12a Encuentro
Internacional de los Partidos Comunistas y Obreros
3-5 Diciembre 2010, Tshwane, Sudáfrica
DECLARACIÓN DE TSHWANE
El 12 Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y
Obreros tuvo lugar en Tshwane Sudáfrica del 3 al 5 de Diciembre con el tema “La
profundización de la crisis sistémica del capitalismo. Las tareas de los
comunistas en defensa de la soberanía, la profundización de las alianzas
sociales, el fortalecimiento del frente anti imperialista en la lucha por la
paz, el progreso y el Socialismo”.
102 delegados representando a 51 partidos
participantes de 43 países y de todos los continentes del mundo se reunieron
para avanzar el trabajo de nuestras reuniones previas, y para promover y
desarrollar una acción común y convergente alrededor de una perspectiva común.
LA PROFUNDIZACIÓN DE LA CRISIS
CAPITALISTA
La situación internacional continua estando dominada
por la persistencia y desarrollo del capitalismo. Esta realidad viene a
confirmar los análisis esbozados en las Declaraciones de nuestros encuentros
internacionales 10 y 11 en Sao Paulo y Nueva Delhi. La actual crisis del
capitalismo pone de relieve sus limitaciones históricas y la necesidad de su
derrocamiento revolucionario. Muestra la intensificación de la contradicción
básica del capitalismo que existe entre el carácter social de la producción y
su apropiación privada capitalista.
La crisis es sistémica – a pesar de las ilusiones
capitalistas de antes del 2008 sobre lo contrario, el capitalismo no puede
escapar su tendencia sistémica interna de atravesar ciclos de desarrollo y
estancamiento. La actual crisis global es una manifestación particularmente
severa de un descenso capitalista ocasionado por la sobreproducción
capitalista. Ahora, así como en el pasado, no hay salida, dentro de la lógica
del capitalismo, a estas crisis periódicas más que la crisis misma, marcada por
la masiva y socialmente irracional destrucción de activos –incluyendo los
despidos masivos, el cierre de fábricas, y el ataque sistemático contra los
salarios, pensiones, seguridad social y la erosión del sustento del pueblo.
Esta es la razón por la cual, en nuestros dos anteriores encuentros, afirmamos
correctamente que la actual crisis era atribuible no sólo a fallos subjetivos,
a la avaricia de los banqueros o especuladores financieros. Sigue tratándose de
una crisis enmarcada en los rasgos sistémicos del capitalismo mismo.
La crisis persistente se exacerba por virajes
significativos en la correlación internacional de fuerzas. De manera
particular, hay un declive relativo de la hegemonía económica de los EEUU en
curso, un estancamiento productivo general en las economías capitalistas más
avanzadas, y la emergencia de nuevos poderes económicos globales, notablemente
China. La crisis ha intensificado la competencia entre los centros
imperialistas y también entre los poderes establecidos y los emergentes. Esto
incluye la guerra de divisas dirigida por los EEUU, la concentración y
centralización del poder económico y político en la UE que profundiza su
carácter de bloque imperialista dirigido por sus principales potencias
capitalistas, una agudización distintiva de la confrontación interimperialista
por los mercados y el acceso a las materias primas, la expansión del
militarismo, incluyendo las alianzas agresivas (por ejemplo, la cumbre de la
OTAN en Lisboa con su “nueva” y peligrosa concepción estratégica), la profusión
de puntos de tensión y agresión locales (notablemente en Medio Oriente, Asia y
África), golpes de estado en América Latina, la intensificación de la
tendencias neo-imperialistas de avivar los conflictos étnicos y el aumento de
la militarización de África a través, entre otras cosas, del AFRICOM.
Simultáneamente se ha vuelto claro que la trayectoria
del capitalismo con su maximización de las ganancias, la precipitada
destrucción de los recursos naturales y del ambiente en general representa un
serio peligro para la sustentabilidad de la civilización humana misma. Las
élites políticas de los estados capitalistas dominantes con sus diversas
propuestas de “tecnologías verdes” y transacción de niveles de emisión de CO2
en el mejor de los casos representan ajustes que aumentan las ganancias del
capital mientras aumentan la mercantilización de la naturaleza, y transfieren
el costo de la crisis del cambio climático a naciones menos desarrolladas. La
crisis del sistema capitalista que enfrentamos como género humano está
directamente unida a la incapacidad del capitalismo para reproducirse salvo con
una búsqueda voraz de acumulación. Es una crisis que sólo puede superarse con
la abolición del capitalismo mismo.
