellos tienen relaciones económicas y políticas pero con el estado colombiano.

RT: Usted declaró estar orgullosa de ser guerrillera, de ser un miembro de las FARC. ¿Qué es lo que alimenta este orgullo?

Nijmeijer: Pues el orgullo de ser guerrillera de las FARC es el orgullo de pertenecer a una organización que, a pesar de tanta saña mediática, a pesar de un terrorismo de estado, a pesar de tanto dinero que le han gastado a pelear contra nosotros, nunca nos hemos rendido y siempre seguimos peleando por lo que creemos que es justo y eso a mí me hace sentir muy orgullosa, aparte de todo lo que tenemos, el hecho de ser fariano, tenemos cultura, tenemos libros, tenemos canciones, cientos de canciones, tenemos gente, gente buena, capacitada, mujeres lindas, revolucionarias, por todo eso me siento orgullosa.

RT: Usted me ha dicho que mejor le llamara Alexandra. ¿Por qué es tan importante para los guerrilleros tener otro nombre?

Nijmeijer: Porque es el nombre de guerra y entonces cuando uno llega al monte usted se va colocando otro nombre porque en una guerra tiene que haber clandestinidad. Para una guerrilla es muy importante el secreto, la clandestinidad, entonces nosotros no nos conocemos los nombres civiles entre nosotros, precisamente para guardar el secreto, eso yo creo que se ve en todas las guerras

RT: Es como una norma, ¿no?

Nijmeijer: Sí, es una norma. Y a mí en los medios todo el tiempo me llaman por mi nombre civil y a mí no me molesta realmente eso, pero yo siempre prefiero mi nombre guerrillero, porque así siempre me han llamado, y eso como que para uno expresa el sentir revolucionario y de guerrillero.

RT: ¿Qué es lo que obtuvo tras inscribirse a las filas de los guerrilleros que no podía recibir en Europa donde, según muchas personas, tenía el futuro seguro?

Nijmeijer: Yo pienso que lo más importante para mí es estar dentro de las filas guerrilleras, digamos el hecho de recibir el reconocimiento de los mismos guerrilleros por la solidaridad internacional. O sea, muchas veces yo llego a cualquier parte, estoy haciendo cualquier tarea y me llega alguno a decir: “Me siento orgulloso de que usted esté aquí, me siento bien que nosotros sentimos que no estamos solos en esta lucha, con todo lo que dicen los medios, con toda la mala propaganda que nos hacen y usted ha venido acá a apoyarnos”. Y eso para mí es muy importante, eso no lo hubiera recibido yo en Holanda.

RT: ¿Y nunca se ha arrepentido jamás pensando, como muchas mujeres jóvenes: tal vez me asiento, formo una familia, tengo hijos?

Nijmeijer: No, nunca. O sea, yo sí me he arrepentido muchas veces cuando pensaba que no podía más en las marchas, yo decía “yo no voy a poder, no puedo, no puedo”. Pero cada vez, o sea, llegaba de la marcha y otra vez contenta de que yo si pude. Son barreras que uno ve y que uno va sobrepasando, cada vez más, cada vez más alto. Pero de estar arrepentida porque me gustaría tener una familia no, yo no anhelo esa vida.

RT: ¿Y no extraña nada de su vida anterior, la familia, algunas cosas de las que estaba acostumbrada?

Nijmeijer: Mi familia, claro. Yo creo que cualquier guerrillero que está en este momento en el monte extraña siempre a su familia. Claro que las FARC es como la segunda familia de uno, ¿no?, una familia con quien usted vive cosas mucho más intensas y muy diferentes de las que vive con una familia normal, pero siempre ahí en la cabeza queda, digamos el retrato de la familia de uno, y es una gran alegría cuando usted tiene la posibilidad de verlos, de llamarlos, pero es un sacrificio que todos somos conscientes que tenemos que hacer, porque si no, no hacemos nada.

RT: ¿Y cómo ve su futuro? ¿Se ve dentro de la política colombiana por ejemplo?

Nijmeijer: Yo veo mi futuro dentro de las FARC en pie y empleándome en lo que sea necesario, lo que necesite la organización, si necesitan una profesora, pues seré profesora y si necesitan una política pues ahí estoy también, a la orden.

