viernes, 2 de enero de 2015

21 salvas a la Revolución Cubana


Desde la Fortaleza de San Carlos de La Cabaña fueron disparadas 21 salvas de artillería en saludo al aniversario 56 del triunfo de la Re­vo­lución Cubana, en honor a los mártires de la Patria y al aguerrido pueblo cubano

 A las 12 de la noche de este 31 de diciembre, como cada año desde la Fortaleza de San Carlos de La Cabaña, se iluminaba el cielo. Eran disparadas 21 salvas de artillería en saludo al aniversario 56 del triunfo de la Re­vo­lución Cubana, una ceremonia militar que festejaba lo conquistado y abría paso a los retos que nos impondrá el 2015.

Luego de la voz de mando dada por el capitán Erisleibis Ortega Pino, jefe de la batería de salvas, y al compás de las notas del Himno Nacional, retumbaron los disparos de los obuses de 122 milímetros M-30, operados por 39 cadetes de la Escuela Interarmas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias General Antonio Maceo, Orden Antonio Maceo.

Sonaban los disparos en honor a los mártires de la Patria, a nuestro aguerrido pueblo y a la victoria.

Organizados en cinco dotaciones, cada una integrada por seis miembros con sus reservas, los jóvenes, entre ellos 15 mu­chachas, lu­cieron su destreza en un ejercicio que reco­noce su calidad como estudiantes y premia el esfuerzo realizado durante el año.

“Aquí están los mejores de la especialidad según sus resultados académicos, su disciplina y a su vez es un gesto voluntario porque renuncian a sus vacaciones. Estar aquí es un reconocimiento para estos cadetes, un honor y lo hacen con la alegría y la responsabilidad que caracteriza a nuestros jóvenes”, comenta el también joven capitán al frente de la batería.

Kimai Graverán Álvarez es pinareña y tiene 22 años y Luis Ángel Eguis Sánchez viene de Villa Clara y cuenta solo 20.

Ambos fueron protagonistas de la ceremonia a la que acuden muchos espectadores. No es la primera vez que tienen esta oportunidad, pero para ellos sigue siendo igual de emocionante el momento.

“Es un gran privilegio participar en estas salvas de artillería porque no todo el mundo tiene el orgullo de hacer este ejercicio y realmente nosotros lo celebramos”, dice Luis Ángel y continúa:

“Estamos festejando el nuevo año y despidiendo el 2014 que fue de grandes resultados para nuestra Revolución. Nos ha tocado vivir una página importante de nuestra Historia, momentos inolvidables como el de tener nuevamente en la Patria a los Cinco Héroes que estaban injustamente presos en cárceles del imperio, y de cambios, entre ellos el anuncio del restablecimiento de las relaciones di­plomáticas con Estados Unidos”.

Mientras, Kimai espera que el 2015 traiga cosas muy buenas: “Estoy cursando el cuarto año y pronto me convertiré en teniente, una oficial de las Fuerzas Armadas. Serán otros los retos, nuevas dificultades que enfrentar, y más cuando mi bebé David Alejandro tiene solo 15 meses de nacido”, dice con una sonrisa en los labios.

Ella es parte de ese equipo de mujeres artilleras que evidencian el espacio ganado por las de su sexo: “Muchos dicen que la artillería es para hombres pero a mí y a mis compañeras nos gusta esta especialidad y decidimos escogerla. Se trabaja con armamento pesado y hemos demostrado que hacemos lo mismo que nuestros compañeros”.

En la ceremonia Kimai se desempeñó como jefa de pieza y cuando se gradúe en agosto ejercerá el cargo primario de jefa de pelotón, ya sea de fuego o de mando en una unidad de combate.

Por su parte, Luis Ángel agrega que la suya es una especialidad muy interesante y educativa: “Se divide en cinco ramas fundamentales: la táctica, el trabajo de exploración, el armamento, el carácter combativo y el tiro y dirección de fuego”.