Confrontado con estas realidades, en todos lados el
capitalismo se tiene que defender, buscando preservar sus ganancias y
transferir el peso de la crisis a la clase obrera mediante la intensificación
de la explotación basada en el género y la edad, los pobres de la ciudad y del
campo, y una amplia variedad de capas medias. La explotación se intensifica, el
Estado se usa para rescatar los banqueros privados y casas financieras mientras
expone las generaciones futuras a niveles insostenibles de deuda, y hay
esfuerzos redoblados para reducir las conquistas sociales.
En todo el mundo capitalista, los derechos laborales,
sociales, económicos, políticos y de seguridad social son abolidos. Al mismo
tiempo los sistemas políticos se vuelven más reaccionarios, restringiendo las
libertades democráticas y civiles, especialmente los derechos sindicales. Las
reducciones, incluyendo grandes recortes en el sector público están teniendo un
impacto devastador en los trabajadores, especialmente en las mujeres
trabajadoras. También hay intentos de desviar el descontento e inseguridad
popular hacia la demagogia reaccionaria, el racismo y la xenofobia, así como a
legitimar fuerzas fascistas. Estas son expresiones de tendencias
antidemocráticas y autoritarias también marcadas por el escalamiento de los
ataques y campañas anticomunistas en muchos países del mundo. En África, Asia y
América Latina atestiguamos la imposición a nuestros pueblos de nuevos mecanismos
de opresión nacional y clasista, por medios económicos, financieros, políticos
y militares así como el despliegue de un ejército de ONG’s pro imperialistas.
Sin embargo, para las masas populares, en particular
de África, Asia y América Latina, es importante recordar que, aún antes de la
actual crisis económica global, la vida bajo el capitalismo era una continua
crisis, una lucha diaria por la mera supervivencia. Incluso antes de la actual
crisis global, mil millones de personas vivían en pocilgas escuálidas, y la
mitad de la población mundial sobrevivía con menos de USD$2 por día. Con la
crisis estas realidades se han agravado masivamente.
La mayor parte de estos pobres urbanos y rurales,
junto con familiares que trabajan como emigrantes vulnerables en países
extranjeros, son las víctimas desplazadas del desarrollo agrario capitalista
acelerado en proceso en África, Asia y Latino América. El capitalismo global,
encabezado por las grandes corporaciones del sector agroindustrial, ha
declarado la guerra a casi la mitad de la humanidad - tres mil millones de
campesinos que quedan en África, Asia y Latino América.
Al mismo tiempo se establecen barreras inhumanas
contra inmigrantes y refugiados. Hay un siempre creciente aumento de barrios
bajos urbanos y medio urbanos poblados por masas marginadas desesperadas
típicamente implicadas en una variedad de actividades para la supervivencia. La
acelerada transformación agraria capitalista en países con un nivel más bajo de
desarrollo capitalista tiene implicaciones genocidas.
LA IMPORTANCIA DE LAS LUCHAS DE
RESISTENCIA DE LA CLASE TRABAJADORA Y LAS FUERZAS POPULARES
Alrededor del mundo, los intentos del capital por
cargar el peso de la crisis sobre los trabajadores y los pobres se enfrenta con
la resistencia popular y de la clase trabajadora.
En los últimos años el asalto anti popular contra los
derechos laborales, la seguridad social y los salarios provocaron una escalada
de luchas populares en particular en Europa.
La agresión imperialista en el Medio Oriente, Asia y
Latino América continúa enfrentando la decidida resistencia popular.
En África y América Latina, fuerzas antiimperialistas,
sindicatos, y movimientos sociales han escalado sus luchas por los derechos
populares y contra el saqueo de las multinacionales. Estas luchas han, en
algunos casos, llevado a la aparición de gobiernos progresistas, gobiernos
nacionalistas populares que se declaran programáticamente por la soberanía
nacional, los derechos sociales, el desarrollo y por la protección de sus recursos
y biodiversidad naturales, dando impulso renovado a la lucha antiimperialista.
