Una carta fechada en 1930 describe los orígenes de la profunda desconfianza entre el legendario líder nicaragüense Augusto C. Sandino y el revolucionario salvadoreño Farabundo Martí. Los principales acontecimientos, que incluyen una pelea con pistolas desenfundadas, tuvieron lugar durante la estancia de ambos en la ciudad de Mérida, Yucatán, en 1929.
René Alberto Aguiluz
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Es bien sabido que Farabundo Martí rompió relaciones políticas con Sandino, pero no se ha tenido certeza de las razones principales. Martí, que había sido nombrado por Sandino como Coronel Efectivo del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua el 4 de mayo de 1929, llegó a Yucatán en julio de 1929 junto con el hermano de Sandino, Sócrates, los capitanes José de Paredes y Gregorio Urbano Gilbert, y los tenientes Rubén Ardila Gómez y Tranquilino Jarguín. Una carta escrita en 1930 por Enrique Rivera Bertrand, Presidente en Veracruz del Comité Manos Fuera de Nicaragua (MAFUENIC), fundado en México por el venezolano Gustavo Machado, revela sin embargo las claves de la división y describe, entre otras cosas, un altercado que Sandino tuvo con Martí en la ciudad de Mérida, Yucatán, en 1929.
La carta, que Rivera Bertrand envió desde Veracruz al nicaragüense Pedro José Zepeda, representante del ejército de Sandino en México, es parte de los acervos del Departamento Confidencial en el fondo del Departamento de Investigaciones Políticas y Sociales de la Secretaría de Gobernación en el Archivo General de la Nación en la Ciudad de México y evidencia algunas de las tensiones políticas internas dentro del estado mayor de Sandino.
Cuando llegaron a México en busca del apoyo y reconocimiento del gobierno de Emilio Portes Gil contra la intervención estadounidense en Nicaragua, Sandino y sus lugartenientes tuvieron que lidiar con las dificultades que esto significaba, en especial porque México estaba saliendo de la coyuntura revolucionaria. Aunque los gobiernos de la posrevolución aparentemente mantenían un férreo sentimiento antiyanqui, estaban haciendo esfuerzos para mejorar sus relaciones con Estados Unidos.
Más allá del resultado poco favorable que Sandino encontró a sus peticiones al gobierno de Portes Gil, es necesario observar las conexiones que el comunismo mexicano quiso establecer dentro de las dinámicas del antiimperialismo en Centroamérica. La carta del coronel Enrique Rivera Bertrand muestra que Hernán Laborde, Secretario General del Partido Comunista Mexicano en 1929, participó en una reunión, junto con Farabundo Martí y Esteban Pavletich, que expresamente se organizó en conjunto con los líderes del MAFUENIC, la Liga Antiimperialista de las Américas y el Partido Comunista Mexicano. El objeto de la sesión era desmentir, según Rivera Bertrand: “la versión de que la fuente se informa de la calumnia de la venta del General Sandino, por conducto del Gobierno Mexicano, por la suma de sesenta mil dólares”.
El revolucionario salvadoreño Farabundo Martí (izquierda) y el revolucionario nicaragüense Augusto C. Sandino (derecha), en la azotea del Gran Hotel. Mérida, México, 23 de julio de 1929. Foto cortesía del Museo de la Palabra y la Imagen (MUPI).
La carta describe también una riña en la que se vieron involucrados el General Francisco Estrada, uno de los jefes del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua (EDSN), el propio Sandino, y Martí.
Según el relato, Martí quiso golpear a Sandino. Martí había empuñado su pistola “y en estado completo de embriaguez —aunque no hay borracho que coma lumbre— lo insultó y el General [Sandino] tuvo que usar de energía pues desenfundó su pistola y entonces Martí le pidió mil perdones y él lo perdonó”. El altercado es síntoma de las tiranteces que llevaron a la ruptura entre los dos líderes. Sandino desconfiaba de las acciones de Farabundo Martí dado que lo consideraba espía comunista.
