Saludos y bienvenida: Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida... Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos. Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos. Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más... A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado. Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia... Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos? Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista. No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente. Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo. Fraternalmente, Trovador

domingo, 1 de febrero de 2015

La situación socioeconómica de la familia salvadoreña (2005-2014)



Joel Arriola

Introducción

La situación socioeconómica de la familia salvadoreña (2005-2014) es, si lo vemos desde el punto de vista de los estadísticos nacionales, un trabajo incompleto. No sólo no comprende la totalidad de los problemas nacionales medidos estadísticamente por el gobierno, las diversas instituciones del Estado, organismos internacionales, ONGs e investigadores independientes, sino tampoco realiza una descripción completa de los mismos. La razón por la cual no lo hacemos es sencilla: no es nuestro objetivo. El lector puede fácilmente, si su interés es conocer el cuadro completo de los estadísticos del país, dirigirse a las publicaciones secuenciales de los diversos organismos encargados: PNUD, CEPAL, diversas instituciones del gobierno, etc.

Desde ese punto de vista, nuestro objetivo es mucho más modesto, pero no por ello menos importante: nos proponemos tamizar una serie de datos estadísticos proporcionados por diversas fuentes, para analizarlos a la luz de las herramientas teórico-metodológicas del marxismo, principalmente de la economía política, así como del instrumental crítico de la economía y la sociología contemporánea.

La razón para llevar a cabo un trabajo como estos es precisamente obtener algunas conclusiones sobre la situación económica y social de la familia y los hogares salvadoreños, ver esta situación a través del lente de la economía política crítica, estudiando para ello los datos puramente estadísticos que reflejan la situación socioeconómica producida por el modelo de acumulación de capital en El Salvador, a partir de las reformas neoliberales y la ejecución de los Programas de Estabilización Económica y de Ajuste Estructural. Ello a la misma vez nos da la posibilidad de ubicar correctamente los estadísticos sociales, no como un dato aislado inexplicable per se, sino como producto y consecuencia de un modelo de acumulación que privilegia el proceso de concentración y centralización de capital en las manos de un reducido número de personas a la vez que sumerge, literalmente, en la miseria al grueso de la población salvadoreña.

En la primera parte del trabajo damos una conceptualización general de la forma de abordaje del mismo, dedicamos un apartado a explicar abiertamente los documentos base que han servido al presente estudio. Nos hemos tomado dicha tarea por una razón puramente técnica: gran parte de los datos citados aparecen, sobre todo en los primeros capítulos, sin citas directas al pie de página; la razón de porque no aparecen es sencilla: no consideramos conveniente cansar al lector, ya que el presente es un estudio básicamente de datos puramente empíricos, refiriéndolo a notas en cada dato citado, preferimos mejor, desde el primer capítulo, ofrecer una lista de los principales textos a los cuales puede referirse en cada caso. Salvo se indique lo contrario, en cada dato citamos la fuente dentro del texto, con la cual el lector puede dirigirse fácilmente a los documentos base ya citados en el capítulo I. En caso contrario y cuando las circunstancias lo ameritan, como por ejemplo en considerable parte del apartado III, referimos al lector a citas especificas al pie de página.

Ofrecemos además, en la parte I del trabajo, un breve análisis de la concepción de la familia según el Estado Salvadoreño, ello debe servir como base para juzgar los datos analizados más abajo (en el apartado II y III) y contrastarlos con los derechos positivos que el Estado ofrece a los hogares e individuos salvadoreños.

En la parte II del trabajo estudiamos algunas estadísticas que, bajo el lente de la economía política, nos permiten conocer la situación de polarización riqueza-pobreza que ha producido durante los últimos años el modelo de acumulación de capital en El Salvador, ejecutado desde la década de los noventa hasta la actualidad. El trabajo sirve además de parangón para enfrentar los datos del 2013 con los del 2007, es decir los datos puramente estadísticos que reflejan la situación de concentración y centralización de la riqueza por un lado, y la pobreza y la miseria por el otro, en dos períodos polémicos: los últimos años de los gobiernos de la derecha oligárquica ARENA y los frutos de, básicamente, la primera gestión de gobierno del FMLN. El Salvador, atlas de la pobreza y la opulencia en El Salvador, el texto clásico de Salvador Arias, publicado por primera vez en el 2010, pero cuyos datos no llegan, en términos de estudios sobre pobreza y concentración de riqueza, sino hasta el 2007 y en algunos casos al 2008, nos ha servido de paragón para la confrontación de datos en las fechas especificadas.

