Saludos y bienvenida: Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida... Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos. Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos. Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más... A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado. Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia... Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos? Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista. No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente. Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo. Fraternalmente, Trovador

martes, 16 de junio de 2015

El cerco del Comando Sur: datos sobre las bases gringas en América Latina (+Infografía)


 En ese momento se puso en evidencia el funcionamiento operativo de la red de bases estadounidenses, coincidiendo con una serie de cambios tácticos y de estrategia del Pentágono a nivel mundial, como se vio en Siria donde privilegió la guerra a distancia en vez de una invasión, lo cual debe ser analizado para entender el contexto de asedio de espectro completo actual contra Venezuela, descrita por la doctrina militar estadounidense como parte del “Arco de Inestabilidad” a nivel mundial.

Nuevo enfoque

Es importante empezar por la base de Manta ya que es un símbolo de las modificaciones en la estrategia de la doctrina operativa del ejército norteamericano a nivel mundial, donde se privilegian bases pequeñas con poca cantidad de efectivos y la suficiente infraestructura para recibir un importante despliegue aéreo, marítimo y de infantería, de ser necesario, de acuerdo al documento “Estrategia Nacional para una Nueva Era”, firmado durante la Administración de Bill Clinton.

Esto formalmente comienza cuando caduca el acuerdo militar con Panamá gracias al acuerdo Torrijos-Carter en el que se establecieron plazos para que Washington traspase el control del Canal de Panamá. El Pentágono, en consecuencia, tuvo que reordenar sus bases en Florida (Estados Unidos), Soto Cano (Honduras), Puerto Rico, Comalapa (El Salvador), Reina Beatriz, (Aruba), Hato Rey (Curazao) y Manta (Ecuador), donde se pone en marcha lo que se conoce como el establecimiento de Centros Operativos de Avanzada (FOL, por sus siglas en inglés) para que tengan un pequeño número de militares, una desconocida cantidad de contratistas, una continua actividad de inteligencia vía monitoreo, rastreo satelital, patrullaje; activas para despliegues rápidos si es necesaria una intervención directa en el lugar de la base u otros sitios cercanos o distantes, como hubiese sido utilizada la base de Palanquero (Colombia), para enviar grandes aviones hacia parte de África en caso de una eventualidad.

Bajo la “lucha contra el narcotráfico” es que se vendió la permanencia y aumento de la presencia militar estadounidense con el desembarco de la IV Flota y la formación de miembros del aparato de seguridad de otros países, una clásica forma de intervención de Washington. Así fue cómo se continuó con la ampliación de su influencia y control en las áreas estratégicas sobre los recursos naturales de América Latina, como el Amazonas, la Faja del Orinoco y el Acuífero Guaraní, entre otras.

Para esto hay un sistema de bases militares o convenios de cooperación que se basa en privilegiar pequeños sitios, delegar la adjudicación a contratistas para vincularse después y tapar los rastros que vinculen al Pentágono en estas relaciones que supuestamente son para luchar contra el narco o tareas humanitarias, de acuerdo al libro Territorios vigilados de la investigadora argentina Telma Luzzani. Así, a las bases convencionales como las conocemos (gran número de militares, equipamiento, aviones, buques, entre otras condiciones ya conocidas), se le suman las FOL.

Despliegue y guerra irregular


Y estas más de 80 bases operan desde Honduras hasta Chile, pasando por Paraguay en Mariscal Estigarribia, donde está la mayor pista de aterrizaje de América Latina, y Chile con Fuerte Aguayo, sólo por nombrar algunos de los sitios que se conocen entre la maraña de desinformación, donde, por ejemplo, se intenta ocultar que Perú y Colombia son paradas de aprovisionamiento de la IV Flota, y se envía 250 marines a Honduras de las Fuerzas de Tareas Especiales para “luchar contra el narcotráfico, tareas humanitarias y formar a otras fuerzas”.

