miércoles, 19 de junio de 2013

LA PRIMERA TOMA DE LA ANTENA DEL CERRO CACAHUATIQUE (II)

Por Fidel A. Romero, "Fidel Zarco".

SEGUNDA PARTE

Y nos marchamos a otra posición en otro flanco bajo una lluvia de granadas 79, porque nos detectaron en  un claro del cafetal los soldados de la susodicha segunda posición…

Una gran nutrida balacera fue iniciada con todo más explosiones  de entre tres o cinco minutos. Nosotros sin detenernos tratando de enmascararnos bajo el cafetal pasamos por un pocito de agua cristalina sin abastecernos, subiendo una empinada y no muy larga cuesta. Sentándonos estábamos para tomar aliento cuando se escuchó por radio la voz de Herbert “¡MISION CUMPLIDA!”...Y pasó un bloque en clave que decía estoy herido y tengo tres muertos propios.

- Ve a ver qué pasó con Herbert, Fidel, y tráeme la información interna de la posición principal.  Herbert tenía una herida de esquirla de granada en el rostro con abundante sangramiento. Por mi experiencia y entrenamiento como médico, se detectó que aunque era abundante el sangramiento que había del rostro de Herbert, su herida era superficial.

- No te preocupes Herbert, esto te sanará en menos de una semana, por de pronto tú estás de baja y te vas de inmediato  al Puesto Médico. Observo rápidamente aquella elevación que estaba demolida como si un huracán había pasado, árboles de café destruidos, cuerpos tirados en cualesquier punto sobre, detrás y dentro de las trincheras y de los pozos de tirador, etc. Y se dio otro drama que fue necesario enfrentar con energía: el prisionero era uno de los ametralladoritas de la posición asaltada y quien había ametrallado certeramente dando muerte a los 3 compas y otros heridos al momento del asalto.  La adrenalina con la abundante pólvora del momento más los muertos y heridos tenidos, hacía su efecto explosivo en el grupo sobreviviente de aquel asalto.


La BRAZ,[1]tenía el antecedente que todo objetivo preparado era cumplido de acuerdo a lo planeado.  Se había formado la mística en sus integrantes, que decir la BRAZ significaba “misión cumplida”. Cada combatiente portada con orgullo un brazalete rojo de tela enrollado en su brazo izquierdo con letras negras en un círculo de fondo blanco, en su interior y en la parte superior habían unas letras que decía BRAZ sostenidas por una estrella blanca, sostenidas por  media docena de armas de color negro que usaban sus miembros.

El prisionero estaba ileso físicamente, con mucho temor, sin poder asimilar lo que miraba a su alrededor.  No recuerdo su nombre pero sí sus ojos muy abiertos y su expresión escudriñadora en busca de una esperanza de vida para él en mi intervención,  mientras que los compas querían que lo interrogara junto a ellos y que se los dejara después, algunos lloraban  por la mezcla de emociones ante sus amigos y compañeros muertos y la rabia contenida de no poder rafaguear al causante de la sangre derramada en filas propias.

El momento era apremiante y el bombardeo de la aviación arreciaba, dos A37, un C47, la carreta (push and pull) lanzaban su fuego sin cesar tratando de parar lo inevitable, el asalto final a la antena.  Era pasado el mediodía, fue necesario hablarles con mucha determinación y energía usando mi mando para separarme de ellos que a corta distancia me seguían y les dije:

- Nosotros no somos asesinos, ni actuamos como los cuilios.   Este soldado mató cumpliendo con su deber, ahora es nuestro prisionero y está bajo mi custodia y si él, me contesta con franqueza lo que le pregunte, me comprometo a entregarlo a la Cruz Roja... El soldado abría los ojos con incredulidad y me miraba, y también a los compas, y veía alguna ventaja conmigo, la cual detecté, y di la orden al grupo:

- Entierren los compas muertos y esperen orden de Licho, y apartándome  a una parte oscura del cafetal, el soldado me dice:

- No tengo salvación, ustedes me van a matar.  A lo que espeté:

- No tendrás salvación si no haces el croquis de los campos minados y por qué lados se puede entrar evitando la calle sin detonarlos.

- Y…  YO ¿cómo le creo eso?

