Jueves, 14 de Octubre de 2010
Oscar A. Fernández O.
Aunque no siempre ha sido así,
nuestra historia moderna se ha constituido sobre la base de la
injusticia que actualmente se evidencia en el franco y acelerado
deterioro social, con la miseria y la exclusión cada vez mayores de un
lado y la opulencia y la riqueza concentrada del otro.
Una
acumulación histórica agravada en los últimos veinte años de gobiernos
areneros, impulsadores del neoliberalismo más ortodoxo, con el que casi
destruyeron el Estado y mercantilizaron la vida de este país con sus
brutales consecuencias de deterioro social, de las que ya hemos hablado
en muchas ocasiones.
Esta injusticia estructural genera
nuevamente el enfrentamiento de clases, hoy más complejo y problemático,
porque a la explotación laboral se le suma la exclusión social, que
personifica la desesperación de millones de salvadoreños sin futuro. El
pensamiento revolucionario salvadoreño y latinoamericano, que Schafik
Handal ayudó a concebir y llevó a la práctica toda su vida, sostiene
firmemente que una sociedad como la nuestra se puede cambiar y que otra
realidad mejor es posible: una realidad de justicia, equidad,
democracia, solidaridad y paz.
Enfrentando día a día esta
opinión, los poderosos medios de comunicación hoy transformados en
partidos políticos de derecha y los empresarios que los manejan, no se
cansan de desacreditar las ideas revolucionarias de justicia e igualdad.
Schafik, reputado e incorruptible luchador revolucionario,
valientemente hizo frente todos los días, con su argumento objetivo y
apasionado a esta guerra sucia, que hoy se ha incrementado.
Uno
de los ejes de dominación en la estrategia de la oligarquía salvadoreña y
de los capitalistas que representan la ultraderecha, es que la
desigualdad es innata y que pretender la igualdad va contra la
“naturaleza humana”. Nos hacen creer que el sistema actual de dominación
es el único posible, pues dominadores y dominados siempre han existido.
Nuestra convicción de que esto es mentira, se sustenta en que las
ciencias relacionadas con la historia de la humanidad demuestran que
durante varias decenas de miles de años nuestros antepasados vivieron
sin economías de mercados ni sociedades divididas en clases. La
humanidad no nació históricamente con el poder del capital y la policía
bajo el brazo.
El resquebrajado pero aún vivo partido
ultraderechista de ARENA, portadores del estandarte fascista en esta
nueva época que hemos empezado a escribir, sigue añorando las viejas
consignas de “El Salvador será la tumba donde los rojos terminarán”
(sic), se regodean en sus fanáticas asambleas pensando en nuevas formas
de dictaduras para consolidar su poder de antaño y continúan repitiendo
las mentiras sobre un falso desarrollo social construido por ellos.
La
pobreza, el desempleo, la persecución policial de las clases pobres, la
desesperación por comer y por tener acceso a una derruida y abandonada
salud pública, son remantes sin duda de ese viejo y brutal pensamiento,
enquistado sobretodo en los círculos del poder fáctico económico y
político.
No obstante, su discurso populista con el que
pretenden desprestigiar los esfuerzos y resultados del nuevo gobierno,
en este país de marcados contrastes sociales, hoy los capitalistas son
más ricos que nunca, la explotación al trabajador es mayor y los grandes
señores del dinero sucio se pavonean impunes como amos de El Salvador.
Entendemos
por ética revolucionaria una práctica humanista de los sujetos
políticos que están comprometidos en la teoría y la acción con la
justicia social, con el cambio de la sociedad basada en la desigualdad,
con el socialismo.
La lucha empecinada de Schafik y de los miles
que lo acompañamos, fundada en esta ética revolucionaria, fue y sigue
siendo desde el inicio, construir una democracia efectiva que nos lleve
por el camino del nuevo país, el nuevo El Salvador, una nación soberana,
digna y constructora de su futuro, sin que otros nos dicten lo que
tenemos que hacer, y dónde la impunidad del poderoso sea sometida por la
justicia.
A treinta años de la fundación del FMLN, el principal
legado de éste líder a la izquierda revolucionaria salvadoreña, es la
creación de los instrumentos históricos en la lucha por vertebrar las
fuerzas sociales progresistas, la interiorización por la revitalización
de la ideología socialista y el afinamiento de la estrategia de poder
como una acción diaria. El no continuar enriqueciendo estos aspectos,
significaría creer que la razón nos asiste por obra y gracia divina.
