¿De donde viene la supuesta rivalidad México y El Salvador?

Gilberto Ernesto Garcia Dueñas
Si me preguntan a mi, con toda certeza diría que dicha rivalidad fue
una creación de la derecha salvadoreña en los años 80´s como una
revancha política al apoyo del entonces gobierno de México a la
izquierda salvadoreña luego que junto al de Francia, reconocieran en
agosto de 1981 al FDR-FMLN como fuerza política representativa del
pueblo salvadoreño. Para eso, usaron uno de los principales instrumentos
ideológicos de manipulación masiva, los canales 2, 4 y 6 conocidos como
la Telecorporación Salvadoreña TCS, quiénes monopolizaban desde aquel
entonces el millonario espectáculo del Futbol, e incentivaron desde ahí,
a niveles masivos y enfermizos el odio contra México desde el famoso
episodio de la “pelota cuadrada” en la exagonal de Honduras en 1981.
Es más, si hubiera que ponerle nombres de personas, yo mencionaría como
mayores responsables en cuanto a caras visibles de esta rivalidad
–enfermiza para la afición salvadoreña e intrascendente para la afición
mexicana- a personajes como Boris Esersky, Tony Saca, Mauricio Saade
Torres (ya fallecido) y Eugenio Calderón. Uno dueño de TCS y los demas
comentaristas deportivos de poca monta, pero que dado que eran la voz
del monopolio televisivo, parecía que eran algo cómo la última Coca Cola
en el desierto.
Estoy seguro que puedo demostrar con debates y
argumentos contundentes, que la supuesta rivalidad entre México y El
Salvador, no viene ni de la herencia indígena, ni de la colonia, ni de
las disputas de las pandillas de Los Ángeles, ni siquiera de los abusos
que sufren nuestros migrantes a su paso por México en camino a EE.UU.
Sino más bien, de lo que ya mencione, de una revancha política de la
derecha salvadoreña, que ha usado algunos de los elementos recién
mencionados, como combustible a una llama que fue encendida como una
revancha política haya entre agosto y noviembre de 1981.
Un hecho histórico olvidado: La exagonal, la pelota cuadrada y la declaración franco mexicana.
La exagonal fue en noviembre de 1981, y la declaración Franco Mexicana
fue apenas un par de meses antes, el 28 de agosto de ese mismo año.
Aunque la misma fue interpretada por el gobierno de El Salvador y de
EE.UU. como una acción que favorecía los grupos de “delincuentes
terroristas” como se llamaba al FDR-FMLN en aquella época en realidad
incentivaba a que dicha alianza político-militar participase de “la
instauración de los mecanismos de acercamiento y negociación necesarios
para una solución política de la crisis”. En realidad fue una
declaración pacifista, conciliatoria, negociadora y progresista.
Demasiado para aquella época. Harían falta 11 años y 60 mil muertos,
para que ese espíritu diera sus frutos en un acuerdo de paz.
En
la exagonal de futbol, como frecuentemente sucedió, la geopolítica se
hizo presenta, Honduras y El Salvador, que hacía solo 13 años resolvían
sus diferencias con una guerra, esta vez unidos por las operaciones
militares basadas en las bases estadounidenses de Palmerola e Ilopango
para enfrentar el avance del comunismo en el vecino común – Nicaragua-
marcharon de la mano contra el intervencionista y entrometido México en
la exagonal. Siendo un niño y con escasos 8 años, yo viví este episodio
de la historia. Parte de mi familia estábamos cuasi exiliados en
Tegucigalpa, es más tuve la oportunidad de que unos amigos y familiares
nos invitaron al partido El Salvador – Haití, el cual fue de gran
emoción, si mal no recuerdo, se impúso el equipo Cuscatleco.
El
saldo de la exagonal es caricaturesco. Todavía algunos dicen que El
Salvador fue quién eliminó a México, que gran mentira!. Ciertamente El
Salvador se impuso 2 a 1 en uno de los partidos previos a la final
contra México, pero quién eliminó a México fue en realidad Honduras
quién en el último partido de la exagonal empató 1 a 1 con México,
eliminándolo así pues el equipo azteca necesitaba una victoria para
clasificar en segundo lugar. Al empatar, Honduras REGALÓ la
clasificación a El Salvador. Así tal cual, aunque nos duela, es un hecho
histórico, El Salvador debe su clasificación a España 82 a Honduras, no
a la derrota del equipo Mexica.
