Entrevista: Jorge Dalton
Por: Tomás Andréu
Hace
cuatro décadas al poeta Roque Dalton le dieron plomo a traición. Las
balas salieron de la cúpula del Ejército Revolucionario del Pueblo
(ERP). Lo acusaron de ser agente espía cubano. Luego cambiaron la
versión y dijeron que era miembro de la Agencia Central de Inteligencia
(CIA) de Estados Unidos. Esto último cuajó en la mente de sus compañeros
de armas y significó el fin para el poeta creador de “Taberna y otros
lugares”.
Los
que decidieron matar al poeta Roque Dalton siguen con vida. Uno de
ellos es Joaquín Villalobos —fue asesor del expresidente mexicano,
Felipe Calderón— y el otro es Jorge Meléndez —funcionario desde que el
Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) llegó al
poder—. El primero fue el que puso las balas en el cuerpo del poeta, el
segundo fue el carcelero y el verdugo que le daba golpes, según la
familia Dalton.
Jorge
Dalton es cineasta e hijo del poeta salvadoreño asesinado en 1975. En
esta breve conversación el artista señala que el crimen de su padre
sigue impune gracias al FMLN.
“El partido no ha movido un dedo en colaborar con el esclarecimiento del crimen porque no les interesa”.
Jorge
Dalton es productor de cine y televisión. Actualmente es el director
de Cine y Audiovisuales de la Secretaría de Cultura de la Presidencia
(Secultura). Ha vivido y trabajado en México, Estados Unidos, Honduras y
El Salvador. Ha dirigido un total de diecisiete documentales, diversos
programas de televisión con temáticas de cine, revistas culturales,
conciertos de música en vivo y numerosos videoclips tanto en Cuba,
México y El Salvador.
También
ha sido jurado del Festival Internacional de Cine de Guadalajara,
(México), Festival Internacional de Cine en Centroamérica, Ícaro
(Guatemala) y Festival Latino de Nueva York (Estados Unidos).

Se cumplen 42 años de la desaparición física de Roque Dalton. ¿Todavía hay algo que decir?
El
crimen del poeta Roque Dalton sigue en la absoluta impunidad. Sus
asesinos siguen sin esclarecer nada ni revelar el sitio donde se
encuentran sus restos. Para colmo, el Estado se ha hecho cómplice del
pacto de silencio de los asesinos. Sigue siendo un acto de gran
injusticia y uno de los crímenes emblemáticos que no se han resuelto
como es el caso del asesinato de los curas jesuitas de la Universidad
Centroamericana, el de monseñor Romero y otros crímenes atroces que son
parte de todo un sistema de impunidad en el cual han tenido mucho que
ver la derecha y la izquierda. El Estado salvadoreño al no hacer nada al
respecto se hace cómplice.
Como
familia hicimos una carta al expresidente Mauricio Funes al inicio de
su mandato. Mi hermano habló también con Hato Hasbun —secretario de
Gobernabilidad de Casa Presidencial— y con otros miembros de la cúpula
del Gobierno. Nos reunimos con Medardo González —secretario general del
partido FMLN— directamente. Él nos aseguró que el FMLN no tenía
responsabilidad en el nombramiento de Jorge Meléndez en ese primer
gobierno. O sea: entendimos que tanto el matrimonio Mauricio Funes y
Vanda Pignato fueron los que nombraron a Meléndez como funcionario.
Con
el gobierno actual del presidente Salvador Sánchez Cerén, el FMLN
ratificó en el cargo a Jorge Meléndez. Él está señalado de haber
participado en el crimen de mi padre. Al inicio de este segundo mandato
llegamos a la conclusión de que Medardo González también nos engañó.
Comprobamos que ese nombramiento había sido algo pactado entre todos
ellos y no fue un asunto solo de Funes y Vanda Pignato.
El
FMLN ha traicionado el legado y la figura de Roque Dalton. Ha
pisoteando su obra literaria y hasta su pensamiento político y todo lo
que mi padre significa para El Salvador y el resto de Latinoamérica.
