PSOCA
¡Ni el FMLN, ni ARENA, ni UNIDAD representan a los trabajadores: llamamos a votar nulo!
Hace cuatros años, el año 2009, la mayoría de los trabajadores y el pueblo salvadoreño depositaron su confianza en el partido Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), poniendo fin a más de 20 años de continuidad del partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) en el gobierno.
Crisis capitalista e ilusiones democráticas
Con
el triunfo electoral del FMLN se fortaleció un periodo de grandes
ilusiones democráticas de las masas trabajadoras, que creyeron que bajo
el nuevo gobierno encabezado por Mauricio Funes la situación económica y
social podría mejorar.
El
ascenso del FMLN al gobierno coincidió con el estallido de la más grave
crisis del sistema capitalista en el último siglo, con las consabidas
secuelas de desempleo, bajos salarios e inseguridad laboral para los
trabajadores y el pueblo.
Pero
el gobierno del FMLN, lejos de apoyarse en la movilización obrera y
popular para desmantelar el aparato del Estado burgués diseñado por
ARENA, consumar la revolución democrática y satisfacer las demandas
populares, se conformó con administrar las antidemocráticas
instituciones, cambiando únicamente a los titulares de las mismas. En
estos 4 años, el FMLN se negó rotundamente a luchar por la convocatoria
de una Asamblea Nacional Constituyente, que derogara la antidemocrática
Constitución de 1983, democratizara el sistema político y reorganizara
el país y el Estado en beneficio de las mayorías. El FMLN se convirtió
en el más ardiente defensor del sistema capitalista, maquillando los
aspectos más repulsivos del mismo.
El
aparato del Estado utilizado por ARENA quedó intacto, solo cambió de
timonel. En este proceso, el FMLN renunció abiertamente a su pasado
revolucionario, y compartió el poder político conquistado en las urnas,
con sectores de la burguesía emergente, en el llamado Gobierno de Unidad
Nacional.
Agravamiento de la crisis económica y fiscal
Al
inicio del gobierno del FMLN, se produjo una luna de miel entre éste y
diversos sectores de la burguesía, pero esta situación no duró mucho
tiempo porque el agravamiento de la crisis económica produjo nuevos
roces y contradicciones. La política económica del gobierno del FMLN ha
dejado insatisfechos, tanto a los empresarios como a los trabajadores.
En
estos cuatro años, el gobierno del FMLN ha aplicado planes de ajustes
neoliberales, cuyos efectos son amortiguados por programas de asistencia
social a los sectores más pobres (Paquete escolar, vaso de Leche), de
la misma manera que lo hacían los diferentes gobiernos de ARENA. Los
trabajadores, los empleados públicos, especialmente los sectores de
educación y salud, han tenido que soportar limitaciones al salario,
mientras el costo de la vida sube constantemente.
La
burguesía tradicional tampoco está contenta. En el 2009, la economía
salvadoreña registró una contracción del PIB del 3.1%. Volvió a crecer
el 1.4% en 2010, el 2% en 2011, el 1.6% en 2012 y el 1.9% en 2013.
Debido a que el país no logra recuperar el empuje económico, se han
originado fuertes roces con la burguesía tradicional, representada por
la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) que ha manejado un
discurso beligerante y agresivo contra el gobierno del FMLN. La
burguesía se queja amargamente que el gobierno del FMLN no ha logrado
mantener los ritmos de crecimiento económico de los años anteriores,
perdiendo espacio en el mercado regional centroamericano.
El
fracaso de la política económica del gobierno del FMLN se sintetiza en
la enorme crisis fiscal, que mantiene al Estado en bancarrota. La Universidad de El Salvador (UES)
sufre constantes crisis por falta de apoyo presupuestario. El gobierno
hace denodados intentos para arrebatar los beneficios laborales (bonos,
reajustes, etc.) de los trabajadores, conquistados en décadas
anteriores. Pero mientras esto sucede, todos los Diputados de los
diferentes partidos políticos se recetan jugosos beneficios económicos.
