Saludos y bienvenida: Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida... Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos. Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos. Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más... A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado. Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia... Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos? Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista. No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente. Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo. Fraternalmente, Trovador

martes, 31 de marzo de 2015

Primos


Marcelo Colussi

Eran primos, pero como se criaron indisolublemente juntos, en todo caso parecían hermanos. La gente habitualmente los veía así. Los recuerdos de la infancia los unían de por vida; las complicidades de la adolescencia habían sellado un pacto de lealtad indestructible. No eran hermanos biológicos sino de alma.

Cuando jóvenes sus vidas comenzaron a tomar rumbos distintos, pero eso no significó en lo más mínimo distanciamientos a nivel personal. Hugo entró a la Academia militar; Rigoberto comenzó a estudiar Derecho. Por ese entonces la situación política del país se tornaba compleja; el movimiento revolucionario armado crecía impetuoso, y el Estado, a través del Ejército, preparaba la respuesta. La misma, como no podía ser de otra manera en un gobierno militar -ocupaba la presidencia el general P., luego de una sucesión de varios cuartelazos- estaba marcada por la violencia.

Como en cualquier país de la región, el presidente de turno era un administrador de los grandes finqueros que dominaban la escena, y un empleado dócil de la Embajada gringa. El embajador de Estados Unidos, con cierta formalidad diplomática, o a veces ni siquiera con eso, era el principal tomador de las decisiones políticas importantes. El tema de la guerrilla creciente preocupaba a Washington, de ahí que cada vez tuviera mayor injerencia en los asuntos nacionales del país.

Hugo era muy buen estudiante: disciplinado, metódico, en poco tiempo se había ganado el respeto de sus superiores. Una beca para especializare en tácticas contrainsurgentes en la Escuela de las Américas en Georgia no tardó en aparecer. Y se fue por tres meses.

Rigoberto, por su parte, avanzaba en la carrera de Leyes. Igual que su primo, era sumamente estudioso, aplicado. La diferencia estaba en que él era irreverente, crítico, nunca se callaba. El inconformismo le brotaba por los poros, mientras que Hugo era todo lo contrario, en parte por su formación militar, pero básicamente por una cuestión de personalidad: las ideas de honor y respeto a la autoridad le habían calado hondo.

De jóvenes veinteañeros, tenían muchas cosas en común. La parranda seguía siendo una de ellas, quizá la más fuerte. Dada la situación del país que forzaba definiciones, y dado lo fogoso de sus estilos, no podían quedarse impávidos ante lo que sucedía. Uno justificaba en un todo la represión gubernamental; de hecho, la ejercía. El otro era su acérrimo crítico.

Paulatinamente eran cada vez menos las cosas en común; fuera de la parranda -ahora más evocada como recuerdo de tiempos idos que como acción concreta- iban quedando muy pocas cosas que los unieran. De todos modos, había un pacto tácito de silencio sobre esas diferencias, progresivamente más infranqueables. Sus vidas se iban distanciando (uno militar, el otro un dirigente estudiantil de izquierda), aunque el enorme amor fraterno que los unía no desaparecía. El hecho de haber levantado ese silencio sepulcral respecto a sus posiciones en la vida era una forma de preservar el cariño de antaño. Mejor no preguntar, no hablar, no decir nada sobre las actuales formas de pensar. Las mujeres, el fútbol y el licor podían seguir siendo temas neutros que no implicaban discusiones. Ambos lo entendieron rápidamente, y sin mencionarlo, así lo pusieron en práctica.

De todos modos, la situación general del país ahí estaba, y se quisiera o no, nadie podía escapar a ella; las definiciones caían por su propio peso, se imponían. La lógica del gobierno militar era muy simple y brutal: o se estaba en un todo contra los “apátridas delincuentes subversivos”, o se era parte de ellos. No quedaba opción.

Con sabia pericia los dos primos, sabiendo que estaban en posiciones irreconciliables, habían construido una situación de equilibrio bastante sólida: de esas cosas no se hablaba, y asunto arreglado. Era un respeto especial a sus historias, a su amor filial, a las verdaderas raíces que los acercaban.

Los vaivenes de la vida los había ido distanciando; ahora, como jóvenes muy comprometidos con sus respectivos proyectos, casi no tenían tiempo de verse. Rigoberto estaba enfrascado en su militancia política, a punto de pasar a la clandestinidad. La situación lo imponía. Hugo tenía tropa a su mando, y tanto sus convicciones como su talento lo habían llevado a escalar meteóricamente posiciones en la jerarquía militar, cosa que provocaba la envidia de muchos. Los dos eran pieza importante en sus organizaciones.

La represión generalizada por parte del Ejército arreciaba. La militarización de la vida cotidiana era un hecho, y los cadáveres se sumaban a diario. Ya iban siendo montañas. Cualquier lugar descampado era propicio para dejar abandonados varios cada noche. Se había decretado estado de sitio, y se hablaba de la implantación del toque de queda.

Dos días antes que Rigoberto pasara a la clandestinidad -seguramente por alguna filtración de información dentro de la organización- fue capturado. Como primera medida, tal como pasaba con todos los presos políticos, era sometido a una brutal paliza y a interminables interrogatorios. Luego se decidía qué suerte correrían. Para el caso, no le fue tan mal.

Fue mantenido como ilegal, como secuestrado por alguna fuerza de tareas -lo cual podía ser letal, porque legalmente nadie sabía nada sobre su paradero, era un paria en el mundo, un “esfumado” de la vida-. Pero para la ocasión, eso le facilitó las cosas, pues fue trasladado a la guarnición donde casualmente Hugo era el jefe a cargo.

Cuando supo que el nuevo detenido era su primo, el joven militar prefirió no verlo. Eso complicaría las cosas. Además, prefería guardar la imagen jovial de Rigoberto como muchacho fortachón, risueño, tal como lo había tratado toda su vida hasta ese entonces, y no verlo desfigurado luego de las sesiones de tortura. Podía ser un “asqueroso comunista”, pero antes que nada era su adorado primo, con el que había compartido los mejores momentos de su vida. Esas raíces no se olvidan nunca.

Sin embargo, puede decirse que estar como detenido ilegal (“invisible” en la jerga castrense clandestina) fue una bendición, pues así no había que rendir cuentas ante nadie: había desaparecido de la faz del planeta, y por tanto nadie se podía hacer responsable de su persona, ni el Ejército, ni el gobierno, ni algún hospital ni, eventualmente, la morgue. Por tanto, entonces, así como había salido de circulación, así también podía volver a aparecer. Todo eso fue lo que elucubró rápidamente Hugo cuando supo de quién se trataba.

Por un momento había pensado ir a verlo en su celda y darle un sermón moralista, mostrándole que había equivocado el camino. Pero rápidamente vio que eso no valía la pena: su primo no cambiaría las convicciones, sin dudas muy arraigadas. Y lo único que eso traería sería un mal sabor para ambos, porque no estarían en un pie de absoluta igualdad, tal como siempre había sido su relación. Decidió actuar de otro modo.

Llamó a su subordinado inmediato, el sub-teniente J. -con quien tenía una pésima relación personal, pues ambos se desconfiaban mutuamente, siendo que el sub-teniente sentía una profunda envidia por el cargo de Hugo y no desaprovechaba ocasión para intentar desprestigiarlo-. Hugo lo pensó mucho, le dio interminables vueltas al asunto, y al final optó por tomar la decisión. Con voz de mando más enérgica de lo habitual ordenó a J., explicando haber recibido órdenes de la superioridad -lo cual, por supuesto, no era cierto- preparar las condiciones para que el reo pudiera salir de la instalación, haciendo pasar el hecho como una fuga.

El sub-teniente J., fiel a su formación militar donde las órdenes jamás se discuten sino que se acatan ciegamente, cumplió con lo indicado. Aunque, en realidad, simuló cumplir. Por el contrario, vio ahí la posibilidad de ensuciar a su superior. Con subordinación, aparentó que iba a dejar escapar a Rigoberto, pero ni bien este dio algunos pasos, en el muro perimetral de la base fue ejecutado de un certero disparo en la cabeza que el mismo sub-teniente se encargó de hacer.

Cuando redactó su informe, apeló a la figura que indica que ningún elemento del cuerpo castrense está obligado a cumplir una orden ilegal o contraria a la ética, que ponga en tela de juicio la honorabilidad del Ejército. Esa fue su justificación, con lo que dejó por el piso a su enemigo en el orden jerárquico.

Tan por el piso, que fue deshonrado y dado de baja de la institución militar, debiendo pasar cuatro años en prisión por “alta traición a la patria”. Se salvó del fusilamiento porque algún psicólogo militar, buen amigo de Hugo en otros tiempos, insistió en la relación afectiva con el familiar muerto como un atenuante.

Salido de la prisión, -donde leyó mucho y fue modificando muchos puntos de vista- expulsado del Ejército, con los caminos bastante cerrados para su reincorporación y el sub-teniente J. ascendido ya a capitán, no lo pensó dos veces. La ira le obnubilaba la razón. El mismo día en que estuvo libre, en vez de juntarse con su familia se las ingenió para conseguir un arma y ubicar telefónicamente a J. Increpándolo con los más soeces insultos, lo citó -más bien lo desafió “como hombre”- para verse cara a cara.

La guerra interna ya había terminado, con el exterminio casi total del movimiento guerrillero y los militares siempre en el gobierno, con beneplácito de los reales factores de poder. El clima de paranoia social de otras épocas ya no se vivía; no había estado de sitio y mucho menos toque de queda. De todos modos, el capitán J. siempre se movía con algún escolta, o dos. Pero para el caso, tocado en su amor propio -eso de “como hombre” lo había pellizcado en lo más íntimo- decidió ir solo; con su arma reglamentaria, por supuesto -una pistola automática 9 mm., bala en boca- pero solo. Le llamó la atención el lugar donde fue citado: el Cementerio de M. No sabía que ahí estaba enterrado Rigoberto, a quien matara vez pasada y lo que le había valido un ascenso.

También le llamó la atención que lo citara un cuarto de hora antes que cerrara el cementerio, a las 17:45 hs. Pero un buen militar -un “macho”- no le teme a nada, se dijo para sí.

De civil, a la hora citada, fumando para tranquilizarse, estaba el capitán J. esperando a Hugo. Las primeras sombras de la noche comenzaban a ganar la escena. El silencio era casi total, interrumpido sólo por esporádicos ladridos de algún perro de la cercanía.

Herido de bala en su pierna derecha (Hugo usó silenciador para evitar complicaciones), y oportunamente desarmado, J. fue obligado a arrastrarse hasta la tumba donde yacía Rigoberto (Hugo también se las había ingeniado por medio de su familia para saber exactamente dónde se encontraba). El personal del cementerio ya se había ido, y la oscuridad reinante no permitía ver nada. Para evitar que gritara, una tremenda patada en la boca -que le partió el labio superior y le voló cuatro dientes- fue suficiente disuasivo. Además de verse encañonado por quien algunos años atrás era su superior, lo que cerraba el círculo. Tuteándolo, cosa que jamás habido hecho antes, Hugo ordenó al capitán con perentoria voz de mando que abriera la tumba. Sólo le alcanzó una cuchara de albañil para realizar el trabajo.

Desangrándose, exhausto por el esfuerzo, temblando -de frío, quizá también de miedo (porque los militares, a veces, también lo sienten)- J. completó su encargo. El cuerpo del joven estudiante ya mostraba signos de avanzada descomposición, siendo más esqueleto que cadáver. Con la pistola en la cabeza se vio forzado a pedirle perdón al muerto.

Todo esto lo contó con profundas muestras de emoción, y abundante licor para animarse, el Coronel J., algunos años después de sucedido. Me consta, porque yo lo escuché en una cena privada donde no éramos más de diez personas. Hugo, según pudo saberse por terceros, aunque no está confirmado, parece que está en la Sierra de X. organizando un nuevo movimiento revolucionario de vía armada. Su pseudónimo es “Comandante Rigo”.

Taberna y otros lugares (Libro)


Roque Dalton

(San Salvador, 1935 - cerca de Quezaltepeque, 1975) Poeta salvadoreño cuya obra, de estilo coloquial y socialmente comprometida, fue partícipe de la renovación de la lírica latinoamericana de la década de 1960. Nacido en la popular barriada de San José de la capital salvadoreña, el joven Roque Dalton cursó sus primeros estudios en los colegios religiosos Santa Teresita del Niño Jesús y Bautista, para ingresar posteriormente en el Externado de San José, donde en 1953 obtuvo el graduado como bachiller.