Por último, en el apartado III estudiamos algunos indicadores sociales como el acceso a educación y otros servicios básicos, el problema de la opresión de la mujer, la juventud, niñez, maras, pandillas y suicidios, etc., ubicándolos como consecuencia, cuando no producto, de la situación de miseria descrita en el aparatado inmediatamente anterior. Por ultimo cerramos el estudio con algunas conclusiones de carácter general.


Para ver el estudio completo haga clic acá.

Agustín Farabundo Martí (1893-1932) – (El Salvador)


Un revolucionario de la Patria Grande

De Fernando Ramón Bossi


La distribución balsamera de El Salvador comprende una faja de terreno llamada “Cordillera del Bálsamo”, que se extiende entre los puertos de Acajutla y La Libertad en la llamada Cadena Costera, internándose hacia la cuidad de Apaneca, aproximadamente unos 20 kilómetros de la costa principalmente en los departamentos de La Libertad y Sonsonate. Los municipios conocidos como principales productores de bálsamo de primera clase son San Julián, Santa Isabel Ishuatán, Cuisnahuat, Izalco, Chiltiupán y Teotepeque. Precisamente en Teotepeque, La Libertad, nació, el 5 de mayo de 1893 Agustín Farabundo Martí.

Hijo de Pedro Martí y Socorro Rodríguez. Sexto hijo de un total de 14, Agustín creció en medio de las faenas agrícolas. Se recibe de bachiller en 1913, a los 20 años de edad de un colegio salesiano e ingresa a la Universidad Nacional en la carrera de Jurisprudencia y Ciencias Sociales.

Sus primeras acciones políticas lo ubican trabajando contra el régimen oligárquico de las familias Meléndez-Quiñónez, dinastía que gobernará El Salvador por cruentos 14 años. Por organizar un acto en apoyo a la Asociación de Estudiantes Unionistas, grupo guatemalteco que exigía el fin de la dictadura de Estrada Cabrera en ese país, es encarcelado en Zacatecoluca. En 1920 es deportado a Guatemala y allí continúa sus estudios en la Universidad de San Carlos.

En Guatemala estudia y trabaja. Como simple obrero, jornalero o peón, aprende a compartir el sufrimiento de los explotados. En un país, donde la mayoría de la población es indígena, Martí se compromete con sus luchas e incorpora conocimientos de la lengua quiche. Siendo perseguido por los dueños de las plantaciones de café, Farabundo debe partir temporalmente a México, donde se relaciona con el movimiento obrero y estudia la revolución agrarista de 1910.

En 1925, se funda en Guatemala el Partido Comunista Centroamericano. El surgimiento del partido tuvo su origen en el interés de intelectuales y obreros guatemaltecos en dar continuidad al primer movimiento político de izquierda que se inició en la década de 1920, el cual fue vital para la caída del dictador Manuel Estrada Cabrera. El gobierno dictatorial de Jorge Ubico se encargó de aplastar la organización; no obstante, se puede considerar la primera manifestación de la clase obrera por lograr su organización política. Martí ocupó allí el cargo de secretario del exterior del Partido Comunista Centroamericano.

Es deportado a El Salvador, y de El Salvador a Nicaragua por órdenes del presidente Alfonso Quiñónez. A los pocos días regresa clandestinamente a El Salvador a seguir organizando a los trabajadores. Desde 1925 hasta 1928 Martí trabaja junto a la Federación Regional de Trabajadores de El Salvador.