Conflicto inter burgués y lucha por cuotas de poder
Además
del estancamiento económico y de la enorme crisis económica y fiscal,
la decadencia del partido ARENA ha acentuado la pugna entre sectores de
la burguesía entre sí, y entre estos y el gobierno del FMLN.
Después
de las elecciones generales del 2009 y de las legislativas y
municipales del 2012, el partido ARENA no ha podido recuperar el
esplendor del periodo anterior. En los dos últimos años, la lucha
política no se concentró en ganar a la mayoría de las masas, sino en el
forcejeo por el control de las instituciones del Estado, especialmente
en la Corte Suprema de Justicia y la Corte de Cuentas. Este reacomodo de
los grupos de poder ha producido el desplazamiento de unos, y el
ascenso de otros.
La
lucha por el control del poder judicial se ha concentrado en la Sala
Constitucional. Este “asalto” de las instituciones por parte del FMLN,
preocupa a una parte del empresariado salvadoreño tradicional que
considera que su “democracia” está en riesgo. En esta lucha la Sala
Constitucional ha emitido ciertas sentencias, permitiendo las
candidaturas independientes, el desbloqueo de listas cerradas de
candidatos a diputados, la suspensión del cobro del FONAT, la
destitución del ministro Munguía Payes, etc., más que promover la real
democratización del sistema político, fueron maniobras defensivas de
ARENA para ganar la opinión publica dentro de la lucha por el control de
las instituciones del Estado.
Esta
lucha política en las alturas del poder, librada entre el FMLN y ARENA,
que representan a sectores emergentes y tradicionales de la burguesía
respectivamente no ha beneficiado en nada a las grandes mayorías.
El surgimiento de una nueva burguesía dentro del FMLN
Un
hecho trascendental en estos cuatro de años de gobierno del FMLN es el
surgimiento de un nuevo sector de empresarios, directamente vinculados a
este partido, que se han beneficiado de los fondos de la empresa ALBA
PETRÓLEOS, que opera con fondos de Venezuela.
Lo
que comenzó como un proyecto piloto de las alcaldías bajo control del
FMLN, ahora se ha convertido en un emporio económico (Alba alimentos,
financiera Tu Solidaria, etc.) que mantiene preocupados a otros sectores
de la burguesía, que se sienten desplazados en los negocios.
Parte
de estos fondos son utilizados en programas sociales, directamente
controlados por el FMLN (ALBA becas y otros), lo que le permite al FMLN,
como cualquier otro partido burgués, mantener una clientela política,
manipulando las necesidades materiales de los sectores más pobres. El
FMLN ya no maneja la concepción de movilizar al pueblo para que este
obtenga sus reivindicaciones, sino la de construir un gran aparato
económico y financiero que le permita mantener una masa de votantes
cautivos, que dependen de las migajas que caen de la mesa de la nueva
burguesía.
La violencia desangra al país
Son
muchos los problemas que aquejan a la clase trabajadora, pero la
violencia golpea a toda la sociedad. El Salvador pertenece, junto a
Guatemala y Honduras, a la zona más violenta del mundo: 49.5 homicidios
por cada 100,000 habitantes.
La
violencia, las pandillas o maras, son parte de un mismo fenómeno de
descomposición social, producto del fracaso de la revolución en
Centroamérica, donde decenas de miles de jóvenes, sin oportunidades de
estudio o empleo, son lanzados a la marginalidad social.
Aunque
el nivel de asesinatos ha descendido levemente desde la implementación
de la tregua con las pandillas en el año 2012, el gobierno del FMLN ha
resultado incapaz de formular una alternativa social a las decenas de
miles de personas que pertenecen a las maras o pandillas.
El FMLN y las luchas de los trabajadores
En
el último periodo han estallado luchas de los trabajadores, las que han
sido perseguidas por el gobierno del FMLN. Los médicos y trabajadores
del sector salud sufrieron el acoso de las autoridades. En su momento,
los gremios magisteriales también sufrieron la misma suerte.
Cuando
estallaban las luchas, producto del congelamiento de los salarios, el
presidente Funes y los ministros del FMLN, acusaron a los trabajadores
de estar siendo manipulados por la derecha arenera, cuando en realidad
las luchas estallaron por las duras condiciones de vida y de trabajo.
