Saludos y bienvenida: Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida... Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos. Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos. Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más... A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado. Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia... Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos? Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista. No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente. Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo. Fraternalmente, Trovador

jueves, 31 de marzo de 2011

(VIDEO) Estudiantes y trabajadores uruguayos rindieron homenaje al presidente Chávez

Caracas, 30 Mar. AVN .- Un sentido homenaje rindieron los estudiantes y trabajadores de diversos sectores en Uruguay al presidente venezolano Hugo Chávez Frías, durante la gira que realiza el mandatario.

En el acto que se realizó en el auditorio Salvador Allende de la Universidad de la República, en Montevideo, capital de Uruguay, representantes de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), estudiantes en general y voceros de diversas agrupaciones sindicales tomaron la palabra para rendir honores a quien califican como el “comandante de la paz” y defensor de la soberanía de los pueblos de las fuerzas imperiales.

Gabriel Bermúdez, secretario de relaciones internacionales de la FEU, comparó el trabajo que realiza el presidente Chávez con la labor política realizada por Víctor Licandro, uno de los fundadores del Frente Amplio uruguayo y que cambió la política en Uruguay, dominada entonces por dos partidos tradicionales que no interpretaban a la ciudadanía.

Bermúdez señaló que este miércoles 30 de marzo falleció Licandro, a los 93 años, pero que en líderes como Chávez “la lucha contra el imperialismo y el innegable amor por el pueblo”, seguirán vivos.

Juan Castillo, representante de los trabajadores de la universidad, tomó la palabra para expresar su solidaridad con los pueblos del mundo que están siendo atacados por el imperialismo.

“Estamos viviendo momentos particulares del mundo, estamos asistiendo a una paradoja tan grande para que en nombre de la paz se esté bombardeando a un pueblo, y esto nos genera mucho dolor, estamos en contra de esa alianza para matar gente y para intentar apoderarse de la soberanía y del petroleo”, dijo Castillo.

Lamentó que Haití esté pasando por una crisis social como la actual, “originada por el imperialismo y que sólo con el apoyo de Venezuela y de la hermana patria socialista de Cuba y que tanto le ha dado al mundo y tan mal le han pagado”.

Ramón Martínez, director de la cooperativa Uruyen, saludó al presidente Chávez y lo instó a continuar apoyando a los trabajadores y apoyarlos en sus reivindicaciones.

“Yo represento a la clase trabajadora, a las empresas recuperadas por los trabajadores”, dijo Martínez refiriéndose a la labor que realiza frente a la empresa autogestionada.

Recordó que hace un tiempo estuvo en Venezuela, donde participó en un evento con empresas recuperadas por los trabajadores, y señaló que es uno de los países que más apoyo ha dado para que los trabajadores dejen de ser explotados y asuman las riendas del progreso.



 
 
 
 
 


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miércoles, 30 de marzo de 2011

LENNON Y VICTOR JARA

Alirio Montoya:" Los partidos políticos niegan el papel protagónico de la gente"


Entrevista por Carlos Molina. En el marco del Día del Anti-Imperialismo convocado por diversas organizaciones sociales del país, realizamos una entrevista a Alirio Montoya, quien se define como militante de izquierda revolucionaria y que desarrolla su lucha desde diversas trincheras, cuenta con un blog donde da a conocer sus ideas, participa de iniciativas ciudadanas en la lucha ambiental en el oriente del país, es muy estudioso de la realidad tanto nacional e internacional y ahora cree conveniente contribuir en la lucha por la construcción de un nuevo Estado participativo.
En la entrevista habla del papel de los partidos políticos y sus desilusiones en su militancia, especialmente en los últimos meses, piensa que es posible que a través del Movimiento por la Democracia Participativa (MDP) se pueda avanzar revolucionariamente hacia la construcción de otro país y dejar atrás esta grave crisis que padece este Estado representativo liberal.
¿Cómo ven en el oriente del país el nacimiento del Movimiento por la Democracia Participativa?
Carlos, en primer lugar quisiera agradecerte por la oportunidad de externar lo que pienso del Movimiento por la Democracia Participativa y otros temas coyunturales mediante una entrevista de esta naturaleza. Ya me han entrevistado en canales televisivos locales. Y en medios electrónicos me entrevistó por primera vez la analista político Lucía Berbeo, una venezolana con quien mantengo una fluida comunicación; ahora, debo agradecerte porque eres el primero en hacerlo en El Salvador. Vamos a tu pregunta. En los círculos donde me muevo y me relaciono con muchas personas, el Movimiento por la Democracia Participativa (MDP) es visto como un buen proyecto popular, ya que el sistema de partidos políticos en El Salvador ha caído en un descomunal descrédito y en un marasmo ideológico sin precedente alguno en la historia política del país. Los partidos políticos en nuestro país, sin excepción alguna, son verticalistas y no responden a los intereses de la gente, sino, a los intereses de las cúpulas partidarias y de otros sectores cercanos a las mismas.
Entonces, en esa lógica, el MDP viene a ser como una especie de esperanza para la población. Y cuando te digo “en los círculos donde me muevo y me relaciono”, me estoy refiriendo a los espacios donde se genera el debate de ideas, como en los diversos colectivos, en las universidades e incluso en algunas iglesias. Hay que dar a conocer el MDP en los mercados, calles, en las plazas y parques, porque ahí también está la gente sedienta de esa información. Ansiosa también por encontrar dónde ser escuchada y externar lo que piensan; por el hecho que los partidos se agencian la patente del pensamiento de derecha o de izquierda, y creen que la gente no sabe nada. Pero la sabiduría está en la gente. En ese sentido, veo que el MDP vendrá a satisfacer las inquietudes de la gente en estos tiempos grises en medio de una crisis económica, política, social y medioambiental.

Los partidos políticos en la actualidad cada vez más niegan el papel de las personas en la política ¿cuál es tu experiencia sobre esto?
En efecto, casi siempre han negado el papel protagónico de las personas, pero con más intensidad en estos últimos tiempos, de ahí el por qué están en crisis de credibilidad. Yo milité en el FMLN y puedo dar fe de ello; pero quisiera englobar en esta problemática a todos los partidos políticos en general. Y lo hago de la siguiente manera. Yo estudié leyes en la Universidad de El Salvador; es algo inaudito porque hice dos tesis para poderme graduar, no por haber reprobado la primera, si no por un litigio cargado de impericia y argucia por parte de las autoridades académicas de ese tiempo. Me tocó hacer dos tesis, la última fue sobre Derechos Humanos. Me hicieron una especie de juicio al estilo de la Santa Inquisición. Pero no quiero entrar en detalles. Mi primera tesis, la cual puede ser consultada, se llama “El ejercicio del sufragio en la democratización de la sociedad salvadoreña” (L-76). En ella hay varios capítulos que abordan la democracia, sufragismo y el sistema de partidos políticos. En el trabajo de campo tuvimos que analizar el comportamiento de los tres partidos mayoritarios de esa época; ARENA, FMLN y PCN. Corría el año 2002.
Lo que se logro percibir es que en todos los partidos impera el utilitarismo, pero no del que habla John Stuart Mill, sino de un utilitarismo de lo más vil. A mí me tocó observar el comportamiento del PCN, a mis otros dos compañeros los restantes partidos mayoritarios -Arena y FMNLN- . En las conclusiones de los tres logramos observar que había una enorme coincidencia: ganguerismo, arribismo y oportunismo. A fuerza de ser sincero, el que difería entre ARENA y PCN era el FMLN por eso de las “elecciones internas”, la equidad de género y juventud. Pero de ahí todos eran iguales en sus comportamientos que caracterizan de manera muy peculiar a las formaciones políticas dentro del sistema. Ahora todos son totalmente iguales.
Ya hablando de mi experiencia muy personal te puedo decir que estuve en ciertos cargos por ahí, pero el partido se fue llenando de personas arribistas, se descuidó el partido; creo que lo hicieron para crecer, pero crecer cuantitativamente y no cualitativamente. Fueron cayendo cada vez más en lo electorero. La persona pasó a un segundo plano, todo gira en torno a las votaciones. Tú vales para los partidos políticos si tienes tu Documento Único de Identidad, la persona humana es reducida a un simple número de DUI. Es algo reprobable y repugnante que no valga la persona humana, sino su DUI. No hay escuelas serias de formación política; han abandonado el lenguaje marxista, no se habla de lucha de clases, del imperialismo y su accionar de sometimiento a los pueblos pobres del mundo. En definitiva, un partido más del sistema. ¿Qué partido político dentro del sistema representa los interese de la clase obrera? Ninguno, así de simple.

Pero yo continué en el partido consciente de su accionar, esperando que las cosas cambiaran. Hacíamos con otros compañeros nuestros propios grupos de reflexión y llegábamos a la triste conclusión de que eso ya no tenía remedio. Pero participé por última vez en elecciones internas el año pasado; habíamos diseñado un buen plan de trabajo para el municipio de Santa Rosa de Lima, aunque no vivo allí pero sí me crecí en esa querida ciudad; luego aparecieron ciertas cosas que no vienen al caso mencionarlas. Yo había tenido contacto con la Tendencia Revolucionaria (TR) desde el año 2007. hice contactos con varios militantes de la TR y me sentía mejor porque se genera el debate, el recreamiento del pensamiento y accionar revolucionario. Yo fui muy claro con mis ex compañeros del FMLN; les dije que si andaba en el FMLN era por el proyecto local, pero que me atraía mucho la TR y el planteamiento claro de Dagoberto Gutiérrez, incluso llevamos a Dagoberto en el 2009 a Santa Rosa de Lima. Ellos lo saben muy bien y no me pueden repeler lo que estoy externando porque es cierto. Ahora eso sí, seguimos siendo muy buenos amigos. Porque yo no voy a caer en la perversidad de los partidos políticos cuando implícitamente llevan a confrontar a los militantes y correligionarios de sus respectivos partidos. Imagínate Carlos que antes yo era enemigo de un tío solamente porque era arenero. Y ese axioma permanece todavía en los partidos políticos. Hice mi carta de renuncia este 24 de marzo, en memoria de nuestro mártir Monseñor Óscar Arnulfo Romero. 

