Las contradicciones que no explican el despido de Nelson Rauda
Apoyado en versiones contradictorias o falsas el
nuevo ministro de Seguridad, Ricardo Perdomo, destituye al Director de
Centros Penales y le acusa de incumplir sus órdenes expresas al permitir
la participación de dos líderes pandilleros en una entrevista
televisiva fuera de la cárcel. Perdomo prohíbe de forma indefinida el
contacto de periodistas con presos y, en contra de lo dicho en 2012 por
Munguía Payes, niega ahora que la tregua sea parte de la estrategia de
seguridad del Gobierno.
José Luis Sanz y Carlos Martínez
elfaro.net
El nuevo ministro de Justicia y Seguridad, Ricardo Perdomo,
destituyó este jueves al director general de Centros Penales, Nelson
Rauda, en un intento por frenar la polémica desatada por la salida de la
cárcel de dos líderes pandilleros -condenados ambos a más de 30 años de
prisión por homicidio-, para asistir a una entrevista realizada en vivo ante más de 7,000 feligreses y transmitida por radio y televisión desde un templo evangélico de San Salvador, la noche del miércoles 29.
Según Perdomo, el permiso de salida de ambos presos contravino una
orden directa dada por él a Rauda la mañana del mismo miércoles. “El día
de ayer (miércoles) yo di una orden muy precisa de que se prohibían las
entrevistas y la exposición a los medios publicitarios de parte de los
privados de libertad de todos los centros penales. Esta orden que di fue
violada con el movimiento de dos miembros de pandillas que salieron de
los penales hacia una iglesia evangélica”, dijo el ministro, en una
conferencia de prensa celebrada la tarde de este jueves 30.
Perdomo aseguró que esa orden tuvo dos efectos inmediatos: la
suspensión de una conferencia de prensa de líderes pandilleros prevista
para la misma mañana del miércoles en el penal de Mariona, y la
cancelación de una entrevista que “un medio digital” iba a realizar en
otro centro penitenciario. La actividad en el tempo evangélico debió
seguir, dijo, el mismo camino, y no fue así.
La asistencia de Carlos Ernesto Mojica Lechuga “Viejo Lin” y Dionisio
Umanzor “El Sirra”, pandilleros representantes del Barrio 18 y la Mara
Salvatrucha (MS-13), respectivamente, en el culto del Tabernáculo
Bíblico Bautista “Amigos de Israel”, una de las congregaciones
evangélicas más influyentes y con mayor número de seguidores del país,
desató la misma noche del miércoles y la mañana del jueves una avalancha
de críticas de parte de quienes vieron el acto como un privilegio
concedido a dos reos condenados. Mojica y Umanzor estaban hace solo 15
meses recluidos en la cárcel de máxima seguridad de Zacatecoluca, de la
que salieron como parte del diálogo con el gobierno. En los últimos 10 años, ninguno de los dos había sido visto fuera de los muros de una cárcel o de una sala de juicios.
La misma noche del miércoles, Rauda respondió a los primeros
cuestionamientos admitiendo que el evento había contado con la
autorización de la Dirección de Centros Penales. Insistió además en que
el traslado de “Viejo Lin” y “El Sirra” para que participaran en el
culto religioso y la entrevista televisiva, conducida por el pastor
Edgard López Bertrand, conocido como “Toby Jr”, en la que hablaron de su
experiencia de vida y de la tregua que sostienen desde marzo de 2012,
se ajustaba a las condiciones establecidas por la Ley Penitenciaria.
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Nelson Rauda abandona una conferencia de prensa en el Ministerio de Seguridad el 16 de marzo 2012. Foto Archivo El Faro | | |
La versión dada por el ministro Perdomo la tarde de este jueves deja
sin embargo numerosos cabos sueltos, choca con la versión de otros
actores de la tregua y se contradice con lo expuesto por él mismo en
otra conferencia de prensa, concedida apenas cinco horas antes.
