Saludos y bienvenida: Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida... Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos. Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos. Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más... A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado. Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia... Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos? Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista. No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente. Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo. Fraternalmente, Trovador

viernes, 19 de abril de 2013

Los tenebrosos grupos de presión




El golpe del candidato perdedor Capriles paso a paso


Fallida “revolución de color” en Venezuela



Renán Vega Cantor
Rebelión


Lo que se viene presentando en términos políticos en Venezuela desde mucho antes del 14 de abril -cuando se celebraron las elecciones presidenciales- forma parte de una estrategia calculada por la llamada “oposición” y sus voceros mediáticos a nivel mundial y, sin ninguna duda, es el resultado de un guión establecido en las usinas intelectuales del imperialismo que se conoce con el eufemismo de la “revolución de colores”, una típica estrategia Made in USA.

LAS “REVOLUCIONES” DE COLORES

El primer caso de una pretendida revolución de color (en verdad una contrarrevolución) se presentó en 1989 en la antigua Checoslovaquia cuando los disidentes y opositores sustituyeron el gobierno existente mediante una maniobra que denominaron la “revolución de terciopelo”. Los personajes que dirigieron el hecho rápidamente mostraron su verdadero rostro y convirtieron a la República Checa en un país incondicional a los intereses de Washington y al capitalismo, lo que han rubricado con la implantación de un modelo abiertamente neoliberal y privatizador, con su participación militar en las guerras imperialistas en el oriente medio, con su racismo contra los gitanos y su respaldo a la política anticubana de Estados Unidos y la Unión Europea que se sustenta en la pretendida defensa de los “derechos humanos”.

Con posterioridad a este caso se han presentado, en forma otras “revoluciones coloridas”. Entre las exitosas se pueden mencionar la Revolución Bulldócer del 2000 en Serbia (un nombre poco vistoso que al parecer se originó por el papel que desempeñaron los choferes que manejan este tipo de vehículo), la Revolución Rosa en Georgia en el 2003, la Revolución Naranja en Ucrania en el 2004 y la Revolución de los Tulipanes en Kirguistán en el 2005. Entre las fracasadas están la Revolución Blanca en Bielorrusia, la Revolución Verde en Irán y la Revolución del Twiter en Moldavia.

Todos estos acontecimientos tienen muchas cosas en común. Se presentan después del fin de la Guerra Fría y, en gran medida, en el espacio postsoviético, con la finalidad de implantar regímenes títeres e incondicionales a los Estados Unidos y a esa entelequia que se autodenomina como “occidente”. Esos movimientos se suelen pintar a sí mismos como democráticos, liberales y enemigos de la dictadura y el totalitarismo, lo cual resulta significativo porque siempre se generan en lugares en los cuales, por variadas razones, no se ha podido implantar de manera clara y directa el proyecto neoliberal o se encuentran gobernantes incómodos y poco obedientes a los designios de los Estados Unidos y del sistema financiero internacional. De igual forma, una particularidad notable de las tales “revoluciones de colores” es que en ellas no intervienen en forma directa las fuerzas armadas, como en los golpes clásicos, ni fuerzas militares de tipo convencional, con lo que queda la impresión que los gobiernos son derrocados por la lucha heroica de jóvenes desarmados que enfrentan con voluntad y coraje a un régimen opresivo.

Esas “revoluciones de colores” son impulsadas por jóvenes aparentemente despolitizados que se muestran inconformes con un gobierno determinado y reciben el inmediato respaldo de la prensa autodenominada libre e independiente (entre la cual sobresale la CNN), la cual se encarga de amplificar sus demandas y de denunciar al gobierno escogido para ser derrocado. Se inicia entonces una campaña mediática, planificada y constante, que presenta a los “revolucionarios” como expresión de un nuevo tipo de movimientos sociales y de inéditas formas de protesta, que no buscan el derrocamiento violento de un gobierno sino su sustitución aparentemente pacífica por la vía electoral, y los muestra como pluralistas, pacíficos y respetuosos de los métodos democráticos, mientras al mismo tiempo cataloga como dictatorial y autoritario al gobierno que se pretende sustituir.

