Saludos y bienvenida: Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida... Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos. Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos. Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más... A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado. Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia... Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos? Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista. No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente. Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo. Fraternalmente, Trovador

jueves, 28 de enero de 2016

Los generales, la inteligencia y el poder


Dagoberto Gutiérrez*


Cuando los generales decidieron matar a los sacerdotes jesuitas y a sus empleadas el 16 de noviembre de 1989, lo hicieron con plena conciencia que estaban eliminando a un enemigo, que estaban matando a una inteligencia que se oponía a su poder, que era subversiva y que ellos eran parte de la ofensiva que la guerrilla desató en ese mes de noviembre de ese año.

La noción de poder apareció en la cabeza de estos jefes militares al considerar que ellos estaban en capacidad de matar a todo aquel o aquella que entrara en su línea de fuego, es decir, que una vez que fuera considerado algo o alguien cercano o aliado de las fuerzas guerrilleras, que desataron su efectiva ofensiva y enfrentaron con éxito al ejército gubernamental, podía ser aniquilado físicamente.
Es cierto que en la decisión influyó una especie de angustia y agotamiento operativo, porque estos jefes probablemente se consideraron superados, o gravemente presionados, por nuestras fuerzas y nuestra ofensiva, y tomaron una decisión supuestamente operativa, como la tomaría cualquier capitán en un momento apremiante, como romper un cerco o retirarse de una zona. Esta sería una reflexión correcta, pero no creo que esto haya sido el móvil determinante.

Es claro que la UCA de esos años era una voz llena de inteligencia, de valentía y de una intelectualidad que funcionaba como tal. Todo esto la colocó en la mira de las fuerzas más conservadoras del país, entre ellas la fuerza armada.

No olvidemos que la decisión fue invadir las instalaciones de la UCA sin ocuparla militarmente. El operativo tuvo una dirección exacta y golpeó el lugar donde ellos se encontraban. Sabían que ahí estaban durmiendo. Invadieron sus dormitorios y sus locales privados, los capturaron y los mataron de inmediato, sin trasladarlos a otro lugar y sin perder tiempo. Eliminaron a sus empleadas para deshacerse de testigos. Toda esta precisión y hasta exactitud nos lleva a concluir que se basaban en información y certeza de la ubicación exacta de quiénes eran los que estaban durmiendo en ese lugar y la orden operativa que la fuerza cumplió fue la de eliminar físicamente a este grupo.

Esta decisión la tomó el mando del ejército gubernamental como reacción ante la ofensiva guerrillera, es decir, fue una decisión para golpear a la guerrilla, y una vez puestas las cosas en este terreno, la tela de araña se convierte en maraña, porque los generales sabían que no se trataba de guerrilleros ni de mandos de ningún tipo y el trabajo mínimo de sus aparatos de inteligencia tenían que saber, por el control ejercido, que los sacerdotes no tenían ninguna relación operativa de ningún tipo con la fuerza guerrillera. Por eso la decisión fue la de eliminar a estos intelectuales por ser intelectuales.

Para estos jefes militares, el hecho de ser intelectuales significaba que eran aliados o sustentadores, de alguna manera, de la rebelión que les estaba amenazando y que era, ante todo, una amenaza muy inteligentemente organizada y brillantemente ejecutada. Sin duda, por eso, decidieron dejar a la guerrilla sin su sustentación ideológica y filosófica para poder derrotarla y cortar su ofensiva.

No es difícil entender que la base teórica de esta decisión y la decisión misma no valen nada militarmente y valió menos políticamente pero grafica a la perfección la naturaleza del poder que los sectores dominantes ejercen en nuestro país. Es cabalmente la filosofía de ese poder que autoriza el aniquilamiento de aquellos que se resistan o amenacen los intereses dominantes, sea cual sea la forma de esa resistencia y las circunstancias en que ésta se ejerza.

En el asesinato de los sacerdotes jesuitas, los jefes militares realizaron una operación militar pero también política y tomaron una decisión abundantemente ideológica y totalmente criminal porque establecieron que para el mando del ejército gubernamental no había ningún límite ni frontera, que podían entrar a cualquier parte y matar a cualquiera. En todo esto se equivocaron.
Por qué afirmamos esto?
La decisión asesina de las fuerzas armadas no afectó militarmente a las fuerzas guerrilleras. En tal sentido, el ejército gubernamental no ganó la guerra, y en esa medida la perdió; mientras que el ejército guerrillero no perdió la guerra, y en esa medida la ganó. Esta pérdida del ejército gubernamental se encuentra expresada en el Artículo 212 de la Constitución, en sus dos primeras líneas, en las cuales se está diciendo, aún sin expresarlo directamente, que las fuerzas armadas dejaron de ser la clase gobernante, calidad que ejerció desde 1932, cuando se montó la dictadura militar de derecha contra la cual se llevó adelante la guerra civil.

En el terreno político, este crimen elevó el prestigio, la justeza y la necesidad de la ofensiva guerrillera en todo el mundo. Mostró al ejército gubernamental como un ejército asesino y abrió las puertas para las acciones legales de las autoridades españolas que en 1998 celebraron un tratado de extradición con el Estado de El Salvador, cuyos términos han sido puestos en marcha.

El crimen aceleró, ciertamente, el fin de la guerra, de manera negociada. Para Washington, sostenedor y director de la guerra gubernamental, había llegado la hora de negociar, y, a contrapelo del ejército gubernamental, de la oligarquía y de los partidos derecha, echaron a andar la negociación.

En el terreno ideológico, la negociación quebró el modus operandi histórico de una clase dominante que nunca usó ni usa el consenso para ejercer su poder, y nunca se ha preocupado por parecer o aparecer como clase dirigente. Siempre se han asegurado de ser los dominantes. Cuando se vieron obligados a negociar con la guerrilla, lo hicieron presionados insuperablemente por las circunstancias de no habernos derrotado militarmente. A diferencia de 1932, cuando el ejército resulta victorioso contra campesinos insurgentes y desarmados, y la oligarquía ordena una matanza prolongada, en esta ocasión, el ejército no supo defender a los señores oligarcas y debió pagar el precio de la negociación. Con mucha más razón al aparecer asesinando a ciudadanos españoles.

