Saludos y bienvenida: Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida... Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos. Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos. Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más... A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado. Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia... Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos? Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista. No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente. Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo. Fraternalmente, Trovador

martes, 24 de mayo de 2016

OLVIDADOS (Pelicula)

 
 
El Plan Cóndor fue el sistema de represión militar coordinado por los dictadores de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay en los años setenta, para coayudar en la desaparición de opositores a los regímenes. José, un general boliviano retirado, tras sufrir un infarto, se ve atormentado por los recuerdos de su pasado y decide, en su lecho de muerte, contarle a su único hijo sus secretos más grandes en busca de redención.
 
 

domingo, 22 de mayo de 2016

Noam Chomsky y las 10 Estrategias de Manipulación Mediática


El lingüista Noam Chomsky elaboró la lista de las “10 Estrategias de Manipulación” a través de los medios

1. La estrategia de la distracción
El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las elites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética.
“Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales (cita del texto 'Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.

2. Crear problemas y después ofrecer soluciones
Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.


3. La estrategia de la gradualidad
Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.
 
4. La estrategia de diferir
Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.


5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad
La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad (ver “Armas silenciosas para guerras tranquilas”)”.


6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión
Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido critico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…


7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad
Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposibles de alcanzar para las clases inferiores (ver ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.
 
8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad
Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto…


9. Reforzar la autoculpabilidad
Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se autodesvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y, sin acción, no hay revolución!
 
10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen
En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídas y utilizados por las elites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.

jueves, 19 de mayo de 2016

Dilma y el suicidio del “progresismo"



 Carlos Carcione

Lamentablemente ocurrió. Luego de unos pasos de tragicomedia del presidente de reemplazo en la Cámara de Diputados, el Senado brasilero aprobó el juicio político a la presidenta Dilma Rousseff. La salida del PT del gobierno, después de 13 años, plantea preguntas necesarias que merecen respuestas urgentes.

No se trata solamente de la maniobra de una casta política corrupta sin sustento de legitimidad, que lo es. Tampoco es estrictamente un golpe de estado, tal como los entendemos en América latina. Que el enemigo es perverso es una lección básica que se debería haber aprendido hace tiempo, por eso, no se trata simplemente de lo que hicieron los enemigos o los “traidores”. Se trata, sobre todo, de entender qué hizo mal, o mejor dicho qué es lo que dejó de hacer de lo que debía el partido de Lula.

La trampa fue orquestada desde las cúpulas del capital, los grandes medios y los partidos más conservadores y de derecha pero el PMDB, partido aliado de Dilma en el gobierno, fue la carta de triunfo. Una maniobra que Michel Temer dirigente de ese partido y por 6 años vicepresidente de Rousseff, facilitó y ayudó a construir. Fue realizada a plena luz del día. Estuvo frente a las cámaras y en las portadas de los periódicos por meses. Desde lejos se pudo apreciar como la conspiración se desarrollaba, cómo la artificio destituyente crecía. Y cómo el PT, el icono del llamado pos neoliberalismo en nuestro continente, dejaba ver su proceso de adaptación a un régimen corrupto y elitista, al decidir confiar más en la negociación con los bandidos, antes que apelar a la participación soberana del pueblo para romper la maniobra. Pero: ni la maniobra fue inesperada, ni ocurrió de “golpe”.

Hoy, desde los sectores afines al “progresismo”, se habla del desprecio de los parlamentarios que habilitaron el juicio político por los 54 millones de votos que reeligieron a Dilma en 2014, lo que es cierto. Pero nada se dice que la diferencia con la que ganó Dilma fue la más pequeña en una elección presidencial desde la salida de la Dictadura, apenas 3 millones de votos más que el derechista Aecio Neves que obtuvo algo más de 50 millones. Y menos se señala que el registro electoral habilitaba a 146 millones de ciudadanos a votar. Es bueno recordar que la diferencia fue menor todavía que la que obtuvo Collor de Melo sobre Lula en 1989, y también que Collor fue destituido de la misma forma que lo está siendo Dilma, tampoco se le comprobó delito.

Pero si vemos estos números como una fotografía, el hecho que parece saltar a la vista, es que esta crisis política y la maniobra con la que la clase dominante de Brasil intenta resolverla, se está desarrollando bajo la mirada indiferente de más de un tercio de la población brasileña por la suerte que corran sus “dirigentes” políticos. Y hace evidente el desgaste y la pérdida de base de la experiencia del PT.