Recuerdo haber presenciado el
partido final Honduras-México en la sala de la casa de una parte
hondureña de mi familia y recuerdo a mi tío diciendo como Honduras nos
regalaba el pase al mundial. Vaya signo de reconciliación!!
Especialmente después de la reciente guerra que nos hacía vivir a mi y a
mi hermana mayor, frecuentes episodios de xenofobia en la escuela y en
el barrio de parte de nuestros amiguitos hondureños que nos recordaban
lo mierda que éramos los salvadoreños, vagos, chucos, ladrones, pillos,
etc. etc. Si hubiese sabido en aquel momento el triste papel que en
aquel mundial realizaría nuestra selecta al perder 10 a 1 contra
Hungría, hubiera dicho a mi tío la famosa frase “no me ayudes compadre”.
En ese partido, el gobierno de Honduras, sacó una pelota
cuadrada hecha como de piñata que decía “México” los hondureños y
salvadoreños celebrábamos ir de la mano como hermanos al mundial de
España, y empezó el exacerbado y frenético odio anti - Mexicano, que un
amigo, que por cierto nació en 1986 me dijo hace unos meses “no se de
donde viene pero yo solo se que desde chiquito me enseñaron a odiar a
los mexicanos”… He ahí el interesante papel, de canal 4, TCS y sus
comentaristas deportivos. El mismo aparato ideológico del que muchos
progresistas y de izquierda revolucionaria se quejan.
“La rivalidad viene de la migración y de los abusos en el camino”
Frecuentemente he oído esta hipótesis, pero yo la descartó totalmente.
La gente que ha vivido un infierno cruzando México, siempre habla
también de las manos amigas, de la gente del pueblo que ayudó frente a
las injusticias, de la gente buena que siempre esta a pesar de la gente
mala. Ya en mi vida adulta, viví en México, y puedo dar fe de su
hospitalidad como pueblo. Doy fe también de los abusos de autoridad de
la policía más corrupta quizás no solo del continente sino quizás del
mundo, esa policía que en una ocasión paramos un carro patrulla para
preguntar una dirección -porque estábamos perdidos en el DF, que raro- y
los muy sinvergüenzas nos mordieron. Si esa policía! Que los paras para
pedir ayuda y te muerden!!. Pero esa que no distingue entre
salvadoreños, nicaraguenses, centroaméricanos, sudamericanos o
mexicanos, que muerde igual al migrante que a su propio connacional.
Igual esos zetas, narcos, bandas de criminales y demás grupos delictivos
que igual joden a su gente que a los que vamos de paso.
El
documental “Mujeres en el Camino” de @MarcelaZamora es para mi una
evidencia muy clara en contra de esta hipótesis. El documental denuncia
contundentemente desde la experiencia de varias mujeres migrantes al
estatus quo, la colusión de intereses entre bandas criminales y
autoridades. Sin embargo, una de las escenas culmines del documental, es
de un grupo de mujeres “Las Patronas” que cada vez que pasa el tren
lleno de migrantes desconocidos en su camino por la sierra, arriesgando
su vida frente a la bestia de fierros resoplantes les arrojan comida,
agua, sabanas y abrigos, mujeres mexicanas – por cierto – muy pobres,
campesinas. Que tampoco conocen – ni conocerán- a ningún migrante que va
en el tren.
Sinceramente no encuentro diferencia entre bandas
de criminales de México o de Centroamérica a que no sea por el tamaño
del territorio y del negocio que controlan. No veo diferencias entre
quienes descuartizan migrantes en México o descuartizan campesinos,
indígenas y demás población civil en Guatemala, El Salvador o aún lo
hacen en Honduras. Tampoco veo diferencia entre las muestras de amor y
solidaridad de los pueblos cuando aparecen en México o Centroamerica o
en cualquier parte del mundo. Y a decir la verdad y muy sinceramente, no
veo gran diferencia en como tratamos a los migrantes de otros países en
El Salvador, a como tratan en México o en EE.UU. a nuestros migrantes
salvadoreños. Sinceramente cuando hablamos de migración los salvadoreños
escupimos para arriba porque aquí en El Salvador, a los migrantes
también se les trata peor que a la mierda.
“La rivalidad es una herencia desde tiempos precolombinos y/o de la conquista, o de la república Centroamericana”.
