viernes, 8 de noviembre de 2013

La competencia electoral y la lucha social



Una campaña electoral es entendida como una competencia y no como una confrontación, los que participan se atienen a las mismas normas, cuentan con las mismas condiciones y son parte de un mismo juego, todo esto es lo que define a una competencia y una campaña de este tipo busca extraer el voto de cada persona desde lo mas profundo de la subjetividad de cada ciudadano.

Dagoberto Gutiérrez
El voto no requiere conciencia de su significado, tampoco información, no supone conocimiento sobre los candidatos, no exige acuerdos sobre ningún proyecto político, simplemente requiere de un impulso, o una emoción o de un sentido que diga que el que vota es parte de algo llamado sociedad. Para el ser humano y para su vida el voto no significa nada pero para el estado puede significar todo por que el día que las personas decidan no votar, ese día el estado será paralizado por que no podrá renovar sus aparatos de poder y, desde luego, perderá toda la legitimidad que el voto ciudadano le proporciona de manera gratuita y sin recibir nada a cambio.

Miremolo mas despacio. El estado o sea, ese peligroso animal que te resuella en el buche las 24 horas del día y que te puede matar, no da salud, ni educación ni vivienda, ni dignidad, ni garantiza derechos, ni defiende la humanidad; ese conjunto de aparatos de poder funciona al servicio del mercado y de un  puñado de grandes potentados locales y extranjeros y los ciudadanos a cambio de su orfandad lo legitima votado en cada elección.

Los que hacen posible esta proeza de enmascaramiento son los partidos políticos en alianza estratégica con los aparatos ideológicos de estado y la fiesta suprema de estos intereses se llama precisamente campaña electoral, el nombre huele a oscuranas porque aunque se trata de “lo electoral” resulta que lo que menos hacen los seres humanos en las urnas es elegir porque eso está prohibido dado que solo los poderosos eligen, mientras que el cuerpo electoral puede y debe limitarse a ejercer el sufragio votando.

Esta fiesta supone la participación del futuro votante que debe ser entusiasmado, atraído, y ganado para participar en las votaciones y hasta ahora así ha ocurrido porque, pese a la situación angustiosa y oscura de la patria, las personas esperan algo o alguien que le mejore la vida y esa esperanza hace que de nuevo, votación tras votación la gente acuda a votar por personas que no conocen, por proyectos que nadie presenta, por ilusiones que desaparecen después de salir de las urnas, pero las campañas electorales son fiestas y así deben ser, donde participan todos, votantes y candidatos.

Esta realidad está cambiando en la actual campaña por que se trata de una campaña electoral de partidos políticos y de aparatos ideológicos, sin concentraciones, sin marchas callejeras, sin pintas y pega; pero con tecnología, con comerciales partidarios cada vez mas calificados y con mayor distancia, de todo este aparato, con las reales condiciones de el país real donde vive la gente real de la sociedad real.

La vida real de los seres humanos no es presentada en esta campaña porque el mercado es el actor principal y único que está lanzado a la cacería de los votantes, con mucha tecnología, mucho recurso financiero, abundante promesa y ningún compromiso.

Esta campaña electoral se enfrenta a otra campaña que resulta ser política, que actúa con independencia de los partidos políticos, de los candidatos y de los aparatos ideológicos de estado, esta campaña cruza la campaña electoral y expresa la lucha por la vida, esa vida amenazada por el mercado, aquí estamos frente a la exigencia de trabajo, de salud, de salario digno, de mejores condiciones de vida, de escalafón y es, precisamente el aparato estatal el que proporciona la fuerza social que está haciendo vibrar las calles, que está paralizando el aparato mientras la campaña electora desfila con sus trompetas, con sus colores, sus discursos y sus sonrisas.

Lo político y lo electoral se enfrentan como nunca antes había ocurrido y esto resulta ser necesario e ineludible por que lo que llamamos político es la acción social relacionada con el poder y con la vida de las personas, es lo que permite que una comunidad tenga una vida digna, es el descubrimiento de que la vida social no es ningún hecho natural si no que está determinada por los intereses económicos, ideológicos y sociales dominantes, descubrir esto requiere cabeza política, descubrir que yo soy fuerte en la medida que conserto mi pensamiento y mi acción con otros y otras en lo político, cuando soy capaz de establecer y definir la relación entre mis intereses individuales y los intereses de mi comunidad, estoy en el terreno político, cuando descubro que mi organización es lo que me asegura mis intereses estoy actuando políticamente; todo esto y otras cosas integran el mundo político de un ser humano. Este entendimiento es lo que le permite a cada quien darse cuenta qué es un subalterno y un subordinado que asegura, sin embargo, los intereses de grandes poderosos que lo someten, esto es lo político y es, en definitiva como la luz que se necesita para avanzar en las tinieblas construidas por la espesa telaraña ideológica que no te deja ver muy lejos.
Estos dos mundos, lo electoral y lo político se están enfrentando día a día y minuto a minuto, esta confrontación resulta necesaria e inevitable por que ninguna candidatura, ningún partido, ningún proyecto se refiere a este ser humano de carne y hueso y, cuando no hay por quien votar y cuando esta idea empieza a correr, en tropel, por la subjetividad humana, entonces tenemos una campaña política con sus propios ojos, sus propias pestañas, su propia nariz, sus propias manos y sus propios pies, que le aseguran su propia dirección y su propio proyecto.

Cuando nada de esto pasa por las urnas, como ocurre actualmente, podemos tener el camino abierto para la construcción de un movimiento político que se nutra de las luchas sociales, de los sueños propios de la gente que siendo gente decide hacerse pueblo en el horno de la lucha social por su vida que es lo mismo que la lucha por su vida digna.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario