Rafael Menjívar/DEM
El salvador no ha logrado despegar hacia una ruta de desarrollo económico; no cuenta con un plan de preservación del medio ambiente; se improvisa, no se planifica.
Tuve la oportunidad de preguntarle al ex comandante Dagoberto Gutiérrez en una amena charla impartida en un circulo privado sobre los Acuerdos de Paz en El Salvador. Le pregunté lo siguiente: ¿Por qué firmaron un documento de buenos enunciados sin ningún programa económico de post guerra? ¿No te parece que era el momento de refundar la nación salvadoreña? ¿Qué les paso? Con su especial estilo reflexivo me contesto: “tenés razón vos, nos durmieron en ese momento, pero era preferible esa paz cuestionada que una guerra prolongada”.
Dagoberto es un personaje educado, dialéctico, lógico, con vocación de representar al salvadoreño marginado de la riqueza nacional (me agradaría compartir una diálogo con Dagoberto, esto de riqueza nacional) ; procura medir bien sus expresiones; sostiene que el FMLN en 1980 “aseguró la unión, más bien la alianza de las cinco organizaciones político militares”.
No me atrevo a asegurar la causa real de la separación de la dirigencia del FMLN, pero me auxilio de sus interpretaciones que abarcan los partidos con ideales socialistas de la mayoría de países latinoamericanos, especialmente El Salvador y considera que cambiaron el rumbo, y afirma: “fracaso político y económico del socialismo real; mercado global dentro del capitalismo, crisis ambiental, surgimiento de movimientos sociales no reconocidos por el vocabulario conceptual del marxismo”.
Un grupo de ciudadanos seguidores de las ideas de Dagoberto, fundan el partido Movimiento Nuevo País como respuesta al FMLN que dice “dejó de ser el partido guerrillero; lo ubica como una “fábrica de funcionarios, quienes han olvidado los ideales que los llevaron al conflicto armado y ahora ven solo por intereses particulares y no de la población en general”. Otro dirigente del movimiento Fidel Nieto afirma: “el nuevo partido no sería ideológico, que sería un instrumento donde caben personas con diversas ideologías. Éste no es un partido marxista o leninista, será una alianza de diversos sectores del país”. Las críticas comienzan a surgir y Lorenzana ya lo tildó de “oportunista” que pretende conquistar bases del FMLN.
Dagoberto debe estar consciente que ha comenzado un juego en la cancha donde entrenan todos los partidos políticos y ha legitimado la legalidad e institucionalidad de los organismos de control del aparato electoral; la nueva organización política pretende recolectar 80 mil firmas; 30 mil más de las necesarias o por si en la recontada no salen las cuentas. Coincido con esta iniciativa, especialmente con el nombre atractivo para la mente de tantos que aspiramos a reencontrar soluciones a los graves problemas de nuestra sociedad, pero es el mismo país para un nuevo partido que aspira a crecer consiguiendo firmas y planteo algunas interrogantes: ¿Estamos frente a un movimiento que logra que cada uno que firma entiende el nuevo proyecto político? Si firmarán 80 mil ciudadanos, la primera marcha será no menos de 50 mil seguidores, suficiente para alarmar al FMLN en las próximas elecciones.
Don Mario López, Secretario General de Bases Magisteriales, se convirtió en el principal crítico del exministro Salvador Sánchez Cerén; es un dirigente valiente, decidido a asumir las consecuencias en su lucha a favor de los maestros y formuló otra reflexión: ¿Será el partido político que unifique a la nación ante el tema a mi entender más elemental de un país que tiene el 18% o más de analfabetismo? y graves retrocesos en materia educativa (tema que me gustaría debatir con quien me sostenga lo contrario sea de un nuevo o viejo partido político).
Reconozco los méritos a Dagoberto y no descarto la migraña que puede causarle a dirigentes del Frente cuando responde a interrogantes de alianzas con ellos: “Nunca, nunca. Es que somos proyectos políticos diferentes, organizaciones totalmente diferentes, con proyectos políticos diferentes, utopías diferentes, sueños diferentes; ahora, podemos tener acuerdos políticos, eso sí. No podemos tener unidad porque tenemos diferente ideología, pero podemos hablar, hablamos con todo el mundo”.