Este despliegue en Honduras es parte del reenfoque de la Administración Obama, en el cual se privilegia el uso de intervenciones encubiertas en vez de las directas, luego de que se comprobara que Estados Unidos ya no puede predominar en escenarios de invasión, como sucedió en Irak y Afganistán. De acuerdo al analista militar cubano David Ignacio Martín, los últimos documentos militares y las declaraciones de altos rangos militares estadounidenses destacan la Guerra No Convencional, o irregular, como la doctrina predominante de las Fuerzas Armadas estadounidenses, que para fines prácticos comenzó a ser publicada justo antes que iniciaran las “primaveras árabes” y se dieran los escenarios libios y sirios.

En este sentido, el desembarco en Honduras apunta a fortalecer el papel del Comando de Operaciones Especiales, que durante la Administración de Obama pasó de operar en 60 países a 150 con los múltiples objetivos de asesinar, secuestrar, realizar supuestas “misiones humanitarias” y formar a ejércitos de otros países (o fuerzas irregulares destinadas a iniciar movimientos armados contra los gobiernos enemigos) para que sustituyan a Estados Unidos en el campo de batalla, tal como lo explica una norma secreta firmada por el ex jefe del Pentágono, luego de la CIA y finalmente destituido por un escándalo de faldas y correos electrónicos, el general David Petraeus.

El uso y despliegue de fuerzas de operaciones especiales y la utilización de Centros de Operaciones Avanzadas (FOL) se enlaza con otros ingredientes pregonados por la Administración Obama, en la que se hace énfasis seis puntos: operaciones de las fuerzas especiales, aviones no tripulados, espías, socios civiles, guerra cibernética y combatientes subrogados (ejércitos irregulares que, en el caso venezolano, pueden ser identificados con el paramilitarismo, en el caso ucraniano con el movimiento nazi, y en el mundo árabe-musulmán con el Estado Islámico, Al Qaeda y diversos grupos yihadistas implicados en Libia y Siria, por ejemplo).

Toda esta nueva doctrina, en la que también funcionan las contratistas militares (mercenarios), es conocida en la actualidad como la guerra híbrida, posmoderna o líquida, en la que campañas de comunicación 2.0 se combinan con cyberterrorismo, manifestación de calles de “los socios civiles” (ONGs, políticos, estudiantes, periodistas, académicos, entre otros) financiados por Washington a través de la Usaid, la NED o Freedom House y acciones encubiertas de agentes especiales, privados o combatientes subrogados para en primer lugar intentar quebrar el frente interno vía “revoluciones de colores”, o llevar progresivamente al “enemigo o adversario” a un escenario de guerra civil en la que los costos no sean altos en intervención y todo el peso político, social y económico caiga en las espaldas del país atacado.

Bajo esta lógica es que funciona el Comando del Sur, y este es el tipo de función que cumplen sus bases.

El cerco a Venezuela

La guerra irregular se escenifica aquí desde el terreno de las comunicaciones y medios digitales, los espías (cuyo punto más visible fue la detención del agente de la CIA, Thimoty Tracy), la guerra cibernética (escenificada a gran escala con el hackeo al CNE el 14 de abril de 2013 y las denuncias del presidente de Conatel, William Castillo), los socios civiles financiados por Washington y los combatientes subrogados, que andan vestidos de paramilitares luego de haber sido formados en Colombia para la guerra sucia.

Estos no sólo asumen tareas militares, como los paramilitares, sino que también apuntan a respaldar el ataque a la moneda, el bolívar, y la economía venezolana con teorías, rumores, matrices de opinión y denuncias falsas, acordes a la guerra económica emprendida por el gran capital financiero y el eje Madrid-Miami-Bogotá.

También hay indicios de que existirían contratistas militares como Dyncorp involucrados en planes golpistas, como sucedió con el alquiler del avión Tucano destinado a bombardear Miraflores, así como monitoreo satelital y de comunicaciones sobre Venezuela bajo el modelo denunciado por Edward Snowden, entre otros hechos comprobables donde se pone en funcionamiento la estructura de las bases militares en la región bajo una perspectiva global.