En tu blog haces un llamado a debatir en torno al papel de las y los militantes de izquierda. ¿Cuál debiera ser el enfoque de las ideas a debatir?
El tema de la caduca Democracia Representativa y la manera de irnos empapando de lo que es la Democracia Participativa como opción para la toma de decisiones de la gente. Hay que continuar leyendo y estudiando a Marx y a los marxistas, el tema medioambiental en estos tiempos es de rigor porque la crisis del sistema capitalista no se puede ver desvinculada del deterioro del medioambiente. Ahora, lo primordial es definir claramente quién lleva la vanguardia en esta coyuntura. La vanguardia del pensamiento revolucionario y la lucha por las reivindicaciones de la clase obrera es de determinar quién las llevará en esta coyuntura. Hay que partir de eso.Cómo aglutinar un movimiento social en ausencia de un partido político que represente los intereses de las y los trabajadores, de los estudiantes, pequeños comerciantes, de los desempleados. En tales condiciones creo que el MDP puede jugar un papel bastante protagónico porque tiene los Comités de Participación Popular (CPP). En estos CPP la gente va participar porque la persona humana debe jugar un papel protagónico, no debe simplemente elegir, sino que debe decidir. Eso es lo que sucedió en Venezuela cuando Hugo Chávez creó el Movimiento V República, en Ecuador con el Movimiento Ciudadano de Rafael Correa y, por supuesto el Movimiento al Socialismo de Evo Morales, que es en sí el que más me atrae. Este último es el modelo que más motiva porque tiene un mayor respaldo de la población, tanto en cuanto es el pueblo quien decide su presente y futuro.

Ese es el horizonte que deben tener claro los militantes de izquierda. Esto pasa por la creación de una Nueva Izquierda para la construcción de un Nuevo Estado participativo. Eso es lo que le veo de atractivo y acertado en el MDP.    

Crees que es necesario iniciar un debate sobre el papel de los partidos políticos en la actual coyuntura y su papel anti popular. ¿Cuáles serian las premisas de esa discusión?
Como ya te he mencionado, los partidos políticos no tienen credibilidad; que si van a cambiar, eso no lo sé, lo dudo. Pero en este momento lo que impera es el verticalismo y eso es dañino para la incipiente democracia salvadoreña. Lo que se debe tener a la base es la participación directa de la gente en los partidos políticos. Deben ser sus afiliados o militantes quienes en verdad decidan; pero ocurre todo lo contrario, imponen candidatos antipopulares sin consultarle a sus afiliados, militantes, correligionarios o simpatizantes según sea el caso.
Después los obligan a trabajar por ellos en las campañas políticas: pidiendo el voto, pinta y pega, perifoneo, defensa del voto el día de la elección. Pero una vez que ésta pasa se vuelven a desconectar de la gente. Ese es el gran problema.
Y ya que mencionas mi Blog, alguien me señaló que yo primero era un crítico del FMLN, luego un apologista y después nuevamente un crítico. Muy buena observación. Pero si lees muy diligentemente en ciertos periódicos escritos de El Salvador, y en portales de izquierda nacional e internacional, podrás observar que yo siempre hice el llamado a que el partido se conectara nuevamente con la gente, y que este gobierno se desconectara del Norte y buscara urgentemente el Sur. Eso ahí está escrito, siempre he sido un crítico. Incluso llegué a escribir, aunque de forma sátira, que el presidente Mauricio Funes era uno de los mejores presidentes del país en toda la historia, pero haciendo siempre énfasis en mi descontento con sus políticas neoliberales avaladas por la dirigencia efemelenista. Y es que el presidente Funes dijo en su campaña y toma de posesión que su referente era Barack Obama y así lo hizo, lo demostró con su venida, gastando millones de dólares en propaganda; eso lo ha denunciado públicamente el propio Salvador Arias. En consecuencia, la militancia efemelenista no debe reclamarle nada; aunque hay un camarada que me dice que Óscar Osorio fue más progresista que este gobierno, no sé si lo dijo en serio o de manera irónica. Hay que revisar la historia para tener nuestra propia apreciación de esa observación.
Para terminar, es necesario educar a la gente bajo el esquema de la democracia participativa, no desechando naturalmente las ideas de Marx, Lenin y Trotsky, porque aun siguen vigentes. Hay que leer mucho y escuchar a Dagoberto Gutiérrez, a James Petras, Samir Amin, István Métszáros y Wim Dierckxsens, pero sobre todo a la gente, ahí está la sabiduría popular.

Llegamos cada vez a una disyuntiva en la cabeza de la gente: la participación o la representación, son dos figuras muy complejas de comprender, pero no excluyentes, pero a tu juicio ¿cuál es el problema de nuestra tierna democracia frente a esas dos categorías políticas?

En primer lugar hay que educar a la gente. Es de hacerles ver, aunque ellos ya lo saben pero no lo saben expresar con un léxico político, que la democracia representativa ya ha caducado. Es tiempo de transitar a la democracia participativa. Por supuesto que a los partidos políticos no les interesa la democracia participativa y menos algunos mecanismos como el referéndum revocatorio; imagínate a cuánto diputado se le revocara su mandato. Ahora bien, el asunto no es tan sencillo. La Constitución de la República en su artículo 85 nos dice que el Gobierno es democrático, republicano y representativo. La discusión jurídica sería si esa norma es pétrea.
En la cabeza política de la gente, hay claridad que los partidos políticos lo único que buscan son sus votos para el día de las elecciones. Pero el mandato que les da la gente, el cual es imperativo, los diputados, el presidente y algunos alcaldes, se desvinculan de ese mandato. Ese es el gran problema de la democracia representativa y la explicación de su crisis e inviabilidad.
Pero el Código Municipal te abre la posibilidad de la participación ciudadana mediante la consulta popular. A esa herramienta es de sacarle el mayor provecho por el momento, aunque los alcaldes responden a intereses de grupos y a su dirigencia; esa sería una desventaja. Por ello es que he de insistir que es a través de los movimientos sociales como el MDP donde la gente debe manifestarse ante las instituciones correspondientes. En esa lógica mi amigo y compañero Fidel Nieto dice que el MDP es el que ha de canalizar las necesidades de la gente, facilitar la participación de la gente en las elecciones a través de ese grandioso movimiento. Eso es lo único que ofrece el MDP; así lo dice.   

Vemos un traslape muy complejo en la ideología de los partidos políticos en la actualidad, por un lado un ARENA que tiene hasta discursos de izquierda y un FMLN que maneja discursos de ultraderecha y cito un ejemplo: El presidente veta el decreto de las listas abiertas bloqueadas que presentó la Asamblea Legislativa. ARENA no votó porque no cumple a cabalidad con la sentencia de la Corte Suprema, sin embargo, el FMLN es el promotor y  gestor de ese decreto. Dos papeles contrarios ¿cómo entiendes este entrecruce ideológico, o renuncias de esos partidos que en su momento fueron antagónicos y que ahora levantan banderas distintas? ¿Podemos hablar de renuncias ideológicas o simple pragmatismo?
Bueno, como dice Dagoberto: esta pregunta es la “almendra” de esta entrevista; es una pregunta muy compleja, pero lo bueno es que tiene una respuesta, o a lo mejor varias respuestas por su misma complejidad en y para sí. José Saramago, en su novela “El hombre duplicado” cita el “Libro de los contrarios”; el cual dice que “el caos es un orden por descifrar”. Es decir que, tal cual está a la vista la coyuntura política parece un caos, pero en el fondo hay un orden. Hay que partir del reconocimiento que son los dos partidos mayoritarios dentro de este sistema. Su acción y reacción como tales es normal. Dice Dagoberto Gutiérrez que “el FMLN es la izquierda de la derecha”, yo lo voy a retar públicamente para debatir eso, porque yo pienso que el FMLN es la derecha de la izquierda. Y en ese debate dialéctico saldrá sin la menor duda una conclusión dialéctica. Pero, por qué digo que es normal el comportamiento de ARENA y el FMLN. Es similar a lo que pasa en la partidocracia española. Quien daba la batalla en las calles antes de abril del 2004 era el PSOE con José Luis Rodríguez Zapatero a la cabeza junto al secretario de la UGT, Cándido Méndez; y veíamos al presidente Aznar junto a Mariano Rajoy, secretario general del PP defendiendo las políticas neoliberales del gobierno español. Después que Zapatero y el PSOE ganan, quien da la batalla en las calles de Madrid es Mariano Rajoy con el PP; y el gobierno de Zapatero justifica los despidos y la situación crítica de los parados, y el secretario de la UGT sale secundando al presidente Zapatero. No esperemos ver a Alfredo Cristiani encabezando una marcha popular; eso sería inaudito. La calle en nuestro país se la deben de tomar los verdaderos revolucionarios de izquierda. Siguiendo con el caso español; al querer surgir la Izquierda Anticapitalista, es el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero el que trata de bloquear de muchas maneras a esta formación de corte estrictamente de izquierda.
Ahora, en el caso de El Salvador, ARENA, FMLN y los demás partidos políticos de derechas se coludieron en la Asamblea Legislativa para adelantarse al fallo de la Honorable Sala de lo Constitucional en el mes de agosto del año pasado, y a finales de este año, se vuelve a coludir el FMLN con los partidos de derechas para unas reformas al Código Electoral en lo tocante a las listas abiertas y bloqueadas; a eso se le llamó como el madrugonaso de fin de año. Luego ARENA cambia de postura y el FMLN patalea porque el presidente Funes ha vetado el Decreto que aprobó el FMLN, GANA, PCN y PDC. Roberto Lorenzana, secretario de comunicaciones del FMLN acaba de decir en ContraPunto que la resolución de la Sala y el veto del presidente Funes, puede meter en un lío al Estado como tal porque puede darse el caso de que no haya elecciones para diputados; además, la Comisión Política del FMLN publicita un comunicado en la Prensa Gráfica pronunciándose en contra del veto y Decreto 635 porque “arriesga el cumplimiento de los tiempos electorales, ya que su superación amenaza la realización de las elecciones legislativas del 2012”. Aparte que dice que es la presión de la derecha la que obligó al presidente Funes a vetar dicho Decreto. Buen chantaje; esto último es guerra psicológica, porque pretenden sembrar en la mente de la gente que el que está a favor del veto del presidente Funes es de derecha, mira que simple, ellos tienen el barómetro o marxómetro para decidir quién es de derecha o de izquierda.
Por su parte Lorenzana se cobija para semejante afirmación en el artículo 85 de la Constitución de la República, en la parte donde dice: El sistema político es pluralista y se expresa por medio de los partidos políticos, que son el único instrumento para el ejercicio de la representación del pueblo dentro del Gobierno”. Ese es un pobre argumento, porque ese artículo de la Constitución fue creado con dedicación contra el FMLN histórico de la década de 1980; es decir, les estaba diciendo el legislador, que si querían llegar al Ejecutivo, subrayo, al Ejecutivo, era únicamente a través de un partido político; en otras palabras, entren al sistema si quieren llegar al Órgano Ejecutivo.
Frente a tal disposición constitucional, el señor Lorenzana hace una interpretación exegética    y anti-histórica, tanto en cuanto lo que el legislador trató de impedir es que en el período de 1982 y 1983, cuando se presentó la posibilidad de llegar al gobierno mediante acciones armadas de grupos insurreccionales, en este caso aquel glorioso FMLN. En consecuencia, se estipuló en ese texto constitucional la exclusividad de los partidos políticos como los únicos instrumentos legales para la representación del pueblo dentro del gobierno. Pero cuando se hace alusión al “gobierno” se refiere al Órgano Ejecutivo. En el Diario Co Latino escribí un artículo en donde admiraba y aplaudía la resolución de la Honorable Sala de lo Constitucional sobre este punto.

