Saludos y bienvenida: Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida... Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos. Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos. Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más... A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado. Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia... Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos? Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista. No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente. Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo. Fraternalmente, Trovador

lunes, 21 de marzo de 2016

“Honduras está viviendo la consolidación de una dictadura disfrazada de democracia”


La coordinadora general del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras, Bertha Oliva, denuncia los asesinatos y las torturas contra quienes tratan de denunciar las violaciones de DDHH en el país.
 
 
Bertha Oliva de Nativí, coordinadora general de la COFADEH.
 
 

Maria Cappa
lamarea


MADRID// “Podríamos decir que los hondureños, ahora mismo, vivimos en medio de un despelote”. Con estas palabras describe la coordinadora general del COFADEH (Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras), Bertha Oliva, la caótica realidad en la que está instalado su país, donde los asesinatos, las torturas y la censura contra quienes tratan de denunciar que las recurrentes violaciones de derechos fundamentales por parte de las autoridades competentes son delitos cada vez más habituales.

Al igual que sucedió en países como Argentina, Uruguay o Brasil, los hondureños durante los años 80 también fueron víctimas de la Doctrina de la Seguridad Nacional impuesta por Estados Unidos, con la particularidad de que las torturas y las desapariciones forzadas se dieron mientras transitaban hacia la democracia. “Eso es lo peor que le puede pasar a un país como Honduras –explica Oliva-. Mientras había una declaratoria de guerra en otros países latinoamericanos, en Honduras había una guerra no oficial. Y eso es lo que ha fortalecido la impunidad”. Este es el motivo por el que tanto a las víctimas sobrevivientes como a sus familiares les costó tanto que el Estado reconociera que estaba cometiendo prácticas ilegales y crímenes de lesa humanidad.

Los obstáculos con los que tanto COFADEH como el resto de asociaciones en defensa de los Derechos Humanos se han encontrado –“trabajamos en un entorno de desconocimiento generalizado, por lo que la preocupación o la solidaridad de la comunidad internacional nunca iba dirigida a Honduras”- es lo que, según relata Bertha Oliva, ha llevado al país al colapso en el que se encuentra en la actualidad. “Los impunes de los años 80 son los mismos que están ahora gobernando el país”, señala. Este hecho ha provocado que, según describe Oliva, la realidad actual de Honduras resulte estremecedora.

“Están instaurando el terror para poder paralizar a la sociedad. Y eso el Estado lo ha venido logrando durante los últimos cinco años, después del último golpe militar, con las ejecuciones arbitrarias y sumarias, con las torturas”. La coordinadora general de COFADEH cuenta que lo que la ONU define como “ejecuciones arbitrarias y sumarias” son, en realidad, “asesinatos con motivaciones políticas”. Unos asesinatos que, tal y como denuncian diversas organizaciones pro-derechos humanos, son cometidos por “grupos paramilitares, empresas privadas, las mismas fuerzas de seguridad internas y las fuerzas militares extranjeras. El nivel de impunidad es tal que andan por la calle, te patean, te detienen y si es posible te disparan porque saben que no les va a pasar nada”.

Para ilustrar esta impunidad, Bertha Oliva pone dos ejemplos. El primero tiene que ver con el expresidente Manuel Zelaya, actual diputado por el Partido de Libertad y Refundación (Libre), quien fue víctima del golpe de Estado de hace cinco años. El pasado 13 de mayo se iba a discutir en el Congreso el nombramiento y elección de los miembros del Tribunal Supremo Electoral. “El Gobierno dio orden a la policía de que no dejaran entrar a nadie de Libre. Cuando Zelaya, junto con otros diputados, quisieron pasar al Congreso, la policía los golpeó. Fue algo público y, sin embargo, no ha pasado nada”.