Con base a esto, se presta apoyo logístico y de “ideas”, además de acciones tácticas, a los grupos destinados a sabotear la economía, la infraestructura y los servicios, como se ve en la constante guarimba eléctrica, los ataques cibérneticos al sistema alimentario armado por el Estado venezolano y los saboteos contra la estatal Pdvsa, por nombrar los casos más evidentes.

Por citar una eventualidad: hoy en día, esta estructura militar estadounidense permitiría montar una Sala de Operaciones Especiales (la que en términos de operaciones psicólogicas ya existe) para planificar y ser los ojos de las acciones militares en el terreno de un ejército irregular que inicie una guerra en Venezuela.

Este es el modelo de guerra no convencional aplicado en Siria para apoyar a los yihadistas islámicos y que toma puntos operativos alrededor del país, como Turquía, Jordania e Israel, donde existe presencia militar estadounidense. Por caso, esto mismo podría ser replicado tanto en Colombia, como en Aruba, Curazao, Panamá, Honduras o Perú.

Lo paradójico es que, al igual que en 2002, Estados Unidos desembarca más de 3 mil militares y un portaviones nuclear en Perú (el país que sustituyó el papel de Manta en Ecuador) en el mismo momento que declara a Venezuela como “una amenaza inusual y extraordinaria” para su “seguridad nacional”, y en paralelo la Exxon Mobile (Rockefeller) intenta crear un escenario de conflicto con Guyana, que acaba de participar en un ejercicio militar conjunto con el Comando Sur.

Esta orden ejecutiva, en términos militares, formaliza implícitamente la activación de toda su mecánica de poder blando y duro, y sus más de 80 bases militares en la región tienen su papel a cumplir, si se tiene en cuenta que éste es sólo un paso formal enmarcado en la “Doctrina de Guerra Irregular de la Armada de Estados Unidos”, donde se califica a Venezuela como uno de los “campos de batalla”.

Las evidencias hablan por sí solas:


 



Roberto Cea: A quienes mandan en El Salvador les doy miedo


 José Roberto Cea es un fecundo escritor salvadoreño. Perteneció a la Generación Comprometida, un grupo de intelectuales que hacían incómodas críticas a los gobiernos militares que gobernaron El Salvador en las décadas de los sesenta y setenta.
 
 Foto D1. Salvador Sagastizado. Durante la entrevista, Roberto Cea recibe una llamada.

Luis Canizalez


Inicio de los años sesenta.

Es tarde. El escritor José Roberto Cea está reunido con sus amigos en El Paraíso, un rústico bar de San Salvador. En la misma mesa está Roque Dalton, Hildebrando Juárez y Manlio Argueta. Hay cervezas y mucho ruido. En ese lugar los minutos se consumen en debates sobre literatura, política y mujeres.

El tiempo transcurre rápido. Es hora de pagar la cuenta. El mesero está frente a los jóvenes poetas, mientras ellos cruzan miradas entre sí. Comprenden. Nadie tiene dinero y  no queda otra alternativa. Hildebrando se saca un anillo, Manlio se quita el saco, Roque pone sobre la mesa una chaqueta de cuero. Por ahora es suficiente: la cuenta está liquidada. Tal vez mañana haya dinero para recuperar las prendas. Y quizá para un par de cervezas más.

***

Tarde de mayo. Afuera el cielo amenaza con derramar una fuerte tormenta. El portón de una casa del Barrio Santa Anita se abre. Un hombre, de cabello blanco, asoma el rostro. Suelta una ligera sonrisa y nos invita a pasar.

José Roberto Cea nos ha recibido en chancletas, camisa blanca y short gris. Horas antes habíamos hablado por teléfono y concertado la entrevista. No hubo reparos. A las tres de la tarde estábamos en su domicilio.

Adentro está oscuro. Al fondo se divisa un amplio patio, aireado, con árboles. Subimos unas escaleras que llevan a una pequeña habitación repleta de libros. Entramos. El poeta nos tiende dos sillas  de madera y luego se acomoda atrás de un escritorio atestado de papeles.