Entonces, no les bastó no solo con ensuciar la memoria del poeta
revolucionario, sino que engañaron a mi familia, engañaron y pisotearon a
mi madre y han engañado también al pueblo salvadoreño.
Villalobos
y Meléndez no solo son responsables del crimen de mi padre, sino de
otros crimines que incluso están en el Informe de la Comisión de la
Verdad. Fue el FMLN quien —a Jorge Meléndez— lo ha elegido y protegido
de la manera más impune, desfachatada y vergonzosa durante todos estos
años. Cada día el FMLN deja evidenciado que no le interesa la figura del
poeta meritísimo Roque Dalton. He llegado a pensar que en el fondo
detestan a mi padre y todo lo que su figura significa. El partido no ha
movido un dedo en colaborar con el esclarecimiento del crimen porque no
les interesa.
El
resultado y la respuesta a nuestra carta de parte del expresidente
Funes fue más que miserable. Se puso a la par del victimario y echó a un
lado a las víctimas. Ofendió públicamente a mi familia utilizando todo
su poder para anularnos cuando le prohibimos pronunciar el nombre de mi
padre en sus discursos.
El
muy miserable [del expresidente Funes] quería centrar su show político
con el título del poemario “El turno del ofendido”. Y una ofensa
recibimos luego que mi hermano le solicitó a Hato Hasbun que no usara el
nombre de mi padre. Y la reacción del expresidente Funes fue la misma
reacción de quienes han protegido a los asesinos y los torturadores de
Latinoamérica. La actitud de la primera dama de entonces, Vanda Pignato
no pudo ser más miserable también, porque nunca se acercó a darnos ni
la mínina explicación. Me imagino que ella tenía que ser fiel a sus
vínculos de amistad con Jorge Meléndez y Joaquín Villalobos. Este último
es el asesino directo del poeta Roque Dalton.
Hace
poco —en un centro comercial de San Salvador— la exprimera dama, Vanda
Pignato se encontró con mi madre. Pignato la abrazó y la elogió de
manera hipócrita y descarada. Mi madre tiene ya 85 años y cada vez es
más frágil y sin fuerzas para reclamar nada. Y al parecer ella se irá de
este mundo sin ver la tumba del padre de sus hijos. Hasta dónde ha
llegado la desfachatez, la mentira y la impunidad de semejantes
sabandijas en mayúsculas.
Hay una nueva generación de poetas en El Salvador. ¿Crees que Roque Dalton sigue siendo una influencia literaria?
Hay
una nueva generación de poetas y escritores salvadoreños y seguramente
mi padre seguirá siendo una gran influencia, pero creo que los
escritores deberán crear estilos propios acordes a los nuevos tiempos.
Esta nueva generación literaria tendrá que ingeniárselas para trascender
y no quedarse en los localismos, los intentos y los esfuerzos. Esto es
algo muy impregnado en la cultura salvadoreña a lo largo de la historia.
Y no solo pasa con la literatura sino también con el cine, las artes
plásticas y las demás expresiones del arte. Hay un gran temor a
trascender y eso ha sido un signo muy marcado de una cultura
subdesarrollada. Un escritor debe ser también un intelectual en todos
los sentidos. Debe ser parte de la conciencia crítica y generadora de un
pensamiento que ayude a transformar la sociedad y eso en El Salvador de
hoy es muy escaso. No hay una producción y un ambiente literario como
existe en Nicaragua o Guatemala. El panorama literario aquí es difícil
porque El Salvador no está catalogado como un país de lectores. Es un
país en el que la gente no lee. Han desaparecido las librerías y las
bibliotecas están vacías. La gente se reúne en un bar o un café para
hablar de política, para hablar de cualquier cosa menos de arte y
cultura. Consumen televisión de manera sedienta para ver desfilar en
los programas de opinión y noticieros a los mismos políticos de
siempre. El salvadoreño común vive atrapado en el círculo sin salida de
la política. El salvadoreño no lee y para colmo tampoco va al cine,
porque lamentablemente tampoco no hay nada que ver.