Dagoberto usó un fusil como guerrillero; usó una pluma como académico, usa una computadora para sus libros; ahora está usando sus aspiraciones y experiencia acumulada para crear una ideología basada en la necesidad de la gente y someterse a las reglas de formación de partidos políticos; no solo se enfrentará al poder real y formal, sino a la infraestructura de la sociedad que conoce perfectamente y a la superestructura que ha descrito infinidad de veces en sus intervenciones con magistral conocimiento.
El Salvador no ha logrado despegar hacia una ruta de desarrollo económico; no cuenta con un plan de preservación del medio ambiente; se improvisa, no se planifica; una evidente necesidad de seguridad alimentaria y otros temas que están en los documentos de los nuevos y veteranos partidos políticos, pero con tinta en borrador cuando lo que necesitamos es escanear (o sanear) nuestra mente para reencontrarnos en objetivos comunes. Le deseo éxito a Dagoberto y le recuerdo que no siendo marxista se puede apreciar una frase interesante del filosofo judío-alemán: “Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos; de lo que se trata es de transformarlo”.
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martes, 27 de noviembre de 2012
De la tregua de las pandillas y otros demonios
Guillermo Mejia
El ministro de Justicia y Seguridad, general David Munguía Payés, cumplió su primer año en el cargo
y no perdió la oportunidad para lucirse en el sistema mediático nacional, donde insistió en el éxito de la tregua entre las pandillas y anunció otra propuesta de las maras que demandan la instauración de “municipios santuarios”. Pero el general no sale de su laberinto.
Para la reflexión sobre tan oscura realidad resultó un excelente ejercicio la radiografía del fenómeno de la militarización, crimen organizado y pandillas, desarrollada por autoridades de la Universidad Centroamericana (UCA) recientemente con ocasión del XXIII Aniversario del asesinato de los padres jesuitas y sus colaboradoras, ocurrido el 16 de noviembre de 1989.
Si bien hubo coincidencia entre los participantes en que hay que buscar una salida humanizada al flagelo de las pandillas, también Jeannette Aguilar, directora del Instituto Universitario de Opinión Pública (IUDOP); Andréu Oliva, rector de la UCA; y José María Tojeira, director de Pastoral Universitaria, demandaron del gobierno transparencia y seriedad frente a la ciudadanía.
“La tregua se ha manejado hasta hoy bajo una enorme opacidad”, afirmó Aguilar, “las múltiples contradicciones que están presentes en la retórica del ministro de Justicia y Seguridad, quien ofrece constantemente diversas versiones en torno al asunto al tiempo que asegura contar con el monopolio de la verdad le han restado credibilidad al proceso”.
Luego se hizo varias preguntas: ¿Cuál fue el papel del gobierno en todo esto?, ¿qué otros privilegios además de los traslados y de los televisores plasma han recibido los pandilleros en sus cárceles?, ¿hasta dónde los beneficios penitenciarios se están distorsionando en el marco de este acuerdo?, ¿cuál es el verdadero rol de los llamados facilitadotes?, ¿existen otras treguas que no nos han contado?
En el fondo, la directora del IUDOP ve varias amenazas por las fallas que tiene el proceso. En primer lugar, se rompa el pacto. En segundo lugar, se desencadene una reacción violenta de las pandillas que “podría ser utilizada por el Estado para justificar una represión masiva que legitime nuevas regresiones autoritarias”. En tercer lugar, se inicie una nueva guerra entre las maras.
Y advirtió una amenaza muy particular: “Si en efecto el crimen organizado también ha tomado parte de ese proceso y la tregua entre pandillas es solo un distractor para facilitar un corredor logístico para el paso de la droga en el país, en el corto plazo es probable que la violencia se institucionalice y las mafias se infiltren en el Estado”.
Como lo prueban otras experiencias en el mundo, entre ellas Colombia, “cuando las mafias se institucionalizan la violencia se reduce”, dijo.