Desde muy joven manifestó una acusada conciencia social que le llevó a militar en los movimientos revolucionarios que luchaban por las mejoras sociales en Centroamérica. En 1956, mientras estudiaba Leyes en la Universidad de El Salvador, fue en uno de los miembros fundadores del Círculo Literario Universitario, y en 1957 se desplazó hasta Moscú como delegado salvadoreño en el Sexto Festival de la Juventud y los Estudiantes por la Paz y la Amistad. Previamente había estado en Chile para cursar estudios superiores de Jurisprudencia (1953), carrera que complementó en su país natal con la de Ciencias Sociales (1954-1959), y en la Universidad de México con la de Etnología (1961).


Taberna y otros lugares

lunes, 30 de marzo de 2015

Aristegui: "México vive un proceso acelerado de reinstauración autoritaria"


RT

Carmen Aristegui, símbolo de la libertad de expresión en México, despedida de MVS Radio por revelar las propiedades del presidente Enrique Peña Nieto, en una entrevista en exclusiva a RT, revela las confabulaciones de MVS Radio con el poder político, así como por qué algunos medios del país disminuyen su ojo crítico hacia el Gobierno y por qué el mandatario mexicano optaría por el uso de la fuerza frente a la grave situación que enfrenta México.

"México tiene ya demasiados pendientes, demasiados agravios, demasiadas situaciones y en algún momento tendrá que venir un punto de quiebre. Esperemos que el punto de quiebre sea civilizado, sea pacífico, pero hay demasiados agravios acumulados y demasiada torpeza gubernamental y soberbia gubernamental", ha alertado Aristegui en su entrevista con RT.

Desde su punto de vista, el presidente Enrique Peña Nieto "está en cierto sentido acorralado" y el mayor peligro es que no ha podido dar "respuestas claras" ni al caso Ayotzinapa, ni al escándalo de corrupción, ni a temas económicos. "Está actuando 'dinosaúricamente'. (…) Peña Nieto es un presidente que no está respondiendo democráticamente, está respondiendo con el impulso, está respondiendo con la fuerza, está respondiendo de las peores maneras, frente a su sociedad a la que debe darle explicaciones y no golpes", subraya la periodista. Como consecuencia, México vive "un proceso acelerado de reinstauración autoritaria", destaca.

Según la periodista, el despido masivo de su equipo y de ella misma de la emisora MVS es una señal más de ese "vendaval autoritario". "La salida intempestiva de MVS, que yo he encabezado a lo largo de los últimos seis años, es una salida que tiene toda la mecánica de un golpe autoritario. Es una salida que tiene toda la estructura de algo que fue diseñado para eliminar del aire este programa de noticias que ha desarrollado investigaciones importantes", ha denunciado Aristegui.

Según subraya la periodista, fueron precisamente estas investigaciones realizadas en MVS las que "no habrán caído bien" al Gobierno mexicano y que causaron el despido masivo de los periodistas y la ruptura de los contratos que no tenían derecho legal a romper. No hay ninguna racionalidad empresarial en despedir a 19 periodistas parte de un equipo de trabajo y aniquilar un espacio de comunicación que ha logrado muy buenos niveles de ‘rating’ y muy buenos ingresos publicitarios, acentúa.

"Eso no puede ser otra cosa más que un golpe autoritario, un atentando a la libertad de expresión, atentando a los periodistas. (…) Y eso es una pésima señal para México, que ha vivido un proceso de transición muy complicado, muy difícil, donde hemos ganado algunas cosas en favor de la democracia y no hemos logrado otras. Pero con esta conducta del Gobierno federal de Peña Nieto podemos retroceder lo que nos ha costado lustros, en semanas", concluye Aristegui.



Mentiras y engaños en la izquierda: la política de la autodestrucción


  James Petras

Introducción

En el último año, las que parecían ser esperanzadas señales del surgimiento de gobiernos de izquierda que serían vigorosas alternativas a los regímenes de derecha favorables a Estados Unidos se convirtieron en un calco de aquéllos; en los años venideros, esto les relegará al basurero de la historia. El ascenso y la rápida decadencia de los gobiernos de izquierda en Francia, Grecia y Brasil no son el resultado de un golpe militar, ni tampoco de las maquinaciones de la CIA. La debacle de esos gobiernos de izquierda es el resultado de unas decisiones políticas deliberadas que rompen decididamente con unos programas progresistas, unas promesas y unos compromisos que los líderes políticos hicieron al electorado compuesto por trabajadores y representantes de las clases medias que finalmente les eligieron.

Cada vez más, los votantes ven como traidores a aquellos gobernantes de izquierda que han vendido a sus partidarios que están a su entera disposición y los comparan con sus más importantes enemigos de clase: los banqueros, los capitalistas y los ideólogos liberales.

Los gobiernos de izquierda cometen suicidio

La autodestrucción de la izquierda es una imprevista victoria de lo más retrógrado de las fuerzas políticas neoliberales. Estas fuerzas han procurado destruir el sistema de bienestar, imponer sus reglas mediante funcionarios no elegidos, han ampliado y profundizado la desigualdad, debilitado los derechos de los trabajadores y privatizado los sectores más lucrativos de la economía.

Hay tres casos de incumplimiento de promesas que destacan en este proceso de suicidio: en Francia, la segunda principal potencia de Europa, el gobierno socialista de François Hollande (2012-2015); en Grecia, el gobierno del izquierdista Syriza elegido el 25 de enero de 2015, que se presentó como el invalorable propulsor de una política alternativa a la de “austeridad fiscal”; y Brasil, con el Partido de lo Trabajadores gobernando (2003-2015) el país más extenso de América latina y miembro importante de los BRICS.

El “socialismo” francés: el gran salto atrás


En su campaña presidencial, François Hollande prometió aumentar los impuestos a los ricos hasta el 75 por ciento; rebajar la edad de jubilación de los 62 a los 60 años; lanzar un programa de inversión pública para reducir el desempleo; incrementar significativamente el gasto público en educación (contratando a 60.000 nuevos maestros), salud y vivienda social; y retirar las tropas francesas de Afganistan, como primer paso de la reducción del papel de París como colaborador del imperio.

Desde 2012, cuando fue elegido, hasta este momento (marzo de 2015), ha incumplido todas sus promesas y todos sus compromisos políticos: la inversión pública no se materializó y el desempleo creció; hoy, los parados superan los tres millones. El recién nombrado ministro de economía Emmanuel Macron, un ex socio de la Banca Rothschild, redujo drásticamente –50.000 millones de euros– los impuestos al sector de los negocios. Manuel Valls, su primer ministro [nombrado en marzo de 2014], un liberal entusiasta, implementó importante recortes en los programas sociales, debilitó la regulación gubernamental de los negocios y los bancos, y erosionó la seguridad laboral. Hollande nombró a Laurence Boone, proveniente del Bank of America, como su principal asesor en economía.

El “presidente socialista” francés envió tropas a Mali, aviones de bombardeo a Libia, asesores militares a la junta de Ucrania y ayudó a los llamados “rebeldes” sirios (en su mayor parte mercenarios yihadistas). También aprobó la venta de equipo militar por 1.000 millones de euros a la monarquía dictatorial de Arabia Saudí y se echó atrás en un contrato de venta de barcos de guerra a Rusia.

Hollande se sumó a Alemania en la exigencia a Grecia del cumplimiento total y en término de los pagos de deuda a los banqueros privados y el mantenimiento del brutal “programa de austeridad”.

Como consecuencia de la estafa a los votantes franceses, la traición a los trabajadores y el abrazo con los banqueros, los grandes negocios y los militares, la visión positiva del gobierno “socialista” por parte del electorado francés se ha reducido a menos del 19 por ciento, y el PSF ocupa ahora el tercer puesto entre los principales partidos. La política en favor de Israel de Hollande y su línea dura respecto de las negociaciones EEUU-Irán, los ataque islamofóbicos del ministro Valls en los suburbios de las grandes ciudades francesas –donde predominan los musulmanes– y el apoyo a las intervenciones militares contra los movimientos islámicos [en Oriente Medio y norte de África] han polarizado cada vez más a la sociedad francesa e incrementado la violencia étnico-religiosa en el país.

Grecia: la súbita transformación de Syriza

Desde que Syriza ganó las elecciones griegas el 25 de enero de 2015 hasta la mitad de marzo, Alexis Tsipras, primer ministro, y Yanis Varoufakis, nombrado ministro de economía, faltaron a cada una de las promesas –las más importantes y las menos– del programa electoral. Adhirieron, en cambio, a lo más retrógrado de los procedimientos, medidas y relación con la Troika (el FMI, la Comisión Europea y el BCE) que Syriza había denunciado en su programa de Salónica poco tiempo antes.

Tsipras y Varoufakis repudiaron la promesa de rechazar los dictados de la Troika. En otras palabras, aceptaron la regla colonialista y la continuación del vasallaje.

Rasgo típico de su demagogia y engaño: ambos procuraron encubrir su sumisión a la universalmente odiada Troika apodándola “la institución” –sin engañar a nadie más que a sí mismos– y se convirtieron en el hazmerreír de los más cínicos observadores de la Unión Europea.

Durante la campaña, Syriza había prometido impugnar toda o buena parte de la deuda griega. Una vez en el gobierno, Tsipras y Varoufakis aseguraron inmediatamente que la reconocían y prometieron hacerse cargo de todas las obligaciones relacionadas con la deuda.

Syriza había prometido priorizar el gasto humanitario y negar la austeridad, aumentando el salario mínimo, volviendo a emplear a los destituidos en la salud y la educación y aumentando las pensiones. Después de dos semanas de humillarse servilmente, los “reformados” Tsipras y Varoufakis priorizaron la austeridad realizando pagos de deuda y “postergando” incluso los gastos más magros contra la pobreza. Cuando la Troika le dejó al gobierno Syriza 2.000 millones de euros para que pudiera alimentar a los griegos hambrientos, Tsipras alabó a los supervisores y prometió que les presentaría una lista de regresivas “reformas” por varios miles de millones de euros.

Syriza había prometido reexaminar las sospechosas privatizaciones de lucrativas empresas públicas realizadas por los anteriores gobiernos de derecha y parar aquellas que estaban en proceso y las proyectadas para el futuro. Una vez en el gobierno, Tsipras y Varoufakis renegaron rápidamente de esa promesa. Aprobaron todas las privatizaciones; las pasadas, las presentes y las futuras. De hecho, hicieron tanteos para conseguir nuevos “socios” privatizadores, ofreciendo jugosas concesiones para deshacerse de más empresas públicas.

Syriza prometió enfrentar la alta tasa de desempleo (26 por ciento en el ámbito nacional, con el 55 por ciento en el sector juvenil) por medio del gasto público y la reducción en el pago de la deuda. Diligentemente, Tsipras y Varoufakis satisficieron los pagos de deuda y ¡no asignaron dinero alguno para la creación de puestos de trabajo!

Syriza no solo continúa las políticas de la derecha; además, lo hace con un estilo y una sustancia grotescos, adoptando ridículas posturas públicas y gestos demagógicos sin coherencia alguna: un día, Tsipras dejará una corona de flores en la tumba de 200 guerrilleros griegos asesinados por los nazis en la Segunda Guerra Mundial y al día siguiente se prosternará ante los banqueros alemanes para satisfacer sus exigencias de austeridad presupuestaria, negando dinero público a dos millones de griegos en el paro.

Una tarde, el ministro Varoufakis posará en una sesión de fotos para Paris Match que lo muestra, con un cóctel en la mano, en la terraza de su lujoso ático con vistas a la Acrópolis y ¡unas horas más tarde estará haciendo un discurso para las masas empobrecidas!

Incumplimiento de promesas, engaño y demagogia, todo durante los dos primeros meses en el gobierno; Syriza ha establecido un récord en su conversión de un partido de izquierdas contrario a la austeridad en un vasallo conformista y servil de la Unión Europea.

La exigencia de Tsipras a Alemania de que pague reparaciones por los daños a Grecia durante la Segunda Guerra Mundial –una reclamación que, aunque correcta, ha sido largamente postergada– es otra farsa demagógica diseñada para distraer a los empobrecidos griegos de la capitulación de Tsipras y Varoufakis ante los actuales requerimientos alemanes de austeridad. Un cínico funcionario de la UE le dijo al Financial Times (12/MAR/2015, p. 6), “Ahí está (Tsipras) dándoles (a los militantes de Syriza) un caramelo para que chupen”.

Nadie espera que los líderes germanos cambien su línea dura por unas injusticias del pasado, sobre todo porque son traídas a colación por un interlocutor que está arrodillado... En la UE, nadie toma en serio la exigencia de Tsipras. Es vista como una retórica de lo más vacía hecha para el consumo interno.