El segundo de los ejemplos que pone ocurrió unos días antes de que Oliva emprendiera su viaje a Bruselas, donde había sido invitada por la Unión Europea a un foro por los diez años sobre las directrices de DDHH para hablar como ponente sobre ejecuciones arbitrarias y sumarias y la desaparición forzada. El director de una ONG que trabaja con personas en riesgo de exclusión social publicó, a principios de mayo, un informe en el que denunciaba que mensualmente son asesinados 80 jóvenes de entre 14 y 22 años. “Estas cifras se limitan a las personas en riesgo de exclusión, no abarca el resto de jóvenes del país, si no el número de asesinatos sería muchísimo mayor”, destaca.

Como consecuencia de la publicación de este informe “las fuerzas militares y policiales lo detuvieron y le dieron una gran golpiza para después detenerlo ilegalmente. El día que vine a Europa aún estaba en cuidados intensivos de un centro hospitalario. La excusa que dio la policía es que lo detuvieron porque conducía ebrio. No era verdad porque yo estuve con él toda esa noche, pero si hubiera sido cierto, no justifica que las autoridades se conviertan en un peligro mayor que el que puede generar una persona que conduce ebria”. Este contexto es lo que lleva a Oliva a concluir que “lo que se vivió en los días del golpe de Estado fue grave, pero lo que está sucediendo ahorita lo es aún más, porque es la consolidación de una dictadura disfrazada de democracia, que es lo peor que le puede pasar a un país”.
 
La vuelta de los Chicago Boys

Las asociaciones en defensa de los Derechos Humanos hondureñas han denunciado que es el mismo Gobierno el que está generando inseguridad. “La inseguridad y la violencia las usan para justificar la presencia de los militares en las calles y, en algún momento, justificar también la intervención estadounidense en el país”. Un régimen del terror que recuerda, tanto en el modo de implantarse como en el objetivo, a lo sucedido en Latinoamérica durante los años 70 y 80 y que Naomí Klein definió como la Doctrina del Shock. “Su principal interés es preservar los negocios de los grandes inversionistas. El subsuelo de Honduras es muy rico y van a tratar de explotarlo sin ningún proceso de consulta, sin respeto a la voluntad popular. Han sustituido, mediante la fuerza, la voluntad popular por sometimiento y han impuesto el terror como forma de vida para que se vayan cerrando los espacios de solidaridad y de exigencia que se han estado generado desde el golpe”, denuncia Oliva.

Desde su punto de vista, fueron varios los motivos por los que decidieron dar el golpe de Estado en Honduras. “No fue solamente producto de las actuaciones del gobierno de Zelaya sino de la geopolítica. Lo escogieron porque tanto Estados Unidos como sus halconcitos en el país, sus aliados económicos, creyeron que sería donde más fácilmente iban a someter a la gente e instalar su verdad”. Para Bertha Oliva, “la empresa privada jugó un papel importantísimo y determinante en el golpe. Pero sin el respaldo y la estrategia de EEUU, no hubiera podido cuajar”.

El objetivo prioritario del gobierno estadounidense, según Oliva, era detener todo lo relacionado con el Alba, un proyecto que impulsó la Venezuela de Chávez. “Pensaron que sólo habría tres días de protesta en las calles, porque nos iban a meter represión, y una semana de reclamaciones. Pero ahí hicieron un análisis muy malo. La rebelión del pueblo hondureño, con esa convicción de no-violencia pero sí con mucha indignación, no la esperaban. Y es donde se dieron cuenta de que no les funcionó la cortina de humo que había planificado para que la comunidad internacional no se viera obligada a reconocer que se había dado un golpe de Estado”.

Como suele ser habitual, el rol que desempeñaron los medios de comunicación tanto en este momento crucial para Honduras como en la actualidad, es vital para que se puedan seguir vulnerando los derechos fundamentales de sus ciudadanos. “Jugaron un papel fundamental a favor de la barbarie. Se convirtieron en voceros. Primero negaron que estuvieran dando un golpe de Estado y, cuando fue demasiado evidente, lo defendieron, igual que justifican lo que está ocurriendo ahora. Para colmo, son lo suficientemente cínicos como para dar lecciones de transparencia y de buenas prácticas cuando todos sabemos que son el caldo de cultivo para someter al pueblo”. Durante los meses previos al golpe de Estado, “crearon una imagen distorsionada de la realidad. Fabricaron un clima adverso para el presidente Zelaya; iniciaron una campaña de odio, de desprestigio y de descalificación llamativa”.

Fue, precisamente, a partir de este momento cuando Honduras pudo profundizar en las reformas que estaba buscando cuando, instigados y apoyados por Estados Unidos, las fuerzas militares y las empresas privadas dieron el golpe de Estado. “Se han aprobado leyes que solamente benefician a los inversores extranjeros y a los intereses de la oligarquía local”. Un ejemplo de ello es el tratado de Libre Comercio que firmaron con Canadá –“que deja a Honduras en una situación de profunda indefensión frente a sus abusos”- o la Ley de las Ciudades de Desarrollo. “En la práctica es la entrega de nuestros territorios a inversionistas internacionales. Van a crear su propio modelo de ciudad bajo sus propias leyes, y van a despojar a las comunidades de sus pertenencias, de sus recursos”.
 
Censura contra la memoria

Para tratar de impedir que las asociaciones en defensa de los DDHH denuncien lo que se vive actualmente y reivindiquen memoria y justicia, y dado que no tienen acceso a los medios, el Gobierno ha decidido censurar las comunicaciones. Bertha Oliva cuenta que, recientemente, ha aprobado una ley que permite que, en nombre de la seguridad nacional, puedan llegar a dejar sin comunicación a los ciudadanos. “Pueden intervenirnos el teléfono o la computadora, todo el sistema de comunicación que tenemos por medio de las redes. Pueden declarar que ponemos en peligro al país y espiar nuestros correos electrónicos o nuestros contactos e, incluso, dejarnos sin comunicaciones. Y no podemos reclamar que están violando nuestro derecho a la intimidad porque la seguridad del país está por encima del individuo”.

A pesar de las dificultades con las que se llevan encontrando desde hace ahora 30 años, los miembros de COFADEH no han dejado de trabajar. “Iniciamos procesos de capacitación, de organización, de creación de redes de DDHH, de procuradores y comunicadores y lo articulamos a nivel nacional. Creamos conciencia sin que el Estado se diera cuenta y logramos tener tanta influencia que colocamos en su agenda la problemática de los DDHH. Creo que esto es algo muy positivo para rescatar”. Una vez conseguido esto, su próximo objetivo es que las instituciones públicas pasen de la teoría a la práctica. “Por ahora no se está haciendo nada respecto al tutelaje de los DDHH. Es el momento en el que estamos ahora: hay un Gobierno impune por un lado, y una sociedad reclamando sus derechos. El Estado ya vio la necesidad de desarticularlo en sus reivindicaciones y en sus demandas, que es lo que está instalado ahora”, relata Oliva.

Pero va a ser complicado que puedan conseguirlo sin el apoyo de la comunidad internacional. “Si no actúan ya, puede que luego sea demasiado tarde. Si no hay respeto de los DDHH en la práctica, que no colaboren con ellos. Los gobiernos internacionales gastaron mucha plata (que no es suya, sino de los ciudadanos) para la seguridad interior y las fuerzas militares y los resultados no se ven. Pero además invirtieron plata para proteger los DDHH y lo que se está viendo es un repunte en la vulneración de esos derechos. ¿Cómo puede ser que a pesar de ello los sigan apoyando?”, concluye.

Teresa Villatoro, la salvadoreña que amó y luchó con Sandino


Compañera de Sandino en el campo de batalla, la salvadoreña Teresa Villatoro presumía de derrotar al General en las discusiones. “Él tenía un carácter fuerte pero yo me imponía”, dijo en una ocasión. El héroe nicaragüense, que mantuvo por años una relación amorosa con ella, también delegaba en Villatoro responsabilidades logísticas y de inteligencia.

