Saludos y bienvenida: Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida... Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos. Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos. Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más... A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado. Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia... Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos? Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista. No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente. Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo. Fraternalmente, Trovador

martes, 31 de julio de 2012

Declaración politica 21 Congreso del Partido Comunista Colombiano


Escrito por pacocol

Unir todas las voces y todas las rebeldías por la paz, la democracia y la
soberanía.

Los 374 delegados y delegadas al  XXI Congreso del Partido Comunista
Colombiano, reunidos y reunidas en la ciudad de Bogotá durante los días del
18 al 22 de julio de 2012, luego de la más amplia deliberación, con un
espíritu de sólida unidad  y el más profundo compromiso con las luchas del
pueblo por la verdadera independencia, la democracia plena y el socialismo,
declaran:

1.- El capitalismo continúa mostrando a escala planetaria sus límites
sistémicos y civilizatorios, así como su incapacidad para ofrecer una
alternativa digna a la existencia humana. La persistente crisis económica y
financiera mundial, se acompaña de la profundización de las tendencias a la
crisis alimentaria, energética, socioambiental y cultural. Con miras a
garantizar su régimen de dominación y explotación, este sistema continúa
desplegando a escala planetaria su acción depredadora y destructora a través
de un proyecto político-económico de mercantilización extrema de la
naturaleza, de la vida y del trabajo humano. En consideración a ello, el
anticapitalismo, el socialismo y el comunismo, no sólo poseen plena
vigencia, sino que han devenido en necesidad histórica. La crisis y sus
impactos han exacerbado la lucha de clases, llevándola a niveles no vistos
en las décadas anteriores. Como resultado de ello, se ha asistido a un auge
de la movilización social y popular contra el gran capital y sus políticas.
El mundo del trabajo, en sus múltiples expresiones de jóvenes, mujeres,
migrantes, desocupados, adultos mayores, indignados, ha salido a las calles
a confrontar los ajustes neoliberales.

2.- La crisis económica y financiera mundial no ha sido más intensa y
profunda gracias a los desarrollos geográficos desiguales del capitalismo,
así como a una nueva potenciación de las dinámicas especulativas del capital
financiero. Todo pareciera indicar que en los años siguientes, no sólo
persistirá la crisis capitalista, sino que sus efectos se sentirán con
agudeza e intensidad en lugares en lo que hasta ahora no se ha manifestado;
lo cual augura una extensión y profundización de la lucha de clases a escala
planetaria. En el marco de la crisis económica y financiera, el imperialismo
colectivo, en cabeza del imperialismo norteamericano, ha acentuado su
política de militarización con el propósito de proteger militarmente la
inversión trasnacional, garantizar el acceso a recursos estratégicos y
pretender doblegar toda forma de resistencia, sea ésta de Estados soberanos
o de movimientos sociales y populares. El imperialismo, además de
militarista, se ha tornado más intervencionista, en forma directa, o a
través de fuerzas mercenarias, según se ha observado en algunos países
árabes, o promoviendo “golpes institucionales de Estado”, como lo muestra la
experiencia reciente de América Latina. Pese a ello, las luchas y
resistencias sociales y populares se constituyen en límite frente a esas
pretensiones.

3.- El rasgo principal del proceso socioeconómico y político de Nuestra
América se encuentra en el avance de las fuerzas sociales y populares, que
han logrado producir cambios políticos, incluidos el acceso al gobierno y la
conducción del Estado, cuyos efectos se han expresado, por una parte, en una
nueva correlación internacional de fuerzas que ha debilitado el imperialismo
estadounidense, propiciado novedosos procesos de integración subregional y
reivindicado la soberanía nacional. Por la otra, en importantes
transformaciones económicas, políticas, sociales y culturales, algunas de
ellas blindadas constitucional y legalmente, con alcances desiguales y
diferenciados, que son expresivas de las aspiraciones de las mayorías
oprimidas y explotadas. La profundización de los procesos de cambio en
Nuestra América hacia una orientación decididamente anticapitalista y por el
socialismo dependerá de la capacidad de movilización y organización que
pueda desatar el movimiento social y popular, pues estamos en presencia de
procesos no exentos de conflictos en el campo popular y de notorias
resistencias de la derecha de la Región.

En ese contexto, la política intervencionista y de militarización propiciada
por el imperialismo ocupa un lugar central, como lo demuestra la activación
de la IV Flota estadounidense, y la instalación de bases militares en varios
países de la región. Se requiere la mayor condena a los intentos de
desestabilización del proceso bolivariano de Venezuela, asi como de los
gobiernos de Bolivia, Ecuador, Nicaragua. Hay que contrarrestar las
pretensiones de la derecha de revertir procesos como en Paraguay.