Hay que agregar que esta indignación internacional por el asesinato de los jesuitas no se había aparecido en la misma forma y dimensión que cuando se trató de las tantas masacres de campesinos, pobladores y trabajadores, de las que tuvo conocimiento la opinión pública nacional e internacional. Este caso, al superar todos los límites, aisló al ejército y su oligarquía rectora no tuvo más que negociar.

A 26 años de distancia del crimen, el ejército gubernamental guarda silencio institucionalmente. Los diferentes aparatos estatales no vacilan en impedir el cumplimiento jurídico de compromisos contraídos. El poder establecido es ciego y sordo ante la necesidad del esclarecimiento de los hechos; sin embargo, la maquinaria jurídica de las autoridades legales españolas sigue su marcha y la situación es inciertamente llena de sombras porque los hechos no pueden ser enterrados y mucho menos olvidados ni ignorados. Estos son como campanas sin campanario que repiquetean, segundo a segundo, en la conciencia de todos los hombres y mujeres de este país, honrados y de buena voluntad. Por eso, las banderas de dignidad siguen y seguirán de duelo por todos los caídos y por los sacerdotes jesuitas y sus empleadas.

*Vicerrector de la Universiad Luterana Salvadoreña

El prolongado viaje de El Solido



Dagoberto Gutiérrez*

Era un cuarto de mesón en el Barrio Apaneca de Chalchuapa, a cuadra y media del cementerio. El piso era de ladrillo de barro, el techo de teja y sin cielo. Las paredes habían sido pintadas de cal, por lo que lucían con un color blanco hueso. Todas las noches, la única puerta que daba a la calle tiraba al andén la luz resplandeciente de un foco encendido.

Era el local del partido Unión Democrática Nacionalista, y eran los años en que se construía la alianza maestra entre los partidos Demócrata Cristiano, Movimiento Nacional Revolucionario y el UDN, como se llamaba a la Unión Democrática Nacionalista. Todas las noches había una intensa actividad política en ese pequeño local. Se llenaba de jóvenes, obreros y campesinos que acudían a enterarse de las últimas noticias, a entender los acontecimientos y a incorporarse en la confrontación que minuto a minuto se construía. Ahí se organizaban actividades de propaganda, de pinta y pega, se escuchaban informes sobre la situación en las fincas de café, y se trazaban lineamientos sobre las relaciones locales con la Democracia Cristiana local.

Uno de los jóvenes, de esos que no faltaban noche a noche, era Salvador López, pequeño de estatura, ancho de hombros, de manos y brazos fuertes, de rostro grande y de frente despejada, de cabello lacio, de boca y nariz bien proporcionada. Su voz no llegaba a ser fuerte y era, más bien, reposada, pero firme y enfática, y cada palabra era pronunciada de manera acentuada, parecía poner la vida en cada cosa que decía, y mucho compromiso en cada frase.

Salvador era de los jóvenes que son llamados serios, aunque era muy sonriente y muy bromista, y con una gran capacidad de comunicación con todas las personas, pero lo serio dependía de su capacidad de compromiso y de su entrega a aquello en lo que creía.

Los militantes del Partido eran gente trabajadora de la ciudad y del campo, de origen popular, y de las condiciones más diferentes, por ejemplo, el jefe de las patrullas del barrio, Toño Zurita, portaba su corvo envainado, como todo patrullero, y no faltaba a las sesiones del partido y gozaba de toda la confianza. También participaban profesores, pequeños empresarios, estudiantes, artesanos, y todos con mucho fervor y vocación de compromiso.

La confrontación creció hasta convertirse en guerra, el conflicto se desconoció por el bloque dominante, que ni abordó y mucho menos solucionó el conflicto, y la guerra se hizo inevitable.

La matanza de revolucionarios y de patriotas llenó de sangre las calles y los caminos, y en una de esas noches de cuchillos largos, Toño Zurita y su esposa fueron asesinados. Otros militantes aparecieron muertos en el camino, otros desaparecieron, y todo quedó listo para que la resistencia armada le diera continuidad al proceso político.

Salvador López no vaciló ni un segundo en incorporarse a la guerra y empezó así su estampa guerrillera en el Cerro de Guazapa. Aquí, en las estribaciones de este cerro heroico se ganó el sobrenombre de El Sólido por su dureza ante los rigores de la guerra de guerrillas, por su capacidad de resistencia y por su fuerza. Y finalmente, por su extraordinaria resistencia ante las heridas de guerra más graves. En una de esas heridas abdominales, que resultan ser muy complicadas, y luego de una operación guerrillera muy azarosa, con poca luz, en los barrancos del cerro y contando prácticamente solo con la pericia del médico, El Sólido amaneció al día siguiente cantando una canción, pero ese mismo día se desata un operativo del enemigo y centenares de soldados aparecían ascendiendo el cerro hacia nuestras posiciones, y así, en medio del asedio enemigo, decidimos sacar a EL Sólido en una hamaca, y él aceptó hacer ese viaje en el que podía perder la vida. Sin embargo, fue puesto en San Salvador, en una clínica, hasta que meses después estaba de nuevo en el frente, fresco como una lechuga. Así era este combatiente.

Las Fuerzas Armadas de Liberación (FAL), ejército del Partido Comunista, ponderaba la firmeza y entrega de este combatiente y sus compañeros reconocían a EL Sólido como un ejemplo a seguir.

Luego de sobrevivir, de regresar una y otra vez al frente de guerra, se logra que Salvador salga a curarse al exterior y así se establece durante algún tiempo en Italia y Bélgica, junto a Teresita, enfermera belga de la guerrilla de las FAL en el cerro de Guazapa. Años más tarde enferma de leucemia y otras dolencias generadas por sus heridas. Lo aqueja una diabetes y malestares estomacales, y a todo esto hace frente con estoicismo y optimismo. Logra curarse, según afirmaba, de la leucemia, en base a tratamientos médicos no ortodoxos.