Dilma, Lula y el PT recibieron una alerta temprana del deterioro y el malestar de la población con su gobierno y la desoyeron, ratificando el rumbo que esa alerta cuestionaba. En el movimiento conocido como las jornadas de junio, en el 2013, millones ganaron las calles reclamando que el transporte público, la salud, la educación, la vivienda, en fin las necesidades populares postergadas, tuvieran el mismo trato que tuvo la inversión pública para el Mundial de Futbol. Querían para sus necesidades “Padrao FIFA”, y frente a este reclamo, el gobierno prometió pero no cumplió. El movimiento de junio, quedó registrado como el despertar de la indignación popular. Nada fue igual en la relación del PT con su base social desde entonces.

Se cuestiona también el carácter corrupto de los que impulsan la destitución, lo que es verdad. Pero se omite la complicidad estructural del PT con ese flagelo. La promiscuidad entre el gran capital privado, los negocios públicos y los dirigentes de los partidos tradicionales, conforman un modelo miserable de hacer política. La investigación conocida como Lava Jato, antecedente judicial de esta crisis, involucra a gran parte de la clase política de todos los partidos, incluido el PT en una trama escandalosa de corrupción. Y es lógico que Michel Temer haya nombrado como ministros, apenas asumir el reemplazo de Dilma, a dirigentes involucrados en esa investigación. Pero este fenómeno no es nuevo: a poco de asumir, Lula su primer mandato estalló otro caso similar conocido como Mensalao, por el cual pagó cárcel uno de los dirigentes históricos del PT y presidente del partido entonces, Joao Dirceu. La corrupción es el sistema. En todo caso, los hechos confirman el fenómeno de adaptación del PT a ese sistema de negociación política que es lubricado con fondos negros del sector privado recompensados por fondos grises de origen público.

Otro cuestionamiento que ha circulado es el carácter antidemocrático del régimen electoral brasilero. Este facilita, por ejemplo, que una parte importante de los diputados puedan serlo casi sin haber obtenido votos. Pero aquí el problema es el mismo, en 13 años de gobierno el “progresismo” no modifico ese mecanismo. Una de las promesas de primer minuto de Dilma en medio de las Jornadas de Junio fue la necesidad de una Constituyente que ampliara el espacio y los procedimientos electorales. Sin embargo el resultado de esta promesa fue que las modificaciones que se introdujeron desde el parlamento, hacen al sistema todavía más antidemocrático y elitista que antes.

Por fin, en el momento de mayor crisis económica de las últimas dos décadas, la dirección del PT prometió antes de la segunda vuelta electoral del 2014 mantener las mejoras de sus gobiernos anteriores y superarlas. Pero una vez asumida, Dilma eligió como ministro de Finanzas al que iba a ser designado por su oponente de derecha, Aecio, y dio inicio a un programa de ajuste neoliberal.

En síntesis, donde hacía falta desmontar la corrupción y desmantelar la relación promiscua entre negocios y política eligió dejar todo como estaba y adaptarse a esa relación. Donde para ampliar la participación de los ciudadanos era necesario modificar el sistema electoral para hacerlo más democrático eligió profundizar el modelo y optó por menos democracia. Frente a la crisis económica, donde la alternativa era entre atender las demandas populares o elegir el camino del ajuste, optó por las clásicas medidas neoliberales. O como señalaron en su momento Pedro Stedile del movimiento de los campesinos sin tierra o Frei Beto, donde debía apoyarse en los movimientos sociales para buscar las transformaciones necesarias, eligió la conciliación con los sectores del privilegio, facilitando el trabajo de los que hoy impulsan la destitución de Dilma y la salida del PT.

Así, al decidir como lo hicieron frente a cada una de esas opciones y sobre todo, puestos en el brete de optar entre la negociación con sus verdugos o devolverle el poder al pueblo convocando nuevas elecciones, Dilma, Lula y el PT eligieron el camino que lleva al suicidio del “progresismo”.

miércoles, 18 de mayo de 2016

Alfonsina y El Mar

 
 
SEMMEXICO


Nació 29 de mayo de 1892, Murió el 25 de octubre en 1938.

Alfonsina Storni es una de las voces más representativas de la poesía lírica del continente, nació en el cantón suizo del Ticino, Suiza. Se nacionalizó argentina. Diarista, poeta, periodista, escritora y feminista, es una figura que se antoja valiente. De ella se sabe que ejerció con maestría el periodismo y se dedicó a la enseñanza.

En 1916 publicó su primer libro La Inquietud del Rosal. Su compromiso feminista la llevó a defender el derecho de las mujeres al voto político, entre otras demandas. Creó una prosa que cambió la perspectiva de las letras. Talentosa desde muy joven fue versátil, hizo teatro, poesía, discurso y al ser diarista se ocupó de desarrollar ese don inquisidor permanente, sobre la primavera, la vida y la muerte.

Al contraer cáncer, decidió poner fin a su vida, ahogándose en las aguas de Mar del Plata, el 25 de julio de 1938. Tenía 46 años. Su último poema Quiero Dormir, fue publicado al día siguiente en el diario La Nación, de Buenos Aires.