Un error que puede ser fatal, por que la historia no cae como fruta madura.
El
partido FMLN y su liderazgo, producto de la acumulación histórica de la
lucha revolucionaria político y militar del pueblo, sabe que la
renovación ideológica es una necesidad histórica, que es además una
renovación cultural que comprende la cultura como parte del proceso de
la vida, lo cual nos lleva a la reflexión siguiente: que no hay
ideologías acabadas, pues estas se construyen y se fortalecen en la
lucha diaria. El pensamiento objetivo socialista y la actitud
revolucionaria, se renuevan cada mañana al despertarnos. Debemos
abrirnos sin elitismos a lo que viene del pueblo porque la idea central
es igualdad y justicia, binomio esencial de un nuevo mundo.
Las
ideas revolucionarias universales retomadas y enriquecidas por Schafik,
requieren que los objetivos morales y éticos abarquen toda clase de
injusticia existente, sobre todo aquellas que provocan la diferencia
entre la opulencia de pocos frente a los miles que ven morir a sus hijos
diariamente, sin que nadie los ayude. Por eso insistía, que la gran
cuestión de este siglo es más democracia y redistribución equitativa de
la riqueza, generada por el pueblo y por el empeño de los empresarios
que más allá de sus ganancias, trabajan por el desarrollo de la nación,
ya que las fuerzas del mercado por sí solas y sin ningún control, son
incapaces de actuar sin producir distorsiones y grandes desequilibrios
sociales.
Frente a la crisis económica mundial y al desempleo
brutal que se desarrolla frente a nuestras ya debilitadas economías,
debemos utilizar el poder público para crear empleos, lo que significa
acabar sin prevención alguna con los dogmas del neoliberalismo rampante.
En algunos países de las Américas, especialmente Paraguay, la
República Dominicana, El Salvador, Nicaragua, Colombia, Uruguay y Chile,
existe casi unanimidad de que el Estado, en vez del sector privado,
debería jugar un papel principal en la creación de trabajo, mientras que
en claro contraste, en los Estados Unidos y Canadá, el apoyo es
dramáticamente inferior.
(Perspectivas desde el Barómetro de las
Américas, 2008 (Número 1. LAPOP-USAID) Existen pruebas que la
subvención fiscal a las grandes empresas para crear un empleo, se
multiplicaría por cuatro empleos en el Estado si se invirtiese
directamente para satisfacer las necesidades del pueblo.
En este
compromiso histórico, debemos redefinir la estructura de la empresa
pública y con una gran dosis de progresismo hay que ejercer el control
debido para proteger nuestro mercado, que debe funcionar sobre la base
de una competencia sana y con sensibilidad social.
En
contraposición, deben intervenirse los mercados monopólicos y
oligopólicos. Por tanto, resulta de carácter obligado elaborar desde ya
las bases de un programa sobre el Estado, el mercado y las empresas, que
deben considerarse como fuente de producción de la riqueza y no sólo
como una reivindicación.
El liderazgo de Schafik y sus herederos,
se configura a partir de su capacidad de entender estos complejos
fenómenos como procesos cambiantes de acuerdo al contexto en que se
desarrollan y por eso su pensamiento y su compromiso siguen vigentes.
Siempre
supo y nos enseñó que la historia no era lineal, que lo único fatal que
existe es la muerte, que no hay azar, que la vida son circunstancias y
que la creación de una realidad mejor sólo puede ser obra de los
pueblos, motores universales de la historia.
A treinta años de
aquella gesta que cambió el rumbo de la historia en este país, su
recuerdo y el de todos los que dieron su vida por este sueño que ya ha
comenzado a ser realidad, nos ilumina y nos obliga a ser mejores para
seguir sin cansancio hacia adelante, al lado de nuestro pueblo.
Saludos y bienvenida:
Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida...
Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos.
Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos.
Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más...
A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado.
Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia...
Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos?
Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista.
No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente.
Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo.
Fraternalmente, Trovador
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Trovas del Trovador
Si se calla el cantor, calla la vida...inspirate,instruyete,organizate,lucha,rebelate.
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Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos.
Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos.
Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más...
A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado.
Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia...
Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos?
Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista.
No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente.
Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo.
Fraternalmente, Trovador
Si se calla el cantor, calla la vida...inspirate,instruyete,organizate,lucha,rebelate.
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Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida...
Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos.
Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos.
Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más...
A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado.
Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia...
Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos?
Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista.
No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente.
Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo.
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