miércoles, 19 de junio de 2013

LA PRIMERA TOMA DE LA ANTENA DEL CERRO CACAHUATIQUE

(Asalto, prisioneros, ex soldado Bravo desaparecido)
 
Por Fidel A. Romero,  “Fidel Zarco”

PRIMERA PARTE

A finales de Mayo de 1983, varias columnas de la  Brigada Rafael Arce Zablah, BRAZ , desde el norte de Morazán cruzaron hacia el sur del Río Torola rumbo al Cerro Cacahuatique.  La misión debía ser cumplida al amanecer del 30 de Mayo de ese año: asalto, toma y destrucción del Centro de Comunicaciones, incluyendo las 2 antenas.  Una de las misiones más complicadas en el tiempo de existencia de la Brigada Rafael Arce Zablah.

Una batalla en la que hubo imprevistos de peso que, sólo por la experiencia y entrega de su estructura de mandos y combatientes, fue posible solventar con éxito, derrotando la tecnología de punta aplicada en aquella posición por el grupo de asesores estadounidenses que entrenaban la Fuerza Armada de El Salvador, FAES.

La Batalla del Cacahuatique, su primera toma, que dice Licho “le había bajado los güevos"[1] no se podía definir porque falló el plan inicial.  Este plan, que había sido elaborado cuidadosamente tomando en cuenta todo lo conocido hasta ese momento de esa posición fija.  Era una de las dos alturas dominantes del oriente[2] del país que celosamente era custodiado por tropas del ejército, albergaban ambas, centros de comunicación y control de las mismas, al interior de la guerrilla, sendas antenas con aparatos sofisticados que triangulaban el lugar, fuente de donde se emitía la señal de comunicación de onda corta ocupada por las unidades de la fuerza móvil estratégica nuestra (comunicación operativa).

El dispositivo de defensa de esa posición militar fija incluían: campos minados, trabajo de ingeniería militar del terreno, tropa mentalizada y entrenada para resistir dos semanas  de asedio sin recibir refuerzo  y sin ser asaltada, pertrechos y abastecimiento abundante. Todo asesorado por expertos militares de la armada de los Estados Unidos. Esta tropa también contaba con el apoyo inmediato de los medios aéreos cuando era solicitado.

Todo estaba integrado, así se creía, en la planificación: la topografía del cerro, exploraciones, información de inteligencia, los mandos que además de conocer el terreno, habían sido instruidos por una maqueta elaborada con maestría de profesional o artista por “Charly” y Tom-Pelón.[3]

Esta posición militar fija en la cúspide del cerro, se dividía en dos: la principal súper fortificada, y una elevación secundaria a unos 800 metros de la primera, pero ambas tenían fuerza fija[4] protegidos por casamatas, pozos de tirador y campos minados, en el caso de la posición principal.
Inicialmente esta misión había sido considerada que una parte sería ejecutada por fuerzas especiales, pero los jefes encargados de la planificación decidieron dejarla sólo a la fuerza regular de la BRAZ.

Will: A nosotros nos dejaron en Morazán haciendo seguridad a la comandancia. Porque desde ahí salíamos a misiones para explorar las posiciones de la Antena del Cacahuatique, de la Tercera Brigada y después del Puente Cuscatlán. Porque desde entonces ya se estaba trabajando para esos objetivos y nos pusieron a checar esos objetivos.

Genaro: ¿Pero que no la acción de la antena la concretó la Fuerza Regular?

Will: Sí. Pero es que esa misión después cambió el plan, y nos enviaron a trabajar lo de la 3ª Brigada, porque le dieron el objetivo al Comandante Licho, y a nosotros nos dijeron que quizás íbamos a entrar como acompañamiento. Pero no; después esa misión la hizo sólo la fuerza Regular[5]
 
Fidel (izquierda) y Licho (derecha). Al centro Rudy.
El plan consistía en definir ambas posiciones antes del amanecer de ese lunes 30 de Mayo. Para neutralizar el apoyo aéreo que durante esa madrugada se minimizaría, utilizaríamos  nuestra artillería para ablandar y cubrir el avance de la infantería hasta el asalto a las casamatas.  Decía Licho, quien era el ejecutivo militar de la misión, que el 50% lo haría nuestra artillería y el otro 50% la infantería; habían emboscadas para detener o dilatar los refuerzos terrestres y/o las fuerzas fijas en su desbandada al ser asaltadas. Bajo una tenue lluvia, habíamos caminado toda la noche, cuidando de no ser detectados y estábamos por llegar cada dirección a sus respectivos lugares previstos en el plan global.

