Saludos y bienvenida: Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida... Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos. Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos. Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más... A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado. Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia... Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos? Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista. No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente. Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo. Fraternalmente, Trovador

domingo, 25 de febrero de 2018

ENTREVISTA: Caso Dalton y el proceso penal


Gloria Marisela Morán
 
 
Juan José Dalton, uno de los hijos del poeta Roque Dalton, explica las razones de haber llevado el caso a la justicia y de mantener activo el reclamo de verdad y justicia. Esta entrevista que publicada el 20 Febrero 2012; por su vigencia lo republicamos

El juego de decir verdades a medias, confesar culpas y luego retractarse, fue lo que llevó a la familia Dalton a poner en manos de la justicia local y solicitar al Fiscal General que investigara a los sospechosos de ser responsables del crimen de Roque Dalton, ocurrido en 1975, es decir, a Joaquín Villalobos y a Jorge Meléndez.

La demanda ante la Fiscalía General de la República (FGR) fue presentada el 14 de mayo de 2010, 35 años después de que la dirigencia del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), decidiera la muerte del hasta ahora más destacado escritor salvadoreño.

La petición que hicieron a la FGR los hijos del poeta, Juan José y Jorge Dalton, fue que investigara los hechos que desembocaron en la muerte de Dalton y de Armando Arteaga, a fin de conocer la verdad sobre aquellos dramáticos hechos.

En la denuncia interpuesta por los hermanos Dalton ante la Fiscalía se establece que supuestamente, tanto a su padre como a Armando Arteaga se les privó de libertad desde el mes de abril de 1975, fueron víctimas de tortura física y psicológica, sometidos a un juicio sumario y a una ejecución extrajudicial.

Villalobos y Meléndez, en entrevistas públicas, confesaron haber participado en los hechos que dieron lugar a la condena, e incluso, existen versiones de que ambos formaron parte del pelotón ejecutor.

En el escrito también reclaman aclarar el lugar donde presuntamente fueron enterrados los restos mortales de Dalton y Arteaga, ya que existen dudas sobre el hecho en particular.

Después de un año y siete meses, en enero pasado, la Fiscalía solicitó al Juzgado 9º de Paz efectuara la Audiencia Inicial en contra de los implicados en el asesinato de Roque Dalton, Villalobos y Meléndez. Sin embargo, la fiscalía también pedía al juez decretar un sobreseimiento definitivo para los inculpados.

La familia Dalton, siguiendo las normas que establece las leyes locales, se abocó también a la Cámara Tercera de lo Penal, misma que también el sábado 11 de febrero notificó a las partes sobre su decisión de sobreseer a favor de los presuntos responsables del crimen.

Juan José Dalton es quien narra una parte de lo que han sido las vicisitudes que ha atravesado la familia con tal de exigir justicia, verdad y reparo por el asesinato del poeta Roque Dalton.

¿Qué los motivó a llevar el caso del asesinato de Roque Dalton ante la justicia salvadoreña?

Nosotros cuando nos enteramos del asesinato de mi padre teníamos una tremenda confusión; no vivíamos en El Salvador; residíamos en Cuba y en ese entonces no había embajada ni nada que relacionara oficialmente a Cuba con El Salvador. No teníamos cómo relacionarnos con las instituciones legales de acá.

Sin embargo, mi abuela y otros familiares iniciaron inmediatamente una serie de gestiones, de reclamos y lo mínimo que mi abuela -María García Medrano- exigió, respalda por nosotros desde afuera, era que nos entregaran en cadáver de mi padre. Nunca lo hicieron.

Yo considero que desde ahí parte el reclamo legal nuestro porque mi abuela al pedir el cadáver de mi papá públicamente, ante la prensa, el Estado salvadoreño estaba obligado a comenzar una investigación de oficio por la muerte de una persona. Pero el Estado nunca hizo nada; desde entonces está violando un derecho de la víctima que era procurar justicia y hacer una investigación de los hechos. Se trataba de un asesinato de una personalidad de relieve nacional e internacional, y su muerte causó conmoción y estupor en el mundo, especialmente en el sector intelectual, profesional y político.


¿Cuándo hicieron la denuncia formal?

La presentamos el 14 de mayo de 2010. Hasta entonces no había nada, absolutamente nada registrado sobre el asesinato de Roque Dalton en las instituciones de justicia.

Y si se supone que el caso de Roque Dalton era un caso prescrito, ¿por qué decidieron presentar la denuncia?

Hay diferentes momentos que yo quisiera aclarar. En primer lugar, este país vivió una guerra entre hermanos salvadoreños y que aún sigue siendo un trauma grande para la gente de este país. Mi padre no es la única víctima, hay cientos de miles de víctimas, era muy difícil en aquella época y antes de la guerra que las familias pidieran que se investigaran este tipo de caso.

La verdad es que nosotros como familia, antes del 14 de mayo de 2010, considerábamos que el litigio legal no era el apropiado para nuestro padre, porque las circunstancias en las que se dio su muerte, hasta donde nosotros conocíamos internamente, era que había existido una confrontación en la organización en que él militaba. Es en esa contradicción ideológica en que una parte de la organización decide liquidar a la otra y no encuentran otro método para sobreponerse que no fuera la eliminación física del adversario.

Pero al mismo tiempo, desde el 1975 hasta que se termina la guerra se dan un montón de hechos, muere mucha gente, hay una herida muy grande y nosotros, en el caso de mi padre, consideramos que este tema lo tenía que resolver concretamente la izquierda salvadoreña.

Nosotros esperábamos como familia que la izquierda salvadoreña hiciera un análisis político e histórico de esta situación y que fuera ésta, desde su posición, la que hiciera una autocrítica sobre este problema y que se llegara a la verdad a partir de ese reconocimiento sincero, voluntario y humanitario para tratar de sanar esta herida.

