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miércoles, 3 de octubre de 2012
TERRORISMO Y CIVILIZACIÓN (LIBRO)
TERRORISMO Y CIVILIZACIÓN es una admirable construcción del pensamiento, un análisis magistral del terrorismo de Estado a través de la historia, de su evolución desde la esclavitud hasta su forma actual de leviatán sangriento,ávido de capital, depredador brutal de seres humanos y del planeta. Esta obra llega a los lectores, atrapada en una frenética paradoja que incita a la indignación: su autor, un pensador marxista que respira altruismo y humanidad, al menos en esta ocasión no podrá rubricarla con su nombre y apellido, porque el monstruo terrorista ha criminalizado el pensamiento insumiso y libertario.
Carlos Tupac es un nombre de guerra y de combate, un recurso de supervivencia en medio de un sistema capitalista senil y loco acosado por crisis sucesivas, de una civilización burguesa en decadencia, virulenta en su agonía, que no duda en matar o encarcelar todo pensamiento que abrace la utopía de dignificar al ser humano.
Carlos Tupac es la imbricación potente de teoría liberadora y praxis guerrera enfrentando en la arena la injusticia secular de un sistema oprobioso; ese nombre somos todos losque luchamos por el cambio radical de la sociedad resistiéndonos al desarme ideológico. La violencia revolucionaria, la rebeldía frente a regímenes injustos, es un derecho universal irrenunciable, que no puede ser arrojado a la deflagración del olvido, y es al mismo tiempo una bofetada a cierta izquierda pusilánime, que por artificios sicológicos, mediáticos, se cree derrotada, y que atrincherada ensu cobardía, duda de la capacidad de lucha de los pueblos;izquierda de discurso enajenado, incoherente, que a nombre de un pacifismo desmovilizador y criminal, condena la violencia “venga de donde viniere”
-así, sin nombre y sin apellido, sin historia y sin contexto-, que casi siempre termina abrazada con el reformismo que apuntala al sistema. De manera pertinente nos recuerda el autor, que, en el preámbulo mismo de la Declaración Universal de los DerechosHumanos aprobada por la ONU en 1948, se consagra y legitima el derecho a la rebelión. Bolívar, el Libertador, afincado en el contexto histórico de la Carta de Jamaica, plantea en El Correo del Orinoco, que:
“El hombre social puede conspirar contra toda ley positiva que tenga encorvada su cerviz, escudándose con la ley natural…”/ “A fin de no embrollar la gramática de la razón, debe darse el nombre de insurrección a toda conjuración que tenga por objeto mejorar el hombre, la patria y el universo...”/ “La insurrección se anuncia con el espíritu de paz, se resiste contrael despotismo porque éste destruye la paz, y no toma las armassino para obligar a sus enemigos a la paz... Ha sido tal en esta parte el despotismo de muchos legisladores que a pesar de loinsensatos que eran sus códigos, han exigido, sin embargo, una obediencia ciega.”/ Auto-conceptuados arbitrariamente para especular sobre lo justo y lo injusto y acostumbrados “a poner la ley en contradicción con la naturaleza” pretenden obligar a los pueblos “a divorciarse de su inteligencia para no verse forzados al sublime atentado de derribar el poder tiránico.”/ “Cuando un código político no puede sostener la mirada de la razón, el poder que lo protege es un insulto hecho a lanaturaleza humana, y si se corre el riesgo en derribarlo, a lo menos no es crimen hacerlo.”/ “Sin duda es algo severa estateoría, pero aun cuando sean alarmantes las consecuencias dela resistencia al poder, no es menos cierto que existe en lanaturaleza del hombre social un derecho inalienable que legitima la insurrección...”/ “Es, pues, la insurrección por su naturaleza un acto legítimo: ella anuncia que si hay en unEstado un poder esencialmente perverso, el hombre-ciudadanosabrá buscar los medios de derribarlo.”/ “Bien sé que esta doctrina contraría todas las preocupaciones con que un centenar de ladrones coronados gobiernan la tierra…/ “En una palabra, de todo lo que contraría a la magna carta de los derechos del hombre, que la naturaleza ha escrito en nuestros corazones con sus propias manos; alumbrar con la antorcha dela filosofía las opresiones de toda especie; convocar la fuerza pública para acabar con los tiranos bajo las ruinas de su propia grandeza: tal ha sido desde la infancia de las monarquías el destino de todos cuantos han nacido con su alma elevada y tal el verdadero título que tienen a ser llamados bienhechores de los hombres, todos los que así lo hacen”.
TERRORISMO Y CIVILIZACION
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