Ambos están entre los cadetes más integrales y además de terminar con cinco puntos el curso anterior, se les mide por su conducta, su disciplina, porte y aspecto, la participación en actividades políticas, deportivas y cultura­les. Son jóvenes de vanguardia.

“A la juventud nos toca llevar adelante la lucha que guiara nuestro Comandante en Jefe y por la que tantos cubanos ofrendaron sus vidas hasta obtener el triunfo del Primero de Enero de 1959. Esta ceremonia de hoy es nues­tro mejor homenaje”, concluyó Luis Ángel, mientras de impecable uniforme se alejaba junto a sus compañeros, entre los muros de una fortaleza que ha resistido por siglos los embates del tiempo.

 Cuba celebra los 56 años de una revolución que superó todas las agresiones de EE.UU.

 Cuba festeja el 56 aniversario de su revolución. La fecha no es solo motivo de celebración sino también una lección de coraje y resistencia de quienes han vivido el proceso de cerca.

 

 "Yo veía las niñas con zapaticos blancos y le decía a mi mamá que me comprara un par de zapaticos blancos". Para Nemesia Rodríguez Montalvo, víctima de la invasión de EE.UU. en 1961, era un sueño casi imposible de cumplir. El pueblo donde vivía estaba separado por un pantano y su familia apenas disponía de dinero.

Todo cambió el 1 de enero de 1959. Tras el triunfo de la revolución se construyó una carretera, mejoró la infraestructura y por fin pudo cumplir su tan ansiado sueño. Los bienes empezaron a llegar y la madre de Nemesia puso sus ahorros para conseguir los "zapaticos blancos". "Yo les veía tan lindos que la que no encontraba ocasión para ponerlos fui yo", confiesa la mujer.

El sueño se hizo real aunque la alegría no duró mucho. Nadie, dice Nemesia, se podía imaginar una invasión, un ataque contra la población 'por gusto'. Cuando se anunció la evacuación tenía tan solo 13 años. Era demasiado joven como para comprender a qué se estaba enfrentando. "Puse mi mejor ropita y los zapaticos blancos. Y cuando nos trasladábamos hasta Jagüey un avión atacó el camión donde yo iba".

Perdió a su madre, sus hermanos resultaron heridos y su abuela quedó paralizada hasta el día en que falleció. Así se produjo la invasión de Bahía de Cochinos en la playa Girón en 1961, que contó con la participación de unos 1.200 mercenarios estadounidenses.

"¿Quién los armó, quién los transportó y quién los embaucó? Siempre va a haber un culpable detrás de toda esa operación, y ese culpable fue el Gobierno y la CIA de EE.UU.", asegura el historiador Julio Amorín Pons a RT.

Según los documentos desclasificados, la operación fue parte del plan diseñado por las autoridades estadounidenses con el fin de derrocar a Fidel Castro. Afirmaban que con su ausencia sería fácil establecer una junta que favorecería los intereses de Washington.

Pero Nemesia está convencida de que el espíritu que había nacido dos años antes de la invasión, el del triunfo de la revolución del 1 de enero, dio la fuerza necesaria y fue el incentivo para imponerse tanto en la batalla de Girón como en otros ataques contra el Gobierno cubano. Algo que corroboran los historiadores.

"Toda revolución va iniciando un proceso y es lógico que cometa errores, pero la mayoría de la población cubana sigue apoyando la revolución precisamente porque responde a los intereses del pueblo cubano", afirma Pons.

Más de medio siglo ha sido el tiempo que se han prolongado los intentos de EE.UU. de destruir la revolución cubana. Al menos con medidas económicas. Lo reconocía el mismo presidente estadounidense el mes pasado al anunciar la normalización de las relaciones con Cuba. Una decisión que incrementó aún más el espíritu revolucionario de los cubanos y confirmó la impotencia de los países ajenos ante la voluntad del pueblo cubano.