Sinceramente esta es una de las que más me enoja, quizás por cuanto
respeto creo que deberíamos tener a nuestra herencia precolombina e
histórica. Y por ese respeto a nuestra herencia deberíamos, cuando menos
informarnos y no andar hablando “carburo” como dicen los argentinos
(mierdas en salvadoreño).
En El Salvador cuando llegó la
conquista española, desde el río Paz, hasta el río Lempa, era territorio
Nahuat-Pipil y los Pipiles eran Nahuats, Toltecas, cultura común con el
posterior imperio Mexica también llamado Azteca. Los Pipiles vinieron
en épocas precolombinas migrando desde las zonas de Veracruz, Hidalgo,
Puebla y sus alrededores, en múltiples oleadas migratorias para poblar
varias regiones de Centroamérica, Guatemala, Honduras, Nicaragua y hasta
Costa Rica, específicamente hasta la península de Guanacaste. Los
Nahuats hasta ahora se reconocen como los que cultivaron la primera
mazorca de maíz de la que hay evidencia, en el valle de Tehuacán en
Puebla. Casi 5 mil años AC.
Los Nahuat-Pipiles en El Salvador
poblaron muchos de las metropolis construidas por los mayas (y
posteriormente abandonadas), tales como San Andrés, Cushcatan y Cihutan,
las cuales encontraron despobladas, luego de la decadencia de la
cultura Maya, aún inexplicable. Por eso algunos llaman incorrectamente
Maya-Pipiles a nuestros ancestros, quizás en el afán de explicar que
eran Pipiles que se afincaron en antiguos asentamientos Mayas.
Pero para andar sin rodeos y decirlo de la forma menos dolorosa, por el
lado indígena, tenemos un tronco común con los mexicanos. Para decirlo
más crudamente, ¡¡ Los Pipiles, ERAN MEXICANOS !!
Así que si como salvadoreño ¿Te sientes aunque sea UN POQUITO PIPIL?... Bueno entonces siéntete un POQUITO MEXICANO!!
Luego, cuando llegaron los españoles, sus ejércitos eran en un 90%
combatientes de los pueblos originarios de nuestra tierra. Tlaxcaltecas,
con quienes Hernán Cortés hizo alianzas para conquistar Teotihuacan en
México, y Kachiqueles, con quienes Pedro de Alvarado hizo alianzas para
asegurar parte del territorio actualmente de Guatemala y Chiapas. La
menor parte eran españoles, que iban a caballo y tenían las espadas, la
pólvora, los cañones, los mosquetes y la codicia.
Varios
historiadores coinciden que caundo los españoles se apoderaron del
territorio de Cushcatan, Tlaxcaltecas y Kachiqueles se asentaron en la
periferia de la capital salvadoreña, en el territorio del municipio de
Méjicanos, llamado así precisamente por esa razón. Con el tiempo, este
municipio se convirtió en un lugar hasta la médula, popular, como lo
conocemos hasta ahora, un territorio que con el paso de los siglos,
perdió totalmente la diferenciación con el resto del territorio y fue
absorbido totalmente por la ciudad capital.
Luego de revisar lo
anterior, ¿crees de verdad que hay alguna razón para afirmar con algún
fundamento histórico que la rivalidad viene de la migración precolombina
o de la conquista? Personalmente no lo creo. Sino, odiaríamos igual a
los guatemaltecos por su pasado y relación de aliados a los españoles.
El único evento que explica un poco esta hipótesis, al cual daría un
poco de credibilidad es el intento de anexión de Centroamerica por parte
del autonombrado emperador mexicano Iturbide en el año 1821 recien
decretada la independencia de Centroamerica. Pero sinceramente me he
dado cuenta que hay tan poco conocimiento y conciencia de este hecho en
el ideario popular, que tampoco creo que tenga algún peso. Además,
Iturbide intento anexar Centroamérica a México, con apoyo de facciones
de la oligarquía Guatemalteca. Entonces, objetivamente, y otra vez,
habrían más razones para desconfiar de esta, que de los Mexicanos.
Las relaciones pueblo a pueblo con Guatemala a pesar que fusilaron a
Gerardo Barrios, intentaron invadir incontables vece nuestro territorio
(recordemos porqué se llama ciudad heroica a Santa Ana) y de otras
tantas tensiones aún en la primera mitad del siglo XX; me parece que
están totalmente superadas. Aún a pesar que las tensiones Guatemala – El
Salvador fueron de más peso, y más recientes en el tiempo, que las que
pudieron haber en algún momento con México, no veo como la rivalidad con
México que data de más largo tiempo y esta más enterrada en el pasado
que la rivalidad con Guatemala pueda haber perdurado.
