Saludos y bienvenida: Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida... Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos. Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos. Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más... A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado. Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia... Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos? Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista. No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente. Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo. Fraternalmente, Trovador

jueves, 26 de diciembre de 2013

el derecho de vivir en paz - VICTOR JARA



Documental de la periodista Carmen Luz Parot que abarca la vida del músico y folklorista chileno Víctor Jara, militante de las juventudes comunistas de Chile, quien fue detenido y asesinado en septiembre del año 1973 por la dictadura militar fascista de Augusto Pinochet en el ex-Estadio Chile --hoy Estadio Víctor Jara.

Si no actúas como piensas…


Aquiles Montoya
Rebelión


Dagoberto Gutiérez, nuestro buen amigo de la Tendencia Revolucionaria, TR, suele diferenciar al FMLN que hizo la guerra, del FMLN que hace política electorera y parece que razón tiene al hacerlo, por algunas evidencias empíricas, las cuales, como veremos, son irrefutables.

Del FMLN que hizo la guerra yo sólo conocí a las FPL y un poquito del PCS, con quien me inicié en estas cosas de la necesidad de cambiar el sistema, gracias a una charla sabatina de Shafick Handal, cuando no existía otra organización revolucionaria mas que el PCS - que llegó tarde a la fiesta de las balas, porque seguía la línea de la coexistencia pacífica emanada de Moscú, como probablemente lo hacían, casi todos los partidos comunistas pro-soviéticos,- y que dice, la derecha, ¨que ahora controla al FMLN¨. No lo se, no lo creo y ni me importa.

Pese a todo lo dicho, es evidente que hay un FMLN, y que dentro de este partido, ya sea como simpatizantes, amigos o miembros, pienso que aún existen algunas personas que conservan los ideales que los animaron a incorporarse a la lucha revolucionaria para transformar esta sociedad capitalista, miserable, excluyente, explotadora, corrupta y asesina. Otros, ya se han decepcionado, como yo, de este partido y buscamos nuevas opciones. Pero algunos, aún dudan o siguen creyendo en esos, a quienes les llaman los líderes históricos. A ellos, no a los líderes históricos, es a quienes quiero dirigir este mensaje, honesto, sincero y sobre todo racional y es el siguiente:

Si no actúas como piensas, terminarás pensando como actúas.

El FMLN, su dirigencia y usted que es miembro, amigo o simpatizante del mismo, se definen como socialistas y revolucionarios, ese, es pues, su pensamiento, pero ¿cómo actúan? ¿Podría usted mencionarme hoy, alguna acción revolucionaria suya o de su partido? Una, no le pido dos, ni tres. Sino tan sólo una. ¿Podría usted mencionarme hoy, alguna acción socialista –o al menos alguna acción orientada a construir las bases del socialismo-, suya o de su partido? Una, tan solo una. No piense que quiero joderlo, es claro, que yo no soy de Arena y mucho menos de Gana. Y, por favor, no me venga con aquel cuento, de que es mejor callar, si al hablar, de manera políticamente incorrecta, se beneficia al enemigo, en este caso a Arena o a cualquiera de los partidos tradicionales de derecha.

Lo único que me interesa es hacerlo caer en la cuenta de que si no actúa como piensa, terminará pensando como actúa. Si actúa como un burgués terminará pensando como un burgués. Si actúa como un torturador terminará pensando como torturador. Si actúa como un marero terminará pensando como un marero. Si actúa como un corrupto terminará pensando como corrupto. Que no le quepa ni la menor duda.

¿Y qué pasó con sus ideales revolucionarios? ¿O acaso usted nunca los tuvo? Supongamos que si los tenía, porque es a ustedes a quienes me estoy refiriendo, los otros, los de señales conocidas, los columnistas de los medios de comunicación masiva, que escriben por una paga, o los otros, que maman del gobierno o de las tetas de la empresa privada, con esos no me meteré en esta ocasión, de esos que se ocupen otros y en todo caso, si nadie lo hace, lo harán las futuras generaciones, eso téngalo por seguro y tan cierto, como que mañana saldrá el sol.

Pero por favor, no terminé respondiendo como todos los cínicos pequeñoburgueses que se incorporaron a la lucha, no por ideales, sino buscando su interés personal, con la trillada frase: ¨Esas eran pendejadas de la juventud¨. Tampoco repitan lugares comunes como: ¨¿quién de joven no ha querido transformar el mundo? Pero mi mundo, ese, lo puedo transformar yo, con mi trabajo, con mi esfuerzo personal, con mi disciplina laboral y/o convirtiéndome, en un laméculos¨. Y créame, no lo digo por ofenderlo, sino porque no alcanzo a comprender ¿cómo alguien puede soportar tal inmundicia sin vomitar? ¿O será que actúan como esas modelos que para seguir siéndolo, tienen que meterse el dedo en la boca y vomitar lo que se han hartado?

Pero no nos vayamos a los extremos, es obvio, que de quienes tuvieron la capacidad moral de asesinar a Roque, nuestro máximo literato y nuestro más consecuente intelectual, uno no podría esperar otra cosa más que los excrementos que nos han demostrado ser. Aunque el extraño de Cartagena, se niegue a reconocerlo y actuar en consecuencia con uno de sus presuntos autores y lo mantenga como miembro de su gobierno. Pero eso es harina de otro costal, aunque sea revelador de la ética política de los dirigentes del Frente y de su Presidente, porque el mío, ciertamente, no lo es. Yo sigo siendo un exiliado interior, aunque espero no serlo siempre.

Pero detengámonos en la eternidad del instante en que vivimos, -maravilloso oxímoron- y pongamos nuestra atención en los dirigentes del FMLN, alguno de ellos, dígame con toda su honestidad revolucionaria, si es que le queda alguna: ¿actúan como revolucionarios? ¿Hacen algo qué nos indique, al menos, que caminamos hacia el socialismo?

Si sus respuestas son negativas, ¿por qué continúan apoyando a ese partido? ¿Por qué no pensar en algo alternativo? ¿Por qué desperdiciar su tiempo, sus energías y su coraje revolucionario en un partido que, evidentemente, traicionó los ideales revolucionarios y los sacrificios de miles y miles de salvadoreños y muchos internacionalistas que de buena fe, se incorporaron a la lucha?

Hace algún tiempo escribí un artículo, titulado ¨La izquierda que la derecha quisiera¨, y lo paradójico del asunto, es que la derecha ya la tiene, pero que, sin embargo, aún así no la quiere. Pero no por las tonterías que argumentan en los medios de comunicación: ¨que son chavistas, que son enemigos de la empresa privada, que quieren llevarnos al socialismo, etc¨. Ellos, los burgueses, la derecha política y empresarial, sus intelectuales orgánicos, saben que esas son patrañas, mentiras, en todo caso, tonterías. No los quieren, por otras razones, que unos y otros, las conocen perfectamente y que se refleja en una frase que escuché en una película protagonizada por Orson Wells, ambientada en Italia, luego de pasada la segunda guerra mundial, ante la llegada del nuevo gobierno italiano: ¨Es la misma mierda con diferentes moscas¨. Mil disculpas por la cita, que suena fuerte y grosera, pero no encuentro otra, que describa mejor nuestra realidad. En todo caso, no hay porqué criticar al pintor, que pinta lo que mira, o al fotógrafo que retrata la realidad, tal cual se le presenta.

Sin embargo, para los que aspiramos a una sociedad diferente, debería de ser obvio que necesitamos una izquierda consecuente. Y, yo pienso, que solamente existe una izquierda consecuente y ésta es aquella que es anticapitalista. Si cree que estoy equivocado, refúteme, pero hágalo con argumentos lógicos. Porque de opiniones, de quienes opinan, porque existe el derecho a opinar, yo, al menos, no me voy a ocupar. Porque sería tan pendejo, como los que opinan pendejadas. Pero insisto ¿Por qué en vez de lamentarnos, en vez de llorar por la leche derramada, en vez de recordar con amargura los sacrificios que realizamos en vano? O como ocurre con otros, ¿por qué en vez de seguir militando, simpatizando o apoyando a un partido, que evidentemente, no es ni revolucionario, ni socialista, no nos organizamos y creamos algo nuevo?

Me dirán que todos los intentos han fracasado, inclusive, la de aquellos que quisieron adueñarse de las siglas del FDR. Mucho ojo, pero sólo de las siglas, porque ninguno de ellos se puede comparar con Enrique Álvarez Córdova, presidente del FDR, asesinado por la burguesía escuadronera, que ahora habla de democracia y de defender las instituciones democráticas. Pero si usted, observa y analiza esas experiencias, se dará cuenta, sin mayor esfuerzo, que ninguna pretendía ser una izquierda anticapitalista, sino una izquierda como la que ahora es el FMLN. O sea una izquierda sólo de nombre, de consignas y de bandera. No, yo no lo estoy animando a repetir ese tipo de experiencias.

Yo lo que le propongo a usted, quien quiera que sea, estudiante, ama de casa, asalariado, informal, empleado público, campesino, microempresario, cooperativista, ecologista, feminista, joven, adulto o viejo, como yo, es que comprendamos que necesitamos crear una organización, un movimiento social anti-sistema consecuente, esto es, un Movimiento Social Revolucionario. No importa, que usted, sea marxista, trosquista, anarquistas, maoísta, leninista, ecologista, feminista, farabundista, chavista, cooperativista, campesinista, católico, protestante, islamista, budista, etc. No se si dejé por fuera a alguien, pero lo importante es, que si usted es anti-sistema, usted tiene cabida en este movimiento. Las diferencias, los matices, las vías, se pueden discutir y avanzar hacia una posición consensuada. Lo único que debemos tener en común es el convencimiento de la necesidad de crear una sociedad diferente a la capitalista y evitar los errores cometidos en el pasado en nuestras luchas libertarias.

Me parece que si bien nos ocupamos de la realidad específica de El Salvador, la cual es necesario que se conozca a nivel internacional, la problemática y la propuesta, no son exclusivas de El Salvador, sobre todo ahora que los pueblos están cayendo en la cuenta de la gran estafa de que han sido objeto por parte de los partidos políticos considerados progresistas, de izquierda, socialistas o socialdemócratas, e inclusive, revolucionarios como el FSLN de Nicaragua.

Feliz año nuevo

Aquiles Montoya, economista marxista y profesor de la UCA

domingo, 22 de diciembre de 2013

Gracias a la tecnología china la Bolivia pobre, india, oprimida, machacada, se emancipa tecnológicamente


Algo que los arrogantes occidentales, ya sean ultraizquierdista maotroskistas o simplemente racistas blancos jamás entenderán.

Gracias a China Popular Bolivia tiene un satélite en el espacio que lleva el nombre de un líder rebelde aymara contra el bárbaro imperio español que fue descuartizado por orden del juez español Francisco Tadeo Diez de Medina y Vidango que escribió en la sentencia "Ni al rey ni al estado conviene, quede semilla, o raza de éste o de todo Túpaj Amaru y Túpaj Catari por el mucho ruido e impresión que este maldito nombre ha hecho en los naturales... Porque de lo contrario, quedaría un fermento perpetuo..."



Morales emocionado hasta las lágrimas tras lanzamiento al espacio de TKSAT - 1


Las lágrimas de grandes luchadores: Evo y García Linera

201312190006
Gracias camaradas chinos por no dejar sola a la Bolivia quechua, aymara, minera, obrera, campesina, pobre...Bolivia revolucionaria, antimperialista...VENCERÁ!!!!
Lo sentimos juez asesino español, "ha quedado raza" y los indios hijos de Tupak Katari han terminado por VENCER


jueves, 19 de diciembre de 2013

Mandela ha muerto, ¿Por qué ocultar la verdad sobre el Apartheid?


Fidel Castro

La Segunda Guerra Mundial estalló cuando, el 1ro de septiembre de 1939, el nazi-fascismo invadió Polonia y cayó como un rayo sobre el pueblo heroico de la URSS, que aportó 27 millones de vidas para preservar a la humanidad de aquella brutal matanza que puso fin a la vida de más de 50 millones de personas.

La guerra es, por otro lado, la única actividad a lo largo de la historia que el género humano nunca ha sido capaz de evitar; lo que llevó a Einstein a responder que no sabía cómo sería la Tercera Guerra Mundial, pero la Cuarta sería con palos y piedras.

