Saludos y bienvenida: Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida... Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos. Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos. Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más... A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado. Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia... Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos? Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista. No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente. Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo. Fraternalmente, Trovador

jueves, 16 de febrero de 2012

La precariedad laboral, simbolo de nuestros dias


Marcelo Colussi 

El mundo moderno basado en la industria que inaugura el capitalismo hace ya más de dos siglos ha traído cuantiosas mejoras en el desarrollo de la humanidad. La revolución científico-técnica instaurada y sus avances prácticos no dejan ninguna duda al respecto. Las relaciones laborales que se constituyen en torno a esta nueva figura histórica igualmente condujeron a adelantos en el ámbito del trabajo.

Si bien es cierto que en los albores de la industria moderna las condiciones de trabajo fueron calamitosas, no es menos cierto también que el capitalismo rápidamente encontró una masa de trabajadores que se organiza para defender sus derechos y garantizar un ambiente digno, tanto en lo laboral como en la vida cotidiana. El esclavismo, la servidumbre, la voluntad omnímoda del amo van quedando así de lado. Los proletarios asalariados también son esclavos, si queremos decirlo así, pero ya no hay látigos.

Ya a mediados del siglo XIX surgen y se afianzan los sindicatos, logrando una cantidad de conquistas que hoy, desde hace décadas, son patrimonio del avance civilizatorio de todos los pueblos: jornadas de trabajo de ocho horas diarias, salario mínimo, vacaciones pagas, cajas jubilatorias, seguros de salud, regímenes de pensiones, seguros de desempleo, derechos específicos para las mujeres trabajadoras en tanto madres, derecho de huelga. A tal punto que para 1948 -no ya desde un incendiario discurso de la Internacional Comunista decimonónica o desde encendidas declaraciones gremiales- la Asamblea General de las Naciones Unidas proclama en su Declaración de los Derechos Humanos que “Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria que le asegure una existencia conforme a la dignidad humana. Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas.” Es decir: consagra los derechos laborales como una irrenunciable potestad connatural a la vida social.

Mal o bien, sin dudas con grandes errores no corregidos en su debido momento pero al menos no olvidándolos en sus idearios, los socialismos reales desarrollados durante el siglo XX -los Estados obreros y campesinos- impulsaron y profundizaron esas conquistas de los trabajadores. En otros términos: hacia las últimas décadas del pasado siglo esos derechos ya centenarios podían ser tomados como puntos de no retorno en el avance humano, tanto como cualquiera de los inventos del mundo moderno: el automóvil, el televisor o el teléfono. Por cierto no sólo en los países socialistas: las conquistas laborales son ya avances de la humanidad. Pero las cosas cambiaron. Y demasiado. Cambiaron demasiado drásticamente, a gran velocidad en estas últimas décadas.

Con la caída del bloque soviético y el final de la Guerra Fría el gran capital se sintió vencedor ilimitado. En realidad no fue que “terminaron la historia ni las ideologías”, como el triunfalista discurso del momento lo quiso presentar: en todo caso, ganaron las fuerzas del capital sobre las de los trabajadores, lo cual no es lo mismo. Ganaron, y a partir de ese triunfo -la caída del muro de Berlín, vendido luego en fragmentos, es su patética expresión simbólica- comenzaron a establecer las nuevas reglas de juego. Reglas, por lo demás, que significan un enorme retroceso en avances sociales. Los ganadores del histórico y estructural conflicto -las luchas de clases no han desaparecido, aunque no esté de moda hablar de ellas- imponen hoy las condiciones, las cuales se establecen en términos de mayor explotación, así de simple (y de trágico). La manifestación más evidente de ello es, seguramente, la precariedad laboral que vivimos.

Todos los trabajadores del mundo, desde una obrera de maquila latinoamericana o un jornalero africano hasta un consultor de Naciones Unidas, graduados universitarios con maestrías y doctorados o personal doméstico semi analfabeto, todos y todas atravesamos hoy el calvario de la precariedad laboral.