RT: De todas formas las FARC protagonizan el conflicto armado que dura muchas décadas y se ha cobrado miles de vidas. ¿Usted asume esta responsabilidad? ¿Hay algo por lo que pediría perdón?

Nijmeijer: A mí no me gustaría pedir perdón, me gustaría pedir justicia social, eso nada más.

RT: Muchas gracias Tanja por la entrevista.

Las maquilas en Latinoamérica: Una nueva forma de esclavitud

Marcelo Colussi

«Por una camisa marca GAP un consumidor canadiense paga 34 dólares, mientras en El Salvador una obrera gana 27 centavos de dólar por confeccionarla en una planta maquiladora.»
Organización Internacional del Trabajo

Permítasenos comenzar con esta cita escuchada a dos obreras de maquila en El Salvador (Centroamérica): "Con estas condiciones de trabajo parece que volvemos al tiempo de la esclavitud", afirma una de ellas, respondiendo la otra: "¿Volvemos? Pero… ¿cuándo nos habíamos ido?".

Entre los años 60 y 70 del siglo pasado comienza el proceso de traslado de parte de la industria de ensamblaje desde Estados Unidos hacia América Latina. Para los 90, con el gran impulso a la liberalización del comercio internacional y la absoluta globalización de la economía, el fenómeno ya se había expandido por todo el mundo, siendo el capital invertido no sólo estadounidense sino también europeo y japonés. En Latinoamérica, esas industrias son actual y comúnmente conocidas como "maquilas" (maquila es un término que procede del árabe y significa "porción de grano, harina o aceite que corresponde al molinero por la molienda, con lo que se describe un sistema de moler el trigo en molino ajeno, pagando al molinero con parte de la harina obtenida"). Esta noción de maquila que se ha venido imponiendo desde algunos años invariablemente se asocia a precariedad laboral, falta de libertad sindical y de negociación, salarios de hambre, largas y agotadoras jornadas de trabajo y –nota muy importante– primacía de la contratación de mujeres. Esto último, por cuanto la cultura machista dominante permite explotar más aún a las mujeres, a quienes se paga menos por igual trabajo que los varones, y a quienes se manipula y atemoriza con mayor facilidad (un embarazo, por ejemplo, puede ser motivo de despido).


 

Estas industrias, en realidad, no representan ningún beneficio para los países donde se instalan. Lo son, en todo caso, para los capitales que las impulsan, en tanto se favorecen de las ventajas ofrecidas por los países receptores (mano de obra barata y no sindicalizada, exención de impuestos, falta de controles medioambientales). En los países que las reciben, nada queda. A lo que debe agregarse que es tan grande la pobreza general, tan precarias las condiciones de vida de estos países, que la llegada de estas iniciativas más que verse como un atentado a la soberanía, como una agresión artera a derechos mínimos, se vive como un logro: para los trabajadores, porque es una fuente de trabajo, aunque precaria, pero fuente de trabajo al fin. Y para los gobiernos, porque representan válvulas de escape a las ollas de presión que resultan sociedades cada vez más empobrecidas y donde la conflictividad crece y está siempre a punto de estallar. Dato curioso (u observación patética): algunas décadas atrás en la región se pedía la salida de capitales extranjeros y era ya todo un símbolo la quema de una bandera estadounidense; hoy, la llegada de una maquila se festeja como un elemento "modernizador".

La relocalización (eufemismo en boga por decir "ubicación en lugares más convenientes para los capitales") de la actividad productiva transnacional es un fenómeno mundial y se ha efectuado desde Estados Unidos hacia México, América Central y Asia, pero también desde Taiwán, Japón y Corea del Sur hacia el sudeste asiático y hacia Latinoamérica, con miras a abastecer al mercado estadounidense, en principio, y luego el mercado global, tal como va siendo la tendencia sin marcha atrás del capitalismo actual. En el caso de Europa, las empresas italianas, alemanas y francesas primero trasladaron sus actividades productivas hacia los países de menores salarios como Grecia, Turquía y Portugal, y luego de la caída del muro de Berlín a Europa del Este. Actualmente se han instalado también en América Latina y en el África.