Ella sensibilidad pura. Nacida para la creación posmodernista, ha trascendido fronteras y como Virginia Wolf al suicidarse mostró hasta donde se ejerce en libertad, este, el oficio de vivir.

Sus padres fueron Alfonso Storni y Paulina Martignoni, quienes junto a sus abuelos Alfonsiño y María, y a María y Romero (los hermanos mayores de Alfonsina) llegaron a la provincia de San Juan desde Lugano (Suiza), en 1880. Fundaron una pequeña empresa familiar, y años después, las botellas de cerveza etiquetadas «Cerveza Los Alpes, de Storni y Cía», comenzaron a circular por toda la región.

Sus padres, dueños de una cervecería en San Juan, regresaron a Suiza en 1891. En 1896, volvieron a Argentina junto con Alfonsina, quien había nacido durante la estancia de la pareja en el país europeo. En San Juan, concurrió al jardín de infantes y desarrolló la primera parte de su niñez. A principios del siglo XX la familia se mudó a Rosario (provincia de Santa Fe), donde su madre fundó una escuela domiciliaria y su padre instaló un café cerca de la estación de ferrocarril Rosario Central. Alfonsina se desempeñó como mesera en el negocio familiar, pero dado que este trabajo no le gustaba se independizó y consiguió empleo como actriz. Más tarde recorrería varias provincias en una gira teatral.

Storni ejerció como maestra en diferentes establecimientos educativos y escribió sus poesías y algunas obras de teatro durante este período. Su prosa es feminista, y según la crítica, posee una originalidad que cambió el sentido de las letras de Latinoamérica. Otros dividen su obra en dos partes: una de corte romántico, que trata el tema desde el punto de vista erótico y sensual y muestra resentimiento hacia la figura del varón, y una segunda etapa en la que deja de lado el erotismo y muestra el tema desde un punto de vista más abstracto y reflexivo.

La crítica literaria, por su parte, clasifica en tardorrománticos a los textos editados entre los años 1916 y 1925, y a partir de Ocre encuentra rasgos de vanguardismo y recursos como el antisoneto. Sus composiciones reflejan, además, la enfermedad que padeció durante gran parte de su vida y muestran la espera del punto final de su vida, expresándolo mediante el dolor, el miedo y otros sentimientos.

Fue diagnosticada con cáncer de mama, del cual fue operada. A pedido de un medio periodístico se realizó un estudio de quirología, cuyo diagnóstico no fue acertado. Esto la deprimió, provocándole un cambio radical en su carácter y llevándola a descartar los tratamientos médicos para combatirla.

Se suicidó en Mar del Plata arrojándose de la escollera del Club Argentino de Mujeres. Alfonsina consideraba que el suicidio era una elección concedida por el libre albedrío, y así lo había expresado en un poema dedicado a su amigo y amante, el también poeta suicida Horacio Quiroga. Hay versiones románticas que dicen que se internó lentamente en el mar; algunas de esas versiones sirvieron para componer la canción «Alfonsina y el mar», basada enteramente en cómo se suicidó Alfonsina. Su cuerpo fue velado inicialmente en esa ciudad balnearia y finalmente en Buenos Aires. Actualmente sus restos se encuentran enterrados en el Cementerio de la Chacarita.

“A los doce años escribo mi primer verso. Es de noche; mis familiares ausentes. Hablo en él de cementerios, de mi muerte. Lo doblo cuidadosamente y lo dejo debajo del velador, para que mi madre lo lea antes de acostarse. El resultado es esencialmente doloroso; a la mañana siguiente, tras una contestación mía levantisca, unos coscorrones frenéticos pretenden enseñarme que la vida es dulce. Desde entonces, los bolsillos de mis delantales, los corpiños de mis enaguas, están llenos de papeluchos borroneados que se me van muriendo como migas de pan”.

En 1908 según declaró a la revista El Hogar, escribió su primera obra de teatro, Un corazón valiente; sin embargo, no han quedado testimonios de este hecho.

En el año 1909 dejó el hogar materno para terminar sus estudios en Coronda. En esa localidad se dictaba la carrera de maestro rural, en la Escuela Normal Mixta de Maestros Rurales. En el registro de inscripciones aparece la leyenda «Alfonsina Storni, 17 años, Suiza». Fue aceptada por su entusiasmo, porque no tenía certificado de estudios primarios y tampoco aprobó el examen de ingreso, pero la escuela recién abría y necesitaba alumnos.

Fue celadora de la escuela para autofinanciar su vida.