Aumento imparable de contratos-basura (contrataciones por períodos limitados, sin beneficios sociales ni amparos legales, arbitrariedad sin límites de parte de las patronales), incremento de empresas de trabajo temporal, abaratamiento del despido, crecimiento de la siniestralidad laboral, sobreexplotación de la mano de obra, reducción real de la inversión en fuerza de trabajo, son algunas de las consecuencias más visibles de la derrota sufrida en el campo popular. El fantasma de la desocupación campea continuamente; la consigna de hoy, distinto a las luchas obreras y campesinas de décadas pasadas, es “conservar el puesto de trabajo”. A tal grado de retroceso hemos llegado que tener un trabajo, aunque sea en estas infames condiciones precarias, es vivido ya como ganancia. Y por supuesto, ante la precariedad, hay interminables filas de desocupados a la espera de la migaja que sea, dispuestos a aceptar lo que sea, en las condiciones más desventajosas. ¿Progresa el mundo? Visto desde la lógica de acumulación del capital: sí, porque cada vez acumula más. Visto de las grandes mayorías trabajadoras: ¡definitivamente no! Por el contrario, se vive un claro retroceso.

Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) alrededor de un cuarto de la población planetaria vive con menos de un dólar diario, y un tercio de ella sobrevive bajo el umbral de la pobreza. Hay cerca de 200 millones de desempleados y ocho de cada diez trabajadores no gozan de protección adecuada y suficiente. Lacras como la esclavitud (¡esclavitud!, en pleno siglo XXI -se habla de cerca de 30 millones en el mundo-) o la explotación infantil continúan siendo algo frecuente y aceptado como normal. El derecho sindical ha pasado a ser rémora del pasado. La situación de las mujeres trabajadoras es peor aún: además de todas las explotaciones mencionadas sufren más todavía por su condición de género, siempre expuestas al acoso sexual, con más carga laboral (jornadas fuera y dentro de sus casas), eternamente desvalorizadas. Definitivamente: si eso es el progreso, a la población global no le sirve.

¿Qué hacer ante todo esto? Resignarnos, callarnos la boca y conservar mansamente el puesto de trabajo que tenemos, o pensar que la lucha por la justicia es infinita, y es un imperativo ético no bajar los brazos. Si optamos por lo segundo, podemos:

• Informar pormenorizadamente de lo que está pasando aprovechando todos los canales alternativos, contar las cosas desde otra perspectiva, ya que los medios de comunicación oficiales presentan la noticia según los intereses políticos y económicos del poder.

• Crear foros de debate para discutir sobre las injusticias y el reparto de la riqueza en el mundo, para ver cómo sensibilizar y hacer tomar conciencia a las grandes masas respecto a estas problemáticas.

• Movilizar a la gente por medio de la manifestación y huelga en protesta por los recortes sociales.

• Conocer y hacer conocer en detalle, exigir y reivindicar la Tasa Tobin para redistribuir mejor la riqueza mundial.

• Globalizar las resistencias, unir nuestras fuerzas, apoyarnos mutuamente en nuestras reivindicaciones y denuncias.

• Retomar banderas históricas de la lucha sindical, hoy caída prácticamente en el olvido, desvalorizada y cooptada por un discurso patronalista.

Si es cierto -siguiendo el análisis hegeliano- que “el trabajo es la esencia probatoria del ser humano”, hoy, dadas las actuales condiciones en que vivimos, ello no parece muy convincente. De nosotros, de nuestra lucha y nuestro compromiso depende hacer realidad la consigna que “el trabajo hace libre”.

Obras Maestras de la Literatura Universal - III


III

LA ODISEA

De los dos grandes poemas que se cobijan bajo el nombre de Homero, diferentes en espiritu pero iguales en la forma y unidos por la comunidad de personajes, la Iliada es el de la guerra y la Odisea si no el de la paz al menos el de la post guerra.
La Iliada, compuesta probablemente hacia el siglo ocho antes de Jesucristo, fué la culminación de una forma poética que tenia ya larga tradición. La Odisea debió componerse mucho después, quizá cien años más tarde y ya no es gente constantemente heróica, totalmente amamantada en la epopeya, la que aparece, sino que tiene también papel importante gentes deseosas de paz y vida familiar y tranquila.