Por
último, la política literaria del Estado o la gestión del Estado —en
ese orden— es insuficiente. El término mediocre es ya un elogio. Es de
verdad paupérrima.
De
todas maneras el panorama puede ser muy negativo pero eso no es motivo
para la no existencia de una buena literatura. En Haití hay buenísimos
poetas y hubo siempre buenos escritores e intelectuales.
Hay
algo que vi en Cuba: Las nuevas generaciones de artistas no saben sobre
Roque Dalton. ¿Vaticinas un olvido de la vida y obra de tu padre en la
Isla?
No
tengo la misma opinión que tienes sobre la obra de mi padre en Cuba. Yo
creo que en Cuba sí se venera a mi padre, su poesía y lo que significa
su figura. Es un sitio donde mi padre aún no está olvidado ni muerto,
por suerte. Pero por supuesto, el olvido de las nuevas generaciones es
un peligro. Ya incluso los jóvenes cubanos de hoy ignoran muchas cosas
importantes de la propia cultura cubana.
En
este asunto del olvido que seremos, cito al gran escritor colombiano
Héctor Abad Faciolince: “Todos estamos condenados al olvido y todos
seremos derrotados, pero hay derrotas peores que la muerte”. En Cuba
están en peligro un sinnúmero de cosas que tienen que ver con el olvido y
la memoria. Ya Cuba no es la misma Cuba de 1968. Ni siquiera la Cuba de
1990. Lo que fue para muchos la Revolución Cubana —y la continuidad de
ese proceso en toda su dimensión— está por definirse. A pesar de que me
considero hijo de ese proceso que se inició en 1959, mis motivos de
apego son mucho más profundos, son muy de raíz y están estrechamente
relacionados con la nación cubana y soy de un pensamiento martiano.
Siempre he vivido agradecido de mis padres por haberme llevado a vivir a
Cuba. Y pienso que uno es del lugar donde crece y se forma, donde casi
todo es por primera vez.
Hoy
Cuba atraviesa por un momento complejo y los jóvenes que no tienen el
mismo compromiso que tuvieron sus padres y abuelos hoy miran el futuro
—por lógica— muy diferente. Ahora está la nueva relación con Estados
Unidos que aún no sé muy bien en que va a desembocar. Un amigo cubano
—un poco en broma— decía que uno de los grandes problemas de Cuba es
estar lejos de Dios y demasiado cerca de los Estados Unidos. Pero yo
confío en la nación cubana y no dejo de pensar en la reconciliación
entre los cubanos. Esto es inevitable y es la única solución para un
futuro próspero y abierto al mundo. Es una nación que a pesar de los
pesares tiene muchas virtudes.
Jorge
Meléndez ha aseverado dos cosas: en 2010 dijo que no conoció el
asesinato de Roque Dalton sino un proceso político —dentro del ERP— en
el que resultó muerto tu padre y otros guerrilleros. En 2016 afirmó que
“Ni siquiera sabía que existía Roque Dalton”. ¿Qué pensás de estos
cambios de discurso?
Sobre
lo que dijo Jorge Meléndez en 2010 —que no se trató de un asesinato,
sino de un “proceso político”—, pues puede que tenga razón, porque los
asesinatos que se cometían a mansalva en la Unión Soviética —en la época
de Stalin y los famosos “Juicios de Moscú”— y los crímenes que se
cometieron en la Checoslovaquia estalinista en Hungría, Rumania y
Polonia —en los que murieron miles y miles de personas bajo innumerables
acusaciones y que fueron a parar a fosas comunes— los denominaban así:
“procesos políticos”. Nunca reconocieron que eran crímenes de lesa
humanidad.