Hablar de unas reparaciones alemanas de 70 años evita hablar de la adopción de medidas prácticas hoy, como repudiar la deuda o reducir los pagos de una deuda ilegítima a los bancos alemanes o negarse a obedecer los dictados de Merckel. La diáfana traición de los compromisos más elementales con el arruinado pueblo griego ya ha dividido a Syriza. Más del 40 por ciento de la comisión central, incluido el presidente del parlamento, repudiaron los acuerdos de Tsipras-Varoufakis con la Troika.

La gran mayoría de los griegos que votaron por Syriza esperaba algún alivio inmediato y unas reformas. Sin embargo, está cada día más desencantada. No esperaba que Tsipras nombrara a Yanis Varoufakis, un ex asesor económico de George Papandreu, el corrupto líder del neoliberal PASOK, como ministro de economía. No se marcharon en masa muchos votantes del PASOK en los últimos cinco años para encontrar a los mismos cleptócratas e inescrupulosos oportunistas ocupando los cargos más altos de Syriza puestos allí por el dedo índice de Alexis Tsipras.

El electorado tampoco puede esperar una lucha, una resistencia, una decisión de romper con la Troika de los profesores anglo-griegos* llamados de regreso a Grecia por Tsipras. Estos izquierdistas de salón (seminaristas marxistas) nunca se implicaron en los conflictos urbanos ni sufrieron las consecuencias de la prolongada depresión.

Syriza es un partido liderado por acomodados profesionales, académicos e intelectuales con movilidad social ascendente. Aunque en nombre de los trabajadores empobrecidos y asalariados de clase media, los gobiernan desde su posición prominente, pero atienden a los intereses de los banqueros –tanto los griegos como especialmente los alemanes–. Priorizan la pertenencia a la UE por encima de una política independiente y nacional. Su actitud respecto de la OTAN es de tolerancia, que se manifiesta en su apoyo a la junta de Kiev en Ucrania, a las sanciones contra Rusia, a la intervención de la OTAN en Siria e Iraq, y en ¡el mantenimiento de un sonoro silencio en relación con la amenaza militar a Venezuela!

Brasil: recortes presupuestarios, corrupción y revuelta popular

El gobierno del supuesto Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, en el poder durante 13 funestos años, ha sido uno de los más corruptos de América latina. Respaldado por las principales confederaciones de trabajadores y varias organizaciones de campesinos sin tierra, y compartiendo el poder con partidos de centroizquierda y de centroderecha, fue capaz de atraer la inversión de decenas de miles de millones de dólares de capital extranjero proveniente de la industria extractiva, las finanzas y los agronegocios. Gracias al boom de un decenio de altos precios de las materias primas del agro y la minería, al crédito fácil y a las reducidas tasas de interés, hubo un alza en los ingresos, el consumo y el salario mínimo mientras se multiplicaban los beneficios de la elite económica.

Como consecuencia de la crisis financiera de 2009 y la bajada de los precios de los commodities, la economía brasileña se estancó justo cuando fue elegida la nueva presidenta, Dilma Rousseff. El gobierno de Rousseff, como el de su predecesor, Lula Da Silva, favoreció los agronegocios en detrimento del reclamo de una reforma agraria por parte de los trabajadores rurales sin tierra. Su gobierno dio alas a los barones de la madera y los productores de soja, y propició el avance de estas industrias en las tierras de las comunidades indígenas y la selva amazónica.

Elegida para un segundo mandato, Rousseff se encontró ante una importante crisis política y económica: profundización de la recesión económica, déficit fiscal, y detención y proceso de muchos miembros corruptos del PT y legisladores aliados, directivos de la empresa Petrobras.

Los líderes del PT como las finanzas de campaña del Partido recibieron millones de dólares de sobornos de las empresas de construcción para asegurar contratos de la gigantesca empresa petrolera semipública. Durante su campaña electoral, la presidenta Rousseff prometió que “continuará apoyando los programas sociales en beneficio del pueblo” y que “erradicará la corrupción”. Sin embargo, inmediatamente después de ser elegida abrazó la ortodoxia de la política neoliberal y nombró un gabinete de neoliberales de la derecha dura, entre ellos al banquero Joaquín Levy, de Bradesco, en el ministerio de finanzas. Levy propuso reducir las prestaciones por desempleo, las pensiones y los salarios del sector público. También se manifestó en favor de una mayor desregulación del sector bancario y propuso debilitar la legislación de protección del trabajador para atraer al capital. Además, reclamó el superávit presupuestario y la necesidad de atraer la inversión extranjera a expensas del sector laboral.

Rousseff, en coherencia con la adopción de la ortodoxia neoliberal, designó a Katia Abreu, senadora de derecha, líder de toda la vida de los intereses del agronegocio y acérrima enemiga de la reforma agraria, para que se haciera cargo del ministerio de agricultura. Apodada “Miss Deforestación” por Greenpeace, la senadora Abreu se ha opuesto con vehemencia al Movimiento de Trabajadores sin Tierra (MST) y a la confederación de trabajadores, pero ha sido en vano. Con el total respaldo de Rousseff, Abreu está empeñada en acabar con la muy mínima redistribución de la tierra emprendida por la presidenta en su primer mandato (estableciendo colonias que beneficiaron a menos del 10 por ciento de los ocupantes sin tierra). Abreu aprobó normas que facilitan la expansión de cultivos genéticamente modificados y promete el desalojo forzoso de los indígenas amazónicos que habitan tierras productivas para favorecer a las corporaciones del agronegocio a gran escala. Además, promete defender vigorosamente a los terratenientes contra las ocupaciones de tierra por parte de trabajadores rurales sin tierra.

La incapacidad de Roussef y/o su falta de voluntad para llevar a los tribunales al tesorero del Partido de lo Trabajadores, involucrado en un escándalo por 1.000 millones de dólares en sobornos y coimas que ya lleva 10 años, ha profundizado y ampliado la oposición popular.

El 15 de marzo de 2015 más de un millón de brasileños se lanzaron a la calle en todo el país; las manifestaciones estaban convocadas por los partidos de derecha pero consiguieron el apoyo de las clases populares, que exigen inmediatos juicios contra la corrupción y duras condenas pero también la revocación de los recortes en el gasto social implementados por Levy.

La contramanifestación en apoyo de Rousseff organizada por la CUT –la central de los trabajadores– y el MST solo movilizó la décima parte de aquélla; a unas 100.000 personas.

La respuesta de Dilma Rousseff fue llamar al “diálogo” y asegurar que está “abierta a [considerar] propuestas” sobre la corrupción aunque rechazó explícitamente cualquier cambio en su regresiva política fiscal, sus nombramientos para un gabinete neoliberal y su opción por la agenda del sector del agronegocio y el de la minería.

En menos de dos meses el PT y su presidenta han manchado indeleblemente a sus líderes, sus políticas y sus apoyos con la brea de la corrupción y la regresión en las políticas sociales.

El apoyo popular se ha ido a pique. La derecha está creciendo. En las grandes manifestaciones del 15-M incluso estuvieron presentes los activistas que abogan por el autoritarismo y el golpe de estado militar; llevaban carteles que reclamaban el “juicio político” y el regreso al gobierno de los militares.

Como en la mayor parte de América latina, la derecha autoritaria brasileña es una fuerza que está en ascenso y se posiciona para la toma del poder mientras el centroizquierda adopta la agenda del neoliberalismo en todo el continente. Los partidos apodados “de centroizquierda”, como el Frente Amplio en Uruguay y el progubernamental Frente para la Victoria en Argentina están estrechando los vínculos con el capitalismo corporativo del agronegocio y la minería a cielo abierto.

Opiniones sin fundamento de escritores izquierdistas de Estados Unidos, como Noam Chomsky, que dicen que “América latina es la vanguardia contra el neoliberalismo” están atrasadas al menos un decenio y, ciertamente, equivocadas. Fueron engañados por declaraciones políticas de tipo populista y se niegan a reconocer que las políticas de corte neoliberal están fomentando el descontento popular. Los gobiernos que adoptan políticas regresivas en lo socio-económico no constituyen una vanguardia hacia la emancipación social...

Conclusión

¿Cómo se explican estos bruscos retrocesos y rápidos incumplimientos de las promesas electorales por parte de los –supuestamente– “partidos de izquierda” recientemente elegidos en Europa y América latina?

Se podía esperar este tipo de comportamiento en América del Norte: del Partido Demócrata de Obama en EEUU o del Nuevo Partido Democrático de Canadá... Pero estábamos dispuestos a creer que en Francia, con su tradición republicana de izquierdas, un gobierno socialista –“críticamente”– respaldado por izquierdistas anticapitalistas iba al menos a poner en marcha reformas sociales progresistas. Un ejército de blogueros progresistas también nos había dicho que Syriza, con su carismático líder y retórica radical iba a cumplir al menos las promesas electorales más básicas levantando la dominación impuesta por el yugo de la Troika, empezando a poner fin a la miseria y proporcionando electricidad a las 300.000 viviendas iluminadas con velas. Los “progresistas” nos repitieron una y otra vez que el Partido de los Trabajadores había sacado de la pobreza a 30 millones de personas. Proclamaron que “un ex trabajador de la industria automotriz” (Lula Da Silva) nunca permitiría que el PT volviera a los recortes presupuestarios neoliberales y se abrazara con sus supuestos “enemigos de clase”. Los profesores izquierdistas de EEUU se negaron a dar crédito al burdo robo de 1.000 millones de dólares al Tesoro Nacional de Brasil durante el mandato de dos presidentes del PT.

A nuestra mente llegan varias explicaciones para estas traiciones políticas. Una es que a pesar de su discurso popular y “obrerista”, estos partidos estaban dirigidos por abogados, profesionales y burócratas sindicales de clase media, desconectados orgánicamente de su base militante. Durante las campañas electorales, en procura de los votos, se unen un momento con los trabajadores y los pobres, pero después pasan el resto del tiempo en restaurantes caros para conseguir “acuerdos” con los banqueros, hombres de negocios propensos al soborno e inversores extranjeros para financiar las elecciones siguientes, la escuela privada de sus hijos y el lujoso piso de su querida...

Durante un tiempo, cuando la economía estaba en alza, los beneficios de las grandes corporaciones, las compensaciones y los sobornos iban de la mano con los aumentos de salarios y los programas contra la pobreza. Pero cuando se desencadenó la crisis, los líderes “populares” se quitaron la insignia del partido de la solapa y dijeron “la austeridad fiscal era inevitable” mientras mendigaban algo a sus financistas internacionales.

En todos esos países, que ahora viven tiempos difíciles, los líderes de la izquierda procedentes de la clase media le temían tanto al problema (la crisis capitalista) como a la auténtica solución (la transformación radical de la sociedad). En lugar de enfrentar el problema se volvieron hacia la “única solución”: se acercaron a los líderes del capitalismo y trataron de convencer a las asociaciones del mundo de los negocios y, por sobre todo, a los financistas, de que ellos eran “políticos serios y responsables” deseosos de renunciar a la agenda social y adoptar la disciplina fiscal. Para el consumo interno, insultaron y amenazaron a las elites, esto es, un poco de teatro para entretener a los seguidores de la plebe, ¡antes de capitular!

Ninguno de estos líderes –académicos devenidos en izquierdistas– tenía un vínculo profundo y durable con las luchas populares. Su “activismo” se limitaba a la lectura de documentos en “foros sociales” y al aporte de ponencias en congresos sobre “emancipación e igualdad”. La sumisión política y la austeridad fiscal no ponen en peligro su posición económica. Si sus partidos de izquierda son derrotados por electorados enfadados y movimientos sociales radicales, los líderes izquierdistas hacen la maleta y regresan a su cómodo empleo de siempre o a su bufete de abogado. Ellos no tienen por qué preocuparse por los despidos en masa o la reducción de las pensiones de subsistencia. En los ratos libres podrán sentarse y escribir un artículo más sobre la forma en que la “crisis del capitalismo” afectó a su bien intencionado proyecto o cómo vivieron la “crisis de la izquierda”.

Debido a su desconexión con el sufrimiento de quienes han caído en al pobreza y los votantes que están en el paro, los izquierdistas de clase media en el gobierno no ven la necesidad de romper con el sistema. En realidad, comparten los puntos de vista de sus supuestos adversarios conservadores: ellos creen también que se trata de “el capitalismo o el caos”. A este lugar común adoptado se lo hace pasar por una profunda reflexión propia de los dilemas de la socialdemocracia. Los funcionarios y asesores izquierdistas de clase media siempre utilizan la excusa de las “limitaciones institucionales”. “Teorizan” su impotencia política; nunca reconocen el poder de los movimientos protagonizados por las organizaciones de clase.

La cobardía política de estos izquierdistas de clase media es estructural y facilita las traiciones morales: sostiene que “la crisis no es el momento para hacer ajustes en el sistema”.

