Saludos y bienvenida: Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida... Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos. Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos. Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más... A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado. Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia... Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos? Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista. No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente. Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo. Fraternalmente, Trovador

martes, 12 de marzo de 2013

La muerte de Hugo Chávez y su continuidad


Dagoberto Gutiérrez

Hugo Chávez llegó al gobierno de Venezuela en medio de la descomposición del régimen político, con el mayor descrédito de los partidos, el desprestigio total de los dirigentes de la derecha y el desenfrenado robo de la riqueza nacional y la entrega de la soberanía a los Estados Unidos. El levantamiento militar contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez fue el campanazo que anunció al pueblo que había un camino abierto para salir del abismo. Ciertamente hubo un fracaso, pero no hubo una derrota porque se trataba sencillamente de la apertura de un proceso, y éste estaba irremediablemente abierto.

En 1989, el pueblo se alzó contra el gobierno de Pérez, y este levantamiento llamado Caracazo, porque tuvo su epicentro en Caracas, demostró la madurez de las condiciones políticas, la capacidad de rebeldía del pueblo y su disposición a enfrentarse al poder burgués imperante. Entre 1989 en que ocurre el Caracazo y 1992, en que se da el levantamiento militar, jefeado por Chávez, transcurre un poco más de 3 años, pero ambos acontecimientos formaron parte de un solo proceso íntimamente eslabonado. En este caso, el pueblo y los militares unieron su acción y su pensamiento, su ánimo y su voluntad, su capacidad y su perseverancia, y es precisamente la unión entre el pueblo y los militares, uno de los componentes fundamentales del proceso político venezolano, y su raíz se encuentra en estos dos acontecimientos, inseparables y amarrados históricamente.

Hugo Chávez era un jefe militar pero se convierte en el jefe del levantamiento y éste levantamiento era hijo del Caracazo, por eso Chávez era también hijo de ese levantamiento popular. Aquí se encuentra el epicentro de los acontecimientos posteriores, y por eso la fuerza política de Chávez se convierte en un poder telúrico, porque nace de las entrañas de la indignación, de la frustración, del dolor y del llanto de la pobreza, y del olvido eterno que el poder burgués ha aplicado al pueblo de Venezuela. Hablamos de un país dueño de inmensas riquezas y de inmensa pobreza, y por eso mismo, la rebelión estaba escrita con la sangre del pueblo pobre.

La lucha de Chávez vinculó con maestría la confrontación con el juego político burgués, pero usando magistralmente las reglas de ese juego. Aquí encontramos el peso del orden en la cabeza de un militar, pero el uso de las reglas del juego buscaba cambiar el juego mismo, es decir, el orden y el sistema, y aquí encontramos el peso del sentido subversivo en la cabeza de un dirigente popular, que buscaba construir un nuevo orden a través del desorden, porque el mayor desorden se llamará siempre revolución, sobre todo cuando se basa en la mayor participación del pueblo, como ocurrió siempre en el proceso venezolano. Aquí está la síntesis entre un jefe militar y un jefe político popular.

La clave para entender el proceso está en la capacidad que desplegó Chávez para insertar el pensamiento, la filosofía, la teoría y la praxis de Simón Bolívar en la acción y el pensamiento del pueblo. Esto determinó el torrente de apoyo popular que le permitió ganar elección tras elección y derrotar electoralmente a la derecha.

Su llegada al gobierno era parte de la lucha por el Estado y esto estaba expresado en la lucha por el control de la riqueza petrolera, cuyo aparato se llama PDVSA. Es aquí donde se ubica el golpe de Estado contra Chávez, que puso a prueba, a los 4 años de su gobierno, su vinculación con las masas populares. Sabemos que pasó la prueba y que, en ese marco, la burguesía perdió el control del petróleo, es decir, del Estado, y así se abre el proceso de cambio de juego y cambio de reglas, de manera abierta y profunda.

La transformación del nuevo Estado consistió en recuperar la dignidad para un pueblo que nunca había recibido bienestar de la burguesía dominante. Se entrega tierra, salud, educación, se construye un poder del pueblo, se hace poco a poco, pueblo armado. En este momento aparece la construcción de un partido político que sintetice esta lucha y sea instrumento político del pueblo, y Venezuela deja de ser un país olvidado, un enano sentado en un filón de oro, y el mundo supo de la solidaridad y la humanidad de la revolución bolivariana, y ese petróleo que había sido patrimonio del imperio estadounidense es puesto al servicio de los pueblos latinoamericanos, generando el odio mortal de la burguesía venezolana, de la de todo el continente y del planeta y del imperio gringo. Esta es la mejor indicación de la profundidad de ese proceso político.