Alejandro Bendaña
elfaro



Teresa Villatoro Dupont nació en el puerto de La Unión, El Salvador. Se desplazó a inicios de los años veinte a la zona minera de San Juan de Limay y allí contrajo matrimonio, nos dice su hija Lidia, con Santiago Raudales, un empresario de medios procedente de Masaya. Tuvieron tres hijos: Julio, Lidia y Santiaguito. Calculamos que a finales de 1925 Teresa se separó de su esposo y se trasladó, con Lidia y Santiaguito, al Mineral de San Albino donde estableció su propio negocio: una “comidería” con hospedaje y venta de enseres. Allí conoció a Sandino.

Augusto Calderón Sandino era el encargado de bodega de la empresa minera. Alrededor del mes de junio de 1926. Doña Daisy Godoy, amiga con quien Teresa convivió hasta su muerte en Managua en 1973, recuerda haberle escuchado: “Mire Daisita... yo lo miré venir... un hombre chaparro, de botas, y dije ese hombre va ser mío”. Para entonces Teresa, de 25 años, mantenía una relación con un trabajador de la mina. Contando con un arreglo con la empresa, la comidería y hospedaje de teresa Villatoro no tenía competencia. El negocio marchaba bien, aun cuando seguramente dependía del sistema de vales o cupones empleados por la empresa para minimizar el pago en metálico.

Con Teresa laboraban su sobrina Amalia, y su hermana Alicia, ambas menores que ella. Las tres Villatoro se incorporaron desde el inicio al contingente femenino que acompañó al puñado de hombres, también estafados por la compañía, que formaron el núcleo del futuro Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua. En sus Memorias, el coronel Santos López recuerda que las tres Villatoro formaron parte del contingente de quince mujeres que acompañaron a Sandino. Teresa llegó a formar parte del primer Estado Mayor de Sandino en El Chipote.

Le decía Augusto y no “General”, evidenciando un carácter fuerte con opiniones propias, no siempre coincidentes con las del Jefe Supremo. “Me enojaba con Augusto”, le decía a Daisy, “Él tenía un carácter fuerte pero yo me imponía”. Otras veces se disgustaba cuando “miraba las cosas de cierta manera y él las hacía de otra manera”.

Ningún disgusto más grande para Teresa que enterarse de que, después de más de un año de vida conyugal con él, Augusto se iba a casar con Blanca Aráuz. “No me di cuenta”, confesó Teresa a Daisy, “pero de haberlo sabido le monto una serenata de balazos”.

Sólo resta imaginar los altercados cuando un Sandino campante regresó de San Rafael al campamento y, probablemente herida en su orgullo y considerándose compañera y no concubina de Sandino, Teresa amenazó con marcharse. Tal vez se produjo una separación, pero los testimonios y los eventos corroboran lo expresado por Daisy al recordar a Teresa, ya de avanzada edad, erguida, firme y “fachenta”, con las manos sobre su delantal relatando lo que, hasta donde sabemos, nunca confió a nadie.
 
Teresa Villatoro, guerrillera sandinista nacida en El Salvador, fue compañera de batallas de Augusto C. Sandino y su amante por años. En la imagen, Villatoro con su hijo Santiago Raudales.



“Augusto para todo me necesitaba”

No exageraba demasiado. Aparte de la convivencia marital, Teresa veló por el bienestar y salud del hombre que consideró su compañero. Afecto y amor que fue correspondido. Asumió también tareas delicadas de logística, inteligencia, finanzas y aprovisionamientos de los diversos campamentos.

En los momentos más difíciles de su vida Sandino buscó a Teresa: durante los angustiosos meses de cautiverio y aislamiento en Mérida (julio de 1929 a mayo de 1930) la mandó a llamar. Cuando acudía al llamado, Teresa incluso sufrió en accidente vehicular a su paso por El Salvador, acompañada de su hijo Santiago y su sobrina Amala.