Sumados los medios disponibles por las dos más poderosas potencias, Estados Unidos y Rusia, disponen de más de 20.000 ojivas nucleares. La humanidad debiera conocer bien que, tres días después de la asunción de John F. Kennedy a la presidencia de su país, el 20 de enero de 1961, un bombardero B-52 de Estados Unidos, en vuelo de rutina, que transportaba dos bombas atómicas con una capacidad destructiva 260 veces superior a la utilizada en Hiroshima, sufrió un accidente que precipitó el aparato hacia tierra. En tales casos, equipos automáticos sofisticados aplican medidas que impiden el estallido de las bombas. La primera cayó a tierra sin riesgo alguno; la segunda, de los 4 mecanismos, tres fallaron, y el cuarto, en estado crítico, apenas funcionó; la bomba por puro azar no estalló.

Ningún acontecimiento presente o pasado que yo recuerde o haya oído mencionar, como la muerte de Mandela, impactó tanto a la opinión pública mundial; y no por sus riquezas, sino por la calidad humana y la nobleza de sus sentimientos e ideas.

A lo largo de la historia, hasta hace apenas un siglo y medio, y antes de que las máquinas y robots, a un costo mínimo de energías, se ocuparan de nuestras modestas tareas, no existían ninguno de los fenómenos que hoy conmueven a la humanidad y rigen inexorablemente a cada una de las personas: hombres o mujeres, niños y ancianos, jóvenes y adultos, agricultores y obreros fabriles, manuales o intelectuales. La tendencia dominante es la de instalarse en las ciudades, donde la creación de empleos, transporte y condiciones elementales de vida, demandan enormes inversiones en detrimento de la producción alimentaria y otras formas de vida más razonables.

Tres potencias han hecho descender artefactos en la Luna de nuestro planeta. El mismo día en que Nelson Mandela, envuelto en la bandera de su patria, fue inhumado en el patio de la humilde casa donde nació hace 95 años, un módulo sofisticado de la República Popular China descendía en un espacio iluminado de nuestra Luna. La coincidencia de ambos hechos fue absolutamente casual.

Millones de científicos investigan materias y radiaciones en la Tierra y el espacio; por ellos se conoce que Titán, una de las lunas de Saturno, acumuló 40 “cuarenta” veces más petróleo que el existente en nuestro planeta cuando comenzó la explotación de este hace apenas 125 años, y al ritmo actual de consumo durará apenas un siglo más.

Los fraternales sentimientos de hermandad profunda entre el pueblo cubano y la patria de Nelson Mandela nacieron de un hecho que ni siquiera ha sido mencionado, y de lo cual no habíamos dicho una palabra a lo largo de muchos años; Mandela, porque era un apóstol de la paz y no deseaba lastimar a nadie. Cuba, porque jamás realizó acción alguna en busca de gloria o prestigio.

Cuando la Revolución triunfó en Cuba fuimos solidarios con las colonias portuguesas en África, desde los primeros años; los Movimientos de Liberación en ese continente ponían en jaque al colonialismo y el imperialismo, luego de la Segunda Guerra Mundial y la liberación de la República Popular China “el país más poblado del mundo”, tras el triunfo glorioso de la Revolución Socialista Rusa.

Las revoluciones sociales conmovían los cimientos del viejo orden. Los pobladores del planeta, en 1960, alcanzaban ya los 3.000 millones de habitantes. Parejamente creció el poder de las grandes empresas transnacionales, casi todas en manos de Estados Unidos, cuya moneda, apoyada en el monopolio del oro y la industria intacta por la lejanía de los frentes de batalla, se hizo dueña de la economía mundial. Richard Nixon derogó unilateralmente el respaldo de su moneda en oro, y las empresas de su país se apoderaron de los principales recursos y materias primas del planeta, que adquirieron con papeles.

Hasta aquí no hay nada que no se conozca.

Pero, ¿por qué se pretende ocultar que el régimen del Apartheid, que tanto hizo sufrir al África e indignó a la inmensa mayoría de las naciones del mundo, era fruto de la Europa colonial y fue convertido en potencia nuclear por Estados Unidos e Israel, lo cual Cuba, un país que apoyaba las colonias portuguesas en África que luchaban por su independencia, condenó abiertamente?

Nuestro pueblo, que había sido cedido por España a Estados Unidos tras la heroica lucha durante más de 30 años, nunca se resignó al régimen esclavista que le impusieron durante casi 500 años.

De Namibia, ocupada por Sudáfrica, partieron en 1975 las tropas racistas apoyadas por tanques ligeros con cañones de 90 milímetros que penetraron más de mil kilómetros hasta las proximidades de Luanda, donde un Batallón de Tropas Especiales cubanas “enviadas por aire” y varias tripulaciones también cubanas de tanques soviéticos que estaban allí sin personal, las pudo contener. Eso ocurrió en noviembre de 1975, 13 años antes de la Batalla de Cuito Cuanavale.

Ya dije que nada hacíamos en busca de prestigio o beneficio alguno. Pero constituye un hecho muy real que Mandela fue un hombre íntegro, revolucionario profundo y radicalmente socialista, que con gran estoicismo soportó 27 años de encarcelamiento solitario. Yo no dejaba de admirar su honradez, su modestia y su enorme mérito.

Cuba cumplía sus deberes internacionalistas rigurosamente. Defendía puntos claves y entrenaba cada año a miles de combatientes angolanos en el manejo de las armas. La URSS suministraba el armamento. Sin embargo, en aquella época la idea del asesor principal por parte de los suministradores del equipo militar no la compartíamos. Miles de angolanos jóvenes y saludables ingresaban constantemente en las unidades de su incipiente ejército. El asesor principal no era, sin embargo, un Zhúkov, Rokossovski, Malinovsky u otros muchos que llenaron de gloria la estrategia militar soviética. Su idea obsesiva era enviar brigadas angolanas con las mejores armas al territorio donde supuestamente residía el gobierno tribal de Savimbi, un mercenario al servicio de Estados Unidos y Sudáfrica, que era como enviar las fuerzas que combatían en Stalingrado a la frontera de la España falangista que había enviado mas de cien mil soldados a luchar contra la URSS. Ese año se estaba produciendo una operación de ese tipo.

El enemigo avanzaba tras las fuerzas de varias brigadas angolanas, golpeadas en las proximidades del objetivo adonde eran enviadas, a 1.500 kilómetros aproximadamente de Luanda. De allí venían perseguidas por las fuerzas sudafricanas en dirección a Cuito Cuanavale, antigua base militar de la OTAN, a unos 100 kilómetros de la primera Brigada de Tanques cubana.

En ese instante crítico el Presidente de Angola solicitó el apoyo de las tropas cubanas. El Jefe de nuestras fuerzas en el Sur, General Leopoldo Cintra Frías, nos comunicó la solicitud, algo que solía ser habitual. Nuestra respuesta firme fue que prestaríamos ese apoyo si todas las fuerzas y equipos angolanos de ese frente se subordinaban al mando cubano en el Sur de Angola. Todo el mundo comprendía que nuestra solicitud era un requisito para convertir la antigua base en el campo ideal para golpear a las fuerzas racistas de Sudáfrica.

En menos de 24 horas llegó de Angola la respuesta positiva.

Se decidió el envío inmediato de una Brigada de Tanques cubana hacia ese punto. Varias más estaban en la misma línea hacia el Oeste. El obstáculo principal era el fango y la humedad de la tierra en época de lluvia, que había que revisar metro a metro contra minas antipersonales. A Cuito, fue enviado igualmente el personal para operar los tanques sin tripulación y los cañones que carecían de ellas.

La base estaba separada del territorio que se ubica al Este por el caudaloso y rápido río Cuito, sobre el que se sostenía un sólido puente. El ejército racista lo atacaba desesperadamente; un avión teleguiado repleto de explosivos lograron impactarlo sobre el puente e inutilizarlo. A los tanques angolanos en retirada que podían moverse se les cruzó por un punto más al Norte. Los que no estaban en condiciones adecuadas fueron enterrados, con sus armas apuntando hacia el Este; una densa faja de minas antipersonales y antitanques convirtieron la línea en una mortal trampa al otro lado del río. Cuando las fuerzas racistas reiniciaron el avance y chocaron contra aquella muralla, todas las piezas de artillería y los tanques de las brigadas revolucionarias disparaban desde sus puntos de ubicación en la zona de Cuito.

Un papel especial se reservó para los cazas Mig-23 que, a velocidad cercana a mil kilómetros por hora y a 100 metros de altura, eran capaces de distinguir si el personal artillero era negro o blanco, y disparaban incesantemente contra ellos.

Cuando el enemigo desgastado e inmovilizado inició la retirada, las fuerzas revolucionarias se prepararon para los combates finales.

Numerosas brigadas angolanas y cubanas se movieron a ritmo rápido y a distancia adecuada hacia el Oeste, donde estaban las únicas vías amplias por donde siempre los sudafricanos iniciaban sus acciones contra Angola. El aeropuerto sin embargo estaba aproximadamente a 300 kilómetros de la frontera con Namibia, ocupada totalmente por el ejército del Apartheid.

Mientras las tropas se reorganizaban y reequipaban se decidió con toda urgencia construir una pista de aterrizaje para los Mig-23. Nuestros pilotos estaban utilizando los equipos aéreos entregados por la URSS a Angola, cuyos pilotos no habían dispuesto del tiempo necesario para su adecuada instrucción. Varios equipos aéreos estaban descontados por bajas que a veces eran ocasionadas por nuestros propios artilleros u operadores de medios antiaéreos. Los sudafricanos ocupaban todavía una parte de la carretera principal que conduce desde el borde de la meseta angolana a Namibia. En los puentes sobre el caudaloso río Cunene, entre el Sur de Angola y el Norte de Namibia, comenzaron en ese lapso con el jueguito de sus disparos con cañones de 140 milímetros que le daba a sus proyectiles un alcance cercano a los 40 kilómetros.

El problema principal radicaba en el hecho de que los racistas sudafricanos poseían, según nuestros cálculos, entre 10 y 12 armas nucleares. Habían realizado pruebas incluso en los mares o en las áreas congeladas del Sur. El presidente Ronald Reagan lo había autorizado, y entre los equipos entregados por Israel estaba el dispositivo necesario para hacer estallar la carga nuclear. Nuestra respuesta fue organizar el personal en grupos de combate de no más de mil hombres, que debían marchar de noche en una amplia extensión de terreno y dotados de carros de combate antiaéreos.

Las armas nucleares de Sudáfrica, según informes fidedignos, no podían ser cargadas por aviones Mirage, necesitaban bombarderos pesados tipo Canberra. Pero en cualquier caso la defensa antiaérea de nuestras fuerzas disponía de numerosos tipos de cohetes que podían golpear y destruir objetivos aéreos hasta decenas de kilómetros de nuestras tropas. Adicionalmente, una presa de 80 millones de metros cúbicos de agua situada en territorio angolano había sido ocupada y minada por combatientes cubanos y angolanos. El estallido de aquella presa hubiese sido equivalente a varias armas nucleares.

No obstante, una hidroeléctrica que usaba las fuertes corrientes del río Cunene, antes de llegar a la frontera con Namibia, estaba siendo utilizada por un destacamento del ejército sudafricano.

Cuando en el nuevo teatro de operaciones los racistas comenzaron a disparar los cañones de 140 milímetros, los Mig-23 golpearon fuertemente aquel destacamento de soldados blancos, y los sobrevivientes abandonaron el lugar dejando incluso algunos carteles críticos contra su propio mando. Tal era la situación cuando las fuerzas cubanas y angolanas avanzaban hacia las líneas enemigas.

Supe que Katiuska Blanco, autora de varios relatos históricos, junto a otros periodistas y reporteros gráficos, estaban allí. La situación era tensa pero nadie perdió la calma.

Fue entonces que llegaron noticias de que el enemigo estaba dispuesto a negociar. Se había logrado poner fin a la aventura imperialista y racista; en un continente que en 30 años tendrá una población superior a la de China e India juntas.

El papel de la delegación de Cuba, con motivo del fallecimiento de nuestro hermano y amigo Nelson Mandela, será inolvidable.