La muerte de Hugo Chávez es el momento de mayor fortaleza del proceso, y esta aparente contradicción es, sin embargo, una especie de corolario que explica la intensidad y profundidad del paso fulgurante de un hombre en la historia de un país y de un continente.

En ningún momento como este, la derecha venezolana ha aparecido tan reducida y encerrada en sus corrales, y el movimiento revolucionario dueño de la calle, del ánimo y de la voluntad del pueblo. Y en la próxima campaña electoral será de nuevo Hugo Chávez quien recorrerá su país, llamando al pueblo a defender la revolución, a consolidar los logros y a dar nuevas victorias.

El actual presidente, Nicolás Maduro, es la continuidad y profundización de ese proceso, y Chávez es quien asegura, desde el espectro victorioso de su vida, su lucha, su honradez y su pensamiento, que los caminos sigan abiertos para el encuentro cotidiano de la revolución y el pueblo venezolano.

En ningún momento como hoy, Chávez había estado tan vivo, tan despierto, tan presente en la pupila y el corazón de su pueblo, y por eso, todos aquellos que esperaban su muerte para celebrarla, saben que están frente a uno de los muertos que siguen luchando, que siguen hablando y siguen de pie.

El llanto, el dolor y el duelo por la muerte de Hugo Chávez es como un río que se nutre de esas lagrimas y cuyo torrente es indetenible e invencible. Por eso Hugo Chávez es pueblo hecho pensamiento y hecho acción.

San Salvador, 11 de marzo del 2013.

Dossier con Walter Martínez 110313


 Los sucesos internacionales y noticias de resonancia mundial en "pleno desarrollo" analizados por el periodista y corresponsal de guerra, Walter Martínez, a través de la señal del canal de todos los venezolanos, Venezolana de televisión.

“Dossier”, único en su estilo en la televisión venezolana, es una herramienta necesaria, que brinda información de actualidad, en un lenguaje directo y de fácil comprensión.



Discurso completo de Nicolás Maduro (Presidente ejecutivo Venezuela) en el funeral de Hugo Chávez


Texto completo de Nicolás Maduro

UN TEXTO FUNDAMENTAL: Discurso completo de Nicolás Maduro en el funeral de Hugo Chávez

 Resumen Latinoamericano

Maduro, manifestando todo su dolor por el compañero "caído en combate"


Nuestro Comandante tenía, desde adentro, el escudo más poderoso que puede tener un ser humano, que es su pureza, su verdad- Palabras de Nicolás Maduro, vicepresidente ejecutivo de la República Bolivariana de Venezuela, en la Ceremonia Oficial en memoria del Comandante Presidente Hugo Rafael Chávez Frías, 8 de marzo de 2013.

Querida Doña Elena;Queridos hijas, hijo, nietos, nietas, hermanos; maestro Hugo de los Reyes; familiares de nuestro Comandante Presidente, padre y guía, Hugo Rafael Chávez Frías;

Queridos y estimados y estimadas presidentes y presidentas, primeros ministros, primeras ministras, príncipe, de las cuatro latitudes de nuestro planeta que han venido a expresar, con su amor y su presencia, todo el apoyo y la solidaridad a nuestro glorioso pueblo de Venezuela, a nuestro Comandante Hugo Chávez (Aplausos). Les damos las gracias desde nuestro corazón por haber venido desde sus tierras a traernos este homenaje tan grande y a traernos con su abrazo y su palabra el aliento que necesitamos en esta hora dura y trágica de la historia de este siglo XXI.

Queridos líderes que se encuentran; movimientos sociales; dirigentes políticos y sociales del mundo entero que andan entre las calles con el pueblo (Aplausos); querido compañero Gustavo Dudamel, maestro Abreu, que han traído la música de nuestros niños y jóvenes para llenar de viento fresco el alma de este hombre puro que aquí tenemos (Señala) (Aplausos).
Compañeros, compañeras del gobierno bolivariano del Presidente Hugo Chávez; compañeros gobernadores, gobernadoras:
Aquí estamos, al frente de él, como nunca hubiéramos querido estar. Con el dolor más inmenso que pueda caber en nuestra humanidad, aquí estamos, Comandante.

