Hace 32 años, siendo adolescentes aún varios muchachos del barrio, oíamos en la noche del miércoles 18 de julio de 1979 por Patrullaje Informativo, programa de noticias propiedad del consorcio radial Emisoras Unidas, como los sandinistas combatían encarnizadamente contra la Guardia Somocista por los últimos baluartes de la capital nicaragüense Managua donde sus soldados resistían acorralados.
La transmisión se tonaba emocionante y en nuestras cabezas mozuelas se agolpaba la sangre imaginando como los gloriosos combatientes del Frente Sandinista de Liberación Nacional –FSLN- arrollaban imbatibles a las hordas del pasado tirano.
Los corresponsales de guerra enviados a Nicaragua transmitían también eufóricos los últimos instantes de la guardia pretoriana que ya sin el mando de Somoza sino de su comodín Urcuyo, intuían que, al igual que nosotros, los que simpatizábamos con el Frente, una vieja era terminaba para ellos y nueva se abría para los pueblos aglutinados en la zona de Centroamérica y el Caribe.
El 19 de julio hacen pues su entrada triunfante, luego de haber vencido a la última resistencia de la dictadura, los guerrilleros populares conducidos por el FSLN a la capital Managua.
Ese proceso de liberación nacional imprimió a los de la segunda independencia americana un espaldarazo contra el yugo gringo y renovadas esperanzas. Sin embargo, luego vendrían los aciagos años para el pueblo nica de la contrarrevolución que sometería a crueles sufrimientos a los sectores más pobres y vulnerables del país. Con el fantasma de la guerra acosándolo por todos lados, el pueblo nicaragüense se vio empujado a elegir candidatos de la burguesía nacional que lo sumieron de nuevo en la miseria y hastío.
No obstante, a pesar de ese ínterin de gobiernos lacayos del Imperio con la UNO de Violeta Chamorro y los liberales de Arnoldo Alemán y Bolaños en la dirección del país y sufrir el fraccionamiento interno en sus filas por parte de la pequeña burguesía alojada en su interior, 17 años, el pueblo volvió a confiar en el Frente Sandinista a quien volvió a instalar en el poder y a enrumbar su destino por sendas más democráticas y populares. Claro con un escenario diferente. Más democrático pero con claras y veladas amenazas de parte del Imperio y sus secuaces en el área. Con la espada de la guerra que siempre penden sobre nuestras cabezas pero con sobradas razones para seguir luchando.
Con sus luces y sombras, con sus tinos y errores, realmente esperamos que la propuesta revolucionaria nicaragüense siga con empuje para que esa pequeña luz que se atrevió a iluminar la cintura del istmo siga alumbrando el camino de su pueblo y de los demás pueblos de Nuestra América.
Un saludo fervoroso y combativo desde esta tierra de mujeres y hombres luchadores y honrados al pueblo nicaragüense en el 32 aniversario en que su Revolución Sandinista triunfó sobre las huestes de uno de los dictadores más feroces, genuflexos y sangrientos que ha tenido este continente.
Porque, nada volverá a ser lo que fue.
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
Colectivo de Acción y Reflexión Política
“La Gotera”
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