Antes de que se inicien las “revoluciones”, la mano visible de Estados Unidos opera a través de varios instrumentos, entre los que se encuentran la financiación a dirigentes y movimientos universitarios, la creación de ONG de fachada, que reciben cuantiosos fondos de la USAID y de la CIA, y la entrada en escena de otras ONG internacionales, entre las que sobresalen las del especulador George Soros.

Los símbolos utilizados son similares, sobresaliendo una mano empuñada, y suelen ser del color que se le da a la “revolución” y los portan los jóvenes, por lo general de clase media, que se comunican por teléfono celular, usan el twiter y se expresan a través de las redes sociales. Estos jóvenes empiezan a actuar antes de una elección presidencial, y de antemano se sabe que su finalidad es declararla ilegal y fraudulenta, si no triunfa su candidato favorito. La “prensa libre” del mundo se hace eco de esas denuncias y desde semanas antes de las elecciones pone en duda la legalidad de los resultados. El día de las elecciones se crea un ambiente de pánico y miedo entre los electores, se sabotean los sistemas electrónicos y se difunden toda clase de mentiras y calumnias contra los enemigos de la “democracia” y la “libertad”, tal y como la entienden los opositores de la “sociedad civil”, por supuesto incondicionales a los mandatos de los Estados Unidos.

En la noche de las elecciones, en las que resultan perdedores los “revolucionarios” de colores, se denuncia el fraude, se convocan estudiantes y jóvenes en el centro de la ciudad capital y se inicia la protesta para que se cambie el resultado electoral o se vuelvan a realizar los comicios. Estas manifestaciones han sido preparadas con antelación y organizadas por las embajadas de los Estados Unidos, por la USAID y por las ONG “democráticas”. Cuando se efectúan las protestas, en forma automática la prensa mundial reproduce la noticia del supuesto fraude, algo que casi nunca se confirma, y la mentada “comunidad internacional” (un seudónimo de Estados Unidos y sus lacayos) afirma que no reconocerá dichas elecciones y presiona para que se cambie el veredicto o se realicen nuevamente, y cuando eso sucede salen victoriosos los “revolucionarios”, como sucedió en Ucrania en 2004.

Las “revoluciones de colores” en realidad son una orquestada maniobra de desestabilización política que tiene un guion preestablecido, que no por casualidad cuenta con un texto de cabecera que fue redactado por el estadounidense Gene Sharp de la Albert Einstein Institution y que se titula de La dictadura a la democracia, que constituye un manual del Perfecto Golpe de Estado. El triunfo de una “revolución colorida” depende de la debilidad interna del gobierno atacado o de su incapacidad de entender lo que está en juego y de no proceder con firmeza para rechazar las maniobras desestabilizadoras. Su objetivo, como se evidencia en los países en donde han triunfado, es el de implantar un orden por completo favorable y proclive a los Estados Unidos, a la Unión Europea y a la OTAN.

Como resultado, los nuevos gobernantes rápidamente muestran su verdadera cara antidemocrática y antipopular e incurren en peores niveles de corrupción de los que denunciaban, aplican a rajatabla los dogmas neoliberales y abren las puertas de sus países a las multinacionales de los países imperialistas. Con esto queda claro que no constituyen ninguna revolución, sino que simplemente se han apropiado de esa palabra, quitándole su sentido radical, para presentarse como los portavoces de un sentimiento de descontento y rechazo ante un determinado gobierno. Dicen basarse en la no violencia y en la desobediencia pacífica, algo que nada tiene que ver con sus verdaderos intereses, como se demuestra cuando están en el gobierno, en donde ponen en marcha medidas antipopulares respaldadas en la violencia bruta, como se ha demostrado en casos como el de Georgia o Serbia.