Para la clase media, el “tiempo” se convierte en una excusa política. Los líderes de clase media de los movimientos populares, carentes de audacia o programas de lucha, siempre hablan de cambio... en el futuro...

En vez de comprometerse en la lucha popular, corren de un lado a otro, de un centro del poder financiero al Comité Central, confundiendo el “diálogo” que termina en sumisión con la resistencia consecuente.

Al final, el pueblo les corresponderá dándoles la espalda y rechazando sus pedidos de reelección para “una segunda oportunidad”.

La tragedia es que toda la izquierda resulta manchada. ¿Quién puede creer las bonitas palabras de “liberación”, “la voluntad de tener esperanza” y “recuperar la soberanía” después de haber vivido lo contrario durante años?

Las políticas de izquierda serán las perdedoras durante toda una generación, al menos en Brasil, Francia y Grecia.

La derecha ridiculizará el cierre de cremallera de Hollande, la falsa humildad de Dilma Rousseff, los gestos vacíos de Tsipras y las payasadas de Varoufakis.

El pueblo maldecirá su recuerdo y su traición a una causa noble.

* Entre estos profesores ‘repatriados’, están el propio Yanis Varoufakis y Costas Lapavitsas, ambos diputados electos en las últimas elecciones. Los dos se graduaron en Inglaterra y fueron profesores universitarios; en Australia, el primero, y en Inglaterra, el segundo. (N. del T.)

sábado, 28 de marzo de 2015

Uruguay negoció en secreto acuerdo lesivo para su soberanía




 Atilio Boron

Recomiendo leer el estupendo artículo de Antonio Elías sobre este muy preocupante tema. El TISA es un proyecto complementario del infame Acuerdo  Multilateral de Inversiones  (MAI por sus siglas en inglés) que fuera negociado en secreto por los países europeos, Estados Unidos, Japón y Canadá en la segunda mitad de los años noventas. Sus cláusulas implicaban una definitiva cesión de soberanía económica, y política, en casi todos los campos, a favor de las transnacionales. El acuerdo se fue elaborando a espaldas no sólo de la opinión pública sino de los principales líderes de la oposición, inclusive en Estados Unidos. Salió a la luz por una filtración que se produjo inesperadamente y que fue captada por una ONG de izquierda en Canadá, si mal no recuerdo (porque estoy escribiendo esto de memoria, aunque luego revisaré mis archivos para abundar sobre el tema) y lanzada a circular por Internet. El conocimiento de las cláusulas originó un escándalo de proporciones y el MAI tuvo que ser abortado. Pero EEUU volvió a la carga tratando de imponer el ALCA, fundado en la misma concepción de absoluta desregulación (y es así, es absoluta) de la economía, la privatización de todas las actividades económicas, la reducción del Estado a un papel meramente policial, para "mantener el orden" y garantizar los negocios de las transnacionales.

Una parte de ese acuerdo sobrevivió como el  TISA (Trade in Services Agreement) y en el cual se propone incluir bajo el régimen del libre comercio regenteado, desde el más extremo neoliberalismo, por la Organización Mundial del Comercio, la totalidad de los servicios que ofrecen las economías. Y para los mentores de este proyectos la educación, la salud, las telecomunicaciones, la seguridad social son servicios y no derechos. A partir de allí lo que el TISA propone es lo siguiente: si hay un acuerdo para liberalizar el flujo de bienes en la economía mundial también debe liberalizarse el flujo de servicios, evitando el proteccionismo. Por ejemplo, si una institución educativa norteamericana o alemana puede ofrecer "servicios universitarios" de calidad en Uruguay, nada debería impedir que ella se instale en ese país y desarrolle allí sus actividades en un pie de igualdad con las empresas, privadas o públicas uruguayas. Eso quiere decir que no se admitirán subsidios a las entidades uruguayas y que, por lo tanto, la universidad pública debería generar sus propios recursos y no depender el presupuesto nacional. Eso sería un subsidio inadmisible, una distorsión de la sana competencia entre "efectores" de servicios. En pocas palabras el TISA es una trampa mediante la cual se pretende lograr lo que no se pudo hacer con el ALCA, ahora por otros medios. El resultado final sería la privatización de todos los "servicios" (antes: derechos ciudadanos) y el sometimiento de la conducta de los estados firmantes del TISA a las reglas de la Organización Mundial del Comercio. Por eso es importante leer la nota de Antonio Elías y, más importante aún, organizarnos para dar batalla para que semejante barbarie no pueda ser instaurada en nuestros países.



¿Por qué Uruguay se integró al Trade in Services Agreement en secreto?


Antonio Elías (*)




“Una vez que los espacios de la periferia fueron incorporados a las relaciones capitalistas de producción, el imperialismo siguió avanzando más allá de los límites impuestos por la geografía mediante la mercantilización de sectores de la vida económica y social antaño preservados al margen de la dinámica predatoria de los mercados, como los servicios públicos, los fondos de pensión, la salud, la educación, la seguridad, las cárceles y otros por el estilo”. Atilio Boron (1)

Uruguay  ingreso al Trade in Services Agreement (TISA) sin que exista una discusión nacional sobre la conveniencia o inconveniencia de este acuerdo de libre comercio de servicios. Una medida que demuestra las grandes debilidades del gobierno de José Mujica en lo que refiere a su política de inserción internacional y a la transparencia de sus acciones. Teniendo en cuenta el modelo económico que se aplica en el país y lo señalado en artículos anteriores sobre el TISA (2). 

En febrero del 2015, en la página del Ministerio de Relaciones Exteriores de Canadá se publicó la siguiente noticia: “Nos complace anunciar que los países miembros del TISA han dado la bienvenida a Uruguay en las negociaciones. En la actualidad hay 24 países que participan en las negociaciones TISA: Australia; Canadá; Chile; Taipei Chino; Colombia; Costa Rica; la Unión Europea; Hong Kong (China); Islandia; Israel; Japón; Liechtenstein; Nueva Zelanda; Noruega; México; Pakistán; Panamá; Paraguay; Perú; Corea del Sur; Suiza; Turquía; los Estados Unidos; y Uruguay.”(3)

Uruguay fue aceptado – luego de que el Congreso de Estados Unidos diera luz verde para que así lo hiciera - y participó de las negociaciones a partir del 9 de febrero. Es decir, Uruguay empezó a participar en las negociaciones aceptando los acuerdos realizados hasta el momento de su incorporación. Acuerdos cuyo contenido se desconoce y que comprometen el futuro de todos los uruguayos.
La primera noticia pública sobre este tema se tuvo el 02/05/2014 cuando la Agencia EFE informó, desde Bruselas, que Uruguay había solicitado ingresar el TISA en setiembre de 2013 y que  el comisario europeo de Comercio, Karel De Gucht manifestaba que "La Unión Europea celebra el interés de Uruguay por unirse a las negociaciones del TISA y respalda firmemente su participación de ahora en adelante". Afirmó, además, que el ministro uruguayo de Exteriores, Almagro Lemes, ha garantizado que su país "comparte los objetivos de las negociaciones del TISA" y que "respetará los resultados de la negociación logrados por otros participantes si se une" a ellas.”(4)
Dicha declaración entra en contradicción con lo sostenido por el canciller Almagro en múltiples instancias en las que declaró que sí Uruguay es admitido se tomará conocimiento “del material de base sobre el cual se está negociando y de las respectivas ofertas”, y se estará “en condiciones de evaluar la conveniencia de entrar”.

El canciller en esa misma entrevista afirmó, utilizando un discurso elogioso e impreciso que el TISA tiene como objetivo “establecer un régimen de comercio más amplio, flexible y predecible… lo suficientemente claro para no impedir que cada gobierno ejerza su propia soberanía para regular ciertos sectores… que las disposiciones del acuerdo estarán sujetas a excepciones generales, a excepciones relativas a la seguridad y a excepciones prudenciales en el caso de los servicios financieros” y que Uruguay podrá incluir sectores que quieran proteger “en listas de excepción”.
El gobierno uruguayo ingreso al TISA inmediatamente después de ser aceptado lo cual implica que adhirió a tapas cerradas, lo que es muy poco probable, o conocía y acepó el contenido de dichos acuerdos que siguen siendo secretos.
Los principales referentes del Frente Amplio en el senado sobre asuntos internacionales consultados  en aquel momento - Enrique Rubio, Eduardo Lorier, Alberto Couriel -  desconocían el tema y el asesor de la presidencia del FA en política exterior  - José Bayardi - afirmó que no sé había discutido en la coalición.
Si fue sorprendente que el gobierno  uruguayo hubiera solicitado participar en esas negociaciones sin informar públicamente, la sorpresa es mucho mayor ahora, cuando ya se ingresó al TISA, y es notorio que todos aquellos que  tomaron conocimiento del tema no hicieron lo necesario para generar un proceso de discusión amplio y abierto que  convalidara o cuestionara lo que estaba haciendo el gobierno.    
Debe destacarse que sí bien no existen voces discrepantes en el ámbito político, el movimiento sindical resolvió: “Rechazar el ingreso de nuestro país a estos tratados, ya que esto pondría en riesgo el patrimonio y la soberanía nacional, ya que la intención es de liberalizar y desregularizar los mercados” (5). La Confederación Latinoamericana y del Caribe de Trabajadores Estatales (CLATE) se expresó en el mismo sentido, al igual que lo hizo la Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado (COFE) (6). Por su parte la Internacional de Servicios Públicos (ISP) desarrolla una campaña contra el TISA en varios continentes (7).

Ante un hecho de tan extraordinaria importancia cabe preguntar: ¿Por qué el gobierno de José Mujica no informó de los pasos que se recorrieron para integrarse al TISA? ¿Cuáles son los motivos para integrarse a un acuerdo multilateral que  limita fuertemente las potestades de decisión del gobierno y la soberanía nacional? ¿El gobierno de Tabaré Vázquez asumirá  y continuará con esta política? Sí así lo hiciera ¿someterá estas decisiones al conjunto de la nación o continuaran con el secreto de estado?

En la siguientes rondas de negociaciones, la próxima es en abril, Uruguay deberá presentar su lista de excepciones con los sectores de servicios que desea proteger y, por defecto, todos los demás sectores que quedarían sometidos a la liberalización con su consiguiente impacto sobre trabajadores, empresarios, cooperativistas y usuarios. ¿Quién o quiénes y con qué derecho van a tomar esa resolución? Nadie de los involucrados en estas negociaciones debería olvidar que la democracia directa ha sido el arma utilizada por el pueblo para evitar el desborde de los gobernantes.

(*) Director del Instituto de Estudios Sindicales Universindo Rodríguez  (INESUR),  miembro de la REDIU.


(1) “América Latina en la geopolítica del imperialismo”, Ed. Luxemburg, Buenos Aires, 2012, p. 23
(2) “¿Por qué Uruguay solicito integrarse al TISA”, Semanario “Voces”, 10/07/2014 y 24/07/2014.
(3) http://www.international.gc.ca/trade-agreements-accords-commerciaux/topics-domaines/services/tisa-acs.aspx?lang=eng.
(4) Natalia Uval, “Abierto a todo”, “La Diaria”, 17/07/2014
(5) PIT-CNT, Mesa Representativa Nacional Ampliada, 17/03/14
(6) “El TISA intenta eliminar o reducir al máximo las fronteras económicas internacionales, los sistemas regulatorios que preservan los derechos de los trabajadores y el papel de las empresas y servicios públicos. Todo lo cual genera pérdidas significativas de soberanía nacional y derechos democráticos. Montevideo, 20/08/2014
(7) http://www.world-psi.org/es/informe-especial-de-la-isp-el-tisa-frente-los-servicios-publicos

viernes, 27 de marzo de 2015

Historias de guerra en hojas amarillentas y olvidadas

 El archivo de Fundabril reúne miles de manuscritos e imágenes inéditos del conflicto armado donados por excombatientes

Roger Lindo

El archivo de Fundabril reúne miles de manuscritos e imágenes inéditos del conflicto armado donados por excombatientes

En una residencia de la colonia Layco, en el interior caluroso de una habitación forrada con cartones de huevo,se encuentra un archivo que revela el recóndito mundo de las comunicaciones de una de las agrupaciones guerrilleras enfrascadas en la guerra de más de diez años que se libró en El Salvador a finales de la década pasada.

Descripciones de operaciones militares, informes de exploraciones, datos de inteligencia, claves de radio, inventarios logísticos, recuentos de bajas y valoraciones políticas, además de fotografías y videos forman los archivos de Fundabril, un centro sin fines de lucro establecido por exmilitantes de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL), una de las organizaciones que formaron el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).