Según han dicho algunos historiadores de la literatura, ya en la Iliada hay una gran cantidad de similes o comparaciones que parecen haber surgido del esfuerzo de una generación para enlazar el cuadro tradicional de la vida heroica con la realidad cotidiana que tenia ante sus ojos y para introducir la vida propia en el dominio de la poesia.
Se han hecho lista de gran número de comparaciones: la de las moscas y la leche, la del asno obstinado, las avispas que anidan en el camino polvoriento, la hilandera que escatima la lana, la niña que llora para que su madre la coja en brazos, la del buzo, la de la vaca primeriza, la del curtidor, la de los mulos que arrastran la viga, etc., etc.

Si todo este elemento popular y cotidiano aparece ya en la Iliada, en la Odisea, cien años después , es ya en muchas ocasiones predominante.
Hubo un tiempo en que debió ser nuevo y osado emplear el estilo de la epopeya heroica par la vida corriente y diaria. Es como si hablaramos de nuestra vida cotidiana con citas de tragedia, comparando estados de ánimo nuestros con los de Segismundo o Hamlet.

En la Odisea se hace esto. Hay aún ambiente heroico y --por ejemplo-- la riña que en el libro dieciocho sostiene el héroe con un mendigo es como una parodia de las escenas de combates de la Iliada, pero la Odisea representa ya el principio de los tiempos nuevos, la edad de las ciudades griegas, en que la vida se recoge, se remansa, se hace tranquila e industriosa y el hogar, los bienes y el trabajo son los intereses dominantes del hombre.

Asi como la Iliada es unitaria en su origen y sólo crece con episodios adicionales, la Odisea es un conjunto de tres relatos: la primitiva Odisea (historia de los viajes de Ulises); la Telemaquia (historia del hijo
--Telémoco-- que busca a su padre perdido) y el drama de los pretendientes a la mano de la supuesta viuda y al reino del viajero.
A pesar de ello la Odisea tiene una casi perfecta unidad (salvo detalles discutibles).

Está dispuesta --como la Iliada-- en 24 libros, cantos o rapsodias, marcados también con las letras del alfabeto jónico y narra todo lo ocurrido en el espacio de cuarenta y un dias que precedió al momento en que Ulises, después de veinte años de ausencia --de la guerra de Troya y de sus fantásticos viajes-- logró al fin reunirse con su esposa Penélope.

--"Di, Musa, de este hombre ingenioso que vagó tanto tiempo, después de haber destruido la cuidadela de Troya. Vió las más populosas ciudades y conoció su espiritu y sufrió en su corazón de muchos males sobre el mar, por cuidar de la propia vida y del regreso de sus compañeros . Pero ni aún asi pudo salvarlos, contra su voluntad. Perecieron por su codicia los incensatos, después de comer los bueyes del Sol porque éste les arrebató la hora de su regreso. Dime todas estas cosas, Diosa hija de Zeus...

Asi empieza la Odisea que por sus largos y fantásticos relatos de viajes, sus plácidas descrepciones de hogares antiguos y la diversidad de sus episodios tiene una variedad muy superior a la de la Iliada y es una de las obras más apasionantes de la literatura universal aunque haya sido criticada duramente por algún personaje ilustre, como Horacio, que acusó a Homero de "dormir a ratos" (quandoque bonus dormitat Homero), esto es de hacer pesados y cargantes sus relatos interminables.