Ahora bien, para mí no hay un entrecruce ideológico, primeramente porque pienso que el FMLN está en la deriva ideológicamente hablando, la cúpula es de una ignota prosapia discursiva; ARENA es de ultraderecha y nos sometió a 20 años amargos de neoliberalismo, y el nuevo gobierno sigue en la misma línea; eso debe quedarnos claro. El FMLN es de derechas, de derecha social le llaman algunos. ¿Que si es pragmatismo? Habría que leer con la requerida precisión a William James para saber lo que es en sí el pragmatismo. Yo considero que lejos de ser pragmatismo, esto tiene que ver más con el maquiavelismo, lo cual, eso de que “el fin justifica los medios” contiende con la Ética Marxista en el caso del FMLN y con la Ética Aristotélica que debería practicar ARENA. Lo que habría de preguntarse es ¿Por qué el presidente Funes veta ese decreto? ¿Por qué ARENA celebra veto? ¿Por qué el FMLN no tiene el mínimo recato en decir que es la derecha a la que le conviene ese veto? A favor de ese veto estamos miles de revolucionarios de izquierda. Los partidos políticos deben cumplir al pie de la letra la resolución de la Sala, porque el artículo 78 de la Constitución es bastante categórico, dice que el voto será libre, directo, igualitario y secreto. No hay nada que discutir. Deben cumplir esa resolución por el bien del país; y no deben ponerle tantas trabas a las candidaturas no partidarias. Eso es algo reprobable, es un despropósito.       


El gobierno de Funes es un gobierno de derechas, llevado por un gobierno que asumía ser de izquierda. ¿Cómo entender esta disyuntiva? Crees que este gobierno hará avanzar el proceso revolucionario o es un gobierno de contención de la lucha popular?
El PSOE en España y el PT en Brasil se definen como socialistas. Una cosa es definirse estatutariamente pero otra cosa son los hechos, la praxis de transformación social es la que verdaderamente te define si eres socialista o no.
Este gobierno no está pensando en un proyecto popular revolucionario, es un gobierno neoliberal. Su accionar lo delata. Pero es de hacer una diferenciación muy importante: una cosa es la militancia y otra la dirigencia del FMLN. Yo si estoy seguro que hay muchos militantes dentro de ese partido que son verdaderos revolucionarios y que se han llevado una gran desilusión, el asunto es que callan; pero ese es un problema muy de ellos. La vanguardia del proceso revolucionario lo hará la gente en las calles mediante los diferentes movimientos sociales. El MDP es una herramienta del pueblo para la lucha por las reivindicaciones de la clase obrera salvadoreña. Pienso que se debe trazar la meta de aglutinar a más personas de izquierda en este movimiento. Será un proceso lento y arduo porque los partidos políticos piensan que ellos tienen patentado el pensamiento revolucionario y que fuera de ellos no pueden existir militantes de la izquierda revolucionaria; además los grandes medios de comunicación les conceden espacios. Pero ese es un mal cálculo pensar que ellos son la vanguardia de las luchas populares. En Bolivia el MAS nació al igual que el MDP, aparte que el movimiento no está concentrado en lo electoral. Lo que necesitamos es unidad en la acción por parte de todos los movimientos sociales. 

Para culminar cómo ves el camino, un gobierno de derechas, que sitió su más grande apoyo con la venida del Presidente de Etados Unidos Barack Obama, que justo no vino a hacer nada más que a imponer su agenda y por otro lado un partido FMLN que demostrado está ya, que puede sorprender con cualquier postura de ultraderecha sin el mínimo pudor. ¿cómo queda la lucha revolucionaria entonces? ¿quiénes son las y los llamados a emprender la empresa por un nuevo país, por un nuevo Estado?

Bueno, de eso creo que ya he hablado un poco. Es tarea de los genuinos revolucionarios de izquierda los llamados a la construcción de un nuevo Estado, pero eso pasa naturalmente por la consolidación de una Nueva Izquierda como la concibe la TR. Respecto a la visita que nos hizo el presidente de los Estados Unidos, del imperialismo yanqui; se pudo ver a un FMLN que guardó un silencio sepulcral. Pero todo el gabinete social que es del FMLN estuvo trabajando en actos protocolares. James Petras por eso los calificó como un partido “pro-imperio”. Ahora están metidos en un gran problema con su militancia. Pero lo que puede venir a calmar esa trágica decepción de la militancia es la -posible- visita que hará al país el presidente Hugo Chávez. Saldrán por ahí un par de discursos anti-imperialistas y consignas marxistas, pero al irse Chávez todo seguirá igual o peor.
Ahora bien, los llamados a emprender este nuevo proyecto de izquierda a favor de la gente son los militantes que en verdad son revolucionarios. Encontraremos muchos de ellos en la izquierda revolucionaria no partidaria, en las universidades, en los mercados, en las iglesias, en las calles o quizás algunos dentro de un partido político. Todos ellos serán bienvenidos; porque sería una tragedia que apareciera una contención en contra de las luchas populares. Puede darse un momento estacionario de la gente de izquierda y, en el peor de los casos un proceso regresivo de todas las pocas conquistas hasta ahora alcanzadas. Por eso es labor de todo revolucionario manifestarse en contra de todas aquellas medidas neoliberales que está implantando éste gobierno. Solamente con la venida de Obama se gastaron miles y miles de dólares que hubiesen servido para los más pobres. El Dr. Salvador Arias denunció ese despilfarro de dinero, el Dr. Arias es un militante del FMLN, pero se necesitan al menos unos quinientos militantes de ese calibre. Aunque pienso que fuera de esos partidos sistémicos hay muchas personas muy progresistas y de izquierda que sin duda alguna se sumarán a esta valiosa causa por la construcción de un nuevo Estado participativo.
Alirio, ha sido un verdadero placer hablar contigo  y esperemos ver avanzar la lucha verdaderamente revolucionaria en los próximos días, meses y años, feliz retorno a las cálidas tierras del oriente de nuestro país y esperamos seguirnos viendo frecuentemente en la lucha que ya iniciamos por un nuevo Estado.

La Internacional

martes, 29 de marzo de 2011

La Comuna de París, el primer gobierno obrero






Por Leónidas Ceruti


La Comuna de París es uno de los grandes acontecimientos revolucionarios protagonizados por la clase obrera. El 18 de marzo de 1871, los trabajadores franceses tomaron el poder en sus manos, y por primera vez se dio un hecho tan trascendente como fue el de arrebatar el poder a la burguesía y destinarse a construir una nueva sociedad. De los cambios revolucionarios y el papel de las mujeres hasta los combates, los fusilados y los deportados. ¿Qué enseñanzas dejó La Comuna? Por Leónidas Ceruti.


Los cambios revolucionarios

La Comuna de París es uno de los grandes acontecimientos revolucionarios protagonizados por la clase obrera. El 18 de marzo de 1871, los trabajadores franceses tomaron el poder en sus manos, y por primera vez se dio un hecho tan trascendente como fue el de arrebatar el poder a la burguesía y destinarse a construir una nueva sociedad.


En un manifiesto expresaron “Los proletarios de París, en medio de los fracasos y las traiciones de las clases dominantes, se han dado cuenta de que ha llegado el momento de salvar la situación, tomando en sus manos la dirección de los asuntos públicos. Han comprendido que es un deber imperioso y su derecho indiscutible hacerse dueñas de su propio destino tomando el poder”.
Derrocaron el poder establecido, formaron sus propios órganos de gobierno y reemplazaron al estado burgués capitalista. “Eso no lo perdonaron los asustados burgueses, que vieron en la Comuna la posibilidad de perder todos sus privilegios económicos y explica la genocida represión sufrida por los comuneros”.


París, fue una ciudad sitiada y una “barricada”, donde surgió el primer gobierno obrero que duró tres meses. Todo aconteció luego de la rendición del ejército francés en la guerra franco-prusiana, que fue vivida por parte de los trabajadores como una traición de la burguesía, y comenzaron a exigir cambios revolucionarios y se apoderaron de las armas de los arsenales y organizaron la resistencia.


