Tuvimos el agrado de hablar con Dagoberto Gutiérrez, Secretario General del Movimiento por la Democracia Participativa (MDP) quien hace declaraciones fuertes sobre el papel del partido FMLN en el régimen partidocrático. Nos habló también sobre la transnacionalización de la riqueza y la necesidad de un nuevo acuerdo político que supere la crisis y encamine a nuestro país hacia una democracia participativa. Carlos Molina Medrano
Carlos Molina.
Encontramos en la actualidad diversos sectores que ya no ven a los partidos políticos como los instrumentos para hacer funcionar el régimen político. ¿Cuáles son las implicaciones de esta crisis a la que usted denomina crisis histórica, donde el agotamiento del sistema político es lo que sobresale?.
Dagoberto Gutiérrez. La palabra crisis, es una palabra estimulante porque indica que una realidad está exigiendo ser negada y sustituida por otra realidad, éste es el escenario de la lucha. En este caso estamos hablando de un régimen basado en el monopolio de los partidos políticos, establecido constitucionalmente y recogido en el articulo 85 de la Constitución de la República; a partir de aquí todo lo partidario se hizo legal, y los partidos políticos pasaron a controlar todos los resquicios de los aparatos del Estado.
Terminada la guerra se inicia el montaje de la más ortodoxa fórmula neoliberal conocida en el planeta, y El Salvador, nuestro país, se vuelve un laboratorio de los Estados Unidos donde se monta una sociedad de mercado total, privatizando el Estado. Esto ha llevado a la sociedad a una guerra social, en donde la guerra civil se fue convirtiendo justamente en eso, en guerra social, al amparo de la globalización. Luego se produce lo que se llama transnacionalización de la riqueza, donde la riqueza que se produce en el país y que era controlada por las viejas oligarquías cafetaleras, ahora es controlada por empresas extranjeras y las oligarquías han venido a menos, justamente cuando los partidos políticos han pasado a ser cúpulas empresariales que hacen negocios amparados en el control de los aparatos del Estado.
Entonces, estalla una competencia entre las cúpulas partidarias y las cúpulas oligárquicas venidas a menos. Esto contribuye a la desacreditada actividad de los partidos políticos y hace que el régimen montado sobre el control partidario, así como el régimen montado sobre el control del capital extranjero entren en crisis, regímenes que por ahora parecen insolubles. Eso es lo que vemos ahora, ésa es la crisis. Hay una Constitución que no responde a esos regímenes.
CM. Si la gente no cree en los partidos políticos, entonces ¿cuáles son los instrumentos llamados a emerger para sufragar esa necesidad de avanzar hacia otros senderos de democracia?.
DG. Políticamente El Salvador es una democracia y una democracia representativa. Justamente los partidos políticos formalmente aparecen al servicio de esa democracia y como instrumento, es más, son el único instrumento para el ejercicio de la representación del pueblo en los órganos gubernamentales, así lo determina esta Constitución. En realidad, en este proceso que nos referimos, los partidos han dejado de ser instrumentos y se han convertido en fines en sí mismos, en empresas mercantiles, y han dejado de hacer política, dedicándose exclusivamente a la actividad electoral, que es en todo caso una verdadera actividad empresarial. Esto vuelve negativa la democracia representativa, pero además la ausencia de mandato imperativo, es decir, el control del elector o electora sobre el elegido también oscurece esta democracia. Por eso dentro del ideario de construcción de un nuevo poder político aparece la necesidad de democratizar la democracia, y se trata de construir una democracia participativa, que suponga la participación del pueblo en el proceso de toma de decisiones en los aspectos que afecten a su vida.
Cuando la Sala de lo Constitucional aprueba las candidaturas independientes de los partidos políticos están justamente en ese sentido, no supone negar la democracia representativa, supone fortalecerla, pero ciertamente no es suficiente, por eso se necesita una democracia participativa relacionada a una representatividad realmente efectiva.
CM. Pero concretamente. ¿Cuales son esos nuevos instrumentos que deben de emerger?