Las empresas maquiladoras inician, terminan o contribuyen de alguna forma en la elaboración de un producto destinado a la exportación, ubicándose en las "zonas francas" o "zonas procesadoras de exportación", enclaves que quedan prácticamente por fuera de cualquier control. En general no producen la totalidad de la mercadería final; son sólo un punto de la cadena aportando, fundamentalmente, la mano de obra creadora en condiciones de super explotación laboral. Siempre dependen integralmente del exterior, tanto en la provisión de insumos básicos, tecnologías y patentes, así como del mercado que habrá de absorber su producto terminado. Son, sin ninguna duda, la expresión más genuina de lo que puede significar "globalización": con materias primas de un país (por ejemplo: petróleo de Irak), tecnologías de otro (Estados Unidos), mano de obra barata de otro más (la maquila en, por ejemplo, Indonesia), se elaboran juguetes destinados al mercado europeo; es decir que las distancias desaparecen y el mundo se homogeniza, se interconecta. Ahora bien: las ganancias producidas por la venta de esos juguetes, por supuesto que no se globalizan, sino que quedan en la casa matriz de la empresa multinacional que vende sus mercancías por todo el mundo, digamos en Estados Unidos.

En el subcontinente latinoamericano, dada la pobreza estructural y la desindustrialización histórica, más aún con el auge neoliberal que ha barrido esta región estas tres últimas décadas, los gobiernos y muchos sectores de la sociedad civil claman a gritos por su instalación con el supuesto de que así llega inversión, se genera ocupación y la economía nacional crece. Lamentablemente, nada de ello sucede.

En realidad las empresas transnacionales buscan rebajar al máximo los costos de producción trasladando algunas actividades de los países industrializados a los países periféricos con bajos salarios, sobre todo en aquellas ramas en las que se requiere un uso intensivo de mano de obra (textil, montaje de productos eléctricos y electrónicos, de juguetes, de muebles). Si esas condiciones de acogida cambian, inmediatamente las empresas levantan vuelo sin que nada las ate al sitio donde circunstancialmente estaban desarrollando operaciones. Qué quede tras su partida, no les importa. En definitiva: su llegada no se inscribe –ni remotamente– en un proyecto de industrialización, de modernización productiva, más allá de un engañoso discurso que las pueda presentar como tal.

Toda esta reestructuración empresarial se produce en medio de no pocos conflictos sociales en los países del Norte, pues cientos de fábricas cierran y dejan desocupados a miles de trabajadores. Por ejemplo, en la década del 90 del pasado siglo más de 900.000 empleos se perdieron en Estados Unidos en la rama textil y 200.000 en el sector electrónico. El proceso continúa aceleradamente, y hoy día las grandes transnacionales buscan maquilar prácticamente todo en el Sur, incluso ya no sólo bienes industriales sino también partes de los negocios de servicios. De ahí que, para sorpresa de nosotros, latinoamericanos, se vea un crecimiento exponencial de los llamados call centers en nuestros países: super explotación de la mano de obra local calificada que domina el idioma inglés, siempre jóvenes. En definitiva: otra maquila más.

Todo esto permite ver que en el capitalismo actual, llamado eufemísticamente "neoliberal" (capitalismo salvaje, sin anestesia, para ser más precisos), las grandes corporaciones actúan con una visión global: no les preocupa ya el mercado interno de los países donde nacieron y crecieron, sino que pueden cerrar operaciones allí despidiendo infinidad de trabajadores –que, obviamente, ya no serán compradores de sus productos en ese mercado local– pues trasladan las maquilas a lugares más baratos pensando en un mercado ampliado de extensión mundial: venden menos, o no venden, en su país de origen, porque sus asalariados ya no tienen poder de compra, pero venden en un mercado global, habiendo producido a precios infinitamente más bajos.

El fenómeno parece no detenerse sino, al contrario, acrecentarse. La firma de tratados comerciales como los actuales TLC’s (Tratado de Libre Comercio) entre Washington y determinados países latinoamericanos, no son sino el escenario donde toda la región apunta a convertirse en una gran maquila. Las consecuencias son más que previsibles, y por supuesto no son las mejores para Latinoamérica: en el trazado del mapa geoestratégico de las potencias, y fundamentalmente de los capitales representados por la Casa Blanca, nuestros países quedan como agro-exportadores netos (productos agrícolas primarios, recursos minerales, agua dulce, biodiversidad) y facilitadores de mano de obra semi-esclava para las maquilas.