El nombre José Roberto Cea es sinónimo de letras. Ha escrito poesía, novelas, cuentos, ensayos y teatro. Es un prolífico escritor. También ha ejercido como periodista en diversas revistas culturales.

Perteneció a la Generación Comprometida, un grupo de intelectuales que hacían incómodas críticas a los gobiernos militares que gobernaron El Salvador en las décadas de los sesenta y setenta. Por esa razón, algunos tuvieron que salir exiliados a otros países.

El grupo se consolidó poco a poco. Los jóvenes escritores se anudaron por azares de la vida y conformaron una de las generaciones literarias más memorables de El Salvador.

El grupo estaba integrado, entre otras personas, por Italo López Vallecillos,  Manlio Argueta, Roque Dalton, Tirso Canales, Roberto Armijo y José Roberto Cea, quien ahora recuerda algunos pasajes de esa época.

— ¿Y qué sucedió esa tarde en el bar?

— (Risas) Resulta que días antes había ganado los Juegos Florales de Apopa. Quedamos de reunirnos en El Paraíso. Se suponía que todos íbamos a poner dinero, pero al final nadie puso nada. Yo tuve que pagar con el pisto que me habían dado del premio.

— Lo engañaron.

— Sí, sí. Pero a los dos días otra vez la misma babosada. Que hoy sí, todos tenemos que pagar, que no sé qué. Llegamos al bar y todos comenzamos a pedir. A la hora de pagar, nadie tenía nada.Y todos se me quedaban viendo pensando que yo tenía dinero. Entonces, ellos tuvieron que dejar sus pertenencias. Ese fue el pago.

— ¡Jajaja!

— Pero todo era camaradería. Claro, los meseros nos conocían y sabían que éramos jodarria. En uno de los periódicos que editábamos, que se llamaba La Jodarria, poníamos: “¿A dónde van nuestros hijos?, a ponerse a verga a El  Paraíso”. ¡Jajaja! Era un bar de mala muerte.

Foto D1: Salvador Sagastizado

***

Los libros y viajes en tranvía

Nació en abril de 1939. En la pequeña ciudad de Izalco, Sonsonate. Se crió con su abuela. A los siete años comenzó a sentir atracción por los libros. Cuando hacía sus primeras lecturas descubrió que tenía memoria fotográfica. No le costaba recordar las cosas.

Le gustaba declamar poemas, tanto, que para los eventos cívicos escolares siempre lideraba algún acto. Sus regalos predilectos eran los libros. Eso le pedía a su abuela cuando ella le ofrecía comprarle  algún juguete.

Pero los libros en Izalco eran escasos, difíciles de conseguir. Ante la ausencia de bibliotecas y librerías, pagaba tres centavos para trasladarse en un tranvía halado por caballos hasta la biblioteca departamental.

Rodeado de volúmenes antiguos sentía que vivía, porque su vida eran los libros. Leía de todo. Pero fue una lectura que lo marcó para siempre. El libro “Mentiras y verdades” del escritor izalqueño Francisco Herrera Velado, tío del poeta Oswaldo Escobar Velado.

“Yo tengo la primera edición de ese libro que apareció en 1923. Herrera Velado cuenta todas las cosas que sucedían en su medio; que era un medio pequeño burgués, de cafetaleros y productores de tabaco. Era un mundo de terratenientes. Él plantea cosas como el uso de nahuatlismo. Ese libro para mí fue un impacto. Siempre lo anduve cargando”, recuerda.

Por esa época conoció a Claudia Lars, quien llegaba a pasar sus vacaciones en una casa ubicada contigua a la de su abuela.  “Yo tenía un instinto de meterme en esto de la literatura y con Claudia conseguía  libros”.

