Esperar
algo diferente, en lo que el gobierno y pueblo de Cuba denominaron la farsa
sobre el proceso que se le siguió al terrorista Luis Posada Carriles, en El
Paso, Texas, hubiera sido una señal de que el aparato del gobierno fascista de
Estados Unidos ha cambiando para bien de la democracia, el respeto al debido
proceso y a favor de los derechos humanos de la sociedad planetaria. Sin
embargo, la esperanza feneció luego de 13 semanas, bajo el veredicto que lo
favoreció totalmente. Posada Carriles reía como ríen las hienas entre la
carroña del aparato de justicia que lo absolvió.
Estados
Unidos ha empezado su descenso al abismo de
la inmoralidad. Un
proceso que comenzó con la conquista del Oeste cuando los pueblos originarios
que vivieron en su territorio fueron aniquilados casi totalmente y sus
sobrevivientes encerrados en guettos llamados “reservaciones”. De
ahí en adelante, ha venido agrediendo a sus vecinos, pasado por sobre las leyes
internacionales, bombardeado indiscriminadamente a poblaciones indefensas e
inocentes en sus recurrentes ofensivas
que ha enarbolado contra otras naciones en su Guerra
contra el Terrorismo, a los cuales eufemísticamente han denominado como
“daños colaterales”.
Hipócritamente,
con voz suave y rictus apesadumbrado, sus altos funcionarios han pedido
disculpas a los gobiernos ante dichos “errores y equivocaciones”
que han pesado sobre sus ciudadanos y que no pueden catalogarse más que como
asesinatos, empero, luego de pasado el protocolo velatorio y político vuelven a
cometer similares o mayores genocidios. Era, entonces, difícil que su
terrorista, por excelencia, favorito para América Latina fuera inculpado. De
ello, hubiera seguido consecuentemente, el desenmascaramiento de la forma de
hacer política de parte de Washington.
Si
WikiLeaks fue un tremendo golpe a su credibilidad, el tsunami en que se hubiera
convertido una condena a Posada Carriles hubiera, quizá no terminado, pero si
dañado tremendamente la estructura de su confianza ante su propio pueblo, por
todo el andamiaje de terrorismo que apoyó con fondos de sus ciudadanos y logística,
el gobierno yanqui contra otras naciones a través de este siniestro personaje.
A
su gobierno poco le importa que los demás pueblos sepamos de ello, pero sí es
muy importante que su pueblo siga ignorante de sus prácticas terroristas. Eso,
si no se lo puede permitir esa elite. Ser cuestionada por su propio pueblo
hubiera sido un suicidio para continuar con su política de “matón del
barrio”. Hay que tener en cuenta que si algo tiene que lograr para
embarcarse en cualquier aventura militarista en el mundo, es la aprobación de
su población a la cual mantiene drogada no solo literalmente por los
estupefacientes (Estados Unidos es el mayor consumidor de drogas a nivel
mundial) sino por el consumismo material y espiritual de su clase y capas
medias y de su propia burguesía. Ese si no es un lujo que puede darse.
Con
la Ley Patriótica
(Patriotic Act) puede mantener a raya a los disidentes que están dentro de sus
fronteras a los cuales aparte de mantenerlos controlados y vigilados, puede
atacarlos bajo los preceptos legales que en ella se contienen y así neutralizarlos,
pero, controlar a millones es otra cosa. Y, estos con el acceso a la tecnología
de comunicación que poseen, es sumamente peligroso. Las “revoluciones de
colores” que ellos mismos han propiciado se quedarían cortas. Pero eso,
indudablemente sucederá tarde o temprano.
Su
política se basa en el engaño y la mentira, en principio dirigidos hacia su
pueblo el cual sigue creyendo que: 1) Estados Unidos es la nación elegida para,
no solo defender la democracia y la libertad, sino para diseminarla a otros
pueblos salvajes gobernados por tiranos de los cuales sus ciudadanos son
esclavos; 2) Estados Unidos es el líder natural, por lo anterior y por eso, a
pesar de cometer errores y equivocaciones, estos pueden justificarse en el
marco de las buenas intenciones que lo mueven; y, 3) el gobierno mundial que
Estados Unidos está llamado a extender por el mundo es el que logrará por fin,
establecer una sociedad feliz e igualitaria, aún así tenga que doblegar
militarmente y masacrar pueblos enteros. El fin justifica los medios.
Por
ello, la absolución de Posada Carriles es “normal” dentro de esa
visión de mundo. Por ello, es necesario que las guerrillas informativas
penetren el corazón de los Estados Unidos para que su pueblo sepa la verdad de cuales
son las verdaderas razones de la elite que los gobierna para cometer
diariamente crímenes de lesa humanidad contra sus propios ciudadanos, los que
las han descubierto y otros pueblos de quienes quieren apropiarse de sus
recursos o tener bajo su influencia. Si supieran de esas verdaderas razones se
avergonzarían y no se lo permitirían, lo cual pasaría por una revolución que
traería como consecuencia la represión generalizada en contra de su propio
pueblo lo que desembocaría en una guerra civil de grandes magnitudes y amplias
repercusiones. Sucederá tarde o temprano.
Necesitamos
a los cinco héroes entre nosotros, eso sería una buena señal de que la paz
mundial se está construyendo sobre bases firmes y duraderas, pero eso dependerá
de la profusión que le demos al trabajo de infiltración de la verdad en la
nación del Norte.
Necesitamos
levantar un movimiento anti-guerra dentro de los Estados Unidos mucho más
fuerte del que se levantó durante la Guerra de Vietnam. De lo contrario, ese
mismo pueblo seguirá viviendo en una realidad virtual que lo empujará invariablemente
a darle el aval a su gobierno para destrozar a otros.
Carlos Maldonado
Economista y Profesor en Historia por la Universidad de San
Carlos de Guatemala
Colectivo “La Gotera”