En 1928 Martí viaja a New York, donde toma contacto con la dirección central de la Liga Antiimperialista de las Américas, que le encargará viajar a Nicaragua como su representante ante Augusto César Sandino. De los Estados Unidos partirá hacia Las Segovias a luchar junto al “General de Hombres Libres”, con él, alcanza el grado de coronel del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional. Farabundo Martí mostró en los hechos su arrojo antiimperialista, tanto con el fusil como con la pluma. Fue miembro del Estado Mayor Internacional de Sandino, y Secretario Privado del héroe nicaragüense. En ocasión que los invasores yanquis bombardeaban persistentemente las posiciones sandinistas, Martí, en actitud de coraje y decisión, dejó la máquina de escribir para empuñar el fusil, diciendo indignado: “cuando la historia no se puede escribir con la pluma, se escribe con el rifle”. Acto seguido se parapetó en la enramada de un árbol de la selva para abrir fuego contra los aviones yanquis.

Tiempo más tarde, ya en México, Martí pasa a ser líder latinoamericano del Socorro Rojo Internacional. Esta organización había nacido en los años veinte por impulso de la III Internacional para enfrentar al fascismo entonces incipiente. Entre sus dirigentes formaron parte mujeres antifascistas tan conocidas como la alemana Clara Zetkin, la italiana Tina Modotti y la rusa Elena Stasova. El Socorro Rojo Internacional entronca, entonces, directamente con la historia del movimiento comunista y antifascista internacional, alcanzando pronto un gran desarrollo en todo el mundo, en el apoyo político, jurídico y económico a todos los presos políticos y perseguidos, sin diferencias ideológicas partidistas.

En 1930 Martí regresa a El Salvador y funda junto a otros compañeros el Partido Comunista Salvadoreño, partido que rápidamente se pone a la cabeza de los trabajadores y campesinos, descontentos con los regímenes oligárquicos de entonces. Sufriendo deportaciones y persecuciones Farabundo liderizará la insurrección popular de 1932.

Aquel año, El Salvador presenta una administración corrupta, una sociedad en crisis, un pueblo descontento y una economía casi en quiebra, derivada de los bajos precios internacionales del café y de los efectos de la Gran Depresión estadounidense de 1929. El 2 de diciembre de 1931, el corrupto e incapaz régimen del Partido Laborista, encabezado por el ingeniero Araujo, fue derrocado para asumir la presidencia el dictador Maximiliano Hernández Martínez, quien lo detentará por espacio de trece años, hasta mayo de 1944.

Los comicios fraudulentos de enero del ‘32 fueron el factor detonante del estallido social. Varios sitios de votación fueron suspendidos en poblaciones en las que el Partido Comunista tenía fuerte presencia. La insurrección comenzaba.

Los días 18 y 19 se produjeron frustrados asaltos al Cuartel de Caballería por las fuerzas insurrectas. El gobierno decreta el Estado de Sitio y la ley marcial. Se implanta la censura estricta en la prensa.

Los siguientes días los alzamientos y combates se suceden en todo El Salvador. Miles de campesinos, obreros y trabajadores, portando machetes y algunos pocos fusiles “Mauser” asaltan cuarteles, guarniciones policiales, oficinas municipales, telégrafos, almacenes y fincas de terratenientes.

Las “tartamudas” del Ejército y la Guardia Nacional no se hacen esperar. Entre los días 24 y 25, las fuerzas militares gubernamentales entran en Nahuizalco, Juayúa, Ahuachapán y Tacuba. Mientras tanto, los norteamericanos e ingleses movilizaban buques de guerra para prestar apoyo al general Hernández Martínez; proponiéndole un desembarco de tropas en La Libertad para ayudar en la represión. Con toda la soberbia del dictador sanguinario, Hernández Martínez, una vez que se cerciora del éxito de las “Operaciones de Pacificación”, envía a los almirantes yanquis e ingleses un telegrama que con el siguiente texto: “En saludo a honorables comandantes declaramos situación absolutamente dominada fuerzas gobierno El Salvador. Garantizadas vidas propiedades ciudadanos extranjeros acogidos y respetuosos leyes de la República. La paz está establecida en El Salvador. Ofensiva comunista desechada sus formidables núcleos dispersos. Hasta hoy cuarto día de operaciones están liquidados cuatro mil ochocientos comunistas”.

La insurrección había sido barrida a sangre y fuego. El 31 de enero, un consejo de guerra presidido por el general Manuel Antonio Castañeda juzgó y condenó a Agustín Farabundo Martí y a los líderes estudiantiles Alfonso Luna Calderón y Mario Zapata a morir fusilados en el Cementerio General de San Salvador, previo traslado desde sus celdas en la Penitenciaría Central. Allí cayeron, bajo las balas asesinas del pelotón de fusilamiento, con la dignidad de los héroes revolucionarios, Farabundo Martí y sus compañeros.