Fuentes del Ministerio de Seguridad confirman que Perdomo se reunió a
las 8 de la mañana del miércoles 29, su primer día en el cargo después
de ser nombrado por el presidente Mauricio Funes el martes por la tarde,
con el viceministro Douglas Moreno, el entonces director Rauda y el
subdirector de Centros Penales Rodil Hernández. En esa reunión,
supuestamente, dio el nuevo ministro la nueva directriz sobre
entrevistas con pandilleros e internos penitenciarios en general.
La que
Rauda incumplió.
Tanto Perdomo como Moreno han afirmado que no fueron “informados
correctamente” por Rauda de los detalles de la actividad en el
Tabernáculo, y el viceministro aseguró que pensaba que se iba a tratar
de una entrevista intramuros en un centro penal. Esto supone, por tanto,
no solo que el exdirector decidió ignorar una orden de Perdomo, sino
que cara a cara con Moreno, amigo suyo, su predecesor al frente de
Centros Penales y su mentor político en el actual gobierno, decidió
ocultarle los detalles de la actividad prevista para esa noche, que
además había sido aprobada dos días antes.
En cuanto a la suspensión de la conferencia de prensa en Mariona,
efectivamente Raúl Mijango, mediador entre el gobierno y las pandillas,
había convocado a una conferencia de prensa con líderes pandilleros para
el miércoles a las 8 de la mañana, pero esta se desconvocó antes de que
comenzara siquiera la reunión en la que supuestamente Perdomo dio la
orden de suspenderla.
Miembros del equipo de coordinación de Mijango
aseguran que el mediador no ha recibido ninguna comunicación oficial
desde el Ministerio y que la conferencia del miércoles se frustró porque
varios de los pandilleros que debían participar en ella se reportaron
enfermos. “De las nuevas directrices nos hemos enterado por los medios”,
afirmó una asistente del mediador.
En cuanto a “la entrevista con un medio digital” de la que habla
Perdomo, es una que El Faro tenía previsto sostener este jueves con un
líder pandilleril en el centro penal en que está recluido, y no se
suspendió el miércoles sino este mismo jueves. Los nombres de los
periodistas que debían hacerla aparecían, de hecho, en la hoja diaria de
visitas al centro, pero cuando los reporteros llegaron al penal el
personal de seguridad de la prisión explicó que todas las visitas
previstas acababan de ser suspendidas.
El mismo Ricardo Perdomo dio versiones diferentes en las dos
conferencias de prensa que celebró el jueves para explicar lo ocurrido
el miércoles. En la primera, celebrada a las 10 de la mañana, el
ministro afirmó en cuatro ocasiones que “ahora” o “este día” había dado
instrucciones de suspender las entrevistas con presos. “Yo tomo posesión
el día de ayer y ahora es que he dado los lineamientos incluso en
consulta con el señor presidente”, dijo. “En mi segundo día de gestión
he dado órdenes pertinentes de que ese tipo de privilegios y concesiones
se terminan”, repitió después.
En la conferencia de la tarde, convocada para anunciar la destitución
de Rauda, tanto él como Moreno afirmaron en cambio que esa orden se
había dado el miércoles. “Fue mi primera reunión tras la toma de mi
cargo y pedí que se cumpliera inmediatamente”, afirmó.
Queda por explicar por qué, si es que la orden se dio el miércoles
por la mañana y la actividad en el Tabernáculo fue el miércoles por la
noche, en la primera conferencia de prensa del jueves el ministro no
hizo ninguna referencia a que lo sucedido era un incumplimiento de sus
lineamientos. Se limitó a decir que iba a investigar lo ocurrido y que
en adelante “anomalías o flexibilidades que había en Centros Penales”
quedaban “totalmente terminadas”.
El Faro contactó telefónicamente con Nelson Rauda la noche del jueves
para pedirle su versión sobre lo sucedido en las 48 horas anteriores,
pero el exfuncionario se negó a dar declaraciones. Cuando se le preguntó
qué día recibió la orden del ministro de suspender toda entrevista con
internos, se limitó a decir: “Mejor no voy a hablar de eso, porque voy a
complicar más las cosas”.
