Gutiérrez anuncia que el movimiento al que pertenece creará un partido que participará las elecciones 2014
Por Fernando de Dios
Y
en efecto, su visión es alternativa, pues pone el lente no sobre quién
obtuvo más o menos votos, sino sobre las personas que no fueron a votar,
algo más del 50 por ciento del electorado.
Esa
masa de abstencionismo es en opinión de Gutiérrez sobre la que hay que
trabajar para proponerle una alternativa realmente de izquierda, que
recoja una nueva forma de Estado, una nueva relación con la economía,
con el medio ambiente, con la cultura, con nuestros vecinos y con el
resto del mundo.
Una
alternativa, en definitiva, que se centre no en el progreso y el
desarrollo, sino en cómo hacer para que este país y su ciudadanía
sobrevivan.
Para
ello, anuncia que el movimiento social del que es parte por medio del
Movimiento por la Democracia Participativa (MDP) formará un partido
político formal que se presentará a las elecciones de 2014.
En
esa carrera, en la que es consciente de que parten en desventaja,
afirma que no competirán, sino que confrontarán, con ideas, el modelo de
Estado y democracia que los demás partidos defienden.
¿Cuál es su análisis de los resultados obtenidos por el Frente en estas pasadas elecciones?
Todos
los eventos electorales tienen un determinado contexto político. Lo
electoral depende de su contexto. En lo electoral pareciera que lo
central es el voto, pero el voto ha sido vaciado de todo poder, de tal
manera que puede ser convertido en un procedimiento administrativo. Sin
embargo, cada vez se comprueba que la gente está aprendiendo a usar el
voto, ese voto vaciado de poder. Y la gente usa el voto votando, pero
también usa el voto no votando.
En
este episodio la gente demostró que está aprendiendo a usar el voto.
Teórica, filosófica y jurídicamente se ha establecido el voto como
deber. Esta es un trampa jurídica, porque nadie lucha para que le
impongan deberes, sino para conseguir derechos. El pueblo luchó para
tener el derecho de votar. En el fondo era el derecho a participar en el
proceso de toma de decisiones que le afectan. Pero el poder le da el
derecho pero se lo impone como deber, eso demuestra la dualidad de esa
figura.
En este evento la gente usó el voto no votando.
Estamos
hablando de más o menos la mitad de la población qué no fue a votar.
¿Cómo cree que está configurada esa masa de no votantes?
Ajá,
por eso estamos hablando de la gente, no del pueblo. Son dos
categorías. La clave, el nido donde se asienta la libertad es en la
gente; la gente es el ser humano de carne y hueso, el que sufre, el que
sueña, el que llora, el que quiere; el pueblo es el súbdito de un
Estado, el pueblo es una categoría jurídica. Hay un momento en el que la
gente se convierte en pueblo, pero eso lo hace el Estado, porque el
Estado necesita súbditos que voten, entre otras cosas para renovar los
equipos gobernantes.
Aquí es la gente. Y en la gente hay una variedad de motivos, en la medida que hay una variedad de intereses.
Una
parte de la gente decidió que en esta coyuntura no había por quién
votar. Esa es una increíble decisión política: no hay por quién votar.
Otros decidieron que no volverían a votar por los que habían votado hace
tres años. Otros deciden votar castigando a aquellos por los que habían
votado en años anteriores.
Cuando decimos que la gente decide usar el voto no votando, en realidad estamos registrando decisiones políticas.
Es
una decisión política de inconformidad con el sistema bastante radical.
También es muy silenciosa, no se suele tener en cuenta los que no
votaron y además se les suele decir que si no votaron no se pueden
quejar después.
La
gente que no vota está fuera del juego. El que no vota permite que
otros decidan. Ocurre que no es así, esto es un planteamiento teórico.
José Saramago lo trabaja en un libro que se llama Ensayo sobre la
lucidez. La gente que no vota está jugando el juego pero con otras
reglas.
De hecho hace uso de reglas que son parte del juego pero de una forma que no le gusta a quien ha planteado el juego.