"Aquí hay documentos desde los años sesenta hasta 2006 más o menos", explica Sofía Álvarez, la directora ejecutiva del centro. Se recibió de Mercadología en la universidad, pero ahora se dedica al rescate de los archivos históricos de la guerra.
"La idea de este lugar es que sea un depósito más para la información sobre el conflicto armado".

La mayoría de los registros son hojas amarillentas y cuadernillos de notas curtidos por la intemperie, los ácidos, los hongos y la polución, entre otros elementos. Se encuentran organizados por temáticas generales (partido, correspondencia, publicaciones, etc.) a la espera de una clasificación sistemática y científica. Y de mayores recursos. Son tan frágiles estos papeles que escapan a desbaratarse entre los dedos. Pero pese a su condición, forman un valioso acervo para quienes quieran escudriñar esa no tan lejana historia.

"Se tomó totalmente el pueblo a las 7.00[;] el combate había comenzado a las 2.10 horas. Eran 21 soldados[,] como la mitad logró huir. Se hicieron 4 prisioneros, todos se liberaron ya. Nosotros tuvimos 3 muertos y dos heridos. Una sola granada mató a dos e hirió a uno".

Se trata de un parte de "Ferrun"dirigido a los comandantes"Julieta" y "Milton". En él da cuenta de la toma por la guerrilla del pueblo de Guarjila, Chalatenango, en agosto de 1982.

Otro correo, fechado en julio,contiene un informe de"Esteban", seudónimo de Facundo Guardado, miembro de la comandancia de las FPL. Va destinado a "Marcial", Salvador Cayetano Carpio, el padre fundador y comandante supremo de la organización en ese entonces. Informa sobre el progreso de las unidades milicianas y las unidades de vanguardia (UV), y la evolución del trabajo partidario. Aprovecha para pedir más recursos de propaganda, cuadros de dirección, apoyo con el avituallamiento y los abastos.


Sofía Álvarez muestra archivo Fundabril (RL)

"La crisis alimentaria se hace sentir especialmente en la sub-zona volcán-norte", advierte en una parte de su informe de cinco páginas.

Un informe de inteligencia (escrito a mano en unahoja de libreta) del 13 de julio de 1982 revela, entre otras cosas,que la CEL, la empresa nacional de generación y distribución de electricidad, cuenta con un helicóptero grúa con el cual "se le hace fácil" la reinstalación de torres derribadas por la guerrilla; que el miércoles 7 de abril, a mediodía,fueron avistados 20 camiones con armamento recién descargado en el puerto de Acajutla; que la semana anterior llegó a la Embajada de los Estados Unidos una notificación advirtiendo al personal que deben estar prevenidos "por si caen en manos de la guerrilla"; que los pasajeros de autobuses que cruzaban el puente sobre el río Jiboa hace unos días, fueron obligados a descender y desfilar frente a una caseta donde una mujer con anteojos oscuros y la cabeza tapada los examinaba uno por uno.

El archivo Fundabril está compuesto por dos colecciones propiamente: el Fondo FPL y el aporte del Centro para la Paz(CEPAS), una asociación formada para preserva materiales del pasado. 50 y 235 cajas respectivamente de manuscritos y materiales donados por hombres y mujeres excombatientes. A estos se han añadido, en los últimos meses, decenas de fotografías donadas por veteranos. Dos voluntarios del archivo, antiguos militantes, dedican largas horas a tratar de discernir la identidad de los que figuran en las imágenes.

"Es un tesoro lo que tienen arriba, protegido por esos cartones de huevo", dice Diana Sierra Becerra, estudiante de historia de la Universidad de Michigan que en estos días sededica a recabar datos para su tesis de doctorado, que se centra en el rol jugado por las mujeres en la guerrilla salvadoreña.

"Da una imagen de esfuerzo colectivo para rescatar la memoria... sin mucho dinero", comenta la aspirante al doctorado. Es colombiana de origen y su primer contacto con los salvadoreños tuvo lugar en una pupusería de Nueva York. Trabajó ahí en los tiempos en que buscaba abrirse paso como inmigrante.

Una de las aspiraciones del centro es poner de relieve que la empresa guerrillera no hubiera sido posible sin el protagonismo de muchos miles, yendo más allá de los enfoques que se ocupan exclusivamente de unas cuantas"figuras de bronce".

"Todos eran importantes: la señora que hacía las tortillas, los que conseguían la comida, los que conseguían los zapatos", asegura Adriana Vides, colaboradora de Fundabril, e investigadora asistente para un proyecto de rescate histórico en el que participa la unidad de investigaciones de la Secretaría de Cultura de la Presidencia de El Salvador.Vides pone de relieve el protagonismo de los "correítos". Niños y adolescentes que trasladaban los partes y otras comunicaciones en las zonas de combate.

El archivo de Fundabril contiene una historia incompleta, tachonada de comprensibles interrupciones y vacíos. La mayor parte de los registros se habrá perdido, quizá para siempre, al calor de los combates, los percances y la inestabilidad de la existencia guerrillera.La directora de la asociación está convencida de que muchos excombatientes han atesorado y conservan todavía valiosos documentos y piezas, y confía en que las donaciones seguirán llegando.

El centro recibió recientemente un lote de materiales que todavía no han sido examinados, incluyendo aproximadamente 700 videos en formatos de cinta (U-matic y VHS), que les confió "una persona que los guardó por años a título personal".

Una de estas cintas, "Funeral de Jesús Rojas" capta el momento en que sus compañeros le rinden tributo al comandante guerrillero en Arcatao, poblaciónal norte del país que fue uno de los teatros de la guerra. Rojas–mejor conocido como "Chusón" en honor a su altura– era el nombre de guerra de Antonio Cardenal, miembro de una de las familias más distinguidas de Nicaragua y sobrino de la expresidenta de ese país Violeta Chamorro. El y una decena de combatientes fueron abatidos por un comando del batallón Atlacatl en abril de 1991. Solo dos combatientes sobrevivieron a la emboscada.


 
"Oni" y "Victoria", médicos de la guerrila en Chalatenango (Fundabril)

 Identidades, la revista de la unidad de investigaciones de la Secretaría de Cultura de la Presidencia, publicará próximamente un artículo sobre el guerrillero. Un historiador de la secretaría, Luis Roberto Huezo Mixco, también prepara un libro sobre el conflicto. Este contendrá un capítulo dedicado a Cardenal.

El local de Fundabril también tiene una historia propia que contar, eso explica los cartones de huevo que tapizan la habitación, así como los vestigios de dos estudios de transmisión que se encuentran aquí. Al finalizar la guerra, ex integrantes de la radio guerrillera "Farabundo Martí", que había transmitido por casi una década desde las montañas de Chalatenango y Guazapa, intentaron reeditarla, sin éxito,como estación comercial. La empresa ha pasado de propietario en propietario, y ahora es una más de las que pueblan el dial de FM, borrado su pasado guerrillero.

Aunque algunos investigadores empiezan a estudiarlos, los archivos de Fundabril aun no se encuentran abiertos al público. Los que deseen consultarlo, explica Vides, deben saber que no presta las condiciones adecuadas para una investigación. "Casi se trata de escudriñar las cajas para ver si lo que hay les sirve".

Para Álvarez, la directora, este proyecto representa un esfuerzo personal para reconectar con la vida y el legado de su padre, Antonio Álvarez, "Juan Sierra", un militante que operó principalmente en Chalatenango y la zona del volcán de San Salvador.

Sierra era un político, un hombre de partido, un cuadro ideológico que por sus obligaciones se movía entre el campo y la ciudad.Al llegar la paz se incorporó a un programa de transferencia de tierras creado para reintegrar a los combatientes a la vida civil, también fue uno de los fundadores del archivo CEPAS. Antes de morir, hace ocho años, dejó un libro: Tierra, conflicto y paz. La madre de Sofía, que fue combatiente de los comandos urbanos del FMLN, conserva un ejemplar en una vitrina en su casa.

Sus propios padres, militantes por muchos años, y por razones que solo ellos sabían, nunca compartieron con Sofía y sus hermanos cuáles motivaciones los llevaron a incorporarse al movimiento guerrillero, o en qué consistían sus actividades.

"A mi me pasó lo que le pasa a muchos jóvenes actualmente, y es que nuestros papás no siempre nos cuentan esas historias. Mi papá jamás nos habló de la guerra", dice la hija de Juan Sierra.

Pero ella está convencida de que los archivos personales de su padre, la clave de su vida, yacen en este claustro, ocultos entre centenares de folios. Una rica historia que aguarda ser estudiada y comprendida.

Bolívar, acción y utopía del hombre de las dificultades (Libro)

 
Para entender a Bolívar, es preciso estudiarlo en su contexto histórico, considerando la lucha de clases en el marco de la economía colonial.

Bolívar sintetiza el esfuerzo de miles de combatientes a quienes él condujo y de quienes aprendió. Pardos, mestizos, negros, indios y blancos constituyeron los ejércitos de liberación. Con ellos desarrolló su capacidad de estratega, de escritor, de conductor de masas y guerrero. Inmerso en esa vida del pueblo en armas, luchó por la libertad y creó grandes utopías.


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jueves, 26 de marzo de 2015

LA OEA DE ALMAGRO




Semanario VOCES

Tan solo once años atrás, Estados Unidos era dueño y señor de la OEA. En 2004 hizo elegir al ex presidente de Costa Rica, Miguel Ángel Rodríguez, pero al año siguiente tuvo que renunciar acusado en su país de corrupción. Y tras lo que enseguida ocurrió, Washington ya no pudo ignorar que en la región nada volvería a ser como antes.


En 2005, en la nueva elección, hubo tres candidatos: el ex presidente Francisco Flores, de El Salvador, a todas luces el preferido del Departamento de Estado; el canciller Ernesto Derbez, del conservador gobierno mexicano, y José Miguel Insulza, canciller de un gobierno socialista (a la chilena). Aunque Washington invirtió todos sus recursos diplomáticos, finalmente el Departamento de Estado tuvo que aceptar a Insulza.


Estados Unidos había perdido la facultad de gobernar la OEA a su gusto. Sin que todavía existiesen la Unasur ni la Celac, aquel fue un punto de viraje, aunque algunos de sus protagonistas no lo percibieran.


En el período de Insulza hubo fuertes atentados a la democracia y momentos de tirantez entre países de la región: golpes reaccionarios en Honduras y Paraguay e intentonas golpistas en Venezuela y Ecuador, así como tensiones militares entre Colombia y estos dos países; además, las ambiguas conductas norteamericanas acerca de cada uno de esos hechos. La respuesta de la OEA a tales acontecimientos resultó inoperante.


Ello obliga a preguntar cuál ha de ser el papel de la OEA en una región que ya no volverá a ser la misma. Sobre todo después de que la Unasur y la Celac ya han asumido sus propios papeles y de que ‑gracias a la segunda‑ la exclusión de Cuba ya es historia. Esta es la parte medular de la situación de la cual deberá hacerse cargo Luis Almagro.


Hay quienes a la OEA la dan por muerta, y consideran que lo mejor que se puede hacer con ella es darle cristiana sepultura. Otros, creen que es posible reformarla y mejorarla, aunque no está claro como y para qué.


¿Qué tiene y puede aportar la OEA que le falte a esas otras dos organizaciones? Solo la presencia de Estados Unidos y Canadá y, en esa medida, cumplir el papel de foro de diálogo y acuerdos entre los gobiernos del Norte y los del Sur del Continente.


Visto así, todas las demás dependencias, atribuciones y costos de la OEA están de más. Es decir, para que ella pueda darse una función propia reconocida y aceptada es preciso reducirla, reorganizarla y tal vez trasladarla a una ubicación geográfica más neutral.


Lograrlo será el papel de Almagro, si asume el cargo para desempeñarlo significativamente, como líder y organizador de esa transformación. Pero si lo acepta para repetir el modelo de sus antecesores será un fiasco nada útil para ese organismo continental.


Los EEUU necesitan una OEA dócil y a su servicio. Su visión de las reformas que el organismo necesita, están establecidas por ley: “el fortalecimiento de la paz y la seguridad, la promoción y consolidación de la democracia representativa, la resolución de disputas regionales, la asistencia y observación electoral, el fomento del crecimiento económico, la cooperación para el desarrollo y la facilitación del comercio”. Además, “la reflexión sobre la migración, el combate al tráfico ilegal de drogas y el crimen trasnacional, y el apoyo al Sistema Interamericano de Derechos Humanos” (habría que saber si incluye el respeto de los derechos humanos en Guantánamo, por ejemplo).