LA REVOLUCION VINOTINTO (¿?) EN VENEZUELA

Todo este guion ya conocido y repetido en múltiples ocasiones por Estados Unidos y sus perros falderos es el que se ha intentado implantar en Venezuela desde hace varias semanas. Esto se complementa con todos los métodos de subversión y saboteo impulsados por los Estados Unidos desde cuando Hugo Chávez ganó las elecciones de 1998, porque van quince años de una prolongada acción contrarrevolucionaria contra el pueblo venezolano. Lo que sucede es que ante el fracaso del golpe de estado clásico en el 2002, las sucesivas derrotas de la “oposición” en las elecciones y ante la desaparición física del líder del proceso bolivariano, Estados Unidos, junto con la burguesía venezolana, ideó como plan estratégico del momento efectuar una revolución de color, y puso en marcha el guion previamente conocido en otras latitudes.

No es casual que a comienzos de este año hubiera aparecido un grupo de estudiantes que se declaró en huelga de hambre y que reclamó la presencia física del presidente Hugo Chávez, que estaba enfermo en Cuba. Al mismo tiempo, CNN y todos los miembros de falsimedia empezaron a difundir el rumor que las elecciones iban a ser fraudulentas y la oposición manifestó que no aceptaría los resultados, si su candidato perdía.

Aunque el intento no ha sido exitoso si les fue favorable la coyuntura electoral, en la cual disminuyeron los votos chavistas y aumentaron los del candidato proestadounidense y el resultado final fue más estrecho de lo pensado. Este hecho facilitó la labor golpista y desestabliizadora que se puso en marcha desde el momento en que se supo oficialmente del triunfo de Nicolás Maduro. Durante la jornada electoral, además, fueron saboteadas las comunicaciones virtuales y electrónicas de los principales dirigentes de Venezuela y se intentó bloquear al Consejo Nacional Electoral. En forma simultánea, la CNN y los canales privados de gran parte del mundo desinformaban y mentían y daban de antemano, sin ningún dato, confiable como ganador al candidato de la derecha.

Como estaba cantado, luego de que se dieron a conocer los resultados oficiales, Capriles los desconoció, presentó unas supuestas pruebas del fraude, se negó a aceptar la autoridad del Consejo Nacional Electoral y pidió un conteo manual del cien por ciento, es decir, el regreso al viejo sistema electoral. Como para que no quedara duda llamó a sus seguidores a manifestarse en la calle en repudio al pretendido fraude. Al mismo tiempo, CNN y la casi totalidad de la prensa internacional empezó a hablar del resultado incierto, que no se sabía quién había ganado, de la polarización reinante y del triunfo por ligero margen de Henrique Capriles. En Colombia, por ejemplo, los medios de incomunicación que nos contaminan con su brutalidad, han recurrido a todos los instrumentos del engaño y la mentira para deslegitimar el triunfo de Nicolás Maduro. Llama la atención en ese sentido que el Canal Capital en Bogotá –dirigido por un reconocido periodista- le haya prestado toda la noche del domingo a una politóloga de la Universidad de los Andes, de dudosa idoneidad, para que junto con unos mercachifles de la propaganda antibolivariana llegaran a decir, incluso antes de que se conociera el primer boletín del Consejo Nacional Electoral de Venezuela, que Henrique Capriles había ganado. Esa fue la misma infamia del cubrimiento de CNN y compañía a nivel mundial.

Hasta la noche del 14 de abril, Capriles y sus partidarios se habían presentado como demócratas, pluralistas, defensores del Estado de derecho y mil embustes por el estilo, siguiendo las directrices de las “revoluciones de colores”, pero desde el mismo momento en que se conoció el veredicto electoral todos ellos se quitaron la máscara y empezaron a actuar como lo que son, unos fascistas, como lo pusieron de presente hace exactamente once años durante el fallido golpe de Estado del 2002. Y como en esa ocasión procedieron con los mismos métodos: atacaron a los pobres, evidenciaron su racismo y su rechazo al pueblo chavista, destruyeron hospitales y centros de salud atendidos por médicos cubanos, quemaron varias sedes del Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV), golpearon a cientos de personas que celebraban el triunfo de Nicolás Maduro, intentaron quemar viva a una persona, y han matado hasta el momento que se escriben estas líneas a siete personas.

