"No le creas al Diablo, aunque te diga la verdad".
Salvador Arias
Proverbio Chino.
Para
la "prensa seria", cualquier banalidad puede ser noticia de primera
plana, siempre que ésta cumpla objetivos diversionistas. Es decir, que
pueda ser un instrumento de manipulación.
Increiblemente para unos, creiblemente para otros mal acostumbrados a la falta de seriedad, esta prensa le dedicó la respetable cantidad de catorce días de primera plana a la elefanta sagrada, Manyula o "muchacha" en alguna de la tantas lenguas indúes. Duchos en el arte de la manipulación de masas, fueron entregando, día a día, como capítulos de telenovela absurda, todo cuanto tuviera que ver con el estado de salud de la elefanta, jugando así con las ansias y la espectativas de la gente. Un método típico de toda prensa amarillista.
La muerte de Manyula, si bien es cierto que toca una parte sensible de algún segmento de la población, por el hecho de que guarda íntima relación con esas gotas de alegría que enmedio de las angustias cotidianas la gente le arranca al dolor, no es menos cierto que este acontecimiento ha servido para tender una cortina de humo para distraer a la gente de los acuciantes problemas nacionales. De ahí el desafinado concierto de los mal llamados medios de comunicación, al servicio del gran capital.
Este despliegue publicitario, bayunco y ridículo, me hace recordar aquella maniobra de La Prensa en Managua. Un día, en momentos en que la revolución Sandinista estaba siendo acosada y la atención del pueblo se centraba en darle repuesta a los ataques criminales de la contra y de los Estados Unidos, la Prensa apareció con un enorme titular, ocupando la primera página completa: "MUJER PARE UN POLLO". El resultado fue demoledor. Buena parte del pueblo se volcó por los cuatro rumbos de Managua, buscando la madre del pollo y al pollo recien parido. La iglesia nicaragüense, en la voz de Monsenor Obando y Bravo, gastó saliba, metiendo miedo desde el púlpito, recordándole al pueblo, como lo hicieran durante la conquista, que eso era "un castigo de Dios", como todos los castigos que Dios manda a los pobres. Fue una magistral maniobra de distracción. Esa es la prensa seria de este continente. Pero la nuestra es la campeona. Si la SIP premiara la bayuncada, nadie, ninguna otra prensa le discutiría el premio.
Respetamos que algunas personas, de manera sincera expresen su simpatía y dolor por la muerte de la elefanta, al fin y al cabo cada uno expresa sus sentimientos de acuerdo a los valores que sustenta, pero no podemos dejar de repudiar ese abuso, ese atropello a la inocencia, por un lado, y a la inteligencia, por el otro, que la prensa ha hecho de este acontecimiento elevado a "tragedia nacional". Pero, el final de la tragicomedia fue el acto de despedida de Manyula: toda una función de circo de a peseta. Hubo discursos de cacería de votos, rostros conpungidos, gestos teatrales, palabras huecas, todo un derroche de hipocresía. Hasta se llegó a decir que con la elefanta "se iba una parte de nuestra identidad" y, para rematar, se ofreció "guardar la memoria de la elefanta", levantando un monumento de tamaño natural en un parque de la ciudad.
Miren que patriotismo! El país pendiente de la enfermedad de la elefanta durante catorce días, se organiza una vigilia, se invita a los funerales, se le hace homenage póstumo y se le cantaron rancheras. Fuera de las honras fúnebres, la empresa privada, los dueños de Manyula y del país, ofrecieron "comprar otro elefante", talvez para recuperar ese pedazo de identidad que la elefanta se llevó? Permítame senor Hurtado que le copie un poco alterada su figura, pero es tan necesaria: es que los salvadorenos somos tontos! Bueno, no todos, pero que los hay, los hay. No cabe ninguna duda que esta es otra forma de darle atol con el dedo a este pueblo aguantador!
Cuando la desvergüenza toca las fronteras del asco.
Si de remover o despertar sentimientos humanos se trata, vaya, ahí están esos sobrevivientes de la masacre del cantón El Calabozo, cansados de exigir justicia.
