Aunque supongo que la policía científica no estará muy contenta, por lo irreal de las investigaciones, la serie de TV estadounidense Crime Scene Investigation o CSI
sobre científicos forenses se ha hecho muy popular. Tecnología de pura
ciencia ficción mezclada con originales métodos de investigación y
acompañado de un fanático de la entomología, Gil Grissom, que utiliza a los insectos para resolver casos. Y como aquí hemos dicho en muchas ocasiones… nada nuevo bajo el sol.
Si nos trasladamos al siglo XIII en China encontraremos el primer
caso en el que se utilizó la entomología forense para resolver un caso
de asesinato. En 1235 el chino Sung Tz’u (no confundir con Sun Tzu, el general, estratega militar, filósofo y autor del libro “El arte de la guerra“) escribió el libro “The Washing Away of Wrongs: Forensic Medicine in Thirteenth-Century”
(El lavado de los agravios: Medicina Forense en el siglo XIII) sobre
investigaciones forenses (cómo examinar el cuerpo y la escena del
crimen, determinar causas de la muerte…) y en el que se detalla el
primer caso de entomología forense aplicada para resolver un caso:
Un buen día apareció un campesino muerto en un arrozal y, como suele ocurrir en estos casos, nadie sabía nada. Cuando el magistrado local comprobó el cuerpo pudo determinar que el arma homicida había sido una hoz como las que utilizaban para recolectar el arroz. Reunió a todos los campesinos del pueblo, los puso en fila y les ordenó que todos pusiesen en el suelo y junto a ellos su hoz. Al cabo de un rato, señaló a uno de los campesinos como culpable del crimen… sobre su hoz estaban revoloteando las moscas. Aunque las hoces estaban todas limpias, las moscas se sintieron atraídas por los restos de sangre que ya sabemos, por la serie, que es muy difícil de limpiar.
Imagen: Alarmas
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