domingo, 27 de febrero de 2011

¿A quien beneficia la visita de Obama a El Salvador?



La visita de Barack Obama a El Salvador el próximo marzo es un
acontecimiento político que exige para el movimiento social y popular
salvadoreño una clara y definida posición. Y este posición debe evitar caer
tanto en un irreflexivo y servil entusiasmo oportunista como en repetir
formulas dogmaticas de situaciones del pasado conflicto. Asimismo hay que
evitar ser presa de la derecha mediática que hábilmente pretende lanzarnos
al pleito y a las calles.

Debemos de ubicarnos en la nueva realidad creada a partir del 15 de marzo de
2009. Y definir una nueva estrategia para un nuevo momento. La derecha ha
sido derrotada mientras que la izquierda todavía no dispone de todo el
gobierno. Es un gobierno de transición en el que el mando se comparte con
sectores de centro-izquierda encabezados por el presidente Mauricio Funes.
Esta dualidad de mando fortalece el proyecto por su amplitud, a la vez que
lo debilita porque dificulta e incluso puede bloquear la posibilidad de
profundizarlo.

Pero esta es la dura realidad. Y sobre esta base hay que pensar y actuar
para garantizar que este gobierno, que derrotó a la derecha, avance y no se
estanque.  Las elecciones municipales y legislativas del 2012 definirán
hacia donde se inclinara la balanza. Si la derecha política recupera fuerzas
este proceso de cambios se estancara e incluso puede revertirse.

Pero la perspectiva actual es la de avanzar. Y la derecha lo sabe. Y los
Estados Unidos lo saben. Y este avance tiene dos motores: el de la izquierda
política y el de la izquierda social. El motor electoral esta ya encendido y
seguramente va a acelerar la marcha en los próximos meses, pero el motor
social continua apagado, no despega. Y esto beneficia a la derecha, que
tiene a su motor social, representado por la ANEP bien aceitado y lanzado al
ruedo político, mientras termina de reparar a su instrumento político, el
partido ARENA.

La derecha salvadoreña, tradicionalmente anticomunista y proimperialista, va
a presenciar la visita de un presidente estadounidense a un gobierno de
izquierda, en el que participa significativamente el FMLN.  Es un hecho
inédito. La realidad supera siempre la fantasía. Cristiani vera con lagrimas
en los ojos como Obama viene a darle un espaldarazo político al presidente
Funes. Y no puede hacer nada al respecto más que tragar hondo y esperar que
la visita termine. Es una visita que los perjudica.

La política de Obama hacia El Salvador

La política del gobierno estadounidense  hacia el Gobierno Funes
inteligentemente evade el tema ideológico de la presencia del FMLN y se
fundamenta en abrirle las puertas de los organismos financieros
internacionales para endeudar el país; vincularlo a sus organismos de
inteligencia y seguridad regional, favorecer a sus empresas transnacionales
y determinar el rumbo de su política exterior. No son casuales los viajes a
Colombia e Israel. En particular, pretende alejarlo del ALBA, de Venezuela y
de Cuba. Obama viene a fortalecer esta visión y relación política. Obama
viene a legitimar al Gobierno Funes. Es una visita que beneficia al Gobierno
Funes.

Nuestra posición

Históricamente ha existido un profundo conflicto entre el movimiento social
y popular salvadoreño y las diversas administraciones estadounidenses.
Durante sesenta años los Estados Unidos apoyaron a las dictaduras militares.
Durante 12 años, de 1980 a 1992, en el marco de la Guerra Popular
Revolucionaria,  los sectores populares encabezados por el FMLN enfrentaron
las políticas de contrainsurgencia  emanadas de Washington. Durante 20 años,
de 1989 a 2009, los Estados Unidos apoyaron a los gobiernos derechistas de
ARENA que impusieron el modelo neoliberal.

Durante la campaña de Schafik Handal como candidato del FMLN para la
presidencia en el 2004 los Estados Unidos intervinieron abiertamente a favor
del candidato de ARENA, Antonio Saca. Durante la campaña de Mauricio Funes
como candidato del FMLN para la presidencia en el 2009, la situación se
modificó. Y en esto influyó la llegada  a la Casa Blanca de Barack Obama,
con una visión diferente en la defensa de los intereses imperiales.

Y la derecha salvadoreña derrotada tuvo que aceptar que los Estados Unidos
reconocieran la victoria de Funes. Perdieron la elección, perdieron al
aliado. Los Estados Unidos tienen intereses, no amistades. Y esta visita por
lo tanto beneficia al Gobierno Funes. Lo coloca e identifica como un
gobierno confiable para sus intereses globales y regionales.

Como movimiento social y popular debemos exigir al presidente  Obama que se
desmantele la Base Militar de Comalapa, el cierre de la ILEA, la
modificación del TLC, la ampliación del TPS, el cese de las redadas contra
nuestra Comunidad Salvadoreña en USA, así como solidarizarnos con las justas
demandas de los trabajadores de Wisconsin y demandar que el gobierno
estadounidense cese su apoyo a las dictaduras del Medio Oriente.

Roberto Pineda


San Salvador, 27 de febrero de 2011

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