Ayer una señora nos decía —y cuando nos lo decía sentimos la justa dimensión de lo que ha sucedido—, dándonos aliento: Tengan fuerza, porque él, su alma y su espíritu eran tan fuertes que ya su cuerpo no los aguantaba y se liberó, y ahora su alma y su espíritu andan por este universo expandiéndose, llenándonos de bendiciones, de amor; recogiendo todas las bendiciones de todas las religiones, de todos los pueblos, de todo el amor que pueda haber en ese universo para traérnoslo, y así sabemos que es, Comandante, y así lo sentimos (Aplausos prolongados).

En las oraciones dicen que es tiempo de perdón, y tú nos enseñaste al amor más infinito, que llegó hasta el perdón en las circunstancias más difíciles. No ha habido líder en la historia de nuestra patria más vilipendiado, más injuriado y más atacado vilmente que nuestro Comandante Presidente. Jamás en doscientos años se mintió tanto sobre un hombre, ni aquí ni en el mundo; ni a nuestro Bolívar, lo traicionaron ciertamente, pero no se atrevieron a vilipendiarlo, ni en su tiempo ni luego de su tiempo. Pero no pudieron ni la mentira ni el odio, porque aquí está nuestro Comandante. ¿Y por qué no pudieron? ¿Ustedes saben por qué no pudieron, queridos Jefes de Estado que han traído su amor más puro por este hombre, más allá de las ideologías y las fronteras políticas? Porque nuestro Comandante tenía, desde adentro, el escudo más poderoso que puede tener un ser humano, que es su pureza, su verdad. ¡Su escudo de pureza de amor de Cristo, de hijo verdadero de Cristo lo salvó de la injuria, de la infamia, y aquí está invicto, puro, transparente, único, verdadero, vivo para siempre, para todos los tiempos, para este y todos los tiempos futuros!

¡Comandante, no pudieron contigo! ¡No podrán con nosotros jamás! ¡Jamás podrán! (Aplausos prolongados y exclamaciones de: “¡Chávez vive, la lucha sigue!”)

Nosotros, en vida, le fuimos leales. Todos, todos, todos los grandes hombres de esta tierra venezolana… Y eso lo aprendimos porque él nos lo enseñó, nosotros no lo sabíamos; muchos de nosotros, casi desde niños, nos incorporamos a las filas revolucionarias y transitamos distintos caminos, unos en filas militares, como la generación de hijos militares; les pido que se paren (Se ponen de pie). ¡Aquí están tus hijos, Comandante! (Aplausos.) ¡Aquí está tu Fuerza Armada Bolivariana hecha pueblo, hecha espíritu, hecha carne, con sus fusiles, con su espada! (Aplausos.) ¡Un ejército de paz es nuestra Fuerza Armada, de libertadores y libertadoras! (Aplausos.) Y transitamos desde muy niños, 11, 12 años, algunos desde nuestros hogares, con nuestros padres, nuestras madres, pero jamás en el camino de la redención de nuestra patria, nunca, jamás, nosotros supimos de nuestra historia.

Si se quiere construir correctamente el legado que deja Hugo Chávez, lo primero que hay que reconocer es que nos hizo redescubrir la historia cierta de nuestra patria, levantó las banderas del Libertador Simón Bolívar, las encarnó; las encarnó y nos enseñó el amor y el perdón. Nos enseñó también a amar nuestra historia.

Por eso hoy decimos, desde nuestro corazón —les pido permiso a sus hijos y a su madre—: Comandante, aquí, usted invicto, nosotros en su nombre, con el amor de Cristo, perdonamos a los que lo injuriaron (Aplausos). Esté usted libre de todas las culpas que trataron de echar sobre usted (Aplausos).
En esa historia a todos nuestros líderes, empezando por el más grande de todos, Simón Bolívar: se le prohibió la entrada a las provincias unidas de Venezuela; al Gran Mariscal de Ayacucho se le amenazó de fusilamiento si tocaba tierra de las provincias ya separadas de Colombia la grande, Colombia la primera, Colombia la nuestra, que está latiendo con ganas de nacer, de refundarse otra vez.

Todos murieron expulsados de aquí por quienes nos mandaron y nos traicionaron. Unos traicionaron a Bolívar, y murió allá en la patria grande, en Santa Marta, allí, donde un día fue nuestro Comandante a sentarse con el presidente Juan Manuel Santos y estrechar sus manos y a decir: “Vamos a trabajar juntos, ¡juntos!”, y así fue, presidente Santos. Muchas gracias, muchas gracias (El presidente Santos se pone de pie y asiente) (Aplausos).