La propuesta de Almagro y su visión estratégica son diferentes a las que establece la ley estadounidense, aunque busca conciliar con sus propuestas administrativas y financieras. En todo caso, para América Latina y el Caribe es inaceptable que las competencias y funciones de la OEA -e incluso sus reglas presupuestarias‑ las decida una ley del Congreso norteamericano. Como tampoco es admisible que cualquier reforma de ese organismo se conciba sin tener en cuenta que buena parte de dichas funciones y competencias ahora son mejor ejercidas por otras organizaciones regionales que incluso gozan de mayor legitimidad, como la Celac y la Unasur.


¿Podrá Almagro cumplir un papel a la altura de las circunstancias? No dudamos de su capacidad personal, aunque sus antecedentes no anticipan un giro a la izquierda del organismo ni por asomo. No olvidemos que fue durante la gestión de Almagro como canciller que Uruguay pidió el ingreso a la Alianza del Pacífico, instrumento de los EEUU para destruir los demás organismos de integración latinoamericanos. Ni que fue durante la gestión de Almagro que Uruguay gestionó su ingreso al TISA, que tiene como objetivo “una liberalización del comercio internacional de servicios que limite al máximo la posibilidad de que existan fronteras económicas, regulaciones proteccionistas y empresas estatales  que obstaculicen el funcionamiento del “libre” mercado que requieren las empresas transnacionales”.

Negros de mierda


Daniel Vilá (Desde Buenos Aires)

Cierren las puertas,
clausuren las ventanas,
cuidado con el sol
porque encandila
y no nos deja ver
a aquellos que nos cercan
que nos quieren quitar,
que disimulan
pero acechan ocultos,
para llevarse todo.
Consigan más candados,
electrifiquen muros,
no se fíen de lunas
en las noches serenas,
Esas están con ellos,
iluminan sus pasos,
allanan los senderos
por donde se deslizan
astutos como zorros.
Nosotros nos ganamos
las razones del miedo
con el propio sudor
de nuestra frente,
cuidando nuestros bienes
pariendo nuestros males..
Hay que cuidar el mundo
que conseguir supimos,
armarse hasta los dientes
para evitar que avancen
las hordas silenciosas
que nos roban el sueño
todas las madrugadas.
Hoy no llegaron, no,
pero mañana
pueden saquear los días
que nos quedan,
arrebatar las miserias
que guardamos
en los sitios más raros.
Descubrir el lugar
donde escondimos
la indiferencia,
el sálvese quien pueda
o dejarnos desnudos
como páramos,
sin plasma, ni automóvil,
ni viajes a Miami,
ni verdes en la lata
del té verde.
Y lo peor de todo,
solos con nuestros odios.

miércoles, 25 de marzo de 2015

Rambo II


Armando Salazar

Anécdota sobre la estratégica importancia que tuvo para la guerrilla, el despejar un importante corredor hacia Chalatenango

En un momento determinado mandaron al pueblo de Tejutepeque, Cabañas, a un nuevo jefe del puesto de la Guardia Nacional. Bajo su juramento tendría unas dos secciones de guardias y otras decenas de paramilitares armados con fusiles "checos" y G-3. Este puesto militar llegó a tener morteros de 120 mm, los más gruesos de la artillería del ejército.

"Rambo II" era un agresivo y aventurero contrainsurgente en la zona de Radiola y quizá estuvo expuesto a alguna película de la época de Reagan. El asunto es que el tipo actuaba con la unidad militar como si fuera guerrillero, con incipientes tácticas de guerra de guerrillas.

Salía de Tejutepeque a media madrugada, recorrían unos cuatro kilómetros y portando una ametralladora M-60 y junto con 20 o 25 guardias con fusiles G-3, incursionaban secretamente al cerro La Mesa, una meseta al suroriente de Cinquera y de unos 700 metros altura bajo control guerrillero. Descargaban unas dos cananas de la M-60 y cada uno de los guardias unas dos o tres tolvas del G-3 y se retiraban de inmediato. En ayunas, esa era una balacera fuerte y concentrada y fácilmente desocupaban unos 2 mil cartuchos en una "operación" sicológica de manuales norteamericanos que no duraba más de tres minutos. Y salían nuevamente en carrera abierta hacia Tejutepeque.

Cuando las unidades guerrilleras querían echarle la maniobra, solo decían por el radio "Allá van estos hijosdeputa" en la polvosa calle que va para el pueblo. Rambo II llegaba al pueblo como héroe y los guardias le rendían guasona admiración y obediencia de verdugos.

Ante los continuos atrevimientos de Rambo II, el mando de Radiola empezó a buscar las formas de cómo eliminar esa insistencia. La jefatura guerrillera mandó a llamar y se reunió directamente con gente del pueblo de Tejute y ésta le confirmaba que Rambo II "Siempre iba adelante, con la M-60. Que él siempre...". Así la jefatura, empezó a estudiar las características sicológicas y operativas del sujeto. Era un bullicioso, bravucón, un atrevido.

Había que ingeniárselas -ideas quiere la guerra, dicen- para contrarrestar la actividad de un sujeto y una unidad militar que a pesar de contar con todo el apertrechamiento norteamericano y los volúmenes de fuerza del ejército, utilizaba métodos fuera de las tácticas previsibles del ejército para una unidad acantonada en un pueblo.

La jefatura comenzó a coquear. Ramón Torres le dijo a Adín, de logística, que le prepara unas cargas explosivas, vuela-poste.

Háganme ésta normal y háganme ésta especial. "¿Y qué de especial quiere?"

Que ésta va a llevar TNT y ésta va a llevar explosivito normal, para volar un poste. "Puta jefe, dijo Adín, ¿cómo vamos a gastar dos, tres tacos de TNT para botar un poste?"

Es que es un poste especial. Y no le dije para qué. Como era el jefe, a regañadientes, me las hizo.

Y le dije: póngamele una ampolleta de ácido sulfúrico, boca abajo. Y abajo póngamele clorato, por adentro, por lo interno. Y la mecha normal, va a quedar así... quemada, ya quemada... Y ya se empezaron a poner chivas aquellos. Lo perro es que llevaba doble forro y con esquirlas.

El explosivo con cloratos y aluminios fue algo normal en el uso de la guerra popular en todo el país, desde las inmemorables "papas", que eran una especie de granadas de mano para asalto, hasta la metódica elaboración de minas anti-tanques, etc., que eran unas grandes cacerolas fabricadas en los talleres guerrilleros. Ya no digamos las siempre responsables "poderosas". El TNT indudablemente era un preciado escalón superior, que muchas veces se recuperaba de las bombas de la aviación que no explotaban y al estallar lanzaba sus distintivas y rojas lenguas de fuego.

Y entonces mandé a uno de mi seguridad que llevara esto.

"¡Vos ya sabés, le dije, si le das vuelta, te matás!". Entonces, allí iba el compa en la oscurana y mandé una escuadra y volaron el poste con la carga normal y la otra, quedó con la mecha a medio quemar...

De todos modos la mecha estaba encima, para que dijeran: "Puta, no les funcionó, la mecha está quemada".

Y ya llegó Rambo con la M-60 en la mañana. Paró un bus, no lo dejó pasar... por suerte, porque el poste quedó atravesado en la calle. Y llamó a los dos explosivistas. ¡Dos explosivistas! En total eran dos explosivistas, un sargento y un sub-sargento, él que era el propio macizo y tres soldados que eran de su seguridad, cerquita de la carga.

El explosivista dijo: "No hombre, y a.... y riéndose... estos hijosdeputa ponen mierdas que no explotan..." cuando le dio vuelta a la carga... bluuum.

Allí se terminó la bulla del Rambo. No volvieron a asomar, no volvieron. Los 8 se fueron.

Testimonio de uno de los asesinos del padre Rutilio Grande


Carlos Santos - ContraPunto


Uno de los asesinos del padre Rutilio Grande, confiesa su participación directa en el asesinato; un ex Guardia Nacional (GN), que falleció en Estados Unidos


Un 12 de marzo de 1977, fue asesinado el padre jesuita Rutilio Grande García, a la edad de 49 años, en el sector conocido en la actualidad como "Las tres cruces" en la carretera que conduce a la ciudad de El Paisnal.

Mientras se conducía en su automóvil Volkswagen Safari blanco, junto a Manuel Solórzano, de 70 años, y Nelson Rutilio Lemus, de 16, una unidad de la GN los emboscó, ametrallándolos en la carretera, sus cuerpos presentaban muchos orificios de bala de diferentes calibres.
 

El trabajo del sacerdote Rutilio Grande, se caracterizó por defender a los más desposeídos y denunciar los atropellos cometidos por las autoridades, desde su parroquia de Aguilares, en el departamento de Chalatenango. El padre Grande, creó las Comunidades Eclesiales de Base (CEB), originando reacción adversa de parte de los terratenientes de la zona, que lo calificaron como un agitador comunista. El sacerdote Rutilio Grande, es considerado como el primer mártir de la Iglesia salvadoreña.

En la ciudad de Los Ángeles, California, pudimos entrevistar a Julio Sánchez -quien estuvo de acuerdo en usar su nombre verdadero-, emigrante salvadoreño quien fuera miembro de la GN, y ex miembro de la S2 (Sección de Inteligencia) del mismo cuerpo represivo desde mediados de los años 70. Julio accedió por primera vez a hablar sobre su participación en el asesinato del sacerdote Rutilio Grande y sus dos acompañantes.

En una visita a la ciudad de Los Ángeles, conocí a Julio Sánchez, fortuitamente. Unos amigos me habían invitado a una boda y Julio se encontraba borracho y no paraba de llorar contando su participación en el crimen del sacerdote Rutilio Grande. Me impactó sobremanera la información verídica que manejaba sobre el asesinato, establecí un vínculo amistoso con Julio Sánchez para investigar su participación en dicho crimen.

De regreso a El Salvador, pude constatar que efectivamente Julio había participado en la guardia nacional y perteneció a los escuadrones de la muerte.

La entrevista se realizó dos años después de nuestro primer encuentro, debido a que Julio comenzó a deteriorarse físicamente, en ese tiempo fue diagnosticado con la enfermedad de Parkinson, además de padecer de diabetes y había sufrido un derrame cerebral que le había paralizado la mitad del cuerpo.

Julio mantenía que buscaba relatar los hechos tal y como eran, para demostrar que no únicamente él era culpable, y así buscar un poco de alivio a su alma atormentada, según me confesó.

La entrevista inconclusa desde los EEUU


-Voy hablar por primera vez para que la gente sepa como fueron las cosas-me afirma con un dejo de tristeza.

-¿De dónde eres originario?

-Oratorio de Concepción, del departamento de Cuscatlán -responde lacónicamente.

Precisamente en este lugar los habitantes que sobrevivieron a la guerra, recuerdan a Julio Sánchez, como un miembro de los Escuadrones de la Muerte, desalmado y que perseguía y asesinaba sin piedad a los señalados como comunitas. Varias familias enteras fueron asesinadas y sus cuerpos exhibidos públicamente por los miembros de la guardia nacional, en la unidad que comandaba Julio Sánchez, afirmaron varios testigos.

-¿Participaste directamente en el asesinato del padre Rutilio Grande y sus dos acompañantes?- le pregunto tajante, para comprobar si en verdad estuvo en la unidad que cometió el asesinato.

-Aquí tengo mi carnet de Guardia Nacional; yo me metí ( a la guardia) a la edad de los 17 años, nací en 1957, fue en el pueblo de Suchitoto- responde evadiendo la pregunta.

-¿Qué sucedió ese 12 de marzo de 1977, cuando emboscaron al padre Rutilio Grande?

-Fueron órdenes que recibimos directamente del director de la Guardia Nacional, (como director general de la GN de 1975 a 1978 fungió el general Ramón Alfredo Alvarenga) fuimos seleccionados como ocho miembros de la guardia; yo no estaba a cargo de la operación, creo que fuimos 6 u ocho ( miembros de la guardia) que fuimos seleccionados para cumplir con la misión.

-¿Sabían a quién iban a asesinar?- lo interrogo, buscando en su mirada una respuesta sincera, Julio mueve insistentemente sus manos y cabeza, debido a la enfermedad de Parkinson.

-Nos habían dado instrucciones de eliminar al cura, porque era comunista, estaba levantando a los campesinos, hablaba mal del gobierno- concluye agitado.

El sermón de Apopa

El 13 de febrero de 1977, el padre Rutilio Grande predicó un sermón que llegó a ser llamado su "sermón de Apopa", denunciando la expulsión del padre Bernal, por el gobierno salvadoreño, el discurso decía así:

"Queridos hermanos y amigos, me doy perfecta cuenta que muy pronto la Biblia y el Evangelio no podrán cruzar las fronteras. Sólo nos llegarán las cubiertas, ya que todas las páginas son subversivas—contra el pecado, se entiende. De manera que si Jesús cruza la frontera cerca de Chalatenango, no lo dejarán entrar. Le acusarían al Hombre-Dios... de agitador, de forastero judío, que confunde al pueblo con ideas exóticas y foráneas, ideas contra la democracia, esto es, contra las minorías. Ideas contra Dios, porque es un clan de Caínes. Hermanos, no hay duda que lo volverían a crucificar. Y lo han proclamad".

