¿CUÁL SERÁ
LA PRÓXIMA AVENTURA
GUERRERISTA DEL FASCISMO IMPERIAL COMANDADO POR ESTADOS
UNIDOS?
En
la película Trasnformes I , una cinta
de acción militar al estilo Hollywood cuyos protagonistas son organismos
cibernéticos robóticos provenientes de otro mundo con la capacidad de
transformarse en máquinas de fabricación humana, especialmente, autos,
maquinaria pesada civil y de guerra o en aviones de esa categoría y los cuales
están divididos, como ya es costumbre maniquea en esta clase de producciones, en
malos y buenos, el líder de los Decepticons,
Megatrón, luego de ser derrotado por el líder de los buenos, Optimus Prime, aliado, por supuesto, del
gobierno de Estados Unidos, (en claro mensaje para propagar y defender su
“democracia” a través de su poderío armamentista) es arrojado con
auxilio de una grúa gigantesca, desde un Portaaviones -no creo que sea el USS
Carl Vinson-, al mar, el cual no establece tampoco la película, si es el
Arábigo.
En
similares circunstancias se lanzó al mundo del espectáculo otra recién
estrenada producción hollywoodense, la cual no hemos visto aún, sino solo fue proyectada
como primicia para el Alto Mando de Estados Unidos. Lo único que pudimos observar
el público mundial fueron las expresiones de expectación, incluso de horror
como la manifestada por la Secretaria de Estado, Hillary Clinton y de total
indiferencia como
la del General Marshall
B., mostradas al mundo en la foto de Pete Souza, fotógrafo de
la Casa Blanca , ante el
ajusticiamiento del terrorista más famoso del mundo, enemigo número uno de
Estados Unidos, el señor Osama Bin Laden, transmitidas solo a ellos en vivo y a
todo color por sus equipos de asalto Seals.
Tampoco
sabemos si dichas expresiones fueron parte del show mediático y si los integrantes
del Alto Mando gringo fueron parte de la plana de actores de esta saga. Lo que
tampoco tenemos claro es para qué será utilizada dicha producción. Lo que si no
tenemos duda es que, desde el Presidente hasta sus asesores militares, deberían
ser nominados desde ya a los premios Oscar.
Dos
días antes de esta representación teatral, la noticia cundió por Twitter y
Facebook. El presidente Barack Obama transmitía simultáneamente en un discurso
televisado su versión de los hechos y la grata noticia a su pueblo. Casi al
instante cientos de jóvenes se lanzaron a festejar en las inmediaciones de
la Casa Blanca y el
parque Washington. Corría la cerveza y el licor. La euforia era fantástica.
Cantos, gritos, vivas y muestras de simpatía al presidente negro. Las encuestas
lo catapultaron de nuevo, casi como cuando ganó. De nuevo era considerado el
Comandante en Jefe. Ese que sabrá dirigir al glorioso pueblo gringo a
la victoria Lo que no
sabemos aún, contra quien. Hay que recordar que tiene dos conflictos fuertes
abiertos en Irak y Afganistán y un tercer teatro de operaciones ahora en Libia,
donde quizá sus tropas no están sobre el terreno pero si comprometidas
totalmente con armamento sofisticado desde bombas inteligentes hasta aviones no
tripulados.
Osama
siempre fue un fantasma que trabajó más bien para los intereses gringos que en
contra de ellos. Cuando se quería desviar la atención sobre algo crítico y
molesto, la supuesta imagen o voz de Bin Laden prorrumpía en los medios
mundiales por medio de una cinta pregrabada que solo era confirmada su
veracidad por los servicios de inteligencia yanquis. Verdades que eran
impuestas al mundo igual que hoy. Entonces se activaban las alarmas contra
posibles atentados. Era toda una parafernalia.
Ahora
que en un ataque contra Libia, las fuerzas de la OTAN, lideradas por los
Estados Unidos, mataron a un hijo y tres nietos pequeños de Gaddafi,
casualmente, es muerto en una operación peliculesca Osama Bin Laden. Por
supuesto, la noticia que despertó la ira y la condena mundial por no estar
enmarcado el ataque dentro de los cánones de la resolución 1973 de la ONU, fue
opacada por la muerte del terrorista enemigo número uno de los Estados Unidos.