Cuando finalizó el bachillerato se mudó a la capital. Tenía 16 años. Comenzó a estudiar periodismo en la Universidad Nacional e ingresó en distintos círculos literarios. Conoció al poeta y abogado  Oswaldo Escobar Velado, con quien trabajó en una revista periodística llamada Gallo Gris.

“Eso fue entre 1955 y 1956. En esos años sacar una revista con pasta roja era peligrosísimo. Era sinónimo de comunismo. Pero aún así logramos publicar, por ejemplo, un artículo de Miguel Ángel Asturias que causó un gran impactó. El texto se titulaba “La influencia de la literatura rusa en la literatura latinoamericana”, detalla.

Cea recuerda que un grupo de jóvenes se reunía en torno a Escobar Velado, quien era el director de la revista que se publicaba cada mes. En esa época comenzó a publicar sus primeros libros de poesía.

En esos mismos años, junto a Tirso Canales y Roque Dalton crearon un noticiero llamado “A mediodía”. La noticias eran transmitidas en la radio YSKL. Pero debido a las críticas que lanzaban, fue censurado por el presidente José María Lemus.

Los días sábados tenían un programa denominado “Antología de la palabra: Toro y Espuma”. Ahí aprovechaban pare declamar sus poemas. Era la génesis de una generación que florecía poco apoco.

***

Roberto Cea tiene mucha imaginación. Habla sin parar. Recuerda fechas, lugares y anécdotas con facilidad. Su memoria es equiparable a una gruesa enciclopedia donde parece estar  escrita la historia de El Salvador.

Si de algo está convencido a sus 76 años, es que el mejor combustible para vivir es la autenticidad y la coherencia entre las ideas y la forma de actuar.  Quizá eso explique el porqué no ha encajado en un cargo público, ni siquiera en los últimos dos gobiernos de supuesta línea  de izquierda.

— En el gobierno del presidente Mauricio Funes su nombre sonó como uno de los posibles candidatos a dirigir CONCULTURA, ¿por qué cree que no lo eligieron?

—  Al final no me escogieron porque quienes mandan aquí les doy miedo, porque yo trato de ser independiente en ciertos criterios que sean necesarios al momento histórico que necesita el país.

—  ¿Después  trabajó como consultor del Ministerio de Educación, verdad?

—  Fue en 2010 y 2011, mientras estuvo de viceministro Eduardo Badilla Serra. Hice un diagnóstico sobre el modelo educativo que se llama “Descolonizando las conciencias mientras se descoloniza la sociedad”. Claro, los tecnócratas que estaban en el MINED se asustaron, porque lo que planteaba era algo integral.

Cea se pone de pie y hurga entre un rimero de papeles que están en el piso. Saca un voluminoso folder y durante varios minutos explica a detalle el planteamiento que los “tecnócratas” ignoraron.

Foto D1. Salvador Sagastizado. De derecha a izquierda: Manlio Argueta, Roberto Cea, Alfonso Kijadurías, en casa de Oswaldo Escobar Velado en 1954.

***

La Generación Comprometida

El presidente Óscar Osorio – quien gobernó el país de 1950 a 1956- envió a un selecto grupo de jóvenes talentos a estudiar a Europa. Entre ellos estaba el poeta Italo López Vallecillos, quien recibió una beca para estudiar periodismo en España.

“Italo regresó al país en 1956 y se encontró con un grupo de jóvenes que ya estábamos acercándonos. En ese año todos vivíamos en San Salvador. Yo pertenecía a una organización juvenil llamada “5 de Noviembre”. Hacíamos actividades como leer poesía en los parques”.

López Vallecillos logró que se fundara la Editorial Universitaria. En ese mismo año, Roque Dalton regresó a El Salvador proveniente de Chile. Ya se había incorporado al Partido Comunista. Y es entonces que se crea el Círculo Literario Universitario que aglomera a escritores que dan vida a la Generación Comprometida.

El grupo fue bautizado con ese nombre por Italo López Vallecillos, quien traía influencia del filósofo francés Jean-Paul Sartre. Con el papel que sobraba de la Editorial Universitaria imprimían La Pájara Pinta, una revista de corte cultural.