Se realizaron elecciones libres en la ciudad y se proclamó oficialmente la Comuna de París, invitando al resto de las ciudades a hacer lo mismo. Su llamamiento no tuvo respuesta ante la falta de comunicaciones. En esas elecciones fueron elegidos toda clase de personas con ideales anarquistas, blanquistas, proudonistas, socialistas de la I Internacional, e incluso hubo representantes de los barrios burgueses que luego huyeron.


El principal organismo fue el Consejo de la Comuna, coordinado por una Comisión Ejecutiva, con poderes legislativos y ejecutivos. Así mismo se crearon las Comisiones de Ejército, Salud Pública, Trabajo, Justicia, que aplicaban la política correspondiente a su actividad, aunque siempre respondía ante el Consejo. También se reorganizo la Justicia, la cual pasó a ser gratuita, y los magistrados se elegían por votación.


Los comuneros disolvieron al Ejército regular, sustituyéndolo por la Guardia Nacional democrática, es decir por todo el pueblo en armas. Otra decisión, muy sorprendente, fue el respeto de la propiedad privada de los que se quedaron, expropiándose sólo a los que huyeron, los grandes propietarios. Y lo llamativo fue que nunca llegaran a utilizar los depósitos del Banco de Francia.


A pesar del cerco militar, la Comuna invirtió rápidamente en la ejecución de trabajos públicos, con la creación de correos y de un sistema sanitario, que garantizara la salud del pueblo y de las tropas de la Guardia Nacional. Se impulsó que se instalaran cooperativas en los talleres abandonados por sus patrones. Los pequeños industriales fueron respetados aunque en un nuevo marco de relaciones laborale, en la que los trabajadores tenían garantizados sus derechos. Se prohibió el trabajo nocturno y adoptaron políticas de higiene.


Los alquileres empezaron a estar controlados por la municipalidad, fijándose un tope máximo. Los miembros del gobierno se pusieron un sueldo igual al sueldo medio de los trabajadores, teniendo prohibido la acumulación y aprovechamiento propio de sus cargos.
La educación pasó a ser laica, gratuita y obligatoria. Los programas de estudios fueron confeccionados por los propios profesores. Se creó una escuela de Formación Profesional en donde los obreros daban clases prácticas a los alumnos. Se abrieron guarderías para cuidar a los hijos de las trabajadoras. También en el plano educativo se destacó la Asociación Republicana de Escuelas con el propósito de crear en las universidades un estímulo basado en el conocimiento científico. En el mundo del arte y cultural aparecieron una gran cantidad de asociaciones para la promoción del teatro y las bibliotecas.


Hubo libertad de prensa, de reunión y asociación. Se decretó que las detenciones deberían ser por orden judicial, y los prisioneros tenían todos sus derechos garantizados, incluso el castigo era fuerte para los casos de detenciones injustas. La libertad de asociación hizo aparecer a muchos grupos y “clubs” de todas las ideologías, las cuales se podían expresar libremente. Ese clima de libertad hizo que los enemigos de la Comuna se movieran libremente por la ciudad, provocando muchas veces actos de sabotaje. Solamente al final, cuando la situación empeoró, se detuvieron a varios saboteadores y aún así durante esos tres meses no murieron más de cien personas, que fueron saboteadores, espías y un Obispo, datos totalmente insignificantes comparados con la represión posterior.


El Consejo General de la Comuna, apoyado en las fuerzas populares, concentró en sí todos los poderes civiles y militares. Sus integrantes dividieron su tiempo entre la organización de la lucha armada y la de la vida cotidiana, del abastecimiento, del trabajo en la capital. Entre las medidas urgentes que fueron tomadas se destacaron la moratoria sobre los alquileres, las viviendas vacantes fueron requisadas, la pena de muerte fue decidida contra los traficantes y un decreto decidió la separación de la Iglesia del Estado.

Mujeres en las barricadas, fábricas, y masacradas

Un capitulo aparte fue el papel de las mujeres, participando de todas las actividades realizadas en esos meses, y principalmente cuando la lucha armada se dio en las barricadas, por eso fueron fusiladas junto a sus hijos.


Pero, de todas las luchas revolucionarias en las que las mujeres tuvieron participación, sobresalen las de la Comuna de Paris, tanto por su contenido político como por su número e intensidad.


En 1871, pese a la participación de las mujeres en las jornadas revolucionarias durante casi un siglo de lucha de clases, los trabajadores sufrían precarias condiciones de vida y las trabajadoras sufrían una doble explotación y discriminación: como mujeres y como trabajadoras, careciendo además del derecho al voto, permitido a los hombres. Un ejemplo de las discriminaciones a las que estaban sometidas las mujeres aparece en el Código Civil francés. Éste, modelo de código civil burgués, y seguido en distintos países, fue uno de los documentos más reaccionarios en lo que respecta a la cuestión de la mujer. La despojaba de todo y cualquier derecho, sometiéndola enteramente al padre o al marido, no reconocía la unión de hecho y sólo reconocía a los hijos del casamiento oficial.


Para muchas mujeres, la Comuna se presentó no sólo como una posibilidad de conquistar una República social, sino de conquistar una República social con igualdad de derechos para las mujeres.


El 18 de marzo de 1871 fueron las mujeres las primeras en dar la alarma y revelar la intención de las tropas al mando del gobierno de la burguesía de retirar los cañones de las colinas de Montmartre y desarmar París. Las mujeres se pusieron delante de las tropas gubernamentales e impidieron con sus cuerpos que los cañones fueran retirados, e incitaron la reacción del proletariado y de la Guardia Nacional a la defensa de París.


En concreto, trabajaron en las fábricas de armas y municiones, hicieron uniformes y dotaron de personal a los hospitales improvisados, además de ayudar a construir barricadas. A muchas se las destinó a los batallones de la Guardia Nacional como “cantineras”, donde se encargaban de proporcionar alimentos y bebida a los soldados de las barricadas, además de los primeros auxilios básicos. En teoría, eran cuatro las “cantineras” destinadas a cada batallón, pero en la práctica solían ser muchas más. Por otra parte, abundantes datos muestran que muchas mujeres recogieron las armas de hombres muertos o heridos y lucharon con gran determinación y valentía.


También hubo un batallón compuesto por 120 mujeres de la Guardia Nacional que luchó con coraje en las barricadas durante la última semana de la Comuna. Obligadas a retirarse de la barricada de la Place Blanche, se trasladaron a la Place Pigalle y continuaron la pelea. Algunas escaparon al Boulevard Magenta, donde todas murieron en la lucha final.


Las actividades desarrolladas por las mujeres englobaban una serie de funciones, destacándose aquellas destinadas a la asistencia a los heridos y enfermos, a la educación en general y el abastecimiento. Aunque no existió la organización de movimientos feministas como los conocemos hoy y no fue elaborado un programa sólo con reivindicaciones especificas, las revolucionarias crearon cooperativas de trabajadores y sindicatos específicos para las mujeres.
Participaron activamente de clubes políticos, reivindicando la igualdad de derechos, como por ejemplo el Club de los Proletarios y el Club de los Librepensadores. Crearon organizaciones propias como el Comité de Mujeres para la Vigilancia, el Club de la Revolución Social, el Club de la Revolución y, la que consiguió destacarse de las otras, la Unión de Mujeres para la Defensa de París y la Ayuda a los Heridos, fundada por miembros de la Internacional, influidos por las ideas de Marx.


Se publicaron periódicos destinados a las mujeres: Le Journal des Citoyennes de la Comuna (Periódico de los Ciudadanos de la Comuna) y La Sociale (La Sociedad).
Entre las mujeres en este período, la más conocida fue la activista socialista Louise Michel, fundadora de la Unión de Mujeres para la Defensa de París de apoyo a los Heridos y miembro de la I Internacional.


Algunas fuentes hacen referencia a las incendiarias, “les pétroleuses”, que prendieron fuego a edificios públicos durante la Semana Sangrienta al final de la Comuna. Estas historias parecen ser fruto del alarmismo antifeminista de inspiración gubernamental, y la mayoría de los corresponsales extranjeros presentes no las creían. No obstante, las tropas gubernamentales ejecutaron de manera sumaria a cientos de mujeres, e incluso se las apaleó hasta morir, porque eran sospechosas de ser pétroleuses. Con todo, a pesar del hecho de que más tarde se acusó a muchas más mujeres de ser incendiarias, los consejos de guerra no hallaron a ninguna culpable de ese delito. Sin embargo, hay pruebas que indican que, durante los últimos días, las mujeres aguantaron más tiempo tras las barricadas que los hombres. En total, se sometió a 1.051 mujeres a consejos de guerra, realizados entre agosto de 1871 y enero de 1873: a ocho se las sentenció a muerte, a nueve a trabajos forzados y a 36 a su deportación a colonias penitenciarias.


La Comuna de Paris y la destacada participación femenina en actividades consideradas hasta entonces como masculinas, reafirma la fuerza revolucionaria de la mujer, ya perfilada a partir de la revolución de 1789, que se transformó en una oleada mundial indestructible.

Combates, fusilados y deportados

Ante el temor que el fenómeno de la Comuna se extendiera al resto de Europa, los triunfadores alemanes le devolvieron al gobierno francés derrotado en el campo militar todas las tropas que mantenía detenidas, para que pudieran ser utilizadas en la represión a los comuneros. Así el 21 de Mayo de 1871 un ejército de 180.000 hombres se lanzó a la conquista de París. La defensa se organizó con cientos de barricadas, en las que lucharon tanto hombres como mujeres. El combate fue desigual ante el poderío militar del ejército regular, sin embargo los comuneros defendieron barrio por barrio, calle por calle y casa por casa. Pelearon y dieron sus vidas por el primer gobierno obrero. La batalla duró una semana, hasta el día que cayo la última barricada.
Como era de esperar la represión fue brutal. Se calcula que unos 30.000 obreros y simpatizantes de la Comuna fueron fusilados, a los que habría que sumar unas 40.000 personas enviadas a las colonias para realizar trabajos forzosos, en donde gran parte murió. Esa represión casi consiguió eliminar el movimiento obrero en Francia, y los vencedores disfrutando de su victoria llegaron a afirmar que: “El socialismo ha sido eliminado por un largo tiempo”. Algunos comuneros consiguieron escapar y varios de ellos llegaron a la Argentina, y muchos a Rosario, donde continuaron difundiendo los ideales socialistas y anarquistas, participando en la formación de las primeras organizaciones obreras del país.