Esta carta contribuye a develar parte de las tensas relaciones que el comunismo tenía con el antiimperialismo, y es un aporte para comprender la historia de las izquierdas en un marco contextual más amplio, teniendo en cuenta que sus interacciones son complejas y que es necesario tener una visión espacial más allá de las fronteras políticas de los países.
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COPIA
H. Veracruz a 9 de junio de 1930
Señor Dr. Pedro José Zepeda
Representante General del Ejército
Defensor de la Soveranía[sic] Nacional de Nicaragua
3/a. de Balderas número 24.
México, D.F.
Muy estimado y distinguido amigo:
Acabo de recibir su atenta carta de 6 de los que cursan y por ella, y por los recortes de periódicos que sirve acompañar a la misma, me he enterado con verdadera pena del incidente con González. El me escribió el mismo día 6 y me decía que salía esa tarde para El Salvador, que le contestara a ese lugar.
Empezaré por decirle a Ud. que González no concurrió sino a una reunión que el General Sandino procuró que se efectuara en la cual estuvieron presente los directivos de las agrupaciones denominadas LIGA ANTI-IMPERIALISTA, COMITÉ MANOS FUERA DE NICARAGUA Y PARTIDO COMUNISTA DE MÉXICO, ésta reunión tuvo por objeto aclarar la versión de que la fuente de información de la columnia [sic] de la venta del General Sandino, por conducto del Gobierno Mexicano, por la suma de sesenta mil dólares, había nacido de estas agrupaciones. A esta junta concurrimos las siguientes personas: General Sandino, Hernán Laborde, Profesor Rafael Pedrueza, un señor Sáenz costarricense, Federico Bach, Esteban Pavletich, Constantino González, Dr. Carlos León, un ruso que no recuerdo el apellido y que iba acompañando a Laborde, Agustín F. Martí y yo, reunidas las personas mencionadas y no se si algunas otras que escape a mi memoria, el General empezó (hablando) diciendo el objeto de aquella reunión, todos dijeron que no era cierto que ellos hubieran proporcionado tal información calumniosa y además protestaron por ella, después se suscitó la cuestión fondos del Comité Manos fuera de Nicaragua, “Donde el General Sandino dijo no haber recibido Turcios, su representante en aquella época, más que doscientos cincuenta dóllares, como se encontraba presente el Señor Pedrueza que había actuado como Tesorero él informó que se había quemado el archivo y no pudieron entregar las cuentas; después se habló del sistema de luchas que se emprendería y el General no tomó participación ninguna pues era cuestión que tenían que resolver los dirigentes de dichas agrupaciones, pero en vez de empezar a buscar los medios más convenientes, se sesató Laborde en una serie de insultos personales contra Ramos Pedrueza por el hecho de que estaba ganando seis pesos diarios como Profesor de una Escuela, igualmente se atacó a Bach, por ser también profesor de otra Escuela, y estando recibiendo dinero del Gobierno no podían atacarlo como se ordenaba por ellos (los comunistas).
El Profesor Ramos Pedrueza se defendió diciendo que él había escrito un libro titulado “Estrella Roja” y que hacía más [p. 2] propaganda de orientación con ese libro que ellos, con su manifestaciones y escándalos que no habían conseguido sino desprestigiar al Partido y no hacer nada práctico en beneficio de los trabajadores, y puso esta comparación tan gráfica como elocuente, “si yo deseo tumbar un tren que viene por una vía, no me voy a poner de frente con los brazos abiertos, pues el tren me arrastra, pasa sobre mí; me destruye y yo no he conseguido más que sacrificarme inútilmente, pero si uso de la inteligencia yo “vuelvo” a ese tren sin perjuicio de mi vida y destruyéndolo a él”. Así son ustedes insultan al Gobierno se ponen a gritar y escandalizar, el Gobierno les clausura oficinas, les persigue ¿Qué han conseguido? Pero si inteligentemente le hacen una labor de comprensión entre las masas, a base de verdad y a base de tacto se consigue el objetivo y no se pierden elementos necesarios para la lucha.