Su profesora de Idioma Nacional, Emilia Pérez de la Barra, la estimuló a trabajar porque había detectado en ella condiciones de escritora. Por su parte, la secretaria de la institución, Carlota Garrido de la Peña, una escritora santafesina, propuso publicar un boletín del colegio que reflejara las actividades del mismo y del lugar. En el segundo número se describe que la alumna docente Storni cantó una romanza con voz dulce y sentimental y en los números cuatro a siete se publicó un trabajo expuesto en unas conferencias sobre temas pedagógicos que se celebraban todos los sábados por los alumnos del segundo año. Se trataba de un método para enseñar aritmética en los primeros grados.

En 1910 comenzó a realizar viajes los fines de semana sin que nadie supiese a dónde iba y de dónde conseguía el dinero. Alguien se dio cuenta que viajaba a Rosario. En la ciudad de San Lorenzo, durante la celebración del aniversario de la batalla de San Lorenzo, le pidieron que cantara. En un escenario adornado de banderas argentinas entonó la «Cavatina» de El Barbero de Sevilla de Rossini.

En abril de 1921 ingresó como docente en la Escuela para Niños Débiles del Parque Chacabuco. Alfonsina no se sentía a gusto en este empleo porque decía que las autoridades no eran comprensivas con ella.

Desde 1911 en que se trasladó a Buenos Aires, llevando consigo sus pocas pertenencias. Arribó a la estación del ferrocarril del Norte (actualmente Retiro) y se hospedó en una pensión hasta el año siguiente. El 21 de abril de 1912 nació su hijo Alejandro, sin padre conocido. El parto se llevó a cabo en el hospital San Roque (hoy Hospital Ramos Mejía). Más tarde madre e hijo se debieron mudar a una casa compartida con un matrimonio.

Descansó unos meses y en 1913 consiguió trabajo de cajera en una farmacia y posteriormente en la tienda A la Ciudad de México. Realizó algunas colaboraciones en la revista Caras y Caretas, se supone mediante recomendación. La remuneración era de veinticinco pesos.

La empresa Freixas Hermanos la contrató para escribir anuncios, luego de pasar el examen entre cien hombres, su sueldo fue de doscientos pesos cuando al anterior empleado le pagaban cuatrocientos. En Caras y Caretas se relacionó con José Enrique Rodó, Amado Nervo, José Ingenieros y Manuel Baldomero Ugarte; fue con los dos últimos con quienes su amistad fue más profunda. Con este empleo, su situación económica mejoró, por lo que pudo realizar viajes frecuentes a Montevideo, donde conoció a la poetisa uruguaya Juana de Ibarbourou y al que sería su gran amigo, el escritor también uruguayo Horacio Quiroga.


En 1916 comienza a publicar poemas y prosa, todavía sin el carácter de colaboradora permanente, en la revista literaria La Nota donde publicó, por ejemplo, los poemas “Convalecer” y “Golondrinas”.

La inquietud del rosal, un libro de poesías donde expresaba sus deseos como mujer y describía su condición de madre soltera sin ningún tipo de complejo, se publicó en 1916, aunque nunca le pudo pagar la edición al impresor.

Amado Nervo, el poeta mexicano paladín del modernismo junto con Rubén Darío, embajador de México en Argentina, publicó sus poemas en Mundo Argentino, y esto da una idea de lo que significaría para ella, una escritora sin reconocimiento aún, el haber llegado hasta aquellas páginas.

Hizo amistad con otros poetas, entre ellos, el uruguayo José Enrique Rodó, Julio Herrera y Reissig, Manuel Ugarte y José Ingenieros.

Eran épocas de crisis, en las que la poesía no alcanzaba para vivir. Para complementar sus actividades, Storni escribía gratis para el periódico La Acción ?de tendencia socialista? y en la revista Proteo ?de tendencia latinoamericanista?. Buscó un trabajo más rentable y consiguió ser directora en el colegio Marcos Paz, en la calle Remedios de Escalada y Argerich. La escuela, perteneciente a la Asociación Protectora de Hijos de Policías y Bomberos, funcionaba en una casa rodeada de un gran jardín, y además tenía una biblioteca con más de dos mil libros que le permitió completar sus lecturas. Poco después de conseguir dicho empleo se mudó a una casa en la calle Acevedo 2161, que se encontraba más cerca del establecimiento, junto a su hermana.

Su voluntad no la abandonó, y siguió escribiendo. En 1918 publicó El dulce daño. Ese mismo año recibió una medalla de miembro del Comité Argentino Pro Hogar de los Huérfanos Belgas. También siguió visitando a sus amigos uruguayos en Montevideo, entre quienes estaba Juana de Ibarbourou, años después de la muerte de la poetisa argentina.