Algo no fue incluido dentro del análisis para hacer el plan. Cuando cada quien estaba en el lugar indicado para iniciar el avance hacia las trincheras y casamatas…

Había luz de luna que favorecía nuestro desplazamiento pero también una espesa niebla que no permitía visualizar el objetivo de nuestros artilleros.  Esto era lo imprevisto ya que se ordenó el avance y toma de la posición adelantada sin ocupar la artillería lo cual fue un fracaso, el sol estaba por salir y por supuesto la aviación por llegar.  La complicación era seria;  había que readecuar de inmediato prescindiendo de momento del 50% de nuestra capacidad presupuestada, no artillería propia.

Licho decía:  “esta mierda se complicó, estamos empantanados”. De esto se deriva que después también declaró en una entrevista “que la batalla del Cacahuatique ya le habia bajado los güevos después del primer intento y de tanto bombazo” .

Con Licho nos movíamos juntos en varias operaciones con la fuerza, era el paralelo mando político de este tipo de operaciones militares.

-Tenemos que hacer algo Fidel, “los compas están como novillos o bueyes recién amansados que no jalan firme”.[6]

-¿Qué condiciones y posibilidades hay que hagamos una reunión relámpago para analizar la situación y reorientar? Los bombardeos de los A37 están por llegar; ellos están enteros y con ventajas; nosotros sin plan alternativo con gran incertidumbre.

-Sólo necesitamos máximo 10 minutos para reorientar a los mandos- dijo Licho.

…Licho tenía un gran liderazgo en la fuerza, aparte que era el mando militar más experimentado que tenía el ERP.  En lo personal pensaba que Jonás, en el sentido práctico, tenía mucho que aprenderle a Silvio de Jesus Argueta (Licho) en el arte de la guerra y no estaba seguro quién aprendía de quién entre ellos. Silvio era un ex soldado del grupo de muchachos que la organización había infiltrado en los cuarteles unos años antes de iniciar la guerra declarada; de complexión fuerte, mediana estatura, tez morena, pelo liso negro como cola de zorillo, y rasgos indígenas; de pocas palabras, con su silencio decía bastante; sonreía al decir lo que pensaba en frases consisas y cortas

En el cafetal espeso, estábamos a 200 metros de la línea de fuego en donde los soldados de la segunda elevación estaban tan envalentonados que gritaban y esperaban pacientemente ser atacados para barrer con su metralla todo movimiento que detectaran.  Habían ráfagas de ametralladora y granadazos de M79; alguna que otra explosión de mortero que caian cerca de las líneas de fuego formadas por nuestras fuerzas,  y la aviación empezó a hacer de las suyas a partir que se despejó la niebla; o sea, la artilleria  y aviación enemiga sí estaba siendo efectivas y la nuestra silenciada…

Ocupando claves operativas con frases prefabricadas para ese tipo de situaciones, se organizó de inmediato una reunión relámpago con 7 mandos de la fuerza encasquillada en su avance, incluyendo a Herbert Negro, jefe de la columna 1[7] con sus dos jefes de sección, entre ellos Chele Will; 4 jefes que no recuerdo sus nombres y nosotros ( Hernán, mando de reserva de Columna, dos radistas que se agregaron a la seguridad inmediata de posta,  Licho y quien escribe esta historia). Se evaluó rápidamente y se valoró políticamente la situación al momento: que no podíamos irnos sin tomar la posicion por el efecto político y moral desastroso para los integrantes de la BRAZ y muy moralizante para la FAES.

No pasábamos de 12 en aquella reunión, la concentración era máxima en todos los presentes, se hicieron algunas preguntas iniciales para escuchar las consisas respuestas de los mandos:

-Esos hombres están bravos, no quieren soltar la posición, nos barren con sus M60, a cualesquier ruido son ráfagas las que responden; al parecer les llegaron refuerzos de la posición principal, etc.