Y
a quien necesita que la gente participe en una política que no es la
política de la gente. Y la gente decide usar ese voto de acuerdo a sus
intereses. Pero ésa no es la regla del juego. Es un desorden dentro del
orden. El orden determina que la gente debe votar, debe, pero la gente
toma otra decisión y decide hacer el desorden no votando. Cuando la
gente no vota el edificio se estremece. Esto quiere decir que el poder
de la gente aumenta cuando no vota.
Antes
de las elecciones se planteó un debate, sobre todo entre gente de
izquierda, sobre qué suponía no ir a votar. Quien quiere que el FMLN
tenga más poder decía que eso iba a beneficiar a la derecha. De hecho,
el resultado del Frente tiene que ver con que mucha de la gente que
antes votó por ese partido no ha ido a votar, sobre todo en el Área
Metropolitana de San Salvador.
Los
votos para ARENA no han aumentado significativamente. No se trata que
la derecha ha aumentado, para nada, se trata de que los votos que obtuvo
el partido FMLN se redujeron. Hay que saber que en la elección anterior
una parte votó por Mauricio y no por el FMN; otros votaron por el FMLN y
no por Mauricio; y otros votaron no por Mauricio ni por el FMLN, sino
contra ARENA.
Una
parte de ésos decidió no darle de nuevo el voto a esa gente. No es que
esa votación se fue para ARENA. Estamos ante un voto de calidad política
y ante un momento de sabiduría política de la gente.
También hay quien lo llama voto de castigo.
Sí,
podría calificarse como un voto de castigo, que es un voto fino, que no
significa una derechización del votante, para nada, porque eso
significaría un aumento expresivo del voto de la derecha y éste no ha
aumentado de forma significativa. No hay una derechización.
En
este evento hay una derecha real y una izquierda formal. Este es un
punto de partida del análisis. La política del FMLN no es una política
de izquierdas. Ocurre que uno es lo que hace, no lo que dice. En el caso
de un partido político es lo que hace como política. La política del
partido FMLN no es de izquierda, sino de derecha. Entonces estamos
aquí estamos ante dos derechas, una derecha real y una izquierda formal.
Aquí hay dos sorpresas. Una sorpresa electoral de parte del FMLN, que no esperaban ese resultado. Pero también hay
una sorpresa electoral por parte de ARENA, que tampoco esperaba ese
resultado. ARENA no ha hecho nada para merecer ese resultado, no ha
movido ni su discurso, ni su política, ni su cúpula. Todo este resultado
lo ha trabajado el partido FMLN. Los candidatos de ARENA que han ganado
no son la flor de los candidatos, y no esperaban ganar. Me estoy
refiriendo a las alcaldías de la zona metropolitana de San Salvador.
Sorpresa de la derecha y sorpresa del partido FMLN que es justamente el
uso del voto de la gente el que ha determinado. Para el partido FMLN el
golpe es fuerte y para ARENA el botín es grande.
Volviendo
al tema del abstencionismo, es algo que ocurre en la mayoría de
democracias de este tipo en todo el mundo. Mucha gente decide no votar
porque no le interesa o porque no ve opciones que le representen. ¿Cómo
aprovechar ese caudal, cómo hacer que todo ese caudal de gente, mucha de
ella de izquierda, se refleje en el mapa político real? Digo esto
porque al final, la realidad es que ARENA tiene más poder para legislar,
es decir, la derecha.
Lo
que está planteado en esta coyuntura es el tema de la alternativa, y
eso tiene que ver con el movimiento popular. Se necesita una alternativa
de izquierda, pero de izquierda de verdad, política y filosóficamente,
que construya un camino alternativo a esto. Para El Salvador el problema
no está planteado ni en términos de progreso ni en términos de
desarrollo, ése es el discurso del Banco Mundial y del FMI. El problema
para nosotros es cómo sobrevivimos. Habrá otros países donde el problema
es el desarrollo, han de haber, pero para nosotros es cómo sobrevivimos
sin agricultura, sin agua, sin ciencia, sin tecnología.
