sábado, 1 de diciembre de 2012

Dagoberto Gutiérrez: Es necesario construir un nuevo país donde los salvadoreños realicen el “sueño americano” en su propia tierra


Dagoberto Gutiérrez expone durante el 1er. Congreso sobre el Impacto Sociocultural de la Migración, realizado por estudiantes de Sociología de la UES.



Bianca Segura
Redacción Diario Co Latino


La construcción de un nuevo país que permita que el “sueño americano” de muchos salvadoreños se realice en su propia tierra es una de las propuestas que expuso Dagoberto Gutiérrez, Vicerrector de la Universidad Luterana Salvadoreña (ULS), durante el Primer Congreso de Migración: “Impacto socio cultural de la migración”.

“Se debe construir ese sueño acá para evitar que migren  mayor cantidad de salvadoreños.  Pero, debe ser acompañado por una política para los migrantes en Estados Unidos que sea legal y  una relación con su país para que no pierda su identidad”, afirmó el catedrático.

Gutiérrez señaló que el salvadoreño ha tenido un pasado migratorio, desde que las clases dominantes les expropiaron sus tierras para sus cultivos.  En los primeros flujos migratorios, el campesinado  se trasladaba hacia otras zonas del país o hacía Honduras.

“En los ochentas  hubo una revuelta migratoria:  los primeros fueron los vetados de la guerra: las personas que pidieron asilo político. Luego, los campesinos que huían porque  el conflicto fue en el campo. Con la partida del campesinado,  las tierras para el cultivo quedaron solas”, explicó.

Después, hubo un tercer grupo de migrantes: los profesionales. Este sector se traslada a Estados Unidos  por el impacto de la guerra . Por último,  el último grupo son todos los sectores que se van al “norte” tengan vínculos o no con el conflicto armado.

“Pero, la migración regresa  al país  en  forma transculturización. Por ejemplo, el fenómeno de la remesa  y la comida rápida”, detalló.

La falta de un trabajo digno, la seguridad y la guerra  son  las principales causas de que miles de salvadoreños  arriesguen  sus vidas  al  cruzar la fronteras de Guatemala y México.

Francisco Mejía,  miembro del Museo de la Palabra y la Imagen, afirmó que son de 500 a 700 salvadoreños  que  optan por  irse “mojados” a Estados Unidos  todos los días.  “De esa cantidad, 120  salvadoreños, ya sea niños, mujeres u hombres,  no  pasarán la frontera por diferentes causas.  Se reporta que más de 22 mil transmigrantes son sometidos a violaciones  y a torturas por el crimen organizados  durante el camino”, aseguró.

Mejía aseveró que el crimen organizado pide de  cinco a siete mil dólares a los familiares de los migrantes, como derecho de peaje, para que los compatriotas pasen por el país.  Los connacionales que pasan por la frontera y consiguen “el sueño americano” son el sector que sostiene la economía nacional, a través de la remesa.

Mejía indicó que los  habitantes que reciben mayor remesa se encuentran en los departamentos de La Unión, Morazán, Cabañas y San Miguel. Es decir, el oriente del país.

“En los últimos cinco años, las remesas representan el 18% del Producto Interno Bruto (PIB). No obstante, el 19% de cada remesa se destina para educación y medicinas. La mayor parte  se destina para comida, ropa, amigos y tecnología”, dijo.

El representante del Museo de la Palabra y la Imagen enfatizó en la concientización en las familias de los migrantes para que valoren el dinero que envían los compatriotas, ya que en muchos casos lo despilfarran y no invierten en su estudio.

“En muchos casos, ellos ni estudian ni trabajan porque están acostumbrados al envío de la remesa de sus familiar. Pero con la actual crisis, muchos compatriotas no envían remesas o si envían, es una mínima cantidad comparada a años anteriores”, expresó.

Esta realidad fue reflejada  en  “Quiénes se quedan: lo que el camino nos arrebató” , un documental realizado por estudiantes de Sociología para el Primer Congreso sobre migración y su impacto socio cultural en El Salvador.

La producción audiovisual recopila las experiencias de varios salvadoreños que  decidieron migrar a Estados Unidos y fueron deportados al país. Asimismo, de los familiares de los migrantes que extrañan a  sus familiares, pese a que se comunican a través del teléfono o internet.

Por otro lado, informa cómo existe una generación de jóvenes que se pierde, a través de la transculturización. Un ejemplo fue el municipio de Concepción de Oriente, en La Unión, donde muchos niños y adolescentes desertan a la escuela con la esperanza que sus padres o familiares los lleven a Estados Unidos.

El Congreso fue realizado por estudiantes de Sociología de la Universidad de El Salvador (UES) y duró tres días. En el evento, diputados, pastores y analistas políticos analizaron y expusieron la situación de la migración en el país.

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