Todos los héroes de la guerra de Troya han muerto o regresado a sus hogares, menos Ulises, retenido por Calipso. Los dioses (menos Neptuno) se apiadan de él y Minerva consigue de Júpiter que Mercurio ordene a Calipso que no se siga oponiendo al regreso del héroe a su patria, en la que la esperan (desesperando ya de su vuelta) su hijo Telémaco y su esposa Penélope, acosada ésta por una serie de pretendientes a su mano y al puesto de Ulises.
Calipso misma, obedeciendo las órdenes y sispuesta a permitir la vuelta de Ulises, va a Itaca a avisar a Telémaco de que su padre vive y a animarlo a expulsar a los pretendientes de su madre.

--"Y se calzó las sandalias inmortales doradas, que la llevaban sobre el mar y sobre la tierra inmensa, como un soplo de viento. Y tomó una lanza potente, de aguda punta de bronce, pesada, grande y sólida, con la cual suele domeñar las multitudes heroicas la hija del padre prepotente, cuando contra ellas se encoleriza. Y, abandonando las cimas del Olimpo, descendió al pueblo de Itaca y ante el umbral del atrio de Odiseo, con la lanza en la mano, tomó la forma externa de un extranjero, de Mentes, rey de los tafios.
Y vió a los soberbios pretendientes que jugaban a los dados ante las puertas, tendidos en pieles de bueyes sacrificados por ellos. Heraldos y servidores se apiñaban a su redor; unos mesclaban agua y vino en las cráteras, otros lavaban la mesas con esponjas de mil poros y elevándolas distribuian las viandas abundantes.

Y el divino Telémaco, se hallaba sentado entre los pretendientes, triste de corazón, viendo, en sueños, llegar a su agurrido padre, de súbito arrojar a aquellos de sus casas, recuperar su poder y regir su hacienda."
Telémaco era, a la vez que divino, prudente, y habló con el extranjero en términos de mucha circunspección, y hasta dijo cosas terribles que pocos hombres han dicho.
"Mi madre dice que soy hijo de Odiseo; pero yo no te lo aseguraré porque nadie puede decir, por si, quién es su padre..."
Duras palabras, que suenan casi a blasfemia. Tremenda negación de lo más elemental y especifico de la fe humana, que queda flotando en aquel lejanisimo siglo ocho antes de Cristo...

Pero simgamos el relato, sin comentarios marginales.
En el libro segundo, Telémaco pide a los pretendientes que se vayan pero en vano. Y decide ir él mismo en busca de su padre. Careciendo de medios los pide a los dioses y Minerva se los proporciona.
Empieza la gran aventura...
Telémaco va a Pilos y Néstor le aconseja que vaya a Lacedemonia, en donde Menelao le dará noticias de su padre. Asi lo hace y sale para Esparta a donde llega en los momentos en que Menelao celebra las bodas de su hijo de su hija. Todos le reciben con júbilo y le dan la noticia de que su padre está retenido por Calipso.

"Llegados a la vasta y cabernosa Lacedemonia, se dirigieron a la casa del glorioso Menelao, al que hallaron celebrando, en medio de numerosos convidados, las bodas de su hijo y de su hija ilustre, que enviaba al primogénito del belicos Aquileo. Tiempo atrás, frente a Troya, se le habia prometido para esposa, aprobando los dioses estas nupcias y Menelao la mandaba ahora en un carro de dos corceles hacia la inclita ciudad de los mirmidones y a la vez casba con una espartana, hija de Akéctor, a su hijo el robusto Megapentes que Menelao tuvo --siendo y viejo-- con una esclava, pues los dioses no permitieron que su esposa Helena volviese a concebir después de haber dado al mundo una hija como la graciosa Hermiona, semejante a Afrodita dorada."