Nosotros también estábamos con ello haciendo un esfuerzo a la reconciliación nacional.

Pero, hubo una situación: nos dimos cuenta, en primer lugar, que el caso de mi padre no fue a la investigación del Informe de la Verdad ni se explicó por qué; lo único que se nos dijo es que el asesinato de Roque Dalton no sucedió durante el período que se considera guerra civil. Pero desde entonces nosotros creemos que el crimen es de lesa humanidad y ahora se ha demostrado: un caso de gran relieve a nivel internacional y nacional.

Entonces nos preguntamos, ¿por qué el caso de Roque Dalton no iba a ser contemplado? No sé, a lo mejor no en el informe que hizo la Comisión de la Verdad ante la ONU, pero la izquierda y los integrantes que quedaron de la organización en la que es asesinado mi padre estaban en la obligación de dar la cara ante este crimen.

¿Qué hicieron ustedes entonces?

Fui yo, como hijo de la víctima, quien pidió a la dirección del entonces Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), en concreto a Joaquín Villalobos, que habláramos y que nos contara qué era lo que había sucedido.

¿Cuál fue el proceso para hablar con Joaquín Villalobos?

Yo era entonces un periodista corresponsal de un periódico mexicano, y le propuse también a la agencia con la que trabajaba que yo iba a hacer ese trabajo.

Me lo permitieron, después de la firma de los Acuerdos de Paz, después de conocerse en El Salvador el Informe de la Verdad en 1993, Joaquín Villalobos se sienta conmigo a darme los pormenores, según él, de las razones que llevaron a la muerte de mi padre.

Esa entrevista se publicó en México (periódico Excelsior) y en IPS; le dio la vuelta al mundo. Esa entrevista aquí en el país se dio a conocer por partes a través de las agencias de prensa en la que Joaquín Villalobos se responsabilizaba de haber formado parte del grupo que decidió la muerte de Roque Dalton. Ahí Villalobos menciona a varias personas de las cuales, hasta ahora, los sobrevivientes de los que tomaron la decisión son Villalobos, Jorge Meléndez –a quién Villalobos menciona- y Edgar Alejandro Rivas Mira; de este último nosotros creemos que vive, pero no hay un lugar ubicable. (En la actualidad tenemos informes de que Rivas Mira y su esposa Angélica Meardi fallecieron en México).

Por eso el reclamo que nosotros presentamos a la Fiscalía para que investigara el hecho, sobre todo de las dos personas ubicables residencialmente, uno en México y el otro en San Salvador, Villalobos y Meléndez, respectivamente. Del otro como no sabemos no lo pedimos, pero en las investigaciones, por supuesto, que tiene que salir ya que Edgar Alejando Rivas Mira era el jefe del ERP de 1975.

En 1993, cuando Joaquín Villalobos reconoce su responsabilidad en el asesinato de Roque Dalton, también tuvo una serie de entrevistas en el país en las que ellos aparecieron y están grabadas las declaraciones de Ana Guadalupe Martínez y Villalobos cuando dijeron que el asesinato de Dalton había sido un error de juventud.

Ana Guadalupe también lo dijo públicamente que había sido un error del ERP haber asesinado a Roque Dalton y a Armando Arteaga.

¿Cuál fue la posición de la familia ante ese reconocimiento?

La posición de la familia fue que al menos habíamos logrado establecer que dirigentes del ERP reconocieran que habían cometido ese hecho. Para nosotros eso era positivo.

La otra cuestión es que Villalobos en esa entrevista que me concede se compromete a buscar el cadáver, eso era bueno para nosotros. Como nosotros no teníamos la garantía legal, no confiábamos en las instituciones legales del país, no sé si cometimos un error o no, pero le pedimos a ONUSAL, que era la institución de las Naciones Unidas que estaba velando porque se cumplieran todos los acuerdos de Paz, para que por favor nos ayudara a localizar los cadáveres de Roque Dalton y Armando Arteaga. Ellos formaron una comisión de la cual nosotros no participamos.

Entonces al final de un proceso de aquella supuesta investigación, ONUSAL nos informó que los cadáveres no habían aparecido. Dijeron que habían llegado a un lugar y que alguien había dicho que los cadáveres no estaban bien enterrados y que habían sido sacados por animales… ahí en la zona conocida como el Playón, en las cenizas del volcán de Quezaltepeque.

Fue una cosa dramática realmente, porque decir que el cadáver de dos personas de reconocido prestigio, como el caso de mi papá, que se lo devoraron animales de rapiña, era una cosa tremenda.

Nosotros como familia considerábamos que eso, aunque fuera duro y dramático, eso era positivo para establecer la verdad porque las personas que lo habían asesinado también se hacían responsables de esos hechos.

Mi abuela les estuvo pidiendo un tiempo que le entregaran el cadáver… Pero en todo caso, si aquello era verdad era verdad, significa que ellos también eran responsables de que el cadáver haya desparecido.

Era la responsabilidad que socialmente la gente veía como un doble crimen que no solamente hayan asesinado al poeta de gran reconocimiento nacional e internacional sino que hayan desaparecido su cadáver. Repito, esto ha sido muy dramático, pero para la familia era como decir “para qué vamos a acudir a la justicia si no vamos a encontrar nada y además esta gente mal que bien han reconocido su participación”.

Hasta ahí era la lógica con que mi familia estaba actuando.

Hay un hecho importante que quiero decir: mi abuela María, la mamá de mi padre, siempre creyó que era mentira que mi padre estaba muerto, porque nunca le dieron el cadáver y nunca hubo una prueba. Ella murió en 1986 creyendo que mi padre está en la absoluta clandestinidad y que era mentira porque nunca le dieron ninguna prueba.