En la actual realidad, es un imperativo histórico que
como Partidos Comunistas y Obreros participemos, para fortalecer y transformar
estas batallas defensivas populares a luchas ofensivas por la adquisición de
derechos obreros y populares más amplios y la abolición del capitalismo.
Al avanzar esta agenda estratégica, los comunistas
hacemos hincapié en la importancia que la organización de la clase trabajadora,
y el desarrollo de las luchas del movimiento obrero en una dirección clasista,
tienen en la lucha por la adquisición de poder político para los trabajadores y
sus aliados.
Dentro del marco de esta lucha le concedemos
particular importancia a:
* La defensa, consolidación y avance de la soberanía
nacional popular.
* La profundización de las alianzas sociales.
* El fortalecimiento del frente antiimperialista por
la paz, el derecho a un trabajo estable de tiempo completo, derechos laborales
y sociales tales como una educación y salud gratuitas.
LA DEFENSA, CONSOLIDACIÓN Y AVANCE DE
LA SOBERANÍA POPULAR
Ante la agresión intensificada del capital
trasnacional, la lucha contra la ocupación imperialista de países, contra la
dependencia económica y política y para defender la soberanía popular ha
llegado a ser cada vez más sobresaliente. En estas luchas es importante para
los comunistas integrar estas luchas con la lucha para la emancipación social y
de clase.
Los comunistas, al luchar contra el imperialismo,
luchamos por relaciones internacionales equitativas entre los estados y los
pueblos sobre la base del beneficio mutuo.
La defensa, consolidación y avance de la soberanía
popular son de importancia particular en África y para otros pueblos que han
experimentado décadas e incluso siglos de opresión colonial y semicolonial.
2010 marca el 50 aniversario del comienzo de la descolonización formal de
África. Más por todas partes, incluyendo en la diáspora africana, el cruel
legado del tráfico de esclavos, del despojo y rapiña coloniales persiste. A
pesar de 50 años de descolonización formal, por todas partes la intervención
imperialista se refuerza, la dominación de los monopolios es reforzada con
ayuda del capital doméstico. La lucha contra ellos requiere el protagonismo y
la unidad activos de las masas populares, y de ampliar los derechos
democráticos populares.
PROFUNDIZAR LAS ALIANZAS SOCIALES
La persistencia de la crisis del capitalismo y su
respuesta anti civilización están creando las condiciones para construir
amplias alianzas sociales, antimonopolistas y antiimperialistas capaces de
ganar poder y promover cambios profundos, progresistas, radicales y
revolucionarios.
La unidad de la clase trabajadora es un factor
fundamental para asegurar la construcción de alianzas sociales efectivas con el
campesinado, la masa de pobres urbanos y rurales, las capas medias e
intelectuales. Se requiere prestar particular atención a las aspiraciones y
retos que confronta la juventud.
La cuestión de la tierra, reforma agraria y desarrollo
rural son cuestiones importantes para el desarrollo de la lucha popular en
países menos desarrollados. Estas están inextricablemente unidas a la soberanía
y seguridad alimentaria, vivienda sustentable, la defensa de la biodiversidad,
la protección de los recursos naturales, y la lucha contra los monopolios
agroindustriales y sus agentes locales.
En estas luchas, las aspiraciones legítimas y
progresistas de los pueblos indígenas en defensa de sus culturas, lenguajes y
ambientes tienen un rol importante.
EL PAPEL DE LOS COMUNISTAS EN EL
FORTALECIMIENTO DEL FRENTE ANTI IMPERIALISTA POR LA PAZ, LA SUSTENTABILIDAD
AMBIENTAL, EL PROGRESO Y EL SOCIALISMO
La crisis del imperialismo y su contraofensiva llevan
a la ampliación y diversificación de las fuerzas que asumen objetivamente una
posición patriótica y antiimperialista. Por todas partes, en nuestras diversas
realidades nacionales, los comunistas tenemos una responsabilidad para ampliar
y reforzar el frente político y social antiimperialista, las luchas para la
paz, la sustentabilidad ambiental, el progreso, e integrarlos en el combate por
el socialismo. El papel independiente de los comunistas y el fortalecimiento de
los Partidos Comunistas y Obreros es esencial para asegurar una perspectiva
antiimperialista coherente de movimientos y frentes más amplios.