Su libro Languidez (de 1920) había merecido el Primer Premio Municipal de Poesía y el Segundo Premio Nacional de Literatura. También en 1920 viajó por primera vez a Montevideo. Era joven y parecía alegre; por lo menos su conversación era chispeante, a veces muy aguda, a veces también sarcástica. Levantó una ola de admiración y simpatía. Un núcleo de lo más granado de la sociedad y de la gente intelectual la rodeó siguiéndola por todos lados. Alfonsina, en ese momento, pudo sentirse un poco reina.

En una visita que realizó al local de las Lavanderas Unidas, un pseudosindicato del socialismo, que era frecuentado por personas de raza negra, parda y mulatas, comenzó a dudar de la época en la que vivía; se sintió trasladada a la época colonial y a temer que sus poemas resultaran futuristas, cosa que no ocurrió, ya que logró relacionarse desde el primer momento.

En el año 1923, la revista Nosotros, que lideraba la difusión de la nueva literatura argentina y con hábil manejo formaba la opinión de los lectores, publicó una encuesta, dirigida a los que constituían «la nueva generación literaria». La pregunta estuvo formulada sencillamente: «¿Cuáles son los tres o cuatro poetas nuestros, mayores de treinta años, que usted respeta más?».

Alfonsina Storni tenía en ese entonces treinta y un años recién cumplidos, la edad límite exigida para constituirse en «maestro de la nueva generación». Su libro Languidez (de 1920), había merecido el Primer Premio Municipal de Poesía y el Segundo Premio Nacional de Literatura, lo que la colocaba muy por encima de sus pares. Muchas de las respuestas a la encuesta de Nosotros coincidieron en uno de los nombres: Alfonsina Storni.

En 1925 publicó Ocre, que marcó un cambio decisivo en su poesía. Desde hacía dos años era profesora de lectura y declamación en la Escuela Normal de Lenguas Vivas. Su poesía, fundamentalmente de temática amorosa, también se ligó a la temática feminista e intentó desligarse de las hopalandas del Modernismo y volver más la mirada al mundo real.

En ese período, Gabriela Mistral la visitó en la casa de la calle Cuba. Fue un encuentro de importancia para la escritora chilena, ya que lo publicó ese año en El Mercurio. «Extraordinaria la cabeza —recuerda— pero no por rasgos ingratos, sino por un cabello enteramente plateado, que hace el marco de un rostro de veinticinco años». Insiste: «Cabello más hermoso no he visto, es extraño como lo fuera la luz de la luna a mediodía. Era dorado, y alguna dulzura rubia quedaba todavía en los gajos blancos. El ojo azul, la empinada nariz francesa, muy graciosa, y la piel rosada, le dan alguna cosa infantil que desmiente la conversación sagaz y de mujer madura». La chilena quedó impresionada por su sencillez, por su sobriedad, por su escasa manifestación de emotividad, por su profundidad sin transcendentalismos. Y sobre todo por su información, propia de una mujer de gran ciudad, «que ha pasado tocándolo todo e incorporándoselo».

Fue nombrada titular en una cátedra del Conservatorio de Música y Declamación, también fue maestra de Castellano y Aritmética en una escuela de Bolívar y además fue designada por el doctor Noel directora del Teatro Infantil Municipal, una decisión que los medios de prensa calificaron como acertada.

En esta época elaboró sus teorías acerca de la relación entre hombres y mujeres con el objetivo de volcarlo en una obra teatral; el resultado se vio reflejado el 20 de marzo de 1927 cuando se estrenó su obra de teatro El amo del mundo, que despertaba las expectativas del público y de la crítica. El día del estreno asistió el presidente Alvear acompañado de su esposa, Regina Pacini. La obra no tuvo una buena crítica, y a los tres días tuvo que retirarse de cartel, lo que provocó la indignación de Alfonsina.

En 1926 escribió Poemas de amor y ocho años después publicó Mundo de siete pozos. En este lapso se orientó hacia otro género, los relatos en primera persona, a veces con rasgos autobiográficos donde las ideas no pertenecen ni al espacio ni a la poesía ni tampoco a la nota periodística informativa. El diario Crítica publicó en ocasiones estos relatos y uno titulado Psicología de a dos centavos donde una mujer, Juliana, le cuenta por carta a su amiga Amelia los pormenores de su reciente divorcio.

José Ingenieros le recomendó viajar anualmente a Córdoba; una anécdota cuenta que recurrió al jefe de policía para denunciar que los vigilantes la insultaban con malas palabras, otro de los muchos síntomas de paranoia que comenzaba a padecer. Además, sospechaba que estaba enferma de tuberculosis.

La poetisa tuvo intensa participación en el gremialismo literario e intervino en la creación de la Sociedad Argentina de Escritores.

Para intentar distraerla, su amiga Blanca de la Vega ?compañera de las cátedras del Conservatorio de Música? la impulsó a hacer ese año un viaje a Europa, que repitió en 1931, en compañía de su hijo. Allí conoció a otras escritoras, y la poeta Concha Méndez le dedicó algunos poemas.