El Gran Mariscal de Ayacucho, su cadáver quedó tirado entre la tierra, y los pobres de la tierra lo guardaron hasta que lo pudieron llevar a Quito. Estuvo 70 años escondido, perdido, tuvo que venir ese gran general bolivariano Eloy Alfaro, en 1900, para reivindicarlo, sacarlo del ostracismo y llevarlo a donde tenía que estar, en la Catedral de Quito, allá con nuestros hermanos, con el presidente Rafael Correa y con el pueblo bolivariano del Ecuador (Aplausos).

¿Por qué tenía que ser así la hora final de los grandes que nos fundaron, de los que fueron a pie, descalzos desde aquí desde el Caribe hasta el Potosí a darnos la libertad? ¿Por qué tanta traición, tanta envidia, tanto egoísmo? ¿Por qué tanta maldad? Por los intereses que se impusieron, que no fueron los intereses supremos de la patria que había nacido, que no fueron los intereses supremos de los pueblos. Eran tiempos de confusión y las fuerzas no le dieron al gran Bolívar y al gran Sucre para cohesionar la tierra y el pueblo que habían liberado.
Otro grande tuvimos aquí, Ezequiel Zamora, general del pueblo soberano, redentor, a quien le tocó levantar las banderas traicionadas de Bolívar. Y también murió de un balazo, el 10 de enero de 1860, cuando venía a Caracas con sus tropas victoriosas de patas en el suelo y desdentados. Esto nos lo enseñó nuestro maestro y padre.

Y Cipriano Castro, hace 100 años, ya había aparecido el petróleo en nuestra Venezuela, y un hombre nacionalista como Cipriano Castro enfermó y salió en 1908, y no había terminado de zarpar el buque que lo llevaba cuando la traición del Vicepresidente en funciones se impuso, y Venezuela tuvo 30 años de la peor dictadura que hayamos conocido en el siglo XX.

Y vinieron por nuestro petróleo, lo saquearon. Venezuela fue el primer productor de petróleo del mundo en la década de los años 20 del siglo XX. ¡Saqueado nuestro país!

Así que, Comandante, una vez usted nos contó que hablando desde el avión Presidencial le leía esta historia al Comandante Fidel Castro, Comandante en Jefe de los pueblos libertarios de nuestra América Latina y el Caribe (Aplausos). Nos contó que el Comandante Fidel Castro, luego de escucharlo en silencio, atentamente, le dijo: Hugo, qué triste esa historia, yo no lo sabía; pero ten la seguridad de que ni tú ni yo moriremos así. Cuando nos tengamos que ir, nos iremos con nuestros pueblos victoriosos, de pie, con la bendición y el amor de los justos y de las justas (Aplausos).

Se cumplió la palabra de Fidel: ¡Aquí está usted, Comandante, con sus hombres, de pie, todos sus hombres y mujeres leales, como lo juramos ante usted. Leales, hasta más allá de la muerte. Y usted, Presidente en funciones de la República Bolivariana de Venezuela, Comandante en Jefe de nuestra Fuerza Armada, aquí en su patria, en su tierra, bajo el mando de su mando, de su mando único! ¡Hemos roto el maleficio de la traición de la patria y romperemos el maleficio de la derrota y de la regresión! (Aplausos prolongados.)

Hemos roto ese maleficio, aquí está la Espada desenvainada, y sus ojos viendo a Cristo.


En los días previos, en los días, horas, antes de los anuncios del 8 de diciembre, un grupo de compañeros lo visitó a La Habana: Diosdado, compañero y hermano de estas batallas, pero, sobre todo, de las que vienen, Diosdado Cabello Rondón, revolucionario, puro también de alma, hijo de nuestro Comandante Hugo Chávez (Aplausos); los compañeros Rafael, Elías, Cilia. Allá lo acompañaban como siempre: Rosa, María, Rosinés, Hugo, Adán, todos sus hermanos; el compañero Jorge Arreaza, compañero de vida de nuestra querida Rosa Virginia y a quien nuestro Comandante adoptó como su hijo directo.

Y en una madrugada muy dura me tocó a mí llegar allí a su habitación, estábamos juntos Jorge y yo —Jorge siempre escribiendo en su cuaderno todo—, y allí, bueno, el Comandante nos pidió que lo ayudáramos en una tarea. Nos dijo: “Yo creo que tengo que escribir unas palabras finales, como un testamento”, y nos dio, como siempre, una orden: “El testamento de Hugo Chávez. Ayúdenme a un guion, algunas ideas para yo sentarme a escribirlas en estas horas.” Esa orden no la cumplimos, no pudimos, era imposible. Esa orden él la había cumplido ya, porque la vida entera de nuestro Comandante ha sido un testamento: su palabra, su pasión, su acción, su obra, su pueblo. El pueblo de Venezuela es su testamento. Los humildes de este mundo, los pobres, los desesperanzados, los oprimidos de todos los tiempos y todas las horas, nosotros, los nietos de los esclavos, somos su testamento vivo. Él dejó su testamento firmado y sellado por el pueblo. El primero de ellos aquí está (Muestra la Constitución).