Ahí está ese cementerio clandestino en pleno centro de San Miguel, y los familiares de los asesinados penando. Ahí está ese testimonbio conmomedor de esa anciana que sabe ya dónde está enterrado su hijo. Esta prensa, que mediante la manipulación es capaz de sacar lágrimas por un paquidermo, no es capaz de publicar en sus páginas siquiera un párrafo de esa denuncia? Hay ocupación seria para esta prensa que presume de seria. Qué esperan para cubrir estos hechos que, dicho sea de paso, hasta el partido que debería exigir una investigación, guarda silencio?
Y esto no va con los trabajadores de esa prensa, es comprensible sus limitaciones, ellos tambien tienen censura, trabajan con mordaza, y no sólo eso, les niegan su desarrollo, tanto como sujetos pensantes, como personas con libre opinión y expresión.
La "prensa seria" no sólo abusa de la gente, del pueblo, abusa tambien de sus trabajadores, pues los obliga a hacer el ridículo. No puede uno dejar de imaginarse lo que pueda pasar al interior de algunas representaciones diplomáticas, con todo ese show montado alrededor de la elefanta. Seguramente que algunas risitas discretas con movimiento de cabeza hacia los lados se habrán dejado ver.
Como todo este montaje ha tenido lugar en momentos en que se debaten asuntos de interés nacional, sobre todo las sentencias de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, no es aventurado asegurar que se trata una maniobra de diversión, de propaganda gris o cortina de humo.
Es cosa de pensar...y de pensar bien.
Comentaba un amigo que cuando terminó de leer el anuncio del alcalde, respiró profundo y tranquilo, se dejó caer sobre el respaldo de la mecedora y dijo: "este nos quiere un poquito. De momento, esperaba leer que la estatua de la elefanta la iba a poner al lado de la de D'Abuisson, pero eso si sería una ofensa a la elefanta.
Qué desvergüenza de prensa, carajo!, y qué vergüenza para la gente que pensamos!
Increiblemente para unos, creiblemente para otros mal acostumbrados a la falta de seriedad, esta prensa le dedicó la respetable cantidad de catorce días de primera plana a la elefanta sagrada, Manyula o "muchacha" en alguna de la tantas lenguas indúes. Duchos en el arte de la manipulación de masas, fueron entregando, día a día, como capítulos de telenovela absurda, todo cuanto tuviera que ver con el estado de salud de la elefanta, jugando así con las ansias y la espectativas de la gente. Un método típico de toda prensa amarillista.
La muerte de Manyula, si bien es cierto que toca una parte sensible de algún segmento de la población, por el hecho de que guarda íntima relación con esas gotas de alegría que enmedio de las angustias cotidianas la gente le arranca al dolor, no es menos cierto que este acontecimiento ha servido para tender una cortina de humo para distraer a la gente de los acuciantes problemas nacionales. De ahí el desafinado concierto de los mal llamados medios de comunicación, al servicio del gran capital.
Este despliegue publicitario, bayunco y ridículo, me hace recordar aquella maniobra de La Prensa en Managua. Un día, en momentos en que la revolución Sandinista estaba siendo acosada y la atención del pueblo se centraba en darle repuesta a los ataques criminales de la contra y de los Estados Unidos, la Prensa apareció con un enorme titular, ocupando la primera página completa: "MUJER PARE UN POLLO". El resultado fue demoledor. Buena parte del pueblo se volcó por los cuatro rumbos de Managua, buscando la madre del pollo y al pollo recien parido. La iglesia nicaragüense, en la voz de Monsenor Obando y Bravo, gastó saliba, metiendo miedo desde el púlpito, recordándole al pueblo, como lo hicieran durante la conquista, que eso era "un castigo de Dios", como todos los castigos que Dios manda a los pobres. Fue una magistral maniobra de distracción. Esa es la prensa seria de este continente. Pero la nuestra es la campeona. Si la SIP premiara la bayuncada, nadie, ninguna otra prensa le discutiría el premio.