Con remesas, de momento.
Con
remesas de momento, amenazadas por la crisis de los gringos. Entonces,
todo eso determina un camino. Esto pasa por el 2014 y la lucha del 2014
empezó la noche del 11 de marzo, ya estamos en eso.
Saca la comenzó antes.
Sí,
lo cual es correcto. Él ya la empezó. Aquí aparece la amenaza del
bipartidismo. ARENA y el FMLN son las dos vigas maestras que sostienen
en régimen, por eso las afectaciones son comunes y la figura del
bipartidismo es la mayor amenaza que se cierne sobre el proceso
político.
Para
el movimiento popular el tema está planteado en términos de una
alternativa de izquierda y esto supone dos piezas, por un lado el
movimiento popular y por otro un instrumento legal, partidario propio
que le permita participar en el 2014. Éste es el camino. Pero en ese
juego el movimiento popular tiene un instrumento partidario, no se
convierte en instrumento del partido. Esto supone trabajar con
suficiente tiempo, que no es muy abundante, en la elaboración de un
planteamiento político que recoja el fundamento de un nuevo Estado.
Entonces, usted está planteando seguir las reglas del juego para cambiar el juego.
Claro,
porque no se pueden inventar otras reglas. Es adentro, pero un nuevo
Estado, que contenga una nueva relación con la economía, con la
democracia, con la naturaleza, si somos el país más vulnerable del mundo
hay que tomar políticas en relación con eso; una nueva relación con el
género, una nueva relación con la cultura, con el mercado, con
Centroamérica, que es el terreno geopolítico nuestro; una nueva relación
con América Latina, con Estados Unidos y con el mundo. Esto es un nuevo
Estado.
Es
una alternativa. Pero decía usted antes que no hay mucho tiempo. En
este país los eventos electorales son muy seguidos, acabó la elección
del 11 de marzo y empieza la campaña para la siguiente. En esa vorágine
electoral, ¿cómo encontrar tiempo para hacer ese planteamiento, para
debatirlo?
Es que lo estamos trabajando desde mucho antes de esto, por eso te lo he dicho en dos minutos, pero este es un proceso largo.
Está hablando
de su trabajo dentro del Movimiento por la Democracia Participativa
(MDP) y la Tendencia Revolucionaria (TR). Y dice que necesitan un
instrumento partidario. ¿Lo van a presentar y a configurar de forma
legal para 2014?
Por
supuesto, en estos meses, ya estamos en eso. Y la figura que vos usás,
vorágine electoral, hay una vorágine electoral y en realidad las
elecciones no resuelven los problemas fundamentales de la gente, y lo
maravilloso es que hoy, en esta crisis del capitalismo global, tampoco
resuelven los problemas de los partidos políticos. Los partidos
políticos en todo el mundo tienen una piscina, que son las elecciones, y
tratan de llevar a los seres humanos a que se bañen en esa piscina, y a
eso le llaman democracia.
Nosotros
establecemos la diferencia entre lo político y lo electoral. Así como
la establecemos entre el Estado y el gobierno. En lo electoral se
resuelve el gobierno, pero lo electoral no se mete con el Estado. El
problema de las sociedades es el Estado, no el gobierno. Cambian los
gobiernos pero no resuelven los problemas. Las elecciones sirven para
eso.
Ahora,
en el caso de nuestro país lo que está planteando es el fin del Estado
liberal. Éste se monta en 1886 con la Constitución de ese año, sufre un
traspiés en 1950 y es el que se mantiene. Ese Estado no debe ser el
mismo, si vamos a sobrevivir como sociedad no puede ser el mismo, debe
cambiar. Esto es poner el dedo en la llaga.
Usted
dice que el problema no es el gobierno, pero en esta carrera para 2014
se plantea a tres bandas, algo que no es normal. ARENA parece que tiene
prácticamente su candidato en Norman Quijano, el FMLN aun no se sabe y
después aparece el ex presidente Saca. ¿Qué cree que puede ocurrir?
