Matanzas despiadadas que
nunca deben ser mencionadas ni investigadas. Como aquella en que murió Martín
Caballero con 19 de los suyos.
Por Gabriel Ángel, FARC-EP
Más generales norteamericanos
llegan al país a tomar las riendas de las operaciones militares, pese a que
Santos debe tener conocimiento de su estruendoso fracaso en Irak y Afganistán.
Una señal más de por dónde marchan sus pensamientos. Igual sucede con su
incondicional apoyo a la exigencia uribista de reforzar el fuero militar porque
los pobrecitos militares están cercados.
Cabe detenernos un tanto al
respecto. Aunque chillen y pataleen los neonazis que defienden esa tesis. Eso
de que la moral de los militares colombianos anda por el suelo a raíz de
la ofensiva jurídica inspirada por la insurgencia, eso de que las operaciones
andan frenadas por el temor a las consecuencias judiciales, constituye la
mentira más grande que Santos haya decidido reforzar.
Que cerca de 5000 miembros de
las fuerzas armadas se hallen procesados por espantosas violaciones a los derechos
humanos, en un régimen político y judicial confeccionado a la medida para la
impunidad de sus arbitrariedades, lo único que pone de presente es el
gigantesco e inocultable tamaño de las mismas, de las que sólo un ridículo
porcentaje logra salir a flote.
EL PAÍS Y EL MUNDO no alcanzan a imaginarse el tamaño de los
crímenes que se cumplen por cuenta de las fuerzas militares y policiales de
Colombia, en desarrollo de la embestida que se cumple en campos y ciudades.
Pese a que todo se oculta bajo el manto de la propaganda,la realidad indica que
las fuerzas armadas son una máquina de matar y triturar sin piedad colombianos.
Baste con mirar un solo
ejemplo de los miles de casos que ni siquiera merecen una indagación preliminar
de las autoridades judiciales o administrativas colombianas. La muerte de
Martín Caballero y 19 guerrilleros más el 24 de octubre de 2007. Un hecho que
se presentó y aplaudió como una hazaña. Pero que en realidad fue una cobarde
carnicería propia de desalmados.
Según oficio número 264
MDN-CE-FUCAD-BRIM12-B2, de fecha 26 de Octubre de 2007, con nota de recibo del
mismo día a las 12 horas, firmado por el capitán David Navia Salvador, la
inteligencia militar puso a disposición de la Fiscalía Seccional del Carmen de
Bolívar un armamento, unos detenidos y unos cadáveres resultantes de combates
cumplidos dos días atrás.
El oficio, documento elaborado
por un funcionario público en ejercicio de sus funciones, describe así los
hechos:
“Con base en información de
inteligencia se logró establecer la presencia de un grupo de sujetos
pertenecientes a las ONT FARC, en el área general del sector de Aceituno,
Municipio del Carmen de Bolívar, Bolívar. Para tal fin se planeó la inserción
del personal militar al sitio referenciado y el día 24 de octubre, la compañía
C del Batallón de Contraguerrillas No. 110 logra capturar en flagrancia a los
sujetos Fidel Antonio Sanabria Sierra alias Jorge o Peligro, C.C. 9.161.843 Río
Viejo (Bolívar) de 39 años de edad, sujeto Zaitch Prado Peñalosa CC 84.006.703
alias John Wilder de 37 años de edad, sujeto Nini Cárdenas Moreno Alias
Carmenza de 27 años de edad, los cuales opusieron resistencia armada a la orden
de alto de las tropas, por lo que resultaron heridos, recibieron los primeros
auxilios y fueron atendidos por los médicos militares, debiendo ser trasladados
al Hospital del Municipio del Carmen de Bolívar, debido a la naturaleza de sus
heridas.
“En la misma operación
resultaron muertos veinte (20) integrantes de la ONT FARC quienes opusieron
resistencia armada a la voz de alto de las tropas y al detectar la presencia de
las mismas procedieron a atacarlas provocando un enfrentamiento armado con los
resultados ya mencionados, son ellos”… (En seguida viene la lista que encabeza
Martín Caballero).
POR OTRA PARTE, CON LA MISMA FECHA, en el informe número
939-UPJ-DSCTI-CDB dirigido a la FISCALÍA SECCIONAL 22 (TURNO), con referencia
MT 938 (Libro 21 Folio 274) subtitulada Inspección al lugar de los
hechos, bajo la firma de Francisco Roenes Gale Jefe Unidad Policía Judicial, en
el que se contempla como objeto de la misión “Efectuar Inspección al lugar de
los hechos donde resultara muerto alias MARTÍN CABALLERO y 19 integrantes más
de las FARC”, se describe en uno de su párrafos lo siguiente:
“Una vez en el lugar de los
hechos se pudo constatar que se trata de una zona selvática, en donde se veían
rastros al parecer de explosiones y destrucción parcial del manto boscoso. El
sitio estaba custodiado por personal militar. Allí se observaron cráteres en el
suelo, arbustos partidos y en el suelo se observó una gran cantidad de
vainillas de diversos calibres. Igualmente se observaron fragmentos de metal
retorcido esparcidos en un área aproximada de 40 metros cuadrados. Alrededor de
esa área se encontraron 20 cuerpos humanos sin vida, los cuales presentaban
múltiples lesiones en diversas partes del cuerpo. De igual manera se pudo ver
que la mayoría de los occisos vestían prendas de uso privativo de las Fuerzas
Militares y tenían a su alrededor o incluso en contacto con su cuerpo armas largas
y material de intendencia”.