Las enseñanzas de La Comuna

A pesar de la derrota, las acciones de los obreros parisinos dejaron muchas enseñanzas y llevaron a Marx a reflexionar que era “la forma al fin descubierta, para la emancipación económica de los trabajadores” y ante los comuneros que “tomaban el cielo por asalto”, vio en aquel movimiento revolucionario una experiencia más importante que cientos de programas. “La Comuna ha demostrado sobre todo que la clase obrera no puede simplemente tomar posesión de la máquina estatal existente y ponerla en marcha para sus propios fines.” Y fue muy claro: la clase obrera debe destruir, romper la máquina estatal y no limitarse simplemente a apoderarse de ella, agregando en una carta a un amigo: “Si te fijas en el último capítulo de mi 18 Brumario, verás que expongo como próxima tentativa de la revolución francesa, no hacer pasar de unas manos a otras la máquina burocrático-militar, como venía sucediendo hasta ahora, sino demolerla. Y esta es justamente la condición previa de toda verdadera revolución popular en el continente”.


Marx, señalaba la tarea posterior: sustituir la máquina del estado, una vez destruida, por la organización del proletariado como clase dominante, por la conquista de la democracia. Y afirmo con claridad “La Comuna convirtió en una realidad ese tópico de todas las revoluciones burguesas que es un gobierno barato, al destruir las dos grandes fuentes de gastos: el ejército permanente y la burocracia del estado. La Comuna no había de ser un cuerpo parlamentario, sino un organismo activo, ejecutivo y legislativo al mismo tiempo...”. Decidir una vez cada cierto número de años que miembros de la clase dominante han de oprimir y aplastar al pueblo en el parlamento: he aquí la verdadera esencia del parlamentarismo burgués. La salida del parlamentarismo no está naturalmente en abolir las instituciones representativas y la elegibilidad, sino en transformar las instituciones representativas de lugares de charlatanería en organismos activos. En Marx no hay utopismo, no inventa ni saca de su fantasía una nueva sociedad, sino que estudió cómo nace la nueva sociedad de la vieja.


Y anunció: “El París obrero, con su Comuna, será celebrado como heraldo glorioso de una sociedad nueva. Sus mártires reposan en el gran corazón de la clase obrera. En cuanto a sus exterminadores, la historia ya los ha condenado a una picota eterna, de la cual no los liberarán todas las plegarias de sus sacerdotes”.


Fuente original: Anred

(VIDEO) Vea "Dossier" con Walter Martínez (28.03.11)

Los sucesos internacionales y noticias de resonancia mundial en "pleno desarrollo" analizados por el periodista y corresponsal de guerra, Walter Martínez, a través de la señal del canal de todos los venezolanos, Venezolana de televisión.

“Dossier”, único en su estilo en la televisión venezolana, es una herramienta necesaria, que brinda información de actualidad, en un lenguaje directo y de fácil comprensión.



 
 
 
 
 


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lunes, 28 de marzo de 2011

LA IZQUIERDA DEL CAPITALISMO




 

Marcos Roitman Rosenmann (La Jornada)


No cabe duda, la obligación de adjetivar las conductas de los partidos socialdemócratas y progresistas como pertenecientes a la izquierda trae consigo ejercicios teórico-ideológicos propios de un malabarismo intelectual. Es común hablar de la existencia de una "izquierda institucional", sobre todo cuando nos referimos a organizaciones políticas cuyas bases doctrinales no cuestionan el capitalismo, factor suficiente para negarles el calificativo de izquierdas. No debemos olvidar que la socialdemocracia y los llamados reformistas no compartían las premisas del capitalismo. La estrategia cuestionada era la forma de enfrentarlo, la transición al socialismo.


El dilema se expresaba dualmente: reforma o revolución. Ahora, el problema es otro. Quienes se autodefinen pertenecientes a la "izquierda institucional" comparten y aceptan las reglas del juego de la economía de mercado. El hacerlo trae consigo consecuencias inmediatas. Su decisión conlleva avalar el proceso de concentración y centralización del capital como mecanismo para la creación de riqueza. Por consiguiente, dentro de sus programas desaparece la crítica de fondo a las relaciones sociales de explotación sobre las cuales, el capitalismo, construye y ejerce el poder político. Los militantes de esta nueva izquierda institucional, parecen sentirse cómodos navegando en las aguas del capital. Eso sí, para justificar el abandono de la lucha anticapitalista, la izquierda institucional y la socialdemocracia utilizan argumentos maniqueos y pedestres.
Su lógica consiste en negar la lucha de clases y la división social del trabajo basada en la propiedad privada de los medios de producción. De su lenguaje han desaparecido, por arte de magia, los capitalistas y con ello la dualidad explotados-explotadores. Asumen, sin cuestionar, una visión del mundo donde el imperialismo y los intereses depredadores de las trasnacionales se esfuman en pro de la ideología de la globalización. Sin explicación coherente enfatizan el sentido armónico de la globalización, promoviendo una gestión de la crisis con rostro humano. Según ellos, todos somos responsables y debemos compartir costos. Así sugieren un pacto estratégico entre trabajadores y empresarios, considerándolos parte de un mismo equipo con las mismas metas.


De esta manera, nadie quedaría excluido de los beneficios de un trabajo solidario. Ni ganadores ni perdedores. Si actuamos con tino, nadie se verá perjudicado. Es el dilema del prisionero extrapolado ante las relaciones sociales de explotación. Si se coopera se consiguen los objetivos, todos obtienen beneficios. Los trabajadores mantienen su empleo, aunque sea en peores condiciones, y los empresarios, ya nunca más capitalistas, verán aumentar sus ganancias y con ello invertirán, incrementándose el producto interno bruto. Un verdadero pacto de caballeros. Puestos en esta lógica, el quid del capitalismo cambia de eje, no se encontraría en las relaciones de explotación. Su sitio se ubicaría, a partir de ahora, en la fuerza autorregulada de la economía de mercado para satisfacer las necesidades de los consumidores.


Para la nueva "izquierda institucional" y la socialdemocracia, el capitalismo debe redefinirse como un sistema político destinado a generalizar los beneficios de la economía de mercado. Con ello, lo importante es consumir, no importa qué, cómo y cuándo. Se trata de garantizar el acceso al mercado y formar parte de un ejército de consumidores diferenciados por la calidad y la cantidad de los productos que adquiere. Unos comerán angulas, caviar, beberán champagne, conducirán Lambordinis, Mercedes Benz , irán de vacaciones en yates y viajarán en primera clase; otros, en cambio, deberán conformarse con sucedáneos, imaginarse unas vacaciones virtuales, utilizar el transporte público, consumir gaseosas o tomar agua no contaminada, en el mejor de los casos.
Pero tampoco se olvidan de los menos agraciados, quienes sobreviven con menos de un dólar al día o simplemente no tienen ni eso. Para este sector social les aplican el criterio de políticas para pobres. Podrán comer, tendrán un trabajo precario, y se verán avocados a la miseria, la exclusión y la marginalidad. Pero siempre tendrán una opción de salir adelante, en sí son capital humano y ese es su máximo activo. El mercado está siempre atento para recibirlos con las manos abiertas.
En otro orden de cosas, la "izquierda institucional" traslada el debate de la ciudadanía plena y la centralidad de la política a la esfera de la eficiencia y la racionalidad económica para lograr un mejor funcionamiento del mercado. No tienen empacho en señalar que están actuando en beneficio de todos y en favor del progreso de la humanidad. Muy a su pesar, sólo les queda constatar la pérdida de los derechos laborales, sindicales y políticos en beneficio de la comunidad del mercado. Cómplices del secuestro de la democracia, se manifiestan en pro de los tratados de libre mercado, las trasnacionales y los grandes capitalistas.


Asimilados a los postulados del capitalismo se han transformados en sus cancerberos. Adoptan la función del policía bueno. Mientras critican las maneras políticas de la derecha neoliberal y conservadora, ellos encarnan, dicen, el bien común y la moral pública. Pero ambos son la cara y cruz de una misma moneda y comparten un mismo objeto, doblegar la voluntad de las clases populares. Para ellos no hay alternativa al sistema, es mejor someterse y vivir de acuerdo a las leyes del mercado. Luchar contra el capitalismo es un suicidio, porque éste siempre gana.
No hay por donde equivocarse, gracias a la izquierda institucional y la socialdemocracia, el capitalismo se reinventa y queda absuelto de ser un orden de violencia, deshumanizante, asentado en la desigualdad, la explotación y la injusticia social. Por consiguiente, es mejor llamar las cosas por su nombre y quitarle la máscara a esta nueva izquierda y sus aliados socialdemócratas. Es más apropiado llamarla izquierda del capitalismo, concepto apegado a sus prácticas y claudicaciones estratégicas de lucha anticapitalista. Por este motivo, démosle la bienvenida, poniendo al descubierto sus espurios intereses que consisten en mantener inalteradas las estructuras de explotación inherentes al modo de producción capitalista.