El origen de la idea
El único miembro del equipo que ha gestionado la tregua que se
encontraba presente en el Tabernáculo el miércoles, mientras “El Sirra” y
“Viejo Lin” eran entrevistados, era Paolo Lüers, miembro de la
Fundación Humanitaria y del equipo técnico, que reúne a todos los
involucrados en la gestión de las negociaciones con las pandillas. Según
Lüers, la idea de que líderes pandilleros fueran entrevistados en vivo
por el líder de la iglesia evangélica fue suya.
En la versión de Lüers, que coincide con la del pastor Toby Jr., la
idea apareció hace casi dos semanas, luego de que el religioso lo
invitara a su programa de entrevistas. A Toby Jr. le pareció una buena
idea contar con líderes de las pandillas en su templo y acordaron hacer
las gestiones para que ocurriera. En aquella entrevista con Lüers en la
televisión del Tabernáculo, había otro invitado: el viceministro de
Seguridad y Justicia, Douglas Moreno, quien según Lüers también se
mostró a favor de ese -entonces posible- evento.
Lüers cuenta que el sábado 25 hubo una reunión en el penal de Mariona
a la que asistieron los líderes de las cinco principales pandillas que
protagonizan la tregua. Él también asistió y ahí “El Sirra” y un
representante de “Viejo Lin” le confirmaron que el Tabernáculo, a través
de algunos de sus pastores que visitan las diferentes prisiones, había
invitado a los dos pandilleros a participar de la entrevista en vivo.
Según el relato de Lüers, el lunes 27 Nelson Rauda le confirmó que
estaba al tanto de la actividad prevista y que las autorizaciones para
que “El Sirra” y “Viejo Lin” acudieran a la sede central del Tabernáculo
estaban listas. Toby Jr. asegura que él supo de ese aval oficial la
noche del martes. Desde ahí todo transcurrió sin sobresaltos: el
miércoles a las 2 de la tarde, una caravana de tres vehículos con varios
agentes de seguridad recogió a “El Sirra” en el penal de Ciudad Barrios
en San Miguel y luego pasó por “Viejo Lin” al penal de Cojutepeque.
En la escolta participó un dispositivo de la Policía Nacional Civil,
que además prestó seguridad perimetral en los alrededores del templo
durante el culto y la entrevista televisada. La presencia de agentes
policiales implica que en la preparación de la actividad Centros Penales
tuvo algún grado de coordinación con al menos otra institución del
gabinete de seguridad.
Consultada por lo sucedido el miércoles, la jueza de vigilancia
penitenciaria de Santa Tecla, Astrid Torres, responsable de la
supervisión del cumplimiento de pena de Dionisio Umanzor “El Sirra”,
negó estar al tanto de que la actividad del Tabernáculo iba a
celebrarse, pero recordó que los artículos 92 y 93 de la Ley
Penitenciaria autorizan la participación de internos en actividades
extramuros con permiso ya sea de un juez de vigilancia o del director
del centro penitenciario en que cumplen pena. “Yo por los medios me di
cuenta, así que deduzco que en este caso fue el director del centro el
que autorizó”, dijo.
“No es al primera vez que se autorizan permisos para dar testimonios
en iglesias”, añadió la jueza. “Una actividad de este tipo busca
demostrar a la sociedad que el interno está cambiando”. Insistió además
en que el hecho de que “Viejo Lin” y “El Sirra” sean pandilleros no
supone un limitante legal para el permiso de salida. “Si estuvieran
todavía en Zacatecoluca sería distinto, pero ahora están en régimen
ordinario”, recordó.
La jueza dijo comprender el impacto que la aparición de los dos
líderes pandilleros fuera de los muros de la cárcel tuvo en parte de la
población, pero quiso centrarse en su sustento jurídico: “Sin conocer
detalles de cómo se gestionó el permiso, me parece que el procedimiento
fue tal vez socialmente reprochable, pero legal”.
