Plática con Lorena Peña, diputada del FMLN
elfaro.net
Lorena Peña es como un libro vivo de la
historia reciente de El Salvador. Con gran sentido del humor -a pesar de
la tragedia de su familia- y suma agudeza repasa episodios de su vida
como guerrillera, como mujer y como miembro de una familia que terminó
completamente involucrada en la guerra civil.
Fue Paty, Vanesa, América, Débora, Nadia y, por supuesto, Rebeca. "Rebeca" es su seudónimo más conocido. Y a esos nombres podrían asociarse otros quizás mucho más conocidos, como Dimas Rodríguez, Facundo Guardado o Eduardo Espinoza, el actual viceministro de Salud. Fueron sus novios. Luego de desencuentros debido a los celos y a las circunstancias difíciles que imponía la guerra, decidió hacerse "free lance", dice. Pero esos desencuentros no estuvieron carentes de consecuencias, pues las Fuerzas Populares de Liberación (FPL), que se metían en la vida privada de sus cuadros, la castigaron por considerarla inmadura e incapaz de manejar bien una relación con los hombres. Ahora tiene una relación que ya llega a los 15 años, dice, y recuerda a carcajadas aquellos tiempos.
Ingresó muy joven a la lucha guerrillera, a pesar de que pueda parecer paradójico que su padre estuvo metido en la fundación del Partido de Conciliación Nacional. O a pesar de que su padre fue maestro grado 33 de la Gran Logia Cuscatlán. Es decir, fue el sumo sacerdote de los masones salvadoreños. A los 15 años ya estaba metida de lleno y en 1983 le tocó vivir desde la dirección uno de los traumas más importantes de la guerra civil para el FMLN: el asesinato de Mélida Anaya Montes, la comandante Ana María.
Sin tener duda alguna de la responsabilidad del fundador de las FPL en el asesinato, concluye que el motivo de Salvador Cayetano Carpio para matar a la segunda al mando era que él consideraba a todos los demás como unos "mocosos" y él era el divino maestro. "Él comienza a entrar en la onda del Ho Chi Minh de América Latina, con el gran culto a la personalidad". Llegado el momento en que Mélida Anaya Montes expresaba una posición contraria a la de "Marcial" sobre cómo afrontar el conflicto, Cayetano Carpio opta por el asesinato y después por suicidarse. "A él le encantaba el culto a la personalidad", asegura, aunque también recuerda al comandante que le enseñó a guardar los calzones y a quien miraba como un segundo padre.
En la Asamblea Legislativa, Peña es directiva, presidenta de la Comisión de Hacienda, la que sirve de enlace para las políticas públicas que impulsa el Ejecutivo desde el Ministerio de Hacienda o desde la Secretaría Técnica de la Presidencia.
En su casa escucha Andrea Bocelli y a Pablo Milanés, sus favoritos. “Pero todavía le doy una vueltecita ahí por Arjona porque la señora de las cuatro décadas me llega aunque ya llegue a 50 ja, ja, ja…” El último libro que leyó se llama Lluvia Negra, de Masuji Ibuse, un relato sobre la bomba de Hiroshima.
Fue Paty, Vanesa, América, Débora, Nadia y, por supuesto, Rebeca. "Rebeca" es su seudónimo más conocido. Y a esos nombres podrían asociarse otros quizás mucho más conocidos, como Dimas Rodríguez, Facundo Guardado o Eduardo Espinoza, el actual viceministro de Salud. Fueron sus novios. Luego de desencuentros debido a los celos y a las circunstancias difíciles que imponía la guerra, decidió hacerse "free lance", dice. Pero esos desencuentros no estuvieron carentes de consecuencias, pues las Fuerzas Populares de Liberación (FPL), que se metían en la vida privada de sus cuadros, la castigaron por considerarla inmadura e incapaz de manejar bien una relación con los hombres. Ahora tiene una relación que ya llega a los 15 años, dice, y recuerda a carcajadas aquellos tiempos.
Ingresó muy joven a la lucha guerrillera, a pesar de que pueda parecer paradójico que su padre estuvo metido en la fundación del Partido de Conciliación Nacional. O a pesar de que su padre fue maestro grado 33 de la Gran Logia Cuscatlán. Es decir, fue el sumo sacerdote de los masones salvadoreños. A los 15 años ya estaba metida de lleno y en 1983 le tocó vivir desde la dirección uno de los traumas más importantes de la guerra civil para el FMLN: el asesinato de Mélida Anaya Montes, la comandante Ana María.
Sin tener duda alguna de la responsabilidad del fundador de las FPL en el asesinato, concluye que el motivo de Salvador Cayetano Carpio para matar a la segunda al mando era que él consideraba a todos los demás como unos "mocosos" y él era el divino maestro. "Él comienza a entrar en la onda del Ho Chi Minh de América Latina, con el gran culto a la personalidad". Llegado el momento en que Mélida Anaya Montes expresaba una posición contraria a la de "Marcial" sobre cómo afrontar el conflicto, Cayetano Carpio opta por el asesinato y después por suicidarse. "A él le encantaba el culto a la personalidad", asegura, aunque también recuerda al comandante que le enseñó a guardar los calzones y a quien miraba como un segundo padre.
En la Asamblea Legislativa, Peña es directiva, presidenta de la Comisión de Hacienda, la que sirve de enlace para las políticas públicas que impulsa el Ejecutivo desde el Ministerio de Hacienda o desde la Secretaría Técnica de la Presidencia.
En su casa escucha Andrea Bocelli y a Pablo Milanés, sus favoritos. “Pero todavía le doy una vueltecita ahí por Arjona porque la señora de las cuatro décadas me llega aunque ya llegue a 50 ja, ja, ja…” El último libro que leyó se llama Lluvia Negra, de Masuji Ibuse, un relato sobre la bomba de Hiroshima.
Por Sergio Arauz, Efren Lemus y Frederick Meza / Fotos: Frederick Meza
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