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martes, 8 de marzo de 2016
Oscar Armando Dueñas, "Bernardo Torres", un comandante de altura
Roberto Herrera
EI jefe militar presagiando a lo mejor futuros turbulentos comenzó diciendo:
"... camaradas, combatientes. Nunca antes el pueblo salvadoreño se había encontrado tan fuerte y poderoso. Días, semanas, tal vez meses de gran importancia nos esperan. En todos estos años de cruenta lucha, nuestras gloriosas Fuerzas Armadas Populares de Liberación han dado muestras de heroísmo, valentía y decisión. Aún se respira el olor a pólvora de las primeras balas disparadas en contra de la tiranía. La ofensiva de enero solamente fue el inicio de las grandes batallas que se avecinaban. Todos comprendimos en aquel momento que no bastaba con el deseo y la voluntad de tomarnos el poder. Fue necesario preparar mejor nuestras tropas, hubo necesidad de elevar los conocimientos técnico-militares de jefes y oficiales. Ninguno de nuestros dirigentes tenía experiencia en la dirección de grandes contingentes armados. Fuimos aprendiendo sobre la marcha, pero sin perder de vista nuestros objetivos principales. EI Comando Central, sabiamente, definió una estrategia parcial que se resumió en la consigna de Resistir, Fortalecerse y Avanzar. Durante el ochenta y uno, el enemigo se lanzó como fiera herida sobre nuestros campamentos. Todos recordamos la gran ofensiva militar de octubre. La derrota sufrida por el ejército títere selló con broche de oro esa etapa de resistencia. Quedó demostrado que el alto mando militar era incapaz de derrotar al movimiento guerrillero, a pesar de que en aquel entonces éramos solamente un puñado de combatientes, mal entrenados, mal equipados y con poca experiencia combativa. De allí en adelante creceríamos enormemente. La formación del primer destacamento de las Unidades de Vanguardia José Dimas Alas, fue la semilla de este Ejército Popular de Liberación.
Así pasamos en 1982 a nuevas formas de hacer la guerra. EI ataque a la población de San Fernando, muy cerca de acá, representó un salto de calidad en el proceso revolucionario. Fue entonces cuando nuestro partido definió esa nueva etapa de desarrollo con la consigna de Aniquilar, Requisar y Vencer. Muchas armas se han recuperado desde entonces, muchos son los que se han integrado a nuestras Fuerzas Armadas Populares, muchos son los puestos militares derrotados. Prácticamente podemos decir, que más de la mitad del departamento de Chalatenango está bajo nuestro control. Hemos recorrido un gran trecho del camino en tan poco tiempo. Lo que hace algunos años nos parecía casi un sueño, hoy al verlos a ustedes formados aquí en EI Candelero, no podemos más que expresar nuestra alegría. ¡Los sacrificios no han sido en vano!
Camaradas, continuemos haciendo todos los esfuerzos por alcanzar en un futuro no muy lejano las aspiraciones de los obreros y campesinos. Debemos elevar los niveles de sacrificio y estoicismo para lograr la instauración del gobierno democrático revolucionario que nos permitirá crear las condiciones materiales, políticas y sociales necesarias para la construcción del socialismo. Las estrofas que diariamente entonamos no son simplemente frases frías y sin contenido. Ellas encierran todas las aspiraciones del pueblo sencillo y trabajador de EI Salvador. Ellas expresan nuestros ideales, nuestro mañana. Todos nosotros estamos luchando por una sociedad más justa y mas humana, una sociedad donde exista el verdadero amor a la vida, donde el trabajo creador sea la fuente de desarrollo, donde el arte y la cultura sean beneficio de los obreros y campesinos. Por eso estamos luchando, camaradas, por eso estamos dispuestos, si es necesario, a dar nuestras vidas. Debemos tomar conciencia que aún falta bastante por andar. No nos permitamos caer en triunfalismos ni en posiciones derrotistas, la toma del poder no está a la vuelta de la esquina. Nuestro partido definió desde su surgimiento, en abril de 1970, una estrategia revolucionaria político-militar y dialéctica de toma del poder.
En poco tiempo, de lo simple a lo complejo, logramos construir un movimiento guerrillero nunca antes visto en América Latina. Ni el movimiento sandinista tenía, antes de la victoria, tantos combatientes como los tiene las FPL en estos momentos. Nos encontramos, doce años después, en los inicios de una guerra de movimiento. En este sentido camaradas, el espíritu que debe reinar de ahora en adelante es de ofensiva continua, de triunfo, de sacrificio, de victoria final. No sabemos hasta donde llegáremos, pero formémonos ya la idea de alcanzar nuevos teatros de operaciones. Si podemos atravesar el lago Suchitlán, no vacilaremos ni un momento en unir al Felipe Peña con el Apolinario Serrano.
¡A combatir sin tregua al enemigo! ¡Vivan nuestros héroes y mártires! ¡Viva la alianza obrero-campesina! ¡Vivan las FPL! ¡Viva el FMLN! ¡Revolución o muerte! ¡EI pueblo armado vencerá!
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