Por Fidel A. Romero, "Fidel Zarco".
SEGUNDA PARTE
Y nos marchamos a
otra posición en otro flanco bajo una lluvia de granadas 79, porque nos detectaron
en un claro del cafetal los soldados de
la susodicha segunda posición…
Una gran nutrida
balacera fue iniciada con todo más explosiones de entre tres o cinco minutos. Nosotros sin
detenernos tratando de enmascararnos bajo el cafetal pasamos por un pocito de
agua cristalina sin abastecernos, subiendo una empinada y no muy larga cuesta. Sentándonos
estábamos para tomar aliento cuando se escuchó por radio la voz de Herbert “¡MISION CUMPLIDA!”...Y pasó un bloque en
clave que decía estoy herido y tengo tres muertos propios.
- Ve a ver qué pasó con Herbert, Fidel, y tráeme
la información interna de la posición principal. Herbert tenía
una herida de esquirla de granada en el rostro con abundante sangramiento. Por
mi experiencia y entrenamiento como médico, se detectó que aunque era abundante
el sangramiento que había del rostro de Herbert, su herida era superficial.
- No te preocupes Herbert, esto te sanará en menos
de una semana, por de pronto tú estás de baja y te vas de inmediato al Puesto Médico. Observo rápidamente aquella elevación que estaba
demolida como si un huracán había pasado, árboles de café destruidos, cuerpos
tirados en cualesquier punto sobre, detrás y dentro de las trincheras y de los
pozos de tirador, etc. Y se dio otro drama que fue necesario enfrentar con
energía: el prisionero era uno de los ametralladoritas de la posición asaltada y
quien había ametrallado certeramente dando muerte a los 3 compas y otros
heridos al momento del asalto. La
adrenalina con la abundante pólvora del momento más los muertos y heridos
tenidos, hacía su efecto explosivo en el grupo sobreviviente de aquel asalto.
La BRAZ,[1]tenía
el antecedente que todo objetivo preparado era cumplido de acuerdo a lo
planeado. Se había formado la mística en
sus integrantes, que decir la BRAZ significaba “misión cumplida”. Cada combatiente
portada con orgullo un brazalete rojo de tela enrollado en su brazo izquierdo
con letras negras en un círculo de fondo blanco, en su interior y en la parte
superior habían unas letras que decía BRAZ sostenidas por una estrella blanca,
sostenidas por media docena de armas de
color negro que usaban sus miembros.
El prisionero
estaba ileso físicamente, con mucho temor, sin poder asimilar lo que miraba a su alrededor. No recuerdo su nombre pero
sí sus ojos muy abiertos y su expresión escudriñadora en busca de una esperanza
de vida para él en mi intervención, mientras que los compas querían que lo
interrogara junto a ellos y que se los dejara después, algunos lloraban por la mezcla de emociones ante sus amigos y
compañeros muertos y la rabia contenida de no poder rafaguear al causante de la
sangre derramada en filas propias.
El momento era
apremiante y el bombardeo de la aviación arreciaba, dos A37, un C47, la carreta
(push and pull) lanzaban su fuego sin
cesar tratando de parar lo inevitable, el asalto final a la antena. Era pasado el mediodía, fue necesario
hablarles con mucha determinación y energía usando mi mando para separarme de
ellos que a corta distancia me seguían y les dije:
- Nosotros no somos asesinos, ni actuamos como los
cuilios. Este soldado mató cumpliendo con su deber, ahora
es nuestro prisionero y está bajo mi custodia y si él, me contesta con franqueza
lo que le pregunte, me comprometo a entregarlo a la Cruz Roja... El soldado abría
los ojos con incredulidad y me miraba, y también a los compas, y veía alguna ventaja
conmigo, la cual detecté, y di la orden al grupo:
- Entierren los compas muertos y esperen orden de
Licho, y apartándome
a una parte oscura del cafetal, el
soldado me dice:
- No tengo salvación, ustedes me van a matar. A
lo que espeté:
- No tendrás salvación si no haces el croquis de
los campos minados y por qué lados se puede entrar evitando la calle sin detonarlos.
- Y… YO ¿cómo le creo eso?
- No tienes opción y es necesario que te
apures porque no hay tiempo que perder, el acuerdo es si dices la verdad, serás
libre.
Apartando las hojas secas del cafetal le doy un palito a especie de lápiz…Y aquel
cabo ametralladorista empezó a dibujar las dos posiciones principales y las casamatas,
como estaban unidas... un pocito, en el cual habíamos tomado ya agua muy
sedientos con Licho. De este pozo de agua había un acceso para llegar evadiendo
los campos minados.
- Si me mentís - le dije - no
aceptaremos otro compañero muerto por tus mentiras...pensá bien lo que has
dibujado; esta es tu libertad...
Trasladando el croquis dibujado por el prisionero en la tierra a mi libreta de apuntes, diciéndole que estaba bajo mi custodia hasta nueva orden, nos desplazamos a llevar el informe a Licho. Este dio la orden a Hernán, el mando que había sustituido a Herbert[2], quien subió de inmediato el cañón 75 y la ametralladora .50, e inició el ablandamiento a la posición principal de la antena.
Trasladando el croquis dibujado por el prisionero en la tierra a mi libreta de apuntes, diciéndole que estaba bajo mi custodia hasta nueva orden, nos desplazamos a llevar el informe a Licho. Este dio la orden a Hernán, el mando que había sustituido a Herbert[2], quien subió de inmediato el cañón 75 y la ametralladora .50, e inició el ablandamiento a la posición principal de la antena.
Paulino que era
el jefe de aquella pieza de artillería[3],
lanzó un par de papayazos pegando en una pared de la fortificación principal,
mientras la .50 a cargo del jefe de pieza (Herbert-Meanguera) dispararía un
cartucho cada 10 minutos con la intención de recordarles nuestro asedio, que
terminaría en cualesquier momento en el asalto y destrucción.
A medianoche había que confirmar la veracidad del croquis
elaborado por el prisionero. Se organizó un equipo de tres combatientes
incluyendo al jefe de nombre Yubini, experto en ese tipo de misiones. Yubini,
no sólo confirmó lo cierto de la información, sino que envió a los dos compas
de regreso con una propuesta de ser dotado por las cargas explosivas necesarias
para asaltar 3 casamatas simultáneamente a una hora acordada, coordinado con un
avance por la entrada principal por la calle. El plan propuesto era correcto,
siendo aprobado. Se calculó el tiempo,
se sincronizaron los relojes del equipo de Yubini con el refuerzo comandado por
el Chele Will. Eran las 02:00 horas del día
martes 31 de mayo de 1983, cuando se escuchó lo que se conoce como el minuto
loco. La antena fue tomada por la BRAZ,
al aniquilar buena parte de los soldados que la custodiaban, saliendo la
mayoría de ellos en desbandada; un grupo
con su oficial se lanzó al barranco rumbo a La Joya. Cumpliéndose las predicciones de Licho
adelantándose algunas horas: “la misión sólo se retrasa por 24 horas,
asaltaremos mañana al amanecer... Y, remarcó “¿Hay alguna pregunta”?
...Era una acción casi suicida. ¡A
pura verga entramos! Hicimos coincidir la cortina de fuego de la punto 50, los disparos
del cañón 75 y la fusilería. No había otra manera de entrar. Así fue que
tomamos la antena. Creo que fue en mayo o junio... (Licho entrevista)
Subimos con el
jefe del taller de explosivos, Nivo; se hizo reconocimiento del lugar. Se veía la gran destrucción ocasionada por la
artillería de Paulino más la ametralladora .50 manejada por Herbert de
Meanguera (hermano de Maritza e Ismael), más las cargas de mano del equipo de Yubini
demoliendo simultáneamente 3 casamatas, las cuales estaban ensangrentadas; se
revisó la bodega llena de alimentos, ropa militar y botas; se hizo un rápido
inventario procediendo a repartirlo entre los que necesitaban en la fuerza,
mientras eran cargadas unas bestias con los alimentos para trasladarlos a las
cocinas nuestras en el cerro. Todo ocurrió rápido, ayudado con una sierra
para cortar metal nos dimos el gusto con Nivo de derribar ambas torres, una
cada quien para desocupar el lugar a las 05:00 horas trasladándonos a unas
estribaciones cercanas con condiciones de resistir el bombardeo del día 2.
[1] Brigada Rafael Arce Zablah, fuerza militar élite del ERP y el FMLN.
[2] Se negó a estar en el hospital móvil, después
de parado el sangramiento y cubierta la herida con una gasa, nos acompañó en el
equipo ejecutivo de mando de aquella operación.
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