En carta a una colaboradora, quien pregunta si Teresa era esposa de Sandino, el General responde :“Es cierto que me acompaña una señora y un niño, como lo han dicho los periódicos. Pero conviene hacer la aclaración que no es mi esposa Blanca, sino Teresa, la que me ha acompañado a través de las montañas de las Segovias en mi lucha contra el invasor, y el niño, un hijo adoptivo mío. Teresa ha sido mi compañera de lucha y tengo para ella cariño y reconocimiento. Es mi esposa, por el afecto que para ella tengo en el corazón”. Hace una distinción entre Blanca su “esposa” y Teresa su “compañera de lucha”, indicando “cariño” para Teresa y “afecto” para Blanca, lo cual no indica gran disparidad en el sentimiento hacia cada una, al menos en esa etapa de su vida.

En abril de 1930, Sandino emprendió el regreso desde México a Nicaragua. Ya Teresa había regresado a El Salvador. La relación entre ellos se había deteriorado y Sandino llegó a las Segovias en mayo, sin ella. Pero el 19 de junio fue herido en la pierna izquierda por un charnel de bomba en el combate en El Saraguazca. Una infección agregó gravedad al caso. Sandino envió un mensaje urgente a Teresa en San Salvador, implorando que con urgencia regresara al campamento para atenderle. Meses después, en carta a su madre del 9 de marzo de 1931, Sócrates no reparó en informarles que “Teresa Villatoro, mujer de Augusto”, ya se encontraba con él. En el camino fue detenida y expulsada por las autoridades hondureñas.

En una carta a su representante en México, Sandino explica que Teresa se había quedado en El Salvador “por haber creído yo que no me haría falta, pero últimamente y principalmente en los días que estuve empeorado de la herida... comprendí su falta para atender los pequeños detalles del Cuartel General, que por su carácter de pequeños, me es penoso mezclarme en ellos, pero que al fin llegan a ser el motivo de cosas grandes. Teresa, pues, debe no separarse de mí mientras la guerra esté, pues ella se encuentra muy interiorizada del manejo de los campamentos y eso no lo puede hacer ni Santa Blanca, aun cuando yo quisiera”. No queda claro al lector si la referencia que hace Sandino es a Santa Blanca de Castilla o a su esposa Blanca Aráuz.

Un alto galardón

Nadie negaba la valentía de Teresa Villatoro y el respeto que consiguientemente se le tenía. Una de las ocasiones en que se evidenció esa valentía fue durante un combate en El Chipote. Bajo el fuego de las bombas, Teresa salió a un claro para socorrer a una de sus compañeras, pero uno de los aviadores lanzó una bomba de 25 libras y “se vio a Teresa elevarse en el espacio envuelta en fuego, humo y fango cual una visión y luego desplomarse en tierra y cubrirse de sangre al estallido del artefacto bélico. ʻ¡Muerta!ʼ, fue el grito que al unísono salió de las bocas de los autonomistas que miraban el espectáculo”, citó un testigo que estaba a pocos pasos de Sandino.

Con una gran herida en la frente provocada por la casilla de la bomba, Teresa fue llevada a un lugar seguro y, tras unos días de recuperación, sanó. “Luce, por causa de la herida, una cicatriz en figura de estrella, cicatriz que en el campamento era la envidia de muchos, viéndose como un alto galardón recibido por su dueña...”, se dijo. El proyectil le dejó un hueco visible en la frente y, a partir de entonces, Teresa acostumbró tapar la cicatriz adaptando el peinado.

El periodista norteamericano Carleton Beals narra cómo, al llegar a El Chipote, fue abordado por una muchacha “vivaz”, acompañada de su hijo. Ella le preguntó “audazmente”:

—¿Y Ud. es americano? ¿Cuánto tiempo lleva sin fumar?

—He perdido la cuenta de los días —respondió Beals.

—¿Y esto qué le parece? —le dijo Teresa, sacando dos cajetillas de cigarrillos marca Camel.