En los años que vienen, debe esperarse una intensificación de la lucha de
clases en Nuestra América producto de la previsible desaceleración del
crecimiento económico y de su impacto sobre la situación socioeconómica de
la mayoría de la población, de los conflictos socioterritoriales asociados
con la explotación minero-energética y la producción de agrocombustibles, de
la persistencia en las políticas de mercantilización neoliberal, de las
orientaciones de las políticas de desarrollo, y de la lucha por la
persistencia y la profundización de los procesos nacional-populares. En ese
contexto, el ejemplo de Cuba, por darle continuidad y mayor consistencia a
su proyecto revolucionario mediante el impulso de un proceso reformas
económicas y políticas merece todo nuestro acompañamiento y solidaridad
internacionalistas.

4.- El momento histórico de nuestro país se caracteriza por la recurrente
manifestación de tendencias a la crisis del régimen de dominación y
explotación y del proyecto hegemónico, que no logran madurar plenamente, y
el surgimiento de nuevas condiciones y posibilidades en el campo popular
para producir un cambio político, que no logran proyectarse plenamente dadas
sus dinámicas desiguales y diferenciadas,  y su aún prevaleciente
dispersión. Todo pareciera indicar que durante los años venideros se
acentuará la contradicción entre la pretensión de estabilizar el régimen de
dominación de clase fruto de los reacomodos y la redefinición de las
alianzas en el bloque dominante en el poder, y las posibilidades de producir
un cambio político como resultado de la unificación del campo popular en el
que se logren juntar todas las rebeldías para emprender las transformaciones
económicas políticas, sociales y culturales que requiere el país. El campo
de la política se debate entre la consolidación del poder constituido y las
posibilidades de un nuevo poder popular y democrático.

Cuatro son los factores que a nuestro juicio, son expresivos de las
tendencias a la crisis del régimen de dominación y explotación y del
proyecto hegemónico:

En primer lugar, son evidentes los límites de la organización
institucionalizada del poder, especialmente de las configuraciones
estructurales criminales, mafiosas y corruptas del régimen político, del
sistema político, de las reformas a la justicia, del fuero militar y del
fraudulento sistema electoral. Pese a los esfuerzos de remozamiento, es
creciente el descreimiento social y la pérdida de legitimidad de las
instituciones del Estado. En segundo lugar, son notorios los signos de
ruptura del consenso entre las facciones que conforman el bloque dominante
en el poder, lo cual se expresa en la tendencia a la diferenciación de
intereses económicos y políticos y en la forma de representarlos. En tercer
lugar, la desaceleración del crecimiento, fruto de los mayores impactos de
la crisis capitalista y de la entrada en vigencia de los TLC debilita las
condiciones de sostenimiento económico del proyecto de dominación de clase
en la etapa actual, especialmente por la probable reducción de los flujos de
capitales, la inminente caída de la producción y el empleo, y el consecuente
deterioro de la fiscalidad del Estado. En cuarto lugar, se aprecia una
creciente movilización social y popular, que trasciende la mera
reivindicación, más politizada pero aún dispersa, de confrontación contra
las formas asumidas por la estrategia de acumulación capitalista y contra
las políticas neoliberales del gobierno de Santos. Las reconfiguraciones en
el bloque en el poder y las contradicciones no antagónicas en las que ellas
se sustentan, amplían objetivamente las posibilidades del campo popular,
pues su accionar puede contribuir a un mayor resquebrajamiento del proyecto
hegemónico.

5.- La trayectoria de la acumulación capitalista durante el gobierno de
Santos se encuentra marcada por la profundización y extensión del proceso de
neoliberalización iniciado hace varias décadas. La continua precarización
del trabajo obrero y popular, el desempleo y la informalización, así como su
feminización han aumentado la tasa de explotación; las políticas de
mercantilización se han ampliado a campos antes insospechados; la creciente
financiarización del capital, basada principalmente en el endeudamiento del
Estado y de los hogares, le ha impuesto al conjunto de la sociedad una renta
parasitaria que favorece exclusivamente los intereses del capital
financiero; el aumento espectacular de la inversión extranjera ha conducido
a un nuevo ciclo de colonización transnacional de territorios estratégicos,
con el fin de explotar en forma intensiva recursos minero-energéticos,
hídricos y de biodiversidad, produciendo una depredación socioambiental sin
precedentes; la promoción de los agronegocios transnacionales ha continuado
afectando la autonomía y la soberanía alimentarias, la destrucción de la
economía campesina, y estimulado aún más la concentración de la propiedad
sobre la tierra a través de nuevas formas de despojo; la entrada en vigencia
de tratados de libre comercio continúa destruyendo la producción y el
trabajo nacional y acentuando la dependencia. Todo ello le ha dado
continuidad y profundizado la forma predominante de la acumulación: la
acumulación por despojo del campesinado y de los habitantes urbanos pobres;
encuadrada en un orden del derecho, producto de una agresiva agenda de
reformas constitucionales y legales, incluido el aprobado Plan nacional de
desarrollo. Se ha anunciado un nuevo paquete de reformas antipopulares, que
en lo esencial apuntan a favorecer al capital transnacional y a los grandes
grupos económicos.