A su vez, levantó el perfil del mandatario que acosado por la derecha
recalcitrante del Tea Party, fue condicionado ahora a seguir sus lineamientos
al pie de la letra. Obama
fue doblegado por Bush y compañía. El mundo ahora si que está en peligro.
A
esa película que culminó con el anuncio de que el cadáver del terrorista,
después de haber sido envuelto en sábanas blancas y rezado por su alma
plegarias islámicas, había sido arrojado al mar Arábigo en una sinopsis de la
afamada película de los Transformers I,
igual que lo hicieron con el enemigo de la tierra y de los Autobots, Megatrón, arrancó más de una
sonrisita incrédula en la faz de cada uno de los que prestamos atención al
guión que el gobierno yanqui lanzó al público, pues, sin presentar pruebas
convincentes se deshicieron del cuerpo del cual, según la farsa inicial,
extrajeron su ADN para asegurar que realmente se trataba de él. Afirmado y firmado
ello por un forense de su propia plana militar. ¡Que tal! Un argumento bastante
endeble, carente de evidencias sustentables, que no obstante tendrá que ser
aceptado por los gobiernos del planeta como verdadero, so pena de despertar el
malestar del Imperio. Además de ser propalado por los consorcios mediáticos
mundiales bajo su égida pero que a estas alturas ya nadie cree. A Estados
Unidos le ha pasado lo del pastorcillo mentiroso.
Sin
embargo, la estrategia de conseguir el beneplácito de su engañado, narcotizado
y reprimido pueblo para cualquier inminente locura futura ha sido conseguida. Eso
es lo que realmente les interesaba obtener.
Como
consecuencia de ese asesinato extrajudicial, pues la persona a quien mataron,
según cables de sus propios noticieros, estaba desarmada; con la desaparición
de su cuerpo en el mar, por tanto imposible realizar una autopsia que verifique
su identidad y la verdadera causa de su muerte; con el beneplácito del gobierno
pakistaní que se convirtió una vez más en cómplice de esta última artimaña de
los gringos contra su propio pueblo y sus vecinos; con las alarmas subidas al
nivel de rojas por posibles ataques terroristas de los seguidores de Bin Laden,
como estrategia dentro de su guerra preventiva, no tardarán los gringos en auto
inflingirse un atentado terrorista en cualquier parte del globo lo cual les
abrirá las puertas de par en par para agredir a otro país que en su lista de
naciones a atacar por contar con recursos energéticos, sea de la ambición del
Imperialismo. En su sede se han de estar puliendo los planes para atacar. ¿A
quien? Hay varias naciones que están en su mira. Una de ellas es Irán, pero eso
pronto lo sabremos. Mientras tanto su pueblo al compás de los tambores de la victoria
sobre el terrorismo que son los mismos que acompañan danzas de guerra, avalará inconsciente
y fanáticamente al calor del alcohol y las drogas a su gobierno fascista para
que aniquile a sus “enemigos” aunque estos sean de nuevo mujeres,
niños y ancianos a quienes les endilgará el mote de “terroristas”,
igual que lo hizo contra el hijo y los pequeños nietos de Gaddafi o como lo ha
hecho tantas veces en las ciudades y aldeas de Vietnam, Panamá, Irak,
Afganistán y lo está haciendo ahora en Libia.
El
mundo se inclina peligrosamente hacia el fascismo mundial, apenas un poco más
de seis décadas de haber pensado que los aliados lo habían extirpado totalmente
del planeta con la derrota de Hitler y sus huestes. Pero vemos que eso no es
cierto. Paradójicamente hoy, los mismos que junto a otras naciones lograron esa
hazaña y conmemoraron recientemente a las víctimas del Holocausto, lo reactivan
con sus planes de agresión trazados por la mano de la extrema derecha
aglutinada en el Tea Party detrás de la cual camina penosa pero resignadamente,
con su blackberry al tobillo, su
esclavo Obama.
Carlos Maldonado
Economista y Profesor en Historia por la
Universidad de San Carlos
de Guatemala
Colectivo “La Gotera”
Guatemala, 04 de mayo de 2011