—¿De dónde diablos sacó eso?

—Se los quité a un Marine muerto —contestó Teresa, indiferente.

Morena de ojos ardientes

En sus memorias, el combatiente Gregorio Gilbert conjetura que fue Teresa “la mujer que más amó el libertador”. “Una joven vivaracha y esbelta”, la describe. “Fuera blanca si no tuviera una ligera ligadura con indio, de pelo largo y no enteramente negro porque tira a castaño”. Pese a cicatrices y problemas de dentadura, “podría decir que su conjunto físico es hermoso...”, escribió Gilbert.

Por su parte, el venezolano Gustavo Machado, quien estuvo unos meses con Sandino en 1928, recuerda: “Había muchas mujeres y niños [en el campamento] y una de pelo en pecho, cuyo nombre era Teresa Villatoro, jefa del campamento femenino”. El mexicano Andrés García Salgado la describe como la “heroica compañera [de Sandino] en los duros años de la montaña”.

Otro internacionalista, el peruano Esteban Pavletich, que por un tiempo fue secretario de Sandino, recuerda a Teresa de la siguiente manera: “Era mujer de gran coraje, que lo acompañó durante toda la campaña. La esposa, la telegrafista, se había quedado en la ciudad, porque era una mujer de complexión delicada. La Villatoro era una gran compañera. Incluso podía intervenir en algunas decisiones”. El peruano confirma el papel político jugado por Teresa.

Mensaje enviado por el general Augusto C. Sandino a Teresa Raudales, compañera de lucha y amante del líder guerrillero nicaragüense. En él se lee: “Señora doña Teresa Villatoro: Mi amor, El señor Abraham Rivera va para llevarte donde yo estoy que es en Montecillos de Oro. Tuyo, A.C. Sandino


El mexicano José de Paredes, por su parte, en declaraciones de prensa concedidas al diario El Universal de México el 5 de diciembre de 1928 y recogidas por los marines, describe a Teresa como “una morena con ojos ardientes” que acompaña a Sandino mientras su esposa Blanca Aráuz está en su casa, en tanto su matrimonio sólo fue un gesto del General, que buscaba silenciar los chismes y visitaba cuando podía a la bella Blanca Aráuz. Pero fue Teresa Espinal [Villatoro] quien le ha acompañado a través de los peligros”.

Hubo separaciones impuestas por las circunstancias. O tal vez por desavenencias, siendo seguramente la relación con Blanca una de ellas. Sandino, sin embargo, enviaba a Teresa notas amorosas. Una postal desde México que dice “con todo mi amor”. Otro mensaje fue capturado entre los papeles que los marines sustrajeron al ser detenido el Coronel Abraham Rivera el 14 de agosto de 1928: un papel de libreta ordinaria con un mensaje de puño y letra del General Sandino, que dice “Señora doña Teresa Villatoro: Mi amor, El señor Abraham Rivera va para llevarte donde yo estoy que es en Montecillos de Oro. Tuyo, A.C. Sandino”.

Y en un afiche del supuesto semblante de Sandino elaborado en Alemania y que fue reproducido por la Liga Antiimperialista en México. Allí se logra leer a Sandino, que escribe a manera de novio malcriado que pide disculpas: “A la compañera Teresa, ojalá no nos guarde rencor”.

La separación y el recuerdo

Dos años después de la separación definitiva entre Teresa y Augusto, el General recordó a Teresa confiando a Román en 1933: “La he querido mucho, haría cualquier cosa por ella, pero se tiene un carácter [de] la chingada y simplemente no somos el uno para el otro, por eso la regresé a El Salvador y partimos para siempre”.