En Madrid visitó el Lyceum Club formado por las parejas de los intelectuales y la Residencia de Señoritas que dirigía María de Maetzu, donde vivían las estudiantes que cursaban sus carreras en esa ciudad y en los dos lugares dio conferencias y cursos destacándose una titulada Una mujer ultramoderna y su poesía.

En ese viaje visitaron Toledo, Ávila, El Escorial, Andalucía, Sevilla, Córdoba y Granada y luego visitaron París y a su ciudad natal, Sala Capriasca, en Suiza.

En el segundo viaje visitó con su hijo de 20 años las ruinas de Pompeya y la ciudad de Ginebra. A su regreso se instalaron en una pensión de la calle Rivadavia al 900, muy cerca del café Tortoni. El escritor Federico García Lorca no dejó de ir ni una sola noche en su visita a Buenos Aires de 1934.

En 1931, el intendente municipal José Guerrico nombró a Alfonsina jurado: era la primera vez que ese nombramiento recaía en una mujer. Alfonsina se alegró de que comenzaran a ser reconocidas las virtudes de la mujer y afirmó en un diario refiriéndose a su designación: «La civilización borra cada vez más las diferencias de sexo, porque levanta a hombre y mujer a seres pensantes y mezcla en aquel ápice lo que parecieran características propias de cada sexo y que no eran más que estados de insuficiencia mental. Como afirmación de esta limpia verdad, la Intendencia de Buenos Aires declara, en su ciudad, noble la condición femenina».


En 1932, publicó sus Dos farsas pirotécnicas: Cimbelina en 1900 y pico y Polixena y la cocinerita. También colaboró en los diarios Crítica y La Nación y sus clases de teatro fueron su rutina diaria.

En 1937 escribió su último libro llamado Mascarilla y trébol publicado al año siguiente. Lo compuso durante las noches en Bariloche, y trató de desarrollar una nueva forma de pensar la poesía y, por consiguiente, una nueva forma de pensar el mundo.

Alfonsina reflexionó sobre el resto de su vida, a los cuarenta y cinco años de edad y habiendo sufrido una enfermedad que difícilmente tuviese cura. Sabía que la amenaza estaba pendiente y lo reflejó en sus versos. El libro lo finalizó en diciembre de 1937 y se lo dio al amigo de sus inicios, Roberto Giusti. Cuando este lo recibió lo leyó detenidamente y observó una manera particular de plantearse las asociaciones poéticas que le hizo recordar al español Góngora; principalmente, le llamó la atención la insistencia en el paisaje, sobre todo en el río. En un reportaje del año 1938 admitió que el libro le pareció «carecer de alma».

En enero de 1938 Alfonsina pasó sus vacaciones en Colonia y recibió el 26 de ese mes una invitación del Ministerio de Instrucción Pública Uruguayo que intentaba reunir en un mismo acto a las tres grandes poetas del momento: Juana de Ibarbourou, Gabriela Mistral y ella. Tituló su conferencia “Entre un par de maletas a medio abrir y las manecillas del reloj”. El resultado del encuentro fue exitoso y el público la aplaudía todo el tiempo, interrumpiendo su charla. Entre los presentes se encontraba Idea Vilariño.


Al regresar a Buenos Aires se enteró del suicidio de Leopoldo Lugones en un recreo de Tigre y también de la hija de Horacio Quiroga, Eglé, con solo veintiséis años. Fue al Tigre todos los domingos ese año.


Un día, cuando se estaba bañando en el mar, una ola fuerte y alta le pegó en el pecho a Alfonsina, quien sintió un dolor muy fuerte y perdió el conocimiento. Sus amigos la llevaron hasta la playa. Cuando recobró el conocimiento descubrió un bulto en el pecho que hasta el momento no se notaba pero en esa oportunidad se podía tocar con la mano.

El 20 de mayo de 1935, Alfonsina fue operada del cáncer de mama en el sanatorio Arenales. Se pensaba que era un tumor benigno, pero en realidad tenía ramificaciones. La mastectomía le dejó grandes cicatrices físicas y emocionales.

Su carácter cambió, ya no visitó más a sus amistades y no podía admitir sus limitaciones físicas; deseaba vivir pero no aceptaba los tratamientos impuestos por los médicos. Solo asistió a una sesión de rayos que la dejó exhausta y no pudo soportar el tratamiento. No permitía que su hijo la besara y se lavaba las manos con alcohol antes de acercarse a él o de cocinar.