Si alguien quiere saber quién es Hugo Chávez de verdad y quiere rasgar el velo de la mentira, de la canalla mediática, de la guerra psicológica mundial contra este hombre, conozca esta letra hecha por él, su Constitución, aprobada por el pueblo, discutida por el pueblo (Aplausos), y conozcan su letra y su acción.
Todo lo que hoy somos está aquí (Muestra la Constitución), aquí está nuestra guía. Si alguien tiene duda en algún momento de algo, aquí está la palabra suprema de la patria, la carta de Paz, la carta de todos.

Cuando esta Constitución se discutió, salimos a la calle a debatir, y se convocó un referéndum y algunos venezolanos salieron a llamar a votar por el “No”, porque no se aprobara. Bueno, cómo es la vida, el Comandante Chávez nos lo dijo en ese año 1999, éramos constituyentes, y él dijo: “Bueno, paciencia, lo que es justo, es justo, y esta letra será reconocida por todos más temprano que tarde.” Hoy podemos decir, Comandante, que esta es la Carta de todos y todas; incluso, los que se opusieron hoy la asumen como suya. ¡Bienvenidos todos! Venezuela es para todos y es de todos, y esta Carta es nuestra guía de unión, de paz, de convivencia (Aplausos); es una carta para hacer revolución, revolución democrática.

Si se quiere buscar más cerca qué soñaba nuestro Comandante invicto —como dijo ayer el General de Ejército Raúl Castro, en sus palabras en Santiago de Cuba—, si se quiere saber qué pensaba que debía hacer la Venezuela de este siglo XXI, Jorge, camarada, su testamento lo escribió él mismo en junio del año 2012, de puño y letra; lo sabe Elías Jaua que era vicepresidente ejecutivo, colaborador directo del testamento cierto del Comandante Chávez.
Aquí nos dejó cinco tareas históricas, cinco tareas históricas, de un pensamiento que forma parte de un sistema de valores, de principios, inspirado en Bolívar, nuestro Padre fundador, en los libertadores; inspirado en la sabiduría de nuestros pueblos indígenas, en nuestro gran Guaicaipuro, inspirado en Cristo.
Si alguien se puede preguntar o se quisiera preguntar cómo es un hombre o una mujer, un ser humano cuando se asume hijo verdadero de Cristo, nuestro redentor, y se consagra y da su vida, su cuerpo, todo su espíritu para un pueblo, para los oprimidos, para los pobres, tendrá que reconocer que Hugo Chávez fue un cristiano auténtico de la calle, un cristiano, un redentor en Cristo, un protector en Cristo de los pobres de esta tierra y de todas las tierras del mundo (Aplausos).

Así que cinco tareas históricas nos dejó, absolutamente cohesionadas, democráticas, porque después de un debate democrático en esta patria de hombres y mujeres conscientes y libres, nuestro pueblo le aprobó a nuestro Comandante su testamento.

Jamás en política mintió, ni en nada. Cuando él descubrió por su propio camino que en el capitalismo —y menos en el capitalismo neoliberal— era imposible estabilizar la sociedad, darles igualdad y felicidad a los pueblos, y era imposible sostener con estabilidad las democracias verdaderas, un día de diciembre de 2004 nos dijo: “Voy a levantar las banderas del socialismo nuestroamericano, indígena, bolivariano, cristiano; vamos a atrevernos con audacia a construir ese sueño de la humanidad y en democracia: el socialismo.” Y aquí deja un sistema de principios, valores, cinco.

El primero de ellos: “Mantener y consolidar la independencia conquistada en estos 14 años de revolución democrática, popular y bolivariana” (Aplausos).

El segundo: “Construir nuestro socialismo, diverso, democrático, nuestro americano” (Aplausos).
El tercero: “Construir a Venezuela como un país potencia, en el marco de la gran potencia de América Latina que se va a construir en los próximos años” (Aplausos), y que la vimos aquí de pie representada por la diversidad de presidentes y presidentas que aquí han venido.