Odiseo (o Ulises) ya libre de Calipso, sale en una almadia, tras una última noche de amor, y navega diecisiete dias. Pero al décimo octavo...
"El poderoso que sacude la tierra, desde las cumbres de las montañas vió de lejos a Odiseo atravesar el mar y se encendió de ira y dijo:
¡pienso que ha de sufrir todavia!... Y amontonó las nubes y soliviantó el mar. Y tomó el tridente entre sus manos y desencadenó la tempestad de todos los vientos. Y rodeó de nubes tierra y mar y la noche descendió del Urano. Y soplaron a la vez Euro y el Noto, y el violento Céfiro y el impetuoso Bóreas, que levanta olas enormes y flaquearon las rodillas y el corazón de Odiseo y con tristeza habló a su espiritu magnánimo: "¡Ah desdichado de mi!, ¿qué va a ocurrirme? Felices los danaénos que murieron antaño ante la vasta Tropa! ¡Pluguiera a Dios que alli hubiese hallado yo mi muerte el dia en que los troyanos me arrojaron sus lanzas de bronce junto al cadaver de Aquileo! ¡Entonces me hubiera hecho acreedor a honras fúnebres y hubiesen celebrado mi gloria pero ahora mi sino es sufrir oscura muerte!"

Pero Leucotea (la diosa que en vida fué Ino, la de los pies hermosos) tuvo piedad de él y emergió del abismo, transformada en somormujo y posándose en la balsa le dijo el modo de salvarse.
"Despójate de tus vestidos, abandona la balsa y nada. Toma esta banderola, ciñetela al pecho y no temas al dolor ni a la muerte. Y cuando hayas tocado la orilla, arrójala lejos, devuélvemela al sombrio mar, volviéndole la espalda."
Y asi llegó al pais de Nausica y las doncellas de ésta huyeron pero Nausica se quedó y Odiseo la requebró mucho, miemtras velaba con una rama la desnudez de sus carnes: "¡Tres veces dichoso tu padre y tu madre venerable y tres veces dichosos tus hermanos y dichoso entre todos el mortal que, colmándote de presentes nupciales, te lleve a su morada.

Una vez vi un retoño tierno de palmera, en Delos, ante el altar de Apolo y quedé estupefacto de que árbol tan hermoso hubiera brotado de la tierra. Asi también te admiro, a ti, mujer...".
Y Narcisa, halagada, llamó a su esclavas y les dijo palabras de la Biblia, palabras que ocho siglos después repetiria el Nuevo Testamento.
"¡Venid esclavas! ¿Dónde huis porque habéis visto un hombre? ¿Pensáis que sea un enemigo? No lo será pero sabed que si algún desdichado peregrino llega hasta aqui es preciso socorrerle pues los extranjeros y los menesterosos son de Zeus y cualquier donación por modesta que sea, que se les haga, le es agradable."

Y después fué a la ciudad de los Feacios, al palacio de Alcinoo y de la reina Arete que hicieron, en su honor, banquetes y juegos en que Demódoco cantó con sorprendente desenfado, ligero y burlón, los amores de Venus y Marte.
Y pasó más tarde por el pais de los Cicones, el de los Lotófagos y el de los Ciclopes y conoció a Polifemo, cuya ferocidad para con los hombres contrastaba con la ternura de que hacia objeto a los animales que compartian su vida miserable, y que usaba como maza un olivo entero, al que vencieron emborrachandóle y sacándole su ojo único mientras dormia. Y pasaron por Eolia, en donde Eolo les dió vientos metidos en odres, y por el pais de los Lestrigónes, y se vieren convertidos en cerdos hasta que Circe los desencantó, y hasta viajaron al Pais de los Muertos, en donde encontraron a Agamenón, a Aquiles y a Ayax y otros muchos héroes de la guerra de Troya.

Y escaparon de las sirenas y de las tempestades de Scila y Caribdis y, en Trinaria, los insubordinados compañeros de Odiseo degollaron los bueyes del Sol, y éste, irritado, pidió venganza a Júpiter y una nueva tormenta de nueve dias los exterminó a todos menos a él, cuyo destino era salvarse.
Y con esto llegamos al libro trece, en que empieza la segunda parte.
Ya está Odiseo en las costas de Itaca, su patria, y empieza a encontrar a sus gentes, que no le reconocen.