Todos estos procedimientos criminales, apoyados por todo el poder mediático internacional, no son contrarios al verdadero sentido de los mal llamados “revolucionarios de colores”, sino su verdadera esencia, a la vez que expresan la catadura del imperialismo estadounidense. Ese proceder tenía como finalidad generar el caos, para dar la impresión que en Venezuela no había gobierno, reinaba la inestabilidad y estaban creadas las condiciones para pasar a otra fase, de golpismo abierto. Afortunadamente la reacción tanto del CNE como de Nicolás Maduro –luego de que este tuviera un desafortunado discurso en la noche del 14 de abril- fue rápida y efectiva y entendió que un factor clave para no dejar prosperar una “revolución de colores” es el tiempo y la firmeza. Actuar con decisión y rápido, sin dudas de ninguna clase. En este caso eso fue lo que se hizo, porque el lunes 15 el CNE proclamó oficialmente a Nicolás Maduro como presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela y se negó a aceptar un conteo manual de votos, maniobra con la que Capriles y los Estados Unidos buscaban el tiempo necesario para sembrar no sólo la duda sino para actuar a sus anchas y realizar sus maniobras de saboteo y terrorismo que tanto les gustan.

Fue esta actuación rápido lo que desesperó a Capriles y lo llevó a incitar al odio y a la violencia, con el resultado trágico que se conoce. Y por esa misma razón, Estados Unidos, su ministerio de colonias, la moribunda e insepulta OEA, y, como no podía faltar, el Reino de España –los mismos que respaldaron el golpe del 2002- han sido los únicos que se han atrevido a poner en duda la legitimidad del nuevo gobierno y su triunfo legal. Como esta vez el guion de las Revoluciones coloridas no salió como en las películas de Hollywood, en la que los que se presentan como los buenos vencen a sus malvados enemigos, Estados Unidos respira por la herida al decir por boca de uno de sus funcionarios de quinta categoría que la proclamación de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela, por parte del Consejo Nacional Electoral, "fue un acto imprudente" y refleja "una crisis institucional", según las palabras de Kevin Withaker, Subsecretario asistente para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos. Claro, si lo que ellos querían era tiempo, para montar una cabeza de playa aparentemente legal, basándose en el conteo manual de los votos y en la incertidumbre y vacío legal que eso hubiera provocado, para consumar su “revolución de colores”

Por esta vez fracasó la revolución vino tinto (color de la camiseta de la selección venezolana de futbol), pero el gobierno de Maduro y la conducción del proceso bolivariano deben aprender de esta dura experiencia y de los errores cometidos (entre ellos una desastrosa campaña electoral) para enderezar el proceso e impedir el triunfo de la contrarrevolución. Eso ya no sólo le interesa a Venezuela sino a los revolucionarios de América y del mundo que comprendemos que es necesario un proceso de rectificación para afrontar los diversos problemas económicos, productivos, sociales y políticos que enfrenta la patria de Bolívar y de Chávez, que es la misma de todos los que entendemos lo que significa una derrota al estilo de las que se vivió en Nicaragua en 1990.

Migración: remesas ¿a qué costo?



De “sueño americano” sólo queda la frase; los migrantes viven pesadillas que muchos no llegan a contar

Por Claudia Marcela Marroquín - ContraPunto

SAN SALVADOR - Anita de Zelaya es una madre que ha sido testigo del impacto que tiene la migración. Un día vio marchar a su hijo  en busca de “mejores condiciones de vida”, rumbo  a Estados Unidos, ya que tenía algún tiempo de estar desempleado. Ocurrió en 2002, cuando su hijo tenía 22 años. Han pasado ya 11 años de no saber de él: es uno de los miles de desaparecidos… pero no pierde la esperanza de encontrarlo.

“Yo, como madre estoy esperando que aparezca ese hijo que un día se me fue. Mi hijo tenía 22 años y tuve el último contacto en frontera Hidalgo y, en mi experiencia como madre, porque no sabía a dónde acudir, me fui con mis propios medios a buscarlo. Caminé toda esa parte que mi hijo había recorrido hasta donde yo había obtenido la última comunicación con él”, recordó la acongojada Anita.