Y
sobre la frase “Ni siquiera sabía de la existencia de Roque Dalton”,
pues a mí no me sorprende todo lo burdo y despiadado que pueda ser este
personaje de Jorge Meléndez. Cuando mi padre fue asesinado dijeron
primero que lo ajusticiaron por ser “agente cubano”. Luego salieron con
eso de que lo habían matado por “agente de la CIA”. Y mí ya no me
sorprendería que dentro de poco el FMLN diga algo parecido. Si han
resultado ser tal para cual, porque Jorge Meléndez goza de toda la
estima del FMLN y no me extraña que algún día el FMLN hasta les erija
un monumento a los asesinos del poeta Roque Dalton.
La
familia Dalton se ha esforzado por esclarecer el asesinato de Roque…
¿Me equivoco si digo que eso mismo —al parecer— no sucede con tu hermano
que desapareció a principios de 1980?
Él
murió en combate en el departamento de Chalatenango como muchos que
murieron y sus cadáveres quedaron en el camino. No sabemos mayores
detalles. Yo no estuve en la guerra. Yo no participé y ni siquiera vivía
en El Salvador. Mi hermano mayor muere en el mismo combate que mi
hermano Juan José es capturado por las tropas élites del ejército. No
supimos más. Es la razón por la cual nunca hemos reclamado, porque no se
trata igual que lo de mi padre. Mi hermano muere en un combate en la
montaña contra el ejército. La pérdida de mi padre y de mi hermano
significa una gran desgracia para mi familia. Para nosotros hablar de
eso es sumamente doloroso.
Roque
increpó a Miguel Ángel Asturias por haber ocupado un cargo público que
reñía con la ética revolucionaria e intelectual y le aconsejó por
dignidad que renunciara a su cargo a la embajada de Guatemala en París.
Si el Gobierno del FMLN mantiene en sus filas a un supuesto asesino de
Roque Dalton, ¿por qué no renuncias a la Secultura? Es decir: ¿por qué
no renunciás a tu cargo como funcionario del gobierno del FMLN? Y
también lo digo porque te has mostrado abiertamente crítico hacia el
partido y su actuar.
Bueno,
son casos muy diferentes y épocas muy diferentes en cuanto a lo que
mencionas relacionado con Miguel Ángel Asturias y mi padre. Es
importante aclarar que yo no fui elegido por el FMLN para ocupar el
cargo que tengo como director de Cine y Audiovisuales de la Secultura.
Cuando el FMLN llegó al poder yo ya estaba ahí medio año antes de que
el expresidente Funes llegara al Ejecutivo. Fui contratado para ocuparme
de lo que en aquel entonces se llamaba Unidad de Video cuando aún
existía el Consejo Nacional para la Cultura y el Arte (Concultura).
Entonces, yo desde el primer día presenté un proyecto de convertir la
Unidad de Video en la primera instancia cinematográfica y audiovisual en
la historia del Estado salvadoreño. Con mucho sacrificio creé el Centro
de Producción Audiovisual donde se han realizados documentales y
programas de televisión de corte cultural que incluso ayudaron a
fortalecer y aumentar la teleaudiencia de Canal 10. Estamos por lanzar
dentro de poco el primer programa de televisión digital. Pude crear un
equipo de trabajo con gente joven y profesional. Es una instancia que
camina a la par de todo el nuevo panorama audiovisual salvadoreño. Yo no
fui elegido por el FMLN bajo ningún concepto ni ningún otro partido.
Tampoco tengo compromisos partidarios ni políticos de ninguna clase con
nadie. Yo soy un cineasta. Un trabajador comprometido con el arte, la
cultura y el país. Bajo esas condiciones fui contratado y esa es parte
de mi misión aquí. Me propuse dejar un legado que está muy vinculado a
todo el esfuerzo por la existencia de un cine nacional, donde el Estado
tiene muchas obligaciones. Yo no llegué aquí con un cargo político ni
por “ser chero” de nadie. A mí me ampara mi trayectoria, mi obra y todo
el trabajo que he venido desarrollando por el cine salvadoreño y la
cultura en este país. Yo no vine al Estado como han llegado otra gente
afín o militante del FMLN que llegó a asaltar el Estado como si fuera un
botín de conquista como lo hizo el partido ARENA en el pasado. Es
aberrante e injustificable la filosofía del FMLN: si ARENA robó y
despilfarró porqué nosotros no lo vamos a hacer.