Finalmente regresa al país y se domicilia en Quezaltepeque. Rápidamente se ubica y opta sin vacilación por las luchas populares que no reconocen al gobierno de turno, ni como de izquierda ni mucho menos como revolucionario. Se incorpora a las luchas de su comunidad, por el agua, por sus derechos, por el medio ambiente sano y por la organización más fuerte, segura y estable.

Trabaja en eso de una manera febril, en compañía de su hermana menor, Dina, y sus hijos, sus sobrinos. Este es su grupo familiar, mientras se interna cada día más en el bosque frondoso de la resistencia popular.

El sábado 16 de enero del corriente año estalla la crisis de su salud, cae al piso semiparalizado, se levanta afirmando que estaba bien. Asiste a una reunión de la directiva de su comunidad, y a su regreso, ante la expectativa y el temor de su familia se acuesta, como todos los días. Sin embargo, este no sería un dia normal porque en la madrugada del domingo 17 sufre una y otra vez de convulsiones desastrosas. Su familia lo traslada presurosa al hospital. A los médicos les sorprende las abundantes heridas en su cuerpo y preguntan mucho sobre él. Su familia responde a medias porque apenas tiene un año y medio de haber regresado al país y porque además no saben todo lo que El Sólido transporta en su cuerpo, en sus heridas y en su memoria.

Muere en el hospital en esa madrugada, terminando así el largo viaje de una vida convertida en compromiso y de una lucha sin dobleces. El lunes 18 de enero es enterrado en el cementerio de Chalchuapa, en el pueblo que lo vio nacer y donde se formó como revolucionario y comunista, bajo el llanto rumoroso de los árboles de mango y con el viento musical que sacude y hace temblar los cementerios. Ahí reposa, finalmente, Salvador López, El Sólido. El viaje sigue porque la memoria que no cesa se fortalece día a día por los hombres y mujeres que se entregan a las luchas que son hoy más necesarias que nunca.

*Vicerrector de la Universidad Luterana Salvadoreña

miércoles, 27 de enero de 2016

Romper un candado: asalto al cuartel El Paraíso 1983


Róger Lindo


El jueves a las 6 p.m. será presentado en la UCA El secreto de El Paraíso, obra de Armando Salazar que sigue paso a paso la decisión y maniobras de la guerrilla previo al asalto del cuartel El Paraíso, Chalatenango

Una tarde de finales de diciembre de 1983, un contingente de guerrilleros con zapatillas negras, armas cortas y extraños aparejos de bambú se concentró en El Trigalito, un área remota de pinares y vientos helados en el corazón de Chalatenango, listos para salir en misión.

Los combatientes de las unidades de vanguardia (UV) que los observaban apenas podían creer que estos muchachos de aspecto estrafalario estaban destinados a penetrar el más inexpugnable de los cuarteles del Ejército, edificado según un patrón diseñado por estrategas estadounidenses.

Este peculiar contingente eran las FES, las fuerzas especiales selectas del FMLN, las mejor motivadas, las más disciplinadas y formidables del hemisferio en esa época. Era el 30 de diciembre. Se encaminaban a asaltar la Cuarta Brigada de Infantería, mejor conocida como El Paraíso, un cuartel ubicado en una explanada a 20 kilómetros de la ciudad de Chalatenango, y a 90 de San Salvador.

“Se le dijo a todo el mundo: señores, vamos para El Paraíso, vamos a hacer este asalto, vamos a tomarlo, vamos a aniquilarlo”, recuerda Felipito, el jefe de las FES. Un hombre de baja estatura, flaco, de mirada concentrada, que nunca alza la voz.

Esta operación de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL), una de las fuerzas del FMLN, fue denominada “Unidos venceremos a la dictadura y la intervención imperialista”. Ha sido reconstruida paso a paso por el escritor Armando Salazar a partir de decenas de consultas y entrevistas con excombatientes y antiguos jefes guerrilleros que participaron en las acciones y en la planificación. El producto de esa investigación es El secreto de El Paraíso, editado por UCA Editores. El libro será presentado por su autor este jueves a las 6 p.m. en el auditorio Segundo Montes, edificio ICAS de ese centro de estudios.

La Cuarta Brigada era el bastión estratégico del Ejército en la zona norte del país, base de sus ofensivas de contrainsurgencia, centro de gravedad del régimen en la zona norte. Albergaba dos compañías. 800 hombres. A pesar de que el Ejército salvadoreño ya había experimentado sorpresas a cargo de las unidades especializadas del FMLN –fuerzas especiales de la guerrilla destruyeron una parte considerable de las aeronaves en el aeropuerto militar de Ilopango en 1982– este ataque en la víspera del Año Nuevo tomó de sorpresa al Estado Mayor del Ejército.

“Durante los años 1980-81”, describe Salazar, “el control político-militar del territorio de Chalatenango parecía la piel de un leopardo. El control del Ejercito se entrecruzaba con el control guerrillero”. El mapa empezó a cambiar en 1982 con el ataque guerrillero al puesto militar de San Fernando, dirigida por Hugo “El Negro”, un internacionalista argentino. Luego las FPL llevaron a cabo una campaña para destruir las posiciones del Ejército en los alrededores de La Montañona y el oriente del departamento.

 
Una maqueta de cinco metros

El Paraíso era supuestamente imbatible. El cuartel estaba defendido por alambre de púas, obras de fortificación, un sistema de iluminación nocturna, patrullas móviles, postas fijas, patrullas, contraseñas y, lo más temible, la Guardia de Prevención, un emplazamiento con oficiales y tropas listas para entrar en combate de noche y de día. Un vehículo blindado y apertrechado custodiaba la entrada de las barracas.

Sin embargo, los exploradores de las FES pacientemente fueron desentrañando los secretos defensivos de El Paraíso a lo largo de varios meses de penetraciones nocturnas, invisibles a las postas y el sistema defensivo de la instalación. Al mismo tiempo, se sometían a un entrenamiento riguroso. Mardey, un de los integrantes originales de la FES cuenta que apenas dormían. “Estábamos en instrucción durante el día y a veces en la noche”, y los y los simulacros de alarma ocurrían a medianoche y en la madrugada. Levantarse, equiparse y calzarse les tomaba 37 segundos, aquello en las noches gélidas de El Trigalito, a 1,600 metros de altura, batida la altura por las ventiscas y la lluvia helada.