Según distintos historiadores el saldo de la rebelión de 1932 fue de entre 5000 a 30.000 muertos. El viernes, 5 de febrero, en El Diario de El Salvador aparece el siguiente titular en primera plana: “Los Cadáveres Sepultados a Escasa Profundidad son un Peligro para la Salud. Los cuervos, cerdos y gallinas los desentierran para luego devorarlos”. Y sigue la macabra crónica: “Actualmente en el departamento de Sonsonate y en muchos lugares de Ahuachapán y algunos de Santa Ana la carne de cerdo ha llegado a desmerecerse de tal manera, que casi no tiene valor. Por el mismo camino va la de res y las aves de corral. Todo se debe a que los cerdos comen en grandes cantidades la carne de los cadáveres que en los montes han quedado. La gente, por intimación, se está negando también a comer la carne de res y aves de corral. Desde luego, ellos tienen razón; pero en cambio, esta industria está sufriendo fuertes golpes”. A la oligarquía salvadoreña sólo le preocupaba los “fuertes golpes que estaban sufriendo los empresarios”.

Sheila Candelario, en su obra Patología de una insurrección; la Prensa y la matanza de 1932, cita el siguiente comentario: “El alzamiento del 32 dejó profundas huellas en la conciencia de todos los salvadoreños. La población india prácticamente dejó de ser la misma como resultado de la matanza, sobre todo porque de ahí en adelante existió el temor de mostrarse como ‘indio’. El idioma, la vestimenta y las costumbres de los indios pasaron a ser formas peligrosas de identificarse y fueron reemplazadas por otras menos evidentes…”.

Farabundo Martí vive hoy en la lucha del pueblo salvadoreño. Revolucionario cabal, patriota de la Patria Grande, salvadoreño, centroamericano y latinoamericano caribeño, Farabundo es un ejemplo de constancia, sacrificio y solidaridad. Allí está él, junto a Sandino, Bolívar, San Martín, Morazán, Artigas y tantos otros. Es seguro que, en el próximo triunfo del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, se lo verá a él, confundido y alegre con el pueblo salvadoreño, festejando, sonriendo y también dispuesto a comenzar nuevos combates. Porque como bien dijo el poeta cubano: “Y colosal se eleva y borda con mil estrellas Farabundo”.

Los más violentos del mundo


José Manuel Valiñas

Los países más violentos del orbe, por mucho, se concentran en un pequeño pedazo de tierra: justo el que colinda con nuestro país…

El 2 de septiembre de 2009, en Tonacatepeque, un suburbio de San Salvador, el cineasta Christian Poveda recibía dos tiros en la cabeza. Acababa de estrenar su último documental, La vida loca, un testimonio doloroso pero a la vez esperanzador sobre la vida de las pandillas en esas peligrosas calles. Para ello se había ido a vivir con los “mareros” y se había hecho amigo de ellos.

Pero algo pasó: alguien sospechó que estaba hablando con la policía, o bien los líderes de Barrio 18 se enojaron por alguna imagen del video, y fue ultimado (quien se cree que dio la orden desde la cárcel es un líder apodado “El Molleja”). El hecho motivó un escándalo nacional e internacional que culminó con algo que parecía antes impensable: el acuerdo entre las maras y el gobierno salvadoreño para bajar los niveles de violencia. Un acuerdo inadmisible en cualquier otro país: sentarse con los delincuentes para pedirles que por favor cometan menos asesinatos. Pero en El Salvador la muerte violenta no es un fenómeno más, sino una enfermedad endémica que lleva al caos a toda la sociedad.

Hoy en día hay maras en toda Centroamérica, en México y en Europa. A estas hordas de jóvenes se les ha inoculado un odio irracional y una voluntad de matar e incluso, morir. Son, hoy por hoy, el rostro tatuado más sombrío de un pedazo de continente que, por ese mismo factor, se sitúa en la cúspide de la violencia a nivel mundial.