DG. El hecho es que los partidos políticos son instrumentos que están al servicio de la representatividad; y cuando las cúpulas se vuelven empresariales dejan de estar al servicio de la representatividad, dejando de ser instrumentos para transformarse en fines. Es aquí donde aparece la necesidad de que el pueblo pase de ser actor a ser sujeto político, esto quiere decir que se deje de hacer solamente la política electoral; el ejercicio de emitir el sufragio nos vuelve actores, ejecutando un papel previamente asignado, y la clave es pasar a ser sujeto político, aquí se habla ya de un ser humano enfrentando a una realidad y dispuesto a la construcción de una nueva realidad alternativa.
Este es el proceso de subjetividad, entonces el sujeto político pasa a ser el pueblo, pasa a ser la gente, organizada en movimientos sociales, el cual puede ser movimiento político en la medida que se plantea como fin capturar el poder político; y este movimiento tiene una serie de características, se levanta en el Estado frente al Estado, como fuerza política y avanza hacia el planteamiento de un poder político, distinto a lo que está planteado ahora.
CM. Vemos también por parte de los sectores económicos de derecha un distanciamiento con los partidos políticos, a pesar que fueron sus instrumentos para dominar los aparatos estatales durante décadas. ¿En la actualidad estos sectores han perdido su peso político, y por tanto, los vemos hacer frente a los partidos junto a instituciones como la UCA, ULS, ONG's, el MDP.? ¿ Es parte de su ideal de recomponer su alicaída situación política? Y por otro lado ¿cuál es el papel que tiene el FMLN en toda esta crisis?.
DG. Resulta claro que los partidos han perdido peso político, peso intelectual, peso moral, autoridad y esto explica que nadie da nada por los partidos y que éstos que controlan el aparato del Estado estén solos. Sin embargo, en la arena social y en la arena política es una contradicción, porque ellos son dueños de todos los tentáculos y tornillos del aparato del Estado, sin embargo están solos. Esta contradicción explica la hondura de esta crisis, porque cuando el aparato Estatal se hace partidario deja de ser político, se desnaturaliza. Que la Corte Suprema de Justicia sea un ente político le deviene de su propia naturaleza, que sus decisiones tengan un sentido político, eso también; el problema es que se hace partidario, y deja de ser político. A eso se le llama decrepitud de la institucionalidad y los partidos han pasado a ser un factor de descomposición institucional cuando sacrifican lo político en aras de lo electoral y se puede pensar que se trata de una crisis institucional, cuando en realidad no es así.
La Asamblea Legislativa hace su trabajo institucional, que es un trabajo político; la Corte Suprema de Justicia resuelve lo constitucional de forma normal, y el ejecutivo funciona. Lo que sucede es que ahora la gente puede ver todo esto sin máscaras, sin antifaz, y todo el mundo actúa tal cual es. Eso es lo nuevo. Lo que sucede es que la Sala de lo Constitucional resuelve políticamente y no partidariamente. ¿Los Partidos Políticos están en condiciones de comprenderlo?, no, porque para ellos se trata de que se está terminando el negocio.
¿El partido FMLN está en condiciones de entender esto? No, porque ese partido político, su cúpula principalmente ha pasado a convertirse en una fuerza conservadora. ¿Cuál es la lógica de esto?. Es que la cúpula del FMLN piensa que éste es su momento de gloria, en el sentido que ellos tienen influencia en varios aparatos como partido político, si es un momento de gloria para ellos, pero también un momento en donde ése régimen de donde ellos se han lucrado desde hace tiempo se derrumba. Es fácil que esa cúpula piense que todo viene de una conspiración, es aquí donde se convierten en fuerzas conservadoras, entonces pasan a luchar por conservar éste régimen, por eso es que ellos están defendiendo el orden establecido.
CM. ¿Si ellos hubieran tenido una posición de izquierda entonces este régimen ya hubiera caído?
DG. Claro, si la cúpula del FMLN se manejara como izquierda, apoyara el fin del orden de los partidos políticos, esto establecido por la derecha en 1983 justamente por la Asamblea Legislativa presidida por Roberto D'Abuisson. Si yo soy de izquierda no puedo estar de acuerdo con ese orden. Pero la cúpula del FMLN entiende que se ha lucrado justamente de este orden, de tal forma que ahora son defensores de un orden establecido por Roberto D'Abuisson. Esa es la lógica de su posición y por eso aparecen ahora a la derecha de ARENA.