Si bien la migración tiene un impacto en la actividad económica del país: para el año 2012 el Banco Central de Reserva (BCR) registró un total de 3 mil 910 millones de dólares en concepto de remesas; estas son las cifras financieras, pero el costo humano, el lado social de la migración, son hogares desintegrados, muertes, asesinatos, violaciones, torturas y todos los riesgos que representa la ruta del migrante y que, muchas veces, no son visibilizados.

Según estimaciones del Viceministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador, anualmente emigran de esta nación  centroamericana, unas 55 mil personas; un promedio de alrededor de 150  diariamente.

Lo que comúnmente se habla en relación al fenómeno es el impacto que éste deja para la economía salvadoreña: las remesas. Pero se le da poco énfasis a la otra cara de la migración: los familiares que se quedan, los desaparecidos, los torturados, los asesinados, los secuestrados, los que pareciera –que al salir de su territorio- pierden sus derechos como personas, los que en busca de un “sueño” encuentran una pesadilla: el lado humano o inhumano de la migración.

Es por ello que Departamento de Sociología y Ciencias Políticas de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (UCA) realizó el vigésimo noveno Foro de la Realidad Sociopolítica “Segundo Montes”, bajo el tema “El costo humano de la migración: somos más que remesas”.
El jefe del Departamento de Sociología y Ciencias Políticas, Roberto López, manifestó la importancia de ir “más allá de esa visión economicista”, en relación al tema.

“Para la gente migración y remesas es lo que importa, pero lo que importa es la vida de estas personas que están viajando y no logran llegar, es el lado más humano”, afirmó López.
El periodista Oscar Martínez, en su participación narró la experiencia que vivió –para realizar el reportaje denominado “Los secuestros que no importan”-, durante el recorrido de 28 días que hacen los migrantes de Centroamérica en busca del “sueño americano” y que resumió como algo “inenarrable”.

En su intervención se refirió a una de las rutas “más rojas” –más peligrosas- que toman los migrantes: lamigraciones-somos-mas-que-remesas ruta de Tenosique (municipio del estado mexicano de Tabasco).

“Mucha gente sigue escogiendo esta ruta de Tenosique, yo creo que por profunda desinformación, si alguien supiera dos cuartas partes de lo que ocurre en el lado del Golfo, nadie elegiría viajar por ese lado”.

Al referirse a las condiciones de ese territorio, bajo el control de “una de las bandas más despiadadas del crimen organizado que ha surgido en los últimos 20 años en el continente americano que son los Zetas”.

También se refirió al procedimiento –que ya tienen identificado las autoridades-, de algunos coyotes salvadoreños, quienes entregan mujeres en la frontera de Tenosique para ser prostituidas en la ciudad de Reynosa, del estado de Tamaulipas.

Por su parte, Anita de Zelaya, del Comité de familiares de migrantes fallecidos y desaparecidos de El Salvador (COFAMIDE), hizo mención de las causas por las que se da la migración: reunificación familiar, violencia, amenazas y la búsqueda de mejores condiciones económicas. Así como también el tormento que viven los familiares de los migrantes.

“No solamente se vuelve víctima la persona que desaparece sino que también la familia… es bien fácil que cuenten sólo las remesas y no cuenten cuántas gentes se están perdiendo y el precio que está pagando nuestra gente”, dijo de Zelaya.

Además expresó que, según cifras de COFAMIDE, se calcula que en El Salvador cada día emprenden el viaje un promedio de 500 personas y que datos de 2011 arrojan una cantidad de 428 migrantes repatriados; sumado a 350 casos de migrantes desaparecidos que contabiliza el Comité desde el año 2006.

Por su parte, Lissette Campos, de la Red Regional Verdad y Justicia para Migrantes, explicó que las personas que emigran, además de ser víctimas de violaciones a los derechos humanos, se enfrentan a riesgos que tienen que ver con “causas naturales y no naturales”. Entre las que mencionó las condiciones en las que viajan y los riesgos en la salud.