Felicito al compañero Raúl por su brillante desempeño y, en especial, por la firmeza y dignidad cuando con gesto amable pero firme saludó al jefe del gobierno de Estados Unidos y le dijo en inglés: “Señor presidente, yo soy Castro”.

Cuando mi propia salud puso límite a mi capacidad física, no vacilé un minuto en expresar mi criterio sobre quien a mi juicio podía asumir la responsabilidad. Una vida es un minuto en la historia de los pueblos, y pienso que quien asuma hoy tal responsabilidad requiere la experiencia y autoridad necesaria para optar ante un número creciente, casi infinito, de variantes.

El imperialismo siempre reservará varias cartas para doblegar a nuestra isla aunque tenga que despoblarla, privándola de hombres y mujeres jóvenes, ofreciéndole migajas de los bienes y recursos naturales que saquea al mundo.

Que hablen ahora los voceros del imperio sobre cómo y por qué surgió el Apartheid.

Bachelet: “antipolítica” + antipartido = gobierno de los mercados


Si hay algo que puede vaciar de contenido un proyecto democrático es la combinación entre abstencionismo electoral y el rechazo de los partidos políticos. Y esto es precisamente lo que está ocurriendo en Chile a partir del triunfo de Michelle Bachelet en un comicio en el cual quien verdaderamente arrasó fue el abstencionismo, que arañó el 59 por ciento del padrón electoral, mientras que Bachelet apenas obtuvo el apoyo de un 25 por ciento del mismo. No hace falta ser un Premio Nobel de Ciencia Política (plaga por ahora inexistente) para concluir que la democracia chilena enfrenta una grave crisis de legitimidad: la “antipolítica”, o sea, la indiferencia ciudadana ante el predominio indiscutido de los grandes intereses privados expresa, de manera categórica, el triunfo ideológico del neoliberalismo en un país en donde no sólo la economía tiene ese signo ideológico sino que también lo asume como su divisa una sociedad que lleva más de cuarenta años de indoctrinamiento en los valores más exacerbados del individualismo burgués.

La apatía ciudadana no es un capricho. Se explica por un hecho bien sencillo: una democracia que durante más de veinte años se desinteresó por la suerte de la ciudadanía (al paso que se desvivía por asegurar las ganancias de los capitalistas) al cabo de un cierto tiempo sólo podía cosechar apatía, desinterés y, en algunos casos, el abierto repudio de amplios sectores de la sociedad. No sorprende que la última encuesta de Latinobarómetro haya certificado que, interrogada sobre cuál es la forma preferible de gobierno, casi un tercio de la muestra entrevistada en Chile, exactamente el 31 por ciento, declarase preferir un gobierno autoritario o que “le da lo mismo” cualquier clase de régimen político. En Venezuela, en cambio, para tomar el caso de un gobierno ferozmente atacado por la prensa hegemónica en la región a causa de sus supuestos “déficits democráticos”, quienes contestan de la misma manera constituyen apenas el 11 por ciento de los entrevistados. Y como asegura la teoría política, la calidad de una democracia se mide, entre otras cosas, por las creencias políticas de sus ciudadanos. No es este el único indicador en el cual la Venezuela bolivariana supera a casi todos los países de la región, comenzando por Chile.

El triunfo del neoliberalismo y la exaltación de los valores mercantiles se traducen naturalmente en la derrota de la política a manos del mercado; del espacio público subyugado por la esfera de lo privado, dominada por las grandes empresas. A lo anterior súmesele la preocupante declaración que hiciera Bachelet al día siguiente de su victoria cuando dijera (tal como lo reprodujera Página/12 en su edición del 17 de Diciembre) que “las decisiones las voy a tomar yo, no sólo del gabinete. La coalición que me apoya es una cosa, la constitución del gobierno yo la voy a decidir.” En otras palabras el peor de los mundos: apatía ciudadana combinada con la desmovilización, o marginación de los partidos políticos y, por añadidura, de movimientos sociales u otras formas de organización, que son la expresión de las aspiraciones, expectativas e intereses de las clases y capas sociales que componen la sociedad chilena. ¿Creerá acaso la futura presidenta que de ese modo podrá avanzar en la reforma de la antidemocrática constitución pinochetista, el regresivo régimen tributario y la educación convertida en un negocio que ofrece pingües ganancias a los empresarios que lucran con ella, para ni hablar de derogar la decimonónica y reaccionaria legislación laboral que todavía subsiste en Chile? Sin una población re-politizada (como supo ser la del Chile de Salvador Allende) y sin partidos políticos y movimientos sociales que canalicen y potencien las aspiraciones populares la democracia chilena continuará siendo fácil presa de las clases dominantes, de los grandes empresarios que desde dentro y fuera de Chile han venido controlando el estado y los sucesivos gobiernos desde el golpe del 11 de Septiembre de 1973.

Convendría que, habida cuenta de lo anterior, Bachelet reflexionara sobre lo que más de una vez sentenciara George Soros: “los ciudadanos votan cada dos años, los mercados votan todos los días.” Controlar ese nefasto influjo cotidiano de los mercados –eufemismo para no designar por su nombre al gran capital- será una misión imposible sin sortear la trampa de la “antipolítica” y sin garantizar que los partidos, sobre todos los de izquierda, jueguen un papel protagónico en su gobierno. De lo contrario, el tránsito desde esa frágil democracia sin ciudadanos hacia una plutocracia desenfrenada será tan acelerado como inevitable.

CARTA A SANTA CLAUS



Dagoberto Gutiérrez

Querido Santa: 


Te escribo desde un valle profundo que otros llamarían valle de lágrimas, todos los que vivimos aquí somos chiquitos de estatura, quizá porque mucho maíz comemos y casi nunca probamos la carne, ni la leche, ni los pescados o quizás porque comemos muchas chucherías; pero eso sí somos buenos constructores de esperanzas porque otros, en nuestro lugar, ya se hubieran rendido ante las circunstancias.

Los niños y niñas en el pasado nutrían su vida de imaginación, de espíritu, de sueño y vos eras un señor bueno que venías de no sé de dónde, que viajabas de lejos y repartías sonrisas, alegrías y esperanzas a todos las que lo necesitaban; pero ahora, vos pareces y apareces como un distribuidor de la chibola coca cola o alegrando la venta y la compra en los almacenes y en realidad, aunque vos podes tener tu propia opinión, apareces como otra mercancía y en la medida que no reacciones cualquiera puede pensar de que eres parte de esa conspiración que convierte a las personas en cosas y a las cosas en personas, yo no creo en eso, pero cada vez es mayor el número de gente que piensa así, parece que es hora que vos reacciones.

Empieza platicando de esto con los que trabajan con vos, todo ese montón de enanitos a los que dicen que nunca les pagas y que cada vez les exigís muñecos cada vez más complicados, sobre esto se dice que están fabricando todo tipo de armas, hasta aviones no tripulados y unos aviones invisibles que están haciendo los chinos y los rusos y que los niños tienen que imaginárselos para jugar con ellos. Dicen que el sábado antepasado te apareciste en los talleres con la súper idea de hacer un juguete de una bomba neutrónica para hacer desaparecer a las personas en los lugares muy poblados y dicen, que tus duendes se te rebelaron y que los renos que te transportan ya no querían hacerte el viaje y te lo estaban cobrando. Como podes ver, necesitas hablar con los que están más cerca de vos para saber que están pensando y para saber hasta dónde van a llegar con vos.

Por otro lado necesitas saber que están pensando los niños y niñas sobre tus juguetes, saber si un juguete sustituye a la leche, o a la comida o a la ropa que necesitan todo el año, piensa en la posibilidad de que las cartas que te envían sean respondidas puntualmente y que vos trabajes todos los meses de todos los años y que te organices para atender hospitales, casas pobres, escuelas en zonas rurales y reflexiona sobre la conveniencia de continuar con ese jugoso contrato que tienes con los grandes almacenes y las grandes empresas como la coca cola, porque o te dedicas al negocio o te dedicas a sembrar esperanzas.

martes, 17 de diciembre de 2013

Bolívar, el filme de las dificultades


Roque Valero, Camila Arteche y Gilbert Laumord en un momento del filme.

La cinta de Luis Alberto Lamata, con sus virtudes y defectos, pretende humanizar la figura de El Libertador y ha sido objeto de críticas por cuestiones extracinematográficas...
Pedro Antonio García
Abordar en el cine una personalidad histórica resulta una tarea riesgosa, sobre todo cuando se pretende complacer a todos los públicos. Pero si la figura es nada menos que alguien tan polémico como Simón Bolívar, el riesgo deviene acto temerario, casi suicida, y se cosecharán más detracciones que elogios.

Tal fue el reto asumido por Luis Alberto Lamata y su equipo de realización en Bolívar, el hombre de las dificultades (2013), filme estrenado en días recientes en Cuba. A partir de una idea del director, José Antonio y José Luis Varela eslabonaron el guión que abarca la vida de este prócer entre 1815 y 1816.

La cinta se integra dentro de la serie Colección Libertadores, de la cual ya se han visto aquí José Martí: el ojo del canario (2009) de Fernando Pérez, Revolución, el cruce de Los Andes (2009) de Tristán Bauer y Leandro Ipiña, Artigas (2011) de César Charlone, e Hidalgo, la historia jamás contada (2010) de Antonio Serrano.

Bolívar… aborda la época en que El Libertador se refugia en Jamaica y parte luego para Haití en busca de apoyo del presidente Petion. Pero es también el momento más dramático y complejo de su vida, cuestionado por patriotas venezolanos que se oponen a su liderato, asediado por los complots españoles para asesinarlo.

Luis Alberto Lamata (Caracas, 1959) parecía idóneo para esta riesgosa empresa. Formado como historiador, escribe desde muy joven para la TV y el cine. Con varias telenovelas de éxito, en el celuloide también ha tenido fortuna: Jericó (1990), Desnudos con naranjas (1995), Miranda regresa (2007), Taita Boves (2010).

Lamentablemente, Bolívar… transcurre de forma irregular. Junto con secuencias de notable fuerza expresiva se entremezclan momentos poco felices, de un amateurismo sorprendente en un realizador con siete largometrajes en su currículo antes del que hoy nos ocupa.

Por otro lado, cristaliza su pretensión de humanizar a El Libertador, de desmarmolizarlo, al transformar la estatua sacralizada en un ser de carne y hueso, con sus dudas, errores y defectos, lo que le permite acercarlo a las jóvenes generaciones y es un aporte que no se debe obviar.

Dice Lamata: “El Bolívar que conoce el venezolano es de bronce, el cargado de palomas, y creo que hay que quitarle el Bolívar a las palomas y ponerlo en la cabeza y el corazón de la gente. Creo que el cine necesariamente tiene que contarlo para que cautive y que cuando se apaguen las luces de la sala, te enganche la historia”.

En aras de lograr en este filme una buena comunicación con el público, sus guiños a la taquilla son excesivos y en algunas secuencias, el prócer, espada en mano, deviene Errol Flynn caraqueño a la usanza de los filmes de la Warner BROS en loa años 30.

No es en la caracterización de El Libertador donde falla el filme, sino en el conflicto que se genera con la contrapartida negativa, El polaco (interpretado por Jorge Reyes). Aparte de que el malvado está tan caricaturizado en el guión que parece el abuelo de Cruela, la enemiga de los 101 dálmatas.

La solución al conflicto entre el bueno y el malo, el duelo de espadas en un buque, poco feliz en cuanto a dramaturgia, se agrava por el pésimo entrenamiento de ambos en el arte de la esgrima. Reyes hace lo imposible por sacar adelante a su personaje, pero ni sir Lawrence Olivier lo hubiera logrado.

Roque Valero logra una acertada interpretación de Bolívar, lo hace creíble al recrearlo en sus momentos de depresión y desaliento, de picardía y donjuanismo. Las críticas que ha recibido parten de quienes todavía pretenden continuar sacralizando al héroe o los que quieren cobrarle al actor su activismo a favor del chavismo.

Beatriz Valdés resulta tan víctima como Jorge Reyes, de la concepción que tienen los realizadores de su personaje. Reducida a la categoría de símbolo de la oligarquía caraqueña, su María Antonia Bolívar se aprecia tan falsa como los parlamentos esteriotipados que le obligan a declamar.