CM. Pero volviendo a la pregunta inicial. ¿Cuál es la salida que van a tratar de consolidar los otros sectores de derecha, los más tradicionales, esas cúpulas empresariales venidas a menos?.
DG. Nos vamos entonces al tema de la solución de la crisis. La cúpula empresarial por supuesto que está interesada en que ésta crisis sea resuelva a su favor y nosotros que estamos en el bando de los sectores populares trabajamos para que sea al contrario, a nuestro favor.
Si los partidos políticos han dejado de ser instrumentos de los oligarcas, en este caso estos señores del capital estarán interesados en ser ellos mismos los que administren el Estado o quienes los administren sean gente a su servicio. Esto plantea nuevos instrumentos, nosotros los tenemos claros. Para el pueblo está planteada la construcción de nuevos instrumentos políticos que sustituyan a los actuales partidos políticos.
El pueblo necesita instrumentos por eso está planteada la construcción de un movimiento social para construir una democracia participativa; cuando apoyamos las candidaturas independientes lo hacemos porque son independientes de estos partidos políticos, no independientes de los electores. En realidad apelamos a la forma del mandato imperativo, esto no es ley, por eso aparece la necesidad de la construcción de un nuevo Estado, un nuevo poder político, eso es lo que en realidad se llama Estado y ese es nuestro verdadero horizonte. Un poder protagónico y participativo.
CM.¿Podríamos decir que esta crisis es entonces un parte aguas en esa lucha por la democracia participativa?
DG. Este momento está en el rumbo de eso. Los partidos políticos están haciendo su cuota para hacerle entender a la gente que el régimen basado en los partidos políticos debe terminar y debe abrirse paso a otro régimen político, basado en formas de democracia participativa.
CM. Se abre entonces para la izquierda un nuevo derrotero de lucha: ¿ La lucha por un nuevo poder político, lo cual supone la creación de una constitución que le de sustento a un nuevo Estado, donde la persona tenga garantizada la participación y sea la protagonista del que hacer político?
DG. Todo eso está en el lomo del proceso y el tema de la democracia es un tema crucial. Hay que entender que la democracia es una forma de Estado, si hay Estado, hay democracia. Es más, toda democracia es dictadura y toda dictara es democracia, porque nunca la democracia es para todos y nunca la dictadura es para todos. Si hay una democracia para la mayoría, la minoría la entiende como dictadura, si hay una democracia para la minoría -así como ocurre en El Salvador-, esa democracia resulta ser dictadura para la mayoría, por eso el tema de la democracia es fundamental.
Un nuevo Estado surgirá de un nuevo conjunto de acuerdos políticos; el Estado oligárquico montado a finales del siglo pasado, surgió de un acuerdo de los sectores cafetaleros que se hicieron con el poder que han dominado incluso hasta nuestros días. Aquí debe haber un nuevo acuerdo político que sustituya a aquel, que le de forma nueva al ejercicio del poder político. Esto deberá expresarse en una nueva constitución, ésa es la figura de la Constituyente.
¿Y esa constituyente debe arrancar desde ésta Asamblea Legislativa? Pues no. ¿Por qué hablamos de esto aún y cuando no tenemos una correlación en la Asamblea Legislativa? porque precisamente de esto están hablando los sectores que participan de la coyuntura, sólo que no lo dicen, entonces, no se trata de que yo no debo de hablar para que los demás no se den cuenta. Para el pueblo de lo que se trata es de construir una nueva correlación de fuerzas, por eso es que apoyamos las candidaturas independientes. Con los partidos políticos situados en la Asamblea Legislativa no se cuenta para esta lucha, porque para éstos partidos el negocio es el que se ha acabado.
Ya en las elecciones del 2012 haremos un ejercicio de participación del movimiento social, con las candidaturas independientes de los partidos políticos, todo esto en rechazo a la burocracia montada por estos partidos. Llegaremos al momento en que la realidad sobrepasará la legalidad, ahora lo vemos con una elevación en la participación de la gente, por eso es que llamar a una constituyente donde se plasme ese nuevo orden será en su momento de suma necesidad. Y hacia eso vamos.
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