“Aprendimos a utilizar el camuflaje, diferentes tipos de armas, el TNT, los tiraflectores, las cápsulas detonantes... Hicimos prácticas de tiro, de llegar a la puerta... aniquilar con la subametralladora o con la pistola al centinela... tirar la carga hacia el interior”, narra Felipito.

La guerrilla había obtenido alguna información interna de la brigada, ofrecida por desertores y soldados que habían sido capturados en combates anteriores: detalles sobre la disposición de las cuadras, el terreno y los oficiales. Un desertor del batallón Atonal, por ejemplo, delató la ubicación de los cubículos de los oficiales y la conformación de los dormitorios de soldados.

Pero el grueso de la información se recabó gracias a la pericia y el sigilo con que operaban combatientes como Félix, Manuelón, Tony El Tunco, Andrés, Mardey, Jorge, Vidal y otros. “Ya cuando tenés tu objetivo, te enfocás en las características del terreno. Si el terreno es falda, vos vas a hacer ejercicio de incursión en falda, y buscas el terreno más parecido. Si las piedras se resbalan al nomás poner el pie, en ese tipo de terreno vas a ir a entrenar”, dice “Mardey” quien era instructor de grupo. Se cubrían el cuerpo con tile o parches de tela de camuflaje, café si el terreno lo pedía. Se infiltraron al complejo militar por turnos, una y otra vez, y en cada incursión penetraban más hondo, aprendiendo algo nuevo. Los topógrafos de la guerrilla usaron esa inteligencia para elaborar una maqueta de cinco metros de largo, curvas de nivel incluidas, un modelo a escala del objetivo. En cierto momento, los intensos reflectores del cuartel se erigieron en obstáculo formidable para seguir explorando. Entonces el mando envío a sabotear la electricidad en las horas de exploración. Se iba la luz desde Apopa y Aguilares hasta Chalatenango.

“Vimos los dormitorios. Vimos la hora de los relevos. Vimos que había uno en cada puerta de los dormitorios”, recuerda Felipito.

Cada grupo de exploración elaboraba un mapa a partir de sus incursiones, pero desconocía los mapas y los detalles específicos de las exploraciones de los otros grupos. Sólo un grupo de la cúpula militar de las FPL tenía el cuadro completo del teatro.

 
‘Zapatillas de viejita’ y bloques de TNT

El núcleo inicial de la FES, 25 combatientes, se nutrió con los mejores elementos de los distintos destacamentos de los frentes, hasta completar una fuerza de 125 comandos. Antes de partir a la tarea, el jefe militar de la maniobra, Dimas Rodríguez, arengó a la tropa. “Dijo que era una operación muy determinante, y que era como romper un candado”, rememora un combatiente en el libro.

Los zapatos que utilizaban eran de tela suave y suela delgada, zapatillas de viejita”, recuerda Rafita de la FES. Al verlos partir al combate, sus compañeros de las Unidades de Vanguardia (UV) se burlaban de ellos; decían que a matar culebras iban con esas varas. A una compañera que los vio partir, el aspecto de sus compañeros le hizo pensar en un grupo de actores camino a presentar una pieza de teatro.

Los extremos de las varas de bambú remataban en sendos tacos de TNT, 400 gramos cada bloque, afianzado con hilo, papel y parafina: el arma principal de la FES.

La maniobra de las FPL, dice Salazar, cubría casi la mitad del departamento de Chalatenango. Destacamentos de UV aguardaban ocultos fuera del complejo el momento de la oleada de asalto. El batallón K-93 se desplegó al occidente del objetivo, ocupando posiciones en el área de la carretera Troncal del Norte. El SA-7 se ubicó en el pueblo de El Paraíso y montó una contención en el camino a Santa Rita. El SS-20 fue enviado a sitiar el Destacamento Militar 1 en la ciudad de Chalatenango. Su misión era fijar a esa tropa para impedirle acudir en auxilio de El Paraíso. Había guerrilleros en varias lomas y alturas, incluyendo unidades antiaéreas, de logística y aseguramiento, puestos médicos y unidades de milicias populares, a la espera de que las FES rompiera los muros del cuartel.

Simultáneamente, el FMLN había preparado una operación con hombres rana para volar el puente Colima, que comunica Chalatenango con San Salvador. El plan era transportar las cargas explosivas en una balsa, valiéndose de la lechuga o ninfa gigante que crece en el lago como camuflaje.

La mayor parte de los combatientes movilizados para la tarea no fueron informados de la razón de la maniobra hasta la noche del 29 de diciembre, horas antes del ataque. De los jefes de pelotón para abajo ninguno estaba en el secreto de El Paraíso.

A las 7 de la noche el cuartel lucía iluminado. “Todos lo mirábamos” dice Héctor, entonces capitán. Los grupos de la FES ya estaban adentro, avanzando, avanzando. Las destacamentos empezaron a acercarse a la instalación. Poco después de la medianoche se fueron las luces. A las 2 de la madrugada del 30, encaramado en una loma junto al resto del mando, Dimas dijo: “Ya es la hora, ya es la hora”. A las 02:02, un soldado con la camisa desabotonada se asomo a un costado de la Guardia de Prevención del cuartel. Frente a él había dos raras figuras que llamaron su atención. “¿Qué pasa?”, pregunto.

Rafa Chicuache, del comando de Mardey, levantó su fusil.

Ahí comenzó la toma de El Paraíso.

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(*)Róger Lindo es escritor y periodista.

martes, 26 de enero de 2016

La matanza de 1932 y la apropiación partidaria


 Elena Salamanca
 
 
"Todos nacimos medio muertos en 1932", dice en un poema Roque Dalton, otra figura que ha sido apropiada por el partido FMLN, a pesar de las paradojas y la impunidad de su asesinato, surgido en el seno de la misma izquierda.
 

Documental "1932: cicatriz de la memoria", del Museo de la Palabra y la Imagen.