En
la elección del 11 de marzo la gente fijó posición frente al partido
FMLN, más que frente al gobierno. Por eso es que Mauricio no ha opinado.
Además el partido FMLN no es el partido del presidente, y el presidente
no es el presidente del FMLN. Esto es una cosa kafkiana.
Ahora
bien, de aquí en adelante hay que partir de que en términos electorales
es el partido GANA el que resulta electoralmente ganador en las pasadas
elecciones. Tiene votos propios, es la tercera fuerza, tiene
posibilidad de aumentar su número de diputados y ya lo vamos a ver. Lo
que tienen hoy no lo tenían antes y como ellos bien dicen son sus votos.
Ya
están delineadas las candidaturas, pero en el horizonte no aparecen
disputas de fondo sobre el país, que es lo que políticamente
está planteado. Ese es el verdadero problema político, pero eso no
está en la cabeza de ninguno de los partidos, porque los partidos
funcionan como bandas. Entonces, aparecen varias bandas. Uno que va a
llevar a Tony Saca, ahí está el presidente y ya uno sabe lo que eso
significa. Dos, en el caso de ARENA el tema es más complejo, porque la
victoria electoral del Norman lo catapulta como candidato presidencial,
sí, pero de Armando (Calderón Sol). Para ARENA el tema es complejo. Por
eso es que Norman se está presentando como líder, y cuando un líder se
presenta como líder, ya vos sabés que no es líder, porque líder es el
que no quiere serlo. ¿Dónde están los líderes? Hay que leer la biblia
hebrea. Moisés no quería, pero el pueblo al final dijo, ése es el líder.
Aquél que quiere ser líder y quiere que le reconozcan como líder, ése
no es el líder. Eso pasa con Norman, que debería leer el Éxodo. Para
ARENA, repito, el tema es complejo, y esta victoria electoral le
complica las cosas a ARENA en su interior. En cuanto al partido FMLN
igual. Este resultado afecta a la cúpula.
Usted
dice que ya van a formar un partido. Ustedes en 2009 apoyaron la
candidatura de Mauricio Funes y el cambio que se anunció…
Totalmente,
yo dije en la televisión que iba a votar por Mauricio, y si se
presentara otra vez esa coyuntura volviera a votar por Mauricio. La
derrota electoral de ARENA, ése era el punto, no la derrota política de
la derecha, ése es otro tema.
Pero
hoy ya no apoyan al FMLN, ya no hay que derrotar a ARENA, porque
piensan que hay que dar un paso más. ¿Pero hay alguna posibilidad de
hacer eso sin contar con el FMLN?
Eso es lo que vamos a hacer.
Una
de las cosas que siempre se reprocha al FMLN es que se ha alejado del
movimiento social, del que ustedes forman parte. ¿El movimiento social
está totalmente desvinculado del FMLN?
Desde hace años.
¿Y hoy ya tiene capacidad para proponer una alternativa?
Estamos avanzando hacia eso. Y justamente vamos a proponer esa alternativa.
Hablábamos antes del MDP y la TR, ¿qué hay del movimiento sindical?
Está dentro
del MDP. Y es más, vamos a defender los puestos de trabajo de los
empleados municipales de las alcaldías. Ahí viene un tema muy dramático y
conflictivo, son miles de gentes.
Lo primero que han dicho los nuevos alcaldes es que hay demasiados empleados.
Esa es la entrada, entonces vamos a defender los puestos de esa gente. Eso empieza ya esta semana.
El FMLN se arroga normalmente la representatividad del pueblo. ¿Cómo diferenciarse del FMLN como un movimiento de izquierda?
Nosotros
no tenemos problema con la representatividad, no pensamos representar a
nadie, sino hablar desde; desde dónde hablamos nosotros, desde dónde
actuamos. Porque eso de la representación es justamente lo que está en
crisis. ¿Qué vale la representatividad en el mundo de hoy? No vale nada.
Pero Wiliam Huezo, su candidato independiente…
Ninguno, ninguno. Pero mirá cuántos votos obtuvo.