Tráfico de armas: ineficiencia bilateral

La Jornada

Con el telón de fondo de la operación Rápido y furioso, mediante la cual el gobierno de Estados Unidos permitió el tráfico ilegal de grandes cantidades de armamento a nuestro país, y en el contexto de los angustiosos resultados de la guerra lanzada hace más de cuatro años por el gobierno calderonista contra la delincuencia organizada, resulta desolador comprobar que la cooperación bilateral en uno de los escenarios fundamentales de la violencia creciente, el del tráfico de armas, es apenas algo más que un buen propósito, como lo dejan ver los informes que sobre este tema elaboraron, en el pasado reciente, diplomáticos de Estados Unidos asignados a México, y cuyos puntos fundamentales se dan a conocer en esta edición.
Son de sobra conocidos los reclamos de las autoridades mexicanas a las del país vecino por el absoluto descontrol que impera en el comercio de armamento en todo el territorio estadunidense y, en particular, en los estados de su frontera sur. En efecto, cualquier persona que acredite la ciudadanía estadunidense o su residencia legal en el país vecino puede adquirir, sin restricción de ninguna clase y sin que ninguna oficina pública guarde un registro, todas las armas de alto calibre que desee.

Ciertamente, semejante ausencia de regulación es uno de los factores principales con que cuentan los grupos de la delincuencia organizada en México para hacerse de grandes arsenales con suma facilidad. Y, sin duda, resulta exasperante el doble discurso de Washington, que por una parte se dice amenazado por la violencia al sur de su frontera y, por la otra, la alimenta con exportaciones masivas de armamento.

Poco se sabía, en cambio, de la visión oficial estadunidense sobre la responsabilidad del gobierno calderonista ante el abasto de armas a los grupos criminales. De acuerdo con los documentos entregados por Wikileaks a La Jornada, el vecino del norte percibe una pasmosa falta de coordinación en materia de control de armamento entre las dependencias encargadas de combatir a la delincuencia –Secretaría de la Defensa Nacional, Procuraduría General de la República, Secretaría de Seguridad Pública federal–, así como un gran desorden dentro de cada una de ellas en el manejo de las armas confiscadas.

Otro hecho que se revela con nitidez en los cables referidos es que entre uno y otro gobiernos la coordinación a la que se refieren los discursos oficiales en ambas orillas del río Bravo es, a pesar de un trío de programas muy poco eficaces, inexistente.

Washington posee un escandaloso margen de intromisión en las instituciones mexicanas encargadas de combatir a la delincuencia, pero lo emplea para descalificarlas; las autoridades nacionales, por su parte, abdican de atribuciones soberanas ante funcionarios estadunidenses y cuando solicitan actos específicos de colaboración, reciben el silencio por respuesta. Las autoridades de Estados Unidos perciben la legítima demanda mexicana de que se aplique un efectivo control de armas como alegatos baratos de quienes critican la segunda enmienda (constitucional de Estados Unidos, que otorga a todos sus ciudadanos el derecho irrestricto a portar armas) y se irritan ante la poca pulcritud de sus homólogos mexicanos en materia criminalística.

En suma, por lo que puede concluirse de la información reseñada, la guerra del gobierno federal contra la criminalidad se ha venido librando sin una colaboración efectiva en materia de control de armas entre la Casa Blanca y Los Pinos, y ello explica, en parte, el altísimo saldo trágico –30 y tantos mil muertos, descomposición institucional acelerada, pérdida del control territorial por las autoridades formales, desintegración social en extensas regiones, desarticulación económica creciente– de la estrategia implantada desde el comienzo de la actual administración y reforzada por medio de la Iniciativa Mérida. Ante ello, son inocultables las responsabilidades políticas de ambos gobiernos.

Enlaces:
Los cables sobre México en WikiLeaks
Sitio especial de La Jornada sobre WikiLeaks

Un comentario sobre la vigencia del marxismo y de la propiedad social

Darío L. Machado Rodríguez

El proceso político de transformación socialista abarca no solo el ámbito de la economía, sino también el de la ética, el derecho, la organización, la cultura. Si el capitalismo es el predominio del egoísmo, el socialismo es el predominio de la solidaridad, si el capitalismo es el predominio de la explotación, el socialismo lo es de la justicia, si el capitalismo es el predominio de la competencia, el socialismo lo es de la colaboración, si el capitalismo es el predominio de la irracionalidad, el consumismo y el lujo, el socialismo lo es de la racionalidad, el consumo saludable y el bienestar general, si el capitalismo es el predominio del mercado, en el socialismo debe predominar el plan, si el capitalismo es el predominio de la propiedad privada, el socialismo es el predominio de la propiedad social.

Los dos componentes del título de este artículo están estrechamente vinculados por la finalidad práctica del pensamiento de Carlos Marx, revelada en síntesis en la trascendente tesis 11 sobre Feuerbach, en la que alude a la transformación entendida como práctica, como actividad que incluye el pensamiento abstracto y la teoría y no como un “hacer” desprendido de la racionalidad.

En efecto, hablar de marxismo es hablar de la superación del modo de producción capitalista, es hablar de revolución, de cambio y no solo de crítica del capitalismo real. Por ello, hablar de marxismo con un sentido práctico es también encarar el reto de superar la propiedad privada y la cultura mercantil capitalista que ésta genera.

Creo que es obligado reconocer que si bien la preocupación acerca del marxismo o de los marxismos posteriores a Marx no es nueva, sí adquirió mucha mayor notoriedad después del derrumbe del sistema socialista de Europa del Este y de la confusión que cundió en todo el mundo progresista.

Comparto la idea de los que piensan que el fracaso del experimento socialista eurooriental nacido con la revolución de Octubre de 1917, no fue solo un fracaso “de los soviéticos” ni “del campo socialista”: fue, esencial e históricamente hablando, un fracaso de toda la humanidad; fracasó aquel socialismo como componente de la realidad mundial nacida de aquella revolución primigenia y fue particularmente un fracaso mayor para la izquierda consciente y radicalmente anticapitalista. Eso explica en parte por qué muchos los asumimos con sus defectos y vimos en el antisovietismo una posición contrarrevolucionaria y también por qué –aun reconociendo sus deficiencias, errores, insuficiencias y excesos- no nos sentimos reivindicados con el fracaso de la URSS, sino debilitados. Pero si bien la vida ha comprobado con creces que no estamos “mejor” ahora, también ha sacado a la superficie de modo dramático el costo social y político de los errores y, simultáneamente, que ese fracaso no lo fue del “marxismo” y menos aún “de la obra de Marx”, aunque lógicamente al analizarlo nos remitimos inevitablemente al pensamiento fundador y su producción posterior.

Ahora bien, ¿por qué nos interesa debatir sobre el marxismo, cuando estamos en medio de tanta incertidumbre y crisis en el planeta? Creo, en primer lugar, que es por la convicción de que el marxismo tiene todavía mucho por hacer en este mundo porque sigue sirviendo a los propósitos de la política revolucionaria, la de hoy, la de un mundo cambiado y cambiante.

Un primer asunto es precisamente éste: el marxismo posterior a Marx sólo puede tomar su marxismo, el de Marx, en relación con un mundo cambiado y cambiante, pero no escogiendo pedazos de este que consideremos “buenos” porque en tal caso no podríamos hablar de “marxismo” sino de interpretaciones parciales y descontextualizadas de un pensamiento, una de cuyas principales virtudes, si no la principal, es su integralidad. El otro aspecto es tener en cuenta el carácter abierto de este sistema filosófico, por lo que un abordaje que imponga límites, terminaría inevitablemente en posiciones dogmáticas que acabarían necesitando un marxismómetro que revelase cuánto marxismo hay en un pensamiento, en un enfoque, en un ensayo, etc. y claro está se necesitarían los especialistas en marxismometría para hacer las mediciones y otorgar calificaciones.

La esencia holística del marxismo es el fundamento de su principal fortaleza teórica, es intrínsecamente multi, trans e interdisciplinaria, exige ver la sociedad desde las perspectivas económica, política, jurídica, cultural, ética, estética, antropológica, etc., integralidad que no siempre ha sido asumida por el sujeto de la construcción socialista con el rigor que imprimió Marx a su estudio de la historia, a su crítica del capitalismo, a su perspectiva del socialismo, lo que ha traído importantes desfases en la vida cotidiana resultantes de la falta de articulación práctica de las actividades socioeconómica, organizativa, jurídica normativa e ideológica política; precisamente al análisis de este particular hemos dedicado buena parte de los esfuerzos para estudiar los problemas de la transición socialista (2) .

El marxismo posterior a Marx, si lo consideramos como sistema integral, puede enfocársele desde su característica de ser cosmovisión, teoría de la historia, el ser guía para pensar una sociedad histórica y culturalmente definida, una región, o una actividad humana, por ejemplo: la Economía, el Derecho, la Ética, y verse también como ideología. Todos estos enfoques, claro está, están interrelacionados.

El marxismo, en tanto expresión teórica, totalizadora, es ciencia y como tal está necesitada de incorporar constantemente los nuevos datos de la realidad, de mantener su carácter abierto, de autocrítica y superación ante los nuevos conocimientos, incluyendo aquellos que pueden determinar cambios en su epistemología. La complejidad que hoy se reconoce en la relación sujeto – objeto, que a mi modo de ver se exagera en ocasiones hasta el extremo de diluirse uno en otro caotizando al conocimiento, impone, sin embargo, un reto para la epistemología que no puede ser obviado.

El marxismo como ideología exige una visión integral de la realidad social y convoca a una actitud revolucionaria desde una perspectiva de regularidad que parte de considerar la finitud inevitable del sistema socioeconómico capitalista y del modo capitalista de vida como un resultado natural de la evolución de la historia. Aquí se nos presenta una disyuntiva. No habría Carlos Marx sin Hegel. La modernidad que se levantó sobre las bases del modo capitalista de vida construyó su subjetividad, generó sus filósofos, la filosofía clásica alemana no cerró con Feuerbach, cerró con Marx. Marx, al pensar la crítica del capitalismo estaba criticando también a la modernidad de entonces, a su modernidad, y al postular como inevitable el postcapitalismo en forma de socialismo, también estaba postulando una nueva modernidad o, si se quiere, una postmodernidad, obviamente de signo y contenido muy diferente a la ya pasada moda “postmoderna” y dado su fundamento filosófico hegeliano, ese cambio era visto en una dialéctica de la negación que para nada evocaba una etapa desprendida de la sociedad anterior, sino, como recordara en su Crítica al Programa de Gotha, “con las manchas del parto”.