Respetamos que algunas personas, de manera sincera expresen su simpatía y dolor por la muerte de la elefanta, al fin y al cabo cada uno expresa sus sentimientos de acuerdo a los valores que sustenta, pero no podemos dejar de repudiar ese abuso, ese atropello a la inocencia, por un lado, y a la inteligencia, por el otro, que la prensa ha hecho de este acontecimiento elevado a "tragedia nacional". Pero, el final de la tragicomedia fue el acto de despedida de Manyula: toda una función de circo de a peseta. Hubo discursos de cacería de votos, rostros conpungidos, gestos teatrales, palabras huecas, todo un derroche de hipocresía. Hasta se llegó a decir que con la elefanta "se iba una parte de nuestra identidad" y, para rematar, se ofreció "guardar la memoria de la elefanta", levantando un monumento de tamaño natural en un parque de la ciudad.
Miren que patriotismo! El país pendiente de la enfermedad de la elefanta durante catorce días, se organiza una vigilia, se invita a los funerales, se le hace homenage póstumo y se le cantaron rancheras. Fuera de las honras fúnebres, la empresa privada, los dueños de Manyula y del país, ofrecieron "comprar otro elefante", talvez para recuperar ese pedazo de identidad que la elefanta se llevó? Permítame senor Hurtado que le copie un poco alterada su figura, pero es tan necesaria: es que los salvadorenos somos tontos! Bueno, no todos, pero que los hay, los hay. No cabe ninguna duda que esta es otra forma de darle atol con el dedo a este pueblo aguantador!
Cuando la desvergüenza toca las fronteras del asco.
Si de remover o despertar sentimientos humanos se trata, vaya, ahí están esos sobrevivientes de la masacre del cantón El Calabozo, cansados de exigir justicia.
Ahí está ese cementerio clandestino en pleno centro de San Miguel, y los familiares de los asesinados penando. Ahí está ese testimonbio conmomedor de esa anciana que sabe ya dónde está enterrado su hijo. Esta prensa, que mediante la manipulación es capaz de sacar lágrimas por un paquidermo, no es capaz de publicar en sus páginas siquiera un párrafo de esa denuncia? Hay ocupación seria para esta prensa que presume de seria. Qué esperan para cubrir estos hechos que, dicho sea de paso, hasta el partido que debería exigir una investigación, guarda silencio?
Y esto no va con los trabajadores de esa prensa, es comprensible sus limitaciones, ellos tambien tienen censura, trabajan con mordaza, y no sólo eso, les niegan su desarrollo, tanto como sujetos pensantes, como personas con libre opinión y expresión.
La "prensa seria" no sólo abusa de la gente, del pueblo, abusa tambien de sus trabajadores, pues los obliga a hacer el ridículo. No puede uno dejar de imaginarse lo que pueda pasar al interior de algunas representaciones diplomáticas, con todo ese show montado alrededor de la elefanta. Seguramente que algunas risitas discretas con movimiento de cabeza hacia los lados se habrán dejado ver.
Como todo este montaje ha tenido lugar en momentos en que se debaten asuntos de interés nacional, sobre todo las sentencias de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, no es aventurado asegurar que se trata una maniobra de diversión, de propaganda gris o cortina de humo.
Algún capítulo de los manuales de
propaganda de Goebel pudo haber sido desempolvado. Y como es sabido, los
ajetreos pre-electorales ronronean el ambiente político, aparte de la
tembladera por las sentencias, sobre todo por las candidaturas fuera de
los partidos. La onda expansiva de este montaje ha sacudido a las
cúpulas partidarias, y como el alcalde capitalino se agenció el
vedetismo de las condolencias, los otros no se quieren quedar atrás, de
tal manera que algunos de ellos han dado muestras de dolor por la
elefanta. Suficiente razón para que la gente no crea en estos plañideros
de elefantes. Todo lo que buscan es hacerse simpáticos para el voto. Un
poco temprano, por cierto, pero el diablo nunca duerme!
Es cosa de pensar...y de pensar bien.
Comentaba un amigo que cuando terminó de leer el anuncio del alcalde, respiró profundo y tranquilo, se dejó caer sobre el respaldo de la mecedora y dijo: "este nos quiere un poquito. De momento, esperaba leer que la estatua de la elefanta la iba a poner al lado de la de D'Abuisson, pero eso si sería una ofensa a la elefanta.
Qué desvergüenza de prensa, carajo!, y qué vergüenza para la gente que pensamos!
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