Sí, pero no fueron suficientes.
No fue suficiente, no.
¿Fue un problema de espacio?
Claro.
Y en ese sentido, ¿cómo piensan trabajar para ganar ese espacio, para incidir en la gente?
Es
que prácticamente es la gente la que nos está empujando. Nosotros nos
estamos moviendo bajo presión de la gente. Es la gente la que nos está
diciendo, hagamos esto, hagamos la alternativa.
Por
supuesto que se trata de entrar en una cancha electoral donde hay
bastantes desventajas. Ya lo hemos hecho en otros años y en otras
décadas y nosotros vamos a hacer acopio de esa experiencia, apoyándonos
siempre en la sabiduría de la gente. Nosotros no vamos a competir, vamos
a confrontar. Desde el momento en que en una campaña electoral vos
hacés una campaña política, ya estás confrontando.
Y
como esta es una sociedad que sufre una crisis histórica, lo mismo que
el planeta, y los seres humanos necesitan luz que alumbre el camino, que
nos diga para dónde vamos, nosotros vamos a incorporarnos sin competir.
Porque una campaña política no es competencia; una campaña electoral
sí es competencia.
Por
ejemplo, una carrera es competencia porque todos los corredores tienen
la misma meta, la mima salida, las mismas reglas, la misma pista. Pero
una confrontación no. Es la diferencia de las dos figuras. Cuando lo
político irrumpe en lo electoral desaparece la competencia y llega la
confrontación. Si en una campaña electoral se plantea por ejemplo el
problema de la democracia, eso ya no es competencia, ahí estás tocando
la esencia del asunto. Mira las campañas de mercado que hicieron los
partidos, todos, puro mercado, y mirá la gente cómo lo sancionó, no
votando, ¡ve qué maravilloso!
El
movimiento social confronta, pero necesita un trabajo teórico, de
creación de ideas, porque son la base de todo esto, las que construyen
una alternativa. ¿Está ese trabajo hecho?
Está en
buen camino, llamémosle trabajo semiótico. Nosotros los salvadoreños
que amamos este país hasta la muerte, que además este país es el único
lugar del mundo donde uno es uno, necesitamos ideas. Hay una clase
dominante estúpida, que solo es audaz para hacer pisto. Eso pasa en todo
el mundo, las burguesías estúpidas, mirá lo que ocurre en Europa,
salvando a los bancos a costa de la gente. Aquí se necesitan justamente
ideas, y una idea es como una luz en la oscuridad. Es necesario, es lo
que necesita la sociedad.
¿Y cómo van a hacer para llevar esas ideas a la gente?
Estamos
en eso. Estamos resolviendo la relación entre la profundidad y la
extensión. Este es un movimiento que tiene que ser extenso, muy extenso,
pero sin dejar de ser profundo. Debe salvaguardar sus contenidos
políticos, de tal manera que los problemas reales de nuestra sociedad se
pongan en los andenes. Pero tiene que ser extenso, de número, de masa,
sin perder calidad. Ése es el problema y en eso estamos. Y estamos
siendo empujados por la gente, para que entremos a eso.
Cuando
vos ves lo que ocurrió en las elecciones, ese comportamiento de la
gente, eso tiene profundidad, esa decisión de la gente es como una
incisión quirúrgica, con bisturí. ARENA no aumenta su votación y no
fueron a votar, castigaron al Frente. Es decir, hay cabeza política.
Para
terminar, le quiero preguntar sobre una cuestión distinta. Hace poco
entrevistamos al coordinador general del FMLN, Medardo González, que nos
planteó la necesidad de que en El Salvador se imite de alguna manera lo
que está haciendo el Frente Sandinista en Nicaragua, es decir, pactar
con los empresarios para mantenerse en el poder y abrirse a relaciones
con el ALBA a la vez que no se rompe del todo con el Banco Mundial, el
FMI y Estados Unidos. ¿Qué opinión le merece, cree que es adecuado y
factible en El Salvador algo así?