El 18 de octubre de 1938 viajó a Mar del Plata. Fue a la estación Constitución acompañada de su hijo Alejandro ?de 26 años?28 y de Lidia Oriolo de Pizzigatti, dueña del hotel donde se alojaba frecuentemente en la calle Tres de Febrero. Cuando el tren partió le dijo a su hijo que le escribiese, que lo iba a necesitar.

Alfonsina le escribió dos cartas de contenido ambiguo a su hijo, el 19 y 22 de octubre, en las que parecía que luchaba contra la decisión de terminar con su vida. El jueves 20 escribió todo el día en el hotel abrigada con un poncho catamarqueño, aunque era primavera. Al día siguiente un dolor en el brazo le impidió continuar con su tarea. Sin embargo, se esforzó y el sábado despachó una carta en el buzón. Contenía su poema «Voy a dormir», el último que escribió. El domingo tuvo que concurrir el doctor Serebrinsky porque ya no soportaba el dolor. El lunes le solicitó a la mucama que escribiese por ella una carta para Alejandro y a las once y media se acostó a dormir.

Hacia la una de la madrugada del martes 25 de octubre de 1938, Alfonsina Storni abandonó su habitación y se dirigió a la playa La Perla. Esa noche su hijo Alejandro no pudo dormir; a la mañana siguiente, lo llamó la dueña del hotel para informarle que le habían reportado del hotel que su madre estaba cansada pero bien.

Hay dos versiones sobre el suicidio de Alfonsina Storni: una de tintes románticos, que dice que se internó lentamente en el mar, y otra, la más apoyada por los investigadores y biógrafos, que afirma que se arrojó a las aguas desde una escollera.

lunes, 16 de mayo de 2016

Érase una vez un país llamado Brasil


La investigación en Petrobras logró algo impensable: llevar al banquillo y a la cárcel a las élites políticas y económicas del país. El escándalo manchó al Partido de los Trabjadores y creó la oportunidad perfecta para justificar el ‘impeachment’.
 
 

Carla Guimarães


Patricia y yo somos primas, pero nos sentíamos como hermanas. Crecimos en el mismo barrio, en Salvador de Bahía, y vivíamos en edificios vecinos. Ella estaba siempre en mi casa y, cuando no, yo estaba en la suya. Nacimos en una dictadura y asistimos el paso a la democracia. Su padre llamaba revolución a la llegada de los militares al poder. El mío decía que fue un golpe. Su padre temía que un sindicalista barbudo llamado Lula ganara las primeras elecciones directas. A menudo repetía que Lula era un analfabeto. Mi padre creía que, en un país tan clasista como Brasil, un obrero jamás llegaría a la presidencia. Yo ya vivía en Madrid cuando Lula fue investido presidente en 2003, contradiciendo a mi padre, aterrando a mi tío. 13 años después de aquello, Patricia y yo estamos irremediablemente peleadas. Ella defiende la salida de la presidente Dilma. Dice, como su padre, que forma parte de una revolución. Yo, como el mío, digo que lo que está ocurriendo en Brasil es un golpe.


Nuestra disputa empezó el mismo día en que Dilma fue reelegida presidente, hace poco menos de 19 meses. Por aquel entonces Patricia tenía un odio visceral hacía el partido de Lula y Dilma, el Partido de los Trabajadores (PT), mientras que yo les había votado elección tras elección. Cuando Dilma empezó su segundo mandato, Brasil estaba inmerso en uno de los mayores escándalos de corrupción de su historia, el caso Petrobras. La investigación en la empresa de petroleo brasileña logró algo impensable: llevar al banquillo y a la cárcel a las élites políticas y económicas del país. El escándalo manchó indiscutiblemente al partido de Dilma y creó la oportunidad perfecta para justificar el golpe.
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Los grandes medios de comunicación de Brasil, que pertenecen a un pequeño grupo de familias, crearon lo que se podría llamar la dramaturgia del impeachment: existe un Gobierno corrupto, el pueblo pide su dimisión en las calles, el Congreso derriba a la presidente y Brasil vuelve a ser el país del futuro. Para esos medios, el PT no solo era el culpable de la corrupción, sino la causa de todos los males de Brasil. Patricia no podía estar más de acuerdo con ese guion. Ella y otros miles de brasileños salieron a las calles vestidos con los colores de la bandera para luchar contra la corrupción y exigir la salida del PT. Cada vez que Dilma hablaba en la tele, Patricia cogía una cacerola y se ponía a protestar desde su ventana. La historia narrada por los medios y defendida en las calles era casi perfecta, si no fuera por un pequeño detalle: Dilma no está acusada en ningún caso de corrupción. Sin embargo, muchos de los responsables por llevar adelante su proceso de impeachment sí lo están. Es el caso del expresidente del Congreso, Eduardo Cunha, del presidente del Senado, Renan Calheiros, y del propio vicepresidente, Michel Temer. Este último fue condenado por el Tribunal Regional Electoral de São Paulo por hacer donaciones de campaña por encima del límite legal y no podrá postularse a ningún cargo público en un periodo de 8 años. Temer acaba de ser nombrado presidente interino de la República de Brasil.