Por otra parte en los folios
102 y siguientes del expediente judicial abierto por la Fiscalía Décima
Especializada, a cargo de Iván Aguirre Benavides, se puede leer la diligencia
de indagatoria recibida a partir de las 18:27 horas del 27 de
octubre de 2007, en el Hospital Universitario del Caribe, de la ciudad de
Cartagena, al sindicado Zaith Prado Peñaloza, uno de los tres capturados según
el oficio del Capitán del B2 citado arriba. De allí extracto algunos dicientes
apartes:
“Nosotros estábamos en el
campamento, la unidad de MARTIN CABALLERO, comandante del 37 Frente… nos íbamos
a reunir un total de 30 unidades, para hacer resumen de noticias… a las seis y
media comenzamos a reunirnos en el dormitorio de Caballero… cuando venía una
avioneta entonces Caballero dijo ojo con la aérea… en ese momento se sintió la
avioneta atravesando el campamento, nosotros dijimos pilas la aérea, y corrimos
a los fusiles y ya cuando vimos fue el reguero de gente de muertos y heridos y
el campamento destrozado, detrás de la avioneta venían los aviones de la fuerza
aérea y bombardearon… hubieron unidades que murieron instantáneamente por el
impacto y las esquirlas y otros quedamos heridos por las esquirlas incluyendo
el comandante, de ahí nosotros tratamos, hubo unas unidades que quedaron ilesas
y otros trataron de sacar a Caballero y lo sacaron hasta el medio del
campamento y lo dejaron hasta ahí y se retiraron porque llegó la flotilla de
helicópteros y la gente se retiró y dejaron a los heridos, incluyendo a los dos
comandantes que estaban vivos… ya de ahí en adelante llegó la tropa, y nosotros
le preguntamos a Caballero que qué hacíamos… el armamento estaba destrozado, y
él nos dijo bueno muchachos aquí no hay más de otra, entreguémonos… entonces ya
ellos comenzaron a decirnos que saliéramos y nosotros les decíamos que nos
dieran más tiempo, que no podíamos salir porque teníamos las piernas partidas y
no podíamos caminar, ellos nos exigían que entregáramos a Caballero y el mismo
Caballero decía que él se iba a entregar y que no fueran a proceder contra
nosotros, pero que tuvieran en cuenta que él tenía las dos piernas partidas y
el brazo izquierdo… todos quedamos desarmados porque la bomba nos quitó los
fierros… la tropa empezó a gritarnos que saliéramos que no fuéramos a intentar
nada porque nos mataban… yo le dije a la muchacha que estaba al lado mío que
era la compañera de Caballero, se llamaba Mariluz, yo le dije, Mari, sal que
los manes no te van a matar… y Caballero le dijo también que saliera, ella
tenía los pies partidos y salió arrastrándose… ella les dijo que había
más heridos incluso Caballero y Jorge estaban heridos y ellos empezaron a decir
que saliéramos y empezamos a salir, salió RENTERÍA, YENNIS, NUBIA, CARMENZA,
JORGE y mi persona, cuando FABIO iba a mitad del camino, y por desespero de
ellos nosotros le gritamos que les dieran más tiempo a la gente que venía…
Caballero les gritaba que fueran por él porque estaba desarmado con las piernas
partidas y esquirlas en el cuerpo, y ellos dijeron que es muy berraco entrar
así y encerraron eso a plomo, ese sector y terminaron de matar a los muchachos,
a HECTOR, a FABIO, a JESÚS, a CRISTINA, eso fue lo que yo alcancé a ver a la
distancia y a Caballero lo terminaron de matar, y nosotros le decíamos que no
lo fueran a rematar, ya después de eso los que salimos, los que nos entregamos,
nos amontonaron ahí a Jorge a mi persona, a Rentería, a Luz, a Yenni, a
Carmenza, a Nubia, las muchachas no aguantaron el golpe de la onda expansiva y
las heridas y Rentería murió como a las 11, yo los llamaba y les preguntaba
cómo estaban y Rentería me dijo que tenía las piernas partidas y que se sentía
débil, y a las once no contestó más y uno de los soldados alumbró y dijo este
se fue, anterior a Rentería había muerto Nubia y después de Rentería murió la
mujer de Caballero Mariluz, y ya a lo último a las 3 o 3 y media de la mañana
murió Yenni, y nada más quedamos los tres Carmenza, Jorge y mi persona,
entonces yo al ver que iban muriendo uno por uno yo no dejé de llamarlos a
ellos dos y le preguntaba a los muchachos del ejército si habían más y dijeron
que todos los que estaban adentro ya estaban muertos…”
TODO EL ESTABLECIMIENTO CELEBRÓ con júbilo las muertes reseñadas.
Los miembros de las compañías del Ejército que ejecutaron la miserable matanza
fueron elevados a la categoría de héroes de la patria y objeto de crónicas y
aplausos. Por haber asesinado o dejado morir desangrados a un alto número de
guerrilleros que se rindieron y entregaron a la tropa tras el bombardeo.
Hasta los cadáveres
cuidadosamente acomodados fueron expuestos con las armas sobre ellos. Fiscalía,
jueces y ministerio público prefirieron callar prudentemente acerca de la
falsedad que saltaba a la vista. Nadie se tomó la molestia de abrir una causa
por la muerte de los guerrilleros. Y ese Ejército es el mismo que berrea hoy
por el cerco judicial contra él. Debiera sentir vergüenza.
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