Después se invitó al General Sandino para que hiciera una gira de propaganda por Europa, el General quedó en resolver después de dos días resolvió que aceptaría, entonces quedaron que ese mismo día cablegrafiarían a Berlín, y que sería cuestión de días, para que viniera la contestación, en esa gira iríamos, según declaraciones del General él, Pavletich, Constantino y yo. Pidió también que se pagaran los gatos que originaría dicha gira, por no tener él fondos de ninguna especie.
Esto era en los primeros días del mes de febrero, transcurrieron todos los días restantes de ese mes, así como marzo, y ya a mediados de abril que no había venido ninguna contestación, fue cuando el General Sandino se decidió a mandar los elementos fuera del país. Esto fue cuando vino en avión Constantino a traer al Coronel Tejeda aquel recibo, cuando a la pasada por esta Ciudad, yo le indiqué que recordara al General que podía enviarme a la gente que yo vería como se sostenía aquí, el General Sandino consiguió entonces con el Gobierno de Yucatán los pases necesarios para toda la gente no quedándose él sino con Estrada, Martí, Peralta y Díaz, cuando fue González a esa y que usted consiguió el dinero que serviría para remitir a la gente hasta la frontera con los pases que yo gestioné en este Puerto con el C. General Miguel M. Acosta, pero en fin parece que quiero dar un auto-bombo, cosa que no acostumbro ni deseo, es que al tener que ir describiendo hechos tengo que tocarlos en su verdad desnuda, pues bien, el General Sandino, llegó aquí el domingo de Ramos y fui a alcanzarlo al malecón cuando me vio me llamó aparte y yendo él hasta la proa del barco me dijo que no se le hablara a Martí. Me extrañó tal recomendación, pero decidí esperar.
Ya en esta casa de usted me informó que había habido un desagradable incidente con Martí, que este borracho le había dicho que Sandino que era Sandino, que a él le importaba una Ch…….. Nicaragua y que él era espía del Partido Comunista que hasta esos momentos no había delinquido Sandino pero que si lo hacía él estaba allí para eso, le mentó la madre al General, entonces Estrada intervino, le desarmó y quiso castigar la ofensa dirigida al Jefe, más el General deseando no tener un lío, máxime cuando venía con nombre supuesto a bordo, impidió que Estrada le pegara a Martí o lo matara entonces empezó a reflexionar el General en todos los actos de Martí sostenía correspondencia secreta con el Partido Comunista, Martí fue descubierto cuando aún estando [p. 3] en el Gran Hotel de Mérida, Yuc. y estando el General sin dinero, había una artista en el mismo Hotel que se dio cuenta por amistad que tenía con el General de la situación financiera de él, ella proporcionó fondos que después le fueron reintegrados y entonces ella le dijo al General lo que estaba pasando que espiara a Martí, ya sobre aviso el General fue a revisar un legajo de correspondencia, Martí se puso pálido cuando ésto ocurrió, pero por desgracia coincidencia, en esos momentos se presentaba una señorita a visitar al General y este se vio precisado a atenderla, cuando regresó se encontró con un montón de papeles quemados y cuando preguntó por qué se quemaban esos papeles informó Martí que ya no servían, las dudas del General pues, se confirmaron en parte, mas no él tener pruebas suficientes, además el General es magnánimo en grado que en ocasiones le ha sido perjudicial, otra vez el mismo Martí empuñando su pistola y en estado completo de embriaguez -aunque no hay borracho- que coma lumbre- lo insultó y el General [Sandino] tuvo que usar de energía pues desenfundó su pistola y entonces Martí le pidió mil perdones y él lo perdonó. Me salí un poco con la relación que nos ocupa, para explicar bien desde cuando viene dando Martí motivos de sospecha entre el General Sandino y esa actitud no era casual, sino se desprende ahora, que se debía a un plan preconcebido era la mano del comunismo, por la que operaba así. Bueno ya estando el General aquí me indicó que deberíamos salir al siguiente día para esa Capital, salimos en el tren diurno del Mexicano, y en camino pensó que no debería ir a donde habíamos parado en ocasión anterior o sea en Balderas 24, casa de usted, por evitar las entrevistas con periodistas y hacerse muy visible. Entonces Constantino indicó que la casa en que él se hospedaba, el General no deseaba ir allí porque aquella, vez que nos invitó a comer allí Constantino no le pareció que había muchas personas, al fin aceptó y nos fuimos a parar allá.