Después sucede que Roque Dalton se convierte en un tabú del cual nadie quería hablar.

Fue hasta después de la paz, con todas las gestiones que yo hice, que logramos establecer por su propia cuenta que Villalobos, Jorge Meléndez y Edgar Alejandro Rivas Mira, los sobrevivientes hasta entonces de 1975, eran los responsables del asesinato y del desaparecimiento del cadáver de mi papá y de Armando Arteaga.

Pero hasta ahí nosotros dejamos y dijimos “no hay necesidad de acudir a los tribunales, ya esta gente aceptó su responsabilidad de los hechos y la historia a través de los investigadores y la gente interesada en profundizar más iba a lograr descubrir más hechos ante este crimen”.


¿Pero qué ocurrió después?

Un tiempo después, no puedo establecer qué tiempo exactamente, pero hubo una entrevista que salió publicada en La Prensa Gráfica de Joaquín Villalobos, unas pequeñas declaraciones, un párrafo quizás o dos párrafos, en la que alguien le pregunta qué pasó al fin con el caso de Roque Dalton y la respuesta de él fue que el caso de Roque Dalton estaba finiquitado y que el ERP había aceptado su responsabilidad pero que además el caso para él no era de interés nacional… a nosotros aquello nos pareció hiriente e insensible.

No solo eso pasó, ya que a un diputado que perteneció al ERP le preguntaron sobre el mismo caso y él dijo “miren el caso de Roque Dalton está enterrado, además él fue uno de los miles que murió en la guerra”.

Fuimos viendo en realidad que después del reconocimiento que Joaquín Villalobos había hecho se estaba tratando de ocultar verdades; estaban tratando de hacer de este caso un hecho vago, cualquiera y por otra parte, ya Villalobos se estaba encaminando al ocultamiento de los hechos.

Otro ejemplo, cuando Joaquín Villalobos se traslada de El Salvador a Londres, Inglaterra, le hicieron una entrevista en El País, de España; ¡cuál fue mi sorpresa!: que salió en la contraportada, grande y destacada de Villalobos, hecho por el periodista John Carlin, y al ver el contenido de la entrevista era como decir que Villalobos fue el gran destacado guerrillero, el hombre que se había civilizado y que había dejado sus posiciones radicales y que se había convertido en el hombre de gran civismo; pero en esa entrevista no hay ni la mínima alusión al tema Roque Dalton.

Entonces yo le escribí el director de El País haciéndole un reclamo; el director de El País publica mi carta y Villalobos responde esa carta diciendo que él no tuvo nada que ver ni intelectual ni materialmente en el asesinato de Roque Dalton; a nosotros eso nos hizo darnos cuenta que Villalobos nos había engañado, nos había ocultado verdades y no solamente eso, porque ahora estaba tratando de deshacer su responsabilidad que había reconocido ante nosotros en el tema de Roque Dalton.

Esta fue una de las cosas que con el tiempo dijimos “mejor metámonos a investigar más”; eso para que la verdad aflore ya no de manera voluntaria sino que se haga a través de la justicia.

Aquí puedo hablar de Jorge Meléndez también; nosotros no habíamos tenido nunca contacto con él, pese a que él era una de las personas a quien Villalobos, quien era su jefe en ese entonces, mencionó. Meléndez jamás se nos acercó para reconocernos nada, mucho menos para pedirnos disculpas…, nada de eso.

Nosotros en las investigaciones hemos sabido que Villalobos y Jorge Meléndez y otros líderes guerrilleros se reunieron con las familias de los millonarios del país, familiares de las víctimas que fueron asesinados por ellos antes y durante de la guerra; a los japoneses le pidieron disculpas por el secuestro y asesinato de Matsumoto, a la familia Poma le pidieron perdón por el asesinato de Roberto Poma; a la familia Hill, a Jaime Hill le pidieron perdón porque lo tuvieron secuestrado; eso lo supimos después.

Entonces dijimos ¿y por qué con esa gente han tenido una actitud y con el Caso de Roque Dalton ha sido de reconocer y después desmentir?

Jorge Meléndez en esta trayectoria nunca lo habían interrogado sobre el tema. Resulta que una colega de La Prensa Gráfica también, en un aniversario del asesinato de Roque Dalton, me llamó por teléfono y me dijo que quería hacerme una entrevista por el caso de mi padre. Yo le dije que lo que nosotros teníamos que decir ya lo habíamos dicho, hemos hecho varias denuncias, y que debía avocarse a Jorge Meléndez, quien nunca ha dicho nada.

Van y le hacen una entrevista y lo publican en Enfoque, revista que salía los domingos. Cuando yo leí esa entrevista fue una cosa hiriente porque Jorge Meléndez, dijo: yo estuve allí, yo conozco todo lo que sucedió, pero lo voy a contar en un libro y lo voy a hacer cuando a mí me dé la gana; no te cuento nada ahora porque si no después nadie va a leer mi libro…, así lo dijo con un gran cinismo.

Eso a nosotros nos hirió muchísimo, entonces yo dije que esa gente lo que estaba haciendo era ver cómo ocultaban la verdad, pero no podíamos permitir eso. Nosotros no sabíamos un montón de cosas, comenzamos a investigar y nos dimos cuenta de muchas cosas; es decir, que si se investiga judicialmente es muy fácil establecer responsabilidades.

¿Fue entonces después de las declaraciones que dieron Villalobos y Jorge Meléndez y al ver que no hubo voluntad verdadera de decir la verdad, que decidieron llevarlo a los tribunales? Y ¿qué descubrieron con sus investigaciones?

Exactamente. Después de esto, del cinismo demostrado por los asesinos de Roque Dalton, comenzamos a investigar cómo es que estaba el caso legalmente.