Igualmente falso es el acento postizo de la bella Camila Arteche en su Jeanne Bourvil. Gilbert Laumord (Alexandre Petion) y Miguel Ferrari (Morillo) se muestras eficaces. Samantha Dagnibo, aunque no canta, nos deja ver su belleza como Pepita Machado, otro de los intereses amorosos de El Libertador.

Por lo demás, es encomiable el dinámico ritmo que mantiene el filme a lo largo del metraje y tal virtud se debe al montaje de Ángel Hernández y Jonathan Pellicer. La profesional dirección de arte de Onelio Larralde se complementa con el adecuado diseño de vestuario de Felia Torres.

Bolívar, el hombre de las dificultades seguirá siendo un filme tan polémico como la personalidad histórica que lo inspira, máxime cuando ambos se han convertido en campos de batalla ideológicos entre los partidarios del chavismo (el gobierno bolivariano apoyó su realización) y sus detractores.

Resulta lamentable que reputados críticos, miembros de distinguidas asociaciones internacionales, intenten anatematizarlo como obra artística desde sus simpatías políticas, recordándonos la absurda tozudez de aquellos venezolanos opuestos al liderato del prócer en los oscuros y angustiosos días del exilio en Jamaica.


Sobre el autor
Pedro Antonio García

Periodista de la Revista Bohemia

martes, 10 de diciembre de 2013

Los orígenes de la burguesía de El Salvador

¿Por qué tenemos tanta desigualdad económica y social? Está por aparecer el libro del conocido catedrático español Antonio Acosta sobre los orígenes de la burguesía de El Salvador. "La Hacienda salvadoreña salvaguardaba los intereses de la minoría dominante utilizando para la recaudación fiscal casi exclusivamente impuestos indirectos", nos dice Acosta. "Los miembros de la oligarquía que ocupaban la Asamblea Nacional nunca aprobaron leyes que gravaran sus rentas ni sus patrimonios". 
 
Antonio Acosta *
elfaro.net / Publicado el 9 de Diciembre de 2013
Estampa en la prensa francesa con escena con miembros del gobierno salvadoreño para ilustrar la noticia del terremoto en San Salvador de 1873.
Estampa en la prensa francesa con escena con miembros del gobierno salvadoreño para ilustrar la noticia del terremoto en San Salvador de 1873. 

En las próximas semanas el Taller de Estudios e Investigaciones Andino-Amazónicos, de la Universidad de Barcelona, y el Instituto de Estudios sobre América Latina, de la Universidad de Sevilla, publicarán el libro Los orígenes de la burguesía de El Salvador. El control sobre el café y el Estado. 1848-1890. Se trata de la primera parte de un trabajo que se proyectará hasta 1910 aproximadamente, es decir, un período sobre el que diversos y destacados autores que ya han aclarado muchos de los problemas que El Salvador vivió.

A partir de sus contribuciones, en este libro pretendo mostrar algunos de los mecanismos que utilizaron ciertos sectores de la sociedad salvadoreña en la segunda mitad del siglo XIX para alcanzar, reproducir y ampliar su poder económico y político no sólo, pero principalmente, sobre la base del negocio del café especialmente desde la década de 1870. De forma combinada, propietarios cafetaleros y grandes comerciantes que desempeñaban también otras funciones en la estructura económica del país, fueron ocupando espacios estratégicos en el aparato del Estado, que estaba en proceso de construcción, hasta hacerse prácticamente con el control de lo que se podría considerar su núcleo. Se desarrolló así un auténtico sistema de dominación que se produjo gradualmente en el tiempo y se desplegó en varios planos articulados, a modo de engranaje. Este libro no aspira a tratar este proceso de forma exhaustiva, pero sí a mostrar, al menos, algunas pruebas de que esto sucedió de así.

La investigación aborda en primer lugar el plano político e institucional, tomando en cuenta decisiones que los grupos oligárquicos fueron tomando, tanto desde el poder ejecutivo como desde la Asamblea Nacional, en aspectos clave para la construcción del Estado como, por ejemplo, el desarrollo del aparato judicial, entre otros. Estas decisiones se analizan a la luz de otras posiciones que los mismos elementos de la oligarquía, u otros asociados a ellos, iban adoptando en diversos ámbitos de acuerdo a sus intereses económicos, como el comercio exterior, el crédito o la agricultura, por ejemplo.

El trabajo continúa estudiando la participación de miembros de la oligarquía, algunos de ellos instalados en el gobierno, en la Asamblea o en la judicatura, como Juan José Bonilla, Yanuario Blanco o Dionisio Aráuz por citar solo algunos casos, en una diversidad de negocios que iban desde las obras de infraestructura, a obras públicas en general o a grandes operaciones relacionadas con el comercio exterior. 

Controlando el gobierno y la elaboración de las leyes, recurriendo a la violencia cuando era necesario, manteniendo los precios de los medios de producción, sobre todo, tierra y trabajo, a niveles muy bajos y disfrutando de un tratamiento fiscal privilegiado que ellos mismos diseñaban, las minorías gozaban de todas las ventajas para ejercer su dominio económico y social.

 El siguiente terreno que se analiza es de la moneda y el crédito, un espacio clave en el funcionamiento de la economía del país, desde los grandes negocios hasta la vida cotidiana de los sectores más humildes de la población. Aquí se estudian algunos de los problemas derivados de la heterogeneidad monetaria de El Salvador, la reiterada frustración y los posibles motivos de que no se llegara a crear una Casa de la Moneda en estos años. De igual modo se aborda la diversidad de tipos de créditos existentes así como las tasas de interés de los mismos y las negociaciones que se realizaron para la creación de un banco en el país, frustradas también hasta la década de 1880. A partir de entonces, se constituyeron no solo bancos, sino una variedad de otras instituciones de crédito de menor envergadura relacionadas con la crisis económica que vivió la mayoría de la sociedad –no la fracción más pujante de la oligarquía- en dicha década.

Una atención especial se dedica al café, desde sus orígenes y pasando por la segunda mitad de la década de 1870, cuando se convirtió en el principal producto de exportación en términos de valor en el mercado. En 1876 tanto el presidente Rafael Zaldívar como todos sus ministros tenían intereses en el café, bien como prestamistas o como productores, así como miembros relevantes de la Asamblea Nacional y la judicatura obre todo en occidente, una realidad que continuó siendo así en el futuro. Desde dicha década, al menos, formaban parte de la oligarquía cafetalera apellidos que se mantuvieron como grandes fortunas hasta la segunda mitad del siglo XX, como Álvarez, Belismelis, Lemus, Sol, Meza, etc. Aunque sectores de la población no cultivaran ni trabajaran como mano de obra en el café, la política y la economía salvadoreñas estaban dirigidas en buena medida por los intereses cafetaleros y el país no se podía entender sin el cultivo. En él las relaciones de producción también eran ventajosísimas para la oligarquía, con salarios que se mantuvieron durante décadas en torno a 2 reales el jornal, seis días a la semana y no durante todo el año, salvo en la época de corta del café, y tasas de interés en las habilitaciones, o compra de café a futuro, que oscilaban frecuentemente entre 100% y 200% anual. Las tasas de ganancia de los medianos y grandes cafetaleros, que se ampliaron al controlar el beneficio, eran así muy altas.

Un ámbito clave a lo largo de la historia en cualquier tipo de Estado ha sido la Hacienda. Y en El Salvador, como en otros países de América Latina, también lo fue. La Hacienda salvadoreña salvaguardaba los intereses de la minoría dominante utilizando para la recaudación fiscal casi exclusivamente impuestos indirectos. Los miembros de la oligarquía que ocupaban la Asamblea Nacional nunca aprobaron leyes que gravaran sus rentas ni sus patrimonios. Lógicamente la Hacienda vivía en un estado de permanente déficit, por lo que debía recurrir a la deuda pública, bien externa –saldada casi en su totalidad por el gobierno de Gerardo Barrios-, o bien interna, con lo que se producía la perversión fiscal de que quienes no pagaban impuestos directos, le prestaban al Estado –gestionado por ellos mismos- y cobraban de él intereses por sus préstamos. En la década de 1880 la política expansiva de R. Zaldívar y la mala gestión de Francisco Menéndez llevó a la Hacienda a tal situación que el Estado debió recurrir nuevamente a la deuda externa.

Si, como se ha escrito, lo sucedido en 1932 fue la base de lo que ocurrió en la segunda mitad del siglo XX, la evolución de fines del siglo XIX supuso el inicio de una nueva desigualdad social y territorial en el país que condujo a 1932.

* El Dr. Antonio Acosta es Catedrático de Historia de América de la Universidad de Sevilla y autor de numerosos libros y artículos de historia de América Latina y varios trabajos sobre historia de El Salvador.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Madiba y su camino hacia la libertad

Ex mandatarios y legisladores estadunidenses elogian su dignidad
EU lo declaró terrorista; hoy Obama ve en él un ejemplo al que la humanidad debe aspirar"
Foto
Nelson Mandela en la oficina Oval de la Casa Blanca, el 17 de mayo de 2005, con el entonces presidente de Estados Unidos, George W. BushFoto Reuters
 
Foto
El 21 de junio de 2011 se entrevistó con Michelle Obama en JohannesburgoFoto Xinhua
 
David Brooks

 La Jornada
 
 Ex mandatarios y legisladores estadunidenses elogian su "dignidad"

EU lo declaró "terrorista"; hoy Obama ve en él "un ejemplo al que la humanidad debe aspirar"


La cúpula política de Estados Unidos elogió hoy la vida de Nelson Mandela celebrando su visión moral y como un héroe de la libertad, la justicia y la igualdad. Ninguno recordó que Estados Unidos, durante la mayoría de su vida, lo declaró, junto con su movimiento, enemigo y "terrorista", y apoyó política y económicamente al régimen apartheid que lo encarceló.

El presidente Barack Obama esta tarde declaró: "hemos perdido uno de los seres humanos más influyentes, valientes y profundamente buenos con que cualquiera de nosotros compartiremos tiempo en esta tierra. Ya no nos pertenece a nosotros, pertenece a todos los tiempos". Obama afirmó que es uno de los millones que fue inspirado por la vida de Mandela, y recordó que su primera acción política fue una protesta contra el apartheid.

En una declaración desde la Casa Blanca, el presidente agregó que “a través de su feroz dignidad y resuelta voluntad de sacrificar su propia libertad para la libertad de otros, Madiba (título honorífico de su pueblo, que significa "padre") transformó a Sudáfrica, y nos movió a todos. Su viaje de prisionero a presidente englobaba la promesa de que seres humanos –y países– pueden cambiar para el bien. Su compromiso de trasladar poder y reconciliar con aquellos que lo encarcelaron sentó un ejemplo al que toda la humanidad debe aspirar, sea en las vidas de naciones o en nuestras vidas personales”.

Concluyó, parafraseando a Martin Luther King, que Mandela fue "un hombre que tomó la historia en sus manos, y dobló el arco del universo moral hacia la justicia".

Se reporta que Obama tiene la intención de asistir a su funeral en unos 10 días.

Todos los ex presidentes de Estados Unidos también se expresaron hoy. George W. Bush declaró que Mandela "fue una de las grandes fuerzas por la libertad y la igualdad de nuestros tiempos". Su padre, George H.W. Bush dijo que Mandela fue "un hombre de tremenda valentía moral, que cambió el curso de la historia en su país".

Jimmy Carter afirmó que "el pueblo de Sudáfrica y promotores de los derechos humanos alrededor del mundo han perdido un gran líder". Bill Clinton envió un tuit con una foto de él con Mandela: “nunca olvidaré a mi amigo Madiba”.

Líderes legislativos de ambos partidos hicieron declaraciones con variaciones de estos mensajes. Algunas figuras empresariales y culturales se sumaron al coro de elogio.

Memorias incómodas


Lo que ninguna figura oficial o medio nacional mencionó es que Mandela, durante la mayoría de su vida adulta, fue considerado un enemigo, y oficialmente declarado "terrorista" por el gobierno de Estados Unidos. De hecho, el Nobel Mandela continuó en la lista de vigilancia antiterrorista oficial de Estados Unidos hasta 2008. Hasta entonces que Mandela y otros líderes del gobierno sudafricano ya no necesitaban, según la ley estadunidense, permiso especial para viajar a Estados Unidos, dado que su partido, el Congreso Nacional Africano, aún se calificaba como "organización terrorista".

Hasta su excarcelación el 11 de febrero de 1990, después de casi tres décadas en prisiones, el gobierno estadunidense nunca demandó su liberación. Todo lo contrario. De hecho, hay acusaciones de que la CIA participó en su captura en 1962, después de un año en que ingresó a la clandestinidad para impulsar el ala armada del CNA, viajando por África y Europa estudiando guerra de guerrillas y buscando apoyo para el partido.
 
Foto
El líder sudafricano de la lucha contra el apartheid, en la cárcel el 21 de septiembre de 1964Foto Xinhua


Su partido fue percibido dentro de la óptica anticomunista de la guerra fría (uno de los sectores más importantes de la alianza con el CNA era el Partido Comunista).

Aunque hubo debates sobre las relaciones con el régimen del apartheid a lo largo de estos años, Mandela y el CNA seguían siendo calificados de "terroristas" por el gobierno de Estados Unidos, y de hecho se frenaron varias iniciativas para modificar esta posición oficial en las décadas de los 70 y los 80. Uno de los votos en contra de una resolución en el Congreso para reconocer al CNA y solicitar la libertad de Mandela en 1986 fue el del entonces legislador Dick Cheney, quien después fue vicepresidente de Estados Unidos, en la administración de George W. Bush.

A finales de los 60, Henry Kissinger, el entonces asesor de Seguridad Nacional del presidente Richard Nixon, formuló la política hacia Sudáfrica de que ya que los blancos en el poder estaban ahí para quedarse, Estados Unidos debería aceptar esa realidad y fortalecer sus relaciones con ellos, según documentos secretos que finalmente fueron revelados.

Aunque hubo un giro en la política durante el gobierno de Jimmy Carter, quien suspendió la venta de armas y otro equipo a las fuerzas de seguridad de Sudáfrica, de acuerdo con una resolución de la Organización de Naciones Unidas (ONU), eso sólo duraría breve tiempo. Sin embargo, rehúso aplicar mayores sanciones económicas y diplomáticas contra el régimen, a pesar de las demandas del creciente movimiento anti-apartheid en este país.

El presidente Ronald Reagan colocó al CNA en la "lista de vigilancia de terrorismo". Su política fue la de apoyar el régimen de apartheid, buscando minar y llegando a violar las sanciones contra el régimen impuesto por la ONU. Más aún, durante ese gobierno, Washington colaboraba con el gobierno de Sudáfrica en combatir movimientos de liberación aliados con el CNA en los países vecinos de la región, como Angola, Mozambique y Namibia.

De repente, con las décadas de lucha contra el régimen del apartheid por el movimiento de liberación dentro de Sudáfrica y sus aliados en el movimiento antiapartheid mundial poniendo en jaque al gobierno blanco, la política estadunidense se enfocó en facilitar una transición y de repente, los "derechos humanos" y la "democracia" empezaron a figurar en el vocabulario de Washington.

De ese periodo se encargó el presidente Bill Clinton. Sin embargo, el enfoque fue una transición que no representara una amenaza al "mercado libre" y a los intereses de las grandes empresas trasnacionales, sobre todo del sector minero. Con ello, Mandela de repente se transformó de "terrorista" a "héroe" de la "transición" pacífica. En el ámbito oficial se dejó de hablar de su tiempo como guerrillero, y de su militancia revolucionaria, y se pasó a realzar su "visión moral" y su liderazgo a favor de la "igualdad".

sábado, 7 de diciembre de 2013

'Si viviera, Roque andaría en manifestaciones con los veteranos



Entrevista con Tina Leisch, directora del documental sobre Roque Dalton. Dice que le gustaría filmar a las combatientes del FMLN

Por René Rodríguez Mina (*)



En noviembre, Tina Leisch presentó en Australia el documental Fusilemos la Noche, que recorre la vida del poeta Roque Dalton. La cineasta cree, después de haber conocido a centenares de personajes que de una u otra forma estuvieron en la vida del literato, que si no hubiera sido asesinado por la dirigencia del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) andaría parrandeando en el San Salvador nocturno, en las luchas de los refugiados contra los muros administrativos de Europa y, sobre todo, su humor irónico, tajante, mordaz seguiría con él.

“Lo más lindo de este trabajo ha sido conocer toda esta gente combativa”, dice la documentalista austriaca que, en más de un momento de la filmación, temió ser “presumida” por hacer un filme del “poeta más importante de El Salvador” cuando profesionales del país habrían dado un toque “más guanaco”.

Esta entrevista fue hecha vía correo electrónico.

Al conocer la obra, filosofía y pensamiento de Roque. ¿Cómo crees que Roque, si viviera, encajaría en nuestro tiempo?


Tuviera 78 años, pero por la risa y las mujeres que siempre le rodarían tendría 49. Mi edad. Andaría con nosotros, aquí en Austria, en los movimientos de los refugiados que luchan contra los muros legales y administrativos de la Fortaleza Europa; en El Salvador siempre estuviera trasnochando con los borrachos del Centro de San Salvador y en el día de pronto anduviera en una manifestación de los veteranos de guerra, contándoles chistes raros sobre gente con más o menos de dos pies...... Me imaginó que habría escrito algunas novelas más que nos iluminarían algunos de los enigmas de la lucha de clases en El Salvador. Imagínate, una novela genial como el Pobrecito poeta que era yo sobre su tiempo en la guerrilla, ¡¡un Pobrecito guerrillero que era yo!! Hay un gran hueco en la literatura centroamericana porque falta esta novela irreverente, sarcástica, irónica sobre la época de las luchas armadas. De pronto, Roque Dalton nos habría ayudado a entender cómo y porqué unos revolucionarios se convierten en los asesinos que lo mataron.

¿En tu vida qué te ha dejado haber filmado la película?


Amistades tremendas. Lo más lindo de este trabajo ha sido conocer toda esta generación combativa, los amigos y amigas de Roque, porque la gran mayoría comprometidos hasta hoy, con la lucha, ha sido para hacer un mundo más justo, con sus historias, su sabiduría, sus experiencias revolucionarias; me enriquece a mí, a mi vida, a mis conceptos del mundo. Y espero que logre trasmitir un poquito de su sabiduría  al público a través de la película.

¿Qué te ha inspiró Roque Dalton, por qué una película sobre él?


Su poesía. La conocí cuando vivía en El Salvador en los tiempos de guerra, y el tono fresco, irreverente, anti solemne, y al mismo tiempo muy agudo, muy combativo: me robaba.

¿Cuál fue la parte más díficil en el rodaje?


Investigar sobre la muerte de Roque. Por dos años estaba investigando y no podía acercarme a la gente que en el tiempo del asesinato de Roque estaba dentro del  ERP y cerca de los asesinos. Tardó mucho tiempo hasta que por casualidad conocí un policía, excombatiente del ERP, que me abrió las puertas de sus amigos excombatientes. Y, a través de él, conocí a varios que estaban dispuestos a hablar. Lo horrible es que el hombre que me abrió las puertas al ERP, Gonzalo, murió bajo circunstancias muy raras el día de mi cumpleaños. ¿Te puedes imaginar que hasta hoy temo que su muerte podría tener alguna relación con su trabajo para la película? Mis amigos me dicen que no es así.

Otra cosa fea fue cuando la asistente de producción recibió llamadas amenazantes que ya no siguiéramos investigando la muerte de Roque porque esto podría ser peligroso. Ya sabes, en tu país no es un buen chiste algo así.

¿Tuviste satisfacciones en la presentación en El Salvador?


Estaba súper nerviosa porque de pronto me di cuenta que era un poquito presumida por llegar desde el otro lado del charco y hacer una película sobre el poeta más importante de El Salvador.  Me imagino que hay varias cineastas salvadoreñas que hubieran podido hacer una película mucho más guanaca, más cerca de las idiosincrasias cuzcatlecas. Pero ya sabes: En Austria hay fondos para comprar cámaras, boletos de vuelo, pagar sonidistas y asistentes. En El Salvador hace falta; sin embargo, cuando caminamos después de la proyección por las calles de Santa Tecla (La Libertad) y llegaron algunas mujeres que nunca había visto y me abrazaron, de pronto me di cuenta que mi trabajo llenó un hueco de la historia cultural, de la historia de la cultura como arma, en la lucha de clases, sobre todo.

¿Cuál fue el país más abierto para las filmaciones?


Todos los amigos y amigas de Roque Dalton, en todas las partes del mundo, nos recibieron con brazos y corazones abiertos. Pero ni la CIA ni la Dirección de la Inteligencia Cubana ni los encargados de la inteligencia del ERP hablaron conmigo ni me promovieron documentos.

¿Cómo llegó a tu vida Roque Dalton?

¿Él personalmente? Te voy a decir la verdad: cuando estaba viajando la segunda vez de Viena a El Salvador, en Enero del 2011, iba medio dormida en el avión y de pronto escuche la voz de Dalton (que conocí de las grabaciones de lecturas de sus poemas sobre todo para la Radio Habana Cuba). Me habló. Pensé: “¡Que absurdo!” porque la idea es que los muertos están en el cielo y el que haya que abordar un avión para acercarse a ellos parece un cuento para niños que no cuadra muy bien con mis nociones materialistas de vida y muerte donde el lugar donde sobrevive el alma de un poeta marxista son sus libros. Pero bueno, lo escuche un poquito extrañada y él me dijo que había sido mucho más marxista y leninista y comunista de lo que menciono en mí guión. Le dije: “no me quiero meter demasiado, profundamente dentro de una historia de las corrientes y luchas ideológicas dentro de la izquierda revolucionaria de este tiempo”. Parecía que le daba un poquito de pena que yo ni siquiera quería mencionar sus peleas con el Partido Comunista Salvadoreño.
Le expliqué que mi documental iba a durar menos de hora y media y que mejor hacer una película que enamorara a la gente de él y su poesía y, después de haberla visto, la gente se pondrían a leer sus obras, y sería él, personalmente, quien les podría hablar de todas sus peleas.

¿Por qué Roque Dalton y no otro personaje?


A saber. Después de la victoria de Funes y del FMLN fue la primera cosa que se me vino a la mente: “Ahorita regreso a El Salvador para hacer una película sobre Roque Dalton.”

¿Existe otro personaje salvadoreño que te gustaría llevar a la gran pantalla?


Faltan películas sobre las mujeres combatientes del FMLN. Lil Milagro (Ramírez) y muchas más. También sería bonito un documental sobre la dimensión internacional de la lucha revolucionaria salvadoreña. Tanto de los internacionalistas que combatieron dentro del FMLN como  de los y las salvadoreñas que combatieron en las luchas de otros pueblos. También me parece muy importante abordar el tema del trauma. Aquí en Austria, en el 2011, Maja Haderlap (escritora austriaca) ganó el premio más importante de literatura de habla alemán, el Bachmannpreis con una novela que trata, de manera profunda, la historia de su padre que había sido guerrillero contra los Nazis y fue torturado atrozmente. La novela de Maja, “El Ángel del Olvido” habla con tanto amor de su padre que nunca podía cumplir con el rol del padre machista, patriarcal por el mero hecho del trauma por la tortura. Maja cuenta,  por primera vez, cómo el trauma del padre se cuaja en la estructura de la familia. ¡Imagínate, en 2011!, 56 años después del fin de la guerra, aparece la primera novela tratando la dimensión histórica, como ésta. El trauma está trasmitido dentro de las familias a las próximas generaciones.
Yo conozco y amo profundamente a hombres y mujeres que han sido combatientes del FMLN en la guerra, combatiendo para una causa justa y algunos de ellos y ellas fueron profundamente traumatizados. Y esto es un tema que no es ni representado ni tratado con seriedad. Los veteranos y veteranos hacen todos sus esfuerzos para sobrevivir económicamente. ¿Quién habla  de las cicatrices en las almas?

¿Cuáles son las satisfacciones que te deja la película?

Cada reacción me encanta, las criticas aún más que los elogios, Porque es  fácil decir: ¡Súper, Gran trabajo! Pero es un trabajo duro de hacer, una crítica profunda, de pensar, analizar, reflexionar de cómo hubiera podido ser mejor, qué es lo que no funciona; pero, de igual manera, estaré feliz si sirve para hacer que la gente hable un poco más de cómo utilizar el arte para la revolución y cuáles serán las revoluciones que queremos y cómo legar a un mundo justo.

(*Colaborador de ContraPunto)

miércoles, 4 de diciembre de 2013

«Estamos a favor de una memoria inclusiva, pero no es nada fácil»


Intervención de Iosu Perales durante la presentación en El Salvador de su libro «El futuro está lleno de memoria»


Por Iosu Perales


LA BATALLA DE LOS RELATOS


Para empezar conviene recordar que todos los finales de conflictos violentos se transforman en luchas para imponer una versión de lo sucedido. Los poderes civiles y militares desencadenantes de la guerra en El Salvador han tratado y tratan de no pasar a la historia demasiado mal.

Es verdad que cuando esto sucede hay al menos algo positivo: indica que la violencia pertenece ya al pasado.

Frente al relato manipulado se encuentra el de los protagonistas del lado del pueblo que sin contar con medios poderosos para divulgar una narración lo más objetiva posible, pueden y deben velar para que las nuevas generaciones construyan su propio punto de vista sobre el conflicto.

Por otro lado es normal que en una sociedad tan diversa como la salvadoreña existan memorias plurales sobre hechos recientes de nuestra historia y, en este sentido, sería bueno que algún día se den criterios aglutinadores de reconocimiento moral de lo ocurrido, de respeto a la dignidad de las víctimas y de deslegitimación de violaciones de derechos humanos.

Nuestra contribución  al mapa de las memorias es nuestro propio relato de por qué fue la guerra, cómo se desarrolló y cómo se alcanzó la paz.

NUESTRO RELATO


Estamos a favor de una memoria inclusiva, pero no es nada fácil. Y no lo es porque en nuestro país siguen habiendo poderes fácticos empeñados en una lectura maniquea y falsa del pasado reciente.

Hablemos pues de nuestro relato como el desafío de construir una memoria social, no sólo nuestra, no sólo partidaria, que nos ayude a transformar el presente desde la verdad como base para una reconciliación que ayude a reconstruir el tejido social.

Nuestro relato ha de servir para fortalecer nuestra identidad y saber de dónde venimos y ser conscientes de que lo logrado ha sido el resultado de enormes sacrificios.

LA PRIMERA IDEA FUERTE QUE PROCLAMAMOS ES QUE LA GUERRA FUE IMPUESTA AL PUEBLO SALVADOREÑO

No fue el fruto mecánico de una ideología, menos aún la consecuencia de un deseo popular o de una vanguardia. Por el contrario fue la elección de lo menos malo en una coyuntura larga de represión salvaje.

Quienes tienen ahora 40 y más años pudieron vivir una época, la década de los años setenta, en la que el régimen político salvadoreño era un sistema totalitario en manos de una minoría civil y militar propietaria de los recursos del país. La pobreza masiva no era sino la expresión de profundas injusticias sociales.

Los fraudes electorales de 1972, 1974 y 1977 cerraron los caminos legales a la oposición.

Matanzas: Sólo la tragedia del 28 de febrero se cobró 300 muertos. Los cuerpos policiales abrieron fuego de fusilería contra la multitud que protestaba por el fraude del 77 en la Plaza de la Libertad.

Prueba de lo que estaba pasando es la voz de Monseñor Romero que el 23 de marzo de 1980 exclamó: «En nombre de Dios y en nombre de este sufrido pueblo cuyos lamentos suben hasta el cielo, cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: ¡Cese la represión!» Al día siguiente lo asesinaron.

Por consiguiente, aquellos relatos que defienden la idea que el FMLN es fruto de una conspiración del comunismo internacional pasan por alto que fue desde lo profundo de un país sometido a dictaduras criminales como surgió la necesidad popular de hallar un modo de derrotarlas y, a la vez, de sobrevivir a las masacres, como la del 22 de enero de 1980 en la capital o la del 14 de mayo de ese mismo año en el río Sumpul.

Afirmamos pues que el conflicto armado fue el resultado de una realidad económica, social y política, expresada a través de un régimen que practicaba el crimen de estado como modalidad sistemática y prolongada en el tiempo. Salvador Sánchez Cerén así lo atestigua en su libro “La guerra que no quisimos”

DE MODO QUE LA SEGUNDA IDEA FUERTE ES QUE LA GUERRA FUE UN CONFLICTO NACIONAL

Son ciertas las simpatías del FMLN con la vecina revolución nicaraguense y su buena relación con los dirigentes y gobierno sandinista, le dieron opción a disponer de una extensa y sólida retaguardia bajo su protección, pero de ninguna manera la Comandancia General estuvo subordinada al Frente Sandinista. Del mismo modo, la revolución cubana fue una inspiración constante y Cuba un lugar hospitalario para el trabajo político sosegado de cuadros guerrilleros, así como destino de personal enfermo y necesitado de tratamientos quirúrgicos y ortopédicos.

Pero de ninguna manera nadie desde el exterior dictó directrices ni intervino en la conducción revolucionaria de la guerra y en el curso de las negociaciones de paz. Se puede concluir en este punto que las fuerzas revolucionarias salvadoreñas, si bien optaron por el llamado campo socialista, siempre mantuvieron su plena independencia y una intensa conciencia nacional desde la que tomaron sus decisiones.

El reconocimiento de que la lucha era nacional y no dirigida desde fuera encontró en la Declaración Franco-Mexicana de 28 de agosto de 1981 un fuerte respaldo al reconocer que la alianza del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional y del Frente Democrático Revolucionario constituye una fuerza política representativa, Fue grotesca la posición del presidente Reagan que en mayo del 84 en un discurso militarista de 35 minutos, acusó al FMLN ser punta de lanza del comunismo internacional. Entonces se rodó la no menos grotesca película “Amanecer Rojo” contra la que hicimos boicot en Europa.

LA TERCERA IDEA FUERTE NOS LLEVA A INSISTIR EN QUE EL FMLN SIEMPRE BUSCÓ UNA NEGOCIACIÓN SERIA PARA UNA PAZ JUSTA

Lo esencial del FMLN no fue fortaleza militar sino su naturaleza política, ser vehículo de expresión de un proyecto de cambio social y democrático. Por ello, incluso en los momentos más duros y terribles de la guerra en el FMLN nunca se dejó de pensar y debatir en clave política, siendo su condición armada un hecho contingente, una disposición transitoria de quienes sin ser militares se vieron en la obligación de recurrir a las armas. De ahí que el FMLN impulsara el diálogo de La Palma en octubre del 1984, poco después el de Ayagualo, y el de la Nunciatura en 1987…

Esta conclusión es tal vez una de las más importantes, pues es la que explica por qué el FMLN no quedó anclado en una inercia guerrillera y en cambio vio la oportunidad de dejar las armas para refundarse como partido político. Esta visión liberó al país de la prolongación de una guerra que era sufrimiento en todas las formas posibles, y al propio frente de perpetuarse como una fuerza enmontañada prisionera de una lógica militar.

La naturaleza política del FMLN se ha puesto de manifiesto en su rápida adaptación a las condiciones legales y políticas que abrieron los Acuerdos de Paz, organizándose para ganar elecciones y llegar a ser hoy, en 2009, el partido que ha ganado la Presidencia de la República y el Gobierno

Probablemente la negociación para la paz hubiera sido posible mucho antes de no ser porque la administración norteamericana, anclada en una visión de CA como patio trasero, hizo de su política de seguridad nacional el centro de su interés y se propuso derrotar a las guerrillas. EEUU  fue responsable del impulso, endurecimiento y prolongación de la guerra, mostrando una vez más su vocación de ingerencia, y su visión de la región centroamericana como de su pertenencia. (Ver página 56-57)

LA CUARTA IDEA FUERTE ES QUE A FINALES DE LOS AÑOS OCHENTA Y PRINCIPIOS DE LOS AÑOS NOVENTA ESQUIPULAS SE ERIGIÓ, A PESAR DE LA OPOSICIÓN DE LA ADMINISTRACIÓN ESTADOUNIDENSE, EN EL ESPACIO QUE PERMITIÓ A CENTROAMÉRICA PENSARSE A SÍ MISMA Y TOMAR CONCIENCIA DE QUE LOS GOBIERNOS DEBÍAN INICIAR REFORMAS DEMOCRÁTICAS INAPLAZABLES PARA SALIR DE UN CONFLICTO REGIONAL QUE AMENAZABA SU VIABILIDAD ECONÓMICA Y POLÍTICA.

Inicialmente Alfredo Cristiani se resistió a sumarse a los acuerdos de Esquipulas y trabajó para hacerlos fracasar, pero la ofensiva guerrillera de finales de 1989 terminó por hacerle ver que no tenía otra salida que acceder a una verdadera negociación de paz.

MIRANDO AL FUTURO: HACER LAS PACES

Nuestro relato no debe tratar de imponerse a otros relatos. En realidad no lo lograría. Nos basta con que nuestro relato sea compartido por el pueblo llano. Por otra parte, en el relato, de una parte están los hechos y de otra las interpretaciones. Sobre los hechos el Informe de La Verdad  es una fuente legítima, objetiva, de los hechos (adjudica apenas un 5% de responsabilidad al FMLN en la violación de DDHH)

Como ya he dicho sobre las interpretaciones hay una pluralidad de relatos. Ahora bien, más de veinte años después de la firma de los Acuerdos de Paz lo que si interesa al país es un relato compartido para tejer el futuro, para diseñar como debe ser el mañana. En este punto si debemos hacer un esfuerzo por alcanzar un fuerte consenso nacional en torno a la democracia, la libertad y la justicia. Y como un punto fuerte de este consenso sería bueno que nuestro próximo gobierno del FMLN instaure el Día de la Memoria, para recordar a todas las víctimas de la guerra sin excepción.

Un Día de la Memoria para avanzar hacia esa necesidad de hacer las paces.

Conviene diferenciar entre la paz firmada en Chapultepec y el hacer las paces en nuestra sociedad. Lo primero fue un acto político entre principales actores para poner fin a la confrontación armada; lo segundo, hacer las paces, se refiere a un proceso transversal, que atraviesa toda la sociedad, el barrio, el cantón, la universidad, el centro de trabajo…con el fin de reconstruir una convivencia deteriorada. Se trata de traducir la paz firmada en Chapultepec en la vida cotidiana.

LA ESTRATEGIA DE HACER LAS PACES EN LA POLÍTICA DE LA IZQUIERDA


La derecha prefiere un país polarizado, partido en dos.

La izquierda no quiere DOS países, quiere un país.

Cuando hablamos del Buen Vivir estamos trazando un horizonte nacional no una buena vida sólo para quienes piensan como nosotros pensamos.

Por eso es importante buscar a “los otros” a esos sectores del pueblo llano que estuvieron en el otro lado por circunstancias de la vida, tenderles la mano y tratar de incorporarles a un proyecto de país. No dejemos que esta parte del pueblo sea manipulada por la derecha.

Hacer las paces es iniciar un proceso de RECONCILIACION basado en el respeto y la aceptación mutua:


-No es tratarse como amigos, sino con respeto

-No es un deber de las víctimas sino una responsabilidad social

-No es olvido, sino memoria y crítica


-No es venganza sino generosidad

Para ello hacen falta dos cualidades: Voluntad de reconciliación y conciencia de que se construye individual y colectivamente.

El requisito es la aceptación de las diferencias y la inviolabilidad de la dignidad humana.

En este proceso de reconciliación es vital:

- Un compromiso de reparación del daño (las víctimas)


- Un compromiso de no repetición


- Un compromiso de prevención que pasa por programas de educación para la paz

En particular son los jóvenes los llamados a liderar este enfoque de hacer las paces. Tienen, tenéis la ventaja de no haber vivido en directo los años de plomo. Trabajando la educación para la paz, reflexionando entre jóvenes que piensan distinto para tratar de llegar a acuerdos entre diferentes. Hacer las paces debe suponer tejer alianzas, el re-encuentro entre individualidades y grupos, la cooperación y la extensión de la confianza.

HACER LAS PACES NO SIGNIFICA ANULAR LOS CONFLICTOS

Hay conflictos destructivos y constructivos: Los conflictos constructivos son necesarios y positivos. El asunto es canalizarlos de manera democrática, mediante legítimas movilizaciones sociales, a través de propuestas de cambio, mediante la lucha política. Por ejemplo, ¿que sería de las relaciones de género sin conflicto? ¿qué sería de los derechos de las y los trabajadores sin conflicto?...El conflicto es necesario para avanzar hacia el Buen Vivir.

martes, 3 de diciembre de 2013

Revela secretos de la guerra sucia el ex oficial salvadoreño Mena Sandoval



SAN SALVADOR - Miembro del Estado Mayor del ejercito salvadoreño, director de la Escuela Militar de Guardias Nacionales, comandante del Batallón de Paracaidistas, organizador del golpe de Estado de 1979, amigo de Monseñor Oscar Arnulfo Romero y compañero de armas de Roberto d'Aubuisson y de Domingo Monterrosa, estas son algunas estaciones en la vida burguesa del capitán Francisco Mena Sandoval. Cuando la deja atrás en 1980, se convierte en el comandante Manolo del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), en creador de la Escuela Militar del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y de sus fuerzas especiales y en testigo ante la Comisión la Verdad de Naciones Unidas.
Mena Sandoval

 
Foto: Francisco Mena, el Comandante Manolo, durante la entrevista.

A continuación la historia de un "romántico" de la carrera militar, cuyo enfrentamiento con la realidad del terror aplicado por el Estado salvadoreño en la guerra contra su pueblo, lo hace cambiar de bando y lo convierte en revolucionario.


-¿Recibiste alguna vez entrenamiento en Estados Unidos?

-Sí. La base fundamental de las fuerzas armadas salvadoreñas, en el aspecto técnico y político, está dirigida por la Unión Americana. Yo estudie en bases militares estadunidenses y también en la Escuela de las Américas (USARSA) en la zona del canal de Panamá, donde recibíamos todas las bases de la doctrina de seguridad nacional, que es la que ubica al "enemigo interno" en los países de Latinoamérica; cualquier oposición política que se veía en aquellos tiempos era catalogada como manifestación del “enemigo interno”.
“A todo se llamaba comunismo; hoy día que las cosas son más claras, sabemos que el problema real fue la injusticia y el militarismo que estaba aliado con el poder civil de los partidos políticos que llegaban al gobierno. Estados Unidos tiene grandes responsabilidades en la formación de los militares latinoamericanos y por ende, en la forma en que los militares respondieron a los problemas del país”.


-¿En qué año estuviste en Estados Unidos y Panamá?


-En Panamá, a finales de 1968 y en 1979; y en Estados Unidos alrededor de 1971. También recibí cursos en Uruguay –orientados y dirigidos por Estados Unidos- a los cuales se sumaron muchos militares salvadoreños en forma clandestina, o sea usando procedimientos de la guerrilla. Yo viaje como comerciante con un nombre ficticio. La enseñanza fue esencialmente en tareas de inteligencia, tomando los instructores como experiencia el conflicto con la guerrilla urbana de los Tupamaros en Uruguay.


-¿En que institución estabas en Uruguay?

-No lo recuerdo con exactitud. Fue en 1977, cuando yo era comandante de un batallón de paracaidistas; después pase a la Guardia Nacional y nos cambiaban de muchos lugares.


-¿Qué tipo de entrenamiento tuviste en Panamá?

-Estados Unidos y los militares salvadoreños creían imposible que en El Salvador se pudiera desarrollar una guerrilla de carácter rural. De ahí que toda la preparación, incluyendo la de Uruguay, estaba orientada contra la guerrilla urbana. Las fuerzas armadas y todos los cuerpos de seguridad de El Salvador estaban preparándose para esto.


-La lección fundamental en Uruguay fue entonces, ¿cómo destruir una guerrilla urbana?


-Sí. Nos dijeron que teníamos que fortalecer la parte de inteligencia, o sea, como infiltrar las estructuras del enemigo, por ejemplo los sindicatos, porque ellos son una base enlistadora importante que luego luchan por la liberación de su país. También nos trataron de convencer que el enemigo eran los comunistas, pero por la propia formación de nosotros no llegamos a entender lo que era eso.


-Roberto d’Aubuisson, el fundador de los escuadrones de la muerte en El Salvador y posteriormente presidente de su Asamblea Nacional, quien recibió entrenamiento contrainsurgente en Taiwán, ¿estuvo también en Uruguay?

-Si estuvo en el mismo curso que yo y también en otros lugares. Al finalizar el curso del Estado Mayor, uno de los viajes que se hacen es a Taiwán, donde enseñan un programa semejante al de Uruguay para ir conformando la lucha contra “la subversión”.


-Le dedicas tu libro a Monseñor Romero. ¿Vienes de una tradición católica?

-Si como casi todo el pueblo salvadoreño. Por eso comencé a “despertar”, cuando comenzaron a asesinar sacerdotes. El asesinato del padre Rutilio Grande me impresiono grandemente. Y fue el primer caso que me sacudió.

 
Foto: Francisco Mena y Joaquín Villalobos, comandante del ERP, organización a la que Mena
se incorporó cuando dejó el ejército.


“El paso del batallón de paracaidistas a la Guardia Nacional me llevo a cuestionarme como militar y como persona. Ahí conocí a un padre jesuita que después me presentó a Monseñor Romero. Monseñor Romero fue de verdad un sacerdote que enfrentó la realidad social de nuestro país. Esto es importante, porque Monseñor Romero fue buscado por el sistema para defenderlo. El estuvo dentro de este sistema, pero en el enfrentamiento con la realidad del país cambio.


-Cuando oíste la noticia del asesinato de Monseñor Romero, ¿pensaste que D’Aubuisson estaba involucrado?

-Yo sabía que él estaba involucrado. Recuerdo bien ese día porque junto con el general Vargas, que era mi jefe –el era mayor y yo capitán- estuvimos en camino de Santa Ana hacia San Salvador. Mas noche me llamó y me dijo: “Han matado a Monseñor Romero”.
Y en el regreso al cuartel de la segunda brigada en Santa Ana, comentábamos que tanto él como yo estábamos seguros que había sido D’Aubuisson. Incluso él lo analizaba como un error y que se iba a convertir en el Pedro Joaquín Chamorro de El Salvador, porque el asesinato de chamorro desencadenó la lucha en Nicaragua en determinado momento.

“Estaba seguro porque anteriormente habíamos estado en la Guardia Nacional, y allá habíamos discutido con D’Aubuisson y él me había dicho que a quien había que matar era a Monseñor Romero y que tenía que hacerse rápidamente. Por consiguiente yo no dudaba que había sido él dentro de un grupo de oficiales, que hoy son mencionados en el reporte de la Comisión de la Verdad.

“Después de que asesinaron a Monseñor Romero nosotros capturamos a D’Aubuisson en una finca de un oligarca de Santa Tecla y allí le decomisamos los planes con base en los cuales lo habían asesinado. Desgraciadamente la ingenuidad de nosotros nos hacía creer en la bondad de nuestros jefes. Y entregamos estos planes al embajador estadunidense Robert White, al presidente de la junta que era Napoleón Duarte, y al coronel Majano. En ellos estaban depositadas todas esas pruebas, pero nunca fueron capaces, nunca tuvieron el valor de presentar estos documentos que eran tan importantes conocerlas.”


-Es decir, ¿el embajador White y el gobierno estadunidense sabían desde el primer momento que D’Aubuisson era culpable y no hicieron nada?

-Claro. En lugar de enjuiciarlo, vieron que se trataba de un hombre que podía servir para la formación de los escuadrones de la muerte. Y en el reporte de la Comisión de la Verdad está comprobado que Estados Unidos ayudo en la conformación de los escuadrones y que en los primeros años ayudó a D’Aubuisson para que este empujara la concepción de la guerra sucia que tanto daño ha hecho al país y a los fines de América Latina.


-¿Tu conocías a D’Aubuisson mientras el armaba los escuadrones de la muerte o ya se había roto el contacto?

-D’Aubuisson fue director de la Escuela Militar de Guardias Nacionales. Al dejar la dirección, yo fui nombrado en el cargo y lo ejecuté de julio de 1977 hasta diciembre de 1978.

“Yo creo que durante mi estadía en la Guardia Nacional el ya había empezado a conformar los escuadrones de la muerte, hecho del cual yo me di bastante cuenta. Cuando nosotros dimos el golpe de Estado del 15 de octubre de 1979, yo cometí un grave error –cuando por amistad, porque en realidad tenía mucha amistad con él, pese a conocer su pensamiento y su personalidad y sabia, que para la institución armada se había convertido en un problema serio- al no someterlo a un juicio. Se necesitaba hacerle un juicio. Se necesitaba hacerle un juicio para que ya no hiciera más daño al país. Sin embargo yo fui quien dije que a D’Aubuisson había que expulsarlo nada más de las fuerzas armadas. Fue el único militar joven que expulsamos de las fuerzas armadas.

“Esto fue un error, porque él se unió a ciertos sectores de Guatemala –conozco su relación con Sandoval Alarcón (uno de los fundadores de los escuadrones de la muerte en Guatemala), porque alguna vez se reunieron en Santa Ana- y esta alianza entre los escuadrones, de la oligarquía de aquí, de ricos salvadoreños exiliados en Miami, financiaron y potenciaron los escuadrones de la muerte y el patrocinio de Estados Unidos. Eso fue lo que le dio una fuerza increíble a D’Aubuisson”.

Fuente: LaJornada, Entrevistas, Lunes 5 de abril de 1993.

jueves, 28 de noviembre de 2013

SANGRE INDIGENA: EL MITO DEL DIA DE ACCION DE GRACIAS


Obrero Revolucionario

Todos los niños aprenden en las escuelas de Estados Unidos que los peregrinos de la colonia de Plymouth invitaron a sus vecinos indígenas a celebrar su primera cosecha después de su primer año en Nueva Inglaterra, que fue un año muy difícil. Pero la verdad del día de Acción de Gracias es distinta: es una historia del genocidio de los pueblos indígenas y del robo de sus tierras por colonos europeos, y de la crueldad del capitalismo.
*****

En el invierno de 1620 llegó a Norteamérica el barco inglés Mayflower con 102 exiliados puritanos. Los indígenas de esas partes ya habían sido exterminados por una expedición inglesa que llegó en 1614, dejó la viruela y se llevó 24 indígenas esclavos. La plaga barrió con las tribus de Nueva Inglaterra y devastó aldeas enteras.

Los puritanos construyeron una colonia llamada la "plantación de Plymouth" cerca de las ruinas de la aldea indígena llamada Pawtuxet y se alimentaron del maíz que encontraron en los campos abandonados. Con ellos vino el único pawtuxet sobreviviente, llamado Squanto, que había sido esclavo de los ingleses y españoles en Europa, hablaba el idioma de los colonos y los enseñó a sembrar maíz y a pescar para alimentarse antes de la primera cosecha. Squanto también los ayudó a negociar un tratado de paz con la tribu wampanoag, cuyo jefe era Massasoit.

Todos esos factores ayudaron mucho a esos colonos. La primera colonia, fundada en Virginia años atrás, no logró afincarse. Gracias a la buena voluntad de los wampanoag, los puritanos sobrevivieron el primer año y pactaron una alianza que les dio casi dos décadas de paz.

Para celebrar su buena suerte, el gobernador de la colonia, William Bradford, declaró tres días feriados para dar gracias por la primera cosecha en 1621.

Cómo se robaron la tierra los puritanos

La paz que permitió el día de Acción de Gracias de 1621 les dio a los puritanos 15 años de tranquilidad para afincarse en la costa. Hasta 1629 no había más de 300 puritanos en comunidades dispersas y aisladas de Nueva Inglaterra. Pero su éxito alentó una invasión de puritanos que construyeron pueblos en Massachusetts, al norte de Plymouth: Boston y Salem. Durante 10 años llegaron barcos repletos de colonos.

La gran cantidad de puritanos que llegó no era tan generosa como los wampanoag.

Apenas llegaron empezaron a hablar de "quién es dueño de esta tierra". Tenían que resolver eso, no solo por sus tradiciones anglosajonas sino porque sus prácticas agrícolas se basaban en la propiedad del individuo, no de la comunidad ni de la tribu. Este debate sobre la propiedad de la tierra muestra que el "imperio de la ley" no quiere decir "proteger los derechos de las masas populares".