Perdomo contradice a Munguía Payés
Al margen de la destitución de Rauda, que será sustituido
provisionalmente por el hasta ahora subdirector Rodil Hernández, el
anuncio de que, en adelante y por un tiempo indeterminado, los líderes
de pandillas no podrán conceder entrevistas a medios de comunicación ni
celebrar conferencias de prensa supone un giro radical en la forma en
que el Gobierno ha gestionado la tregua hasta hoy.
Por la negativa de las autoridades a asumir su responsabilidad en la
negociación y por tanto a liderar el anuncio de sus avances u
obstáculos, las constantes comparecencias de los líderes de la Mara
Salvatrucha y el Barrio 18 en entrevistas televisivas y sus conferencias
de prensa -organizadas por Raúl Mijango con autorización implícita de
las autoridades de Centros Penales- han sido durante más de un año la
principal fuente de información sobre los acuerdos y compromisos
alcanzados. Las pandillas han lanzado en este tiempo un total de 13 comunicados
y se había vuelto habitual verlos dar declaraciones en el penal de
Mariona, al que los voceros de la MS-13 y el Barrio 18 en un principio y
luego también los de la Mirada Locos, La Máquina y la Mao Mao eran
trasladados desde sus respectivas cárceles para tal fin.
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De
izquierda a derecha: El ex director de la PNC, Francisco Salinas, el
Exministro de Seguridad, David Muguia Payes y el Ex Director de Centros
Penales, Nelson Rauda, en una conferencia de prensa el 16 de marzo 2013
en la cual negaron que el estado haya n | | | | |
Perdomo parece querer revisar también otras prácticas relacionadas
con la tregua y, según publicaciones de La Prensa Gráfica y del
noticiario 4 Visión, cuenta para ello con el respaldo del presidente
Funes. Ambos medios citan a "fuentes del Gobierno" para asegurar que el
despido del Director de Centros Penales fue una orden directa de Funes, y
que el mandatario ha hecho saber que de ahora en adelante "no tolerará
medidas que rocen en la ilegalidad en beneficio de pandilleros". En las
conferencias de prensa del jueves 30, Perdomo anunció “una evaluación de
las políticas que se seguían anteriormente”, en referencia a la forma
en que su predecesor, David Munguía Payés, que abandonó el cargo por
orden de la Corte Suprema de Justicia y acaba de ser nombrado asesor del
presidente para el “Proceso de Pacificación” (la forma más reciente en
que el Ejecutivo se refiere a la tregua), administraba la negociación
con las pandillas.
“La tregua entre pandillas es un hecho social que se produce entre
pandillas (…) y creemos que es una cosa positiva porque logró la
reducción de homicidios y un mayor conocimiento del fenómeno social,
pero quiero ser claro: la tregua no es parte de la estrategia de
seguridad del gobierno”, afirmó el nuevo ministro, en evidente
contradicción con lo admitido por Munguía Payés en una entrevista concedida a El Faro en mayo de 2012, cuando dijo: “El trabajo de monseñor Colindres y Raúl Mijango era una pieza de mi estrategia”.
El nuevo ministro repitió que el Gobierno no ha negociado ni va a
negociar con la MS-13 y el Barrio 18, pero hizo “un llamado a un pacto
social con la sociedad civil para que sea la sociedad civil la que
dialogue (con las pandillas) y busque los mecanismos de la incorporación
de los jóvenes en riesgo. Los diálogos se van a hacer a nivel de la
sociedad”, dijo.
Esta afirmación de Perdomo parece referida a la iniciativa de los
Municipios Libres de Violencia (también conocidos como municipios
santuario) y está cerca de lo expresado por el presidente Funes el
pasado abril en su visita a Washington.
El presidente de la República afirmó que la labor del Estado en este
proceso era “darle sostenibilidad a una tregua que no puede estar
sometida (…) a la voluntad de las partes sino a una respuesta
institucional y estructural que comience a desmontar las causas de la
violencia delincuencial”.