Nosotros no somos abogados ni teníamos asesoría jurídica, pero nos dimos cuenta que el caso había prescrito, solo que había prescrito en la acción penal y probablemente en la acción civil después de quince años de cometido el hecho.

Pero lo que sucede es que cuando nosotros decidimos analizar bien el caso de Roque Dalton nos dimos cuenta que era más propicio para solicitar una investigación como un crimen de lesa humanidad y no como un crimen común, ni un simple caso civil en el que lo más que nos hubieran ofrecido las personas que están involucradas es algo de dinero para salvar la responsabilidad.

Pero el caso de mi padre no es como lo han considerado hasta ahora: ni un caso común ni tampoco nos íbamos a conformar con el pago de un monto para salvar la responsabilidad, así fuera el monto que fuera.

Nos dimos cuenta del proceso de ocultamiento de la verdad de parte de los involucrados en el asesinato de mi padre, por sus propias confesiones, y no por ninguna investigación, que aquí no se ha hecho legalmente.

Ese ocultamiento fue lo que nos impulsó a nosotros abrir el proceso legal.

¿Qué establecieron?

Nos dimos cuenta que en el gobierno municipal de Violeta Menjivar, a Jonás (Jorge Meléndez), se le contempló como concejal, porque supuestamente estaba liderando un partido que después nos hemos dado cuenta que es una burla a la institucionalidad política de este país porque ni siquiera pudo dar fe de que las firmas existían y por eso ni lo aprobaron en el Tribunal Supremo Electoral.

Al meterlo a él en el gobierno de Menjivar hice dos escritos consecutivos en el que le señalamos al FMLN un acto impune, incongruente e inconsecuente de tener dentro del concejo municipal de la alcaldía de San Salvador a un tipo como Jorge Meléndez.

Peor aún fue cuando nos dimos cuenta que en este gobiernos, que inició el 1 de junio de 2009, el presidente Mauricio Funes, contra toda perspectiva nuestra y expectativa que teníamos de un buen gobierno, en el sentido de respeto a derechos humanos, nos dimos cuenta que había metido a un hombre que estaba involucrado en el asesinato de una de las personalidades más grandes, históricas, a nivel cultural e intelectual de este país.

Y no es porque fuera mi padre, sino porque así está establecido, Poeta Meritísimo, declarado por la Asamblea Legislativa y reconocido mundialmente como el escritor más importante, hasta ahora, en El Salvador.

Además Funes en unas declaraciones que hizo públicamente sobre el tema y en defensa de Meléndez dijo que él no podía quitarlo del gabinete y que era su “genuino colaborador” y que en los tribunales en contra de él no había nada.

Entonces, al decir eso Funes, dijimos: “vámonos por la vía judicial y metámoslo como caso de lesa humanidad”, según los cánones actuales de la justicia universal de este momento, no de hace cinco años ni hace diez años, sino de este momento, el caso de Roque Dalton cabal cabe en crímenes de lesa humanidad porque no fue el único muerto en esa vorágine violenta de reacción de extrema izquierda que cometieron estos señores que encabezaron el ERP en 1975.

Esa fue la razón que nos llevo, el intento de ocultar la verdad, de desmentirse de las responsabilidades cuando ya las había aceptado, el intento de borrar su participación en el crimen, y, además, porque la izquierda en este país lejos de tener una actitud autocrítica ante este tema, le dieron la espalda a la verdad, metiendo a este hombre en gobiernos municipales del FMLN y metiéndolo en el gobierno de Mauricio Funes, eso hacía para nosotros más que evidente que el caso no lo podíamos dejar en manos de la voluntad de la izquierda de este país, sino que nos teníamos que ir a las manos de la justicia.

Tomando en cuenta también de que este país tiene que tener evolución en estos casos de crímenes de lesa humanidad, que hay que revivirlos porque estos casos son ejemplares y tienen que quedar para la posteridad y que no pueden volver a ocurrir.

¿Cómo van las gestiones en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)?

Las gestiones van caminando. Es importante esta gestión porque la CIDH, al final como en el Caso de los Jesuitas, pudiera recomendar a El Salvador la reapertura del Caso Dalton, porque en ellos debe haber una conciencia más sólida de lo que es un crimen de lesa humanidad. Vamos a seguir peleando y exigiendo la verdad. En Villalobos y Meléndez está la responsabilidad. Hay que recordar que el derecho va evolucionado. Antes se consideraba que los grupos irregulares no cometían crímenes de lesa humanidad; hoy es un hecho.

Lo otro es que quiero agradecer a todas aquellas personas que nos han apoyado en esta lucha; a los amigos de mi padre y a los admiradores de su obra, que en la medida que pasa el tiempo, se agiganta para orgullo de los salvadoreños. Cuando lleguemos a la verdad, entonces habrá júbilo y reconciliación, incluso, para los asesinos y los encubridores de estos, porque también podemos decir que ha habido encubrimiento y falta de voluntad para lograr la verdad.
 
-- Publicado originalmente en ContraPunto el 20 Febrero 2012.
 

martes, 13 de febrero de 2018

Rita Segato: “Una falla del pensamiento feminista es creer que la violencia de género es un problema de hombres y mujeres”




Más allá de todo prejuicio escandalizador, Segato ha propuesto una mirada profunda sobre la violencia letal sobre las mujeres, entendiendo a los femicidios como una problemática que trasciende a los géneros para convertirse en una expresión de una sociedad que necesita de una “pedagogía de la crueldad”.