Por su parte, el rector de la UCA, Andréu Oliva, al referirse al crimen organizado en el país advirtió que éste mantiene vínculos con políticos, elites económicas, el Estado y las mismas pandillas.
“En primer lugar, con los políticos, tanto de derecha como de izquierda, con quienes es fundamental coordinar para poder operar y el crimen organizado les puede pagar muy bien estos favores. Los vínculos entre políticos y crimen organizado se dan en todas partes, pero en el caso de El Salvador son estructurales” pues creció utilizando las estructuras de quienes participaron en la pasada guerra.
“En segundo lugar, las investigaciones revelan vínculos del crimen organizado con las elites económicas. Estas alianzas son fundamentales sobre todo para el lavado de dinero y otros negocios ilícitos que a menudo requieren de una fachada legal. Algunos informes revelan nombres de algunos hombres de negocios y políticos importantes, tanto de la derecha como la izquierda”, añadió.
En ese marco, el rector de la UCA señaló que la militarización de la cartera de Justicia y Seguridad, así como de la Policía Nacional Civil significa retrocesos importantes en el combate al crimen organizado.
Puso de ejemplo: “El regreso a puestos operativos de miembros de la policía que tenían expedientes de investigación abiertos señalados por los informes por su vinculación al crimen organizado, la destitución o traslado de personal policial que había informado responsabilidades graves del crimen organizado, el control del centro de información policial, la inteligencia militar y el Organismo de Inteligencia del Estado por miembros del ejército”.
“Estas medidas parecen indicar que la política actual de seguridad se rige por la premisa ‘si no puedes contra tu enemigo únete o alíate con él y al menos tendrás un cierto control del mismo’”; por lo tanto, "la actitud de las autoridades locales respecto al crimen organizado solo puede definirse como pasiva y encubridora, pero parece lógica que sea así por el alto nivel de infiltración que tiene el crimen organizado en las instituciones estatales como en diversos niveles de la sociedad”, denunció Oliva.
El rector de la UCA brindó, a la vez, algunas cifras que ilustran la forma en que ha avanzado el crimen organizado y el narcotráfico en El Salvador: Las Naciones Unidas estiman que entre los años 2004 y 2005 el 88 por ciento de la droga del Sur a Estados Unidos pasaba en la ruta de Centroamérica a México y un 5 por ciento se quedaba en el área para el consumo.
“Por su parte, la DEA –oficina antidrogas estadounidense- estimó que en los años 2010 y 2011 el tráfico de drogas en nuestro país oscilaba entre las 565 y 600 toneladas de cocaína. La participación de los grupos salvadoreños consiste principalmente en el transporte, la descarga, la protección, la custodia de la mercancía y el reembarque hasta su destino final en Estados Unidos”, agregó Oliva.
Ahora ya no solamente se queda el 5 por ciento de la droga, sino que el pago en especie puede andar por el 20 por ciento de la droga transportada, pues “desde hace algún tiempo los carteles mexicanos y colombianos, los dueños de la droga, decidieron pagar a los transportistas en especie”, situación que se presta para la generación de violencia por el control del “narcomenudeo”.
“Esto supondría un mínimo de 28 toneladas si fuera el 5 por ciento y un máximo de 120 toneladas de droga si fueran 600 toneladas de droga que transitan anualmente por El Salvador. A esta droga hay que darle salida, hay que convertirla en dinero en efectivo para cubrir los gastos de su transporte y obtener ganancias”, sentenció Oliva.
Por su lado, el padre José María Tojeira, director de Pastoral Universitaria, hizo un recuento de cómo ha existido una “remilitarización” de la sociedad, principalmente, a partir de la firma de los Acuerdos de Paz, entre el gobierno y la guerrilla, en 1992. La sociedad salvadoreña ha vivido en un espejismo pensando que la Fuerza Armada es la institución que sí cumplió con esos Acuerdos.
“Otorgar a los militares cada vez papeles protagónicos es peligroso, poco democrático y enturbia todavía más una situación como la actual, que es una situación de cambio en desconcierto y en dificultades grandes para el cambio”, advirtió Tojeira.
En síntesis, una situación nada bonancible, compatriotas. ¿Y diay?