En alguna medida, y salvando las distancias de la comparación, China también apuesta a la recepción de capitales extranjeros ofreciendo mano de obra barata y disciplinada; en otros términos: una gigantesca maquila. La diferencia, sin embargo, está en que ahí existe un Estado que regula la vida del país (con características de control fascista a veces), ofreciendo políticas en beneficio de su población y con proyectos de nación a futuro. No entraremos a considerar ese complejo engendro de un "socialismo de mercado", pero sin dudas toda esta re-ingeniería humana desarrollada por el Partido Comunista ha llevado a China a ser la segunda potencia económica mundial en la actualidad, y ahora se habla de comenzar a volcar esos beneficios a favor de las grandes mayorías paupérrimas. Por el contrario, las maquilas latinoamericanas no han dejado ningún beneficio hasta la fecha para las poblaciones; en todo caso, fomentan la ideología de la dependencia y la sumisión. Eso es el capitalismo en su versión globalizada, por lo que sólo resta decir que la lucha popular, aunque hoy día bastante debilitada, por supuesto que continúa.

Fuente imagen: INMAGAZINE.

Carta a mi padre

  
Dagoberto Gutierrez

Querido y recordado Papá, Desde 1951, desde un mes de julio de ese año, dejamos de vernos. Yo tenía 7 años y usted más
de 50. Lo recuerdo perfectamente cuando juntos salimos al corredor de la casa y una furiosa tormenta azotaba toda la ciudad, un relámpago inmenso iluminó todo el patio de la casa sembrado de maíz, y un rayo de acero cayó con fuerza en el maizal. Al día siguiente, usted cayó enfermo. Mi mamá decía que era por la impresión del relámpago. Yo no lo creí en ese momento y no lo creo ahora, porque más bien se trató de un nudo de enfermedades que troncharon su vida y me privaron de su luz.

Tenía 5 años cuando salía a comprar el diario en la esquina de la casa, en el Barrio San Miguelito de Santa Ana, después pasábamos a una sesión de lectura, usted en una hamaca, se ha de acordar de esa hamaca, y yo sentado en una pequeña silla, adecuada a mi tamaño y a mi edad, leyendo el diario, sobre todo en las noticias y los temas que usted me indicaba. Me acuerdo que le interesaba la guerra de Corea y me explicaba a donde quedaba ese país. También leíamos noticias locales y cualquier historia sobre el Dr. Cipriano Castro, que había sido patrón suyo.

Jamás olvido cuando regresó del hospital de Santa Ana, al que había ingresado enfermo del corazón, supe que le habían prohibido la sal, y me regaló mi primer libro, llamado “Al polo norte en velocípedo”. Fíjese, papá, que a mí me parecía increíble que alguien pudiera vivir sin usar la sal, pero hoy yo tampoco la uso. Su muerte me tomó de sorpresa, me asustó, y me introdujo en el mundo de la ausencia. Aprendí después a construir su presencia y a defenderlo a usted del olvido, que gusta de borrar las huellas que los caminantes dejan en los caminos, por eso yo lo recuerdo todos los días de mi vida, y lo lloro.

Tantos años han pasado, tanto polvo ha caído sobre los años que también envejecen, y nosotros dos seguimos viajando juntos, seguimos platicando como lo hacíamos en las calles de Chalchuapa, cuando usted me llevaba a la barbería a quitarme el pelo. Acuérdese que íbamos donde el maestro Ramón Solano, con el que usted platicaba largamente y chistaban de cosas que yo no entendía.

Somos 8 hermanos, sus hijos; han muerto 3: Irma Luz que murió a los 15 años, después Lidia de los Ángeles, y hace apenas menos de dos años, Santiago Antonio. A mí ya no me reconocería, aunque cuando nos encontremos sabremos muy bien quienes somos, de dónde venimos y le contaré todo lo que pueda, pasaremos noches enteras platicando, sobre todo del pasado, porque en esa casa solo del pasado se habla. Le cuento que no soy un hombre rico, soy pobre con olor a campesino, con ignorancia total sobre los caminos que conducen al dinero, pero, quizá por eso mismo, soy hombre de bien, es decir, odiado por algunos, como debe ser, tratándose de un hombre bueno, y considerado por algunos otros.