Florencia Vizzi y Alejandra Ojeda Garnero
El Ciudadano

Rita Segato es doctora en Antropología e investigadora. Es, probablemente, una de las pensadoras feministas más lúcidas de esta época. Y tal vez de todas las épocas. Ha escrito innumerables trabajos a partir de su investigación con violadores en la penitenciaría de Brasilia, como perito antropológico y de género en el histórico juicio de Guatemala en el que se juzgó y condenó por primera vez a miembros del Ejército por los delitos de esclavitud sexual y doméstica contra mujeres mayas de la etnia q’eqchi, y fue convocada a Ciudad Juárez a exponer su interpretación en torno a los cientos de femicidios perpetrados en esa ciudad. Su currículum es largo e impresionante.

Más allá de todo prejuicio escandalizador, Segato ha propuesto una mirada profunda sobre la violencia letal sobre las mujeres, entendiendo a los femicidios como una problemática que trasciende a los géneros para convertirse en un síntoma, o mejor dicho, en una expresión de una sociedad que necesita de una “pedagogía de la crueldad” para destruir y anular la compasión, la empatía, los vínculos y el arraigo local y comunitario. Es decir todos esos elementos que se convierten en obstáculo en un capitalismo “de rapiña”, que depende de esa pedagogía de la crueldad para aleccionar.

Es, en ese sentido, que el ejercicio de la crueldad sobre el cuerpo de las mujeres, pero que también se extiende a crímenes homofóbicos o trans, todas esas violencias, “no son otra cosa que el disciplinamiento que las fuerzas patriarcales imponen a todos los que habitamos ese margen de la política, de crímenes del patriarcado colonial moderno de alta intensidad, contra todo lo que lo desestabiliza”. En esos cuerpos se escribe el mensaje aleccionador que ese capitalismo patriarcal de alta intensidad necesita imponer a toda la sociedad.

No es tarea sencilla entrevistar a Rita, que es una especie de torbellino, capaz de enlazar con extrema claridad y sutileza los argumentos más complejos. Se toma su tiempo para responder, analiza cada pregunta, la desgrana, profundiza y vuelve a empezar con una vuelta de tuerca sobre cada concepto. Tiene su propio ritmo y seguirlo puede ser un desafío.

—En el marco del alarmante crecimiento de los casos de violencia de género, ¿podría profundizar en el concepto que desarrolló de que la violencia letal sobre la mujer es un síntoma de la sociedad?

—Desigualdad de género, control sobre el cuerpo de la mujer desde mi perspectiva, hay otras feministas que no coinciden, acompañan la historia de la humanidad. Sólo que, contrariamente a lo que pensamos y a eso que yo llamo prejuicio positivo con relación a la modernidad, imaginamos que la humanidad camina en la dirección contraria. Pero los datos no confirman eso, al contrario, van en aumento. Entonces tenemos que entender cuáles son las circunstancias contextuales e históricas.

Una de las dificultades, de las fallas del pensamiento feminista, es creer que el problema de la violencia de género es un problema de los hombres y las mujeres. Y en algunos casos, hasta de un hombre y una mujer. Y yo creo que es un síntoma de la historia, de las vicisitudes por la que pasa la sociedad. Y ahí pongo el tema de la precariedad de la vida.
 
La vida se ha vuelto inmensamente precaria, y el hombre, que por su mandato de masculinidad, tiene la obligación de ser fuerte, de ser el potente, no puede más y tiene muchas dificultades para poder serlo. Y esas dificultades no tienen que ver como dicen por ahí, porque está afectado por el empoderamiento de las mujeres, que es un argumento que se viene utilizando mucho, que las mujeres se han empoderado y que los hombres se han debilitado por ello y por lo tanto reaccionan así… no. Lo que debilita a los hombres, lo que los precariza y los transforma en sujetos impotentes es la falta de empleo, la inseguridad en el empleo cuando lo tienen, la precariedad de todos los vínculos, el desarraigo de varias formas, el desarraigo de un medio comunitario, familiar, local… en fin, el mundo se mueve de una manera que no pueden controlar y los deja en una situación de precariedad, pero no como consecuencia del empoderamiento de las mujeres, sino como una consecuencia de la precarización de la vida, de la economía, de no poder educarse más, leer más, tener acceso a diversas formas de bienestar.

Y eso también va en dirección de otra cosa que vengo afirmando: que hay formas de agresión entre varones que son también violencia de género. Yo afirmo que los varones son las primeras víctimas del mandato de masculinidad. Con esto no estoy queriendo decir que son víctimas de las mujeres, y quiero dejarlo bien en claro porque se me ha entendido de una manera equivocada muchas veces. Estoy diciendo que son víctimas de un mandato de masculinidad y una estructura jerárquica como es la estructura de la masculinidad. Son víctimas de otros hombres, no de las mujeres.

—Muchas mujeres reciben esta violencia como algo normal. ¿Por qué?


Foto: Colectivo Manifiesto

—Por eso, sobre todo en España, al principio, cuando en las primeras campañas por los derechos de la mujer empezaron a aparecer estas mujeres golpeadas en la televisión, fue muy fuerte y causó mucho impacto. Plantear que la violencia doméstica es un crimen creo que fue el mayor avance de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (Cedaw), es decir, que algo que es una costumbre puede ser un crimen. Es dificilísimo, sobre todo en el campo del derecho dar ese paso, porque el derecho es como la santificación de todo lo que es la costumbre como ley. Pero la Cedaw dice: esta costumbre es un crimen, no puede ser transformada en ley. En ese caso de la violencia doméstica, de las violaciones domésticas, se ha marchado en el camino de comprender que es un crimen.