I

Mi abuelita Iya, mi bisabuela, nacida en 1904 en Piedras Pachas, Izalco, solía contarme sobe "la matanza", lo que ella llamaba "la guerra" y "la entrada del comunismo". Ella, con mi abuela de meses en sus brazos, bajó en enero de 1932 de su casa en Dolores Izalco hacia el desvío hacia Sonsonate para buscar leche, se le había secado el pecho para amamantar a mi abuela. Cuando llegó a Asunción, vio zanjas con gentes, y gentes deshechas: ojos, intestinos, hígados, vísceras. Todo esto me contaba la Iya y yo creía que era un cuento más de los que se inventaba, siempre me contaba un cuento antes de dormir.

Un día, el año 2000, en una vigilia de los mártires de la UCA, entré al auditorio Ignacio Ellacuría: ahí estaba Santiago Consalvi, presentado 1932, Cicatriz de la memoria. La Iya había muerto en 1992 y lo que me había dicho era verdad.

Después de ese encuentro con la memoria de 1932, yo entré en una búsqueda, personal y bibliográfica, medio obsesiva, al punto de que uno de mis trabajos de graduación de la UCA fue precisamente sobre la manipulación de la prensa salvadoreña alrededor de la matanza en enero de 1932.

La posguerra propició, después de 50 años, que la producción académica y los intereses sobre la memoria y la historia oral finalmente se dedicaran a despejar las sombras que los mitos habían levantado sobre la matanza de indígenas de enero de 1932, en la zona occidental del país. También esta floración académica desató jardines fértiles alrededor de lo emotivo que fueron usados por instituciones y personajes con fines menos académicos.

La matanza de 1932 tiene un gran componente simbólico y este simbolismo deviene en lo emotivo. Eso mismo es lo que nos lleva a apropiarnos de un hecho, la empatía con los que sufrieron y desaparecieron, con la identidad que sentimos arrebatada, y esa emotividad lleva en algunos casos a la necesidad de luchar contra la impunidad en uno de los países más impunes de América Latina.

II

Cada aniversario de la matanza, en las redes sociales leo opiniones demasiado ideologizadas para explicar este hito histórico. Y aunque mi bisabuela vio la matanza y eso me conmueve y es parte de una historia en mi familia no puedo dejar de mirar hacia los usos de la historia que distintivos partidos le dan y sobre todo comprender lo bien que viene a un partido político apropiarse de esta tragedia para fundar una genealogía trágica.

La fundación de esta genealogía trágica ha convertido a 1932 en una mitología; al introducir mito en este planteamiento no niego la matanza, al contrario se expone su sedimento en diferentes narrativas; el mito es, precisamente, una narrativa que se construye, y las formas de la construcción de la narrativa de 1932 desde un partido político han sido erigidas de manera mítica, no historiográfica.
A partir de la matanza se formularon sentencias que buscan ser verdades absolutas sobre los procesos históricos de El Salvador. Dos de ellos llaman especialmente mi atención: el primero es sobre la lengua-identidad: "se perdió el náhuat, los indígenas perdieron sus apellidos en náhuat"; el segundo está vinculado a la persecución martirial de los militantes comunistas que deviene en la casta política del FMLN.

Hay un alto importante que hacer en el discurso: y es que la revuelta de 1932 tuvo un altísimo grado de componente étnico, los levantados eran indígenas, quienes, mayoritariamente, trabajaban como peones en las fincas de café en el occidente del país. La discusión de lo étnico es también una discusión de lo político, pues la revolución, que teóricamente debía ser realizada por el proletariado, se encontraba en Centroamérica -y también en China- con otro escenario: con un proletariado incipiente, de sistemas casi pre-industriales, y que rompía al menos con el modelo. Estas discusiones entre indígena-campesino-proletario eran importantes en la circulación de las ideas de la época, y todavía son importantes en la construcción del discurso de la izquierda en El Salvador, y con ello en el devenir de una identidad étnica con la que el partido no se vincula en la realidad. 
 
Reportes de prensa de los hechos del 22 de enero de 1932 en El Salvador.

Cuando trabajaba como periodista, yo sostenía que 1932 había eliminado toda huella de identidad originaria. Pero en uno de mis reportajes sobre el cementerio de Izalco, revisé los libros de enterramiento; en otro reportaje sobre cofradías, revisé las listas de miembros; en otro reportaje, revisé actas de nacimiento. En estas documentaciones y en las cruces del cementerio encontré familias enteras con sus apellidos de origen náhuat, encontré también nahuablantes hablando en extrema pobreza, como había reportado el Informe sobre los pueblos indígenas en El Salvador en 2004. Encontré también resistencia y honorabilidad en los grupos indígenas que habían sido ignorados por todas las políticas nacionales. Entonces, comenzó a resquebrajarse ese mito.

Como historiadora, reviso constantemente trabajos historiográficos. A pesar de la rigurosa producción de los últimos quince años, el periodo de Hernández Martínez es aún una nebulosa para la historiografía, almidonada con los mitos de la teosofía, las aguas azules y la extrema maldad del general fascista, que algunos investigadores como Rafael Lara Martínez han intentado problematizar.

También, muchas investigaciones, salvadoreñas y centroamericanas, han seguido las trayectorias e itinerarios de militantes comunistas salvadoreños, entre la circulación de ideas y las acciones políticas. Antes del supuesto parteaguas de 1932, el Partido Comunista por ejemplo pudo inscribirse a elecciones y en la década de 1920, los militantes comunistas salvadoreños se reunieron en Guatemala con otros militantes, hondureños y guatemaltecos, con la intención de fundar un Partido Comunista Centroamericano, como demuestran los trabajos de Ricardo Melgar Bao y Arturo Taracena.

La fiebre anticomunista en América Latina es una realidad, también la persecución política; estos elementos son tendencia en los procesos políticos continentales pero digamoslo así: desde el FMLN, la matanza de 1932 es una construcción de narrativas posteriores, con el lenguaje de la Guerra Fría.

III

La matanza de enero de 1932 es una TRAGEDIA, pero también se ha transformado en un mito que ha sido bien aprovechado por los partidos políticos, sobre todo por el FMLN.