También salió un periódico llamado La Jodarria, que lo editaba Roque Dalton, Tomás Guerra, Manlio Argueta, Roberto Cea y otros escritores más que criticaban al gobierno en las páginas de ese diario clandestino.

“Era un periódico irreverente, sarcástico, que costaba caro porque después había que desaparecer todo ese material.  Ahí hasta una bomba nos pusieron”, recuerda

Los roces con escritores que eran más afines a los gobiernos militares estaban latentes. Tal era el caso de Waldo Chávez Velasco y Álvaro Menen Desleal. Cea recuerda una anécdota.

“Cuando murió el director de El Diario de Hoy (Napoleón Viera Altamirano) sacaron una carta mía apócrifa diciendo que yo me condolía de la muerte de Altamirano. Y yo no tenía nada que ver con eso. Lo había redactado Álvaro Menen Desleal con Rafael Hasbún, quienes eran servidores del gobierno. Yo mandé una carta diciendo que no tenía nada contra Viera Altamirano, que sentía la muerte del señor, pero que eso no lo había escrito yo. Tiempo después me enseñaron el documento original y comprobamos que había sido redactado en la máquina de Menen Desleal. Eran parte de las luchas ideológicas que había”, dice.

***

Afuera llueve. El cielo ha oscurecido. Un foco de luz cenital ilumina la habitación en la que aún continuamos charlando.  En el escritorio hay fotografías de antaño y ediciones de libros antiguos.

Llama mi atención una de las imágenes donde Roberto Cea está junto a Manlio Argueta, Alfonso Kijadaurías y Tirso Canales. Están muy jóvenes y aparecen sentados en un sofá, en la casa de Oswaldo Escobar Velado.

—   ¿Eran muy amigos?, pregunto.

—   (Asiente con la cabeza y un aire de melancolía recorre su rostro).

—   ¿Y ya no se reúnen?

—    Muy poco. Manlio se ha perdido en algunos planteamientos. Yo realmente lo creía más inteligente y hoy me he dado cuenta que no, por todo lo que está haciendo.

—   ¿Imagino está molesto con él porque aceptó trabajar con gobiernos de ARENA?

—    (Asiente de nuevo y responde luego de un corto silencio) No, yo no tengo problemas con nadie. Mire (Cea me extiende un pequeño papel donde se lee: “Dice Manlio que por qué estás así con él”). Es un recado que me envió con una amiga.

Sus labios reflejan una afectuosa sonrisa mientras observa una fotografía añeja donde aparece junto a Manlio en el suelo árido del volcán Irazú de Costa Rica.

Foto D1: Salvador Sagastizado. Roberto Cea con Manlio Argueta y Ernesto Cardenal en el volcán Irazú de Costa Rica.

***

Los exilios y  la imprenta

En los años sesenta trabajó con un grupo de guerrilleros que recién habían fundado el Frente Unido de Acción Revolucionaria (FUAR), coordinado por Schafik Hándal, que  se oponía al régimen militar.

“Yo era responsable de todas las publicaciones de la organización. En el primer escrito que sacó  COPREFA, señalando a los responsables de la guerra, yo era el tercero de la lista. El primero era Salvador Cayetano Carpio y el segundo Shafick Handal.  Alguien decía que yo pagaba con el oro de Moscú. Y yo me preguntaba, ¿cuál oro de Moscú?”.

A inicio de los años setenta vivió en Chile y trabajó en la editorial del presidente Salvador Allende. Regresó al país después del golpe de Estado orquestado por Augusto Pinochet. Pero, la experiencia adquirida le sirvió para montar, en 1973, su propia editorial. La bautizó con el nombre de Canoa Editores.

“Lo primero que hice fue hablar con los profesores para que apoyaran el proyecto. Les conté que en Chile los profesores trabajaban en cooperativas. Creamos una cooperativa,  pero el problema fue que ellos pensaron que así como se imprimían los libros, se iban a vender. El cuello de botella es la distribución. Entonces, ellos comenzaron a recibir los libros y no los pagaban. Todo se vino abajo”, evoca.