Como usted sabe siempre que acompañé al General yo traje el dinero para liquidar todos los gastos, y yo pagué personalmente a doña Mimí el importe de nuestra estancia, si es verdad que Constantino dio de su dinero $20/00 primero; ese dinero era del General y no lo pagó Constantino, es más, pagué hasta los gastos de Constantino, durante nuestra estancia en esa casa, No paramos en consecuencia sino en la casa de huéspedes de Jalapa #70. No en casa particular de nadie.
El General Sandino si tuvo relaciones con el Partido Comunista, pero jamás contrajo compromiso alguno, en mi presencia, pues en una ocasión en que se le quiso orillar para que él declarara en contra del Gobierno mexicano les dijo: que ustedes creen que yo sea tan idiota para prenderle fuego a una casa estando yo dentro de ella? No hombre, yo haré declaraciones cuando lo juzgue oportuno, pero si yo me empiezo a destapar en insultos, me expulsarían y entonces me entregarían en poder de mis enemigos con lo que no hubiéramos conseguido más que sacrificarme yo estúpidamente yo siempre traigo la vida así en la mano (y mostró su inseparable pañuelo que siempre estruja), pero debo tirar mi vida con provecho y no a lo estúpido. Ellos contestaron que eso desearían que expulsaran al General para que fuera un motivo de agitación, pero el General volvió a decirles que ellos no querían sino buscar víctimas [p. 4] y sin resultado práctico nadie, yo soy comunista porque comprendo que será o es lo más elevado, pero no estoy de acuerdo con esa bola de convenencieros que se dicen comunistas y que no hacen sino intemperancias que desprestigian un principio muy elevado y digno de mejor suerte ellos contestaron que a “esos” ya los habían expulsado y que ahora estaba “depurado” el Partido Comunista, más el General les indicó que él resolvería con juicio lo que creyeran conveniente.
Constantino dice que él vio varias comunicaciones para el Partido Comunista firmadas por el mismo General yo no sólo las vi, sino que el mismo General Sandino me dijo en varias ocasiones, sobre todo para salir, que él no podía estar subordinado a nadie y que necesitaba entera libertad de acción. Seremos discípulos de la revolución mexicana le costó vidas y dinero para experimentar, nosotros ya tomaremos la parte práctica en beneficio de nuestras masas obreras y campesinas, jamás trataremos de implantar doctrinas exóticas, ni radicalismos estúpidos.
Mire Dr, yo estoy en la creencia que estamos dando un espectáculo muy poco edificante ante nuestros partidarios al entrar en esta clase de polémicas soy el primero en reconocer y reconozco y por ello hice reproducir sus declaraciones de Ud. en el periódico de aquí, que usted tiene la ineludible obligación de defender al General Sandino como la tengo yo y la tenemos todos los hombres honrados y conscientes partidarios de la lucha continental que representa en su máxima expresión en estos momentos el General Sandino, pero nuestros enemigos se valen de estas disensiones entre nosotros en su provecho, Constantino en su fantasía se hace aparecer como un factor decisivo e importantísimo en la lucha, cree Ud. que las personas de algún sentido común le den crédito a tanta fanfarronada? Yo creo que no. Desde que estuvimos en ésa, el mismo General le dijo varias veces que él no sabía sino querer salirse con la suya, fue el asunto del archivo el origen puede decirse de esta dificultad con Ud. a mi me escribió queriéndome picar el amor propio, diciendo que usted decía que si yo iba a esa con alguna gestión para Sandino, que usted me desautorizaría y entonces contesté que a mí no me podía desautorizarme Ud. de algo autorizado por el General y hecho de acuerdo con Ud. y no a sus espaldas.