Ahora, lo que nos da a nosotros una pauta, una luz para entender mejor todo ese tema, es que cuando hay un óbito, cuando aparece un cuerpo, un asesinato de mujer nunca fue natural, ni antes ni ahora ni nunca. Y ahí vemos que hay una dificultad del derecho y del Estado en ganar terreno en este campo. Porque, sin ninguna duda, están en aumentando cada vez los feminicidios, ese verdadero genocidio de mujeres que estamos viviendo, de varias formas. Y eso lo sabemos porque ya hay más de 10 años de estadísticas en la mayor parte de los países. Y además el avance en lo legal y lo forense respalda esta afirmación.

—Usted plantea que la violación es un acto disciplinador, un crimen de poder. ¿Qué se juega el agresor sexual en esos casos?

—Bueno, ese concepto es de altísima complejidad. Le cuesta mucho a la sociedad comprender a qué apunto. Mucha gente de bien, muy moral, saltó contra esto e intenta rápidamente diferenciarse de ese sujeto que considera anómalo, criminal, inmoral, en fin todo lo malo que se deposita en ese sujeto, en ese chivo expiatorio que es el agresor… y los otros hombres se salvan y dicen yo no soy eso. Yo eso lo pongo bajo un signo de interrogación.
 
Yo creo que aquel último gesto que es un crimen, es producto de una cantidad de gestos menores que están en la vida cotidiana y que no son crímenes, pero son agresiones también. Y que hacen un caldo de cultivo para causar este último grado de agresión que sí está tipificado como crimen… pero que jamás se sucedería si la sociedad no fuera como es. Se sucedería en un psicópata, pero la mayor cantidad de violaciones y de agresiones sexuales a mujeres no son hechas por psicópatas, sino por personas que están en una sociedad que practica la agresión de género de mil formas pero que no podrán nunca ser tipificadas como crímenes.

Por eso mi argumento no es un argumento antipunitivista de la forma clásica, en el sentido de que no se debe punir o sentenciar. Sí tiene que haber leyes y sentencias que sólo algunas veces llegan a materializarse. Pero en nuestros países sobre todo, en el mundo entero, pero especialmente en América Latina, de todos los ataques contra la vida, no solamente los de género sino de todos en general, los que llegan a una sentencia son una proporción mínima. La eficacia material del derecho es ficcional, es un sistema de creencias, creemos que el derecho lleva a una condena. Pero claro que tiene que existir, el derecho, todo el sistema legal, el justo proceso y la punición. Lo que yo digo es que la punición, la sentencia no va a resolver el problema, porque el problema se resuelve allá abajo, donde está la gran cantidad de agresiones que no son crímenes, pero que van formando la normalidad de la agresión. Ninguno tomaría ese camino si no existiera ese caldo de cultivo.
 
Foto: Colectivo Manifiesto

—¿Y por qué algunos hombres toman ese camino y otros no? Porque si es un problema social ¿no afectaría a todos por igual?

—Y bueno, porque somos todos diferentes… yo no te puedo responder eso. Lo que sí te puedo asegurar es que los índices serían muchos menores si atacáramos la base, o sea, el hábito, las prácticas habituales. Tampoco hablo de una cultura de la violación, porque se habla mucho de eso, sobre todo en Brasil. Se habla mucho de una cultura violadora. Está bien, pero cuidado con la culturalización, porque el culturalismo, en el abordaje de estos temas, le da un marco de “normalidad”, de costumbre. Como se hace con el racismo por ejemplo… es una costumbre. Yo tengo mucho miedo a esas palabras que terminan normalizando estas cuestiones.

—En relación a este tema, sobre que la violación es un crimen de poder, disciplinador, eso, ¿se juega de la misma manera en el caso de los abusos de menores? Ya que generalmente los niños son abusados en su mayoría en las relaciones intrafamiliares o por integrantes de sus círculos cercanos, ¿se puede hacer una misma lectura o es distinto el análisis?

—Yo creo que es un análisis distinto, porque ahí si entra la libido de una forma en que yo no creo que entra en las violaciones de mujeres. Yo no he investigado mucho ese tema, lo que sí puedo decir al respecto es que el agresor, el violador, el asediador en la casa lo hace porque puede. Porque también existe una idea de la paternidad que proviene de una genealogía muy antigua, que es el pater familias, como es en el Derecho Romano, que no era como lo concebimos hoy, como un padre, una relación parental. Sino que el padre era el propietario de la mujer, de los hijos y de los esclavos, todos en el mismo nivel. Entonces eso que ya no es más así, pero que en la genealogía de la familia, como la entendemos, persiste… la familia occidental, no la familia indígena. Pero sí la familia occidental, que tiene por debajo en sus orígenes la idea de la dueñidad del padre. Entonces, eso aun está muy patente. Tengo estudiantes que han trabajado este tema. Por ejemplo, el caso de un pastor evangélico que violaba a todas sus hijas, y lo que sale de ese estudio es que el hombre, en su interpretación, era dueño de esos cuerpos. Eso es algo que no está más en la ley, pero sí en la costumbre. Y el violador también es alguien que tiene que mostrarse dueño, en control de los cuerpos. Entonces el violador doméstico es alguien que accede a esos cuerpos porque considera que le pertenecen. Y el violador de calle es alguien que tiene que demostrar a sus pares, a los otros, a sus compinches, que es capaz. Son variantes de lo mismo, que es la posesión masculina como dueña, como necesariamente potente, como dueño de la vida.

—En su experiencia, ¿el violador se puede recuperar de alguna forma, con la cárcel o con algún tratamiento?
 
—Nunca vi un trabajo de reflexión, no lo podemos saber porque el trabajo que debemos hacer en la sociedad, que es primero entender y luego reflexionar, nunca fue hecho. Sólo después de hacer el trabajo que está pendiente todavía de hacer en el sistema penitenciario, podemos llegar a ese punto. No hay elementos suficientes. No estoy hablando de psicópatas. Porque, a diferencia de lo que dicen los diarios, la mayor parte de las agresiones sexuales no son perpetradas por psicópatas. Los mayores perpetradores son sujetos ansiosos por demostrar que son hombres. Si no se comprende qué papel tiene la violación y la masacre de mujeres en el mundo actual, no vamos a encontrar soluciones.