ARENA, en su fiebre anticomunista de Guerra fría, inicia su campaña tradicionalmente en Izalco, precisamente el sitio más emblemático de la matanza, y que concuerda con su violento discurso del himno: "El Salvador será tumba donde los rojos terminarán". El FMLN, por su lado y con un aumento en los últimos años, también usa la matanza para consolidar su propia mitología. Esta postura ha sido criticada desde varias perspectivas, desde la activista hasta la académica.
 
La construcción genealógica de la izquierda a partir de la matanza de 1932 deviene en una mitología; en este sentido, la mitología no apela a una mentira, sino en los usos que se hacen para explicar una concepción de mundo. Como me comentaban en redes sociales, hay un elemento constante entre 1932 y 1981 y es la participación del Partido Comunista Salvadoreño. Estoy de acuerdo, sin embargo, considerar que entre 1932 y 1981 hay una progresividad histórica nos deja una respuesta teleológica, y por tanto, artificiosa. Un estudio de Alejandro Dagoberto Marroquín sobre la situación de los años 30 en El Salvador demuestra también la presencia de las ideas y las organizaciones comunistas en El Salvador desde al menos la década de 1910, además de su participación del PCS en las elecciones de 1932, que sí fueron intervenidas por el reciente gobierno de Hernández Martínez.
 
La circulación de ideas comunistas tampoco cesó en 1932, como tampoco cesaron las búsquedas de la preservación de la cultura náhuat, como han demostrado los estudios de Lara Martínez sobre el escritor Salarrué, el pintor José Mejía Vides y la etnomusicóloga María de Baratta, además de un periodo de arquitectura neomaya que tuvo varios seguidores en El Salvador en las décadas inmediatas a la matanza.
 
Lo que me interesa señalar y traer a discusión es el que en la construcción de su narrativa propia, el FMLN ha asumido una genealogía basada en esa tragedia y lo hace a partir del uso político del acontecimiento, que se torna en hito y mito, pero que, por ejemplo, se mantiene alejado de las reivindicaciones de los derechos de los pueblos originarios que suscitaron la organización, el levantamiento y la posterior matanza.
 
Contrario a todo lo que podríamos pensar, la genealogía que se ha trazado el partido es burguesa, pues está basada en las figuras martiriales de los fusilados en la capital, cultos y universitarios, Farabundo, Zapata y Luna, pero lejano del componente indígena de las revueltas en el occidente del país.
 
Las reivindicaciones de los "gobiernos del cambio" han sido simbólicas y con ello mínimas. Cantar el himno nacional en náhuat en algunos actos oficiales no tiene la misma envergadura que ratificar, al fin, el Tratado 169 de la OIT sobre pueblos originarios. Toda Centroamérica, a excepción de El Salvador, lo ha ratificado. Yo puedo entender que el espíritu oligarca de ARENA rechazara este tratado, que además de lo simbólico tiene una gran carga política y económica, pero ¿cuáles son las razones del FMLN para no hacerlo?
 
El mito de la desaparición del indio es arma de doble filo que conviene más a unos. Creer a pie juntillas que en 1932 murieron todos los indígenas del país es invisibilizar otros grupos étnicos, como los kakawiras y los lencas, y además creer en la misma mentira que ha creído la derecha en su deseo homogeneizante y casi anti-mestizo: no hay indígenas. Esta creencia ciega conviene también políticamente: si no hay indígenas, no hay reivindicaciones que cumplir y las comunidades indígenas actuales quedan excluidas de las políticas nacionales y se usan, sí, se usan, únicamente en actos protocolarios como puede leerse en esta crónica de Valeria Guzmán y Malu Nóchez. Estos actos protocolarios son de gestiones del FMLN.
 
IV
 
No se trata de dejar a la izquierda sin símbolos, se trata de entender sus usos. Las preguntas de la Historia no responden a las preguntas de la ideología. Me interesa la forma en que la izquierda, y sobre todo el FMLN, se narra, se cuenta a sí mismo y se ficciona -toda narración tiene algo de ficción-. Estas preguntas y otras que he formulado antes vienen de una preocupación auténtica sobre la historia política de El Salvador. Ojalá los intelectuales y los activistas no confundan las preguntas de la Historia con las preguntas de la ideología y peor aún con las partidarias. El país ya no merece debates intelectuales estériles, sobre todo hoy, en esta posguerra.

El nuevo plan de seguridad: cuarteles militares

 
 
Tlachinollan

Muy significativo resultó ser el anuncio que hizo el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, sobre el nuevo plan de seguridad, el día que el nuevo gobernador Héctor Astudillo tomaba las riendas del estado. Expresó que “desde el ámbito federal y con la presencia de todo el gabinete de seguridad y por instrucción del presidente, una vez al mes estaremos aquí en Guerrero para revisar la estrategia y vaya en el camino que nos hemos fijado todos nosotros”. Añadió que el objetivo de esta estrategia es “superar las debilidades institucionales que ha impedido que Guerrero tenga una seguridad duradera”. No dio más explicaciones sobre los nuevos lineamientos de este plan. Todo se centró en el anuncio del general Alejandro Saavedra Hernández como nuevo comisionado para dirigir el plan de seguridad. Es importante señalar que el comisionado militar tomó protesta como comandante de la 35 zona militar con sede en Chilpancingo, el 2 de junio de 2014, ante el entonces gobernador Ángel Aguirre. Esta circunscripción militar tiene bajo su responsabilidad al 27 batallón de infantería de Iguala. Cuando sucedieron los trágicos hechos del 26 y 27 de septiembre de 2014, en los que fueron asesinadas 6 personas, 3 de ellas estudiantes normalistas de Ayotzinapa y 43 compañeros suyos desaparecidos, el general Saavedra era la autoridad máxima del instituto castrense que fue informado de todo lo que acontecía con los estudiantes y tuvo conocimiento de la participación del Ejército en los momentos claves de los asesinatos y desapariciones de los normalistas.

Este antecedente funesto, que pone en entredicho la actuación del general, no ha sido un impedimento para que el gobierno federal lo coloque a la cabeza de la nueva estrategia de seguridad en Guerrero. Más bien, ha sido el mismo secretario de gobernación quien ha expresando públicamente su oposición para que los militares del 27 batallón puedan ser entrevistados por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), aduciendo argumentos rigoristas, de que solo el ministerio público es quien está facultado para solicitar la comparecencia de los elementos castrenses.