Un concreto: la movilización de la gente se hizo con ayuda del Gobierno de Yucatán que dio los pases, y con la ayuda del Jefe de Operaciones de este Puerto, que dio los otros pases hasta el Suchiate, el dinero Ud. lo proporcionó.
No paramos en la casa particular de nadie en nuestra última estancia en México. Paramos en la casa de huéspedes que está en la Calle de Jalapa Número 70. Yo saldé la cuenta nuestra y pagué los gastos que originó la estancia con nosotros del Señor José Constantino González.
El General Sandino desea mantener relaciones amistosas con todos los hombres que luchen contra el imperialismo, pero no aceptar ser instrumento de ninguna facción para intereses unilaterales.
Que a mí juicio es criminal, provocar esta clase de polémicas, porque se desorienta el público, se dividen las fuerzas y el único que gana con esto es nuestro enemigo [p. 5] común.
Los que no se sientan atraído en esta lucha más que por intereses materiales, deben quedarse a la retaguardia si no tienen la suficiente inteligencia de que cuando se les niega algo en provecho únicamente personal, convierten en desahogos personales toda carencia de ideales elevados.
La opinión sincera mía como se lo comunico a González en carta de fecha ayer es la siguiente: copio íntegro el párrafo a González dice así: Es más compañero González fíjese y reflexione: en estos momentos tan críticos para nuestra lucha y para nuestra historia, nos observa el enemigo, las disensiones que existan entre nosotros debilitan nuestras filas, si usted escribe algo en contra del Dr. Zepeda no hace más que sentar la desconfianza entre los elementos simpatizadores y espectadores de la lucha, impresionando mal a los primeros y dándole un mal espectáculo a los otros….. Trabajé mucho por el Latino-Americanismo, trabajé mucho sin prejuicios de ninguna especie por la lucha de su tierra natal. Nicaragua, no piense en recompensas ni ambiciones de éste o de aquel, trabaje con resolución y con firmeza que tendrá como pago o recompensa mejor que ninguna: la satisfacción del deber cumplido.
Dispense que le haya entretenido demasiado leyendo esta carta, pero es necesario ser amplio en las explicaciones para no dejar nada trunco aún cuando hay muchas cosas por decir.
Credo yo que si se le da punto final a este asunto es mejor. Si González, el Partido Comunista o cualquiera otra persona o agrupación, intentaran ofender al General Sandino, no debemos vacilar en defenderlo, pero debemos evitar hasta donde sea posible sostener polémicas con quienes no desean sino pretexto para hacerse visible y darse auto-bombo.
Quedo enterado de que queda suspensa, por el momento la comisión de que hablaba en mi anterior.
Reciba usted un fuerte abrazo y el sincero y leal cariño de su Afmo. atto. y S.S.
PATRIA Y LIBERTAD
E. Rivera Bretrand. (Firmado)
La dirección de Raudales de quien recibí carta antier, es la misma que le di en vez anterior: Sr. Guillermo Ajuria. Barrio de la Vega. Calle de las Obscuranas. San Salvador. C.A. “El Dictamen” no ha dicho nada del asunto de González, creo pertinente no menearlo. Raudales e Irías se quejan de no haber recibido contestación de Ud., y estar en malas condiciones pecuniarias.
VALE.
*René Alberto Aguiluz Ventura. Estudiante y becario CONACYT de la Maestría en Historia de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, México. Es también coautor en el libro coordinado por Carlos Gregorio López Bernal. El Salvador. Historia Contemporánea. 1808-2010. San Salvador: Editorial Universitaria - Fundación MAPFRE, 2015.
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