Esa dinámica de la acumulación capitalista ha traído consigo la emergencia
de nuevas y múltiples formas de la conflictividad social y de clase, que
sumadas a las históricas, han ampliado el espectro de la lucha de clases en
el país y, con ello, extendido las posibilidades de la política y de la
acción política. Como resultado de ello, hemos asistido al surgimiento de
nuevas expresiones de la movilización y organización social y popular, tales
como la Marcha Patriótica, el Congreso de los Pueblos, la Minga Social e
Indígena, Comosoc…, múltiples movimientos socioterritoriales localizados,
movimientos urbanos como los representados por el movimiento estudiantil
unido en la Mesa Amplia Nacional Estudiantil, o en la luchas contra el
régimen neoliberal de seguridad social en salud, entre otros.  Todas estas
expresiones, se unen a las importantes luchas de las nuevas generaciones de
clase obrera, que ha traído consigo la inversión transnacional, a las luchas
de los maestros, de los trabajadores de la salud, entre otros. Asimismo, a
las trayectorias de lucha de los sectores consecuentes dentro del Polo
Democrático Alternativo, especialmente a través de la denuncia y la
oposición parlamentaria en el limitado espacio del sistema político,
enfrentando la lógica de la democracia gobernable y del fraude electoral
estructural.

En medio de condiciones adversas, el movimiento obrero y popular se
caracteriza por distintos signos de resistencia, no obstante la desunión y
la dispersión que continúan siendo algunos de sus rasgos. Es prioritario
avanzar en la unificación del campo obrero y popular a través de la
movilización unitaria, el fortalecimiento clasista de la CUT y la
organización de los trabajadores que estimule el ascenso de la protesta y la
conjunción de las luchas urbanas y rurales.  Respaldamos la propuesta de
preparación y realización de un Paro cívico nacional que confronte las
locomotoras del Plan de desarrollo, la política represiva y el tratamiento
de guerra a la protesta social.

6.- El gobierno de Santos ha mantenido en lo esencial la estrategia
guerrerista de su antecesor, a pesar de una recurrente retórica acerca de la
paz. Su política se condensa en el Plan Espada de Honor, que no es más que
la continuación de la estrategia contrainsurgente iniciada con el Plan
Colombia, pues sigue considerando la posibilidad de la paz como la victoria
militar, conjugándola con un marco jurídico-institucional, el llamado marco
jurídico para la paz, que descansa en lo esencial sobre la idea de la
rendición y la desmovilización de las fuerzas insurgentes. La dinámica del
conflicto social y armado ha demostrado la imposibilidad de una derrota
militar del movimiento guerrillero para llevarlo a su entrega y
desmovilización. Durante la última década se ha provisto al Estado con todos
los instrumentos y recursos económicos posibles, se llevó a la escala máxima
la alianza contrainsurgente con grupos narcoparamilitares, se ha dispuesto
del apoyo económico y tecnológico del imperialismo estadounidense, y tras
repetidos anuncios acerca de la finalización del conflicto e incluso de la
prefiguración de escenarios de posconflicto, más allá de los golpes a la
alta comandancia y a estructuras intermedias de la organización guerrillera,
lo que se continúa observando son flujos y reflujos y una reiterada
capacidad adaptativa de las fuerzas comprometidas directamente en la
contienda militar, dando cuenta de una tendencia a la prolongación
indefinida de la guerra, de no buscarse y acordarse una salida política.

La política guerrerista de Santos resulta insuficiente para los sectores más
militaristas y de ultraderecha que, además de desconocer la existencia del
conflicto y considerar éste más bien como una amenaza terrorista, abogan por
una política de tierra arrasada y de extermino del enemigo, con claros
contenidos fascistas. Guerra y economía neoliberal van de la mano en la
experiencia colombiana. Si de verdad Santos pretende desmarcarse de la
ultraderecha, es hora de que abandone su retórica y manifiesta su voluntad
por una salida política, de la misma forma que en diversas manifestaciones y
documentos lo han hecho y reclamado las fuerzas guerrilleras.

