Por: Eva Golinger
El gobierno de Estados Unidos financia medios de comunicación y periodistas alrededor del mundo para que promueven su agenda, al mismo tiempo que persigue y censura aquellos que critican sus políticas.
7 de diciembre de 2010.-En una “coincidencia” llena de “ironías”, Washington fue escogido este martes como anfitrión del Día Mundial de la Libertad de Prensa de UNESCO en 2011, mientras que su gobierno aumentaba las prohibiciones contra los empleados públicos para acceder a los documentos publicados por Wikileaks, presionaba al New York Times para no publicar información que “perjudicaba” al gobierno y aplaudía la “detención” del fundador de la página, Julian Assange.
Durante la rueda de prensa del Departamento de Estado del martes 7 de diciembre, el vocero Philip Crowley anunció con “gusto” que Washington había sido seleccionado por UNESCO para ser sede del Día Mundial de la Libertad de Prensa, celebrado del próximo 1 al 3 de mayo en 2011. “Los Estados Unidos coloca a la tecnología y la innovación al frente de sus esfuerzos de la diplomacia y el desarrollo. Los nuevos medios han dado poder a los ciudadanos alrededor del mundo para informar sobre sus circunstancias, expresar sus opiniones sobre eventos mundiales e intercambiar información en ambientes a veces hostíles al ejercicio de la libertad de expresión. Al mismo tiempo, estamos preocupados sobre la determinación de algunos gobiernos para censorar o silenciar individuos y para restringir el flujo libre de la información”.
El cinicísmo de ésta declaración no se puede subestimar. Durante los últimos días, las presiones del Departamento de Estado contra la página Wikileaks han logrado congelar sus cuentas bancarias alrededor del mundo, cortar su servicio tecnológico en Estados Unidos, suspender cualquier transacción o donación a Wikileaks a través de las tarjetas de crédito de MasterCard y Visa, y hasta han alcanzado la detención del fundador de la página, Julian Assange.
El gobierno de Estados Unidos también emitió un decreto prohibiendo la lectura de los documentos a todos los empleados públicos y las fuerzas armadas estadounidenses. También, escuelas y universidades públicas están censorando el debate sobre lo que revelan los documentos publicados por Wikileaks, y universidades privadas cercanas al Departamento de Estado, como la Universidad Columbia, han prohibiendo cualquier debate o conversación sobre los documentos de Wikileaks dentro de sus instalaciones.
Congresistas y senadores estadounidenses han anunciado que Julian Assange debe ser enjuiciado por traición y espionaje, a pesar de no ser ciudadano estadounidense sujeto a la jurisdicción de Washington. Y este martes, el Fiscal General de Estados Unidos anunció que su gobierno esta buscando por todas las vías “legales” como enjuiciar a Assange y sus colaboradores por la “máxima pena posible”.
Pero, Estados Unidos no solamente censura a la prensa, los medios y el acceso a la libertad de información y pensamiento dentro de su territorio, también financia y dirige medios de comunicación, periodistas e individuos en distintos países del mundo que sirven como sus “fuentes” e “informantes” principales para promover su agenda política a nivel internacional.
¿INFORMACIÓN CONFIABLE?
Los documentos publicados por Wikileaks emitidos desde la Embajada de Estados Unidos en Caracas - todos criticando al gobierno del Presidente Hugo Chávez o presentando información “escandalosa” – citan como fuentes a medios privados como El Universal y el Nacional, conocidos por sus posturas contra el gobierno de Chávez, o a dirigentes de la oposición, como el fugitivo de la justica Manuel Rosales. También usan “fuentes” parcializadas como el empresario multimillonario Jaime Pérez Branger, miembros de partidos de la oposición, como Pedro Pablo Alcantara, Alfredo Coronil y Carlos Casanova de Acción Democrática, militares anti-chavistas y periodistas de los medios opositores.
En los mismos cables secretos de la Embajada en Caracas, los autores califican a sus “fuentes” como débiles, utilizando frases como “Reportajes anecdóticos sugieren…”, “Informes menos confiables revelan…” y “Reportajes sensibles no confirmados indican…”
No obstante, documentos oficiales de las agencias de Washington, como la Agencia Internacional del Desarrollo de Estados Unidos (USAID), la National Endowment for Democracy (NED) y del mismo Departamento de Estado revelan que Estados Unidos mismo financia a estos medios, partidos y grupos para promover sus intereses en Venezuela.
Un informe publicado por la NED este martes 7 de diciembre (US Government Funding for Media Development, 07/12/2010) destaca como el gobierno de Washington financia “el desarrollo de los medios” en Venezuela.
A través del Centro para la Asistencia Internacional a los Medios (CIMA), un proyecto de la NED y el Departamento de Estado para “fortalecer el apoyo, la visibilidad y la efectividad de los medios” en países de importancia estratégica para Washington, casi dos millones de dólares han sido canalizados este año a medios privados y periodistas en Venezuela para promover la “libertad de los medios y la información”.
En otros documentos desclasificados del Departamento de Estado, la USAID, la NED y la Fundación Panamericana para el Desarrollo (Fupad), una agencia de Washington, se evidenció el financiamiento multimillonario directamente a organizaciones mediáticas en Venezuela como Espacio Público, Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS), y medios como Globovisión, El Universal, El Nacional y RCTV, entre otros.
Luego, estos mismos medios y periodistas que reciben los fondos y lineamientos de Washington, son citados como las principales “fuentes” en los informes que envían desde la Embajada de Estados Unidos en Caracas, proponiendo acciones y políticas contra el gobierno venezolano.
