A Dagoberto Gutiérrez: El Poder y La Colaboración Intergeneracional
“…En la actualidad el objetivo quizá no sea el descubrir qué somos, sino rechazar lo que somos. Tenemos que imaginar y crear lo que podríamos ser para liberarnos de esta especie de “doble atadura” política que consiste en la simultánea individualización y totalización de las estructuras modernas del poder. La conclusión sería que el problema político, ético, social, filosófico de nuestros días no es tratar de liberar al individuo del estado, ni de las instituciones del estado, sino liberarnos a la vez del estado y del tipo de individualización que está ligado a él. Debemos promover nuevas formas de subjetividad por medio del rechazo de este tipo de individualidad que se nos ha impuesto durante siglos”
M.Foucault en Sujeto y poder, p. 94.
Reverendo Martin Díaz* / Montevideo
Estimado Dagoberto, espero te encuentres bien y que el Dios de la vida y de la historia te bendiga e ilumine cada día más.
Antes que nada, aprovecho para felicitarte por tu cumpleaños en el cual estoy seguro pasaste rodeado de la gente que siempre está, de forma física o no.
Dagoberto, te escribo estos párrafos porque considero que eres uno de los líderes sociales históricos, que actualmente representa la reserva moral y filosófica de los esfuerzos de la sociedad civil organizada, una persona de mente amplia y alejada del fanatismo que carcome nuestro país a través de los medios masivos de comunicación y los partidos políticos.
Hace unos días recibí tus comentarios sobre mi artículo acerca de la gerontocracia y la colaboración intergeneracional. Allí mencionas a los líderes y el poder y afirmas que “…las empresas, incluidas en ellas a los partidos políticos, no requieren de líderes sino de propietarios que forzadamente necesitan hacer política, precisamente para conversar y acrecentar su poder. Pero, además, necesitan evitar que el resto haga política”. En este sentido cabe recordar, que donde hay poder existe en definitiva resistencia al mismo, y que el poder no se cede, ni se intercambia sino que se ejerce y sólo existe en acción, es decir que es una relación de fuerza en sí misma.
Acuerdo contigo que los “dueños actuales” son vistos como ejemplos a seguir, líderes, y son en su mayoría los mismos de antes. No entienden y no ven o no quieren ver que la relación entre política y juventud es más compleja de lo que parece, y continúan siguiendo un paradigma antidemocrático y dictatorial, que se basa en los dogmas del capital. Por ello es necesario el accionar conjunto por parte de todos los sectores y ámbitos de la sociedad para que los liderazgos de las juventudes de El Salvador dejen de distanciarse del lugar histórico que les corresponde, que está siendo usurpado por representantes de modelos de pensamiento analógicos, obsoletos y dogmáticos. Por ello, es que deben abrirse espacios reales de intercambio, formación y crecimiento indispensables para el desarrollo de las capacidades de liderazgo y sobre todo de colaboración intergeneracional.
Las actuales juventudes, salvadoreñas y salvadoreños que hacemos y pretendemos hacer algo para mejorar nuestra sociedad a nivel humano, sin etiquetas, ni colores partidarios, en efecto: somos perseguidos, amenazados y amedrentados. Algunos hemos sido empujados al exilio a la fuerza, muchos han dejado la flor de su vida en el camino, pero todas y todos sembramos nuestra lucha, nuestro compromiso, nuestro amor. No como quienes nos antecedieron por modelos ideológicos cerrados y cristalizados por su fanatismo, sino por el valor de la vida y la dignidad por sobre el de las cosas. Por el amor radical al que llama Jesús de Nazareth.
Existen en nuestro país y fuera de él, hermanos y hermanas que están actuando, ejerciendo su empoderamiento, dejando atrás la concepción verticalista de la verdad, donde el mercado piensa al individuo. Personas pensantes que buscan solucionar las cosas a través de las armas más peligrosas que pueden existir: la verdad, la razón y la justicia. Hoy más que nunca cuando nuestro país vive su etapa más caótica es nuestro deseo más profundo, que la fuerza no sea violencia y que la sensatez impere ante el desquicio de aquellos que ejercen el poder irresponsablemente.