El pacto con las maras para que no se sigan matando entre sí (a cambio de mejoras en sus condiciones carcelarias), ha bajado la desquiciante espiral asesina en El Salvador, pero siempre está el peligro latente de que se vuelva a desbordar. Y ni por asomo se constituye en una solución, pues los índices de violencia siguen siendo muy superiores que en prácticamente todas las demás regiones del mundo, con el agravante de que siguen creciendo cada año.

Un vecino de El Salvador (y de México) es el lugar más peligroso del planeta, según el reciente informe sobre homicidios de la Organización de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC). Se trata de Honduras, y lo peor de todo es que no es ninguna novedad. Ya lo había sido en años anteriores.

Honduras, El Salvador, Guatemala y ahora Venezuela, son unos habituales en estos informes. Superan por mucho a los países que años antes se llevaban el ranking, como Sudáfrica, República del Congo o Lesotho. Es mucho más seguro pasearse en cualquier calle de alguna ciudad de, digamos, Botsuana o Tanzania, que en Tegucigalpa o San Salvador. Y no se diga Caracas que, por ciudad, es el lugar más peligroso de la Tierra, sólo debajo de San Pedro Sula.

El informe de la ONU abarca 219 países y se refiere a 2012, último año de que se tienen estadísticas. Los países más seguros son Japón, Suiza, Singapur e Islandia, con menos de tres asesinatos por cada 100 mil habitantes, niveles que no sólo han mantenido desde hace décadas, sino que incluso están disminuyendo. En contraste, la región centroamericana registra desde 1950 niveles de cinco a ocho veces más altos de homicidios que en Europa o Asia… y van en aumento. Otro dato es inquietante: más del 50% de las muertes se produjo en países de Centroamérica y el sur de África, donde vive sólo 11% de la población.

“De manera arbitraria”

¿Cuál es el promedio mundial de homicidios? 6.2 por país. Pero en Costa Rica son 8.5, en Nicaragua 11.3 y en Panamá 17.2. ¿En México? En 2008 el número era de 12.2, y esperemos que algún día volvamos a llegar a eso, al menos, porque en 2012 se cerró con 21.5. En otras palabras, los homicidios subieron casi 50% en dos años.

El hecho de que nuestros vecinos sean consistentemente los países más violentos del mundo tiene en parte que ver con la problemática del narcotráfico que ha asolado a México durante años, y que se exporta en alguna medida al sur. Que Centroamérica sea la región con más homicidios lo explica Jean-Luc Lemahieu, director de Análisis de Políticas de la ONUDC, por “la aparición de cárteles rivales” a los tradicionales. Esto es un tema ya conocido: la pulverización de las bandas criminales en cuanto sus cabezas son capturadas o abatidas.

Es cierto que los cárteles se han expandido a Centroamérica por la cada vez más competida lucha en las plazas mexicanas y el ataque frontal del gobierno federal (ahora incluso la vía marítima se ha retomado: los países del Caribe también están envueltos en una dinámica asesina alarmante, según la ONUDC). Pero el mundo de las drogas no explica por sí mismo la vorágine asesina, pues también entran los feminicidios y los homicidios “sin sentido”, que son propios de las naciones que tienen mayores problemas de maras. Lemahieu indica que el problema que reside en Centroamérica “son las bandas”: grupos de jóvenes que asesinan para “defender su identidad de barrio”, en guerras imaginarias contra otros jóvenes con los que no tienen otro problema más que el hecho de vivir en la acera de enfrente.

En otras palabras, se están matando entre sí gratuitamente, sólo por el placer de matar. O, en el mejor de los casos, por seguir a líderes delirantes que se convierten en ángeles de la muerte, arengando a sus pupilos a asesinar casi por deporte.

Esa violencia, dice el experto de la ONU, es diferente a la del narcotráfico, que busca limpiar el terreno “cuando tiene competencia”, pero en general “prefiere operar sin muertes”, mientras que las bandas lo hacen “de manera arbitraria”.

Peor que la guerra
El estudio no tomó en cuenta los países en guerra, pero en algunas naciones los índices superan a los que se registran en conflictos armados. De los 21 homicidios que tiene México saltamos a los 39.9 de Guatemala, a donde se han ido a establecer, por cierto, algunos cabecillas de los Zetas, dado que aquí han visto minada su actividad. El Salvador sigue en la lista con la nada halagüeña cifra de 41.2 asesinatos por cada 100 mil habitantes, y después Belice, con 44.7. De ahí hacemos un viaje a la terrible cifra de Venezuela: 53.7. Por último, al pavoroso número de Honduras: 90.4.