-Les dijeron que asesinarían a un sacerdote- le ratifico la pregunto.

-Ya sabíamos quién era el objetivo, recuerdo que fuimos varias veces a verificar el lugar (en donde emboscarían al sacerdote), le dimos seguimiento varias veces, días antes se nos había escapado porque no apareció y no pudimos realizar la operación.

-¿Cómo fue la emboscada? ¿A dónde estaban ustedes esperándolo? ¿Iban vestidos de civil o con uniformes?

-Íbamos vestidos de civil, pero unos kilómetros antes estaban elementos de la guardia uniformados, ellos nos informaron que el carro se dirigía hacia nosotros, lo esperamos en la calle, y cuando apareció abrimos fuego, todos abrimos fuego al mismo tiempo, desde diferentes puntos de la calle, yo vi que el carro se fue de lado y continuamos disparando.-Julio hace una pausa.

-En el carro iba un niño, un anciano y el padre Rutilio Grande. Los tres murieron ese día. Le digo enseñándole un recorte de periódico, con la fotografía del automóvil Volkswagen, ametrallado a la orilla de una calle de tierra.

-Recibía órdenes, me dijeron que era un cura malo, comunista, y yo odio a los comunistas- responde cortante.

-¿Después de dispararles, se acercaron a ver los cuerpos del sacerdote y los acompañantes para rematarlos?

-Teníamos órdenes de que no quedaran vivos, nos acercamos y les disparamos.

-¿Les dieron el tiro de gracia?, le pregunto atónito por la frialdad en que relata el asesinato.

-Te repito fueron órdenes de no dejarlos con vida. Yo no sabía que el cura venía acompañado, ni menos con un anciano y un niño. Pero aunque hubiera sabido tenía que cumplir con las órdenes que nos habían dado- concluye molesto.

-¿Que sucedió con todos los miembros que participaron en el asesinato del sacerdote Rutilio Grande?

-Algunos murieron en la guerra, otros salieron del país, no por miedo, pues nosotros no le teníamos miedo a nadie; si estoy hablando de esto ahora es porque creo que no se conoce como fueron las cosas, y yo me siento muy enfermo, siempre se ha pensado que nosotros somos los malos, y nosotros sólo recibíamos órdenes.

-¿Qué hubiera pasado si hubieran rehusado a cumplir esas órdenes? Interrumpo a Julio.

-No lo sé, la verdad es que no lo sé.

-¿Después del asesinato qué hicieron? ¿A dónde fueron?

-Nos fuimos directamente a la Guardia Nacional de San Salvador a rendir un informe, recuerdo que nos dieron tres días de licencia, cuando regresamos nos ubicaron en otras unidades, yo comencé a trabajar en la S2.

 

 Un crimen planificado y ejecutado por el Estado que unificó a la iglesia con el pueblo

Monseñor Oscar Arnulfo Romero, al enterarse de los asesinatos, fue al templo en donde reposaban los tres cuerpos y celebró la misa. En la mañana del día siguiente, después de reunirse con los sacerdotes y consejeros, Romero anunció que no asistiría a ninguna ocasión o actividad gubernamental ni a ninguna junta con el presidente, siendo ambas actividades tradicionales del puesto, hasta que la muerte se investigara.

Ya que nunca se condujo ninguna investigación, Monseñor Romero no asistió a ninguna ceremonia de Estado, en absoluto, durante sus tres años como arzobispo.

Monseñor Romero, era amigo personal del sacerdote Rutilio Grande, quien además era su confesor.

En una entrevista que Monseñor Romero rindiera en el año de 1979, al periodista brasileño, Juan Arias, en la ciudad de puebla, México, Romero le confesó que él se consideraba un convertido. "Me contó que estaba del lado de los ricos, del poder, viviendo en un palacio, hasta que un día le asesinaron a un sacerdote que el consideraba un santo, Rutilio Grande. Lo mataron mientras explicaba el catecismo. Imagínese que lo acusaron de ser comunista"-le dijo Monseñor Romero a Juan Arias.

La muerte de Rutilio Grande fue la gota que derramó el vaso, Monseñor Romero comprendió que estaba de la parte equivocada. Dejó el palacio y se entregó a la causa de los perseguidos a la defensa de los derechos humanos.

Luego un 24 de marzo de 1980, Romero sería asesinado de un tiro certero al corazón, un francotirador que trabajaba para los Escuadrones de la Muerte acabó con su vida, en un crimen al igual que el del sacerdote Rutilio Grande, que aún no ha sido esclarecido.

-¿Nunca te dijeron por qué asesinaron al padre, el motivo?

-Es que mucho hablaba en contra del gobierno, y recuerdo que los comunistas habían secuestrado y matado a un rico, no recuerdo su nombre, pero trabajaba con el gobierno y creo que ese fue unos de los motivos; los ricos estaban enojados por ese asesinato.

El 26 de febrero de 1977 fue encontrado el cadáver del empresario Roberto Poma, quien había sido funcionario del gobierno salvadoreño, y quien había sido secuestrado en enero de 1977 por el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), organización radical de izquierda.

El 20 de febrero de ese mismo año, la oposición política había denunciado el fraude en las elecciones presidenciales, el gobierno había respondido con represión en contra de los manifestantes: "El pueblo se concentró en la Plaza Libertad, en el centro de San Salvador, para protestar contra el fraude y exigir que se respetara el resultado. El 28 de febrero, los militares rodearon la plaza y reprimieron la concentración. Hubo, por lo menos, sesenta personas asesinadas" –recuerda un sobreviviente.

-Han pasado muchos años desde ese fatídico día, ese día que ustedes asesinaron a mansalva a un sacerdote desarmado que iba con un anciano y un niño, alguna vez te has arrepentido, te has preguntado ¿qué hubiera pasado si hubieras desobedecido las órdenes?

-Sí, muchas veces me he arrepentido, pero yo sólo obedecía órdenes, además ahora es muy tarde para arrepentirme. -Julio se levanta con dificultad de la mesa, me dice que ya no quiere seguir hablando, que después podemos continuar, se excusa aduciendo que se siente cansado.

Una muerte amarga y su antesala mucho peor

Después de ese encuentro que duró apenas una hora, fue casi imposible lograr que Julio Sánchez continuara con la entrevista; en marzo de este año accedió a terminarla desde el cuarto de un hospital en donde se encontraba agónico. Un día antes de emprender el viaje a la ciudad de Los Ángeles para concluir con la entrevista me informaron que Julio Sánchez había muerto de un paro al corazón, su condición física y mental se había deteriorado.

Debido a la diabetes le amputaron las dos piernas y un brazo, desde la cama del hospital en donde permaneció por 4 meses, Julio imploraba a gritos que lo mataran.

La muerte de Julio Sánchez, uno de los asesinos confesos del padre Rutilio Grande fue amarga; pero su antesala mucho peor; pude investigar que su vida en Los Ángeles estuvo llena de turbulencias: alcohol, drogas y una vida familiar llena de violencia. A diario lo perseguía el remordimiento de sus actos, el mismo hecho de contar a desconocidos cuando estaba ebrio, su participación en el asesinato del Padre Grande, era su búsqueda de eximir su culpa, de ahogar las llamas de ese infierno interno que ganó en vida por haber asesinado a un sacerdote sencillo, un cura que su único crimen fue vivir al lado de su pueblo.

martes, 24 de marzo de 2015

ALGUNOS DE LOS ASESINOS DE MONSEÑOR ROMERO,VARIOS ESTÁN VIVOS Y SON DIRIGENTES DEL PRINCIPAL PARTIDO DE OPOSICIÓN.

Francotirador que disparó contra Monseñor Romero fue un ex Guardia Nacional

Un subsargento de la sección II de la Guardia Nacional, y miembro del equipo de seguridad del ex presidente de la República, coronel Arturo Armando Molina, Marino Samayor Acosta. Fue el misterioso personaje que disparó contra Monseñor Óscar Arnulfo Romero, aquella tarde del lunes 24 de marzo de 1980, cuando el Arzobispo oficiaba una misa de cabo de año, de Sara Meardi de Pinto, madre del periodista Jorge Pinto, en la capilla del hospitalito Divina Providencia.

31 años después, ante la falta de acciones judiciales para esclarecer el magnicidio en su totalidad, en tanto que hay nombres de algunos de los autores intelectuales, el del tirador, por ejemplo, seguía siendo un misterio.

Hasta hoy, uno de los sospechosos había sido el doctor Héctor Antonio Regalado, quien por varios años se encargó no solo de la seguridad de la Asamblea Legislativa, sino de la seguridad del mayor Roberto d’Aubuisson.
Sin embargo, la Comisión de la Verdad, al referirse al doctor Regalado, dice: “La Comisión no encontró evidencia persuasiva de que él hubiera participado en este asesinato”.

La Comisión de la Verdad, sin embargo, dice que “recibió suficiente prueba para concluir que Regalado no sólo formó su propio escuadrón de la muerte en el pueblo de Santiago de María; sino, también, coordinaba y capacitaba las redes de d’Aubuisson en la capital”.

Información en poder de Diario Co Latino, entregada por fuentes que estuvieron próximas a los círculos de d’Aubuisson, aseguran que el francotirador, es decir, el responsable de disparar contra Monseñor Romero, fue el subsargento de la extinta Guardia Nacional (GN), Marino Samayoa Acosta.

De acuerdo con la información, fue Mario Molina, hijo del ex presidente Molina, quien sugirió al tirador.


En aquella época, dice otra fuente a Diario Co Latino, refiriéndose a la segunda mitad de la década de los 70’s, había dos buenos tiradores: uno en la Guardia Nacional y, el otro, en la Policía Nacional.

El de la PN, “el Chato Castillo”, agrega, fue a quien le encomendaron disparar a distancia contra la manifestación de la UES, para provocar la reacción y la respectiva respuesta del ejército que terminó en una masacre. Se refiere a la manifestación del 30 de julio de 1979.

De uno de los dos se sospechaba que podría haber sido el tirador, dice la fuente. Al final se descarta al “Chato Castillo”.

Del asesinato de Monseñor Romero, lo que era amplio conocido es que fue el mayor d’Aubuisson, creador de los escuadrones de la muerte y fundador de ARENA, quien dio la orden para cometer el crimen; y que los capitanes Eduardo Ávila Ávila, quien fue asesinado en circunstancias extrañas, en 1994, y el capitán Álvaro Rafael Saravia, fueron los que operativizaron la acción para el cometimiento del todavía repudiado crimen.

En efecto, fue el capitán Eduardo Ávila, quien, en la mañana del lunes 23, estando en casa de Roberto Daglio, periódico en mano, señala una esquela, en la que se anuncia la misa de aniversario de la señora Meardi. En ese lugar se encontraban, entre otros, Molina y Saravia.

“Esta es la oportunidad”, exclamó Ávila, acto seguido preguntó por el tirador. “No te preocupés”, le respondió Molina, “yo lo voy a poner”.

Las fuentes aseguran que el fusil con mira telescópica, de alta precisión, calibre . 219 suizo (es decir, calibre 22), era propiedad de Ávila; y el cual había sido probado, en fechas distintas, en la Finca San Luis, de Santa Tecla. El tirador estaba familiarizado con ese tipo de armas, por su especialidad o afición de tirador.
La Finca San Luis fue el lugar en el que, el 7 de mayo de 1980, fue capturado el mayor d’Aubuisson, junto a doce militares y doce civiles, quienes preparaban un golpe de Estado. Todos eran integrantes del Frente Amplio Nacional (FAN), creado por d´Abuisson, una tenebrosa organización político militar. En esta acción, fue encontrada la agenda del Capitán Álvaro Saravia, en la que estaban escritos no sólo nombres de oficiales y empresarios, con los que tenía relación el grupo de d’Aubuisson; sino, el plan del asesinato de Monseñor Romero. La cual fue clave para las investigaciones posteriores.

Entre los capturados, en aquella fecha se encontraban, además de d’Aubuisson, los mayores Jorge Alberto Cruz Reyes, Roberto Mauricio Staben; Capitanes, Álvaro Rafael Saravia, José Alfredo Jiménez, Víctor Hugo Vega Valencia, Eduardo Alfonso Ávila; Tenientes Federico Chacón, Miguel Francisco Bennet Escobar, Rodolfo Isidro López Sibrián, Carlos Hernán Morales Estupinián, Jaime René Alvarado y Alvarado.