Entonces
no, la rivalidad con México no viene ni de la época precolombina, ni de
la conquista, ni de la colonia, ni de la república Centroamericana.
Todas esas afirmaciones, no son más que mitos. En mi opinión.
“La rivalidad viene del tema de las pandillas de Los Ángeles”.
Pareciera mentira, pero a esta hipótesis, es a la que le doy un poco
más de credibilidad. Por varias razones, quizás la principal por ser un
poco más reciente, y por coincidir con el tiempo y las dinámicas
sociales y migratorias que aún perduran.
A finales de los 70´s y
principios de los 80´s empezaron a llegar en grandes cantidades los
migrantes salvadoreños a Los Ángeles, la mayoría huyendo de la creciente
represión en nuestro país. En ese entonces, Guatemaltecos y
Salvadoreños, gozábamos de un aparente gran privilegio. Bajo la Ley
migratoria podíamos pedir asilo político con solo tocar la frontera con
relativa facilidad (ese privilegio se acabo en 2001). Sin embargo, esa
aparente ventaja, perdía totalmente su encanto una vez insertados en la
jungla urbana gringa. Había que ganarse la vida día con día en la mera
macoya del capitalismo. Y la comunidad salvadoreña se empezó a asentar
en los alrededores del famoso Mcarthur Park en Los Ángeles, el mero
tianguis humano de migrantes. A unas cuadras; la 18 calle. Para el otro
lado, la Calle 13. Del lado de la primera controlaban las pandillas
chicanas y mexicanas, y los salvadoreños ahora llamados del Barrio 18
pactaron con ellos para asegurarse un espacio. Equidistantes, los que
eran puros salvatruchos los que no pactaban con los pinches Mexicanos,
fueron la mera Mara Salvatrucha!! De la calle 13 en adelante.
Y
lo que sigue de la historia, y como a través de la deportación masiva
llego a nuestras ciudades y zonas urbanas, llamese Apopa, Soyapango,
Campanera, 2 de abril, Milagro de la Paz, etc. etc. creo que todos lo
conocemos muy bien.
Sin embargo, si esta es una de las razones
sociológicas y hasta antropológicas de las rivalidades entre
salvadoreños y mexicanos, no deja de admirarme como cuanta gente
supuestamente honesta, “gente de bien”, gente decente, que va a misa o
al culto, y que ve con desprecio a los pandilleros ya sea de la 13 o de
la 18 street, les culpa de los todos los males de nuestro país, les ven
como el principal problema a vencer y si es posible exterminar y no les
importa si fueron jóvenes sin oportunidades sociales y económicas.
Realmente no tienen ningún problema en asumir sus rivalidades
provenientes de las disputas en las calles de Los Ángeles entre
pandillas mexicanas y salvadoreñas.
Igual, nunca deja de
sorprenderme, en los foros de discusión en Internet, o en los
comentarios de las noticias, en el Facebook, Twitter y otros medios de
comunicación de actualidad; como tanta gente liberada de su identidad y
protegida por el anonimato, pero supuestamente “honesta”, “buena”,
“cristiana” y “piadosa” quisiera usar tantos métodos, violentos y de
exterminio masivo tales como encerrar a todo el que es tatuado en una
cárcel, darle fuego, echarle unas cuantas bombas, meterles en una isla y
dejarlos morir de alguna enfermedad infectocontagiosa pero que el final
sea doloroso, meterlos en un barco y hundirlo no sin antes meterle
gasolina y suficientes balas, etc, etc. Pensaba que era Hitler y los
Zetas los que usaban estos métodos de exterminación masiva. No la gente
buena y honesta. A veces creo que me equivoco.
Pero bueno, así son las incongruencias de los tiempos post modernos!!
Concluyendo
Cómo dije antes, ya en mi vida adulta viví en México 3 años, trabajaba
de lo que siempre ha sido mi vida. Organizar trabajadores, y hacer
planes juntos para salir de la precariedad económica, social y política.