7.- La contribución a la búsqueda de una solución política para la paz ocupa
un lugar central dentro de las urgencias en la etapa actual. El curso del
proceso político en nuestro país y las posibilidades del cambio político
hacia un nuevo poder se encuentran asociados en gran medida con esa
perspectiva. La posibilidad de encauzar el país por el camino de la solución
política no es un asunto exclusivo de las fuerzas comprometidas directamente
en la confrontación militar.  Si bien la expresión de voluntad política de
las partes posee el mayor significado por lo que debería traducirse en la
exploración y formalización de diálogos tendientes a un proceso de
negociación, la verdadera llave de la paz se encuentra en la disposición de
lucha  del movimiento social y popular. Dicho movimiento tiene la difícil
tarea de hacer comprender al conjunto de la sociedad que la paz no es la
rendición, ni la victoria, dado el carácter histórico y la naturaleza social
del conflicto y, en consecuencia, que cualquier propósito de su superación
pasa por la necesidad de concebir y trazar las vías, así como de establecer
los mecanismos que permitan llevar a cabo las transformaciones económicas,
políticas, sociales y culturales, tendientes a superar las causas que lo
originaron y hacen que éste se reproduzca. Para los comunistas la solución
política implica entender la paz como justicia social, democratización y
desmilitarización de la sociedad, recuperación de la verdad, de la memoria,
reparación de las víctimas y por ello debe conducir a la definición de un
nuevo contrato social a través de una Asamblea Nacional Constituyente que
materialice las conquistas en favor del pueblo.

Los hechos recientes del Cauca, así como de otros teatros de guerra en el
país, muestran de manera fehaciente los límites de una prolongación de la
guerra contrainsurgente, los costos fiscales que ella compromete y que bien
pudieran destinarse a resolver los problemas acuciantes de la población, el
fracaso de una presencia estatal que privilegia la creciente militarización
de toda la vida social, criminaliza las resistencias y las formas de
organización social y popular, y convierte a las fuerzas militares en
fuerzas de ocupación. Frente a ello, se aprecia una creciente resistencia de
masas, y una movilización social y popular, campesina, indígena,
afrodescendiente en aumento, por la desmilitarización y en demanda de una
salida política de la guerra. Además de ésta, llamamos a impulsar las
múltiples iniciativas que se están desplegando en el campo popular en esa
misma dirección, tales como las Constituyentes regionales que impulsa Marcha
Patriótica, en continuidad de los acuerdos del Encuentro de comunidades
campesinas, indígenas y afrodescendientes, celebrado en Barrancabermeja de
2011, o el Congreso de Paz convocado conjuntamente por el Congreso de los
Pueblos, Marcha Patriótica y Colombianos y Colombianas por la paz .



Contribuir a juntar todas las voces y todas las rebeldías se constituye en
imperativo del accionar popular para derrotar las fuerzas militaristas y de
ultraderecha, entronizadas en todos los campos de la vida social, con la
complicidad de los medios masivos de comunicación.

8. Del bloque dominante en el poder, considerando los procesos de ruptura
del consenso, se desprenden dos proyectos políticos que se disputan la
unificación de las clases dominantes con miras a la contienda electoral de
2014, sin que aún esté claro si logran constituirse en mayoritarios o
predominantes. Por una parte, se encuentra el proyecto representado por
Santos que se ha querido mostrar como un proyecto reformador y modernizante,
de una trasnochada tercera vía, comprometido mucho más fondo con los
intereses del capital financiero y los grandes grupos económicos, y más
comprensivo de las dinámicas de la acumulación transnacional. Este proyecto
ve en sus propuestas de política, la posibilidad de recomposición del
proyecto de dominación de clase y busca el apoyo del centro político,
incluidos sectores de la llamada izquierda democrática, que vienen
desarrollando la tesis de detener la amenaza de la ultraderecha que
representaría el uribismo. Por otra parte, se encuentra el proyecto político
que pretende la unificación de las clases dominantes con base en el ideario
militarista y de ultraderecha que representa el uribismo y que busca
organizarse en el llamado Puro Centro Democrático, retomando al pie de la
letra la política de los gobiernos de Uribe, especialmente de la lucha
contra la llamada amenaza terrorista. Este proyecto no se desmarca, ni
siquiera en la retórica, de las estructuras criminales, mafiosas y
narcoparamilitares que le han servido y le sirven de soporte. Estos dos
proyectos políticos de las clases dominantes no son expresivos en todo caso
de contradicciones irreconciliables o antagónicas. La estrategia de las
clases dominantes seguramente consistirá en polarizar entre las opciones que
representan sus proyectos políticos, buscando una salida y reacomodo por las
alturas, desconociendo de plano el campo popular y sus posibilidades.

