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martes, 18 de diciembre de 2012
Félix Ulloa: “es necesaria una Asamblea Constituyente y una nueva Constitución”
Félix Ulloa, presidente del Instituto de Estudios Jurídicos de El Salvador (IEJES).
Zoraya Urbina
Diario Co Latino
El Salvador necesita una Constitución de la República que responda al contexto del nuevo milenio, para no seguir poniendo parches en la actual, dijo Félix Ulloa, presidente del Instituto de Estudios Jurídicos de El Salvador (IEJES), quien fue magistrado del Tribunal Supremo Electoral.
En sendas ocasiones, el profesional ha propuesto la conformación de una Asamblea Constituyente que trabaje en la conformación de una nueva Constitución, puesto que la actual fue concebida en la década de los ochenta, en el contexto del Conflicto Armado y sin la representación de la izquierda.
Esto contribuiría a fortalecer la paz, a sentar las bases democráticas para que “el país tenga un nuevo rostro de cara al nuevo siglo”, dijo. El contexto actual, previo a las elecciones del 2014, es una buena oportunidad.
Ulloa considera que una Asamblea Constituyente permitirá la actualización de la Constitución de la República, de acuerdo a las necesidades del país.
Asimismo, contribuiría a dirimir situaciones, hasta ahora confusas, como si la Asamblea puede o no elegir dos veces en un mismo periodo al Fiscal General de la República; se podría considerar una reforma en el tema de las consultas populares y añadir las figuras de un referéndum, el plebiscito, revocatoria de mandato, entre otros.
En este contexto, planteó la necesidad de crear un Tribunal Constitucional, más allá la Sala de lo Constitucional y que estaría a la par de la Corte Suprema de Justicia. “Es importante un diseño constitucional más claro, más adecuado a los tiempos actuales”, dijo.
El IEJES planea convocar a la comunidad jurídica, a los sectores sociales y académicos para que elaboren una agenda para una nueva Constitución y, si alguno de los órganos del Estado se interesa, puede acompañar la iniciativa. El jurista indicó que el Presidente de la República, Mauricio Funes, podría presentar una propuesta para que la nueva Asamblea sea la Constituyente.
“Estamos con los tiempos adecuados para hacer un verdadero proceso de consulta, que involucre a todos los sectores”, dijo.
El diálogo debe estar en torno a una agenda de país, de modernización del Estado, de las instituciones, de definir los procesos nacionales para darle a la ciudadanía un verdadero Estado de Derecho. El IEJES planteará la definición del rol del Tribunal Supremo Electoral, considerando que hay una queja constante de la sociedad civil porque la institución está “partidizada”.
“Que se cree un verdadero tribunal que administre la justicia electoral y, por otra parte, que los partido manejen la parte administrativa de las elecciones, hay que dividir las funciones; necesitamos fortalecer el poder local, el tema del municipalismo en la Constitución está débil”, agregó.
Ulloa considera que la Asamblea debe trabajar por periodos; es decir, se deberán plantear los recesos parlamentarios, que los diputados trabajen por un periodo, luego se dediquen a conocer los problemas de la población a la que se supone representan, porque, actualmente, los legisladores no están empapados de las situaciones que acontecen en los territorios.
“Los recesos les permite estar en contacto con sus electores, conocerlos, trabajar, para luego venir a las sesiones parlamentarias con sus iniciativas para votar las leyes”, dijo.
Estos recesos deberán ser aprovechados por los técnicos para estudiar y conocer las diversas iniciativas, porque si bien un diputado no tiene porqué manejar todas las temáticas, sí debe estar bien asesorado para tomar decisiones que afectan al país entero.
Pone como ejemplo la manera de trabajar de algunos países en los que sus parlamentos cierran por ciertos periodos y no se aprueban leyes porque los legisladores están en receso, “lo que pasa que no nos acostumbramos, pero la Constitución de 1950, lo consideraba”, aseguró.
Dentro de los cambios que propone está cambiar la figura de la Corte de Cuentas, que es un concepto arcaico, y que este ente se transforme en una contraloría. “De lo que se trata es organizar mejor el Estado en sus órganos fundamentales”.
Ulloa afirmó que el cambio de la Constitución no debe asustar a los sectores conservadores del país, pues hay cláusulas pétreas que garantizan un sistema político democrático; representativo y republicano; esto no puede cambiarse, añadió.
La nueva constitución debería incluir que el interés social está por encima del interés económico, lo que incluye la defensa del Medio Ambiente, esto cambiará radicalmente el quehacer actual que ha permitido que el modelo económico esté sobre el interés social.
“Este es el momento justo, es lo que yo haría si fuera candidato presidencial, ofrecerle a mi país el ejercicio de una transformación”, enfatizó.
[Documental] México, la revolución congelada
Documental realizado en 1970 por el cineasta argentino Raymundo Gleyzer, quien 6 años más tarde un 27 de mayo de 1976 queda "desaparecido" en su natal Argentina.
Este documental no fue exhibido en México hasta el año 2007. y en su momento, Echeverría lo declaró persona non grata.
El Documental nos retrata el México después de la matanza de Tlatelonco en la gira presidencial de uno de los responsables, Luis Echeverria, quien posteriormente al año de entrar al poder cobardemente permite o/u ordena el "Halconazo".
Vemos un país sumido en la miseria, en la ignorancia y metido en la simulación, Un país con hambre pero sin poder hacer nada, pues una acción contraria significa el silencio y la muerte.
La sociedad enferma: El triunfo de los psicópatas
Raúl
portaloaca.com
No hace falta ser muy observador para darse cuenta de que el sistema capitalista ha implantado un modelo de vida, en el sentido amplio de la expresión, que conduce irremediablemente a la aniquilación de cualquier tipo de vida. Este modelo se fundamenta entre otras cosas en la constante explotación de todos los recursos y seres disponibles en pos de una constante acumulación de riqueza y poder.
Esta necesidad imperiosa de anclar todos los aspectos de nuestra vida a la obtención de dinero, ha llevado a tener que relegar toda forma de vida con visos colectivos para dejar paso a la atomización absoluta. De ahí a la legitimación de cualquier estrategia y recurso para imponernos al “otro” hay un paso (y lo hemos dado sin dudar ni un instante).
Toda esta deriva social se ve constantemente alentada por un sistema que se encarga de oprimir cualquier intento de resistencia y de construcción alternativa que pueda surgir (gracias al excelente trabajo realizado por su maquinaria propagandística y de adiestramiento).
Así pues, tenemos asentadas las bases de una sociedad enferma o, más bien, deberíamos decir deliberadamente enfermada.
¿Por qué hablamos de deliberadamente enfermada?
En el plano físico parece más que evidente que el modelo capitalista en su constante explotación de los seres vivos y los entornos naturales donde viven, nos conduce sin remedio a la enfermedad. A estas alturas es imposible negar la degradación ambiental del planeta: amplias zonas del planeta esquilmadas, desertizadas, arrasadas en nombre del beneficio (por supuesto del económico, porque es el único tipo de beneficio que importa en este sistema) inmediato; obviando la condena a muerte que supone para millones de seres vivos (entre los que nos encontramos, por si alguien piensa que sólo hablo de “bichitos y plantitas”). La sobreproducción del modelo capitalista conduce, inevitablemente, a la sobreexplotación y con ello a la muerte. Por otro lado, ese afán de producir y acumular beneficio ha propiciado unos éxodos masivos de seres humanos, facilitando el desarraigo y la total desconexión entre personas y entre las personas y la naturaleza catalizando, de esta forma, la propagación de la enfermedad social.
El constante desprecio que el modelo capitalista muestra por el bien común, se demuestra nuevamente en la mercantilización absoluta de todo lo imprescindible para la vida humana (agua, tierra, alimentación, salud… incluso el aire que respiramos a través de ese nauseabundo engendro del mercado de emisiones) Por supuesto, como todo lo que toca el capitalismo, todos estos elementos han sido condenados a muerte y, por ende, nosotros con ellos: aguas contaminadas y esquilmadas, tierras roturadas hasta la saciedad exprimidas de todo nutriente y envenenadas con todo tipo de productos químicos, alimentados desnaturalizados fruto de su producción artificial, la salud como objeto de negocio a base de grandes farmacéuticas que nos enferman y nos convierten en sujetos dependientes de sus drogas, aire irrespirable…
Desde el punto de vista humano, todo esto se traduce en cientos de millones de víctimas mortales y miles de millones de esclavos al borde de la deshumanización.
Este sistema tiene incalculables efectos negativos como hemos visto. Sin embargo, como integrante de eso que se ha dado en llamar “sociedad occidental” (rica y poderosa según los cánones capitalistas) me interesa, también, profundizar en los efectos que tiene el capitalismo en el plano psicológico.
Como hemos dicho, la atomización social es evidente y esto ha ido de la mano de la creación de un individualismo exacerbado. La estrategia capitalista es evidente, el aislamiento de los individuos relegan al olvido las soluciones colectivas. De tal forma se sustituyen los valores de cooperación y solidaridad por los de competitividad y egoísmo. Fruto de esta evolución se impone un nuevo modelo psicológico triunfante: se encumbra la personalidad psicopática. No deja de ser curioso que el modelo psicológico que el capitalismo alimenta como deseable socialmente se diagnostique oficialmente como un trastorno antisocial de la personalidad.
La característica principal de los psicópatas es que tienen anestesia selectiva afectiva, es decir, no sienten culpa pero sí emociones como la ira o la tristeza. Sólo les mueve su propio interés y para llegar a ello, que es obtener dominio y poder sobre su ambiente, pueden llegar a simular amor, compasión… sólo hasta conseguir sus objetivos. Cualquier estrategia es válida para conseguir sus fines que son anular la voluntad del otro para explotarlo, atacarlo y demostrar su superioridad y su desprecio. Algo muy importante es que el psicópata tiene la capacidad de juicio conservada, es decir, sabe la diferencia entre lo que está bien y lo que está mal pero no le importa.
A continuación, se enuncian algunas características que definen la personalidad psicopática:
1) Locuacidad y encanto superficial
2) Autovaloración exagerada – Arrogancia
3) Ausencia total de remordimiento o culpa
4) Manipulación ajena y utilización de la mentira y el engaño como recurso
5) Ausencia de empatía en las relaciones interpersonales
6) Impulsividad
7) Ausencia de autocontrol
8) Irresponsabilidad
9) Estilo de vida parásito
No hace falta ser muy observador para ver que ésta es la personalidad que impera en todas las esferas donde hay poder en juego. Así, vemos cómo estos rasgos descritos coinciden con lo que se observa en el mundo de la política profesional, de la empresa, de los cuerpos policiales y el ejército. Es decir, en lo que constituye los pilares del sistema. Sin embargo, el verdadero triunfo del capitalismo en este sentido es que ha conseguido expandir este modelo psicológico, no sólo a los centros de control y poder (lo cual le permite dirigir con mano de hierro la sociedad global) sino a todos y cada uno de los rincones de la sociedad. Así se ha conformado una sociedad psicológicamente enferma donde todo vale con tal de ser el primero.
Estos son los mimbres con los que se enfrenta cualquier alternativa que intenta construirse partiendo de la recuperación de lo colectivo.
Si bien la personalidad psicopática como tal se supone que es innata, no es menos cierto que a lo que este artículo se refiere es al aprendizaje cultural que hacemos las personas, ya que al observar cuál es el modelo de persona triunfadora tendemos a imitarlo, con todas las consecuencias negativas que ello supone. Por eso es necesaria una urgente desprogramación cultural y un reaprendizaje de aquellos valores que ensalzan lo común frente a lo individual, la cooperación frente a la dominación. En definitiva aquellos valores que propicien una sociedad donde las relaciones de poder no tengan cabida. Este proceso sólo es posible desde el inicial reconocimiento por parte de cada uno de nosotros. De lo erróneo de este sistema dominado por psicópatas que, como ya hemos dicho, sólo buscan su satisfacción personal, representada en la obtención de poder y dominio sobre los demás, sea como sea.