El mensaje del general fue ofensivo para los padres y madres de los 43 estudiantes desaparecidos y para las familias de Los otros Desaparecidos, porque ha sido evidente que las actuaciones del Ejército no han sido para proteger a quienes son víctimas de la violencia, sino que más bien son parte de los actores gubernamentales que actúan en contubernio con el crimen organizado. El general Saavedra manifestó que con esta nueva estrategia “se busca que las familias tengan su vida normal, que las amas de casa vivan su vida cotidiana, y los niños y la juventud acudan con tranquilidad a las escuelas”. A casi 3 meses de anunciado el nuevo plan castrense de seguridad, las amas de casa, los niños, las y los jóvenes, los maestros del estado y sobre todo de Tierra Caliente, no ven que la tranquilidad llegue a sus hogares.

Tomando como referencia el balance anual de incidencia delictiva del Sistema Nacional de Seguridad Pública corroboramos que en el 2015 el número de homicidios ascendió a 18,650 casos, teniendo un incremento del 7.6% en comparación con 2014. Para colmo de males, nuestro estado no solo se consolidó como la entidad con la mayor tasa de homicidios del país, sino que además registró un incremento del 30% en este delito. Fueron 56.50 casos por 100 mil habitantes, siendo el promedio nacional de 14.06%, es decir, que casi cuadruplicamos el nivel nacional de los homicidios. Ante estas cifras letales de la muerte, como guerrerenses tenemos que pedirle cuentas a las autoridades que han diseñado estos planes de seguridad que para nada han dado resultados tangibles, por el contrario vemos un colapso en las instituciones de seguridad y justicia y un robustecimiento de las bandas del crimen organizado.

La estrategia anticrimen que se anunció con la llegada del gobernador Astudillo no es nueva, existen por lo menos tres planes anteriores: en el 2007, el entonces presidente Felipe Calderón anunció la Operación Conjunta Guerrero, con el apoyo de Zeferino Torreblanca. En el 2011 el mismo presidente Calderón lanzó otro operativo conocido como Guerrero Seguro, estando como gobernador Ángel Aguirre. Para el 2014, el presidente Enrique Peña Nieto implementa el operativo Tierra Caliente siendo gobernador Rogelio Ortega. Los tres operativos estuvieron comandados por el Ejército y la Marina y lamentablemente los resultados fueron fatales, no solo por el número creciente de homicidios sino por la pérdida del control de la seguridad por parte de las autoridades civiles y militares. A pesar del incremento de las fuerzas militares y el envío de más efectivos de la policía federal y la gendarmería, las autoridades no logran contener la espiral de violencia ni abatir a los grupos de la delincuencia organizada que son los verdaderos amos y señores que controlan varios municipios y tienen gran influencia en 6 de las 7 regiones del estado.

A pesar de estos resultados adversos y de esta escalada de las muertes violentas, el gobierno federal insiste en su misma estrategia de militarizar la seguridad y de construir cuarteles militares, como lo anunció el secretario de gobernación Osorio Chong el pasado jueves 21 de enero en Chilapa. Informó además que enviará más efectivos militares a la cabecera municipal de Zitlala, Teloloapan y Chilapa. Por su parte el gobierno del estado emitirá una convocatoria para contratar más policías que serán capacitados por el Ejército “para que sean policías con capacidades para resguardar a la población…habrá (con ello) la preparación que requiere el reto de Guerrero”.

En contrapartida del nuevo plan de seguridad que se aplica a las y los guerrerenses, los organismos internacionales de derechos humanos han expresado en diferentes foros al gobierno de México las consecuencias de la militarización de la seguridad.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en el período de sesiones de octubre pasado manifestó lo siguiente: “La militarización de la seguridad ciudadana, atribuyendo a las fuerzas armadas roles que corresponden a las fuerzas policiales civiles, así como una política de confrontación contra el crimen organizado y el despliegue de operativos conjuntos entre las fuerzas armadas y las instituciones de seguridad estatales y municipales en distintas partes del país, ha resultado en un incremento de la violencia y de las violaciones a los derechos humanos, así como en mayores niveles de impunidad. La CIDH considera indispensable que el Gobierno federal presente un plan concreto y por escrito sobre el retiro gradual de estas tareas, que por su naturaleza corresponden a la policía civil…Dado que las fuerzas armadas carecen del entrenamiento adecuado para el control de la seguridad ciudadana, corresponde a una fuerza policial civil, eficiente y respetuosa de los derechos humanos combatir la inseguridad, la delincuencia y la violencia en el ámbito interno. De acuerdo a los estándares interamericanos en la materia, la actuación de las fuerzas armadas en tareas de seguridad ciudadana debe ser temporal y estrictamente excepcional”.

Para la CIDH la actual crisis de graves violaciones de derechos humanos que atraviesa México es causa y consecuencia de la impunidad que persiste desde la llamada “guerra sucia” y que ha propiciado su repetición hasta hoy en día. En este contexto recomienda al Estado mexicano que desarrolle “un plan concreto para el retiro gradual de las Fuerzas Armadas de tareas de seguridad pública y para la recuperación de estas por parte de las policías civiles”.

Por su parte, en 2014, el Relator Especial sobre las ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, Christof Heyns, publicó su informe sobre México, dando cuenta de “una impunidad sistemática y endémica” que alentaba las violaciones al derecho a la vida mediante: amenazas de muerte; muerte de personas detenidas; muertes a manos de miembros del ejército, la marina y la policía; uso excesivo de la fuerza por agentes de las fuerzas del orden; muertes durante manifestaciones de protesta; muertes a manos de supuestos miembros de grupos armados ilegales; y desapariciones forzadas, torturas y detenciones arbitrarias causantes de muerte.