- No tienes opción y es necesario que te apures porque no hay tiempo que perder, el acuerdo es si dices la verdad, serás libre.

Apartando las hojas secas del cafetal  le doy un palito a especie de lápiz…Y aquel cabo ametralladorista empezó a dibujar las dos posiciones principales y las casamatas, como estaban unidas... un pocito, en el cual habíamos tomado ya agua muy sedientos con Licho. De este pozo de agua había un acceso para llegar evadiendo los campos minados.

- Si me mentís - le dije - no aceptaremos otro compañero muerto por tus mentiras...pensá bien lo que has dibujado; esta es tu libertad...

Trasladando el croquis dibujado por el prisionero en la tierra a mi libreta de apuntes, diciéndole que estaba bajo mi custodia hasta nueva orden, nos desplazamos a llevar el informe a Licho. Este dio la orden a Hernán, el mando que había sustituido a Herbert[2], quien subió de inmediato el cañón 75 y la ametralladora .50, e inició el ablandamiento a la posición principal de la antena.

Paulino que era el jefe de aquella pieza de artillería[3], lanzó un par de papayazos pegando en una pared de la fortificación principal, mientras la .50 a cargo del jefe de pieza (Herbert-Meanguera) dispararía un cartucho cada 10 minutos con la intención de recordarles nuestro asedio, que terminaría en cualesquier momento en el asalto y destrucción.

A medianoche  había que confirmar la veracidad del croquis elaborado por el prisionero. Se organizó un equipo de tres combatientes incluyendo al jefe de nombre Yubini, experto en ese tipo de misiones. Yubini, no sólo confirmó lo cierto de la información, sino que envió a los dos compas de regreso con una propuesta de ser dotado por las cargas explosivas necesarias para asaltar 3 casamatas simultáneamente a una hora acordada, coordinado con un avance por la entrada principal por la calle. El plan propuesto era correcto, siendo aprobado.  Se calculó el tiempo, se sincronizaron los relojes del equipo de Yubini con el refuerzo comandado por el Chele Will.  Eran las 02:00 horas del día martes 31 de mayo de 1983, cuando se escuchó lo que se conoce como el minuto loco.  La antena fue tomada por la BRAZ, al aniquilar buena parte de los soldados que la custodiaban, saliendo la mayoría de ellos en desbandada;  un grupo con su oficial se lanzó al barranco rumbo a La Joya.  Cumpliéndose las predicciones de Licho adelantándose algunas horas: “la misión sólo se retrasa por 24 horas, asaltaremos mañana al amanecer... Y, remarcó “¿Hay alguna pregunta”?

...Era una acción casi suicida. ¡A pura verga entramos! Hicimos coincidir la cortina de fuego de la punto 50, los disparos del cañón 75 y la fusilería. No había otra manera de entrar. Así fue que tomamos la antena. Creo que fue en mayo o junio... (Licho entrevista)

Subimos con el jefe del taller de explosivos, Nivo; se hizo reconocimiento del lugar.  Se veía la gran destrucción ocasionada por la artillería de Paulino más la ametralladora .50 manejada por Herbert de Meanguera (hermano de Maritza e Ismael), más las cargas de mano del equipo de Yubini demoliendo simultáneamente 3 casamatas, las cuales estaban ensangrentadas; se revisó la bodega llena de alimentos, ropa militar y botas; se hizo un rápido inventario procediendo a repartirlo entre los que necesitaban en la fuerza, mientras eran cargadas unas bestias con los alimentos para trasladarlos a las cocinas nuestras en el  cerro.  Todo ocurrió rápido, ayudado con una sierra para cortar metal nos dimos el gusto con Nivo de derribar ambas torres, una cada quien para desocupar el lugar a las 05:00 horas trasladándonos a unas estribaciones cercanas con condiciones de resistir el bombardeo del día 2.


[1] Brigada Rafael Arce Zablah, fuerza militar élite del ERP y el FMLN.
[2] Se negó a estar en el hospital móvil, después de parado el sangramiento y cubierta la herida con una gasa, nos acompañó en el equipo ejecutivo de mando de aquella operación.
[3] Fusil sin retroceso, tiro directo calibre 75mms.

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