Por Fidel A. Romero, “Fidel Zarco”
PRIMERA PARTE
A finales de Mayo de 1983, varias columnas de la Brigada Rafael Arce Zablah, BRAZ , desde el norte de Morazán cruzaron hacia el sur del Río Torola rumbo al Cerro Cacahuatique. La misión debía ser cumplida al amanecer del 30 de Mayo de ese año: asalto, toma y destrucción del Centro de Comunicaciones, incluyendo las 2 antenas. Una de las misiones más complicadas en el tiempo de existencia de la Brigada Rafael Arce Zablah.
Una batalla en la que hubo imprevistos de peso
que, sólo por la experiencia y entrega de su estructura de mandos y
combatientes, fue posible solventar con éxito, derrotando la tecnología de punta
aplicada en aquella posición por el grupo de asesores estadounidenses que
entrenaban la Fuerza Armada de El Salvador, FAES.
La Batalla del Cacahuatique, su primera toma,
que dice Licho “le había bajado los güevos"[1] no se podía definir porque falló el plan
inicial. Este plan, que había sido elaborado cuidadosamente tomando en cuenta
todo lo conocido hasta ese momento de esa posición fija. Era una de las dos
alturas dominantes del oriente[2] del país que celosamente era
custodiado por tropas del ejército, albergaban ambas, centros de comunicación y
control de las mismas, al interior de la guerrilla, sendas antenas con aparatos
sofisticados que triangulaban el lugar, fuente de donde se emitía la señal de
comunicación de onda corta ocupada por las unidades de la fuerza móvil
estratégica nuestra (comunicación operativa).
El dispositivo de defensa de esa posición
militar fija incluían: campos minados, trabajo de ingeniería militar del
terreno, tropa mentalizada y entrenada para resistir dos semanas de asedio sin
recibir refuerzo y sin ser asaltada, pertrechos y abastecimiento abundante.
Todo asesorado por expertos militares de la armada de los Estados Unidos. Esta
tropa también contaba con el apoyo inmediato de los medios aéreos cuando era
solicitado.
Todo estaba integrado, así se creía, en la
planificación: la topografía del cerro, exploraciones, información de
inteligencia, los mandos que además de conocer el terreno, habían sido
instruidos por una maqueta elaborada con maestría de profesional o artista por
“Charly” y Tom-Pelón.[3]
Esta posición militar fija en la cúspide del
cerro, se dividía en dos: la principal súper fortificada, y una elevación
secundaria a unos 800 metros de la primera, pero ambas tenían fuerza fija[4] protegidos por casamatas, pozos de tirador y
campos minados, en el caso de la posición principal.
Inicialmente esta misión había sido
considerada que una parte sería ejecutada por fuerzas especiales, pero los jefes
encargados de la planificación decidieron dejarla sólo a la fuerza regular de la
BRAZ.
…
Will: A
nosotros nos dejaron en Morazán haciendo seguridad a la comandancia. Porque
desde ahí salíamos a misiones para explorar las posiciones de la Antena del
Cacahuatique, de la Tercera Brigada y después del Puente Cuscatlán. Porque desde
entonces ya se estaba trabajando para esos objetivos y nos pusieron a checar
esos objetivos.
Genaro: ¿Pero que no la acción de la antena la concretó la Fuerza Regular?
Will: Sí. Pero es que esa misión después cambió el plan, y nos enviaron a trabajar lo de la 3ª Brigada, porque le dieron el objetivo al Comandante Licho, y a nosotros nos dijeron que quizás íbamos a entrar como acompañamiento. Pero no; después esa misión la hizo sólo la fuerza Regular[5]…
El plan consistía en definir ambas posiciones
antes del amanecer de ese lunes 30 de Mayo. Para neutralizar el apoyo aéreo que
durante esa madrugada se minimizaría, utilizaríamos nuestra artillería para
ablandar y cubrir el avance de la infantería hasta el asalto a las casamatas.
Decía Licho, quien era el ejecutivo militar de la misión, que el 50% lo haría
nuestra artillería y el otro 50% la infantería; habían emboscadas para detener o
dilatar los refuerzos terrestres y/o las fuerzas fijas en su desbandada al ser
asaltadas. Bajo una tenue lluvia, habíamos caminado toda
la noche, cuidando de no ser detectados y estábamos por llegar cada dirección a
sus respectivos lugares previstos en el plan global.