Quedan pendientes tantos temas… hablar, por ejemplo, sobre el papel de los medios que, según sus propias palabras, colaboran con exhibir públicamente la agresión a las mujeres hasta el hartazgo, haciendo de la victimización de las mujeres un espectáculo de fin de tarde o después de misa, reproduciendo hasta el hartazgo los detalles más morbosos y funcionando así como el “brazo ideológico de la estrategia de la crueldad”…. Esos y tantos otros. Será en otra oportunidad. La estaremos esperando.


lunes, 12 de febrero de 2018

DISCURSO PRONUNCIADO POR FIDEL EN EL ALMUERZO EN SU HONOR EFECTUADO EN LA CIUDAD DE LOS COSMONAUTAS, URSS, EL 29 DE JUNIO DE 1972.




Querido compañero Brezhnev;

Queridos compañeros del destacamento de cosmonautas;

Queridos compañeros soviéticos y cubanos:

En el día de hoy, durante esta visita a la población estelar, nosotros hemos vivido horas muy agradables y muy emocionantes. En primer lugar, tuvimos la oportunidad, pudiéramos decir el privilegio, de ver el centro de entrenamiento, de ver los lugares donde ustedes se entrenaron, las naves; tuvimos la posibilidad de obtener una idea real de las condiciones en que ustedes trabajan y las condiciones en que ustedes han realizado las exploraciones espaciales. Tuve incluso la oportunidad de introducirme en una de esas naves. Por unos segundos es posible que yo me haya imaginado que también era cosmonauta. 


Y yo pensaba en esos momentos cómo recibimos las noticias de los viajes espaciales: cada vez que se producía un vuelo espacial, en el mundo se informaba del vuelo, de la órbita, del número de vueltas y de múltiples noticias que llegaban del espacio. Veíamos fotografías, veíamos películas; leíamos libros, revistas; conocimos los cosmonautas. Pero, sin embargo, cuánto esfuerzo, cuánto tiempo, cuántas horas de trabajo, de estudio y de sacrificio; cuánta dedicación, cuánta voluntad, cuánta abnegación, ¡cuántas cosas han tenido que ocurrir para que se produzca el vuelo de los cosmonautas! Y además, cuántos riesgos, cuántas incomodidades, que verdaderamente hacen de los vuelos espaciales una gran hazaña. 

Por mucho que la imaginación del hombre trate de comprenderlo, difícilmente llegue a alcanzar la realidad de lo que significa ese esfuerzo de ustedes. 

Pero además qué gran esfuerzo científico, qué gran esfuerzo técnico, qué extraordinario y complejo desarrollo de la economía ha sido necesario para eso. 

El compañero Brezhnev nos explicaba que todos los componentes de esas naves espaciales han sido construidos en la Unión Soviética. Cuántos miles de equipos, cuántas decenas de miles de piezas, cuántos diferentes metales, cuántos diferentes productos químicos, qué desarrollo de la electrónica y de las computadoras, y de la física y de las matemáticas, ha hecho falta para lograr la proeza de los vuelos espaciales. 

Nosotros ayer, en nuestra visita al Distrito de Gagarin, recordábamos que con motivo del recorrido por el GOSPLAN habíamos visto una exposición de Lenin: los cuadros de Lenin hablándoles a los soldados, a los obreros, al pueblo; las fotografías de Lenin en aquella época, que eran épocas tan duras, épocas tan difíciles. Y hay una fotografía de Lenin mirando el paso de una carreta que llevaba troncos de árboles para hacer madera. 

Han transcurrido no mucho más de 50 años, y en esos 50 años, a pesar del punto de partida de la Unión Soviética, en medio de las ruinas de la guerra imperialista, de las intervenciones, de las bandas contrarrevolucionarias, en medio del aislamiento y del bloqueo, empezaron a construir el Estado socialista, se enfrentaron a las tareas del desarrollo, a los planes quinquenales. Luego de nuevo la guerra, la invasión hitleriana, y la destrucción, las pérdidas de enormes riquezas y de 20 millones de vidas, el surgimiento del campo socialista en un área destruida por la guerra. Y aun en medio de esas terribles circunstancias, la Unión Soviética, el pueblo soviético, bajo la dirección de su Partido, ha llegado a los avances, ha llegado a los éxitos, ha llegado a las proezas —en todos los campos— que se han logrado. 

Lenin y los primeros bolcheviques no tuvieron la oportunidad de contemplar esta era de la conquista del espacio, pero ellos creyeron en el poder soviético, ellos creyeron en las ideas marxistas, ellos creyeron en el hombre, ellos creyeron en el Partido que habían fundado, y la realidad ha venido a demostrarlo de una manera absoluta, de una manera impresionante.
Por eso, cuando nosotros vemos estos logros, no podemos menos que rendir nuestro tributo de respeto a los que fueron capaces de ver las posibilidades de la revolución socialista. 

Y todos estamos conscientes de que es un camino que apenas comienza. ¡Cuántas cosas en el futuro, cuántas nuevas conquistas de la ciencia del espacio nos quedan por delante!
Pero además hemos tenido la oportunidad de ver no solo la técnica, sino de ver los hombres que han trabajado, han manejado esa técnica y han conquistado el espacio. 

Nosotros hemos tenido el privilegio de conocer a muchos de esos hombres, comenzando por el compañero Gagarin, que visitó a nuestro país algún tiempo después de su viaje espacial. Nosotros hablábamos ayer de eso en el Distrito Gagarin: de su juventud, de su espíritu lleno de optimismo, lleno de vida, y al mismo tiempo de su nobleza, de su modestia, de su sencillez, de su espíritu amistoso que dejó en nuestro país un gran recuerdo. 