Nosotros tenemos que ser una gran potencia. Fue aquí mismo, queridos presidentes y presidentas, aquí mismo en este patio donde el cadete Chávez se formó. Qué iba a decir la vida que 30 o 40 años después ese cadete iba a estar presidiendo aquí la Fundación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, que dignamente ha presidido el presidente Sebastián Piñera, de Chile, al cual agradecemos toda su generosidad y todas sus expresiones respetuosas y cariñosas para el Presidente Hugo Chávez (Aplausos), y que hoy preside el General de Ejército Raúl Castro Ruz, y la Cuba de la dignidad al frente de esta organización (Aplausos).

Cuarto objetivo: Construir un mundo de equilibrio, Bolívar, de equilibrio, el equilibrio del universo, sin imperios.
Aquí se encuentran unos representantes que nosotros saludamos y apreciamos; a Jesse Jackson, pero también están el excongresista Bill Delahunt y el congresista Gregory Meeks, a los cuales he saludado, que han sido enviados por el presidente Obama (Aplausos). ¡Bienvenidos!

Nosotros queremos y amamos a todos los pueblos de nuestra América; pero queremos relaciones de respeto, de cooperación, de paz verdadera. Nosotros queremos, y así lo escribió el Comandante Chávez, un mundo sin imperios, sin naciones hegemónicas, un mundo de paz que respete el derecho internacional, que sea capaz de encontrarse para cooperar, para vivir, para ser justos en términos de igualdad. ¿Y por qué no puede ser posible, si aquí está toda la voluntad de un mundo, toda la fuerza política de un mundo? Y América Latina tiene la tarea histórica de hacer ese nuevo mundo, de unirnos en la diversidad y decirle al mundo: ¡Aquí está América Latina, la de los libertadores! ¡Aquí estamos de pie juntos! ¡Este mundo tiene que cambiar, Comandante! (Aplausos.)

Y un quinto objetivo, que lo voy a leer, porque sin esto será imposible la propia existencia de la especie humana, y porque, al final, ese quinto objetivo es el que le da coherencia a toda la redacción de este testamento que nos dejó el Comandante Hugo Chávez.

El quinto objetivo es muy sencillo, y lo decimos con la mayor humildad, pero con la mayor angustia por la humanidad. Dice el Comandante Hugo Chávez:

Quinto objetivo histórico: “Contribuir con la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana. No existirá ni capitalismo, ni socialismo, ni ninguna de nuestras religiones, si no somos capaces desde donde estemos, con nuestras creencias ideológicas, políticas y religiosas, de salvar este planeta, acabar con las bombas nucleares, eliminar toda esa fuerza de destrucción, de contaminación de ríos, de mares, de calentamiento del planeta.”

Aquí está, Comandante, su testamento.


Hace varios años el Comandante Presidente, a veces, cuando había momentos apremiantes, o cometíamos errores, siempre nos decía: Nicolás, Elías, Rafael, Yadira, Jorge, ¿qué van a hacer ustedes cuando yo me muera? Nosotros siempre le decíamos: “¡No diga eso, Comandante, por favor…!” “¡¿Qué van a hacer ustedes cuando yo me muera, cómo van a hacer?!”
Él lo dejó todo arreglado; ya queda de parte nuestra si lo hacemos o no lo hacemos (Aplausos). Nosotros llamamos a todo nuestro pueblo a que lo hagamos.

¿Qué vamos a hacer cuando usted se muera, Comandante? Usted puede ir en paz, desde nuestras oraciones y nuestro amor en Cristo y desde nuestros corazones le deseamos la mayor paz que en ese ámbito de vida, en ese nuevo plano usted pueda tener.
¿Y qué vamos a hacer nosotros? ¡Continuar, seguir juntos, seguir juntos pueblo, fuerza armada, con su Constitución, con su Testamento Político, con su ejemplo y con nuestro amor! ¡Seguir protegiendo a los pobres! ¡Seguir dándole alimento al que lo necesita! ¡Seguir contribuyendo a la educación de nuestros hijos! ¡Seguir construyendo la patria grande! ¡Seguir construyendo la paz, la paz, la paz de nuestro continente, la paz de nuestro pueblo! Así, que, Comandante, ¡misión cumplida, Comandante Presidente! ¡La batalla continúa!

¡Chávez vive, la lucha sigue! (Exclamaciones de: “¡La lucha sigue!”)
¡Que viva Hugo Chávez! (Exclamaciones de: “¡Que viva!”)
¡Que viva nuestro pueblo! (Exclamaciones de: “¡Viva!”)
¡Que vivan el amor y la unión! (Exclamaciones de: “¡Vivan!”)
¡Hasta la victoria siempre, Comandante!