Durante la guerra, Cea se dedicó al trabajo editorial. Su libro más vendido fue uno que estaba compuesto por tres tomos: Letras I, II y III. También publicó algunos libros de poesía, ensayos y narrativa.

Estuvo exiliado en Guatemala, Cuba y Costa Rica. Ahí trabajó en la reconocida Editorial Universitaria Centroamericana (EDUCA), fundada por Italo López Vallecillos. Recuerda que antes que Roque regresara a El Salvador para integrarse a la guerrilla, dejó dos libros  para que se los editaran. Uno era “Pobrecito poeta que era yo” y el otro “Miguel Mármol y los sucesos de 1932”.

“Cuando salió el libro de Roque, Miguelito estaba en contra del libro. Nos hizo llegar un documento donde planteaba las críticas a ese libro. Nos decía que en algunos pasajes contradecía la línea del Partido Comunista que él había fundado en los años 20. Yo hablé con Italo, le enseñé el documento y me dijo que ya lo había visto. ¿Qué vas hacer?, le pregunté. Hay que publicarlo, me dijo.  Sí, pero consultá, porque a Roque lo acaban de matar en El Salvador y este documento de Miguel  va a justificar su asesinato y eso no lo permitás, le dije. Entonces, Italo se guardó ese documento”.

***

En la actualidad, Cea continúa escribiendo. Tiene al menos seis libros inéditos, entre estos, un poema de más de 500 cuartillas llamado “Xipe Tótec con bolivariana carta”. También un libro anecdótico titulado “La última tarde con Roque”.

Todos los días se levanta a las cinco de la mañana.  Escribe, revisa textos y da de comer a su perro, un Caniche que permanece junto a él casi todo el tiempo. En el plano económico, sobrevive de la venta de sus libros. Aunque ahora la editorial ya no funciona como antes.

Hace unos meses recibió una propuesta que no pudo más que tomarla a broma. Roberto Cañas, un exlíder guerrillero que compitió por la alcaldía capitalina en la recién pasada elección,  le llamó para decirle que si quería acompañarlo como concejal.

—  ¿Y qué le contestó?, cuestiono.

—  Me puse a reír y le dije que yo no era serio para esos volados. Puta y eso, me dijo.  No, yo no, le contesté. ¡Jajaja!

—  ¿Aún se considera un hombre con pensamiento de izquierda?

—  Yo antes que toda ideología tengo una conciencia crítica. Eso es lo único que sostiene la autenticidad.  Si yo me demuestro que soy honesto conmigo mismo, soy honesto con los demás. Pero si no, no soy honesto con nadie.

—  ¿Todavía se siente un hombre comprometido?

—  Es que mire, acá  tenemos unos políticos ignorantes. Aún siendo de izquierda. Yo se los he dicho y conmigo se molestan, pero yo solo tengo compromiso con la honestidad, con ser coherente con mi discurso. Y si por eso me toca estar como estoy, pues así me estoy. No tengo ningún problema.

Al decir eso, Roberto Cea se pone de pie. En seguida comprendo que la plática ha terminado. Bajamos las gradas en silencio. Afuera está oscuro. La lluvia ha dejado de caer.




Foto D1: Salvador Sagastizado. Cea explica su programa educativo.
Fuerza Histórica Latinoaméricana.

Fuerza Histórica Latinoamericana

Saludos y bienvenida:

Trovas del Trovador


Si se calla el cantor, calla la vida...inspirate,instruyete,organizate,lucha,rebelate.



Saludos y bienvenida:


Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida...
Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos.

Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos.

Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más...

A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado.

Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia...

Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos?

Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista.

No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente.
Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo.

Fraternalmente, Trovador


UN DÍA COMO HOY, 12 de febrero de 1973, los principales periódicos de El Salvador difundieron fotos de la muerte de los compañeros José Dima...