La ideología marxista es un sistema de principios, teorías, ideas y valores construido sobre la base del convencimiento y prueba del carácter finito del modo de producción y de vida del capitalismo. Por esta razón –en rigor- no toda ideología anticapitalista es necesariamente una ideología marxista tal como Marx vio la historia, pero sí en muchísimos puntos de contacto, no solo por este particular, sino por muchos otros, porque una ideología política revolucionaria es siempre un sistema vivo de ideas, valores, códigos, convicciones, actitudes, y el marxismo en tanto ideología, solo puede existir realmente en una sociedad concreta, histórica y culturalmente definida, solo puede existir, para decirlo con palabras de Isabel Rauber, mestizado, de lo contrario estaríamos ante una pura abstracción de escaso sentido práctico y la ideología, como enseña Fidel, es conciencia y actitud de lucha. (3)

Las preocupaciones e incertidumbre que muchos asumen respecto del futuro de la humanidad llevan a estas personas que rechazan al capitalismo como sistema, que sufren y reflejan sus contradicciones, a luchar contra este, aun sin el convencimiento de que necesariamente está condenado a desaparecer. Pero en tanto postura anticapitalista, esta posición va al encuentro del marxismo y construye sus sentidos con fundamentos muchas veces coincidentes con este, pero se detienen en el concepto de la desaparición ineluctable del sistema, como necesidad histórica, como regularidad.

Lo anterior nos lleva a otra pregunta bien diferente: ¿qué tan importante es para la práctica que las personas reconozcan como cierta tal regularidad? Cabe pensar incluso que no esperar que el devenir histórico determine el cambio implica asumir mayor responsabilidad por parte de ese sujeto anticapitalista, que, por así decirlo, “se queda solo” sin la ayuda del demiurgo de la necesidad histórica y por ello está probablemente en mejor capacidad de prepararse para las incertidumbres, para pensar y reaccionar ante lo casual, y asumir nuevas actitudes prácticas, algo que –dicho sea una vez más- no tiene por qué no ser también una actitud positiva de quienes sí reconocen esa regularidad.

Ni Marx ni Engels tuvieron posibilidad de participar de una práctica de construcción socialista, no pudieron, por tanto, continuar su labor teórica alrededor de tal experiencia. Su legado se circunscribe al desarrollo de la concepción materialista de la historia, el estudio a fondo del capitalismo, el descubrimiento de sus contradicciones, de las lógicas internas que generan las potencialidades para su necesaria superación, pero no tenían ni podían tener idea de cómo en un país subdesarrollado y bloqueado como Cuba, por ejemplo, podía organizarse la producción y alcanzarse la eficiencia. Siendo como eran, científicos, se alejaban de la especulación. Solo llegaron a plantear algunos criterios acerca de cómo podría ser la distribución. Lenin participó en los primeros intentos de organizar el funcionamiento socioeconómico del socialismo en la antigua URSS, con las conocidas etapas de comunismo de guerra y la NEP (4) , pero vivió poco tiempo después de iniciado este proceso, nos legó su análisis del imperialismo e importantes trabajos acerca de la NEP, pero tampoco él tuvo una práctica dilatada, suficiente, como para sistematizar y generalizar algunas experiencias.

Si reconocemos que el marxismo hay que verlo en relación con un mundo cambiante y cambiado, a la pregunta ¿cuál marxismo? hay que anteponerle la pregunta ¿cuál realidad?, ¿qué ha cambiado en el mundo? No podemos aquí pretender el imposible de señalar siquiera todos los cambios fundamentales, sino asomarnos al problema. Muchos entonces nos hacemos preguntas como estas: ¿Cuál y cómo es hoy el sujeto del cambio revolucionario?, ¿Cómo se construye el poder del cambio?, ¿Cómo se expresa hoy la relación economía–sociedad?, ¿Cómo ver hoy el determinismo económico “en última instancia”?

Acerca del papel del marxismo

El marxismo tiene que dar cuenta hoy de las transformaciones que han ocurrido y siguen ocurriendo en el mundo en lo tocante a la estructura socioclasista. La contradicción capital–trabajo, obviamente vigente, se interpretó muchas veces de modo reduccionista, colocando en el polo capital a la burguesía y en el polo trabajo al obrero, la visión mecanicista de esta oposición, llevó incluso a definir como esencialmente “bueno” al obrero y esencialmente malo al “burgués”, recordemos de nuestra práctica las planillas con la pregunta: “origen social”.

El desarrollo del capitalismo ha producido también cambios en los trabajadores, los cambios han llegado al enfrentamiento de los obreros que pelean entre sí por mantener el trabajo, la competencia ha calado hasta la médula a toda la sociedad, no es que sea un fenómeno nuevo en la historia, los trabajadores mejor remunerados hace años se distancian de su clase y también se han puesto entre ellos zancadillas, pero el capitalismo tardío ha empleado, y hábilmente, además de sus armas económicas, las extraeconómicas, las armas de la ideología y ha terminado culpando al individuo de las miserias del sistema y con muchos individuos aceptando las culpas y reconociéndose “incapaces” y “perdedores”.

Mientras, han surgido nuevos actores sociales no necesariamente directamente vinculados -como tales actores- a la función económica del capital, al metabolismo económico, a la producción de bienes y servicios bajo la explotación capitalista, pero sí indirectamente y sufriendo las contradicciones del sistema en su etapa de perversión y sus disímiles vías de parasitar en la sociedad, y le han nacido al capitalismo tardío nuevos enterradores cuyas vías de participación y empoderamiento ya no vienen del modo decimonónico ni como fue en el pasado siglo. No puede decirse que los obreros serán los enterradores, que son los únicos que no tienen nada que perder sino sus cadenas, o que son los encargados por el devenir de ocuparse de acabar con el capitalismo una vez que se apropian de la ciencia del cambio. De igual manera es fundamental la recuperación y relanzamiento de la experiencia y las tradiciones de lucha de los trabajadores. Todo ello introduce muchísimas interrogantes y desafíos acerca de la función de las organizaciones políticas, los modos de articulación, las formas de lucha, las vías de empoderamiento, etc.

Lo anterior conduce a otra reflexión acerca de cómo considerar la construcción del poder para el cambio. Este ya no puede verse sólo como atributo básico “de una clase con sus aliados”. En las nuevas circunstancias históricas no pierde centralidad el trabajo como polo opuesto e imprescindible del capital, pero sin perderse o diluirse el concepto de clase en el presente la centralidad se agranda y el capital que fue otrora el trasfondo y fundamento económico de un modo de vida y de un cambio progresista, aparece hoy como un gigantesco cuerpo parasitario que se relaciona de modo dañino con la humanidad y con la naturaleza. En consecuencia, el desarrollo hoy del marxismo plantea a la izquierda el estudio, seguimiento, elucidación de las nuevas formas de construcción y ejercicio del poder para el cambio, desarrollo y consolidación de un nuevo modo de vida.

Lo dicho nos lleva de la mano a rever el tema recurrente del determinismo económico. El determinismo económico de Marx se inscribía en la lógica del desarrollo de las fuerzas productivas, ellas eran las generadoras del cambio inevitable, pero ese ángulo hay que verlo detenidamente, porque la influencia de los procesos económicos en la vida social tiene características específicas y regulares, independientemente del grado y nivel de su desarrollo. No albergamos dudas al afirmar que cuando hay crisis en la actividad económica, esta se refleja en la sociedad en su conjunto con fuerza que determina direcciones de la historia, tampoco dudamos de la estrecha en insoluble relación de los procesos económicos con los procesos sociales en general y nos dirigimos a estudiar los eslabones mediadores cuando queremos elucidarla, pero también debemos plantearnos ante los nuevos problemas que se presentan hoy ¿Qué corresponde al marxismo como ideología política, como guía para la acción superadora del capitalismo, como ciencia del cambio? ¿Debemos, para decirlo en buen cubano, “seguir la rima”, enfocar la sociedad que queremos construir sobre la base de competir con capitalismo para “producir más” y “consumir más” porque de lo contrario no lo derrotaríamos, o debemos plantearnos una crítica profunda y específica en cada sociedad de la producción y el consumo que heredamos del capitalismo y forjar un modo de vida, una cultura, auténticamente nuevas, superiores? Digo esto, sin dejar de tener en cuenta las deudas de consumo básico elementales que se heredan con el subdesarrollo o con las injusticias y desigualdades del capitalismo en los propios países desarrollados y que el emprendimiento por una nueva sociedad no puede soslayar.

Uno de los temas más importantes, en los que en la experiencia socialista mundial ha olvidado la integralidad del pensamiento de Carlos Marx es el referido a las formas de organizar la propiedad social.

Ha quedado suficientemente claro que el capitalismo no es “el fin de la historia”, ahora bien, si no es superado por algo –y valga la redundancia- “superior”, acabará con la historia, que no es lo mismo, pero como dijo el poeta, es igual.

En consecuencia, el socialismo está hoy más que nunca a la orden del día. También ha quedado claro que no habrá una única forma de existencia del socialismo, sino tantas como condicionen las diferentes sociedades que emprendan tal camino de transformación de la sociedad.

El proceso político de transformación socialista abarca no solo el ámbito de la economía, sino también el de la ética, el derecho, la organización, la cultura. Si el capitalismo es el predominio del egoísmo, el socialismo es el predominio de la solidaridad, si el capitalismo es el predominio de la explotación, el socialismo lo es de la justicia, si el capitalismo es el predominio de la competencia, el socialismo lo es de la colaboración, si el capitalismo es el predominio de la irracionalidad, el consumismo y el lujo, el socialismo lo es de la racionalidad, el consumo saludable y el bienestar general, si el capitalismo es el predominio del mercado, en el socialismo debe predominar el plan, si el capitalismo es el predominio de la propiedad privada, el socialismo es el predominio de la propiedad social.