Atención especial debe darse a la relación existente
entre las varias luchas de resistencia y la ofensiva ideológica necesaria para
la visibilidad de la alternativa socialista y a la defensa y desarrollo del
socialismo científico. La lucha ideológica del movimiento comunista es de
importancia esencial para repeler el anticomunismo contemporáneo, para
confrontar la ideología burguesa, las teorías anticientíficas y las corrientes
oportunistas que rechazan la lucha de clases, y combatir el papel de las
fuerzas socialdemócratas que defienden y aplican políticas antipopulares y
proimperialistas apoyando la estrategia de capital. Tenemos un papel clave que
jugar en el trazo de los lazos críticos en la teoría y sobre todo en la práctica
entre los diferentes escenarios de lucha popular en el desarrollo de la
solidaridad de clase internacionalista.
Estamos viviendo una época histórica en la cual la
transición del capitalismo al socialismo se ha vuelto un imperativo de la
civilización. La completa crisis del capitalismo resalta una vez más la
naturaleza inseparable de las tareas de la liberación nacional y social, y la
emancipación nacional y clasista.
Frente a la profundización de la crisis capitalista,
la experiencia de la construcción socialista demuestra las condiciones de
superioridad del socialismo.
El fortalecimiento de la cooperación entre Partidos
Comunistas y Obreros y el fortalecimiento del frente antiimperialista, debe
marchar codo con codo.
Nosotros, los Partidos Comunistas y Obreros que nos
reunimos en Tshwane, en una situación marcada por la arremetida contra los
trabajadores y las fuerzas populares, pero también con muchas posibilidades
para el desarrollo de la lucha, expresamos nuestra profunda solidaridad con los
trabajadores y pueblos en sus intensas luchas, reiterando nuestra determinación
de actuar y luchar codo con codo con las masas trabajadoras, jóvenes, mujeres y
todos los sectores populares que son víctimas de la explotación y opresión
capitalista.
Reafirmamos nuestro llamado a la más amplia gama de
fuerzas populares para unirse con nosotros en una lucha común por el socialismo
que es la única alternativa para el futuro de la humanidad.
Señalamos los siguientes ejes principales para el
desarrollo de nuestras acciones conjuntas y convergentes:
1. Con la
profundización de la crisis, nos enfocaremos al desarrollo de las luchas
obreras y populares por los derechos laborales y sociales, el fortalecimiento
del movimiento sindical y su orientación clasista; la promoción de una alianza
social con los campesinos y otras capas populares. Le daremos especial atención
a los problemas de las mujeres y los jóvenes que se encuentran entre las
primeras víctimas de la crisis capitalista.
2. Frente a la
múltiple agresión imperialista y la agudización de las rivalidades
interimperialistas, intensificaremos la lucha antiimperialista por la paz,
contra las guerras imperialistas y la ocupación, contra la peligrosa “nueva”
estrategia y bases militares extranjeras de la OTAN, por la abolición de todas
las armas nucleares. Extenderemos una activa solidaridad internacionalista con
todos los pueblos y movimientos que confrontan y resisten la opresión, amenazas
y agresión imperialistas.
3. Lucharemos de
manera resuelta contra el anticomunismo, leyes, medidas y persecución anti
comunistas, demandaremos la legalización de los PCs donde estén ilegalizados.
Defenderemos la historia del movimiento comunista, la contribución del
socialismo en el avance de la civilización humana.
4. Afirmamos
nuestra solidaridad con las fuerzas y pueblos que han iniciado y luchan por la
construcción socialista. Reafirmamos nuestra solidaridad con el pueblo cubano y
su revolución socialista, continuaremos oponiéndonos vigorosamente al bloqueo y
a apoyar la campaña internacional por la libertad de los Cinco Cubanos.
5. Contribuiremos,
en el contexto específico de nuestras realidades nacionales, a reforzar las
organizaciones anti imperialistas de masas como la FSM, CMP, FMJD, FDIM.
Particularmente damos la bienvenida y saludamos el 17° Festival Mundial de las
Juventudes Democráticas que se llevará a cabo en Sudáfrica del 13-21 de
Diciembre del 2010.
--
¡Proletarios de todos los países, uníos!
Partido Comunista de México
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