9.- El momento político representa una ocasión importante para el campo
popular. Existen condiciones para avanzar hacia un cambio político que
posibilite la construcción de un nuevo poder. En ello puede cumplir un papel
decisivo la conformación de un Gobierno Democrático de amplia Participación
Popular, comprometido con la paz democrática y las soluciones a favor del
pueblo. En ese sentido, llamamos a todos los procesos sociales y populares,
a los movimientos políticos y sociales, a los partidos de izquierda, a los
diferentes procesos regionales a construir mancomunadamente un Frente Amplio
de Convergencias y Procesos, con base en acuerdos programáticos que recoja
los elementos comunes de las diferentes plataformas políticas e idearios de
unidad, sin perjuicio de mantener las propias dinámicas organizativas y
políticas, como los enseñan múltiples experiencias de Nuestra América. En lo
inmediato ganan consenso puntos esenciales de convergencia como:

•    Solución política con diálogo y negociación para la paz

•    Lucha contra la voracidad y las rentas parasitarias el capital
financiero

•    Defensa de la soberanía, la tierra, el territorio, los recursos
naturales y una relación no depredadora con la naturaleza

•  Garantías y materialización de los derechos de la población (civiles,
políticos, económicos, sociales, culturales y          ambientales) salud,
educación, reforma agraria, vivienda

•    Democratización del Estado, del régimen político y del sistema político

•    Integración de Nuestra América.

10.- Los comunistas reafirmamos el compromiso con la unidad del campo
popular con fundamento en definiciones y acuerdos programáticos. El accionar
en ese sentido se encuentra orientado por el respeto, el reconocimiento
mutuo, la fraternidad y la cooperación; por no ver en la izquierda enemigos
ni inventarlos; por privilegiar lo que une y no considerar las diferencias
como irreconciliables, sin desconocerlas; por cumplir y llevar a la práctica
los acuerdos. Los entendimientos de la política y de la acción política,
expresados en los procesos del movimiento real, indican que al tiempo que se
está asistiendo a los inicios de un prometedor despliegue de la potencia del
poder constituyente y a la producción de nuevas formas de poder popular, la
confrontación con el poder constituido, en los limitados espacios
institucionales, incluidos los existentes en el sistema político, posee la
mayor relevancia. En tal sentido se concretará una política frente a las
elecciones de 2014. Como integrantes del Polo Democrático Alternativo
contribuirán a su fortalecimiento como proyecto unitario, a su 3er. Congreso
nacional y a la coordinación con los diversos procesos de unidad en
desarrollo. Como militantes de la unidad del pueblo trabajaremos por el
acercamiento, la convergencia programática, la solidaridad y la construcción
de nuevas formas de confianza política entre los procesos en desarrollo.
Apoyaremos la creación colectiva del proyecto político de unificación de las
clases subalternas y del campo popular. La difícil tarea de la unidad
consiste justamente en poder juntar las rebeldías y unir las voces que en
los diversos ámbitos de la acción política, la movilización, la organización
y la lucha de masas se vienen expresando en nuestro país y deben tener ahora
la prioridad. En las condiciones actuales, la unidad ha devenido en
imperativo histórico y a este compromiso convocamos a concurrir con voluntad
y apertura.

11.- El Congreso hace un llamado a los (as) trabajadores (as) y al pueblo
colombiano a reforzar  las filas del Partido Comunista, apoyar su política
de unidad y coadyuvar a la construcción del nuevo país con paz, libertades,
democracia, soberanía y solidaridad latinoamerica e internacionalista.

21 CONGRESO DEL PARTIDO COMUNISTA COLOMBIANO

Bogotá, julio 22 de 2012

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Fuerza Histórica Latinoaméricana.

Fuerza Histórica Latinoamericana

Saludos y bienvenida:

Trovas del Trovador


Si se calla el cantor, calla la vida...inspirate,instruyete,organizate,lucha,rebelate.



Saludos y bienvenida:


Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida...
Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos.

Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos.

Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más...

A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado.

Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia...

Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos?

Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista.

No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente.
Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo.

Fraternalmente, Trovador


UN DÍA COMO HOY, 12 de febrero de 1973, los principales periódicos de El Salvador difundieron fotos de la muerte de los compañeros José Dima...