Se hace crucial la colaboración intergeneracional para así amortiguar y generar una fuerza articulada que garantice cierta estabilidad en el ignorado proceso histórico que estamos viviendo con el inevitable cambio generacional.
Sin acciones reales para ejecutar de forma sustentable esta colaboración intergeneracional, la generación de los hijos del silencio, quienes nos han llevado a la situación en la que nos encontramos, una vez más, estarán dándole la espalda a una de las pocas alternativas viables para iniciar a salir del abismo de la decadencia, codicia y sangre del que se lucran los que imponen su poder.
Estimado Dagoberto, el recrudecimiento de la situación general de la “Guerra Social” no declarada en que vive nuestro país, ha abierto una herida en la historia y esa fisura que se ha abierto con la sangre y el dolor de nuestros hermanos y hermanas, está creando una fervientemente oposición contra la tiranía, tomando una postura de valentía pasando de la queja a la acción, de la desmovilización a ejercer su poder como ciudadano. Llegó el momento de nuestra generación, producto de los acuerdos de paz en donde ninguna de las partes firmantes se preocupó por la reconciliación, el saneamiento de las heridas y la salud mental de nuestra sociedad, dejando a una generación a su completa merced.
Es por eso que te invito a contribuir en la construcción de un esfuerzo amplio y diverso que genere una sinergia para la colaboración intergeneracional, la educación disruptiva y la organización social basada en el respeto a los derechos esenciales, la paz y la justicia social.
Finalmente te propongo, para enriquecer este diálogo que tenemos la oportunidad de iniciar para nuestra edificación mutua y de aquellas personas que decidan por alguna circunstancia leer estas ideas, que nos compartas tu análisis sobre los problemas puntuales que son generados por las actuales políticas de drogas, por un lado, y por otro, sí consideras que UNGASS 2016 representa una oportunidad para El Salvador y el Triángulo Norte.
18 de diciembre de 2015.
*Reverendo de la Iglesia Evangélica Protestante de El Salvador (IEPES), colaborador de Diacrónico.
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Respuesta de Dagoberto Gutiérrez a la carta del Rvdo. Martin Díaz
4 enero, 2016
Dagoberto Gutiérrez* / San Salvador
La figura de la generación del silencio referida a las y los jóvenes resulta ser, ciertamente, una verdad silenciosa, porque tienen en la actualidad la mayor atención del mercado (el amo y el poder real), son sus clientes totalmente domesticados, son sus defensores, sus amigos, su fuerza de choque, y son el sector, junto con los niños y niñas compradores, los que sustentan la filosofía mercantil.
Son los jóvenes los que están poblando las revistas de modas y de elegancia. Se hace todo lo necesario para alejar a los jóvenes de la política, es decir, de la lucha real por la vida digna, por el descubrimiento del poder transformador, y todos estos muchachos y muchachos son convertidos en simples consumidores, para quienes la mayor audacia de la vida ha de consistir en ponerse una camisa o unos zapatos que rompen la moda y el estilo dominante.
Se necesita, entonces, un trabajo sostenido de politización de estos jóvenes, vinculándolos a la realidad real, al sol que quema, y esta es una tarea no fácil que requiere inteligencia y valentía porque los ojos del imperio están puestos en los jóvenes a quienes quieren sin pensamiento, y gente como nosotros ha de luchar por jóvenes transformadores, dueños de su juventud, que saben que no serán jóvenes siempre pero necesitan de esa juventud, de un pensamiento fresco, sabio y optimista sobre la realidad, los que sin duda pueden trocar una realidad por otra mejor.
Saludos hasta el sur Martin, Cuídate de esos fríos. Abrazos.
Dagoberto Gutiérrez.
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*Analista político salvadoreño.
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