Algo no fue incluido dentro del análisis para
hacer el plan. Cuando cada quien estaba en el lugar indicado para iniciar el
avance hacia las trincheras y casamatas…
Había luz de luna que favorecía nuestro
desplazamiento pero también una espesa niebla que no permitía visualizar el
objetivo de nuestros artilleros. Esto era lo imprevisto ya que se ordenó el
avance y toma de la posición adelantada sin ocupar la artillería lo cual fue un
fracaso, el sol estaba por salir y por supuesto la aviación por llegar. La
complicación era seria; había que readecuar de inmediato prescindiendo de
momento del 50% de nuestra capacidad presupuestada, no artillería
propia.
Licho decía: “esta mierda se complicó,
estamos empantanados”. De esto se deriva que después también declaró en una
entrevista “que la batalla del Cacahuatique ya le habia bajado los güevos
después del primer intento y de tanto bombazo” .
Con Licho nos movíamos juntos en varias
operaciones con la fuerza, era el paralelo mando político de este tipo de
operaciones militares.
-Tenemos que hacer algo Fidel, “los compas están como novillos o bueyes recién amansados que no jalan firme”.[6]
-¿Qué condiciones y posibilidades hay que hagamos una reunión relámpago
para analizar la situación y reorientar? Los bombardeos de los A37 están por
llegar; ellos están enteros y con ventajas; nosotros sin plan alternativo con
gran incertidumbre.
-Sólo necesitamos máximo 10 minutos para
reorientar a los mandos- dijo Licho.
…Licho tenía un gran liderazgo en la fuerza,
aparte que era el mando militar más experimentado que tenía el ERP. En lo
personal pensaba que Jonás, en el sentido práctico, tenía mucho que aprenderle a
Silvio de Jesus Argueta (Licho) en el arte de la guerra y no estaba seguro quién
aprendía de quién entre ellos. Silvio era un ex soldado del grupo de muchachos
que la organización había infiltrado en los cuarteles unos años antes de iniciar
la guerra declarada; de complexión fuerte, mediana estatura, tez morena, pelo
liso negro como cola de zorillo, y rasgos indígenas; de pocas palabras, con su
silencio decía bastante; sonreía al decir lo que pensaba en frases consisas y
cortas
En el cafetal espeso, estábamos a 200 metros
de la línea de fuego en donde los soldados de la segunda elevación estaban tan
envalentonados que gritaban y esperaban pacientemente ser atacados para barrer
con su metralla todo movimiento que detectaran. Habían ráfagas de ametralladora
y granadazos de M79; alguna que otra explosión de mortero que caian cerca de las
líneas de fuego formadas por nuestras fuerzas, y la aviación empezó a hacer de
las suyas a partir que se despejó la niebla; o sea, la artilleria y aviación
enemiga sí estaba siendo efectivas y la nuestra silenciada…
Ocupando claves operativas con frases
prefabricadas para ese tipo de situaciones, se organizó de inmediato una reunión
relámpago con 7 mandos de la fuerza encasquillada en su avance, incluyendo a
Herbert Negro, jefe de la columna 1[7] con sus dos jefes de sección,
entre ellos Chele Will; 4 jefes que no recuerdo sus nombres y nosotros ( Hernán,
mando de reserva de Columna, dos radistas que se agregaron a la seguridad
inmediata de posta, Licho y quien escribe esta historia). Se evaluó rápidamente
y se valoró políticamente la situación al momento: que no podíamos irnos sin
tomar la posicion por el efecto político y moral desastroso para los integrantes
de la BRAZ y muy moralizante para la FAES.
No pasábamos de 12 en aquella reunión, la
concentración era máxima en todos los presentes, se hicieron algunas preguntas
iniciales para escuchar las consisas respuestas de los mandos:
-Esos hombres están bravos, no quieren
soltar la posición, nos barren con sus M60, a cualesquier ruido son ráfagas las
que responden; al parecer les llegaron refuerzos de la posición principal,
etc.
-¿A qué distancia pueden llegar sin ser
blancos o alcanzados?, ¿cuántas trincheras han detectado y cuántos en cada una?,
etc.
Con voz algo enronquecida y pausada, Licho hizo
señas que era suficiente y que escucharan las indicaciones; las preguntas habían
terminado, diciendo más o menos lo siguiente:
-Entre más nos tardemos en cumplir nuestra
misión más blanco seremos de los avianes. Acuerdénse del trapito rojo en el
brazo izquierdo.
La mision tuya Herbert,¡ y garantízamela!,
es tomar esa elevación secundaria y hacerme un prisionero a cualquer
costo.
Después lo demás será fácil. Podremos hacer uso de nuestra artillería
para ablandar durante el día y la noche, montamos ahí el cañón 75 y la
ametralladora
cincuenta; el prisionero nos dirá por dónde llegar evadiendo el campo
minado y
que no sea por la calle; la misión sólo se retrasa por 24 horas,
asaltaremos
mañana al amanecer... Y remarcó “¿Hay alguna pregunta?”. Nadie dijo
algo...”Entonces, avísame cuando tengas el prisionero en tus manos,
Herbert”.
Licho: Cabal. Esa vez
fue la primera toma de la antena. Ya ellos tenían eso bien preparado con
ingeniería de defensas periféricas yuca. Era la única entrada de la calle, por
donde entraban los carros y no había otra forma de entrar. Era el único lugar
por donde no había campos minados, ni obstáculos militares para entrar. Todo lo
demás estaba cubierto por minas y obstáculos militares. Había alambres de púas
por todo el terreno periférico. Había sido diseñado por los norteamericanos para
resistir más de 15 días cualquier ataque de tipo guerrillero. Adentro tenían
comida y agua para más de 15 días...
... Era una
posición yuca: nos barrían con una punto 50 que nos hacía mierda. Luego nos
aturraban con un bombardeo descomunal. Yo nunca había sentido un bombardeo tan
yuca como ese. Nos bombardearon de noche y de día. Casi podría decirte que no
hubo un solo minuto, que no hubiera una bomba en el aire. Ahí sí perdimos gente.
Ahí mataron a Hernán
y
a Bravo, aquel soldado que se pasó con nosotros y que se hizo de radios
verdes...
...
no había
quien nos parara. Si los putos gringos no intervienen en esos días, se
gana la guerra militarmente. Aquella acción fue una de las más terribles
de la BRAZ. Ya
teníamos ocupadas todas las posiciones y no podíamos definir la
posición. Ahí lo
que había era una repetidora de las comunicaciones militares del
enemigo. Era
estratégica para ellos, la principal altura de Morazán y el corazón de
las
comunicaciones militares de oriente. Créeme, ahí casi se me caen los
güevos de
tanto bombazo enemigo...(Licho)[8]
[1] Expresión campesina
equivalente a estar sin energías para continuar un esfuerzo. Expresión que
podría interpretarse como sinónimo de desmoralización.
[2] El Pacayal y el Cerro
Cacahuatique, centros estratégicos para control de las comunicaciones operativas
de la guerrilla, dotados con aparatos para monitorear y ubicar puntos fijos y
en movimiento de estructuras del FMLN en el oriente de El
Salvador
[3] Carlos El Gringo, casi
arquitecto, cuidadano norteamericano, y Tom, un estudiate de arquitectura de la
UES.
[4] Permanentemente había
una compañía de 150 hombres.
[5] Entrevista
con José Luis
Ramirez “Will”, exmiembro de la cuarta sección de tropas especiales de
la BRAZ, realizada por Héctor Ibarra, San Salvador, 17 de febrero de
2007.
[6] En la jerga campesina
es común esa expresión para expresar lo difícil en realizar un trabajo con un
equipo disparejo sin experiencia.
[7] 4 pelotones hacían una
columna; 40 combatientes hacían un pelotón.
[8]Brigada Rafael Arce
Zablah, Misión Cumplida, pag. 247, H. Ibarra. Entrevista a Silvio de Jesus
Argueta “Licho”, realizada por Héctor Ibarra.
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