Mark Weisbrot
The Guardian Unlimited, 30 de marzo, 2013
En Inglés
El vídeo, tomado al azar por una cámara de seguridad de un almacén, es escalofriante. Cinco jóvenes están caminando por una calle tranquila en Tegucigalpa, Honduras. Un gran todoterreno negro se detiene, seguido por otro vehículo. Dos hombres enmascarados con chalecos antibalas saltan rápidamente desde el coche que va a la cabeza levantando unos fusiles AK-47. Los dos jóvenes que están más cerca de los vehículos ven que no tienen ninguna posibilidad de huir, por lo que se quedan congelados y ponen sus manos en alto. Los otros tres echan a correr velozmente y son perseguidos a balazos por el segundo equipo de asesinos. Escapan milagrosamente con uno de ellos herido; sin embargo, los dos que se rindieron se ven obligados a tumbarse boca abajo en el suelo. Frente a la cámara, los dos estudiantes, que eran hermanos de 18 y 20 años, son rápidamente asesinados a balazos en la parte posterior de la cabeza. En menos de 40 segundos desde su llegada, los asesinos huyen lejos, para nunca más ser encontrados.
Este alto nivel de profesionalidad y el modus operandi de los asesinos, han llevado a muchos observadores a concluir que se trataba de una operación del Gobierno. El vídeo fue publicado por el diario El Heraldo el mes pasado, y el asesinato tuvo lugar en noviembre del año pasado. No ha habido ningún arresto.
Actualmente, el Gobierno de Obama está
siendo criticado por su papel en la financiación y el armamento de la
asesina Policía hondureña, violando la ley estadounidense. Bajo de la
"Ley Leahy" –llamada así por el senador de Vermont Patrick Leahy– al
Gobierno de EE.UU. no se le permite financiar unidades militares
extranjeras que hayan cometido impunemente graves violaciones a los
derechos humanos. El Director General de la Policía Nacional de
Honduras, Juan Carlos Bonilla, está implicado en escuadrones de la
muerte, algo que miembros del Congreso de EE.UU. han denunciado desde
que Bonilla fue nombrado en el cargo el pasado mes de mayo. Gracias a
unos excelentes reportajes de investigación de the Associated Press
en el último par de semanas –mostrando que todas las unidades de la
policía están, de hecho, bajo el mando de Bonilla– se ha evidenciado que
la financiación de la Policía hondureña, por parte de Estados Unidos,
es ilegal.
Ahora veremos qué significa el "estado de
derecho" o la "separación de poderes" aquí en la capital del país al que
tanto le gusta dar lecciones a otros países "menos desarrollados" sobre
estos principios.
¿Por qué el gobierno de Obama sería tan
obstinado como para engañar y desafiar al Congreso con el fin de apoyar
escuadrones de la muerte pertenecientes al Gobierno en Honduras? Para
responder a esta pregunta tenemos que ver cómo llegó al poder el actual
Gobierno de Honduras, y cuán importante fue el papel que desempeñó la
represión violenta hacia la oposición política para que éste se
mantuviese allí.
El Gobierno del presidente hondureño Pepe
Lobo fue "elegido" después de que un golpe militar derrocara al Gobierno
democráticamente electo del presidente Mel Zelaya en junio de 2009.
Zelaya dijo más tarde a la prensa que Washington estuvo involucrado en
el golpe; lo que es muy creíble, dada las pruebas indiciarias. Pero lo
que sabemos con certeza es que el Gobierno de Obama estuvo muy involucrado en ayudar al gobierno golpista a sobrevivir
y legitimarse. Washington apoyó la elección de Lobo en noviembre de
2009 desoyendo la oposición de casi todo el hemisferio. La Organización
de Estados Americanos y la Unión Europea se negaron a enviar
observadores a unas elecciones que la mayor parte del mundo veía como
manifiestamente ilegítimas.
El golpe de Estado desató una ola de violencia
en contra de la disidencia política, violencia que continúa hasta
nuestros días. Incluso la Comisión de la Verdad y Reconciliación, creada
por el gobierno golpista, encontró que se había "llevado a cabo una
persecución política. . . y ésta era responsable de una serie de
asesinatos cometidos por agentes del Estado y quienes actuaban por orden
suya, además de la represión generalizada y violenta de los derechos de
expresión, reunión, asociación...".
Esto fue señalado por el Center for
Constitutional Rights (Nueva York) y por la Federación Internacional
para los Derechos Humanos con sede en París, en un informepresentado
a la Corte Penal Internacional. El informe de CCR/ FIDH también
identifica "más de 100 asesinatos, la mayoría de los cuales fueron
selectivos, o asesinatos dirigidos, producidos incluso despuésde que dos
comisiones de la verdad terminaran sus investigaciones". Un informe que
va desde 2009 hasta octubre de 2012.
Los asesinatos son la terrible señal de un
ataque más amplio, el que también se caracteriza por las amenazas de
muerte contra activistas, abogados, periodistas, sindicalistas y
campesinos, así como los intentos de asesinato, tortura, violencia
sexual, arrestos y detenciones arbitrarias. La Comisión de la Verdad [la
segunda, la Comisión de la Verdad independiente] describió los
"ataques" del régimen como una forma de utilizar el terror como medio de
control social...
Ello nos lleva a las elecciones que están
programadas para el próximo año. Hay, una vez más, un partido
socialdemócrata en la contienda, que incluye a las personas que
valientemente defendieron la democracia contra el golpe militar de 2009.
Su candidata presidencial es Xiomara Castro de Zelaya, la esposa del
presidente del que Washington trató de librarse tan obstinadamente. Este
partido es una de las víctimas de la represión política del gobierno:
en noviembre el precandidato a alcalde por el partido LIBRE, Edgardo
Adalid Motiño, fue asesinado a tiros después de asistir a un mitin político de Xiomara Zelaya.
Así que ahí lo tienen. Puede que un
escuadrón de la muerte perteneciente al gobierno no sea la primera
opción de la Administración Obama en Honduras, pero ellos lo prefieren
frente a otro gobierno de izquierda que la gente elegiría si tuviesen la
capacidad de organizarse en unas elecciones libres. El gobierno actual
pertenece a Washington, al igual que la base militar de EE.UU. que el
Pentágono quiere mantener allí indefinidamente.
Si todo esto le suena repugnante, y le
recuerda a los escuadrones de la muerte del presidente Reagan en
Centroamérica en los 80’s, es porque es así. La política de EE.UU. hacia
América Central en realidad no ha cambiado mucho en los últimos 30
años. La pregunta correcta ahora sería, ¿qué es lo que los miembros del
Congreso de los EE.UU. van a hacer al respecto?