El significado de Chávez (Parte II - Final)


Ernesto Carmona

Chávez irrumpió en la política cuando los partidos estaban en total descrédito, tanto que los legisladores ya no usaban en sus vehículos las placas-patente oficiales por temor a un exabrupto. Un pueblo enardecido por primera vez tomaba conciencia de su exclusión del reparto del botín petrolero monopolizado por AD-Copey con grandilocuentes discursos sobre “democracia”.

El pueblo desesperanzado poco se inscribía para votar, convencido que, votos más votos menos, el juego seguirían ganándolo los mismos. Los resultados electorales registraban altos guarismos de abstención. Tampoco había segunda vuelta. Chávez pasó a la Historia porque emprendió la refundación del país. Impulsó una nueva Constitución, más acorde con la realidad social, surgida de un exhaustivo proceso electoral-popular-democrático. Sobre nuevas bases legales, promovió el desarrollo político del sector excluido de su pueblo con un nuevo diseño de distribución de la renta petrolera a través de decenas de planes de salud, vivienda, alimentación, etc., llamados “misiones”. También logró un gran avance en infraestructura, transporte, líneas de Metro y recuperó los ferrocarriles. Ha mejorado notablemente la calidad de vida del venezolano que antes fue excluido, de los trabajadores y de la propia clase media. Numerosas empresas privadas mejoran sus números produciendo y vendiendo al área social de la economía, por ejemplo el sector alimentario.

Se crítica a Chávez como “caudillo” y a su Revolución como “populista” y “polarizadora”. Y esto se debe, básicamente, a la reorientación del destino final de los fondos provenientes del petróleo, que ya no van al bolsillo de la clase política, la clase media más acomodada y la elite del país. Como en Venezuela no ha existido una burguesía industrial potente, como en otros países sudamericanos, la clase obrera resulta escasa. La industria petrolera emplea a 100.000 personas que resultan suficientes para generar el voluminoso ingreso que financia al país desde más de un siglo. La importación de alimentos y bienes de consumo continúa siendo un talón de Aquiles de esa nación

Bajo el antiguo esquema de distribución de la renta petrolera, en la llamada IV República (1958-1998) fluyó más dinero que en el Plan Marshall (casi medio millón de millones de dólares a precio constante). El reparto fue injusto, pero se le consideraba “normal”. Como hoy ha cambiado en perjuicio de los beneficiarios de ayer, le llaman “populismo”. Antes era lo contrario, elitista o egoísta. Hoy existe otro esquema pero “anómalo”. Y se habla de “polarización”, fea palabra.

Pero no fue un ideólogo marxista quien aclaró que la polarización social está siempre presente, querámoslo o no. Y en cierto modo, en 2006 definió así la “normalidad” en la sociedad contemporánea: “Hay una lucha de clases, por supuesto, pero es nuestra clase de los ricos quien dirige la lucha. Y la estamos ganamos”. Warren Buffet, el más rico N° 4 del mundo, con 53,5 mil millones de dólares en 2013, ahora lideriza una corriente que aboga por más impuestos para los ricos para financiar gasto social a favor de los excluidos –“occupy” o “indignados”– y postergar el colapso inminente del capitalismo. Pinochet prohibió por decreto la noción de “lucha de clase”, pero no por eso se extinguió, ya que los amigos de Buffet la estuvieron ganando con intensidad en los 17 años (1973-1990) de su dictadura… y todavía hoy.

La revolución de Chávez no es marxista, ni exportable. Es un sincretismo inédito muy venezolano, con cristianismo, justicia social, pensamiento de Bolívar, ideas marxistas, pensamiento de Fidel, legado de Allende, etc. El líder poseía cualidades personales intransferibles: gran carisma y cariño de su gente. Su pueblo y los pobres de esta región lo están haciendo inmortal. Además de buen humor, ironía, desplantes histriónicos, manejo de la TV y la comunicación, conocimientos prácticos de jugador de béisbol, etc., poseía también el control militar (que revirtió el golpe de abril 2002) y ofrecía muchas otras cualidades de su personalidad. Murió demasiado joven; 58 es poco hoy para el promedio. Fue un hombre orquesta de capacidades intransferibles. Condujo un proceso revolucionario aún en marcha cuyo principal factor de poder radica en unas Fuerzas Armadas atípicas en este planeta, apoyadas por el PSUV y refrendadas por el voto popular en 14 elecciones, más la 15ª que según todos los pronósticos ungirá a Nicolás Maduro el 14 de abril, para más rabia de Estados Unidos y sus detractores internos.