Yo
soy un cineasta revolucionario y enemigo de la burocracia, la
mediocridad, la mentira y la corrupción y yo vine a cumplir con mi
deber y no andar en babosadas políticas. No me perdonan que yo diga las
cosas y si tengo que salir a la calle con un megáfono a acompañar a los
trabajadores, pues lo hago. Yo no estoy señalado ni soy sospechoso de
cometer ningún crimen. Yo no tengo nada que ver con esa podredumbre de
otros funcionarios altamente sospechosos de crímenes, corrupción e
enriquecimiento ilícito. Esa es la gran diferencia [entre Jorge Dalton]
con el cargo que ocupa Jorge Meléndez. Si alguien sabe de esa gran
diferencia es el presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén. Él
sabe perfectamente quién soy yo y conoce perfectamente a mi familia. Él
sabe de sobra de dónde viene Jorge Meléndez y en lo que estuvo
involucrado. Es el presidente de la República quien tendría la
obligación, la honorabilidad, la honestidad y la autoridad necesaria
—en nombre de la justicia y la verdad— de destituir a Jorge Meléndez
señalado por el crimen de un poeta.
El
vicepresidente de El Salvador, Óscar Ortiz pidió que no se extraditaran
a los militares señalados en haber participado en el asesinado de los
jesuitas de la UCA. Y al Gobierno no le cayó en gracias que declararan
ilegal la Ley de Amnistía de 1993. ¿Por qué crees que ocurren estos
cambios de postura?
Bueno,
la protección de esos militares e impedir que fueran extraditados por
España —señalados de graves violaciones a los derechos humanos— se
inició con Mauricio Funes y el FMLN. Ellos se prestaron para eso. Éste
es otro acto vergonzoso, sucio —y sobre todo— un acto de traición a las
víctimas de tales asesinatos. El vicepresidente Ortiz pone en claro su
postura —que en definitiva es la postura del FMLN— de estar en contra
del esclarecimiento de la verdad. Ellos son pieza clave de ese sistema
de impunidad que reina en el país. Los miembros del FMLN están evitando
por todos los medios que los casos de crímenes cometidos por el FMLN no
salgan a flote. El FMLN definitivamente se pone al lado de los
victimarios y anula a las víctimas.
Con
el caso del asesinato del poeta Roque Dalton, no pueden ser más claros.
Como dije al inicio: no han movido un dedo en ayudar al esclarecimiento
de la verdad y eso de alguna manera los hace cómplices de quienes
cometieron el crimen porque se han dedicado a proteger a esos
victimarios. Yo creo que todo eso es parte de un proceso de corrupción
política dentro del FMLN. Ellos han pisoteado muchos principios, se
olvidaron hasta de su propia gente. Se traicionaron a ellos mismos. Se
olvidaron de los que lo dieron todo, de los que sacrificaron lo más
preciado que tenían que es la vida.
(Jorge Dalton cita los versos de un poema de su padre).
Se olvidaron, pues de:
los arrimados, los mendigos, los marihuaneros,
los guanacos hijos de la gran puta,
los que apenitas pudieron regresar,
los que tuvieron un poco más de suerte,
los eternos indocumentados,
los hacelotodo, los vendelotodo, los comelotodo,
los primeros en sacar el cuchillo,
los tristes más tristes del mundo,.
mis compatriotas,
mis hermanos….
Eso
es imperdonable como son imperdonables los que asesinaron al poeta
Federico García Lorca. Yo considero que el FMLN no es revolucionario. Lo
dejó de ser hace mucho tiempo.