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domingo, 26 de mayo de 2013
SI SOS SANDINISTA QUE HACES VIVIENDO EN ESTADOS UNIDOS?
Por: Carlos Escorcia Polanco
Cuando luchábamos contra la tirania somocista, el diario de la dictadura NOVEDADES y todos sus órganos repetidores como el Canal 6 y Radio Difusora Nacional de Nicaragua, constantemente decían: “Porque no se van para Cuba, si tanto les encanta el comunismo”. Y se lo decía a ciudadanos nicaragüenses nacidos en Nicaragua y por lo tanto con pleno derecho a vivir en Nicaragua.
A nadie con 2 dedos de frente se le ocurriría hoy ni se le ocurría en aquella época confundir a la república de Nicaragua con la dictadura militar somocista. El somocismo era un cáncer político, social y económico que estaba matando el tejido social de un cuerpo denominado república de Nicaragua y sus habitantes. Para moros y cristianos era diáfanamente claro que existía una muy bien delineada diferencia entre república y dictadura, entre pueblo y tiranía, entre opresores y oprimidos.
Obviamente Somoza y sus secuaces se arrogaban el derecho de decidir quién debía vivir en Nicaragua y quién no. Durante las casi 5 décadas de lucha, hubieron miles y miles de exiliados políticos que fueron expulsados del país, otros tuvieron que huir por su vida y otros con peor suerte sufrieron cárcel y muerte, porque la intolerancia, el fanatismo y le odio enfermizo de la tiranía somocista decidían quien era nicaragüense y quien no, quien podía vivir en Nicaragua y quien debía irse a Cuba.
A los 3 meses del triunfo Sandinista sobre el somocismo, me tocó viajar a Lima, Perú a un congreso Latinoamericano de Evangelización. Al pasar por Panamá, me reuní con un grupo de estudiantes evangélicos y estos me contaron que la prensa oligárquica Panameña, llevaba semanas diciéndole públicamente a los revolucionarios panameños que mejor se fueran a Nicaragua si no les gustaba el régimen panameño y esto que el general Omar Torrijos era gran amigo de los Sandinistas.
Lo mismo pasó en El Salvador, los medios propiedad de la Oligarquía salvadoreña de las 14 familias y de los escuadrones de la muerte le decían a los militantes del Frente Farabundo Marti para la Liberación Nacional, “que hacen aquí si odian tanto al sistema, porque mejor no se van para Nicaragua, allí van a vivir felices?”
Hoy que producto de la destrucción de la economía de Nicaragua, por parte de Estados Unidos y ante la total ineptitud e incapacidad de 3 gobiernos títeres del imperialismo de levantar la economía nacional y generar empleo pleno para los nicaragüenses, un millón y medio de nicaragüenses emigró del país durante los 17 años de ridícula “economía social de mercado”, en busca de trabajo a países como España, Costa Rica y Estados Unidos.
Pero así como existió una clara diferencia entre república de Nicaragua y tiranía somocista, así como existió una diferencia entre pueblo de Nicaragua y dictadura militar somocista, ya que ambos no son sinónimos, ni jamás lo fueron, asi igualmente hay una diferencia entre la república y el imperio, existe una gigantesca diferencia entre pueblo y capitalismo, existe una diferencia entre “Wall Street” (calle donde está la bolsa de valores) y “Main Street” generalmente la calle principal de cualquier pueblito de Estados Unidos.
No es lo mismo hablar del 1% que explota, oprime y domina, que hablar del 99% que es víctima de la explotación, la opresión y la dominación imperialista. Así como hay ricos en los países pobres, también hay pobres en los países ricos. El pueblo norteamericano es amante de la paz a como lo demuestran las encuestas, la mayoria siempre se opuso a la agresion reaganeana contra Nicaragua, contra Irak y Obama gano en parte porque prometio retirar las tropas de Irak y terminar la guerra en Afganistan. El daño y la destrucción que le causa el imperialismo al pueblo norteamericano es igual o peor que el que le inflinge al resto del mundo.
El imperialismo entonces es un fenómeno globalizante, envolvente y avasallador que se traga pueblos enteros. El imperialismo es un fenómeno de explotación a escala mundial, a escala transcontinental, a escala planetaria, que no conoce fronteras, estas se hicieron solo para los seres humanos no para las mercancías o las tropas imperialista.
Los portaviones estadounidenses equipados con aviones, helicópteros y miles de soldados, surcan los mares de los 5 continentes del planeta. La expansión de los capitales no tiene fronteras. La garra asfixiante del imperialismo se encuentra en todos los confines de la tierra y en “en sus dominios no se pone el sol.”