Aquí hay
dos universos, uno es la filosofía y otro es la política. La filosofía
del partido FMLN es la misma del Frente Sandinista, que consiste en que
yo soy de izquierda pero me hago millonario, como los burgueses. Y
después me hago burgués como los millonarios. Sin embargo, yo soy un
millonario y un burgués pero de izquierda. Entonces, en mi calidad de
burgués y millonario, yo negocio con los millonarios de este país, con
los empresarios, de tú a tú. Pero en mi calidad de izquierda me entiendo
con las masas populares y protejo a los millonarios y los burgueses de
las masas populares, y protejo a las masas populares de los millonarios y
los burgueses.
O sea, mantener el status quo.
Claro, ésa es la filosofía de los sandinistas en Nicaragua, y en Nicaragua esto ha funcionado. Y es la misma filosofía del FMLN.
La
cúpula del FMLN se hicieron millonarios, se hicieron empresarios y se
hicieron ricos. Pero no se entendieron ni como los millonarios ni con
los empresarios ni con los ricos de El Salvador. Los sandinistas lo
hicieron, porque es que los sandinistas son liberales. Sandino era
liberal, Somoza también era liberal, porque en ese país el juego
político ha sido conservadores y liberales, dos bloques que se han
entendido históricamente. Cómo no se iban a entender Alemán y Ortega, ¿y
no son liberales, pues?
Aquí no.
Aquí el juego de liberales y conservadores jamás ha existido y el
sentido de la lucha de clases aquí está a flor de piel. Y en los
oligarcas hay un pensamiento oligárquico, nunca burgués, aquí no cabe
hablar de una cabeza burguesa, que reconozca por ejemplo reglas de la
democracia burguesa como la alternancia. Para esta clase dominante el
FMLN es un partido comunista y los del FMLN son comunistas, rabiosos,
radicales, sus enemigos. En Nicaragua no. Entonces, la fórmula de
Nicaragua aquí no ha funcionado, por mucho que el partido FMLN se
parezca al FSLN. Pero El Salvador no se parece a Nicaragua, ése es el
gran problema.
Entonces, en su opinión en El Salvador no se pueden poner de acuerdo empresarios y FMLN, como en Nicaragua.
Aquí no
sucede, porque la oligarquía no les acepta. Y fijáte, no les mira como
competencia empresarial, los mira como comunistas queriendo controlar el
negocio. Por ejemplo lo de AlbaPetróleos. AlbaPetróleos es un negocio
como cualquier otro negocio de compra y venta de gasolina y petróleo. Ni
más ni menos. Eso es una cosa política, social, de izquierda, ¡no
hombre! Es un negocio, capaz de erosionar cualquier pensamiento político
de cualquier partido político que se meta a eso. Los dirigentes del
FMLN que están en eso se han convertido en negociantes y en empresarios y
eso ha descompuesto al partido.
Y
estos oligarcas salvadoreños no son capaces de entender eso. Les siguen
viendo como comunistas y los otros les están demostrando que no.
El
régimen político de El Salvador es suficientemente primitivo como para
no permitir una salida concertada. En Nicaragua funciona y aquí no, solo
hay que ver las cifras, lo que exportan.
¿Pero usted considera deseable la situación de Nicaragua?
Ah,
eso es otra cuestión. Pero uno sabe que Nicaragua es un país de 130.000
kilómetros cuadrados, con cinco millones de habitantes, con agua,
agricultura, ganadería. Hay sitio para las vacas, hay naturaleza, hay
ríos, hay lagos, hay de todo. Nosotros tenemos 20.000 kilómetros
cuadrados. Solo el departamento de Zelaya en Nicaragua tiene 25.000
kilómetros cuadrados, con 200.000 habitantes. Nosotros somos siete
millones en 20.000 kilómetros cuadrados, sin agua, sin árboles, la
tierra cultivable está sembrada de caña de azúcar, y en el valle de San
Andrés, donde el agua está como a un metro está la Coca Cola y se están
haciendo centros habitacionales.
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