“Ante la gravedad de la situación actual, es imperativo actuar decididamente: el derecho a la vida está gravemente amenazado en México y este problema debería tener la máxima prioridad a nivel nacional. Una dura represión militar difícilmente mejorará la situación. En cambio, es preciso un fortalecimiento sistemático, holístico e integral del estado de derecho, uno de cuyos elementos fundamentales es la rendición de cuentas por los atropellos cometidos”.

A pesar de contar con una serie de recomendaciones, el relator especial concluyó que “la desmilitarización de la seguridad pública y diversas medidas de fortalecimiento de las investigaciones de casos de privación de la vida, el Estado no ha tomado las medidas necesarias y adecuadas para poner fin a la práctica de ejecuciones extrajudiciales. Al contrario, el último año ha sido testigo de una serie de ejecuciones extrajudiciales tanto individuales como a grupos de personas civiles.

Las investigaciones que ha realizado el GIEI sobre la noche del 26 de septiembre de 2014, donde 3 estudiantes fueron asesinados y 43 de ellos siguen desaparecidos, ha dado cuenta de la presencia del Ejército en los momentos en que los normalistas eran agredidos por miembros de la policía municipal y federal. Documentaron cómo monitorearon a los estudiantes y el hostigamiento que infligieron a varios de ellos. Hay más indicios de su complicidad con los grupos el crimen organizado que tienen años operando en Iguala y que han causado más de un centenar de desapariciones y, que sin embargo siguen actuando con total impunidad.

La nueva estrategia de seguridad no está diseñada para revertir esta violencia que padecen los familiares de desaparecidos, por el contrario se tiende un manto de impunidad a sus perpetradores, y se le da más poder a una institución castrense que no ha sido investigada por crímenes del pasado y por las graves violaciones de derechos humanos de los últimos años en que se implementaron estos operativos. Los resultados son fatales porque la violencia y la inseguridad campean en todo el estado a pesar del incremento de efectivos militares. Estamos ante una encrucijada marcada por la sangre y el dolor de miles de víctimas de la violencia, por lo mismo no podemos permitir que se reediten planes de seguridad que toleran graves violaciones derechos humanos y que no se centran en la seguridad de las y los ciudadanos de a pie, quienes son las víctimas de esta estrategia militar fallida.

lunes, 25 de enero de 2016

Amenaza del virus Sika

 El Muerto III

 
Síntomas del virus Sika



SÍNTOMAS

Generalmente, duran entre cuatro y siete días y pueden confundirse con los del dengue.
En los casos en los que las señales que revelan la enfermedad son moderados, la persona puede tener fiebre de menos de 39°C, dolor de cabeza, debilidad, dolor muscular y en las articulaciones, inflamación que suele concentrarse en manos y pies, conjuntivitis no purulenta, edema en los miembros inferiores y erupción en la piel, que tiende a comenzar en el rostro y luego se extiende por todo el cuerpo.
Con menos frecuencia se presentan vómitos, diarrea, dolor abdominal y falta de apetito.


La OPS advierte que virus zika rodea a Uruguay y el MSP aún no lanza campaña
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) estimó que el virus del zika que es transmitido por el mosquito aedes aegypti terminará llegando a todos los países de América Latina; sin embargo el Ministerio de Salud Pública (MSP) aún no inició una campaña de difusión masiva para alertar a la población y advertir sobre su propagación.
En diciembre pasado la secretaría de Estado se remitió a un escueto comunicado sobre el tema que está colgado en la página web del MSP.
 
Marcos Espinal, director del Departamento de Enfermedades Transmisibles y Análisis de Salud de la OPS, aseguró en entrevista con la agencia de noticias EFE, que "la población latinoamericana nunca había estado expuesta a este virus, por tanto, no tiene inmunidad y el mosquito que lo transmite es endémico en toda América Latina".
 
Si bien en Uruguay todavía no aparecieron casos autóctonos ni importados del virus, en Brasil ya se registraron al menos 1,6 millones, dejando tres personas muertas: un bebé, un hombre que además tenía lupus y una chica de 16 años, informó el Ministerio de Sanidad de ese país.
En la lista sigue Colombia con 13.531 casos registrados, previendo "más de 600.000 infectados por el virus para este año", aseguró ayer en conferencia de prensa el ministro de Salud colombiano, Alejandro Gaviria, informó AFP.
 
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró que Chile —en la Isla de Pascua—, El Salvador, Guatemala, México, Paraguay, Surinam y Venezuela también fueron afectados.
 
En tanto, esta semana, autoridades estadounidenses confirmaron el primer caso de zika en su país a un hombre que vive en Texas y que visitó El Salvador recientemente.
El mosquito aedes aegypti, el mismo que transmite el dengue y el chicunguña, es la principal vía de contagio del virus zika, aunque no es la única.
 
Científicos brasileños confirmaron ayer que el virus puede transmitirse de madre a hijo a través de la placenta. El avance médico es importante dado que en Brasil existe una sucesión de casos de microcefalia —reducción del tamaño de la cabeza y alteración del desarrollo del cerebro— en los fetos asociado a este virus, lo que mantiene en vilo a las autoridades sanitarias. Los investigadores del instituto Fiocruz y la Universidad Católica de Paraná analizaron las células de la placenta de una mujer que había reportado síntomas del virus y tuvo un aborto en el primer trimestre de embarazo.
 
El infectólogo Eduardo Savio dijo a ROMPKBZAS que la forma de prevenir la propagación del virus zika es exactamente igual a las del chicunguña y el dengue.

audio Eduardo Savio
http://www.espectador.com/salud/330064/la-ops-advierte-que-virus-zika-rodea-a-uruguay-y-el-msp-aun-no-lanza-campana/descargar/audio/1
 
 
Fuerza Histórica Latinoaméricana.

Fuerza Histórica Latinoamericana

Saludos y bienvenida:

Trovas del Trovador


Si se calla el cantor, calla la vida...inspirate,instruyete,organizate,lucha,rebelate.



Saludos y bienvenida:


Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida...
Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos.

Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos.

Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más...

A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado.

Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia...

Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos?

Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista.

No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente.
Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo.

Fraternalmente, Trovador


UN DÍA COMO HOY, 12 de febrero de 1973, los principales periódicos de El Salvador difundieron fotos de la muerte de los compañeros José Dima...