Asimismo, hizo referencia a las deficiencias en la respuesta de los Estados ante el tema migratorio. ”En la parte de búsqueda no hay una instancia clara a la que acudir; no hay mecanismos institucionales eficaces para la búsqueda; si logramos localizar restos, los países no cuentan con mecanismos coordinados para la identificación; no hay protocolo la notificación de muerte”, puntualizó.

También dijo que la vivencia de las familias que tienen una persona desaparecida está reconocida como tortura y, en ese sentido, la necesidad de programas de atención integral, de acompañamiento psicológico se vuelve imperante.

Para finalizar, Jaime Rivas, catedrático del Departamento de Sociología e investigador del fenómeno migratorio externó  que “las personas migrantes son más que emisores de remesas, son más que deportados, son quienes humanizan la migración”.

migrantes-pasoAgregó que el objetivo del foro es visibilizar a los tres actores que constituyen la parte humana de las migraciones: Los migrantes en tránsito, los familiares de fallecidos y desaparecidos en el camino y, por último, los que no alcanzar a llegar a su destino.

De los migrantes en tránsito dijo que son “presa fácil del crimen organizado trasnacional de las bandas locales y de algunas autoridades corruptas”.
“Los migrantes en tránsito, son los migrantes que no importan y no importan porque nadie o muy pocos se preocupan por ellos en el origen, en el tránsito y, no se diga, en el destino”, acotó Rivas.

Asimismo mencionó que “en el tránsito por el hecho de no portar unos documentos y desplazarse cobijados por el anonimato, la clandestinidad y la fugacidad, son objeto de todo tipo de agresiones y abusos”.

De igual forma se refirió a la cara que, usualmente, se muestra acerca del fenómeno migratorio: las remesas. “Los migrantes solo importan si llegan al destino tradicional, Estados Unidos y alimentan artificialmente la economía salvadoreña por la vía de las remesas”, señaló Rivas.

Además dijo que el recorrido que hacen los migrantes puede prologarse en el tiempo, a tal grado de convertirse en un “destino no planificado, pero preferible a las pésimas condiciones de vida que prevalecen el país de origen”.

El evento organizado por el Departamento de Sociología y Ciencias Políticas de la UCA buscó poner en el debate el fenómeno migratorio desde una perspectiva más humana.

Roberto López, jefe del Departamento manifestó  que la temática es una de las que persiguen dentro de la agenda de trabajo, para darle seguimiento al aporte que hizo Segundo Montes –sacerdote jesuita y fundador del Departamento, asesinado el 16 de noviembre de 1989-.

“El tema de las migraciones siempre ha sido parte de las líneas de trabajo, porque queremos ser fieles y dar continuidad y actualidad al trabajo que Segundo Montes hizo en su momento. Él como fundador de nuestro Departamento nos heredó esa tarea y esa responsabilidad de trabajar el tema y, sobre todo, trabajar por los migrantes tomando un poco el llamado de ver el lado humano de las migraciones”, sostuvo López.

El Departamento, que cuenta con una diversidad de áreas de investigación: desarrollo rural, género, violencia social; está realizando un estudio acerca de qué pasa con las personas que no logran llegar a su destino, con los que se quedan o con aquellos que son regresados al país.

La actividad contó con la participación del periodista Oscar Martínez, la presidenta del Comité de Familiares de Migrantes Fallecidos y Desaparecidos de El Salvador (COFAMIDE), Anita Zelaya; Lissette Campos, abogada de la Red Regional Verdad y Justicia para Migrantes y Jaime Rivas, catedrático e investigador del Departamento.
Fuerza Histórica Latinoaméricana.

Fuerza Histórica Latinoamericana

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Trovas del Trovador


Si se calla el cantor, calla la vida...inspirate,instruyete,organizate,lucha,rebelate.



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Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida...
Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos.

Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos.

Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más...

A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado.

Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia...

Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos?

Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista.

No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente.
Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo.

Fraternalmente, Trovador


UN DÍA COMO HOY, 12 de febrero de 1973, los principales periódicos de El Salvador difundieron fotos de la muerte de los compañeros José Dima...