En ese caminar, encontré una vez en una Asamblea Sindical de
la UNT a una trabajadora, organizada, de las vendedoras de AVON, lo
primero que me dijo cuando noto mi acento guanaco (que yo trataba de
ocultar por cierto) fue que su hijo “de crianza” era salvadoreño, un
muchacho originario de Chalatenango, que su familia “recogió” porque el
niño de 12 años en aquel entonces, venia caminando solito desde Chalate
en El Salvador huyendo de los bombardeos y operativos militares,
tratando de buscar a su mamá que había emigrado quién sabe para donde en
aquellos años de locura. Me partió el corazón, me quede admirado de las
casualidades y me quede pensando que loco es el destino, como puede
perseguirme situaciones como estas, tan casuales y tan extrañas.
Poco después, encontré una trabajadoras de un Call Center en Pachuca
Hidalgo, donde estábamos intentando organizar un sindicato, era una
joven trabajadora de unos veintitantos años, joven madre por cierto, una
líder decidida a hacer algo para cambiar las cosas injustas que estaba
viviendo. Cual fue mi sorpresa cuando me dijo que ella era “medio”
salvadoreña. Su madre igual… venía huyendo de la guerra iban para no se
donde y encontró en Pachuca, un hombre del que se enamoró, donde hacer
un hogar y donde quedarse, y no seguir buscando quien sabe qué. Esta
trabajadora fue fruto de ese hogar. Y su madre, salvadoreña, murió unos
meses después.
En la vida adulta también he encontrado varios
amigos y amigas, hijos de la guerra que crecieron en México y
compartimos esa experiencia, el pueblo de México fue esencialmente
hospitalario, es la verdadera herencia de la Revolución Méxicana, que
acogió a Trotsky, a los exiliados de la Revolución Española, a pesar de
la consolidación fascista, exiliados de Argentina, de Chile, Brasil,
Uruguay durante las dictaduras confabuladas en el famoso Plan Condor, en
fin, en realidad de todo el mundo México fue en una época el destino
por excelencia del exiliado política.
Para nosotros en El
Salvador; Nicaragua y México eran los destinos por excelencia del
exiliado revolucionario en aquellos años 80´s y principios de los 90´s.
En gran medida, por que con unas horas de distancia y unos días de
sacrificio podías poner tu pellejo a salvo, si la Guardia Nacional
llegaba a patear tu puerta y tenias la suerte de escapar y salir hacia
fuera del país para ponerte a salvo en algún lugar. Por todas estas
razones, motivos y circunstancias, cómo dije en mis argumentos
anteriores no creo que la migración es el motivo de la rivalidad México –
El Salvador. Todo lo contrario.
Ahora bien, cuando veo
espectáculos de Xenofobia, como los que se vienen desarrollando desde
hace algunas horas atrás, y que seguramente se desarrollaran hasta
varias horas después de pasado el partido de mañana entre México y El
Salvador, de verdad solo puedo sentir vergüenza, en mi condición de
salvadoreño. Más que todo porque se que se siente la violencia
xenofóbica, se que se siente que te odien por ser lo que eres que no lo
puedes cambiar. No puedes dejar de ser quien eres. Y eso lo viví, pero
no en México, por cierto.
Más vergüenza me dará si en esos
espectáculos de violencia Xenofóbica participan salvadoreños que dicen
ser de izquierda, progresistas o del FMLN que dicen pelear contra los
grandes medios de manipulación masiva pero se montan sin que ni para
que, en espectáculos vergonzosos de violencia y resentimiento irracional
solo porque un personaje nefasto y caricaturesco cómo “La Choly” (que
es un promotor de la violencia intrafamiliar en sus personajes radiales
aparte de un títere de la ANEP/FUSADES con su payasada del zapatazo),
anda haciendo un show Xenofóbico anti Mexicano, porque según él es muy
divertida la cosa.
Pero aún más vergüenza me dará … si hay
muertos, heridos o lesionados en el marco de un pinche partido de
futbol. Porque con este nivel de irracionalidad no es de extrañar que
una desgracia ocurre cuando menos se le espera en un abrir y cerrar de
ojos.
Espero ser un poco pesimista con esta advertencia, pero
espero generar un poco de racionalidad con todo lo escrito
anteriormente.
Hoy en la noche, yo también espero ver el
partido México – El Salvador, y espero hacer un brindis por la amistad y
solidaridad de los pueblos, de México y El Salvador, que junto con el
resto de Centroamérica, somos el pueblo de Mesoamérica!!! Sómos el
pueblo que cultivo el maíz por primera vez. No inventemos fronteras
donde nunca las hubieron.
12 de Junio 2012, día del puto partido El Salvador – México.
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