-¿A qué distancia pueden llegar sin ser blancos o alcanzados?, ¿cuántas trincheras han detectado y cuántos en cada una?, etc.

Con voz algo enronquecida y pausada, Licho hizo señas que era suficiente y que escucharan las indicaciones; las preguntas habían terminado, diciendo más o menos lo siguiente:

-Entre más nos tardemos en cumplir nuestra misión más blanco seremos de los avianes.  Acuerdénse del trapito rojo en el brazo izquierdo. 

La mision tuya Herbert,¡ y garantízamela!, es tomar esa elevación secundaria y hacerme un prisionero a cualquer costo. Después lo demás será fácil. Podremos hacer uso de nuestra artillería para ablandar durante el día y la noche, montamos ahí el cañón 75 y la ametralladora cincuenta; el prisionero nos dirá por dónde llegar evadiendo el campo minado y que no sea por la calle; la misión sólo se retrasa por 24 horas, asaltaremos mañana al amanecer... Y remarcó “¿Hay alguna pregunta?”. Nadie dijo algo...”Entonces, avísame cuando tengas el prisionero en tus manos, Herbert”.

Licho: Cabal. Esa vez fue la primera toma de la antena. Ya ellos tenían eso bien preparado con ingeniería de defensas periféricas yuca. Era la única entrada de la calle, por donde entraban los carros y no había otra forma de entrar. Era el único lugar por donde no había campos minados, ni obstáculos militares para entrar. Todo lo demás estaba cubierto por minas y obstáculos militares. Había alambres de púas por todo el terreno periférico. Había sido diseñado por los norteamericanos para resistir más de 15 días cualquier ataque de tipo guerrillero. Adentro tenían comida y agua para más de 15 días...
... Era una posición yuca: nos barrían con una punto 50 que nos hacía mierda. Luego nos aturraban con un bombardeo descomunal. Yo nunca había sentido un bombardeo tan yuca como ese. Nos bombardearon de noche y de día. Casi podría decirte que no hubo un solo minuto, que no hubiera una bomba en el aire. Ahí sí perdimos gente. Ahí mataron a Hernán y a Bravo, aquel soldado que se pasó con nosotros y que se hizo de radios verdes...
... no había quien nos parara. Si los putos gringos no intervienen en esos días, se gana la guerra militarmente. Aquella acción fue una de las más terribles de la BRAZ. Ya teníamos ocupadas todas las posiciones y no podíamos definir la posición. Ahí lo que había era una repetidora de las comunicaciones militares del enemigo. Era estratégica para ellos, la principal altura de Morazán y el corazón de las comunicaciones militares de oriente. Créeme, ahí casi se me caen los güevos de tanto bombazo enemigo...(Licho)[8]


[1] Expresión campesina equivalente a estar sin energías para continuar un esfuerzo. Expresión que podría interpretarse como sinónimo de desmoralización.
[2] El Pacayal y el Cerro Cacahuatique, centros estratégicos para control de las comunicaciones operativas de la guerrilla, dotados con aparatos para monitorear y ubicar puntos fijos y en movimiento de estructuras del FMLN en el oriente de El Salvador
[3] Carlos El Gringo, casi arquitecto, cuidadano norteamericano, y Tom, un estudiate de arquitectura de la UES.
[4] Permanentemente había una compañía de 150 hombres.
[5] Entrevista con José Luis Ramirez “Will”, exmiembro de la cuarta sección de tropas especiales de la BRAZ, realizada por Héctor Ibarra, San Salvador, 17 de febrero de 2007.
[6] En la jerga campesina es común esa expresión para expresar lo difícil en realizar un trabajo con un equipo disparejo sin experiencia.
[7] 4 pelotones hacían una columna; 40 combatientes hacían un pelotón.
[8]Brigada Rafael Arce Zablah, Misión Cumplida, pag. 247, H. Ibarra. Entrevista a Silvio de Jesus Argueta “Licho”, realizada por Héctor Ibarra.

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