Algunos puritanos decían que la tierra pertenecía a los indígenas, pero los excomunicaron y expulsaron. El gobernador Winthrop de Massachusetts declaró que los indígenas no habían "dominado" la tierra y que por tanto, todas las tierras no cultivadas deberían ser del "dominio público", según el derecho tácito de Inglaterra. O sea, que le pertenecían al rey. En resumen, los colonos decidieron que para apropiarse de tierras no tenían que consultar con los indígenas sino solo con el representante de la corona, o sea, con el gobernador.

Los puritanos adoptaron un verso del salmo 2:8: "Pídeme, y te daré en herencia las naciones, en propiedad los confines de la tierra". Desde ese entonces, los estados colonialistas europeos han declarado que lo hicieron por orden de dios: ya sean los bóers que se apoderaron de Sudáfrica o los sionistas que se robaron Palestina.

Los inmigrantes europeos se apoderaron de tierras y pusieron a los indígenas a trabajar como esclavos en ellas. Para 1637 ya había unos 2000 colonos ingleses y decidieron seguir avanzando hacia el interior y aniquilar a los indígenas.

El nacimiento del "estilo de combatir estadounidense"

En el valle Connecticut, la poderosa tribu pequot no había entrado en una alianza con los ingleses (como lo habían hecho las tribus narragansett, wampanoag y massachusetts). Al principio los pequot estaban lejos de los centros de colonización, pero en 1633 los ingleses se robaron las tierras donde hoy está la ciudad de Hartford (tierras que los pequot habían conquistado hacía poco de otra tribu). Ese mismo año, los pequot mataron a dos ingleses que fueron a capturar esclavos. Los colonos fueron a buscar a los responsables, pero los pequot no los entregaron.

Los sacerdotes puritanos citaron la Epístola a los Romanos 13:2: "De modo que, quien se opone a la autoridad, se rebela contra el orden divino, y los rebeldes se atraerán sobre sí mismos la condenación". Los gobiernos coloniales reunieron una fuerza armada de 240 hombres bajo el mando de John Mason. A ellos se unieron mil guerreros narragansett. El historiador Francis Jennings escribe: "Mason propuso evitar un ataque a los guerreros pequot, que podría agobiar a sus tropas inexpertas y de poca confianza. La batalla, en sí, no era su propósito. La batalla es una de dos formas de destruir la capacidad de luchar de un enemigo. La masacre puede cumplir el mismo fin con menos riesgo, y Mason había resuelto que la masacre sería su objetivo".

El ejército colonial rodeó una aldea fortificada de los pequot en el río Mystic. Al amanecer, cuando todos dormían, le prendió fuego.

William Bradford, gobernador de Plymouth, escribió: "A los que escaparon el fuego los pasaron a cuchillo, algunos descuartizados, otros atravesados con sus estoques, de manera que los despacharon rápidamente y muy pocos escaparon. Se concibe que así destruyeron a unos 400 en esa ocasión. Era un espectáculo espantoso verlos arder en el fuego¼el hedor y la peste eran horribles, pero la victoria parecía un dulce sacrificio, y le rezaron a Dios, que los había ayudado tan maravillosamente".

El propio Mason escribió: "Se podría preguntar¼ ¿No deberían tener más clemencia y compasión los cristianos? Pero¼a veces las Escrituras declaran que las mujeres y los niños deben perecer con sus padres.¼ Teníamos suficiente luz de la palabra de Dios para guiar nuestras acciones".

Unos 350 años más tarde, Ronald Reagan repitió la frase "una ciudad luminosa en la colina" muchas veces en sus discursos.

El descubrimiento de que la esclavitud da ganancias

Lo que llaman la "guerra pequot" no fue una guerra: fue una matanza y una expedición para capturar esclavos. Los puritanos se llevaron más de 180 presos. Después de consultar la biblia de nuevo, las autoridades coloniales encontraron en Levítico 24:44 justificación para matar a la mayoría de los hombres pequot y vender como esclavos a las mujeres y los niños. Solo quedaron libres unos 500 pequot. En 1975, el número oficial de pequot que vivían en Connecticut era 21.

Los ingleses les dieron algunos presos de guerra a sus aliados narragansett y massachusetts. Ya antes de la llegada de los europeos, los habitantes de Norteamérica tomaban presos de guerra de otras tribus como rehenes y esclavos. El resto de los presos se los vendieron a las colonias agrícolas inglesas de las Antillas, donde los mataron de trabajo en una nueva forma de esclavitud al servicio del emergente mercado mundial capitalista. Con eso los mercaderes de Boston hicieron un descubrimiento muy importante: las ganancias de la venta de seres humanos pagaban los gastos de capturarlos.

Un relato dice que capturar indígenas para venderlos como esclavos se volvió una "obsesión de los especuladores". Estos primeros mercaderes capitalistas de Massachusetts empezaron a hacer que el genocidio pagara. El tráfico de esclavo--sprimero indígenas y después africanos en poco tiempo fue un pilar del capitalismo mercantil de Nueva Inglaterra.

Acción de Gracias en la colonia de Manhattan

En 1641 el gobernador de la colonia holandesa de Manhattan, de apellido Kieft, ofreció la primera "recompensa por un cuero cabelludo": su gobierno pagaría dinero por matar indígenas. Un par de años después, Kieft ordenó la masacre de los wappinger, una tribu amiga: mataron a 80 y patearon las cabezas como pelotas por las calles de Manhattan. A uno lo castraron, lo despellejaron vivo y lo hicieron comer su propia carne entre risas del gobernador. Después Kieft contrató a un conocido mercenario de nombre Underhill, que participó en la guerra pequot, para cometer una masacre similar cerca de Stamford, Connecticut. Los soldados de Underhill le prendieron candela al pueblo y pasaron a cuchillo a 500 indígenas.

Se declaró un día de Acción de Gracias en las iglesias de Manhattan. Como veremos, los colonos proclamaron más días de Acción de Gracias para celebrar masacres que para celebrar una buena cosecha o en señal de amistad.

La conquista de Nueva Inglaterra


Para la década de 1670 había de 30.000 a 40.000 europeos en las Colonias Unidas de Nueva Inglaterra; de 6000 a 8000 podían portar armas. Como ya habían destruido a los pequot, los colonos de Massachusetts y Plymouth siguieron con los wampanoag, la tribu que los salvó en 1620 y que probablemente asistió al primer día de Acción de Gracias.

En 1675 unos wampanoag mataron a un miembro de su tribu convertido al cristianismo que estaba espiando para los puritanos. Las autoridades de Plymouth arrestaron y ejecutaron a tres wampanoag sin consultar al jefe tribal, el rey Philip. Como dice Mao Tsetung: "Donde hay opresión hay resistencia". Los wampanoag declararon la guerra.

Los wampanoag aplicaron ciertas lecciones militares que habían aprendido: libraron una guerra de guerrillas contra poblados aislados y dieron de baja a muchos soldados puritanos. Los colonos atacaron y masacraron las principales poblaciones indígenas.

Los indígenas mataron a 600 europeos (casi una décima parte de los hombres adultos de las colonias de Nueva Inglaterra) y arrasaron 13 poblados. Pero los colonos ganaron.

Para celebrar la victoria, los colonos lanzaron una guerra total de genocidio contra los indígenas que quedaban. El gobierno de Massachusetts ofreció 20 chelines por cada cuero cabelludo indígena y 40 chelines por cada preso que se pudiera vender como esclavo. Le permitió a los soldados capturar mujeres y menores de 13 años para venderlos como esclavos. A los indígenas que se habían convertido al cristianismo y que lucharon a su lado los acusaron de disparar a la copa de los árboles durante las batallas con los "hostiles" y los mataron o vendieron. A otros indígenas "pacíficos" de Dartmouth y Dover los invitaron a negociar o a buscar refugio en las factorías¼y de ahí los llevaron a los barcos de esclavos.

No se sabe cuántos indígenas vendieron como esclavos, pero en esa campaña salieron 500 esclavos del puerto de Plymouth. De los 12.000 indígenas de las tribus vecinas, probablemente la mitad murió en combates, masacres y de hambre.

Después de la guerra del rey Philip prácticamente no quedaron indígenas libres en las colonias inglesas del norte. Un colono escribió lo siguiente sobre la colonia de Manhattan: "Ahora apenas quedan unos pocos indios en la isla y esos pocos no son dañinos. Es de admirarse cómo, curiosamente, han desaparecido por obra de Dios desde que los ingleses llegaron a estas tierras".

En Massachusetts, los colonos declararon un "día público de Acción de Gracias" en 1676 pues "ya casi no queda un nombre ni una familia de ellos [los indígenas] y todos han sido muertos o capturados o han huido".

Cincuenta y cinco años después del primer día de Acción de Gracias, los puritanos habían destruido a los generosos wampanoag y todas las otras tribus vecinas. Al rey Philip de los wampanoag lo decapitaron y colgaron su cabeza en un poste en Plymouth: 24 años después ahí seguía su cráneo.

Los descendientes de esos amerindios hoy se encuentran dondequiera que los mercaderes puritanos encontraron compradores de esclavos: las Antillas, las Azores, Argelia, España e Inglaterra. Al nieto de Massasoit, el protector de los peregrinos cuando llegaron, lo vendieron como esclavos en Bermuda.

Fugitivos y rebeldes

A pesar de la destrucción de la vida tribal y de la esclavitud de los sobrevivientes, los colonos no tuvieron paz. La resistencia de los indígenas continuó de mil maneras. Sus opresores vivían con el terror de una revuelta y trataron de aplastar la resistencia. El historiador MacLeod escribe: "Las primeras `reservas' las crearon para los `indómitos' irlandeses de Ulster en 1609. Y el primer agente de reservas en América, Gookin de Massachusetts, como muchos otros inmigrantes americanos había sido soldado en Irlanda durante el gobierno de Cromwell".

Los indígenas esclavos no trabajaban bien y se escapaban. Para evitar que escaparan, el gobierno de Massachusetts los marcaba con un hierro y les tatuaba la frente y las mejillas.

En 1695, una ley de Massachusetts autorizó matar indígenas: "Cualquier persona, sea inglés o indio, que encuentre indios viajando o escondiéndose en cualquier pueblo o camino (dentro de límites especificados) puede ordenarles que se acerquen y examinarlos o matarlos como pueda".

Los colonos del norte tuvieron que sacar ley tras ley para controlar la situación. Una ley de Albany les prohibía a los esclavos africanos o indígenas conducir una carreta por la ciudad; les prohibieron salir de noche; les prohibieron reunirse. En Block Island, les daban 10 latigazos si los encontraban en la calle después de las 9 de la noche. En 1692 el gobierno de Massachusetts prohibió los matrimonios entre blancos y africanos, indígenas o mulatos y en 1706 trató de parar la importación de esclavos indígenas de otras colonias porque temía una revuelta de esclavos.

¿Celebrar?

Viendo la historia, hay que preguntarse: ¿Por qué celebrar el establecimiento de los puritanos? Es un hecho que los amerindios de esos tiempos no tenían ninguna razón para celebrarlo.

Un hecho poco conocido: a Squanto, el "héroe" de los relatos tradicionales del primer día de Acción de Gracias, lo ejecutaron los indígenas por su traición.

El gobierno de Estados Unidos organizó celebraciones de ese primer día de Acción de Gracias porque le convenía; por eso inventaron esa fiesta. La primera celebración nacional la ordenó George Washington. Luego Abraham Lincoln decretó que sería un día feriado durante la guerra de Secesión (cuando mandó el ejército a atacar a los sioux de Minnesota).

Washington y Lincoln fueron dos presidentes dedicados a forjar un estado nacional burgués unificado y el mito del día de Acción de Gracias cuadraba con esos planes. Celebra la "abundancia de la vida americana" y tapa la naturaleza brutal de la sociedad que la fundó.
Fuerza Histórica Latinoaméricana.

Fuerza Histórica Latinoamericana

Saludos y bienvenida:

Trovas del Trovador


Si se calla el cantor, calla la vida...inspirate,instruyete,organizate,lucha,rebelate.



Saludos y bienvenida:


Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida...
Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos.

Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos.

Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más...

A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado.

Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia...

Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos?

Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista.

No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente.
Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo.

Fraternalmente, Trovador


UN DÍA COMO HOY, 12 de febrero de 1973, los principales periódicos de El Salvador difundieron fotos de la muerte de los compañeros José Dima...