Eumeo, su porquero, estaba sentado bajo el pórtico, donde habia construido vastos establos, y Odiseo, sin darse a conocer le preguntó:
¿Quién es el hombre que te adquirió y qué dices tan rico y poderoso?
¿Dices que murió en Troya por la causa de Agamenón? Sepa yo su nombre pues pudiera conocerle... Zeus y los dioses saben que vengo a anunciarte lo que he visto, pues he vagado por infinitas tierras..."

Y le respondió el mayoral de los pastores:
"¡Oh, anciano! Ningún vagabundo que traiga noticias persuadirá a su mujer y su hijo... Los mendigos de profesión mienten con descaro... Van a ver a mi señora y le cuentan patrañas... Pero ella solloza como mujer cuyo marido ha muerto... Tú inventarás también una historia a fin de que te regale también un manto. Pero ya lo canes rápidos y las aves rapaces han arrancado la carne de sus huesos, o los peces le han devorado en el fondo del mar, y asi ha perecido, dejando a sus amigos y a mi profunda pena, pues a cualquier lugar que vaya no encontraré un señor tan bueno, aunque vaya a la casa de mis padres, donde naci y ellos me educaron, y no les lloro tanto, ni deseo tanto verlos con mis ojos en la tierra patria, como lloro por la nostalgia de Odiseo ausente y ahora que no está aqui --¡oh forastero-- le nombro con respeto, pues me queria y cuidaba de mi, y por eso le llamo hermano mayor, a pesar de estar lejos!

Desde este momento, como en el mejor de los dramas, el autor juega con este truco y obtiene efectos magnificos. Imaginemos la emoción del público del poema sintiendose mucho más perspicaz e informado que los propios personajes.
Toda la critica teatral está conforme en que la tensión es menor cuando el drama es de sorpresas que cuando el público sabe lo que está pasando y lo que va a pasar. El público sabe que el mendigo es Odiseo y goza sabiéndolo y se rie de la desconfianza del pastor y luego de la reina que no sabe tampoco que junto a ella está el hombre al que ama. ¡Qué emoción cuando la reina llora por el marido sentado junto a ella!
El autor se recrea acentuando estos efectos. Cuando el pastor invita al mendigo a que refiera a la reina lo que sabe, Odiseo dice: "Sé muy bien de su esposo porque he padecido sus infortunios...".

¿Cómo mantendrá Odiseo su disfraz ante el amor y la fidelidad de los suyos? Su viejo perro le reconoce y menea el rabo y él habla muy de prisa para disimular su emoción. Y hay un detalle tierno y conmovedor cuando su nodriza le reconoce también, sin que nada ni nadie pueda evitarlo.
Luego le reconoce igualmente su hijo, Telémaco, pero él le pide el mayor secreto para afrontar con éxito la lucha con los Pretendientes.
Estos le tratan mal. Eurimaco, sobre todo, le habla como a un mendigo miserable.
"Y dijo a Odiseo, destructor de ciudades: (dice el poema marcando con soberbia sobriedad el contraste entre el tono del personaje que insulta y la personalidad del insultado): y dijo a Odiseo, destructor de ciudades...
--"Forastero: si quieres servir por un salario, yo te mandaré a un ricón de mis campos. Repararás los vallados y plantarás árboles. Te daré abundante comida, vestidos y sandalias. Pero tú solo sabes malas obras: no quieres trabajar y prefieres mendigar por el pueblo para satisfacer tu insaciable vientre!