Sin duda que los hombres que han estado trabajando en la conquista del espacio han sido escogidos por el Partido por su conciencia revolucionaria, por su espíritu de disciplina, por su abnegación, sus méritos, su valor, su capacidad, su inteligencia, su voluntad. Pero no es casual el hecho de que detrás de cada hombre de esas características hay un hombre verdaderamente sensible, hay un hombre de una gran calidad humana. 

Lo que nosotros hemos podido ver en los destacamentos de cosmonautas son precisamente esas extraordinarias cualidades humanas que están detrás del revolucionario, detrás del buen revolucionario, detrás del buen trabajador. 

Nuestro país ha tenido el honor de recibir a nueve de los 25 cosmonautas. Infortunadamente varios de ellos ya no se encuentran aquí entre nosotros. Nosotros deseamos verdaderamente que Cuba pueda seguir teniendo el honor de recibir con frecuencia la visita de ustedes. De todo corazón les brindamos nuestro país, nuestra hospitalidad, nuestra tierra, nuestros mares (APLAUSOS). Esos mares azules que ustedes ven desde el espacio cuando viajan. Nuestros mares son, además, mares muy claros, muy bellos. Imaginamos que desde el aire también se vean bellos, desde tierra también son así realmente: las aguas, los fondos de coral, las arenas. Y nada más justo que si ustedes los ven desde lejos, a cientos de kilómetros, tengan la oportunidad de verlos de cerca y de palpar todo eso. 

Nosotros también hemos visto hoy el aspecto humano de la vida de los cosmonautas. Hemos visto el pueblo donde viven, los edificios de apartamentos. Hemos visto sus familiares, hemos visto sus hijos y los familiares de sus compañeros, y pensamos que ellos viven junto con ustedes el esfuerzo, el sacrificio en la lucha por la conquista del cosmos; ellos han sufrido junto con ustedes los riesgos: el cosmonauta, el riesgo de perder la vida; los familiares, el riesgo de perder a los seres queridos; las esposas, a los esposos; los hijos, a los padres; los riesgos de perder al compañero, de perder al amigo. 

Imaginamos los inmensos dolores de ustedes cuando han ocurrido accidentes, cada vez que se ha producido un hecho doloroso. Hay una cifra que da la idea de los riesgos del esfuerzo de ustedes, y es el número de compañeros que han muerto, de entre los 25 que han participado en la conquista del espacio.

Por último, en aquellos momentos tuvimos un instante de mucha emoción cuando visitamos la estatua de Gagarin y le pusimos la ofrenda floral, y aparecieron los niños, apareció la población, y una banda de música tocaba la Marcha del 26 de Julio. Fueron para nosotros minutos que no podremos olvidar. 

Y aquí en este Museo, al final, vimos las fotos, vimos los recuerdos, vimos los regalos que les dieron a lo largo de la visita a todo el mundo. Entre ellos estaban las fotos en ocasión de la visita a Cuba del compañero Gagarin y de otros compañeros. Vimos también los presentes que a todos les han hecho en todos los países que visitaron. Por último, admiramos y celebramos realmente la idea de organizar ese pequeño Museo. Porque, a pesar del poco tiempo transcurrido, ya la conquista del espacio tiene su historia: una historia llena de esfuerzo, llena de sacrificio y llena de proezas. Y es bueno que las generaciones venideras tengan la posibilidad de conocer y de comprender cómo comenzó todo esto. 

Nosotros no tenemos la menor duda de que en los próximos 20, 25 años, 50 años, quién sabe las cosas que estarán ocurriendo en el espacio, quién sabe las naves que estarán volando; quién sabe las plataformas, los laboratorios, las cosas que se estarán haciendo entonces. Pero todo eso ha tenido un comienzo, como tuvo un comienzo la revolución bolchevique, como tuvo un comienzo el Estado soviético. 

Y así como nada nos conmueve tanto como recordar aquellos primeros tiempos, también nada conmoverá en el futuro tanto como recordar estos tiempos, como conocer estos inicios, este comienzo, conocer la vida y la historia y el trabajo de los hombres que iniciaron la conquista del espacio. 

Nosotros, a la vez de expresarles a ustedes nuestra más profunda admiración, queremos también expresar nuestro agradecimiento, nuestro recuerdo a los compañeros que dieron su vida por estos éxitos; recordar también a los que están ausentes, físicamente ausentes, pero plenamente presentes en nuestro recuerdo y en nuestros sentimientos; expresar nuestra admiración por el pueblo soviético, por su Partido y por su dirección, por el interés que le han puesto a la cuestión de la conquista del espacio, por el tiempo y la energía que han dedicado a este esfuerzo. 

Por eso, compañeros, nosotros deseamos brindar por el destacamento heroico de los cosmonautas soviéticos, brindar por los éxitos del pueblo soviético, brindar por su Partido y brindar por su dirección, brindar por el compañero Brezhnev. 

(APLAUSOS) 


Fuerza Histórica Latinoaméricana.

Fuerza Histórica Latinoamericana

Saludos y bienvenida:

Trovas del Trovador


Si se calla el cantor, calla la vida...inspirate,instruyete,organizate,lucha,rebelate.



Saludos y bienvenida:


Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida...
Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos.

Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos.

Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más...

A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado.

Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia...

Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos?

Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista.

No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente.
Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo.

Fraternalmente, Trovador


UN DÍA COMO HOY, 12 de febrero de 1973, los principales periódicos de El Salvador difundieron fotos de la muerte de los compañeros José Dima...