Participé en una guerra tremenda que duró 20 años, ni se imagina usted todo lo que aprendí, no solo a sobrevivir, porque eso quizá no se aprende, sino sobre todo, a usar la fuerza como si fuera poder y a usar el poder como si fuera fuerza. A estas alturas, usted ha de saber que no me gustan las armas, pero sí me interesa, y siempre fue así, el uso de ellas, que siendo éticamente neutras pueden estar al lado de las causas nobles y justas. No se preocupe, querido Padre, que siempre fui ponderado, y todos los guerrilleros fuimos capaces, junto con el pueblo, de derrotar y disolver aquel cuerpo de guardias nacionales que siempre pasaban por la calle real, fuertes y amenazantes, caminando hacia Texistepeque. Yo los veía pasar, sentado en el cerco de piedras, cuando vivíamos en San Jacinto, entre Santa Ana y Texis. Yo esperaba su regreso de Santa Ana por los dulces que siempre me traía, o por un sombrero, o por mis primeros zapatos, pero en fin, siempre lo esperaba.

Es bueno que sepa que el país se ha hecho más chiquito en la medida que la población se ha hecho más grande, y Chalchuapa y Santa Ana, y Texistepeque y Metapán, y la Nueva Concepción, que son los lugares que usted conoció mucho como comerciante, son lugares con mucha riqueza y mucha pobreza, con mucha población y amenazados todos por el progreso. Pero yo le voy a explicar de todas estas cosas y hablaremos mucho de todo eso que se llama política.

Con nosotros vivió en Chalchuapa y durante muchos años, el Tío Pedro, el hermano suyo. Sabrá que era un gran contador de cuentos y un gran conocedor sobre las historias sobre el Cadejo, la Rosa Fragante, los Rosacruces, y sobre todo, un gran fabricante de magalla, que era una especie de masa hecha de tabaco y saliva. Los días sábado nos iban abañar con él al Río Las Cadenas, cerca de San Juan Chiquito, o al Río Pampe. Está enterrado en San Sebastián Salitrillo.

Mi mamá murió en 1983, y no se preocupe porque ella nos condujo bien en la vida. Yo sé que usted partió con mucha angustia porque estábamos muy pequeños, pero todos salimos adelante. Cuando ella murió, el país estaba en guerra y yo en ella, pero supe exactamente el día que murió. La policía de Chalchuapa fue a su entierro esperando que yo fuera. Mire que peligroso se hizo su hijo, quizá por leer tanto los diarios. También me hace mucha falta y también la lloro, pero ustedes: Santiago Gutiérrez y Lucía Linares, mis padres, construyeron en mi corazón todos los arroyuelos que me condujeron a la dignidad y la justicia, como puertos irrenunciables en la vida de un hombre honrado.

Le escribo, Papá, en el mes de diciembre, que se ha hecho un mes inhumano y ofensivo, porque el mercado convierte a los seres humanos en cosas y a las cosas en seres humanos. He leído sobre todo esto, porque desde aquellas sesiones iniciales no he dejado de leer ni de caminar ni de correr. Después le consultaré algunas cosas, pero ahora le doy un gran abrazo y un beso, y la mejor de mis sonrisas para que siempre sigamos juntos y siempre nos quitemos el pelo juntos.
Fuerza Histórica Latinoaméricana.

Fuerza Histórica Latinoamericana

Saludos y bienvenida:

Trovas del Trovador


Si se calla el cantor, calla la vida...inspirate,instruyete,organizate,lucha,rebelate.



Saludos y bienvenida:


Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida...
Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos.

Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos.

Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más...

A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado.

Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia...

Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos?

Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista.

No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente.
Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo.

Fraternalmente, Trovador


UN DÍA COMO HOY, 12 de febrero de 1973, los principales periódicos de El Salvador difundieron fotos de la muerte de los compañeros José Dima...