Uno de los mayores errores de Dilma y Lula fue dejarse absorber por la política tradicional

Quizás uno de los mayores errores del partido de Dilma y Lula fue haberse dejado absorber por la política tradicional brasileña. Después de tantos años en el poder, el PT ya no era tan cercano a los movimientos sociales que le apoyaron y estaba dedicado de lleno al juego político. Dilma ganó las ultimas elecciones con el apoyo del PMDB de Temer, Eduardo Cunha y Renan Calheiros. Un partido de derechas que siempre estuvo cerca del poder y que ahora ha encontrado la manera de tomarlo.

A pesar de la decepción con el PT, en los últimos meses, miles de personas salieron a las calles para denunciar el golpe. Algo que no estaba en el guion redactado por los grandes medios. Movimientos sociales, sindicatos, líderes indigenas, personalidades del mundo de la cultura y ciudadanos de distintas orígenes sociales se manifestaron en contra del impeachment en diversos actos a lo largo del país. El color predominante en esas protestas era el rojo, a diferencia del verde y amarillo que dominaban las marchas anti-Dilma. Yo participé en una manifestación en Madrid. Éramos cuatro gatos protestando en Sol, pero teníamos la sensación de formar parte de algo mayor. Nos sentíamos parte del enorme movimiento de lucha por la democracia que está tomando Brasil. Más que las siglas, nos unía la indignación de ver a tantos políticos involucrados en casos de corrupción votando a favor del impeachment de la presidente en nombre, paradójicamente, de la lucha contra la corrupción. También nos unía la sensación de que el Gobierno de Dilma no estaba siendo juzgado por sus errores, sino por sus aciertos.

Durante los 12 años de gobierno del PT cerca de 40 millones de personas salieron de la pobreza y la población históricamente excluida ganó espacio dentro de la sociedad. El partido cambió una historia de más de 500 años de desigualdad. Quizás por ello, ganó cuatro elecciones seguidas. En las últimas, la derecha se dio cuenta de que le costaría mucho recuperar el poder en las urnas y decidió tomarlo a través de un proceso aparentemente legal, pero tremendamente injusto. Los que asumen ahora el Gobierno representan los intereses de los grandes latifundios, la industria de las armas, las iglesias evangélicas y quizás de muchos políticos y grandes empresarios a los que le vendría bien que las investigaciones de los casos de corrupción, como el de Petrobras, fuesen finalizadas sin mucho revuelo y sin grandes repercusiones.

Durante los 12 años de gobierno del PT cerca de 40 millones de personas salieron de la pobreza

Días antes de la votación en el Senado, decidí llamar a Patricia. Era su cumpleaños y pensé que sería una buena oportunidad para retomar nuestra relación. Ella contestó sorprendida. Creo que pensó lo mismo que yo y decidió hacer un esfuerzo por hablarme. A pesar de nuestras buenas intenciones la llamada fue de lo más surrealista. En cuanto empezamos a hablar nos dimos cuenta de que si tocábamos el tema del impeachment esta sería nuestra última conversación. Así que hablamos del clima, del paso de los años, de nuestra niñez e incluso de una crema para el pelo. Hablamos de casi todo, menos del tema que copaba las portadas de los periódicos, las noticias de la tele y las conversaciones de los brasileños. Durante aquellos extraños minutos, Patricia y yo decidimos que habíamos nacido en Noruega.

El pasado 12 de mayo, cuando Dilma fue apartada de la presidencia, sentí una tristeza enorme. Tristeza e impotencia. Pensé en Brasil, en mi padre, en mi infancia y en Patricia... ¿Estará feliz? ¿Era eso lo que realmente quería? La imaginé devolviendo la cacerola a la estantería de la cocina y guardando su camiseta verde y amarilla en un cajón hasta el próximo Mundial. Para mí, sin embargo, es hora de sacar la camiseta roja del armario. Esta historia no puede acabar aquí.
Fuerza Histórica Latinoaméricana.

Fuerza Histórica Latinoamericana

Saludos y bienvenida:

Trovas del Trovador


Si se calla el cantor, calla la vida...inspirate,instruyete,organizate,lucha,rebelate.



Saludos y bienvenida:


Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida...
Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos.

Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos.

Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más...

A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado.

Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia...

Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos?

Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista.

No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente.
Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo.

Fraternalmente, Trovador


UN DÍA COMO HOY, 12 de febrero de 1973, los principales periódicos de El Salvador difundieron fotos de la muerte de los compañeros José Dima...