Además, los civiles Antonio Cornejo Arango, conocido como el “Maneque”; Ricardo Valdivieso, conocido como el “gringo”; Roberto Muyshondt, Fernando Sagrera, Amado Garay, Nelson Morales, Andrés Antonio Córdova, Herbert Romero Escobar, Fredy Salomón Chávez, Marco Antonio Quintanilla, José Joaquín Larios y Julián García Jiménez.

Todos fueron llevados a la Primera Brigada de Infantería, conocida como Cuartel San Carlos, pero, fueron puestos en libertad, el 13 de mayo del mismo año, por el General Jaime Abdul Gutiérrez, al asumir el control de la Fuerza Armada, como integrante de la Junta Revolucionaria de Gobierno.

En una de las hojas, de la agenda de Saravia, está especificado el “Plan Piña”, es decir, el plan donde se especifica lo utilizado para asesinar a Monseñor Romero, es decir, especifica el personal, las armas y otras logísticas a utilizar para matar al Arzobispo. En la hoja, hay nombres de reconocidos oligarcas, financiadores de d´Abuisson, pero no el del francotirador. A quien identifican como “el tirador”, así como al motorista de Saravia, Amado Antonio Garay Reyes, a quien distinguen como “Amado”.

Actualmente, cuando viejos cuadros de ARENA y oligarcas se refieren al caso de Monseñor Romero, lo mencionan como “La Operación Mayor”.
Fue Amado Garay Reyes, quien el 19 y 20 de noviembre de 1987 testifica, primero ante la Comisión de Investigaciones de Hechos delictivos y luego ante el Juzgado Cuarto de lo Penal, en la que confirma que él condujo al tirador hasta la capilla de la Divina Providencia, por órdenes del Capitán Álvaro Saravia, a quien le manejaba desde hacía meses.

Amado Garay añade que después del asesinato tuvo miedo y por eso se fue a vivir a Estados Unidos, donde lo contactaron, a través de Migración, dos personas de apellidos López y Castillo, quienes le pidieron se presentara a los tribunales salvadoreños a dar su declaración en el caso de Monseñor Romero. Y, es por eso que el 17 de noviembre de 1987 llega a El Salvador, procedente de Estados Unidos.

En su declaración, Amado Garay, con lujo de detalle, narra desde el momento en que recoge al capitán Saravia, en la residencia de éste, luego al tirador, a quien recogió, según la Comisión de la Verdad, en la Casa de Alejandro Cáceres, pero, según Garay es la de Roberto Daglio, donde Garay abordó otro vehículo, el Volkswagen Passat rojo de cuatro puertas, en el que ya se encontraba el tirador, que en aquel momento era un hombre joven, barbado, a quien conduce hasta llegar a la iglesia. De la mencionada residencia salieron dos vehículos, el del tirador, y el otro en el que iban varios hombres, a quienes Amado no logra identificar. Justo en la capilla, el otro vehículo desaparece de la zona, y el desconocido le pide a Amado que se parquee, y que mantenga el motor en marcha, frente a la iglesia, y que simulara que estaba reparando el vehículo.

El conductor dice haber visto a un sacerdote dando misa, y luego oyó un disparo, y al girar la vista hacia atrás vio al hombre de barba sostener un fusil con ambas manos. El tirador, inmediatamente le ordena, con voz calmada: “Camine despacio, tranquilo”. Aún nervioso, relata Amadeo, salió del parqueo de la iglesia y se dirigió hacia el centro de la ciudad, donde se perdió temporalmente por los nervios, pero, una vez se tranquilizó, condujo al asesino a la misma Residencia de donde había salido.

Que una vez llegaron a la residencia, allí estaba, fuera, el Capitán Saravia, que el hombre de barba le hizo una venia con la mano derecha (el saludo militar) y acto seguida le dijo: “misión cumplida”. Este hombre de barba, según nuestra fuente es Marino Samayoa Acosta, nacido el 8 de octubre de 1949.

Al día siguiente, dice Amado Garay, condujo al capitán Saravia a una casa que parece Castillo, propiedad de Roberto Daglio, donde se encontraba el Mayor Roberto d’Aubuisson, donde Saravia le expresó que “ya hicimos lo que habíamos planeado”, y según Garay, d´Abuisson le habría respondido “no, hombre, no lo hubieran hecho todavía”, a lo que Saravia le replicó: “Como Usted ordenó que lo hiciéramos, por eso lo hicimos”.

«Se van a dar cuenta hasta dónde llega mi participación, y cómo me han involucrado a mí en cosas de las que no fui responsable’’, afirmó Saravia, a Diario Co Latino, en una entrevista realizada los primeros días de marzo de 2006 . “Pero, claro, como soy el único, al perro más flaco se le pegan las pulgas’’, agregó.
Más recientemente, el Capitán Álvaro Saravia le dijo Al periódico digital el Faro, que “El capitán Eduardo Ávila Ávila les informa el plan: en esa misa será asesinado monseñor Óscar Arnulfo Romero Galdámez. Ya todo ha sido coordinado con Mario Molina y Roberto d’Aubuisson”. Mario Molina, hijo del Expresidente Arturo Armando Molina.

El fusil utilizado por el francotirador, propiedad del Capitán Ávila, fue escondido, por órdenes del mismo Ávila, en un hueco de un desfiladero, que da al mar, a la altura de uno de los túneles de la carretera Litoral.

De la vida de Marino Samayoa, hay pocas referencias, pero, según las fuentes, “cuando aparece, le dan trabajos de guardaespaldas, trabajos que desempeña por corto tiempo, y luego desaparece”.

El camino para asesinar a Monseñor Romero


La teoría del eterno retorno es básicamente que las cosas que sucedieron una vez, siguen aconteciendo infinitas veces en el pasado, por esto, el asesino de Monseñor Óscar Arnulfo Romero recorre todos los 24 de marzo casi una docena de calles hasta llegar a la Capilla de la Divina Providencia, y la bala sigue atravesando el corazón de la víctima.

El semáforo se pone en rojo. Un niño se aproxima a los carros y hace malabares con dos naranjas. Una resbala de entre sus dedos y se destripa.
Una pregunta que siempre me venía a la mente: ¿dónde está el asesino de Monseñor Romero? ¿Está vivo? Si aún sigue con vida seguramente es mayor de edad, entre 60 a 70 años calculó. Hoy sé que está vivo, que nació el 8 de octubre de 1949.

Amado Garay describió al tirador como un hombre barbado, de entre 25 y 27 años, – y a juzgar por el testimonio- un tipo hecho de hielo y muy calculador, y experto en hacer de la muerte una cosa cotidiana.

Un día de marzo de 1980, Garay y Saravia salieron de la casa de este último en la Colonia la Rabida, 714, a la par del “Chalet Italia”.

El Capitán Saravia vivió sobre la 37 Calle Oriente, pero su casa ya no existe. El “Chalet Italia” ya no se puede ubicar más que en el recuerdo de los habitantes más antiguos de la zona.

Rodeamos la calle intentando encontrar el sitio, – Garay dice en su declaración que entraron al Pasaje San Juan- y no encuentro nada.

Una pareja de ancianos platica en una puerta, nos dirigimos a ellos – ¿conocieron el Chalet Italia?- estuvo por aquella esquina responde la longeva.
Solo encontramos el pasaje “Italia Sur” y las casas 728, 718,.. los números desaparecen y de pronto la vivienda 14. Algo no concuerda.
Le pregunto a un vigilante sobre la casa 714, no sabe pero llama a un señor calvo de ojos claros y lentes enormes que hace memoria.

Él tiene más de 20 años de vivir en la zona, pero desde que llegó, la numeración ya estaba desordenada. ¿busca a alguien? Me pregunta.
Le explico y dice que ese apellido le suena conocido. ¿Dónde está el chalet Italia? Y ¿la casa del Capitán Saravia? Esos recuerdos desaparecieron el 24 de marzo de 1980.

El capitán lo guió hasta un portón color negro, ubicado en la Colonia San Benito, casa número 549, sobre el Boulevard del Hipódromo. Al detener el carro sonó el claxon, y un señor abrió, tras lo cual se dibujó una cuestecita y dos árboles de marañones japoneses.

El capitán Saravia entró en la residencia y Garay permaneció en la estancia, minutos después una empleada le ofreció pan y refresco que aceptó gustoso.
La Colonia San Benito seguramente ha cambiado 31 años después. Platico con un vigilante, busco la casa número 549, pero no existe. 548, 548 A… debe ser al otro lado, allá están los nones – señala el hombre unos apartamentos de lujo-
Los números, en ese lado de la calle, son impares, las viviendas desbordan lujo, pero sigo intranquilo por saber cual es la casa exacta donde Garay observó por primera vez al asesino.

Sospecho que el radio donde estaba ubicada la residencia en cuestión se ubica desde los apartamentos “Villa Romana” hasta el local de “Jorge Arguett, Haute Couture”.

Comiendo estaba cuando Saravia le señaló un Volkswagen rojo “manejá ese carro” y “seguí ese carro que está adelante”.

Se subió y un hombre barbado estaba sentado en la parte trasera derecha, no lo reconoció.

La orden fue clara y la cumplió: siguió el carro sin cuestionar el rumbo, cruzó por aquí, por allá, un sin fin de vueltas, pasó frente al Colegio García Flamenco, luego en la Colonia Miramonte pasaron sobre una calle de tierra y entraron en un portón negro.

Perdieron la pista al carro que debían de seguir, el hombre barbado le indicó que dieran la vuelta frente a una iglesia, lo hizo y se detuvo entre tres a cuatro metros de distancia antes del sitio religioso.

“No, párese frente a la iglesia” le sugirió el acompañante en el vehículo. Lo hizo y observó a un sacerdote que oficiando misa, no prestó atención.
Acto seguido el hombre barbado le dijo que simulara una reparación, por lo que manipuló la palanca de velocidades y se agachó sin cuestionar.
Hay una gran quietud frente a la Capilla de la Divina Providencia. Me alejo un poco de la entrada y trato de calcular la posición del hombre que disparó a Monseñor Romero.

Los brazos firmes, fuerza, precisión y paciencia para escapar sin dejar la mínima huella de su paradero por más de tres décadas.
De usar barba debería estar canosa, su cabello igual. Si Amado Garay lo tuviese enfrente ¿lo reconocerá?

Una detonación fuerte asustó a Garay, el olor a pólvora y los gritos lo estremecieron, asustado vio que el barbado sostenía un fusil que sobresalía al lado derecho del carro.

Segundos de confusión, no supo que hacer, la mente en blanco anticipando temores, nerviosismo y lo inaudito: “camine despacio, tranquilo”, le dijo el barbado.
Nunca apagó el vehículo, mientras sus manos temblorosas apretaban el volante aceleró hasta el centro de San Salvador, se perdió, no se ubicó, pero logró sobreponerse a sus nervios y regresó a la casa de la colonia San Benito.

Garay y el barbado se bajaron del Volkswagen rojo, el capitán Saravia los esperaba y el hombre que sostuvo entre sus manos el rifle lo saludó: “misión cumplida”.
Saravia se dirigió a Garay “¿por qué te tardastes tanto?, el chofer alegó a su favor que se había perdido.

Saravia y el barbado entraron a una habitación de la casa mencionada y el chofer se quedó comiendo marañones japoneses.

Pasado el tiempo, Saravia salió y le ordenó: “ahora no vamos a dormir en mi casa, sino a otra, sigamos a ese carro”.

El 27 de marzo, tres días después de la detonación frente a la iglesia, Garay fue junto con Saravia a una casa “que parecía castillo” frente al Canal Dos de Televisión.
“Centro Comercial Loma Linda” dice un rótulo en la entrada. Hay varios negocios: desde una escuela de artes plásticas hasta imprentas.

Al fondo un amplio parqueo y un árbol que sirve de sombra para los carros. Quizá el único testigo de lo que fue en aquella fecha.
Aquí presentó el capitán Saravia al Mayor, Roberto d’Aubuisson los resultados de la misión: “Ya hicimos lo que habíamos planeado”.
Fuerza Histórica Latinoaméricana.

Fuerza Histórica Latinoamericana

Saludos y bienvenida:

Trovas del Trovador


Si se calla el cantor, calla la vida...inspirate,instruyete,organizate,lucha,rebelate.



Saludos y bienvenida:


Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida...
Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos.

Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos.

Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más...

A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado.

Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia...

Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos?

Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista.

No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente.
Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo.

Fraternalmente, Trovador


UN DÍA COMO HOY, 12 de febrero de 1973, los principales periódicos de El Salvador difundieron fotos de la muerte de los compañeros José Dima...