El gobierno de Estados Unidos financia medios de comunicación y periodistas alrededor del mundo para que promueven su agenda, al mismo tiempo que persigue y censura aquellos que critican sus políticas.
7 de diciembre de 2010.-En una “coincidencia” llena de “ironías”, Washington fue escogido este martes como anfitrión del Día Mundial de la Libertad de Prensa de UNESCO en 2011, mientras que su gobierno aumentaba las prohibiciones contra los empleados públicos para acceder a los documentos publicados por Wikileaks, presionaba al New York Times para no publicar información que “perjudicaba” al gobierno y aplaudía la “detención” del fundador de la página, Julian Assange.
Durante la rueda de prensa del Departamento de Estado del martes 7 de diciembre, el vocero Philip Crowley anunció con “gusto” que Washington había sido seleccionado por UNESCO para ser sede del Día Mundial de la Libertad de Prensa, celebrado del próximo 1 al 3 de mayo en 2011. “Los Estados Unidos coloca a la tecnología y la innovación al frente de sus esfuerzos de la diplomacia y el desarrollo. Los nuevos medios han dado poder a los ciudadanos alrededor del mundo para informar sobre sus circunstancias, expresar sus opiniones sobre eventos mundiales e intercambiar información en ambientes a veces hostíles al ejercicio de la libertad de expresión. Al mismo tiempo, estamos preocupados sobre la determinación de algunos gobiernos para censorar o silenciar individuos y para restringir el flujo libre de la información”.
El cinicísmo de ésta declaración no se puede subestimar. Durante los últimos días, las presiones del Departamento de Estado contra la página Wikileaks han logrado congelar sus cuentas bancarias alrededor del mundo, cortar su servicio tecnológico en Estados Unidos, suspender cualquier transacción o donación a Wikileaks a través de las tarjetas de crédito de MasterCard y Visa, y hasta han alcanzado la detención del fundador de la página, Julian Assange.
El gobierno de Estados Unidos también emitió un decreto prohibiendo la lectura de los documentos a todos los empleados públicos y las fuerzas armadas estadounidenses. También, escuelas y universidades públicas están censorando el debate sobre lo que revelan los documentos publicados por Wikileaks, y universidades privadas cercanas al Departamento de Estado, como la Universidad Columbia, han prohibiendo cualquier debate o conversación sobre los documentos de Wikileaks dentro de sus instalaciones.
Congresistas y senadores estadounidenses han anunciado que Julian Assange debe ser enjuiciado por traición y espionaje, a pesar de no ser ciudadano estadounidense sujeto a la jurisdicción de Washington. Y este martes, el Fiscal General de Estados Unidos anunció que su gobierno esta buscando por todas las vías “legales” como enjuiciar a Assange y sus colaboradores por la “máxima pena posible”.
Pero, Estados Unidos no solamente censura a la prensa, los medios y el acceso a la libertad de información y pensamiento dentro de su territorio, también financia y dirige medios de comunicación, periodistas e individuos en distintos países del mundo que sirven como sus “fuentes” e “informantes” principales para promover su agenda política a nivel internacional.
¿INFORMACIÓN CONFIABLE?
Los documentos publicados por Wikileaks emitidos desde la Embajada de Estados Unidos en Caracas - todos criticando al gobierno del Presidente Hugo Chávez o presentando información “escandalosa” – citan como fuentes a medios privados como El Universal y el Nacional, conocidos por sus posturas contra el gobierno de Chávez, o a dirigentes de la oposición, como el fugitivo de la justica Manuel Rosales. También usan “fuentes” parcializadas como el empresario multimillonario Jaime Pérez Branger, miembros de partidos de la oposición, como Pedro Pablo Alcantara, Alfredo Coronil y Carlos Casanova de Acción Democrática, militares anti-chavistas y periodistas de los medios opositores.
En los mismos cables secretos de la Embajada en Caracas, los autores califican a sus “fuentes” como débiles, utilizando frases como “Reportajes anecdóticos sugieren…”, “Informes menos confiables revelan…” y “Reportajes sensibles no confirmados indican…”
No obstante, documentos oficiales de las agencias de Washington, como la Agencia Internacional del Desarrollo de Estados Unidos (USAID), la National Endowment for Democracy (NED) y del mismo Departamento de Estado revelan que Estados Unidos mismo financia a estos medios, partidos y grupos para promover sus intereses en Venezuela.
Un informe publicado por la NED este martes 7 de diciembre (US Government Funding for Media Development, 07/12/2010) destaca como el gobierno de Washington financia “el desarrollo de los medios” en Venezuela.
A través del Centro para la Asistencia Internacional a los Medios (CIMA), un proyecto de la NED y el Departamento de Estado para “fortalecer el apoyo, la visibilidad y la efectividad de los medios” en países de importancia estratégica para Washington, casi dos millones de dólares han sido canalizados este año a medios privados y periodistas en Venezuela para promover la “libertad de los medios y la información”.
En otros documentos desclasificados del Departamento de Estado, la USAID, la NED y la Fundación Panamericana para el Desarrollo (Fupad), una agencia de Washington, se evidenció el financiamiento multimillonario directamente a organizaciones mediáticas en Venezuela como Espacio Público, Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS), y medios como Globovisión, El Universal, El Nacional y RCTV, entre otros.
Luego, estos mismos medios y periodistas que reciben los fondos y lineamientos de Washington, son citados como las principales “fuentes” en los informes que envían desde la Embajada de Estados Unidos en Caracas, proponiendo acciones y políticas contra el gobierno venezolano.
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