En cierto modo, la derecha venezolana, la reacción internacional y Estados Unidos perdieron con Chávez una bandera contra la que invirtieron más de una década de satanizadores estigmas mediáticos anti Chávez. Con su lamentable pérdida, la oposición venezolana también parece haberse quedado sin bandera política, ya que carece de programa. Tendrán, entonces que crear una nueva hiper-realidad que convierta a Maduro en el malo universal. Por eso no causa extrañeza la nueva oleada de mentiras mediáticas sobre su investidura, además de las innegables imágenes y entrevistas sobre la gran demostración funeraria de fervor popular, que revelaron a los propios enviados especiales la profundidad de la Revolución y la vigencia de aquellos cambios políticos y sociales que estigmatizan a diario pero conocieron y comprobaron in situ.

La revolución aún tiene debilidades. Focalizada en los pobres urbanos aspira a convertir al campesinado del interior en productores organizados en Consejos Comunales y no termina de crear más clase obrera con una política de desarrollo industrial sustentable, que algún día permitirá reducir importaciones. Maduro, probablemente, golpeará con transparencia la corrupción y regularizará la “boliburguesia” y “boliburocracia”, las nuevas clases emergentes con la revolución. No toda la clase media es reaccionaria y y siempre ha disfrutado su cuota del petróleo. Lo reflejan las ventas de automóviles siempre in crescendo, los viajes de vacaciones al exterior, los restaurantes siempre llenos, etc. La clase obrera de empresas públicas, como Sidor y otras, parece más bien reivindicacionista, con una mirada corporativa y estrecha, parecida a la aristocracia obrera del cobre que ayudó a derribar a Allende.

El ejemplo bolivariano fortaleció la búsqueda de modelos latinoamericanos propios, en el sentido de buscar un camino independiente de los intereses oligárquicos locales y de Estados Unidos. No sirven las comparaciones con las revoluciones marxistas ni con la revolución cubana. Se ha dibujado un símil con el peronismo, movimiento poli-clasista de fuerte contenido emocional de profundas raíces, donde Cristina no es lo mismo que Menem siendo ambos peronistas. Tampoco sirven los cánones del marxismo estalinizado de la experiencia URSS.

La Revolución Bolivariana no es exportable, pero muestra gran capacidad de innovar en la diversidad. Ése es el aporte del modelo bolivariano que se refleja en América Latina: Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Cuba, Brasil, Uruguay, Salvador, y otros, son experiencias de gobiernos progresistas distintos y “en la medida de lo posible”, con contradicciones propias de las etapas y momentos históricos de su propia lucha de clases local, con ingredientes étnicos y de tipo cultural en varios países.

El bolivarianismo de Chávez es un nuevo discurso socialista, con militares y riqueza petrolera, surgido en un clima curiosamente parecido al Chile actual, donde el rechazo a la clase política y sus partidos supera lejos más del 60% de una población cuyo voto final es un enigma por el fracaso de participación en los comicios municipales de octubre (cuyos resultados finales se dieron a conocer en febrero sin mayor publicidad y sin totalizar la abstención a nivel nacional). El movimiento social reclama mejores condiciones de vida, no sólo de la educación, que sólo pueden financiar el cobre y nuevos impuestos, mientras el mayor temor de la clase política chilena, los dueños del país y de los grandes medios es, precisamente, la aparición de un “caudillo” o “caudilla”, con mayor vocación “populista” que la atribuida a Piñera

Ernesto Carmona, periodista y escritor chileno.


Ver también:
El significado de Chávez (parte I)

Entrevista en exclusiva con ex asesor de Chávez

 ¿Cómo fue el presidente Chávez fuera de las tribunas políticas? ¿Cómo mandatario, se dejaba asesorar? ¿De qué forma reaccionaba a las críticas? ¿Qué preocupaciones tenía ante la posible necesidad de dejar el poder? Del hombre que “rompió el maleficio de los cien años de soledad de los países de América Latina”, nos habla una persona que no temía decirle todo. RT entrevistó a Juan Carlos Monedero, politólogo español, ex asesor de Chávez.


Fuerza Histórica Latinoaméricana.

Fuerza Histórica Latinoamericana

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Trovas del Trovador


Si se calla el cantor, calla la vida...inspirate,instruyete,organizate,lucha,rebelate.



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Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida...
Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos.

Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos.

Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más...

A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado.

Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia...

Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos?

Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista.

No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente.
Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo.

Fraternalmente, Trovador


UN DÍA COMO HOY, 12 de febrero de 1973, los principales periódicos de El Salvador difundieron fotos de la muerte de los compañeros José Dima...