Atlacatl
Cuando
en un escrito me referiré a personas o grupos con las cuales existe
alguna concordancia de pensamiento, intento buscar la mejor forma –
desde mi óptica – de expresar mi sentir o disentir, evitando herir
susceptibilidades a la persona o que mi postura sea tomada en un rumbo
“equivocado” y quizá, hasta sea abordado sin el contexto adecuado.
Como todos saben, estamos a las puertas de un año pre-electoral, eso implica y abre las puertas a la demagogia, al compadrazgo, al clientelismo y a una serie de practicas que deberían de quedar en el pasado. Los políticos regresaran a vos con golpes de pecho, intentando refrendar ese “Status Quo” que tanto rédito les significa.
Por tal motivo, debemos estar “buxos” para que las propuestas electorales que vamos a comenzar a escuchar, no nos encuentren mal parados o ansiosos y que producto de esto, enganchemos con una de ellas. En el pasado reciente, buena parte de la población de San Salvador le compraron a Norman la payasada del Metrobus, las bóvedas y producto de eso, es el alcalde capitalino. Así que, mosca con lo que te digo.
Por definición, soy amigo de que a los empleados públicos en puestos de elección popular se les endose respaldo, si y solo si, el trabajo desempeñado es eficiente, apegado a ley y que además, responde o es congruente con las necesidades de las mayorías poblaciones.
En el tema de municipalidades esto es relativamente fácil de medir, se apela a la óptica y estamos servidos con una evaluación somera del trabajo realizado o de la ausencia de este. Con los diputados y diputadas el tema es más complejo de medir, primero, no sabemos a qué diputado exigirle el cumplimiento de las promesas, y segundo, aunque exista la voluntad de una golondrina en la casa del pueblo, si no existe la concurrencia política de las intensiones, nada pasará en favor de las comunidades.
Con el contexto adecuado, continuo diciendo que este respaldo deberá de realizarse bajo el entendido de un tiempo finito, de no más de tres períodos para los puestos edilicios y de dos períodos, en el tema diputadil. Soy enemigo de las vacas sagradas o de las telarañas de corrupción que se tejen, cuando un funcionario se entroniza en un puesto de elección popular.
Los anticuerpos que se generan en estos puestos son propios de la naturaleza humana, así que, un cambio de timón siempre es sano y adecuado realizarlo.
Es entonces que, soy enemigo de esos políticos que se mofan y jactan de contar con una larga “carrera” política, ya que esta permanencia en la actividad política partidaria y en esos puestos de elección popular, te aseguro que llevan implícita muchas promesas incumplidas, corrupción, prebendas y miseria para este pueblo, sobre todo eso compatriota MISERIA.
Tienes el caso de la alcaldesa de Antiguo Cuscatlán, ha hecho obra, pero luego de su segundo período le bajó fuerza a su trabajo y se ha dedicado a realizar lo justo y necesario para mantenerse en ese puesto. Si ella fuera objeto de algún competidor o competidora con reales posibilidades de hacerla a un lado, te aseguro que el esmero y un mejor trabajo visitara esa localidad.
En las filas del FMLN existen situaciones similares y “supuestamente” las dirimen, con una restricción que imposibilita en períodos a todos aquellos que logran hacerse de una opción laboral en un cargo de elección popular.
En el papel se ve bonito lo anterior, pero la realidad es otra, ya que los amigos efemelenistas han buscado formas novedosas para no perder esa posibilidad laboral y es en donde aparece la ya famosa rueda de caballito roja. La cual dinamiza el paso de funcionarios desde y hacia la Asamblea Legislativa, utilizando como puente las comunas del país o alguna que otra ONG. El problema de esta rueda de caballito colorada es que son los mismos efemelenistas de siempre los que tienen comprado el “ticket” para hacer uso de ese juego mecánico, perdón, juego electorero.
El cambio generacional y las mentes frescas deben de llegar ya!
Como todos saben, estamos a las puertas de un año pre-electoral, eso implica y abre las puertas a la demagogia, al compadrazgo, al clientelismo y a una serie de practicas que deberían de quedar en el pasado. Los políticos regresaran a vos con golpes de pecho, intentando refrendar ese “Status Quo” que tanto rédito les significa.
Por tal motivo, debemos estar “buxos” para que las propuestas electorales que vamos a comenzar a escuchar, no nos encuentren mal parados o ansiosos y que producto de esto, enganchemos con una de ellas. En el pasado reciente, buena parte de la población de San Salvador le compraron a Norman la payasada del Metrobus, las bóvedas y producto de eso, es el alcalde capitalino. Así que, mosca con lo que te digo.
Por definición, soy amigo de que a los empleados públicos en puestos de elección popular se les endose respaldo, si y solo si, el trabajo desempeñado es eficiente, apegado a ley y que además, responde o es congruente con las necesidades de las mayorías poblaciones.
En el tema de municipalidades esto es relativamente fácil de medir, se apela a la óptica y estamos servidos con una evaluación somera del trabajo realizado o de la ausencia de este. Con los diputados y diputadas el tema es más complejo de medir, primero, no sabemos a qué diputado exigirle el cumplimiento de las promesas, y segundo, aunque exista la voluntad de una golondrina en la casa del pueblo, si no existe la concurrencia política de las intensiones, nada pasará en favor de las comunidades.
Con el contexto adecuado, continuo diciendo que este respaldo deberá de realizarse bajo el entendido de un tiempo finito, de no más de tres períodos para los puestos edilicios y de dos períodos, en el tema diputadil. Soy enemigo de las vacas sagradas o de las telarañas de corrupción que se tejen, cuando un funcionario se entroniza en un puesto de elección popular.
Los anticuerpos que se generan en estos puestos son propios de la naturaleza humana, así que, un cambio de timón siempre es sano y adecuado realizarlo.
Es entonces que, soy enemigo de esos políticos que se mofan y jactan de contar con una larga “carrera” política, ya que esta permanencia en la actividad política partidaria y en esos puestos de elección popular, te aseguro que llevan implícita muchas promesas incumplidas, corrupción, prebendas y miseria para este pueblo, sobre todo eso compatriota MISERIA.
Tienes el caso de la alcaldesa de Antiguo Cuscatlán, ha hecho obra, pero luego de su segundo período le bajó fuerza a su trabajo y se ha dedicado a realizar lo justo y necesario para mantenerse en ese puesto. Si ella fuera objeto de algún competidor o competidora con reales posibilidades de hacerla a un lado, te aseguro que el esmero y un mejor trabajo visitara esa localidad.
En las filas del FMLN existen situaciones similares y “supuestamente” las dirimen, con una restricción que imposibilita en períodos a todos aquellos que logran hacerse de una opción laboral en un cargo de elección popular.
En el papel se ve bonito lo anterior, pero la realidad es otra, ya que los amigos efemelenistas han buscado formas novedosas para no perder esa posibilidad laboral y es en donde aparece la ya famosa rueda de caballito roja. La cual dinamiza el paso de funcionarios desde y hacia la Asamblea Legislativa, utilizando como puente las comunas del país o alguna que otra ONG. El problema de esta rueda de caballito colorada es que son los mismos efemelenistas de siempre los que tienen comprado el “ticket” para hacer uso de ese juego mecánico, perdón, juego electorero.
El cambio generacional y las mentes frescas deben de llegar ya!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario