En
un dia como hoy 29 de Septiembre pero de 1979, un reten ubicado a la
altura de Caballería capturó a Los compañeros Apolinario Serrano
(Polin), Patricia Puertas (Ticha), Felix y Chepe que regresaban de una
reunión que habian tenido con campesinos en la ciudad de Santa Ana y se
dirigían hacia otra asamblea de trabajadores del campo que tenían en la
zona paracentral de El Salvador....,
Luego que fueron capturados, a los compas se los llevaron para el
cuartel y despues de soportar inclementes torturas..., fueron asesinados
cobardemente por la tiranía militar facista. Los compas eran miembros
de FECCAS Y UTC, que integraban el glorioso BPR -Bloque Popular
Revolucionario-..... En homenaje a Polín mi amigo, aquí les comparto
este poema..., Compañeros caídos en la Lucha!!!! Hasta la victoria
siempre!!!
DEDICADO A POLIN
Para contar ésta historia,
pido permiso a mi gente.
Es una historia muy triste,
que le pasó a un gran valiente.
Fue el 29 de Septiembre,
del año setenta y nueve.
Mataron a nuestro hermano,
los cobardes militares.
Se llamaba Apolinario,
y Serrano su apellido.
Por los pueblos y cantones,
era muy reconocido.
Nació en el cantón El Líbano
cerca del cerro Guazapa.
En una casita humilde,
donde creció con su raza.
Cuando llegó a jovencito,
le tocó trabajar duro.
Por un salario de hambre,
que no tenía futuro.
Al sufrir tanta injusticia,
Polín se organizó.
Para luchar con su gente,
por una vida mejor.
Llegó a ser un dirigente,
muy querido por el pueblo.
Fue un gran revolucionario,
temido por el gobierno.
En la hacienda San Francisco,
y también de la Cabaña.
Allí mero trabajó,
peinando y cortando caña.
En esas grandes haciendas,
una huelga organizó.
Para pedir trato digno,
y un salario mejor.
Un día aquél dirigente,
temprano por la mañana.
Se fue a una reunión,
que tenía allá en Santa Ana.
Cuando Polín regresaba,
de aquella bella ciudad.
Traía un presentimiento,
que lo iban a matar.
Llegando a caballería,
ya lo estaban esperando.
La malvada tiranía,
para luego capturarlo.
Después que lo detuvieron,
al cuartel se lo llevaron.
Y como él no se rindió,
allí mismo lo mataron.
Pero Polín no ha muerto,
son de los que nunca mueren.
Porque su ejemplo y memoria,
quedarán en nuestra historia.
Porque nuestro compañero,
era de esos dirigentes.
De los que nunca se venden,
mejor prefieren la muerte.
Yo le pido al padre eterno,
que su alma esté en el cielo.
Y aquellos que lo mataron,
que se vayan al infierno.
Aquí termino contando,
la historia de éste valiente.
Que vivirá junto al pueblo…,
¡Hasta la victoria siempre!
Escrito por Elio Martínez
Los Angeles, California.
Septiembre, de 1980.
DEDICADO A POLIN
Para contar ésta historia,
pido permiso a mi gente.
Es una historia muy triste,
que le pasó a un gran valiente.
Fue el 29 de Septiembre,
del año setenta y nueve.
Mataron a nuestro hermano,
los cobardes militares.
Se llamaba Apolinario,
y Serrano su apellido.
Por los pueblos y cantones,
era muy reconocido.
Nació en el cantón El Líbano
cerca del cerro Guazapa.
En una casita humilde,
donde creció con su raza.
Cuando llegó a jovencito,
le tocó trabajar duro.
Por un salario de hambre,
que no tenía futuro.
Al sufrir tanta injusticia,
Polín se organizó.
Para luchar con su gente,
por una vida mejor.
Llegó a ser un dirigente,
muy querido por el pueblo.
Fue un gran revolucionario,
temido por el gobierno.
En la hacienda San Francisco,
y también de la Cabaña.
Allí mero trabajó,
peinando y cortando caña.
En esas grandes haciendas,
una huelga organizó.
Para pedir trato digno,
y un salario mejor.
Un día aquél dirigente,
temprano por la mañana.
Se fue a una reunión,
que tenía allá en Santa Ana.
Cuando Polín regresaba,
de aquella bella ciudad.
Traía un presentimiento,
que lo iban a matar.
Llegando a caballería,
ya lo estaban esperando.
La malvada tiranía,
para luego capturarlo.
Después que lo detuvieron,
al cuartel se lo llevaron.
Y como él no se rindió,
allí mismo lo mataron.
Pero Polín no ha muerto,
son de los que nunca mueren.
Porque su ejemplo y memoria,
quedarán en nuestra historia.
Porque nuestro compañero,
era de esos dirigentes.
De los que nunca se venden,
mejor prefieren la muerte.
Yo le pido al padre eterno,
que su alma esté en el cielo.
Y aquellos que lo mataron,
que se vayan al infierno.
Aquí termino contando,
la historia de éste valiente.
Que vivirá junto al pueblo…,
¡Hasta la victoria siempre!
Escrito por Elio Martínez
Los Angeles, California.
Septiembre, de 1980.
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