Teresa se trasladó a Tegucigalpa donde vivió con familiares trabajando en la confección de delantales que vendía luego en el mercado. En julio de 1969 estalla la guerra del fútbol o de las 100 horas entre Honduras y El Salvador. Teresa, de nacionalidad salvadoreña, pero con hijos criados hondureños, decide trasladarse a Nicaragua pidiendo posada a la nicaragüense Daisy Cárdenas, veinte años menor que ella, trabajadora comerciante con quien confeccionaba y distribuía delantales en el mercado de Tegucigalpa.

Daisy recuerda cómo Teresa preservaba una mochila y una chaqueta que habían sido de Sandino, junto a fotos que quedaron en manos de familiares. Los hijos de Teresa, en particular Santiago, le insistieron en disimular aquel pasado y fue cuando, aparentemente, tiró a una letrina de la casa de enfrente fotos y documentos que guardaba de Sandino. Aún así, según Cárdenas, era contraria a la dictadura somocista. “Desde esa época me decía ‘hay que apoyar la liberación de Nicaragua’. Tenía un rechazo hacia la aristocracia, hacia la gente que trata, decía ella, de encubrir sus sinvergüenzadas, sus robos, sus cosas, como en ese tiempo estaba Somoza ella me decía que todo ese montón de gente eran unos delincuentes, que ella recordaba lo que le había pasado cuando andaba en la lucha”, dice Daisy Cérdenas.

Teresa sobrevivió al terremoto de 1972 y murió un 19 de julio en casa de Daisy en las cercanías del Cementerio Oriental de Managua. “Era bien seria la viejita”, aseguraban los vecinos. La guerrillera salvadoreña murió a los 72 años, el 19 de julio de 1977 y está enterrada en una esquina olvidada del Cementerio Oriental de Managua, Terraza 14, Grupo 24, Lote 3. Los gastos del entierro fueron asumidos por su hijo Santiago, quien murió atropellado por un bus en el barrio Waspam en 1990.

Teresa Villatoro, guerrillera sandinista nacida en El Salvador, fue compañera de batallas de Augusto C. Sandino y su amante por años. En la imagen, Villatoro en Managua, en 1972, pocos años antes de su muerte. 
 
Teresa Villatoro en Managua, en 1972, pocos años antes de su muerte.

Haber amado a dos mujeres extraordinarias podrá haber estado reñido con la doctrina eclesiástica y convenciones sociales, o con lo que Sandino llamaba la falsa moralidad, pero no con la moral considerada verdadera por Sandino. Sin embargo, Sandino tampoco pudo imponerse sobre el medio y comenzó a sentirse incómodo con la situación, sobre todo a partir de su afiliación a la Escuela Magnético Espiritual de la Comuna Universal (EMECU). Posiblemente fue cediendo y, expresó estar incómodo por las apariencias ya que la relación íntima con Teresa nunca fue secreta.

La imagen y palabras de Teresa quedaron grabadas en la mente de Daisy Cárdenas o Godoy: “Mire Daisita, en la vida usted tiene que ser una mujer fuerte, siempre mirando hacia el frente, ¡jamás viendo para abajo! Al enemigo nunca se le da la espalda. Se le mira de frente” dice ella que le dijo teresa. Antes de morir, la salvadoreña le entregó a Daisy una foto de Sandino que hasta el día de hoy guarda como un tesoro. “Cuídemela mucho, Daisita”, le encomendó.


*Alejandro Bendaña es historiador nicaragüense. Esta entrega es un extracto del libro Sandino, Patria y Libertad, (Managua: Anamá Ediciones, 2016). Editor encargado de esta entrega: Erik Ching.
Fuerza Histórica Latinoaméricana.

Fuerza Histórica Latinoamericana

Saludos y bienvenida:

Trovas del Trovador


Si se calla el cantor, calla la vida...inspirate,instruyete,organizate,lucha,rebelate.



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Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida...
Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos.

Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos.

Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más...

A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado.

Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia...

Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos?

Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista.

No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente.
Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo.

Fraternalmente, Trovador


UN DÍA COMO HOY, 12 de febrero de 1973, los principales periódicos de El Salvador difundieron fotos de la muerte de los compañeros José Dima...