El pueblo de Vietnam luchó heroicamente contra la dominación colonial francesa primero y contra la ocupación militar del imperialismo norteamericano después derrotando a ambos. Pero hoy, 38 años después de la caida de Saigon, las corporaciones norteamericanas han inundado Saigón y Hanoi (ciudad Ho Chi Min). Ambas ciudades están “cuajadas” de restaurantes MacDonalds de comida chatarra. Lo mismo se puede decir de Moscú: “Mickey Mouse ha conquistado la Plaza Roja de Moscú.”
Talvez emigrando a Marte o la Luna seria posible escaparse de la influencia de la explotación o quizás solo así estarían contentos los peleles del imperio, perros guardianes "ad-honoren" de las fronteras geográficas de la metrópoli imperialista. Los somocistas tienen una visiion simplista del concepto de imperialismo. El presidente Dwight Eisenhower le llamo "El complejo industrial militar" y lo considero la mayor amenaza para la democracia. Para los somocistas el imperialismo no es un complejo industrial militar sino un fenomeno geografico: "que haces en Estados Unidos."?
El pueblo nicaragüense derrocó a la tiranía somocista, pero aun hoy, 34 años después, seguimos pagándole millones de dólares en indemnizaciones a los esbirros de la genocida que fueron confiscados, solamente porque adoptaron la ciudadanía del país de las barras y las estrellas y por legislación norteamericana, un súbdito de ese país no puede ser confiscado a menos que sea adecuadamente compensado en cualquier país del mundo, pisoteando la soberanía y el estado de derecho de las constituciones nacionales.
Estados Unidos ha invadido militarmente a la mayoría de países del tercer mundo. Ha ocupado decenas y decenas de países, ha derrocado gobiernos que no son de su agrado ypor generaciones ha impuesto dictaduras en Africa, Asia y América Latina, contrarias a la voluntad de las inmensas mayorías de esos países.
Existe una gigantesca campaña contra China, porque el “dragón amarillo” se está tragando al mundo con su extraordinario crecimiento del 7.8% en 2012. Pero no nos dicen que el 54% de la economía China está en manos de corporaciones estadounidenses. Con más de la mitad de la economía china virtualmente controlada por empresas norteamericanas, uno se pregunta si es China o son las corporaciones estadounidenses las que se están tragando al mundo.
Los capitales estadounidenses entran y salen a placer de todos los países del mundo. Fortunas enteras cambian de dueño, mediante operaciones electrónicas en fracciones de segundos sin salir de Estados Unidos. Las flotas navales de las fuerzas armadas estadounidenses se pasean impunemente por todos los océanos del globo, pero los obreros no pueden entrar a Estados Unidos.
Hay de aquel ciudadano desempleado que tenga convicciones revolucionarias y se atreva a buscar empleo en Estados Unidos. Es catalogado a lo inmediato como el peor de los pecados, precisamente por quienes defienden la libertad del imperialismo de avasallar y ocupar territorialmente a cuanto país se le ocurra.
Quienes pegan el grito al cielo escandalizados porque ciudadanos del tercer mundo, huyendo de la tierra arrasada en que las corporaciones estadounidenses están dejando al planeta entero, huyendo de la pobreza causada por la explotación de esas mismas empresas imperialista, no solo revelan una crasa ignorancia de la realidad política, social y económica que ocurre ante sus propios ojos, sino revela un repugnante lavado cerebral y posesión demoníaca ideológica que convierte a dichos ciudadanos en robots y títeres del imperio.
Ante el gigantesco poder del gran capital transnacional que no respeta fronteras, ante el abrumador poderío militar del complejo industrial militar estadounidense, cuyo presupuesto es superior al del resto del mundo combinado, no hay derecho a la defensa, a como tampoco no hay derecho a la sobrevivencia, no hay derecho a darle de comer a sus hijos, ni derecho salvaguardar a sus familias.
Los capitales imperialistas tienen luz verde para entrar y salir a su gusto y antojo de cuanto país se les ocurra. Las fuerzas armadas imperialistas también. Las mercancías que necesitan y consumen en los países imperialistas pueden entrar y salir libres de impuestos con los tratados de libre comercio, cruzando cuanta frontera se les ocurra, pero los obreros que producen esa mismas riqueza y mercancías, esos no pueden entrar y si lo hacen y a la vez tienen conciencia de clase y tienen además conciencia revolucionaria, cometen gravísimo “crimen” de hipocresía, según los ideólogos y títeres de la opresión, la dominación, la felonía y la muerte.
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