Independientemente
de la posición política o de la ideología de cada trabajador, el
gobierno del FMLN debe respetar la lucha de los trabajadores por mejorar
sus condiciones de vida.
Llamamos al voto nulo
El
FMLN dejó de ser, desde los Acuerdo de Paz de 1992, un partido
revolucionario para convertirse en un partido reformista, que resucitó
la ideología del desaparecido Partido Comunista Salvadoreño (PCS).
En estos últimos cuatro años, dentro del FMLN ha nacido un sector
burgués, que se ha enriquecido con el manejo de los fondos de ALBA
PETROLEOS.
En el año 2009, los grupos que hoy conforman el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA),
consciente de la necesidad de expulsar a ARENA del gobierno, y por el
hecho de no representar a sectores burgueses, llamamos a votar
críticamente por el FMLN.
Cuatro
de años de experiencia cotidiana bajo el gobierno del FMLN hacen la
diferencia. En esta campaña electoral la situación es absolutamente
distinta. El FMLN mantiene un discurso de izquierda, pero para manipular
a sus bases. Utiliza las tradiciones revolucionarias de la heroica
etapa de la guerrilla, no para impulsar la movilización de los
trabajadores, sino para sostener el decadente orden capitalista en El
Salvador. Estamos ante un nuevo FMLN, que representa los intereses del
nuevo sector empresarial que lo dirige.
Repudiamos,
como siempre, a la derecha organizada en ARENA. También repudiamos la
alternativa de “centro” llamada Unidad, que tiene como candidato al ex
presidente Antonio Saca. Los nuevos partidos como el FPS y PSP tampoco
representan los intereses de los trabajadores y del pueblo. A todos
ellos debemos repudiarlos con el voto nulo. El FMLN ya no representa
siquiera una opción reformista. Los trabajadores salvadoreños no tienen
una alternativa política que los represente en estas elecciones del
2014.
Bajo
estas condiciones, no propugnamos por el abstencionismo. Debemos ir a
las urnas a manifestar nuestro rechazo al actual sistema político y
económico, a la pretensión del FMLN de seguir en el gobierno para
continuar implementando las recetas imperiales para mantener con vida al
decadente capitalismo semicolonial. La única alternativa que nos queda
es anular nuestro voto, mostrar activamente nuestro repudio..
Superar la dispersión, construir un nuevo partido revolucionario
Pero
no basta mostrar nuestro repudio activo contra el sistema político y
social imperante. Existen muchas agrupaciones que se han distanciado del
gobierno del FMLN, pero todas permanecen aisladas unas de otras. Es el
momento de la confluencia de los revolucionarios, de unirnos en un
frente común de lucha, por la defensa de las reivindicaciones obreras,
juveniles, campesinas, indígenas y populares, y en ese proceso discutir
la necesidad de forjar un nuevo partido revolucionario, con democracia
en su seno, que se plantee la necesidad de superar al FMLN.
Llamamos
a las bases del FMLN a romper con esa nueva clase de empresarios y a
luchar por la democratización de la sociedad salvadoreña. Esto se
logrará si logramos imponer una Asamblea Nacional Constituyente que reorganice el Estado y la economía bajo el control de los trabajadores, en beneficio de las grandes mayorías.
No
se trata de remozar a la democracia burguesa, sino de movilizar a los
trabajadores y el pueblo con consignas democráticas como la
nacionalización de la banca, el no pago de la deuda externa, el aumento
de salarios conforme el costo de la vida, la revolución agraria, el
respeto a las tradiciones de los pueblos originarios, la defensa de los
servicios de salud y educación pública con calidad, para instaurar un
gobierno de los trabajadores.
Rechacemos el sistema económico, social y político imperante: votemos nulo!!
Construyamos una nueva alternativa revolucionaria!!
Reunificación socialista de Centroamérica o muerte!!
Centroamérica, 9 de Enero del 2014
Secretariado Centroamericano (SECA)
Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)
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