Cuando una sociedad ha acumulado suficiente fuerza, organización e inteligencia y emprende el camino socialista desde el predominio de la propiedad privada, podrá avanzar progresivamente en su socialización. Donde ya –como es en la realidad cubana- predomina la propiedad social y hay casi medio siglo de hábitos y experiencias acumulados en su organización, administración y funcionamiento, estoy convencido que lo sensato no es retroceder privatizando masivamente la pequeña y mediana empresa bajo el supuesto de que es el único modo de asegurar el estímulo a la tan necesaria eficiencia.

Pensar así, sería dejar de lado la integralidad que caracteriza al marxismo. Téngase en cuenta que siendo Cuba un país subdesarrollado, la pequeña y mediana empresa abarcan una parte importante del contingente de trabajadores que asegura la producción nacional. Pasar esa propiedad a manos privadas, además de plantear un complejo dilema ético, jurídico y político generado por las preguntas: ¿a manos de quién van a pasar? ¿Por qué? ¿cómo quedarían después de eso las políticas sociales?, etc.; significaría, en el hipotético caso de que así fuere, que cientos de miles de trabajadores y sus familias pasarían, por decisión de la propia voluntad socialista, al bando del mercado, el individualismo y la competencia mercantil, recreándose el motor reproductor de valores capitalistas y la base socioeconómica de rearticulación de una ideología capitalista dependiente, superada en lo fundamental por el proceso revolucionario de 1959. Es una falacia pensar que el problema tiene solución estratégica en los impuestos que controlarían esa propiedad privada.

Pero la única forma de existir la propiedad social en el socialismo, no es la de su administración estatal, verticalista y centralizada, y el hecho de aceptarla como fundamento de la construcción económica socialista no significa que con ello deja de existir automáticamente la ley del valor. No solo porque esta predomina en el mundo real y obliga a una sociedad subdesarrollada y de economía abierta, necesitada del comercio internacional a subordinar su metabolismo socioeconómico en buena medida a esa ley, sino –y en mi criterio básicamente- porque en la propia sociedad cubana, luego de medio siglo de transformaciones socialistas no ha sido eliminada –ni lo podrá ser por largo tiempo- la psicología de intercambio de equivalentes que han generado en la especie humana siglos y milenios de práctica mercantil.

También es fundamental -en mi criterio- tener en cuenta que la economía cubana no tiene otro modo de procurar la eficiencia si no asume conscientemente la necesidad de ser una economía mixta, en la que predomine la propiedad social, pero en la que se conjuguen diferentes tipos y formas de propiedad: privada, mixta, cooperativa, la propiedad social administrada por el Estado o con la modalidad de asociación, etc. y articular toda su armazón social económica, jurídica, política, ideológica, ética, sobre la base de esta realidad.

La existencia de la propiedad privada puede asumirse excepcionalmente también en empresas grandes o medianas y pautarse por un tiempo determinado siempre según la conveniencia social y ser más amplia en la pequeña propiedad (como lo es hoy la de la tierra de los pequeños agricultores o la de los cuentapropistas). (5)

En resumen, entre los conceptos vigentes del pensamiento de Marx está el de la superación de la propiedad privada (sobre lo cual Engels en “Principios del comunismo” afirmó que sería un proceso gradual) como base de la superación del capitalismo por el socialismo. Pero la propiedad social en el socialismo no será eficiente si no adopta las formas que pauta la realidad social, si no se organiza de manera tal que los colectivos laborales estén adecuadamente estimulados material y moralmente para trabajar con eficiencia y eficacia, para generar iniciativas, para propiciar la creatividad. Ello requiere una diversidad de formas de organización del trabajo y los salarios que ponga en manos de los colectivos muchas funciones que hoy están en estructuras que no se relacionan directamente con los procesos productivos y que, por tanto, no pueden tener la necesaria sensibilidad para adoptar las mejores decisiones.

Cada forma organizativa, empresa, unidad de producción, de servicios, etc. si es eficiente estará organizada de manera específica, diferente en la medida correspondiente de todas las demás incluso de aquellas que hacen una producción similar de bienes o de servicios; de forma adecuada a su tecnología, vías de realización comercial de la producción, condiciones socioeconómicas y geográficas en la que están sus instalaciones y se realiza su trabajo, etc.

El socialismo es un proyecto consciente de transformación de la realidad en el que corresponde tener participación a la sociedad en su conjunto, algo impensable sin un sistema de ideas compartido básicamente por la mayorías, que sustente la conjugación de los esfuerzos sociales en dirección a dejar atrás el modo capitalista de producción y de vida y forjar uno nuevo, superior, sistema de ideas, ideología, cuyas líneas maestras constituyan la orientación fundamental de los cambios. La ideología de la transformación revolucionaria de la sociedad cubana se nutre de las experiencias de su construcción, de los aportes de la sociedad en su conjunto, de los avances en la economía política y de la teoría general del socialismo en Cuba, cuya tarea principal será entonces la de contribuir a la estructuración sistémica del metabolismo socioeconómico de la sociedad en transición socialista, enigma cuyas respuestas no encontraremos en los clásicos.

Darío L. Machado Rodríguez es licenciado en Ciencias Políticas, Dr. En Ciencias Filosóficas, miembro del Consejo Editorial de la Revista Cuba Socialista.

Notas:
1) Eliminada por el autor
2) Puede consultarse: Darío L. Machado Rodríguez, “¿Es posible construir el socialismo en Cuba?”, Editora Política, La Habana, 2004 y “La persona y el programa del socialismo en Cuba”, Editorial Vadell y Hnos., Caracas, 2010.
3) La ideología de la revolución cubana es resultado también del mestizaje y encarna las líneas maestras de un proyecto de socialidad, lo que constituye una fortaleza del propio proceso, incluye objetivos, finalidades, ideales y también sueños que mañana pueden ser realidad si hay la conciencia que oriente los esfuerzos por convertirlos en verdad en el futuro. Lo anterior evidentemente no ha sido entendido o no es compartido por Julio César Guanche, quien en su ensayo „La verdad no se ensaya. Revolución, ideología y política en Cuba“, publicado por la página de Rebelión en Internet, escribe en la página 7: “La cuestión de las mayúsculas define lo esencial: de quién es la Revolución, ¿del sujeto o de «la ideología»?, ¿del ciudadano o de la «naturaleza»? La mayúscula hace que la ideología funcione como la racionalización de la política, como metajustificación del comportamiento de «La Revolución». «En tanto instrumento de transformación consciente de la sociedad, la ideología de la Revolución Cubana desempeña un papel decisivo en la correcta solución de los problemas sociales, orienta sus acciones ante la realidad cambiante». He aquí un sueño que produce monstruos: la ideología haciendo las veces de programa infalible de gobierno.” (Ver: http://www.rebelion.org/, Libros Libres)
No es necesario referirse a su interpretación de las mayúsculas, pero es imprescindible aclarar que lo que cita de mi libro “Cuba. Ideología Revolucionaria.” está fuera de contexto, a continuación transcribo un tramo mayor del texto que rodea a su cita, aunque el referente más amplio es lógicamente el propio libro:
La ideología de la Revolución Cubana no es un resultado acabado, se enriquece y transforma al calor del propio proceso de desarrollo social, y es deber de sus portadores preservarla de derrotas. En su vínculo indisoluble con el proceso social cubano, a la ideología de la Revolución Cubana le es inherente el constante enriquecimiento y transformación, el desarrollo.
Al proceso de creación de ideas y valores ideológicos, al desarrollo de la ideología del proceso revolucionario cubano contribuyen no solo los ideólogos, los cuadros, militantes, científicos, trabajadores de la esfera espiritual, sino también la opinión pública, las masas, los individuos, los grupos sociales.
Como dijimos, esta puede verse como resultado y como proceso. En tanto instrumento de transformación consciente de la sociedad, la ideología de la Revolución Cubana desempeña un papel decisivo en la correcta solución de los problemas sociales, orienta sus acciones ante la realidad cambiante. En el proceso de afrontar con soluciones nuevas los nuevos problemas es donde se enriquece y desarrolla la propia ideología.
Otra característica es la complejidad creciente de la actividad ideológica consciente. Está condicionada por el desarrollo científico-técnico, el desarrollo cultural general, e ideológico, en particular de las masas, por complejidades específicas de cada etapa y coyuntura, y por el desarrollo de los métodos y medios de la actividad ideológica. (Ver Darío L. Machado Rodríguez, “Cuba. Ideología Revolucionaria”, Editora Política, La Habana, 2000, pp. 178-179.).
Su valoración acerca de que ello es „un sueño que produce monstruos: la ideología haciendo las veces de programa infalible de gobierno.“ es cuando menos difícil de entender. Espero, sí, que su escrito sirva para invitar a la lectura de mi libro, que ciertamente hoy escribiría de otro modo en más de un aspecto, pero sin renunciar al papel de la ideología de la revolución cubana, a sus valores, sus principios, sus ideales y su ética, como instrumento decisivo en la orientación del proceso revolucionario cubano y no estrecha y forzadamente „haciendo las veces de programa infalible de gobierno“.
4) Nueva Política Económica, “NEP“ por sus siglas en ruso ( Nóvaia Ekonomícheskaia Política) . Política económica, impulsada por V.I.Lenin y el Partido Comunista a partir de 1921, en sustitución del comunismo de guerra y su fundamento: el sistema de contingentación. La NEP basada en las relaciones monetario-mercantiles perseguía impulsar la producción, en particular la agrícola.
5) Ver capítulo Propiedad social y mercado en la sociedad cubana actual, en Darío L. Machado Rodríguez, “¿Es posible construir el socialismo en Cuba?”, Editora Política, La Habana, 2004, pp.119 – 143.

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Si se calla el cantor, calla la vida...inspirate,instruyete,organizate,lucha,rebelate.



Saludos y bienvenida:


Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida...
Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos.

Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos.

Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más...

A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado.

Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia...

Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos?

Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista.

No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente.
Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo.

Fraternalmente, Trovador


UN DÍA COMO HOY, 12 de febrero de 1973, los principales periódicos de El Salvador difundieron fotos de la muerte de los compañeros José Dima...