El informe de la ONU se centra en países, pero por urbes, también de manera reciente el Consejo Ciudadano, una ONG abocada al análisis de estas cifras, presentó su ranking respectivo a 2013. Una sola ciudad en el mundo concentra 187 homicidios: San Pedro Sula. La más violenta de todas, por mucho: ahí se cometen más asesinatos, comparativamente, que en toda Europa. El segundo poco honroso lugar lo ocupa Caracas, con 132 homicidios, y después viene Acapulco, con 113, demostrando el fracaso de todas las administraciones de ese puerto, las anteriores y la actual de Luis Walton (hace falta recordar cómo se rasgaron las vestiduras esos inútiles políticos cuando les quitaron la sede del Tianguis Turístico).

Con todo, hay cosas positivas en estos informes, y ejemplos a seguir. El principal es el de Colombia, que ha reducido drásticamente la violencia y ha cambiado el infame renombre de su marca-país, gracias a las acciones tomadas por el ex presidente Álvaro Uribe. El que antes fue un estado cuasi fallido por el narco y las guerrillas acostumbradas a asesinar y a secuestrar ciudadanos, ha venido bajando, desde hace 11 años, cada vez más el índice de muertes violentas, “debido a la cada vez mayor eficacia de la policía y no como resultado de la negociación con criminales”, anota Consejo Ciudadano.

El otro caso de éxito, aunque sea preliminar, es el de Ciudad Juárez, la ciudad más peligrosa del mundo de 2008 a 2010, y que, gracias a la combinación de organización ciudadana, con una nueva policía local que sí funciona, más la intervención federal, obtuvo ya para 2011 el segundo lugar del ranking y el 19 en 2012. Ahora ocupa una mucho mejor posición: la número 37.

De las 50 ciudades de la lista de las más violentas del mundo, nada menos que 46 se encuentran en el continente americano, y 41 específicamente en América Latina, lo que está en línea con el estudio de la ONU. Las únicas que no están en la región son cuatro localidades de Estados Unidos y tres de Sudáfrica.

Como apuntábamos, toda esta violencia sucede no en países donde hay guerra, y tampoco necesariamente en los de mayor pobreza y desigualdad, sino en donde falta la aplicación del estado de derecho y un mínimo de solidez institucional.

A tomar nota
En México lo que Consejo Ciudadano advierte es que, si bien ha bajado el número de homicidios, en algunas entidades se están manipulando las cifras. Esto se advierte cuando se cotejan los datos que brindan los gobiernos locales con los del INEGI. México ya no tiene la ciudad más violenta del mundo, pero aún cuenta con varias urbes en el ranking de las 50 con más asesinatos, y habría que ver con qué nivel de transparencia están informando los virreyes-gobernadores en sus entidades.

Al recibir el Premio Cervantes a finales de abril, Elena Poniatowska recordó, certeramente, que no debemos de bajar la guardia en el combate a la barbarie. “El pasado 13 de abril, dos mujeres fueron asesinadas de varios tiros en la cabeza en Ciudad Juárez”, acotó. “Una de 15 años y otra de 20, embarazada. El cuerpo de la primera fue encontrado en un basurero”. Sí, no estamos ya en los primeros números de violencia, pero esas escenas dantescas se siguen sucediendo, por lo que las autoridades deben tomar nota y nunca más bajar la guardia.
Fuerza Histórica Latinoaméricana.

Fuerza Histórica Latinoamericana

Saludos y bienvenida:

Trovas del Trovador


Si se calla el cantor, calla la vida...inspirate,instruyete,organizate,lucha,rebelate.



Saludos y bienvenida:


Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida...
Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos.

Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos.

Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más...

A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado.

Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia...

Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos?

Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista.

No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente.
Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo.

Fraternalmente, Trovador


UN DÍA COMO HOY, 12 de febrero de 1973, los principales periódicos de El Salvador difundieron fotos de la muerte de los compañeros José Dima...