Y Odiseo le respondió, en uno de los mejores párrafos del poema: el trabajo, allá por la primavera, cuando los dias son largos, caminando en ayunas y segando con la hoz corva en un prado durante todo el dia, mientras la hierba no faltara! ¡Plugiera a Dios que hubiese de guiar dos grandes y hermosos bueyes, bien alimentados de forraje y de y guales fuerzas en un campo vasto de cuatro obradas! ¡verias entonces si sabia abrir un surco profundo y dominar la tierra con el arado! Y si el Crónida suscitara una guerra hoy mismo y tuviera yo un escudo, dos lanzas y un casco de bronce que ceñir a mi cabeza, me verias confundido con los primeros combatientes y no me ultrajarias burlándote de mi, porque tengo hambre! ¡Pero me insultas con insolencia porque eres cruel y te crees grande y bravo entre un pequeño grupo de cobardes! ¡Mas si tornara Odiseo y pisara el suelo de su patria, pronte estas anchas puertas te parecerian demasiado estrechas para escapar cuando fueras huyendo por el pórtico!"

Después Telémaco y Odiseo escondieron las armas de los pretendientes y se dispusieron a exterminarlos, porque ya Penélope desesperada habia prometido su mano al que supiera tender el arco de su marido.
Hizose la prueba y nadie lo logró.
Entonces el mendigo pidió el arco y se alzó contra él el clamor airado de los pretendientes: "¿Dónde vas con ese arco, sucio porquero vagabundo? ¡Ojalá ese arco te traiga el infortunio tan seguramente como que no podrás tenderle!".
Pero Odiseo, después de haber examinado el gran arco, le tendió tan fácilmente como un hombre hábil en tañer la citara tiende, con ayuda de una clavija, una cuerda nueva hecha con el intestino torcido de una oveja. Asi fué como Odiseo tendió la cuerda que sonó como el grito de una golondrina. Un amargo enojo tomó a los pretendientes y una gran alegria al tirador.

"¡Telémaco! No te averguences del forastero que tienes en tu casa. No me he fatigado ni me he desviado del blanco. Mis fuerzas están completas y ahora voy a apuntar a otro blanco que ningún otro hombre ha acertado nunca."
"Y dirigió una amarga flecha contra Antinoo, que alzaba a la sazón con sus dos manos una hermosa copa de oro para beber en ella y nada tenia más lejos de su espiritu que la idea de la muerte. Cayó hacia atrás cuando la punta le atravesó el cuello delicado y la copa se escapó de su mano inerte y un chorro de sangre brotó de su nariz."
Después vino la lucha suprema. Odiseo, ayudado por su hijo Telémaco y por su fiel Eumeo y el boyero Filecio acabaron con todos los pretendientes y tras de la purificación del Palcio vino el reconocimiento de los esposos.

La anciana nodriza despertó a Penélope, que dormia.
"¡Levántate, Penélope! ¡hija querida! para que veas con tus ojos lo que todos los dias deseas... Odiseo está en su casa y ha dado muerte a los procaces que la arruinaban, devorando sus riquezas y violentando
a su hijo."
Penélope no lo queria creer --¡Ama querida, los dioses te han vuelto loca! --ni cuando su hijo se lo juraba. Y el prudente Odiseo dijo entonces una frase jugosa, sabrosa y significativa.
"¡Deja, Telémaco, a tu madre que me pruebe dentro de nuestras estancias que asi quizá me reconozca mejor!"
Y entraron a sus estancias y le dió pruebas y señales y --después de recrearse mucho Homero en la testarudez de la esposa-- le reconoció al fin y fueron felices como en los cuentos de hadas y en todas las buenas Odiseas del mundo.

Y como los dioses le habian prometido "una dulce muerte le llegó del mar y le mató en un vejez dichosa, mientras, en torno a él, las gentes eran felices".

Historias Prohibidas del Pulgarcito

Fuerza Histórica Latinoaméricana.

Fuerza Histórica Latinoamericana

Saludos y bienvenida:

Trovas del Trovador


Si se calla el cantor, calla la vida...inspirate,instruyete,organizate,lucha,rebelate.



Saludos y bienvenida:


Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida...
Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos.

Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos.

Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más...

A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado.

Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia...

Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos?

Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista.

No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente.
Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo.

Fraternalmente, Trovador


UN DÍA COMO HOY, 12 de febrero de 1973, los principales periódicos de El Salvador difundieron fotos de la muerte de los compañeros José Dima...